¿Me enseñarías? [Ocupado]

Había pasado tiempo desde aquella noche en la que un monstruo le mordió y él mismo se convirtió en lo mismo en la siguiente luna llena… un hombre lobo. Su vecina era exactamente con quién no debía encontrarse en ese momento pues era quién lo cazaría clavándole un arma si lo veía convertirse en aquella bestia como esa noche lúgubre y fría. Aún la recuerdo como si hubiera sido exactamente ayer, como aquel hombre con el que se reunía cada noche era asesinado por ella misma, con el cual había besado y lo siguiente fue a la manada de su raza atacar y el grupo de compañeros de Marisol llegar y luchar con sus afiladas armas, yo solo corrí asustado, un fan… un fan que terminó siendo un enemigo para ella en luna llena. No podía creerme como al final me había metido en su mundo tan rápidamente, tan peligrosamente, tanto que ahora tenía por vecina a una cazadora…

El tiempo pasaba y yo quería saber más de mí, de lo que era ahora, saber cuales eran mis pros y mis contras pero no lo sabría realmente a no ser que me encontrara con alguien que fuera realmente igual que yo y eso sería bastante raro encontrarlo, ¿Un hombre loco como yo? ¿Cómo lo diferenciaría de lo que sería un humano? No sabía cuales eran las diferencias por lo que no sabría como encontrar a alguien igual que yo. No podría preguntarle a mi vecina Marisol, era ella quién había matado a aquel hombre que llevaba con ella todo el tiempo, era aquel hombre al que besaba y al que luego lo mandó a la tumba. Ahora no podía ir de rositas y pedirle como era yo realmente, podría matar sin que yo pudiera hacer nada…

¿Qué podría hacer? El tiempo hacía que el atardecer se cerniera sobre el horizonte, el sol se acostaba luego de un largo día y el cielo se volvía de colores como rojo, naranja, amarillo y malva que comenzaban a disiparse y ser cambiados por un azul marino intenso en donde puntitos blancos y brillantes llamadas estrellas reinaban la noche como cualquier nobleza. Marisol estaría a punto de salir en dirección al bosque y yo tenía que hacer algo, no podía seguir sin saber nada, tenía que empezar a meterme en el papel de lo que era… pero ¿Y si le decía lo que era? podría clavar una de sus dagas y seguir tan campante con una sonrisa en sus labios porque ya había matado a otra cosa que no fuera humana. ¿Y si…. Y si no? ¿Y si me ayudaba…? Pero eso no sería ético en lo que hace… ¿cierto? ¿Pero sí mató al final a aquel hombre al que al parecer había querido?, no lo digo por decir, sino por esas miradas que te hacían saber que estaban enamorados hasta los huesos, aquellas cosas que solo se hacían en pareja.

Vi a Marisol al final abrir la puerta con aquella ropa que no había visto en ninguna mujer… unos pantalones… armas… claro, es que debía defenderse de cosas como yo ¿no? Aspiré aire profundamente y suspiré tanto como pude, debía tener alejados mis nervios para poder hacer algo más que tartamudear, porque si he de recordar algo… estoy enamorado de esa mujer desde que vino una tarde a mi carnicería a comprar algo de ¿Cómo no? Carne. Y sí estaba con unas grandes ojeras… y sí… estaba igualmente de preciosa que en cualquier momento, incluso ahora. Corrí hacia la puerta de mi casa, cogí las llaves y nada más salir cerré la puerta con llave y me as guardé en un bolsillo, ya Marisol andaba rápido y pasando de inapercibida, no quise llamarla con una voz elevada así que corrí hacia ella y la llamé con mi voz totalmente normal, ni muy bajo ni muy alto.