AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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No me das lobo por liebre [Ocupado]
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No me das lobo por liebre [Ocupado]
El atardecer se cernía sobre el cielo tan rojo y anaranjado, como cada vez que el sol desaparecía por el horizonte. Ese día le tocaba salir de patrulla, iría a visitar algunos sitios en los que había oído ciertos rumores sobre hechicería, no importaba si era buena o mala, verdadera o falsa, investigaría sobre ello. Los brujos son humanos si... pero pueden hacer tanto daño como cualquier criatura sobrenatural, aunque había oído que algunos hechiceros hacían tratos con cazadores a cambio de protección o dejarlo en un pequeño olvido de que se encontraba allí.
Los lugares que no llamaban tanto la atención eran donde más se podrían encontrar cosas extrañas y sin ninguna explicación. Aquellos lares eran las tabernas o las calles donde la economía no era abundante, es decir, en las calles de clase baja. Sitios donde la mano de la justicia no pasaría en ningún momento, ni ahora ni nunca.
Entró en una de las pocas tabernas que se encontró por los alrededores, no era llamativa, exactamente lo que buscaba, ni más ni menos. No es que tuviera un presentimiento de que allí encontrara algo, simplemente se decantó por una de las tabernas, no le gustaba nada en lugares como ese. Llenos de olor inmundo e inhumano asfixiaba al oxígeno que permanecía dentro del lugar y claramente la limpieza brillaba por su ausencia. Ciertamente... ¿Perfectamente asqueroso? Bueno si una taberna no era exactamente un lugar donde un grupo de señoritas se sentaría junto a la chimenea en invierno a tomar un té mientras cotillean perdiendo el tiempo.
Cerré la puerta tras de mí al entrar, no había exactamente mucha gente como solía esperar de un sitio tan repugnante como ese al que parecía ser que actuaba igual para los hombres como miel para las moscas... Tres borrachos hablan cosas que ni ellos mismos llegaban a entender por no saber casi ya ni articular una palabra y claramente el tabernero, que limpiaba una y otra vez vasos que no eran transparentes por más que lo limpiara y la barra que aún pasando el trapo seguían estando igual de pegajosa y sucia.
Me senté en uno de los taburetes sin tocar en ningún momento nada más que el asiento que eso de por sí era repulsivo. Pedí una copa que luego no llegaría a tocar, dejé dos monedas para pagar lo debido. Empecé a esperar y vigilar en todo momento, no dejaba que nada ante mis ojos se fuera desapercibido...
Los lugares que no llamaban tanto la atención eran donde más se podrían encontrar cosas extrañas y sin ninguna explicación. Aquellos lares eran las tabernas o las calles donde la economía no era abundante, es decir, en las calles de clase baja. Sitios donde la mano de la justicia no pasaría en ningún momento, ni ahora ni nunca.
Entró en una de las pocas tabernas que se encontró por los alrededores, no era llamativa, exactamente lo que buscaba, ni más ni menos. No es que tuviera un presentimiento de que allí encontrara algo, simplemente se decantó por una de las tabernas, no le gustaba nada en lugares como ese. Llenos de olor inmundo e inhumano asfixiaba al oxígeno que permanecía dentro del lugar y claramente la limpieza brillaba por su ausencia. Ciertamente... ¿Perfectamente asqueroso? Bueno si una taberna no era exactamente un lugar donde un grupo de señoritas se sentaría junto a la chimenea en invierno a tomar un té mientras cotillean perdiendo el tiempo.
Cerré la puerta tras de mí al entrar, no había exactamente mucha gente como solía esperar de un sitio tan repugnante como ese al que parecía ser que actuaba igual para los hombres como miel para las moscas... Tres borrachos hablan cosas que ni ellos mismos llegaban a entender por no saber casi ya ni articular una palabra y claramente el tabernero, que limpiaba una y otra vez vasos que no eran transparentes por más que lo limpiara y la barra que aún pasando el trapo seguían estando igual de pegajosa y sucia.
Me senté en uno de los taburetes sin tocar en ningún momento nada más que el asiento que eso de por sí era repulsivo. Pedí una copa que luego no llegaría a tocar, dejé dos monedas para pagar lo debido. Empecé a esperar y vigilar en todo momento, no dejaba que nada ante mis ojos se fuera desapercibido...
Danyra Minnet- Cazador Clase Media
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Fecha de inscripción : 22/06/2012
Localización : En mi sala de entrenamiento.
Re: No me das lobo por liebre [Ocupado]
El sol estaba llegado a su fin y la oscura noche iba a inundar nuestra ciudad, París, una bella ciudad aunque algo complicada ya que mas de una asquerosa luna llena me había encontrado con demasiadas personas que se dirigían al bosque por el mismo asqueroso motivo que yo poseía, mi lobo interior. Tenía que reconocer que según los días iban pasando iba teniendo mas asco a que se hiciera de noche, dormía intranquilo por sí sin saber como despertaba en algún lugar del bosque sin ropa.
Estaba realmente agotado, la tarde había sido dura en el hospital mucho movimiento de aquí para ahí y de ahí para aquí. Lo único que necesitaba era encontrar un sitio en el que relajarme, un sitio como una Taberna, alguna que se pareciera a las que había en América, es decir, tabernas sin mucho lujo en las que tomar tranquilamente un trago sin que te molestase nadie y en donde poder ser tu mismo sin ser juzgado por los que te rodean, lo malo... No sabía donde poder encontrar eso.
Caminaba por la calle, estaba perdido ni siquiera sabía por donde me había metido pero aun así encontré el primer letrero normalito en toda la ciudad, no como esos cuyas letras están pintadas de oro... "Supongo que este me valdrá" pensaba mientras abría la puerta. Como esperaba no era un lugar muy decente, unos borrachos, un tabernero que no limpia nada... perfecto.
Me adentre con paso firme y una mirada tranquila. Llegué hasta la barra, a mi lado estaba una chica que al igual que yo no tenía aspecto de frecuentar estos lugares, la mire de reojo mientras movía el taburete para sentarme.
- Una birra. - Decía mientras levantaba mi dedo indice al camarero, este sin mostrar ningún esfuerzo me puso la cerveza que había pedido en una jarra que había estado limpiando desde que llegue pero que mas da. La cerveza era bastante clara, como ami me gustan las cervezas que pena no poder viajar a Alemania y poder disfrutar de sus Weißbier las cuales estaban hechas con una armonía que se notaba que estaban hechas pensando en ello... no como la mayoría de la cerveza.
Mire la jarra que tenía delante, realmente pintaba bien. La agarre y comencé a darle el primer trago, un trago no muy largo pero lo suficiente para dejar la jarra casi a la mitad y soltar a la vez un suspiro de satisfacción, había que decirlo estaba muy buena con un sabor amargo lo suficiente marcado como para que realmente te des cuenta de que estas tomando una cerveza. Llevaría apenas unos minutos aquí pero desde que entre la chica que tenia a mi lado no había ni tocado su jarra...
- Si no te gusta este sitio... ¿Para que vienes? - Dije sin mirarla mientras colocaba mi jarra en la barra.
Estaba realmente agotado, la tarde había sido dura en el hospital mucho movimiento de aquí para ahí y de ahí para aquí. Lo único que necesitaba era encontrar un sitio en el que relajarme, un sitio como una Taberna, alguna que se pareciera a las que había en América, es decir, tabernas sin mucho lujo en las que tomar tranquilamente un trago sin que te molestase nadie y en donde poder ser tu mismo sin ser juzgado por los que te rodean, lo malo... No sabía donde poder encontrar eso.
Caminaba por la calle, estaba perdido ni siquiera sabía por donde me había metido pero aun así encontré el primer letrero normalito en toda la ciudad, no como esos cuyas letras están pintadas de oro... "Supongo que este me valdrá" pensaba mientras abría la puerta. Como esperaba no era un lugar muy decente, unos borrachos, un tabernero que no limpia nada... perfecto.
Me adentre con paso firme y una mirada tranquila. Llegué hasta la barra, a mi lado estaba una chica que al igual que yo no tenía aspecto de frecuentar estos lugares, la mire de reojo mientras movía el taburete para sentarme.
- Una birra. - Decía mientras levantaba mi dedo indice al camarero, este sin mostrar ningún esfuerzo me puso la cerveza que había pedido en una jarra que había estado limpiando desde que llegue pero que mas da. La cerveza era bastante clara, como ami me gustan las cervezas que pena no poder viajar a Alemania y poder disfrutar de sus Weißbier las cuales estaban hechas con una armonía que se notaba que estaban hechas pensando en ello... no como la mayoría de la cerveza.
Mire la jarra que tenía delante, realmente pintaba bien. La agarre y comencé a darle el primer trago, un trago no muy largo pero lo suficiente para dejar la jarra casi a la mitad y soltar a la vez un suspiro de satisfacción, había que decirlo estaba muy buena con un sabor amargo lo suficiente marcado como para que realmente te des cuenta de que estas tomando una cerveza. Llevaría apenas unos minutos aquí pero desde que entre la chica que tenia a mi lado no había ni tocado su jarra...
- Si no te gusta este sitio... ¿Para que vienes? - Dije sin mirarla mientras colocaba mi jarra en la barra.
Brett C. Svensson- Licántropo Clase Alta
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Re: No me das lobo por liebre [Ocupado]
Un nuevo forastero entró en la tarberna, en sus ojos se notaba que el lugar le agradaba pues era lo que realmente buscaba. Lo vigilí desde el primer momento en el cual pisó dentro del lugar, a la espectativa de conocer cualquier movimiento fuera de lo normal que tuviera. Nadie estaba dentro de la zona de seguridad, nadie se salvaba de ser un mounstruoso ser... nadie se iba a escapar de mi vista. Aquel nuevo hombre que entró no llamaba la atención en nada especial, su ropa era tan simple como cualquiera de los que estábamos allí, aunque si sus movimientos se mantenían más ricos que de los de alguien que viviera por esta zona de media y baja clase.
Hizo lo normal en ese lugar, se sentó, pidió una cerveza como yo y bebió sin más... quizás trabajara en algo especial y fuera algo especial. Ya me había mirado unas veces de reojo, no es que llamara mi atención por ello desde luego pero si era verdad que no pegaba en un sitio ocmo este. Su voz sonó de nuevo en aquel lugar acompañado como siempre de las voces borrachuzas y desvergonzadas de los borrachos de más atrás. ¡Oh! Se atrevía a dirigirme la palabra pero que malas palabras... ¿Acaso estaba juzgandome? Bueno ciertamente todos eran iguales, mujer en las casas, hombres en diversión.
Mis ojos se giraron hacía el hombre por completo, dejando que viera que le observaba esta vez y su cabeza giró unos segundos después de que pusiera su jarra en la sucia barra- ¿Quién le ha dicho que lo desprecie?...- mi mirada volvió a mi jarra y luego a él- ¿Quién es usted para cuestionarlo?- extendí una mano hacia él, siempre que hablaba movía mis manos era parte mí el hacerlo. Odiaba cuando alguien cuestionaba lo que hacía y más si era desconocido, ¿Quién era para hacerlo? ¡Ah si....! Un hombre... ¿Cómo no? Despreciando todo lo demás que no era lo suyo propio ¡Qué propio!
Sabía lo que era tener a un hombre en su vida y lo que conllevaba a ello, seguir sus ordenes sin más que eso y sin duda alguna. Si no se sentían como los mejores y que servían aunque solo fuera para dar órdenes que muchas de ellas eran sin sentido, no eran hombres, no eran capaces de vivir agusto con su familia, ni con los vecinos, ni con sus propios amigos. Solo sabían entre cortar los planes de uno propio y finalmente hacer lo que él quería. Yo tenía bastante claro que no querría alguien así en mi vida, que desperdicio haría.
Ciertamente la pareja no estaba muy bien vista cuando uno era cazador de cosas tan horribles que podrían arrancarte la cabeza en un parpadeo, pero ya me habían dicho que al corazón nadie lo domaba...
Danyra Minnet- Cazador Clase Media
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Fecha de inscripción : 22/06/2012
Localización : En mi sala de entrenamiento.
Re: No me das lobo por liebre [Ocupado]
Podía sentir como estaba mirándome, tenía una mirada muy segura y penetrante. Su voz y sus especie de respuestas que se convertían en preguntas se realizaron de una manera muy confiada y seria, se notaba que no quería mostrar ni un leve ápice de inseguridad, incluso se podría mascar su fuerza con facilidad.
Me gire mientras esta me respondía, como siempre por muy cansado que me encontrase mostraba una leve sonrisa, no me gustaba que los demás supieran como pudiese sentirme por lo tanto la sonrisa siempre estaba en mi cara. Arquee levemente una ceja. - Perdón, no quería ser grosero. Soy Brett. - Cogí de nuevo mi cerveza, la daba un nuevo trago para acabarla, estaba deliciosa pero no quería tomar una segunda, vaya a ser que me suba y acabe como la gran mayoría de las personas que se enconotraban aquí.
Volví a mirar a la chica que tenía a mi lado, extendí mi mano izquierda como símbolo de gratitud. - Lo único que quería decir es que usted no tiene mucha pinta de frecuentar lugares como este, no malinterprete mis palabras... Señorita. - Realmente la gran mayoría de las personas que teníamos alrededor, personas de clase baja o incluso personas de clase alta se podría decir que son un tanto machistas haciendo que la mujer siempre se quedase en casa cuidando de todo lo que es el hogar y mantener al hombre... Yo no era una de esas personas, había sido educado con una madre que trabajaba para la mantener y administrar todo el dinero de la familia aun que si tenia que decir que ella era la que siempre nos hacia la cena porque mi padre nunca estaba en casa hasta entradas las nueve de la noche.
En la taberna había mucho ruido, muchos borrachos gritando y cantando con una jarra en la mano, era un ambiente muy triste si lo pensabas bien pero lo curioso era que este ambiente te envolvía con facilidad y te dabas cuenta de que todos los que se encontraban aquí estaban siendo ellos mismo. Dos de ellos salieron fuera un momento, les mire levemente, casi ni se me noto que había girado levemente los ojos para observarlos. Sus corazones latían a gran velocidad y si te fijabas bien podías ver como apretaban los puños con fuerza, estaba claro que iban a armar un lio a las puertas de la taberna, lo mejor de esto es que al haber tanto ruido dentro de esta nadie se iba a dar cuenta. Preferí esperarme hasta escucharlos hablar fuera de la taberna. Por los pasos que oí note que se alejaron apenas un metro de la taberna y comenzaron a gritarse, insultarse y golpear fuertemente el suelo hasta que finalmente oí y olí el aroma a hierro que caracterizaba a la sangre de las personas. Mire al camarero. - Debería mandar al matón de la taberna a la puerta... ahí fuera se están peleando dos de sus clientes. - Levante mi mano para tocarme un poco la nariz y evitar ese olor a sangre, ya lo vivía todos los días en el hospital como para tener que aguantarlo aquí también.
Después de un leve lapsus al haber pronunciado mis últimas palabras me decidí a preguntar, ¿Qué esto podría ser grosero? Sí pero no iba a perder nada por ellos, estaba en una taberna de mala muerte perdida por las calles de París lo único que podría perder es la compañía de esta señorita pero no creo que esto pase y mucho menos con toda su jarra de cerveza llena... ¿Quizás esperaba a alguien? o lo buscaba...
- Bueno, si no estas aquí para beber cerveza. ¿Qué es lo que se supone que haces? -
Me gire mientras esta me respondía, como siempre por muy cansado que me encontrase mostraba una leve sonrisa, no me gustaba que los demás supieran como pudiese sentirme por lo tanto la sonrisa siempre estaba en mi cara. Arquee levemente una ceja. - Perdón, no quería ser grosero. Soy Brett. - Cogí de nuevo mi cerveza, la daba un nuevo trago para acabarla, estaba deliciosa pero no quería tomar una segunda, vaya a ser que me suba y acabe como la gran mayoría de las personas que se enconotraban aquí.
Volví a mirar a la chica que tenía a mi lado, extendí mi mano izquierda como símbolo de gratitud. - Lo único que quería decir es que usted no tiene mucha pinta de frecuentar lugares como este, no malinterprete mis palabras... Señorita. - Realmente la gran mayoría de las personas que teníamos alrededor, personas de clase baja o incluso personas de clase alta se podría decir que son un tanto machistas haciendo que la mujer siempre se quedase en casa cuidando de todo lo que es el hogar y mantener al hombre... Yo no era una de esas personas, había sido educado con una madre que trabajaba para la mantener y administrar todo el dinero de la familia aun que si tenia que decir que ella era la que siempre nos hacia la cena porque mi padre nunca estaba en casa hasta entradas las nueve de la noche.
En la taberna había mucho ruido, muchos borrachos gritando y cantando con una jarra en la mano, era un ambiente muy triste si lo pensabas bien pero lo curioso era que este ambiente te envolvía con facilidad y te dabas cuenta de que todos los que se encontraban aquí estaban siendo ellos mismo. Dos de ellos salieron fuera un momento, les mire levemente, casi ni se me noto que había girado levemente los ojos para observarlos. Sus corazones latían a gran velocidad y si te fijabas bien podías ver como apretaban los puños con fuerza, estaba claro que iban a armar un lio a las puertas de la taberna, lo mejor de esto es que al haber tanto ruido dentro de esta nadie se iba a dar cuenta. Preferí esperarme hasta escucharlos hablar fuera de la taberna. Por los pasos que oí note que se alejaron apenas un metro de la taberna y comenzaron a gritarse, insultarse y golpear fuertemente el suelo hasta que finalmente oí y olí el aroma a hierro que caracterizaba a la sangre de las personas. Mire al camarero. - Debería mandar al matón de la taberna a la puerta... ahí fuera se están peleando dos de sus clientes. - Levante mi mano para tocarme un poco la nariz y evitar ese olor a sangre, ya lo vivía todos los días en el hospital como para tener que aguantarlo aquí también.
Después de un leve lapsus al haber pronunciado mis últimas palabras me decidí a preguntar, ¿Qué esto podría ser grosero? Sí pero no iba a perder nada por ellos, estaba en una taberna de mala muerte perdida por las calles de París lo único que podría perder es la compañía de esta señorita pero no creo que esto pase y mucho menos con toda su jarra de cerveza llena... ¿Quizás esperaba a alguien? o lo buscaba...
- Bueno, si no estas aquí para beber cerveza. ¿Qué es lo que se supone que haces? -
Brett C. Svensson- Licántropo Clase Alta
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Re: No me das lobo por liebre [Ocupado]
Si que era cierto que una vez que oí pedí perdón al hombre de mi lado, pediendo disculpas por su grosería, me sorprendió aquello pues si que era cierto que la mayoría de hombres culpaban de sus problemas y errores por las mujeres que pudieran tener a su lado y si que era verdad que esa mayoría no valía ni un franco sucio y malgastado, no valían nada para mí. Yo misma había nacido en una familia honrada pero con mi padre como cabeza de familia, si que sufrí ante mi madre aquello de que solo la mujer de la casa tenía la culpa de todo. Sabía que había hombres que no pensaban de esa manera, pero de seguro que se podían contar con los de dedos de las dos manos. Los demás no merecían la pena ni mirarles a la cara y por lo menos este hombre que tenía a mi lado había tenido el valor de pedir pedón... bueno empezaba a caerme bien por ello.
Observé como volvía a beber de su cerveza y fue entonces cuando recordé que yo tenía aún mi cerveza a la espera de que la bebiera, pero ya podía esperar en la barra no pensaba dejar que mis labios tocaran aquel vidrio que de seguro nunca había sido lavado, se notaba que solo hombres entraban al lugar, se veía a leguas. Nunca había visto en un lugar como ese un sitio tan asqueroso, bueno... quizás en los barrios más pobres y necesitados...
Y como cualquier buena persona que quería que la disculparan dio su explicación a su error que molestó a otra persona en este caso el hombre quería que supiera que no lo había dicho con mala intención pero yo no podía dejar que me pisoteran o pareciera tonta pues ni siquiera se me veía de esa manera, sabía defenderme de muchas formas y al igual que estaba entrenada físicamente tenía una buena personalidad, una fuerte y que no dejaba que nadie pasara por encima de mí. Nadie debaría permitir esas cosas pero siempre habrá personas de débiles pensamientos y con una buena facilidad para cambiarles su forma de ser nada más alguien se le impone por encima de aquella persona.
- Soy Morgan- dije mi nombre aunque no era lo normal pero me llamó bastante la atención que me pidiera disculpas, era como si ese hombre no estuviera demasiado con la sociedad de aquel momento. Observé sin importancia como dos hombre se levantaban bruscamente de los asientos entre un coro de amigos, se les veía en las facciones de la cara, la tensión de su cuerpo y los nudillos blancos que irían a pegarse en ese mismo momento pero el guardia de la taberna con una sola mirada echó a los dos hombre fuera del lugar habiendo echo perfectamente su trabajo. El hombre a mi lado avisó al tabernero de que estarían peleandose pero no hizo nada, poco le importaba, de seguro ya sabía la mecánica luego de una pelea... más cervezas.
No escuché perfectamente los puñetazos al estar la puerta cerrada, aunque en poco tiempo después uno de los hombres volvió a entrar y festejó su gran victoria que ciertamente el otro "amigo" al abrir la puerta tan descomunalmente, se vió por un escaso segundo que se había quedado en el suelo con la nariz sangrando, en ese momento observé a mi compañero de barra como manteía una mano sobre su nariz... Qué raro, cierto era que el lugar olía mal pero al rato se acostumbraba al olor y casi no olía tan mal....
- Está bien... no se preocupe más Señor Brett- mi voz salió monótona aunque no realmente fría y seria- ¿Porqué? Mmm.... supongo que espero a alguien- sonreí de lado mirandolo de reojo unos segundos, era cierto en parte y en parte no lo era, todo era más bien subjetivo...
Observé como volvía a beber de su cerveza y fue entonces cuando recordé que yo tenía aún mi cerveza a la espera de que la bebiera, pero ya podía esperar en la barra no pensaba dejar que mis labios tocaran aquel vidrio que de seguro nunca había sido lavado, se notaba que solo hombres entraban al lugar, se veía a leguas. Nunca había visto en un lugar como ese un sitio tan asqueroso, bueno... quizás en los barrios más pobres y necesitados...
Y como cualquier buena persona que quería que la disculparan dio su explicación a su error que molestó a otra persona en este caso el hombre quería que supiera que no lo había dicho con mala intención pero yo no podía dejar que me pisoteran o pareciera tonta pues ni siquiera se me veía de esa manera, sabía defenderme de muchas formas y al igual que estaba entrenada físicamente tenía una buena personalidad, una fuerte y que no dejaba que nadie pasara por encima de mí. Nadie debaría permitir esas cosas pero siempre habrá personas de débiles pensamientos y con una buena facilidad para cambiarles su forma de ser nada más alguien se le impone por encima de aquella persona.
- Soy Morgan- dije mi nombre aunque no era lo normal pero me llamó bastante la atención que me pidiera disculpas, era como si ese hombre no estuviera demasiado con la sociedad de aquel momento. Observé sin importancia como dos hombre se levantaban bruscamente de los asientos entre un coro de amigos, se les veía en las facciones de la cara, la tensión de su cuerpo y los nudillos blancos que irían a pegarse en ese mismo momento pero el guardia de la taberna con una sola mirada echó a los dos hombre fuera del lugar habiendo echo perfectamente su trabajo. El hombre a mi lado avisó al tabernero de que estarían peleandose pero no hizo nada, poco le importaba, de seguro ya sabía la mecánica luego de una pelea... más cervezas.
No escuché perfectamente los puñetazos al estar la puerta cerrada, aunque en poco tiempo después uno de los hombres volvió a entrar y festejó su gran victoria que ciertamente el otro "amigo" al abrir la puerta tan descomunalmente, se vió por un escaso segundo que se había quedado en el suelo con la nariz sangrando, en ese momento observé a mi compañero de barra como manteía una mano sobre su nariz... Qué raro, cierto era que el lugar olía mal pero al rato se acostumbraba al olor y casi no olía tan mal....
- Está bien... no se preocupe más Señor Brett- mi voz salió monótona aunque no realmente fría y seria- ¿Porqué? Mmm.... supongo que espero a alguien- sonreí de lado mirandolo de reojo unos segundos, era cierto en parte y en parte no lo era, todo era más bien subjetivo...
Danyra Minnet- Cazador Clase Media
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Localización : En mi sala de entrenamiento.
Re: No me das lobo por liebre [Ocupado]
Sonreía al oír como decía que no me preocupara, no se solían oír eso comentarios por parte de las mujeres, la gran mayoría de ellas se sienten débiles al lado de los hombre, debía de ser una persona con gran fuerza interior y exterior, segura de ella misma. Es mas, no tenía ni si quiera reparo en contestarme con total tranquilidad y armonía. - Bueno, pues espero que llegue pronto esa persona. - Mantenía mi habitual sonrisa, siempre me gustaba mantenerme alegre ante los demás.
Al poco rato oí unos pasos muy característicos en la calle, era como si los hubiera oído desde que llegue aquí, a París, estos pararon en la puerta de la Taberna, por un momento parecía que no quería entrar como si tuviese un mal presentimiento de lo que pudiese ocurrir dentro como si del sexto sentido de alguna especie de animal felino se tratase, podría decirse que tenia el sentido de un puma. Finalmente este decidió entrar en la taberna, entro con total seguridad empujando con fuerza la puerta como si estuviera marcando su territorio, cuando este entro pude oler la fragancia que radiaba su cuerpo ya que cada persona poseía un olor característico que nos diferencia en mayor parte de los demás pero no mucha gente podía llegar a apreciar ese olor. Claramente cuando pude olerlo me salio una sonrisa y me gire para atrás soltando la siguiente frase sin ni si quiera a verlo visto aun. - ¡Eristoff! , ¿Qué tu por aquí? -
Mire de nuevo al camarero levantando mi dedo gordo y el indice para pedir dos cervezas fresquitas con el fin de tomarlas con el también, volví a mirar a Morgan, pretendía presentar a mi amigo a ella ya que aunque nos acabamos de conocernos era una persona muy empática y amable con los que me rodeaban.
Me levante del asiento, mire a mi compañero de trabajo y le di la mano para saludarle como Dios manda. Mire a Morgan. - Bueno, Morgan este es Eristoff. Eristoff, esta es Morgan. - Volví a sentarme en la silla para recoger las dos cervezas nuevas que había en la barra, a decir verdad los vasos que contenían la cerveza en su interior estaban realmente sucios pero la cerveza estaba muy buena, lo único malo de esto era que era una persona que solo tomaba una cerveza al mes porque principalmente el alcohol se me subía con gran velocidad y lo peor de todo que se me notaba siempre ya que al tener la barba pelirroja y ser algo blanco de piel los calores me subían rapidamente volviendo mi rostro algo rojo.
Al poco rato oí unos pasos muy característicos en la calle, era como si los hubiera oído desde que llegue aquí, a París, estos pararon en la puerta de la Taberna, por un momento parecía que no quería entrar como si tuviese un mal presentimiento de lo que pudiese ocurrir dentro como si del sexto sentido de alguna especie de animal felino se tratase, podría decirse que tenia el sentido de un puma. Finalmente este decidió entrar en la taberna, entro con total seguridad empujando con fuerza la puerta como si estuviera marcando su territorio, cuando este entro pude oler la fragancia que radiaba su cuerpo ya que cada persona poseía un olor característico que nos diferencia en mayor parte de los demás pero no mucha gente podía llegar a apreciar ese olor. Claramente cuando pude olerlo me salio una sonrisa y me gire para atrás soltando la siguiente frase sin ni si quiera a verlo visto aun. - ¡Eristoff! , ¿Qué tu por aquí? -
Mire de nuevo al camarero levantando mi dedo gordo y el indice para pedir dos cervezas fresquitas con el fin de tomarlas con el también, volví a mirar a Morgan, pretendía presentar a mi amigo a ella ya que aunque nos acabamos de conocernos era una persona muy empática y amable con los que me rodeaban.
Me levante del asiento, mire a mi compañero de trabajo y le di la mano para saludarle como Dios manda. Mire a Morgan. - Bueno, Morgan este es Eristoff. Eristoff, esta es Morgan. - Volví a sentarme en la silla para recoger las dos cervezas nuevas que había en la barra, a decir verdad los vasos que contenían la cerveza en su interior estaban realmente sucios pero la cerveza estaba muy buena, lo único malo de esto era que era una persona que solo tomaba una cerveza al mes porque principalmente el alcohol se me subía con gran velocidad y lo peor de todo que se me notaba siempre ya que al tener la barba pelirroja y ser algo blanco de piel los calores me subían rapidamente volviendo mi rostro algo rojo.
Brett C. Svensson- Licántropo Clase Alta
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Re: No me das lobo por liebre [Ocupado]
Asentí sin mirar al varón cuando quiso algo bueno para mí, algo realmente sorprendente siendo especial y a la vez simplemente de un hombre- Descuide lo más normal es que aparezca...- bufé en una sonrisa- Siempre aparece, más tarde o más temprano, siempre lo hace...- cogí al fin mí cerveza entre una de mis manos dispuesta a decidirme por darle un buen trago a pesar de mi desconfianza por la insalubridad del vaso, por su... suciedad pero antes de que pudiera llevar el sucio vidrio hacia mis labios, miré a tiempo hacia el varón de mi lado, que saludó a alguien que ni siquiera había visto pues miraba hacia la barra y al girarse parecía que era a quién había dicho y yo automáticamente al escuchar aquel nombre, el brazo que sostenía la cerveza volvió a ponerla en la barra. Mmm... si era cierto que tarde o temprano siempre aparecía alguien especial... jajaja.
Cuando giré mis ojos a ver a quién el Señor Brett saludaba, mis ojos se abrieron de sorpresa al encontrar al cambia formas allí, claro que había la posibilidad que hubiera alguien que se llamara con ese mismo nombre. Mis labios se curvaron en una sonrisa divertida y con un toque oscuro, la fiesta iba a empezar y el propio Señor sería uno de los propios invitados, había caido dos veces... no volvería a caer nunca más, ni él ni su propio amigo que con tanta calidez lo llamaba y saludaba, los dos eran seres que no se les estaba permitida la vida entre humanos, peligrosos para cualquier vida débil e inocente. ¿Cómo se atrevían a pisar la ciudad? Que valientes...
Volví a taparme con una máscara de mi "amabilidad", sonreí tranquilamente al ver que el Señor de mi lado pidió dos cervezas más tanto para él como para su amigo que se presentó de sorpresa en la taberna o eso suponía. El Señor Brett nos presentó pero la cara de su amigo cambió de sonrisa a seriedad cuando escuchó mi nombre y me vio sentada al lado de su amigo. Extendí mi mano con la palma exterior de mi mano hacia arriba para que la besara, sabía que eso no le gustaría pero estando de humanos y de su amigo lo más lógico es que no hiciera nada precipitado- Encantada Señor Eristoff... es un placerrr- alargué la -r- al dar rienda suelta a mi acento y haciendo alusión como a un ronroneo por parte de aquel felino, que había estado observandolo y le dí caza- ¿Nos deleitará con su presencia Señor Eristoff?- sonreí completamente divertida pues esta caza sería de dos pájaros por un tiro, sabía que Eristoff peleaba bastante bien pero... el Señor Brett me temía que no tenía ni idea de nada de lo que allí, en aquel ocurriría en unos segundos después de que yo accionara la "bomba" y todos los humano salieran por patas de la taberna de mala muerte.
Cuando giré mis ojos a ver a quién el Señor Brett saludaba, mis ojos se abrieron de sorpresa al encontrar al cambia formas allí, claro que había la posibilidad que hubiera alguien que se llamara con ese mismo nombre. Mis labios se curvaron en una sonrisa divertida y con un toque oscuro, la fiesta iba a empezar y el propio Señor sería uno de los propios invitados, había caido dos veces... no volvería a caer nunca más, ni él ni su propio amigo que con tanta calidez lo llamaba y saludaba, los dos eran seres que no se les estaba permitida la vida entre humanos, peligrosos para cualquier vida débil e inocente. ¿Cómo se atrevían a pisar la ciudad? Que valientes...
Volví a taparme con una máscara de mi "amabilidad", sonreí tranquilamente al ver que el Señor de mi lado pidió dos cervezas más tanto para él como para su amigo que se presentó de sorpresa en la taberna o eso suponía. El Señor Brett nos presentó pero la cara de su amigo cambió de sonrisa a seriedad cuando escuchó mi nombre y me vio sentada al lado de su amigo. Extendí mi mano con la palma exterior de mi mano hacia arriba para que la besara, sabía que eso no le gustaría pero estando de humanos y de su amigo lo más lógico es que no hiciera nada precipitado- Encantada Señor Eristoff... es un placerrr- alargué la -r- al dar rienda suelta a mi acento y haciendo alusión como a un ronroneo por parte de aquel felino, que había estado observandolo y le dí caza- ¿Nos deleitará con su presencia Señor Eristoff?- sonreí completamente divertida pues esta caza sería de dos pájaros por un tiro, sabía que Eristoff peleaba bastante bien pero... el Señor Brett me temía que no tenía ni idea de nada de lo que allí, en aquel ocurriría en unos segundos después de que yo accionara la "bomba" y todos los humano salieran por patas de la taberna de mala muerte.
Danyra Minnet- Cazador Clase Media
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Re: No me das lobo por liebre [Ocupado]
Cuando mi amigo se encontró con el rostro de Morgan se quedo como algo asustado, al parecer no se esperaba esto y ¿Qué era esto para mi?... Nada, no entendía exactamente que es lo que estaba ocurriendo en estos instantes pero entre aquellos dos se mascaba un ambiente lúgubre y tenebroso. ¿Qué estaba apunto de ocurrir?. Morgan le ofreció su mano muy cortesmente para que fuera besada por este, Eristoff, pero ¿Cual fue mi sorpresa?.
Eristoff inmeditamente dio dos pasos hacía atrás, estaba realmente asustado por verla ahí, quieta y tranquila. No sabía muy bien que hacer exactamente en este momento, quizás habían salido en alguna otra ocasión y habían acabado a golpes con la relación... Pero aunque fuera esto no entendía el por qué del terror que mostraba la mirada de Eristoff. Cuando le conocí me habían contado historias de que él fue uno de los mas importantes soldados Médicos de una de las guerras que estallo cerca de París. Fue galardonado tanto por sus azañas como médico tanto por su desarrollo de tácticas y su manejo del combate cuerpo a cuerpo.
- ¿Ocurre algo? - Pregunte ingenuo de mi antes de que Eristoff agarrara mi taburete por la parte trasera y lo precipitara hacía atrás con el fin de alejarme de ella. Los "matones" de la Taberna rapidamente se acercaron a Eristoff pero los noqueo con mucha elegancia, sutileza y rapidez que caracterizaban a los felinos pero todo esto sin dejar de mirar a Morgan. Yo caí hacia atrás dando una especie de "semivolterata" y levantándome con tranquilidad. - ¡Ahora enserio!, ¿¡Qué coño esta pasando!? - Pregunte ya incluso con algo de miedo. Eristoff no podía responderme ya que se supone que yo no debo saber nada de los seres "especiales" de París por lo que directamente me dijo que ella era una especie de caza tesoros y que él... era uno de los tesoros que quería cazar. ¿Estas de broma? pensaba con cara de preocupación, ¿Yo qué se supone que iba a hacer ahora, ni si quiera se luchar? volví a preguntarme a mi mismo.
Podía oler perfectamente el miedo, salia por todos los poros de Eristoff y lo mas extraño es que aquella chica, Morgan, no poseía ninguno de los olores característicos de las emociones, estaba tranquila y lo que mas miedo me daba, segura de si misma. Tenía las piernas flexionadas por si debía realizar algún movimiento repentino, levante los dos brazos con las palmas abiertas y moviéndolos levemente mientras hablaba. - No se que esta pasando aquí pero yo no tengo nada que ver en vuestras disputas. -
Eristoff inmeditamente dio dos pasos hacía atrás, estaba realmente asustado por verla ahí, quieta y tranquila. No sabía muy bien que hacer exactamente en este momento, quizás habían salido en alguna otra ocasión y habían acabado a golpes con la relación... Pero aunque fuera esto no entendía el por qué del terror que mostraba la mirada de Eristoff. Cuando le conocí me habían contado historias de que él fue uno de los mas importantes soldados Médicos de una de las guerras que estallo cerca de París. Fue galardonado tanto por sus azañas como médico tanto por su desarrollo de tácticas y su manejo del combate cuerpo a cuerpo.
- ¿Ocurre algo? - Pregunte ingenuo de mi antes de que Eristoff agarrara mi taburete por la parte trasera y lo precipitara hacía atrás con el fin de alejarme de ella. Los "matones" de la Taberna rapidamente se acercaron a Eristoff pero los noqueo con mucha elegancia, sutileza y rapidez que caracterizaban a los felinos pero todo esto sin dejar de mirar a Morgan. Yo caí hacia atrás dando una especie de "semivolterata" y levantándome con tranquilidad. - ¡Ahora enserio!, ¿¡Qué coño esta pasando!? - Pregunte ya incluso con algo de miedo. Eristoff no podía responderme ya que se supone que yo no debo saber nada de los seres "especiales" de París por lo que directamente me dijo que ella era una especie de caza tesoros y que él... era uno de los tesoros que quería cazar. ¿Estas de broma? pensaba con cara de preocupación, ¿Yo qué se supone que iba a hacer ahora, ni si quiera se luchar? volví a preguntarme a mi mismo.
Podía oler perfectamente el miedo, salia por todos los poros de Eristoff y lo mas extraño es que aquella chica, Morgan, no poseía ninguno de los olores característicos de las emociones, estaba tranquila y lo que mas miedo me daba, segura de si misma. Tenía las piernas flexionadas por si debía realizar algún movimiento repentino, levante los dos brazos con las palmas abiertas y moviéndolos levemente mientras hablaba. - No se que esta pasando aquí pero yo no tengo nada que ver en vuestras disputas. -
Brett C. Svensson- Licántropo Clase Alta
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Re: No me das lobo por liebre [Ocupado]
Estaba claro que el cambia formas no estaría contento de verme como el señor Brett que al parecer no sabía nada de nada sobre mi, ni ante la cara que ponía el felino al observar mi rostro y escuchar mi nombre antes que nada. Sería realmente delicioso y divertido esta vez el cazar al felino y tener como un dos por uno a otro ser sobre natural que aún no sabía que era pero de seguro que era un ser sobrenatural... mal hecho el haberse dado a conocer con pequeños movimientos y hechos que pocos se atreverían a hacer en público en peligro se de ser descubiertos. Apostaba cierto dinero a que el señor Brett no sabía nada de nada en cuanto a la caza asique debía ser nuevo en esto y... claramente podía ser o un vampiro o un hombre-lobo que no tenía ningún maestro o manada a la que perteneciera, aunque claramente no era un vampiro, su piel no era trementdamente nívea, solo era casi albino... asique solo quedaba pensar que era un hombre-lobo. Daba cinco francos a que era un hombre-lobo hecho y derecho... Sonreí mirando al felino como si hubiera visto a su peor pesadilla al acabar con aquellos hombres que se le avalanzaron contra él al tener esa forma de ser tan brusca en una taberna de mala muerte.
El pobre hombre cierto que no sabía nada, solo preguntaba que pasaba y no tenía ni un ápice de saber nada de nada, ni de lo que se le echaría encima en los próximos segundos. Cogí mi cerveza y bebí sin importar ahora si estaba o no sucia, el amargor en la garganta era un buen sabor de boca antes de hacer mi trabajo. Bebí un pequeño trago dejando resbalar el líquido fresco, dejando a su paso un sabor realmente amargo y rico a la vez... mmm.... buena caza... y que el que duera que estuviera arriba, me ayudara a tenerla, teniendolo de mi lado y de ninguno más. Me bajé del taburete dejando de vuelta a la cerveza donde antes se encontraba. Mis ojos se volvieron hacia Brett y Eristoff - Si no sabe lo que pasa aquí... pobre de usted Señor Brett...- sonreí un poco malvada, pero es que el cazar hacía que mi adrenalina y el odio que aguardaba solo para lo sobrenatural salía de mí y me hacía cambiar un poco- Como le dije... estaba esperando. Mi acompañante llegó pero al parecer ya estuve acompañada desde un principio querido, tú- le sonrío con picardía al descubrirle, el que Eristoff le alejara de mí solo confirmaba que era un sobrenatural- Me da pena... porque su querido amigo no le advirtió de nada... - ve sus manos elevadas y ríe divertida- además de que me temo de que no durará nada en este combate- Salté encima del taburete y para poner mis pies al lado de la cerveza sin derramarla. Corrí hacia Brett pues con él lo tendría más que fácil, pues podría ser una mujer pero tenía fuerza también, sabía defenderme y atacar como cualquier otro ser, mi brazo se extendió y se dirigió hacia su mentón para sumar a la velocidad que iba al correr con mi fuerza consiguiera tirarlo al suelo con un buen gancho.
Supe que con aquel moviento el Señor Brett caería de bruces y tardaría un momento en recuperarse del golpe a no ser que su cabeza diera contra el suelo y entonces era más posible de que perdiera la consciencia del todo. Salté al suelo desde la encimera hacia el suelo, delante de Eristoff, observando su rostro palidecer en un poco pero que en poco se puso en guardia, dispuesto a pelear como la última vez. Como siempre. -Bien... alguien que sabe pelear pudiendo darme algo de diversión... - bajé mi brazo, metiendo la mano en mi bota, sacando un machete que no era demasiado chico, aunque no demasiado grande porque debía caber en la bota...- Empezemos querido...- reí avalanzandome sobre él, con movimientos rápidos y voraces, voraces de cortar carne y que resbalara por el arma una buena cantidad de sangre. No parecía la misma fémina de antes, pero es que simplemente no lo era.
El pobre hombre cierto que no sabía nada, solo preguntaba que pasaba y no tenía ni un ápice de saber nada de nada, ni de lo que se le echaría encima en los próximos segundos. Cogí mi cerveza y bebí sin importar ahora si estaba o no sucia, el amargor en la garganta era un buen sabor de boca antes de hacer mi trabajo. Bebí un pequeño trago dejando resbalar el líquido fresco, dejando a su paso un sabor realmente amargo y rico a la vez... mmm.... buena caza... y que el que duera que estuviera arriba, me ayudara a tenerla, teniendolo de mi lado y de ninguno más. Me bajé del taburete dejando de vuelta a la cerveza donde antes se encontraba. Mis ojos se volvieron hacia Brett y Eristoff - Si no sabe lo que pasa aquí... pobre de usted Señor Brett...- sonreí un poco malvada, pero es que el cazar hacía que mi adrenalina y el odio que aguardaba solo para lo sobrenatural salía de mí y me hacía cambiar un poco- Como le dije... estaba esperando. Mi acompañante llegó pero al parecer ya estuve acompañada desde un principio querido, tú- le sonrío con picardía al descubrirle, el que Eristoff le alejara de mí solo confirmaba que era un sobrenatural- Me da pena... porque su querido amigo no le advirtió de nada... - ve sus manos elevadas y ríe divertida- además de que me temo de que no durará nada en este combate- Salté encima del taburete y para poner mis pies al lado de la cerveza sin derramarla. Corrí hacia Brett pues con él lo tendría más que fácil, pues podría ser una mujer pero tenía fuerza también, sabía defenderme y atacar como cualquier otro ser, mi brazo se extendió y se dirigió hacia su mentón para sumar a la velocidad que iba al correr con mi fuerza consiguiera tirarlo al suelo con un buen gancho.
Supe que con aquel moviento el Señor Brett caería de bruces y tardaría un momento en recuperarse del golpe a no ser que su cabeza diera contra el suelo y entonces era más posible de que perdiera la consciencia del todo. Salté al suelo desde la encimera hacia el suelo, delante de Eristoff, observando su rostro palidecer en un poco pero que en poco se puso en guardia, dispuesto a pelear como la última vez. Como siempre. -Bien... alguien que sabe pelear pudiendo darme algo de diversión... - bajé mi brazo, metiendo la mano en mi bota, sacando un machete que no era demasiado chico, aunque no demasiado grande porque debía caber en la bota...- Empezemos querido...- reí avalanzandome sobre él, con movimientos rápidos y voraces, voraces de cortar carne y que resbalara por el arma una buena cantidad de sangre. No parecía la misma fémina de antes, pero es que simplemente no lo era.
Danyra Minnet- Cazador Clase Media
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Re: No me das lobo por liebre [Ocupado]
Estaba totalmente desconcertado, ¿Qué se supone que debía saber de lo que ocurría en París o incluso en el resto el mundo?, Esta mujer era realmente peculiar y cada instante que pasaba mientras que bebía su cerveza. Soltaba unas cuantas palabras bastante interesantes, por un momento pude entender que Morgan era una especie de... Cazadora de Lobos o incluso de cualquier otra cosa que hay en el mundo, es decir, mi compañero del hospital era un ¿Lobo? o alguna cosa diferente. "Tiene sentido, por eso su olor es tan especial" Pensaba sin dejar la mirada fija en Morgan, temía por mi vida.
Nunca había sentido esta sensación, era tan fuerte que hacía que mis piernas se bloquearan con lo que no podía moverme, ya había leído sobre esto pero nunca lo había sentido en mis propias carnes y si encima combinas esta sensación con el repentino movimiento que Morgan estaba realizando caminando por encima de la barra y hacía mi dirección. ¿Qué pretendía?, estaba tan bloqueado que hasta lo mas obvio me parecía extraño y fue entonces cuando su puño toco mi golpeo en el mentón con gran fuerza y el dolor que sentí fue algo que nunca olvidaría, no estaba acostumbrado a recibir puñetazos. El golpe me lanzo hacía atrás con gran fuerza pero al haberme golpeado en el mentón mi cabeza se encogió hacía delante, hacia mi pecho por lo tanto al caer hacía la pared que tenía cerca de mi solo me golpee en la espalda, culo y un leve golpe en la cabeza pero no lo suficientemente fuerte como para dejarme una contusión o incluso un mareo. Mas que nada solo fue el golpe del momento lo que me preocupo aunque al cabo de unos cinco o diez segundos el dolor había cesado.
"Maldita sea...", reaccione algo cansado, intentaba levantarme pero las piernas me temblaban, delante de mi, a unos metros, se encontraba Morgan y Eristoff, sus miradas daban realmente miedo ya que cada uno estaba realmente atento a los movimientos del otro, lo sorprendente fue el pequeño pero feroz cuchillo que saco Morgan, Eristoff solo podía mirar con atención cada movimiento para buscar una forma de esquivarlo se podría decir que estaba acorralado, Morgan es muy rapida y Eristoff también pero el único problema es que ella poseía un cuchillo que solo con rozarte podría matarte. Tenía que movilizarme lo antes posible, ¿Huir o no huir? ese era mi dilema, por un lado podría ayudar claramente a Eristoff pero por otro mi instinto de supervivencia me pedía que huyera.
Después de unos segundos pensando exactamente que hacer y a su vez recuperándome pude decidir ayudar a mi amigo. ¿Cómo?. Me levante ya bastante mejor que cuando lo intente anteriormente, era el momento, voy a intentar arrollarla para que suelte el maldito cuchillo, igualmente aunque me atravesara con este seguiría vivo. Di un gran aceleron repentino y me lance contra Morgan como si estuviésemos jugando al "Rugby".
Nunca había sentido esta sensación, era tan fuerte que hacía que mis piernas se bloquearan con lo que no podía moverme, ya había leído sobre esto pero nunca lo había sentido en mis propias carnes y si encima combinas esta sensación con el repentino movimiento que Morgan estaba realizando caminando por encima de la barra y hacía mi dirección. ¿Qué pretendía?, estaba tan bloqueado que hasta lo mas obvio me parecía extraño y fue entonces cuando su puño toco mi golpeo en el mentón con gran fuerza y el dolor que sentí fue algo que nunca olvidaría, no estaba acostumbrado a recibir puñetazos. El golpe me lanzo hacía atrás con gran fuerza pero al haberme golpeado en el mentón mi cabeza se encogió hacía delante, hacia mi pecho por lo tanto al caer hacía la pared que tenía cerca de mi solo me golpee en la espalda, culo y un leve golpe en la cabeza pero no lo suficientemente fuerte como para dejarme una contusión o incluso un mareo. Mas que nada solo fue el golpe del momento lo que me preocupo aunque al cabo de unos cinco o diez segundos el dolor había cesado.
"Maldita sea...", reaccione algo cansado, intentaba levantarme pero las piernas me temblaban, delante de mi, a unos metros, se encontraba Morgan y Eristoff, sus miradas daban realmente miedo ya que cada uno estaba realmente atento a los movimientos del otro, lo sorprendente fue el pequeño pero feroz cuchillo que saco Morgan, Eristoff solo podía mirar con atención cada movimiento para buscar una forma de esquivarlo se podría decir que estaba acorralado, Morgan es muy rapida y Eristoff también pero el único problema es que ella poseía un cuchillo que solo con rozarte podría matarte. Tenía que movilizarme lo antes posible, ¿Huir o no huir? ese era mi dilema, por un lado podría ayudar claramente a Eristoff pero por otro mi instinto de supervivencia me pedía que huyera.
Después de unos segundos pensando exactamente que hacer y a su vez recuperándome pude decidir ayudar a mi amigo. ¿Cómo?. Me levante ya bastante mejor que cuando lo intente anteriormente, era el momento, voy a intentar arrollarla para que suelte el maldito cuchillo, igualmente aunque me atravesara con este seguiría vivo. Di un gran aceleron repentino y me lance contra Morgan como si estuviésemos jugando al "Rugby".
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Re: No me das lobo por liebre [Ocupado]
Los pocos borrachos que había y el tabernero salieron por la puerta de atrás huyendo tan rápidamente como les permitian sus piernas y su nivel de borrachera encuando me vieron tirar al señor Brett contra la pared con esa fuerza, sería mujer pero no era para nada débil, nunca lo había sido y nunca me lo había hecho para mentir sobre mí ¿ Para qué mentir? Era una asesina que mataba a los seres sobrenaturales daba igual si era de día, atardecer o de noche, ese era mi trabajo y así moriría hasta que alguien me matara o mi a mi cuerpo le llegara la hora que dejara de funcionar. Siempre había sido luchadora y defensora de los débiles pues a mí me gustaría que alguien me defendiera si fuera una humana normal y corriente que no supiera nada del mundo real, alguien que soportando un peso tan grande, que nadie sabía que muy pocos tenían aquella información, pudiera defender a todos de los peligros que nos daba la vida. Mientras peleaba contra el felino, recordé la frase que dijo el señor Brett antes de que lo noqueara unos simples segundos de ventaja para poder estar en mejor momento contra el señor Eristoff, y fue... "Tiene sentido, por eso su olor es tan especial". No sabía a lo que quería referirse pero antes de darle una paz eterna le preguntaría por ello, tenía curiosidad por saber a lo que se refería.
Tenía los ojos puestos en los dos seres sobre naturales aunque siempre echaba más cuenta en Eristoff pues era a quién tenía delante, pero había tenido en cuenta que el Brett se había intentado levantar y poco después estaba segura de que se levantaría, de seguro ya mejor que antes, pudiéndose mantener en pie. Iba a rajar con mi cuchillo al felino, luego de unos intentos de poder hacerlo, pero escuché unos pasos fuertes y firmes dirigirse hacia nosotros, mi instinto en ese momento era quitarme del medio pues se podía casi tocar la fuerza que se dirigía hacia mí, en mi contra pero estaba haciendo un movimiento en aquel momento y no me dejó llevarlo a cabo hasta el final. El señor Brett me envistió con fuerza antes de que pudiera hacerle nada al felino, me impulsó hacia la pared al igual que yo hice con él. Mi cuchillo cayó al suelo lejos de los tres que estabamos dentro del lugar, pero estaba preparada para ello, preparada para ese momento. Me había hecho una pequeña brecha en la ceja al golpearme contra la pared, sonreí divertida por ello- ¿Está seguro de que debería de entrar en este juego señor Brett? Si solo sabe hacer eso le aconsejo que no se meta...
Pasé una mano por mi herida viendo la sangre y sentir resbalarse por el costado de mi rostro, cerca de mi ojo derecho- Bien... juguemos los tres- Saqué una de mis dos pistolas, la que tenía las balas de plata y la otra claramente era de balas de madera- ¿Quién se presenta voluntario para volver por donde vino? Es decir... la muerte- quité el seguro aclarando su situación. Estaba a unos metros de ellos al ser estampada contra la pared- juro se al menos rápida y no haceros sufrir- eso si que siempre lo hacía, no era nada para hacer sufrír habiendo prometido antes de tiempo.
Tenía los ojos puestos en los dos seres sobre naturales aunque siempre echaba más cuenta en Eristoff pues era a quién tenía delante, pero había tenido en cuenta que el Brett se había intentado levantar y poco después estaba segura de que se levantaría, de seguro ya mejor que antes, pudiéndose mantener en pie. Iba a rajar con mi cuchillo al felino, luego de unos intentos de poder hacerlo, pero escuché unos pasos fuertes y firmes dirigirse hacia nosotros, mi instinto en ese momento era quitarme del medio pues se podía casi tocar la fuerza que se dirigía hacia mí, en mi contra pero estaba haciendo un movimiento en aquel momento y no me dejó llevarlo a cabo hasta el final. El señor Brett me envistió con fuerza antes de que pudiera hacerle nada al felino, me impulsó hacia la pared al igual que yo hice con él. Mi cuchillo cayó al suelo lejos de los tres que estabamos dentro del lugar, pero estaba preparada para ello, preparada para ese momento. Me había hecho una pequeña brecha en la ceja al golpearme contra la pared, sonreí divertida por ello- ¿Está seguro de que debería de entrar en este juego señor Brett? Si solo sabe hacer eso le aconsejo que no se meta...
Pasé una mano por mi herida viendo la sangre y sentir resbalarse por el costado de mi rostro, cerca de mi ojo derecho- Bien... juguemos los tres- Saqué una de mis dos pistolas, la que tenía las balas de plata y la otra claramente era de balas de madera- ¿Quién se presenta voluntario para volver por donde vino? Es decir... la muerte- quité el seguro aclarando su situación. Estaba a unos metros de ellos al ser estampada contra la pared- juro se al menos rápida y no haceros sufrir- eso si que siempre lo hacía, no era nada para hacer sufrír habiendo prometido antes de tiempo.
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Re: No me das lobo por liebre [Ocupado]
No me esperaba que todas las personas que estaban bebiendo como cosacos iban a desaparecer del bar, ¿Por qué esta mujer aunque este rodeada de personas que no conoce y que pueden morir por estar en medio de este tipo de encuentros nos ataco con tanta soltura?, era impresionante todo lo que estaba pasando en el bar, ninguno de los dueños del bar tenía agallas para decir nada, es mas, se había escondido detrás de la barra del bar para intentar no morir en eta batalla mientras que otros o habían salido corriendo o directamente observaban la pelea porque no entiendo que esto les parezca divertido...
Mi embestida consiguió acertar con gran facilidad lo malo de todo esto era que me había declarado "activo" en esta batalla pero que le iba a hacer, podía a ver huido rapidamente pero no quería que uno de los pocos amigos que tengo muriera a manos de esta mujer. Al a verla embestido había caído al suelo cerca de ella y esto cada vez estaba empeorando cada vez mas, no solo estaba cerca de ella sino que a la vez ella había sacado una pistola que con solo el hecho de estar a su lado ya podría matarme a quemarropa, A esta distancia seria capaz de acertarme hasta con los ojos cerrados, ¿Qué se supone que debo hacer?.
La miraba con miedo y mis piernas me temblaban tanto que no podía pensar en otra cosa que no fuera esa maldita mujer. Me levante aunque casi volví a caerme por mi tembleque pero no era ocasión para hacer nada mal, tenía que ir alejándome de ella como pudiese no quería morir esa noche, ¿En que momento me decidí a venir a este bar?. Levante las dos manos intentando que no me disparase mientras que daba unos pasos leves hacía atrás. - Joder ¿Pero por que se supone que quieres matarnos, nosotros no te hemos echo nada, es mas yo ni te conozco? - Preguntaba con una voz algo tambaleante. Mis ojos no podían pestañear y mucho menos quitar la mirada a aquella pistola que sin duda iba a ser disparada hacía a mi. Después de un momento pude ver su herida en la frente, era profunda pero no lo suficiente por lo que con un poco de presión en ese punto podría cae inconsciente, cerca de la sien cualquiera presión con una determinada fuerza puede dejar inconsciente a una persona y mas si esta tiene una herida en ese punto, ahora el problema es conseguir darla en ese punto.
Mi embestida consiguió acertar con gran facilidad lo malo de todo esto era que me había declarado "activo" en esta batalla pero que le iba a hacer, podía a ver huido rapidamente pero no quería que uno de los pocos amigos que tengo muriera a manos de esta mujer. Al a verla embestido había caído al suelo cerca de ella y esto cada vez estaba empeorando cada vez mas, no solo estaba cerca de ella sino que a la vez ella había sacado una pistola que con solo el hecho de estar a su lado ya podría matarme a quemarropa, A esta distancia seria capaz de acertarme hasta con los ojos cerrados, ¿Qué se supone que debo hacer?.
La miraba con miedo y mis piernas me temblaban tanto que no podía pensar en otra cosa que no fuera esa maldita mujer. Me levante aunque casi volví a caerme por mi tembleque pero no era ocasión para hacer nada mal, tenía que ir alejándome de ella como pudiese no quería morir esa noche, ¿En que momento me decidí a venir a este bar?. Levante las dos manos intentando que no me disparase mientras que daba unos pasos leves hacía atrás. - Joder ¿Pero por que se supone que quieres matarnos, nosotros no te hemos echo nada, es mas yo ni te conozco? - Preguntaba con una voz algo tambaleante. Mis ojos no podían pestañear y mucho menos quitar la mirada a aquella pistola que sin duda iba a ser disparada hacía a mi. Después de un momento pude ver su herida en la frente, era profunda pero no lo suficiente por lo que con un poco de presión en ese punto podría cae inconsciente, cerca de la sien cualquiera presión con una determinada fuerza puede dejar inconsciente a una persona y mas si esta tiene una herida en ese punto, ahora el problema es conseguir darla en ese punto.
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