Una vuelta por la taberna no esta nada mal +18 (Jason Schwaitzen )

por Sweet Von Teese* Dom Dic 02, 2012 11:09 pm

La noche aun no había despuntado, serian alrededor de las seis y media de la tarde cuando termino de ordenar y limpiar la despensa de su nuevo hogar, apenas unas semanas en la mansión de la esperanza bastaron para acostumbrarse a su gente, al hogar que formaban entre todos allí. Al principio como todo lo nuevo, tenia desconfianza hasta que como siempre entró confianza y ya no había barreras que traspasar. Solía hablar con la gente del lugar por horas.

Esa tarde estaba mas que agotada por el trabajo, que se sumaba a su ya normal tarea de prostituta en el burdel. Hoy era día libre así que había que aprovecharlo. Contaba con algo de dinero, no tenia sueño y el cuerpo estaba algo cansado pero respondía aun así que se decidió a pasar un tiempo y reencontrarse con su amor por el alcohol. No era de esas mujeres que tomaban hasta embriagarse pero le gustaba sentir el sabor del licor. El licor era su pasión en cuanto a bebidas. Se vistió de forma casual, aunque siempre disfrutaba de seducir a cuanto hombre o mujer se cruzara en su camino así que no faltaba algún que otro detalle en el cual mostrara un poco sus atributos sin exponerlos por completo como lo hacia en el burdel .

En este caso se puso una falda larga abrochada de lado y un corset sin nada especial mas que le quedaba entallado porque parecía hecho para una mujer con poca delantera. Se maquilló con polvo y kohl como delineador y partió caminando a la taberna por ese tan ansiado licor. Ella se lo había ganado con el sudor de la frente.

Entró en el lugar y se sentó en una mesa chica, estaba mirando por la pequeña ventana del lugar cuando un hombre corpulento se acercaba al lugar. Era un hombre castaño, joven, muy apuesto. Lo miró con agrado, su caminar era especial, era seductor por naturaleza, era raro ver un hombre así sin compañía de una bella dama a su lado. Tampoco llevaba anillo de compromiso por lo cual no había motivo aparente para no acercarse a tener una breve charla con él. La noche recién nacía y no había nada mas aburrido que permanecer en una taberna bebiendo sola. Tomó su abrigo y la pequeña cartera y se acercó a las banquetas de la barra en donde estaba el hombre. Lo llamó con la mirada mientras le decía -Molesto si me siento aquí señor?- con su ya tan común voz seductora que no era preparada sino que salia espontáneamente como por arte de magia al dirigirse a otras persona.

por **Jason Schwaitzen** Miér Dic 05, 2012 5:39 pm

Al fin había podido cerrar aquel caso. Todos sus esfuerzos habían dado finalmente resultados positivos, haciendo que la diosa Justicia le diera la razón una vez más. Por eso, y para celebrar semejante logro después de poco más de medio año de disputa judicial, tomó la decisión de darse una vuelta por aquella taberna que se había hecho su preferida desde que se había establecido en París por su variedad y su ambiente, aunque a menudo hubiesen conflictos que tenían como denominador común el consumo de alcohol. Sí, muchos delitos se consumaban entre aquellas paredes, al igual que en todos lados; sin embargo, su deber era hacer la Justicia presente cuando lo necesitasen bajo el rigor de la Ley y la disciplina del Derecho. Por eso una mirada aparentemente indiferente era la única respuesta del letrado ante aquellos que optaban por la autotutela o resolución “por propia mano” para la resolución de aquellos enfrentamientos. Varias veces le había tocado ya presenciar ese tipo de situaciones en medio de sus “celebraciones” –algunas más placenteras que otras, claro- , y esperaba no ser incomodado esta vez, al menos no por un grupo de varones que se golpeaban hasta las cabezas entre ellos para demostrar quién era el más viril de los presentes.

Haciendo los ruegos indirectos al cielo ya nocturno fue que ingresó a aquella taberna con su traje habitual para salidas informales: su camisa blanca, chaqueta y pantalones de colores café y zapatos negros, todo para que su felina mirada contrastara y se hiciera notar. Quizás podría encontrarse a alguien intrigante para enredar sábanas un rato lejos de la rutina de la abogacía, o al menos compartir un rato agradable acompañado de un trago. El vaso llegó a él y casi como si lo hubiera pedido una dama se puso a su lado, hablándole con bastante personalidad y seducción, como podía desprenderse de su tono de voz perfectamente captado por su fino oído felino. Y fue esa misma mirada aguda la que analizó a la bella dama a la vez que respondía con esa cortesía tan acostumbrada en él – En lo absoluto, bella dama. ¿Gusta de beber algo? Yo pago… - Terminó por sonreírle ladino, y el gato interno empezó a ronronear. La noche prometía.

por Sweet Von Teese* Mar Dic 25, 2012 1:37 pm

A medida que me acercaba con mi cartera en la mano a su lado pude notar unos bellos atributos físicos disimulados por la ropa ajustada solo en partes, no solo eso resaltaba sino una mirada casi animal que desprendía fulgores sobrenaturales. Su aroma era exquisito también y su porte envidiable por cualquier borracho del lugar.

Trataba de examinarlo con sutileza pero sus ojos encandilaban a la mirada de cualquiera. Sus palabras me robaron una sonrisa tímida aunque no era de las clásicas actitudes, su auto confianza era muy notoria y bastaba para opacar cualquier otra.

-Le agradezco mucho Sr...- Quede a la espera de la respuesta a su nombre para no llamarlo por "usted" o "señor" continuamente.

-Es usted muy amable por la invitación, la verdad que tenia ganas de beber algo pero uno no siempre encuentra gente con la cual acompañar un momento tranquilo como este. Me llamo Sweet.-

El cantinero se acerco con el vaso de licor que había pedido cuando llegue a la taberna, note el vaso frío por el contenido y sabroso al paladar, tomé asiento en un taburete a su lado y cruce una pierna sobre otra dejando mientras la cartera de lado.Ya mas acomodada me dedique a observar sus rasgos para averiguar un poco mas de este hombre , que era todo un caballero. Tomé el vaso de licor y le propuse un brindis para romper el hielo de la situacion.

-Por esta noche!-

por **Jason Schwaitzen** Mar Dic 25, 2012 5:29 pm

Aquella dama era preciosa a los ojos del felino abogado: el maquillaje acentuaba más aún su belleza natural, y su cuerpo bien formado provocaba el recorrerlo con las manos una y otra vez hasta perder la compostura lograda tras años de estudios y de autocontrol. Su mirada era profunda e insinuante, y no dejaba lugar a indecisión en sus acciones. Aparte, estaba perfumada de una forma que podía prender a cualquiera, incluso al cambiaformas que ahora besaba con galanura el dorso de la mano de la fémina al tiempo que se presentaba como dictaban las normas de trato social básicas para una buena convivencia – Schwaitzen…Jason Schwaitzen…- Susurró rozando gustoso sus labios con su extremidad, separándose únicamente para darle el espacio para que se sentara a su lado. Le vio beber y él también bebió de su propio trago tras pagarle una suma con propina agregada al cantinero, dedicándose a mirar también a la dama hasta que la propuesta del brindis salió adelante. Pero él ya sabía cómo actuar, claro…

- Salud por esta noche, que me ha otorgado una bellísima compañía para celebrar este gran día – Le guiñó el ojo con esa coquetería innata suya, haciendo el sutil choque característico de aquella inmemorial muestra de camaradería y que ahora se utilizaba para distintas ocasiones: una de ellas, cortejar a una mujer.

Bebió un poco más del brebaje y dejó el vaso en la madera de la barra, solicitando con un gesto que se le rellenara el contenido a él y a su compañera de noche, a quien no dejaba de mirar - ¿Puedo saber su nombre, mademoiselle? Me encantaría deleitar mis labios con un manjar mejor que este alcohol…- Y ahí fue cuando entrecerró los ojos para verla mejor, sonriéndole de tal forma que su rostro completo parecía el de un gran tigre al acecho. Y literalmente, así se sentía.

por Sweet Von Teese* Sáb Dic 29, 2012 12:26 am

Era idea suya o empezaba a hacer calor en el lugar?

Posiblemente solo era mi temperatura debido a la mirada mortal que me dedico este hombre que chocaba las copas conmigo brindando por tal agraciada noche. Su brindis me sacó una sonrisa de la cara, era un joven decidido ademas de tener una mirada de lo mas sensual y carismática, era casi felina es cierto aspecto, pero no solo causaba ternura , tenían la amalgama justa tanto que le era difícil quitarle los ojos de encima.

-Desde ya le agradezco el gesto de invitarme, es usted mas que amable. Pero... aquí entre nos.. que hace un hombre como usted, saliendo solo a beber alcohol solo en una taberna?-

Jason pidió que se rellenaran los vasos ya vacíos después del brindis mientras respondía a su pregunta con determinación. Lo siguió a ello la pregunta de rigor sobre su nombre - Mire Sr. Jason.. los conocidos me llaman Sweet aunque ese no sea mi verdadero nombre, por suerte aquí nadie lo sabe - y en un susurro y mirando alrededor agregó -Le aseguro que es horrible!- y soltó una breve risa cerrada.

-Lo que me gustaría es resultarle a Usted algo mucho mas sabroso que esa bebida que esta bebiendo -
Mi mirada se concentró de lleno en la suya diciendo mas que las palabras pronunciadas. Bebí un poco mas de cognac del vaso, apenas un poco o terminaría ebria de inmediato. La gente era una masa de conversaciones a nuestro alrededor ajena al dialogo que estábamos entablando, el bullicio reinaba en este lugar de esparcimiento.

por **Jason Schwaitzen** Jue Ene 03, 2013 8:40 pm

Inconscientemente, tal y como hacía cada vez que conocía a alguien, el análisis se llevaba a cabo: sus ropas, sus gestos, sus movimientos, sus tonos de voz, sus tics, el nivel de su escote y su maquillaje…nada se le escapaba al felino de ojos claros. Ni siquiera la extrañeza de aquel nombre, que más bien parecía un sobrenombre o seudónimo propio de algún profesional que ejerciera las artes visuales y/o literarias, o quizás de las artes amatorias…¿Acaso ella era…?

Por eso había insistido con ese pequeño pero gran asunto, y sorprendentemente la mujer le respondió sin molestarse – por lo general el que se molestaba por ese tipo de preguntas era porque tenía algo que ocultar – incluso riendo ante la temporal imposibilidad de saber qué escondía tras esas letras que en su inglés tenían un significado bastante particular. El gato había encontrado su bola de estambre, y por algún candente motivo que bajaba por su garganta hasta alojarse en su estómago tenía la impresión de que esa curiosidad no iba a matarle, al menos no literalmente. – Pues…soy un hombre ocupado, pero que se da tiempo para momentos de esparcimiento como este. Hay que saber equilibrar la profesión con la diversión – Le respondió con una sonrisa que se hizo más amplia y acechante con sus próximas palabras y gesto facial. Se estaba convenciendo cada vez más aún de dónde iba a terminar esa noche. Esos mismos pensamientos bajaron paulatinamente a su pantalón, y el alcohol hizo lo suyo en el oído de la mujer, en un susurro con entonación grave y que daba la impresión de ser un ronroneo – Y a mí me gustaría descubrir algo más que su verdadero nombre, Madame Sweet…- ¡Oh! El sólo decir su nombre de esa forma le hacía desear tantas cosas… - ¿Me concederá ese humilde deseo bajo las paredes de la privacidad?...- Un nuevo ronroneo cantarino y sensual se produjo al aspirar el aroma de su piel por tantos segundos, y eso terminó con el letargo del tigre que se hizo presente en su prisión de tela. Quería a su presa ya mismo…

por Sweet Von Teese* Miér Ene 09, 2013 10:31 pm

Luego de unos breves instantes se dio cuenta el porque de la pregunta, había resultado ser un pícaro este hombre, pero seguramente sabia que el alcohol que corría por las venas de la mujer la estaría dejando algo escasa de conexión de neuronas. Me reí al pensar en esto, fue una risa para mi misma mas que una risa para que el resto lo notara, era un hombre sabio ademas de tentador a los ojos, tenia un "no se que" , un toque felino en todo lo que hacia, un dejo de sensualidad que en mi vida no había visto, lo mas aproximado a ello eran alguno que otro cortesano pero ni siquiera llegaba a esos extremos de sensualidad.

-Confieso estar impresionada con usted Monsieur Schwaitzen, no es fácil ver un hombre como usted en la bella ciudad de París - oculte una sonrisa tímida, que no fue a propósito lograda sino que fue espontanea, me conectaba con la Heather que llevaba dentro, era increíble, después de este tiempo trabajando en burdeles era difícil que esto pasara, pero así era.

No pude dejar de mirar sus rasgos y algo que me atraía muchísimo era su porte, de hombre de espalda grande, no podía mas que imaginar cosas de lo mas pecaminosas con ese hombre, de sentir la necesidad de tocar su piel cálida y de que humedeciera mis labios con los suyos. Pero no podía arrojarme a sus brazos así sin mas. Después de todo esto no era el burdel, así que con sutileza coloqué mi mano sobre la suya tocando sus nudillos y acariciando sus dedos delicadamente. Era muy pronto para tocar su pierna? Sentía la curiosidad de tocarlas para sentir sus desarrollados músculos. Me descontrolaba, no era yo esta persona, porque habré bebido tanto alcohol... pensaría que seria una mujer cualquiera y terminaría dejándome allí sentada en la barra sin mas que un adiós, hasta luego si avanzaba de repente así que espere el permiso para continuar y dar el próximo paso.

Un ronroneo al oído? eso era lo que escuche o estaba equivocada? una sensación de nerviosismo me recorrió la boca del estomago y no pude omitir un breve suspiro incontenible que trate sin sentido de apaciguar con la yema de los dedos sobre mis labios. Caray, ya lo había notado de seguro, era muy observador. Atiné a sonreír y a ofrecerle un tierno

-Por supuesto- bajando un poco mi cabeza en señal de timidez.

por **Jason Schwaitzen** Miér Ene 16, 2013 1:00 pm

Aquello había dejado de ser una ida normal a la taberna. ¿Hace cuánto que no se acostaba con una mujer? Los tiempos en su oficina y en la Corte no le habían permitido semejante “proceso”, así que se podía considerar actualmente a Jason como un “reprimido”, en uno de los tantos sentidos en que se podía aplicar la palabra. Y por cómo estaba de ansioso su lado menos humano, no iba a dejar escapar esa oportunidad para cometer el delito más placentero de todos.

Aquellas muestras de timidez – que creyó aparentes – le provocaron más, igual que ese roce que parecía terciopelo sobre su mano. La respuesta afirmativa fue la dolorosa excusa perfecta para retirar esa rosa de su mano y solicitar al camarero una de las pocas llaves que quedaban colgadas en la pared, acompañándola de una jugosa y tentadora propina que el trabajador no rechazó. Una vez que el metal tintineó entre sus dedos y las indicaciones fueron dadas, se incorporó primero para ayudar a la dama con la mano que pronto recorrería algo más que su dorso. Con la ansiosa calma proveída por el autocontrol y la compostura se dirigieron a la puerta de madera intentando obviar las miradas y sonidos propios de la sección a la que se estaban adentrando, ingresando a su vez al lugar y manteniendo él la caballerosidad, dándole la pasada con un elegante gesto de su mano. Se veía una decoración y composición un tanto simples, justificables quizás por las ganancias que no habían sido demasiado buenas en el último tiempo, pero era más que precisa para lo que deseaban hacer.

Una vez dentro, fue el abogado quien rompió silencio y distancia con una “respetuosa” arremetida cogiendo con un brazo la esbelta cintura de la señorita, saciando milimétricamente el deseo que se hacía notar cada vez más – Bien, Madame Sweet…- Dijo sin dejar de observarla, sin dejar de acecharle un segundo como el tigre que rodea a su presa antes de saltar y morderla - ¿Me dirá su nombre real? O…- El tono de supuesta amenaza se disfrazó de un susurro seductor casi pegado a los labios ajenos, rozándolos apenas – ¿Tendré que robar la respuesta de vuestros labios?...

por Sweet Von Teese* Dom Ene 27, 2013 10:32 pm

Esa mirada podía conseguir cuanto deseara de quien sea, seguramente era un arma mas que desarrollada por su labor diario con las leyes, con la persuacion continua, pero que importaba eso? Los movimientos de él eran precisos. No había mucho mas para no entender, estaba dispuesto a acostarse conmigo, y lo mejor de todo era que no fue necesario encontrarse en un burdel para hacerlo, después de mucho tiempo no cobraría por complacer a un hombre, y qué hombre!

Esta vez notaba el encanto que se producían sus movimientos, sus dos orbes y por sobre todas las cosas le gustaban sus manos, no podía mas que pensar en sentirlas en sus húmedas zonas intimas, realmente estaba sintiéndose raramente alterada como hace mucho tiempo no sentía.

En el burdel las personas con las que te acuestas no son mas que clientes y solo eso, no es necesario encontrar con ellos mas que un placer creado por la mente propia de la misma prostituta que busca crear un ambiente acogedor para que el macho se desenvuelva de la manera mas placentera y se sienta lo mas masculino posible, que sienta que todos los deseos y perversiones que busca las encontrará realizadas al llevarse a la cama a la cortesana elegida. No hay sensaciones personales y muy raramente el cliente tiene un atractivo notable.

Hace mucho no tenía esta experiencia, ademas que el hombre no consultó su profesión, lo cual fue aún mejor, sino tendría que fingir cualquier otra porque a no todos les es atractiva una mujer que fue poseída por otros hombres antes.

Jason con sutiles movimientos solicitó una llave, abonó una buena propina y sin dejar pasar mas tiempo me ofreció el brazo al cual me entregué de inmediato tomando la cartera y abandonando la barra. Me encontré de pronto en una modesta habitación conducida por el caballero el cual de forma respetuosa me tomó de la cintura acercándome a su cuerpo que me produjo sensaciones breves de placer al acercar nuestras caderas, como había dicho antes su porte me conquistó desde un primer momento, pero al notar su fortaleza al tenerlo cerca me hizo entregar un sordo suspiro incontenible. A escasa distancia estaban sus deleitables labios, la respuesta salió de entre mis labios casi en un susurro, y acompañada con el calor en las mejillas le contesté

-Creo Monsieur, que debo negarme a ello e imagino que tendrá que arrebatármelo si lo desea .... -

Una sutil sonrisa puso el último punto en la frase mientras lo observaba con el mentón en dirección a mi pecho dejando entreveer unos grandes ojos aniñados.

por **Jason Schwaitzen** Jue Feb 07, 2013 7:41 pm

Aquella coquetería le daba la idea de que Sweet era una presa entregándose a su depredado y captor entre cuatro paredes. Y el tigre se relamía gustoso por dentro, afilando sus garras para tomar ese cuerpo para sí y no soltarlo en toda la noche. Y es que esa anatomía era un delito consumado: Tentador como el hurto, delicioso como una violación, fácil como una injuria. Lo tenía todo frente a él, y no lo iba a desaprovechar: era como si la prueba definitiva de un juicio se le estuviera entregando con los brazos abiertos.

- Créame, Madame…- Mencionó atreviéndose a cogerle sutilmente del mentón para alzarlo y ver de aún mejor forma sus facciones, deleitándose con la perfección que presentaban – Voy a arrebatarle algo más que su verdadero nombre…- eso en otra circunstancia se podía tomar como una amenaza, pero el hecho de que estuviera acercando su rostro lentamente hacia ella arrancaba de cuajo tamaña posibilidad. Sus labios se rozaron, y bastó una sonrisa y mirada felinas para que la unión se produjera de una vez por todas.

Como en sus investigaciones, lo primero era tantear el terreno, conocerlo, inspeccionarlo con tiempo y delicadeza, tratando de mostrar la menor ansiedad posible aunque su instinto le motivase a hacer más cosas en la misma cantidad de tiempo; con la salvedad de que esta “revisión” era mucho más candente y húmeda. Era una auténtica delicia.

Y cual drogadicto que se resiste a dejar su droga se separó de la boca ajena, relamiéndose coqueto como el gato que era muy en el fondo. Le sonrió grato y complacido y acarició su rostro con delicadeza, como si estuviera tocando los pétalos de una flor, aplicando el respeto y el control que había aprendido a tener de sí mismo para con su acompañante – Más embriagante que cualquier trago, y más hermosa que la mejor puesta de sol… ¿Qué hice para merecer una compañía así? – Reflexionó alzando lentamente las manos, como previa a lo que mencionaría después – Me declaro inocente, y puede revisarme si así lo desea…- Su sonrisa llena de deseo y su mirada acechante hablaban por sí mismas: era una invitación abierta…y añoraba ver qué haría ahora la dama de elegante figura.

por Sweet Von Teese* Dom Feb 24, 2013 9:59 pm

No podía negar que tenia una sensación combinada de ansiedad, lujuria y temor por este encuentro. Pero pensaba dejarme llevar por ellos y ver que es lo que me deparaba este encuentro ¿inesperado?, podría decirse que al menos no había sido planeado.

Sus dedos estaban tan suaves que no veía el momento en que los pasara por mi cuerpo, quería sentirlos en mi. Pero también sabia que debía mantener una postura mas modesta como cualquier otra dama de casa. Pero me dejé llevar por el momento y me encontré recorriendo su cintura, y levantando su ropa a esa altura solo para tocar su cuerpo y sentir su piel. Amé hacerlo!

Tomándome mas atribuciones de las que debía me encontré tocando sus muslos internos con una mano casi llegando a la altura de sus genitales, y al notarlo mis mejillas parecían arder como si estuviera enferma. Oh por Dios! Lo deseaba, lo deseaba descaradamente y quería sentirlo dentro de mi cuanto antes. Quería ser recorrida por completo, ¿cómo podía ser?

-Oh, me he tomado la atribución de revisarlo! Que atrevido de mi parte, creo que como respuesta normal esperaría que haga lo mismo de mi, para estar a mano ¿no cree?- dije con una sonrisa en mis labios mientras tocaba un poco mas su entrepierna

por **Jason Schwaitzen** Miér Mar 06, 2013 6:57 pm

Le encantó que le “registrara” de esa forma. Sabía que detrás de esa fachada de chica tímida e inocente se escondía una mujer decidida y ansiosa, y también muy lanzada a juzgar por el tipo de caricias que realizó en el cuerpo del abogado, dejando atrás la camisa ceñida al cuerpo para percibir aquellos dedos que pronto deseó sentir recorriendo más centímetros de su piel. Su anhelo por ella se incrementaba de tal forma que cada vez quería menos preámbulos y más acción, percibiendo ya dolor en su entrepierna que aclamaba protagonismo a tirones. Con aquella mano aparentemente torpe “allí” no hizo más que quitarse la chaqueta lanzándola lejos. Ya le limpiaría y la plancharía. Había tiempo para eso, pero no para lo que estaban a punto de hacer. El Decoro debía dejarse de lado de una vez por todas.

Correspondió su sonrisa con una más amplia, dejando ver incluso peligrosamente parte de sus colmillos, aunque dudaba de una posible reacción negativa de ella a causa de aquel detalle. Bajó las manos, y sin pedir permiso las deslizó por el corsé a la vez que sus labios trazaban un corto recorrido por el aire hasta su oído – Al parecer me tomaré más atribuciones que simplemente registrarle, madame…-Susurró y las amarras fueron cediendo hábilmente para dar paso a lo que quería ver: aquel par de apetecibles esferas que se descubrieron cuando la prenda besó el piso – Magnífico…- Dijo complacido, tratando aquel par de auténticos tesoros con delicadeza a pesar de su excitación, poniendo a prueba su autocontrol sobretodo con lo que sucedía entre sus piernas. – Creo que ya me sobrepasé…-una sonrisa coqueta y un ligero apretón, rozando los pezones ajenos.- Y me seguiré sobrepasando…hasta conseguir escuchar lo que deseo de sus labios…-Un mordisco leve en el lóbulo y tiró de una de sus manos para llevarle a la cama, con él debajo y ella encima. Su bulto y su entrepierna se rozaron, y el gemido en forma de ronroneo se volvió a escuchar.

por Sweet Von Teese* Vie Mar 08, 2013 8:34 am

Un gemido lujurioso se presento apenas sintió sus dedos en los pezones, las ansias comenzaban a ceder mientas el calor interno aumentaba, ya había cumplido con su papel de mujer recatada frente a la gente y frente a este hombre, era hora de dejarse llevar por las circunstancias y por el el fuego interno que la recorría por dentro de solo sentir el palpitante miembro del hombre que tenía frente a ella.

De pronto se encontró sobre el mismo, la ropa ya empezaba a molestarle, esto no pasaba cuando solo llevaba las ligas y podían simplemente arremeterla sin mas. Conservando una mirada picara y dispuesta a satiafacer todos los deseos de este ejemplar magnífico, ya encima de su cuerpo y sintiendo la presión de sus caderas comenzó a contornearse sobre ellas, oprimiéndola contra sus zonas erógenas.

Lo deseaba y no pararía hasta verlo gritar, todo condicionaba: su ímpetu, su impronta, su profesión, todo la excitaba de solo pensarlo. Un hecho pecaminoso inclusive, a veces imaginaba que el hombre con el que estaba podía tener mujer y eso le encantaba.

Siguió moviéndose rítmicamente sobre su pelvis mientras apoyaba sus pechos contra la ahora desabrochada camisa y torso desnudo, contuvo las ganas de arañarlo porque hubiera sido demasiado ya, pero al menos pudo imaginarlo...de pronto, después de depositar un beso en sus labios, fue bajando con una caricia hasta la cremallera bajó y sacando su miembro comenzó a practicarle sexo oral primero lentamente sintiendo como gozaba con las caricias de su boca y luego un poco mas rápido mientras se sentía mojarse poco a poco.

por **Jason Schwaitzen** Sáb Mar 16, 2013 5:52 pm

Ninguna tortura podía calificarse como agradable – aunque en el caso de los sádicos y masoquistas aquella apreciación era prácticamente un dogma incuestionable -, pero el hecho de que sus caderas se contorneasen alrededor de aquel bulto limitado por las finas y caras prendas de ropa de la forma en que lo hacían causaba un placer solamente comparable a comer y dormir después de días sin poder hacerlo.

Los gemidos de él no se hicieron problema en presentarse y quedarse por largo rato en la boca del abogado de ojos e identidad felina, replicándose las respuestas a la hora en que la pintada boca de la “dama” se fue en búsqueda de placeres más profundos, primero lento y después rápido, demostrando la habilidad que había permanecido oculta cuando se habían besado antes. El tigre ronroneaba de gusto con los ojos cerrados usando su zarpa derecha para acariciar los cabellos ajenos a la par que metía de cuando en cuando algo de presión, tal como hacía ella con la velocidad, calibrando la fuerza que ejercía en la misma. A ratos era apenas un empujoncito, y en otros se dejaba llevar por el placer hundiéndole la cabeza hasta que su otra “cabeza” tocare la garganta de la mujer por unos cuantos segundos. Esa sensación de posesividad era un disfrute total para él, y aparentemente para ella que no dejaba de realizar con goce su tarea autoimpuesta.

Cierto aroma capturó la atención de su finísimo olfato, y por ello le hizo un gesto para que le prestara la misma, mirándose ambos a los ojos de tal forma que esa habitación parecía incendiarse progresivamente. – Su boca…-jadeó- hace maravillas, Madame Sweet…pero ahora…-otro jadeo- yo quiero hacer maravillas en su cuerpo…-Le dijo con insinuación para nada ingenua y se sentó en la cama para quitarse el resto de la ropa bajo la atenta mirada de la cortesana, a quien después cogió de la barbilla para besar apasionadamente sus labios, atrapándole entre sus poderosos brazos para depositarla a ella ahora contra el colchón y las sábanas. Un beso, luego otro, y finalmente una mano descendió traviesa hasta la entrepierna ajena, atrapando su clítoris con pulgar e índice por unos segundos sin dejar de juguetear con su lengua, capturándola también entre sus labios para succionarla con erotismo. Aquella mujer le había encendido de sobremanera, no se iba a detener hasta que la habitación se incendiara de sexo.

por Sweet Von Teese* Miér Mar 20, 2013 8:06 pm

Ya dentro de la habitación no había problemas, no había miradas acusadoras, así que podía moverse con la libertad que se le cantara en ganas, de todas formas el sexo era visto por ella como el mas divertido de los juegos de la vida.
Ante la adulacion del hombre no pudo mas que decir

-Es lo que me estas provocando, cariño-

Este hombre estaba jugando de la mejor forma, su mano en su cabeza manejando la situación mientras ella succionaba repetidas veces su miembro la habían llevado a niveles de calor altos. Para completar esta situación, él se termino arrojando sobre ella apretando su clítoris delicadamente hasta mojarla aun mas, lo quería, quería sentirlo dentro de ella.

Su lengua se movía con total libertad, tomando como prisionera a la suya, haciendo que bailara de gozo. Que placer, su menté se despegó por completo de la realidad mientras sentía el peso de su cuerpo de Adonis sobre ella y sus dedos pellizcando su zona mas erógena después del punto G.

Se contuvo cuanto mas pudo, hasta que por fin no lo soportó mas, era incontenible, era necesario y de una urgencia absoluta. Así fue que entre gemidos suplicantes de placer le pidió

-Hazme tuya Jason!-

y se abrazó a su contorno fornido, como se abrazaría a un amante incontrolable, con frenetismo y pasión, con lujuria. Con ambas manos se presionó los pechos mientras lo miraba a los ojos con un fuego interno que pocas veces sentía durante sus jornadas laborales.

por **Jason Schwaitzen** Miér Abr 03, 2013 9:44 am

Aquella mujer parecía un sueño hecho realidad. O más bien un pecado hecho realidad. Su cuerpo y su actitud eran un delito andante que invitaban a las más profundas tentaciones, e incluso un defensor de la Justicia como él no había podido resistirse a sus encantos; lo que no consideraba algo malo. ¿Qué había de malo en satisfacer los deseos sexuales de vez en cuando? Que no fuera con la pareja o con la esposa, según los estándares sociales…pero si nadie más se enteraba, o si no había personas a la cual rendirle cuentas, ¿Qué problema había? Ninguno, al parecer del excitado felino que poco podía hacer ante el deseo y la posterior súplica de la mujer, quien parecía a punto de explotar por la ansiedad de no estar unido su cuerpo al de su particular acompañante.

El tampoco podía contenerse más, y por eso tras mirarle de manera cómplice, quemándose los ojos por el calor que los ajenos desprendían se acomodó entre sus piernas, aunque sin entrar aún. Tal y como un delito con agravante de ensañamiento, hizo que el delito cayera en una tortura innecesaria y quizás excesiva para la mujer con el roce de toda su extensión viril en su entrada sin ingresar en ella aún, sólo para que la punta de su miembro rozase su clítoris en repetidas ocasiones – Si le complazco… ¿Me dirá su secreto?...Quedará…sólo entre estas paredes…y nosotros…-le susurró entre jadeos de deseo poco contenido, pendiente y enfocado aún en aquel capricho que no se le había salido de la cabeza desde que lo había percibido. Era su curiosidad felina y su porfía de querer siempre saber la verdad lo que convertía aquella noche en algo mucho más divertido que otras. Aparte del hecho de yacer con una mujer tan ardiente como ella, claro.

Su cadera no paraba de moverse contra la ajena, dándole un preámbulo de lo que iba a pasar inevitablemente en unos segundos más. Lo único que quería era escuchar su respuesta afirmativa, la que sabía que vendría arrastrada junto con el júbilo que la mujer estaba sintiendo. Sólo era cuestión de tiempo, y de unos roces más.

por Sweet Von Teese* Vie Mayo 03, 2013 2:34 pm

Un cosquilleo constante sentía en sus partes mas intimas, no podia parar de imaginarse ese hombre penetrándola violentamente y agitándola contra su esmerado cuerpo, era un placer sin nombre. Era pecaminoso como le gustaba a ella. Era tan sensual como se lo imagino aun como cuando estaba vestido, su seguridad en si mismo lo hacia de lo mas tentador.

Sus caderas se movían y su miembro rozando las zonas mas erógenas. Estaba por estallar mientras mas gemidos salían de mi boca, suplicantes, audaces, sin importar el que dirán de las habitaciones contiguas.

- Esta bien, te lo diré si me complaces ... ahora, ya hazme tuya - susurró mientras se aferraba a las sabanas arañándolas de lujuria. Sus miradas se cruzaron una vez mas en picardía y complicidad.

-Mira lo que me obligas a decirte - le dijo mientras se apretaba los pechos con sus manos y arqueaba un poco su espalda.

La habitación no estaba mas, solo sentía el calor de ambos, sus partes húmedas y su miembro amenazándola, no había nada mas, ni cama, ni puertas, ni sonidos en las habitaciones de alrededor.

por **Jason Schwaitzen** Dom Mayo 26, 2013 10:13 pm

Ahí estaba. El felino lo había conseguido de nuevo. La curiosidad no iba a matarle literalmente, aunque posiblemente llegaría a estar agonizante de placer a partir de los instantes siguientes a aquella respuesta cargada de morbosa ansiedad que salió de los labios femeninos que añoraban lo mismo que los suyos. Dejó ver una sonrisa triunfante en medio de sus muecas de placer contenido sólo para provocar y exasperar más a la dama de cabellos oscuros, pero ni siquiera él podía soportar un instante más sin unir sus cuerpos.

- Es una joven…obediente…-susurró deteniéndose, expresándose en medio de las profundas bocadas de aire que tomaba para precisamente poder hablar, reabasteciéndose al tiempo que observaba aquella delicada figura bajo él, y que esperaba no dañar en medio del coito inminente. – Se merece..un premio…- Y sin mediar más palabras que aquellas, su cuerpo se unió al de ella con controlada premura, ingresando en toda su extensión a la par que un sensual gemido de complacencia se desprendía caprichosamente de sus apetecidos labios. Apegó pecho con pecho y una vez obtenida la rápida venia de la mujer de sobrenombre inglés las caderas empezaron su fricción, convirtiéndose rápidamente en choques autoritarios y fuertes mas no agresivos. La boca masculina se fue al cuello femenino subiendo hasta el lóbulo de una de sus orejas, instalándose allí con sus gemidos y con su propio oído para deleitarse también con el espectáculo auditivo y corporal que estaba ante él.

por Sweet Von Teese* Lun Jun 03, 2013 5:19 pm

Su mente no dejaba de salir de ese estado de eterno e infinito éxtasis, sus caderas no podía dejar de menearse levemente y es espasmos sobre el la dura pelvis de este hombre ardiente, ardía realmente, su cuerpo quemaba al tacto, o solo era el momento? ... Que carajos importaba eso ahora. Entendía por fin el hecho que las mujeres solían perderse en divagaciones durante el acto sexual y justamente eso las perdía en el lugar, la mente dejaba de trabajar y la situación no se disfrutaba tanto como debía ser.

Volviendo a la erótica realidad se asomo a observar como el miembro de este bello hombre la penetraba con una sutil violencia. Parecía conocer exactamente lo que a las mujeres mas le gustaba, como hacerlas gozar y gritar de jubilo. Un cosquilleo invadía su oreja a medida que rodeaba su lóbulo con su lengua.

- Oh si!... ohhh ... oh que bien lo haces, continua así, si, si! ... - gemía a medida que el hombre avanzaba en su estampida y luego lo tomó son frenetismo por detrás de la nuca peinando al revés sus cabellos mientras presionaba para darse impulso y mecer el cuerpo de ambos pegándose al de él. Sabia que no era posible pero ahora que lo sentía dentro de ella no quería dejarlo ir, una de las pocas veces que tenia sexo solo por el placer de tenerlo.

Se aferro a su torso con ambas manos en la espalda de él y arañó la misma mientras arqueaba su espalda para que la penetrara aun con mas fuerzas, quería que la llenara por completo hasta mas no poder.

- Oh abogado, deme la condena que me merezco, démela y áteme a la cama de ser necesario hasta que reciba toda la pena que me merezco por semejante aberración, una dama no debe comportarse como lo estoy haciendo, lo se! - un sonrisa de oreja a oreja la delataba, era pésima actuando pero le encantaba cumplir diferentes papeles en la cama. Si quería una mujer sutil, eso sería pero si quería una guerrera también podía actuarla. Era cuestión de probar que era lo que él quería.

por **Jason Schwaitzen** Vie Jun 14, 2013 11:10 pm

Desde el momento en que la unión se consumó, todo pensamiento que no fuera el deseo de ver a aquella mujer retorciéndose entre su cuerpo y las sábanas y oír gemidos y gritos femeninos hasta largas horas de la madrugada se esfumó de su mente; incluso el hecho de que tenía que comenzar a trabajar desde temprano al día siguiente, preparando dos casos importantes y recibiendo a al menos tres potenciales clientes que recurrían a sus servicios recomendados por sus habilidades con el uso del Derecho. El cuerpo había terminado de superar a la mente y ésta simplemente se enfocó en satisfacerle, considerando además que este era un “premio” más que merecido por la rotunda victoria hace horas atrás. Una victoria que no sólo significaba la libertad de su defendido, sino también una importante suma de dinero a sus arcas, que ya estaban bastante hinchadas por la cantidad de francos que tenía guardados en éstas.

La mujer de –verdadero- nombre aún desconocido le provocó un tremendo placer con aquellos sutiles acomodos que a la vista no parecían tan sutiles. Estaban completamente pegados, y esa era una invitación abierta a que las cosas subieran un poco de nivel, y a que la habitación ardiera un poco más. Y su tentadora invitación a gritos, por supuesto que también. – Le daré…cadena perpetua contra mi cuerpo…con todo gusto…-Anunció cual juez y se acomodó de tal forma que quedó erguido de rodillas en la cama, con la dama prácticamente encadenada a su cuerpo cual marsupial. – Una cadena muy dura…-susurró a su oído al tiempo que sus manos bajaban hasta coger las caderas ajenas para comenzar una potente y ruda arremetida vertical, moviendo el cuerpo ajeno para complementarlo con sus propios movimientos ascendentes que le arrancaron más de un gemido de disfrute puro; y aquello no tenía por qué considerarse como negativo como a veces se hacía, y mucho menos considerando las reacciones femeninas que ni en imágenes ni en narraciones podían ser mejor descritas que siendo el protagonista y viviendo el momento. Aquella mujer era una maravilla.

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