Una vuelta por la taberna no esta nada mal +18 (Jason Schwaitzen )

por Sweet Von Teese* Dom Dic 02, 2012 11:09 pm

Recuerdo del primer mensaje :

La noche aun no había despuntado, serian alrededor de las seis y media de la tarde cuando termino de ordenar y limpiar la despensa de su nuevo hogar, apenas unas semanas en la mansión de la esperanza bastaron para acostumbrarse a su gente, al hogar que formaban entre todos allí. Al principio como todo lo nuevo, tenia desconfianza hasta que como siempre entró confianza y ya no había barreras que traspasar. Solía hablar con la gente del lugar por horas.

Esa tarde estaba mas que agotada por el trabajo, que se sumaba a su ya normal tarea de prostituta en el burdel. Hoy era día libre así que había que aprovecharlo. Contaba con algo de dinero, no tenia sueño y el cuerpo estaba algo cansado pero respondía aun así que se decidió a pasar un tiempo y reencontrarse con su amor por el alcohol. No era de esas mujeres que tomaban hasta embriagarse pero le gustaba sentir el sabor del licor. El licor era su pasión en cuanto a bebidas. Se vistió de forma casual, aunque siempre disfrutaba de seducir a cuanto hombre o mujer se cruzara en su camino así que no faltaba algún que otro detalle en el cual mostrara un poco sus atributos sin exponerlos por completo como lo hacia en el burdel .

En este caso se puso una falda larga abrochada de lado y un corset sin nada especial mas que le quedaba entallado porque parecía hecho para una mujer con poca delantera. Se maquilló con polvo y kohl como delineador y partió caminando a la taberna por ese tan ansiado licor. Ella se lo había ganado con el sudor de la frente.

Entró en el lugar y se sentó en una mesa chica, estaba mirando por la pequeña ventana del lugar cuando un hombre corpulento se acercaba al lugar. Era un hombre castaño, joven, muy apuesto. Lo miró con agrado, su caminar era especial, era seductor por naturaleza, era raro ver un hombre así sin compañía de una bella dama a su lado. Tampoco llevaba anillo de compromiso por lo cual no había motivo aparente para no acercarse a tener una breve charla con él. La noche recién nacía y no había nada mas aburrido que permanecer en una taberna bebiendo sola. Tomó su abrigo y la pequeña cartera y se acercó a las banquetas de la barra en donde estaba el hombre. Lo llamó con la mirada mientras le decía -Molesto si me siento aquí señor?- con su ya tan común voz seductora que no era preparada sino que salia espontáneamente como por arte de magia al dirigirse a otras persona.

por Sweet Von Teese* Lun Jun 17, 2013 1:25 am

Él le estaba dando una dura condena y de eso no había duda, lo que realmente valía la pena. Estaba disfrutando demasiado de su miembro palpitante entre sus piernas, lo sentía latir dentro suyo, lo sentía erguido y duro para ella. Que mejor sentimiento y su cuerpo era una escultura, merecía ser tocado y recorrido por completo.

Se aferró a su cuello de una de sus manos y apretó unos mechones de su cabello corto, sintiéndose penetrada aun mas fuerte mientras los testículos de el golpeaban contra su cola, arremetiendo bruscamente contra su vagina totalmente húmeda. No soportaré venirme si sigue así, se repetía una y otra vez. O me vendré varias veces por lo visto...

Acercó la punta de su lengua a la oreja recorriéndola entera y danzando obscenamente en ella para luego susurrarle - Jason, déjame bailar sobre tu verga, te prometo que no te vas a arrepentir, me dejas?- le dijo en tono de suplica mientras sentía su miembro endurecerse mas dentro de ella y golpeándola hasta abrir bien sus piernas hasta retirarlo por completo.

Apenas apoyó todo su cuerpo contra las sabanas pudo contemplarlo por completo y se excito, sintiendo que no iba a poder contenerse si lo seguía observando y optó por sentarse sobre una de las piernas de él dejando sus piernas una a cada lado y sintiendo entre sus muslos las firmeza de sus musculo. Metió una vez mas su miembro erecto en su boca y ayudándose con ambas manos comenzó a frotarlo de arriba hacia abajo acariciando el glande con su boca. Cuando estuvo perfectamente húmeda y lubricada se sentó sobre su pelvis sintiendo el empujón de este y comenzó a moverse despacio y luego mas rápido sobre él después de colocarse el pene dentro de ella una vez mas, jadeando por la sensación y regocijándose por el placer que recibía. No podía verlo, no podía!, cerró sus ojos para olvidarse de él y pensar en otra cosa así podía disfrutar mas tiempo de esto, así podía terminar mucho mas tarde rendida en esas sabanas sintiéndose desfallecer como no pasaba hace mucho tiempo. Lo necesitaba, lo quería dentro suyo todo el tiempo posible.

por **Jason Schwaitzen** Dom Jun 30, 2013 5:29 pm

La posición adoptada fue la ideal para la clase de placer que la damisela añoraba hace unos minutos, confirmándolo a cada momento con cada reacción auditiva y móvil que parecían no tener fin. Empezaba a creer que su acompañante tenía alguna especie de trastorno sexual, aunque también las ideas de la insatisfacción y la ansia de aventuras fuera de lo común se alzaban como alternativas. De todas formas, el momento actual no daba para pensar mucho; menos con ese contacto agudo en su oreja que por instantes le desconcertó y desconcentró, provocándole ronronear intensamente a la par que asentía casi con desespero ante su pervertida propuesta, aunque más bien la respuesta había sido tan expresiva y categórica por la incapacidad misma de una reacción en forma de palabras.

Aprovechando el momento de “descanso” que Sweet le daba se reclinó hasta apoyarse con las manos con las piernas abiertas, ejercitando su mirada para el cuerpo de escándalo de la mujer que ahora bañaba parte de su pierna con sus fluidos vaginales y su miembro con fluidos salivales, además de provocar roces intensísimos con sus manos. No se contuvo en los gemidos antes, menos lo hizo cuando fue introducido nuevamente dentro de ese cuerpo que no quería apartarse de él, acoplados a la perfección como dos piezas de rompecabezas. Y el verla así, montándola con los ojos cerrados con tal ímpetu…fue algo sublime. Se ayudó con una mano para cogerla de su cadera y su boca bajó para intentar arrancar algo de leche de aquel par de montes a punta de succiones y algunos mordiscos, manifestando su “frustración” luego con lamidas entre ambos y en su cuello.

Con el sudor bañando su cuerpo como segunda piel, Jason “sufrió” de primera fuente los servicios de aquella dama. Los efectos fueron tales que el cambiaformas terminó recostado, masajeando y manoseando con descaro todo lo que podía alcanzar de aquel demonio con cuerpo de ángel que parecía haber adoptado su miembro como parte de su propia anatomía. Era el abogado el que gemía más fuerte a ratos, superado por su placer y su resistencia, liberando ya líquido preseminal entre las paredes de “su” chica temporal – Si…sigue así, madame…- No eran necesarias más palabras, se sabía empíricamente a lo que se refería – Uhm…s-su nombre…d-dígamelo…antes de que…- Y si el hecho de que su éxtasis estaba cerca no era suficiente como exigencia, dos dedos se apoderaron de su clítoris autoritariamente para incrementar más aún aquella placentera presión, alimentándose de sus muecas faciales como si de eso dependiera su vida.

por Sweet Von Teese* Lun Jul 08, 2013 11:31 pm

La cabalgata le ponía los pelos de punta. No podía contener las presiones de su cuerpo para con el de este hombre, su miembro estaba erguido en plenitud, alcanzando los puntos mas profundos de la cavidad de ella. Esto mas el contacto con su piel la dejaba fuera de si.

Volvió a centrar su vista en las pupilas del hombre que desenfrenadamente buscaba tocarla a como de lugar, ella buscaba sentirlo mas adentro aun, algo que se sabia imposible pero que el momento lo ameritaba, ese desenfreno en pleno éxtasis.

-Oh..Oh..- y muchos mas gemidos se acumulaban en la habitación, cualquier vecino de cuarto podría haberse quejado ya los los continuos gemidos y gritos de estos dos. A esas horas de la noche muchos optaban por pagar una habitación de estas para dormir y no para oír groserías o suplicas candentes.

-No pares .. Sigue así, me encanta!- Continuaba Sweet con los gritos mientras su cuerpo se convulsionaba ante el movimiento de la pubis ardiente de Jason. Un escalofrío recorrió su espalda, haciéndola desfallecer mientras sentía una explosión en su interior seguida de un hormigueo sobre todo su cuerpo que la recorría de la cabeza hacia todas las extremidades haciéndola temblar y convulsionar de manera involuntaria.

Los labios de su pubis se habían cerrado como en un beso contrayéndose y abriéndose rápidamente sobre el pene de Jason, mas fluidos lo mojaron haciendo que este se deslizara a su antojo en su entrada y salida constante del cuerpo de ella hasta llegar al punto de acabar en su interior, descargando su simiente en ella, mientras esta se arrojaba sobre el torso de él, agotada sintiendo ambos corazones palpitando violentamente, sus cuerpo sudados y las sabanas desparramadas a su alrededor. Sus respiraciones entrecortadas y en el rostro de ella una sonrisa y las mejillas coloradas.

- Oh Jason, si esto haces para conocer el nombre de alguien, no se que puedas hacer si necesitas saber mas datos! - bromeó ella manteniendo su cabeza apoyada sobre sus pectorales, recorriéndolos con sus uñas, arañando con gentileza su torso y apretando sus tetillas.

- Odio que conozcan mi nombre, pero tu te mereces saberlo después de tal esfuerzo, me llamo Heather y por eso me gusta mas que me llamen Sweet, como me llamaban mis padres de pequeña - agregó mintiendo en este ultimo detalle. En realidad el nombre de Sweet se lo habían puesto en el burdel donde trabajaba, se apoyó sobre sus brazos manteniéndolos apoyado sobre él y le comento esto ultimo mirándolo a sus ojos. Esos ojos que la habían conquistado y con los cuales seguramente soñaría alguna noche apacible.

por **Jason Schwaitzen** Lun Jul 22, 2013 3:05 pm

Su miembro fue devorado y aplastado sin descanso por las paredes femeninas, siendo impulsado a adentrarse hasta los inicios del útero ajeno por aquella arremetida a la que le faltaban adjetivos para ser descrita de la forma más fiel posible. Incluso se podía especular con que era la mujer de cabellos oscuros la que estaba prácticamente violando al varón de ojos claros por las posiciones, y eso no era precisamente malo para éste, ya que se la estaba pasando de maravilla por lo que se podía juzgar por sus gemidos que ya eran tan altos como los de la mujer.

La cama que los albergaba pronto se unió a los gritos de júbilo con repetidos chirridos a causa de la fuerza bruta –bien oculta- usada por el cambiaformas, pero fue callada y eclipsada parcialmente por los efectos del éxtasis femenino, que permitieron que las embestidas finales masculinas tuvieran mucho más morbo que antes. Su corrida era digna y perversa de verse por su mueca y lo apretada de toda su musculatura, la que ya era un sinónimo de tentación bajo las ajustadas ropas formales que vestía. Aquello duró un par de minutos, en los que la llenó completamente; incluso cuando ya la “damisela” había caído a su pecho en búsqueda de estabilidad para su respiración, y para su propio pecho desbocado por el disfrute y por el esfuerzo.

Su risa fue entrecortada por sus propios jadeos, pero quedó claro que le había divertido. Y lo más increíble de aquello es que no debía tomarse como broma. Si debía acostarse con alguien para conseguir pistas fundamentales para una investigación, no dudaba en hacerlo. Eran las ventajas de no tener pareja: conseguía la información deseada, y como detalle agregado la pasaba bien. ¿Qué mejor?

Abrió los ojos que mantuvo cerrados al oír el fruto de su trabajo, aquella palabra que tanto había buscado desde que le conoció en la barra. Era como el ciervo muerto para el tigre que comenzaba a comer lentamente, victorioso. – Creo que ambos nombres son igual de bellos…aunque no superan ni su rostro ni su figura…- Le dijo sonriente, siendo consciente de aquel tope entre sus ojos. – Esta es una noche que difícilmente olvidaré, madame Sweet. Le agradezco…su “cooperación” – Dijo esto último alzando las cejas de forma cómplice, sabiendo que era aún parte del juego que ambos habían llevado. La abrazó con cuidado y, tras deshacer la unión, le recostó bajo las arrugadas y húmedas sábanas, acomodándose a su lado tras ordenar un poco el descalabro de las ropas de ambos. El sueño no tardó en vencerles, cerrando un capítulo en la vida de ambos que difícilmente olvidarían.

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