Nada me ha durado tanto que tu estando hoy a mi lado [Ignatius]

por **Sirenia Vídgîr** Lun Dic 10, 2012 6:10 pm

Spoiler:

Las estrellas habían abandonado el campo de Paris, los bosques habían sido sembrados con colores vivos de la mañana y el campamento gitano estaba siendo levantado, estaba comenzando a ponerse en marcha y todos comenzaban a cocer el cerdo en la hoguera que muchos temíamos estar. Los misterios que me rodean son muchos como para compararlos con simples historias de brujas, no...No sé qué decir o hacer, que tan solo me sacara de las sabanas finas de mi cama y me hiciera poner en marcha sobre los toques de tierra de este bosque de donde he conseguido moverme sin parar.

El día parecía transcurrir como si nada pasara, entre canticos que había ensayado nuevamente con mi pandereta de velos y ruiseñores platillos de plata, miraba y ahora en la noche, las estrellas habían vuelto a ponerse sobre el cielo oscuro de la noche, y válgame, Margarita y José el chacal se casaban por fin, había una celebración ¿Qué bien? Envidia, celos de que yo quizás algún día jamás podría volver a estar así. A medianoche se dieron palmas a la entrada del jolgorio, mis bailes como regalo a la pareja anfitriona de la noche a la vez que entonaba con el canto en una bella canción:

L'amour de moi, s'y est enclose
Dedans un jolie jardinet
Ou croit la rose et le muguet
Y aussi fait la passerose

Ce jardinet est bel et plaisant
Il est garni de toutes fleurs
On y prend son ébettement
Autant la nuit comme le jour

Helas il n'est si douce chose
Que de ce doux rossignolet
Qui chante au soir et au matinet

Quand il est las il se repose
Ce jardinet est bel et plaisant
Il est garni de toutes fleurs
On y prend son ébettement

Cantaba y cantaba alrededor de la pareja en círculos, saltando poco a poco y haciendo que el vestido blanco que llevaba esa noche también se notara que tenia vida, que bailaba junto con mis movimientos que daba a cada paso. La luna, ahora nuestra testigo, la de ellos y finalmente estando con el grupo me quede cantando y bailando frente a la pareja. Gilbert, nuestro mayor del campamento estaría en su tienda, no era muy sociable excepto cuando tenía que mostrarse ante todos como el manda mas. No le tenía nada de afecto, nada.

Es más era alguien extraño, sin curiosidad en él. Noche lunera, que tiñe con su luz las copas de los árboles y a nosotros nos ofreces frio pero calidez con tu presencia, ¿qué noche especial era esta? Rara vez me sentía así de turbada, de extraña ante todos...Y para finalizar un canto de bendición que esta vez a mí me tocaba gozar de su significado, pero un aura de mala energía comenzó a infligir en mis ánimos. Todos parecían mirarme atentos a mis movimientos, para después ¿Qué? Sentí como por debajo de mis pies la tierra comenzó a temblar...¿Qué pasaba? ¿Un terremoto? ¿En verano? ¿Cómo?

Pero luego entendí que después paso enseguida y Gilbert salió de su tienda pegando gritos por todos lados, alarmando a todos para que se pusieran a cubierto debido antes de que fuera tarde... ¿Pero yo adónde iba? Finalmente pude ver que Gilbert me tomaba de la mano para tirar de mi, pero en cuanto vi a una de las niñas llorar sin su madre al lado, me solté de Gilbert, corrí deprisa en busca de proteger a la niña y tomarla en mis brazos, la sujete contra mi pecho para así poder correr de nuevo con Gilbert. Por una vez había hecho algo bueno que pensar en si mismo...Y no, no era un terremoto, sino que una manada de lobos hambrientos y desatados corrían a través del espacio en donde se había formado la fiesta hasta desaparecer entre la maleza.

-Se fueron....-Suspire aquellas palabras con ganas de que no las pudiera decir nunca más....pero ¿Quién sabe del futuro? No iba a dejar ninguna opción fuera de las posibilidades. La infante seguia llorando del miedo en mis brazos, yo la mire y quizas se tranquilizo. Mire hacia delante de nuevo y entonces pude ver la figura humana desmayandose frente a la hoguera-¡Ah!-Solte a la niña con cuidado y lentamente me salí de la tienda. Caminé hasta estar frente a frente aquella figura humana. Estaba muy herida....

por **Ignatius A. Hümbòlt** Jue Ene 03, 2013 4:21 pm

¿Ser o no ser? Ignatius nunca había sido un chico normal, nunca lo había sido y ahora cuando podría decirse que era un hombre hecho y derecho - un anciano en edad, tal vez una momia - todo era una mentira a su alrededor y oculto entre capaz y capaz de espejismos. Era un vampiro aunque un secreto para cualquiera, había sido un mal hijo y eso solo le había sabido sus fallecidos padres y él. ¿Rico? Solo por ser dueño de prostíbulos en otros países pero todo eso se englobaba en su personalidad drástica, en la cual podía cortar a una persona de tajo, una relación de años de amistad mandarla al carajo si le daba la gana y no llegaban a ningún lado; todo eso y nada de eso era Ig.

Corría, sus pasos se escuchaban en sus oídos como unas bombas de tiempo, había sido un idiota en pensar que esa manada de lobos no iba a responder a sus provocaciones, había sido una semana extrañamente catastrófica. Habían ciertas cosas de las cuales, él le gustaría ser el primero en saber pero al haber sido el último, había evocado su rabia en un bosque cercano a su casa y una pequeña manada de lobos no había tolerado su intromisión hasta darle una cacería brutal, al principio había sido solo ejercicio pero con un descuido, su ropa había terminado echa trizas y muy mal herido y los lobos seguían tras su pista, su olor a sangre los atraía aun cuando había dejado un poco de sangre regada en círculos.

Su mente gritaba un 'Busca una solución' y él sólo corría con fuerza, la que le aportaba sus piernas pero eran caninos quienes lo seguían hasta un bullicio que él no coordinó y esa manada arrasó contra un campamento que estaba allí. Con el gentío los caninos salieron huyendo pero él, que se sentía afiebrado y la adrenalina de ser seguido por más de una hora herido lo hizo tambalearse hasta caer arrodillado como un sonido sordo.

- Ugh - susurró sintiendo como si le drenaran la energía vital del cuerpo, ese sentimiento de que el mundo se apagaba a su alrededor - No... - siseo sacudiendo la cabeza para no caer en la negrura de la inconsciencia.

por **Sirenia Vídgîr** Sáb Feb 02, 2013 7:51 pm

Tome entre mis brazos el cuerpo de aquel joven que parecía estar bastante herido, por Hades, parecía un muchacho bastante....de buenas maneras y de alta cuna por la calidad de las ropas. Se me echaba encima, pesaba demasiado y finalmente por mi poca fuerza, yo...mismamente me caí al suelo con el muchacho encima-...A mí me tenía que pasar....-Murmure algo avergonzada por mis ropas que apenas eran gruesas, que dejaban ver almeno algo de mi...lo que sea-Oye...sé que estas herido....pero me estás aplastando...-Finalmente con ayuda de otro de los payos del campamento, pude librarme del peso de encima, me puse de rodillas, mire por sus bolsillos pero parecía estar sin blanca-...seguro que es un fugitivo...un...o alguien que era perseguido o quien sabe...-encogí los hombros finalmente, mirando a quienes sujetaban al muchacho-...Llevadle con sumo cuidado a la tienda...Lue..-No me di cuenta de que la puerta de dos metros llamado Gilbert y que era el Mayor del campamento, se había colocado detrás de mí, me había agarrado del brazo con brusquedad para después tirar de mi y llevarme hasta su campamento, hasta su tienda y tirarme sobre....¿Su cama? ¿Pero qué salamandras intentaba?

-Estoy harto de contenerme Sirenia...-Gilbert había adoptado una fiereza en su voz que en su rostro podía verse una rabia contenida-
-No sé de que hablas...querido mayor...-Me levante de pie sobre la cama de heno y plumas que era más cómoda de las del resto. Había visto amaneceres y atardeceres para después ver nuevos días, pero ahora estaba en la tienda de Gilbert-...Oh vamos...Te pasaste con la absenta y ahora quieres....-mejor me calle, todo hombre quiere entrar en cuevas inexploradas, meterse a investigar...Oh no, conmigo no...
-Sirenia....Tengo en el bote a varias personas que me habían hecho ofertas para que te vendiera como su esclava a que no te quieran como esclava, es decir...he...recibido...-Vi como se lamia la boca nervioso, esa barba negra y profunda la veía erizarse de los nervios-....La gente, amigos te querían como su propia esclava...-aquello me asusto, me baje de la cama, corriendo salía de la tienda del mayor y para mi sorpresa, vi como colgaban al muchacho por las manos a un viejo poste en horizontal, por dios ¡no! Salí corriendo para empujar y empezar una pequeña pelea con los payos del campamento, tome un poste que había en el suelo para después alzarlo en alto a la altura de mis hombros y poniéndome delante del muchacho herido-...¡BASTA! ¿Qué trato es este a un desconocido? ¿Qué ha hecho para tratarlo de una manera tan cruel? –Miraba a los demás con la pregunta en mis ojos y en mi rostro quería la confusión ser reflejada. Los demás se echaban hacia atrás, pero el más bravo se me acerco.

-Sirenia...Sirey...-Miraba como se me acercaba-...Gilbert...tenemos ordenes de colgar a todo aquel que tenga aspecto extraño....-No pude evitar golpearle con el trozo de madera en todo su costado para después con el pie tirarle al suelo-...Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo...-susurre cuando me había agachado al oído de quien había golpeado-..-No...dije nada, me incorpore y tan solamente mire a los demás que me miraban asustados...Si, asustados como dos crías perdidas ante el inmenso bosque. No solté el trozo de madera y simplemente corte con una pequeña navaja que tenia siempre guardada bajo el muslo la cuerda que sujetaba las manos del desconocido muchacho. Las rodillas del extraño tocaban el suelo....y yo me agache a su lado.

No pude evitar echar a llorar y abrazarme a su lado, pasando los brazos alrededor del cuello del desconocido. ¿Por qué esta nostalgia de repente? ¿Por qué lloraba ahora? Las fuerzas se me fueron de repente, solté la madera y la navaja aun con suerte seguía en mi mano.

¿Acaso es que había pasado demasiado tiempo por mi misma?

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