¿Tú? ¿Te mataré? [Privado]

Había recibido una carta hacía bastante poco, un trabajo, una ejecución. Al parecer un vampiro se había divertido tanto y tantas veces que había sido apuntado en la lista de ejecuciones rápidamente al paso al que iba. Hablo de Douglas Demian Mathessí. Anduve leyendo los antecedentes por el que se le quería fuera de las calles, fuera de este mundo y por ello que se pudriera en el infierno. Se me dio la poca información que de requería, su nombre, los antecedentes y la dirección de su casa. Ya había sido encontrado, vigilado y por consecuente ahora tocaba aquello de cazar y esa, señoras y señores es mi gran y hermosa parte. La muerte, ella viene conmigo siempre, es triste si se piensa de ese modo claramente pero es más fácil pensar que soy la que doy termino medio con los asesinos de víctimas. Muchas veces me pregunté si esos mismo asesinos eran víctimas en cierto sentido también, ellos fueron convertidos o nacieron así, nunca eligieron el ser lo que son, bueno hay algunos que si lo buscaron pero no la mayoría... no señor. Los que no lo pidieron finalmente acaban echando por tierra la oportunidad de vivir más que un simple humano y la derrochan matando y matando sin más.

Soy una cazadora, no pertenezco a nada ni nadie, no estoy emparentada con nadie, no tengo amigos, no tengo conocidos, no tengo familia. Sí, mi trabajo requiere algo que yo llamo... alta dedicación. Desde que empezé siendo chica con el entrenamiento ya sabía lo que pasaría cuando llegara el momento. Soledad por un tubo. No me parecía tan mal en su momento, en el momento de empezar con mi primer trabajo, pero ya tengo los 25 años y estoy emepzando a cansarme de tanto silencio. Algunas veces me río del propio silencio porque lo rompo, lo... "cayo" pero nadie me contesta, nadie se ríe de lo que digo, ni nadie me escucha. Es como si... si vivo sola, estoy sola, ya dije que no conozco a nadie ni... quiero, o eso creo. ¿Tan poco está tan mal mi vida no? Descanso de día pocos días pues entreno a jóvenes con la espada y cuerpo a cuerpo en mi academia y pues... de noche saco mi yo, mi yo real, la Danyra que no perdona, la que no escucha plegarias ni súplicas, la que mata sin piedad como si fuera la misma Parca en persona. Pero no lo soy.

Vigilé a mi objetivo por mucho tiempo, un mes más o menos, no me gusta matar o gastar mi tiempo por gusto y amor al arte. Si el objetivo no resultaba ser como me describían en la carta, denegaba el trabajo, no hago mi trabajo con gente que no son peligrosos para los demás, pero este vampiro... era altamente peligroso y potencialmente más peligroso ahora que antes. No había visto en mi vida un vampiro que fuese y le gustase tanto la sangre como el señor Douglas. Haría mi trabajo con él. De esta noche no pasaría ni un día más, pero hubo algo que hoy, que esta noche me dejó un poco confusa ante su comportamiento ¿Porqué había ido a la cárcel? Lo vigilaba muy de lejos y siempre cambiaba mi olor ocultandolo con bolsitas de perfume y otras claves para que un vampiro no supiera de tu existencia mientras tú lo observabas sin problemas ninguno. Hoy le tocaba beber, casi todas las noches hacía algo realmente sangriento y le daba igual quién fuese. Él solo tenía que salir a la calle como siempre hacía y beber de cualquiera, unos cuantos , quizás cuatro o cinco más o menos y luego... se daba una vuelta quizás se iba a su casa pero no... esta vez fue directo a la base militar donde estaba la cárcel.

Lo seguí de nuevo al ver que no bebió finalmente de nadie, se fue a una explanicie, a las afueras de París, donde una casilla abandonada que realmente no estaba abandonada, allí donde la veías era un buen escondrijo de más armas, de las armas del club de cazadores al que conformaba. Lo ví entre los árboles meterse en el lago que había allí y luego desaparecer entre las aguas, como no necesitaba aire, tampoco necesitaba salir en ningún momento más de la noche. Suspire muy suavemente para no hacer ruido.

Pensé, era raro ver a un vampiro solo, visitaba un pequeño grupo de vampiros pero no se iba acompañado nunca, eso me hacía fruncir el ceño confundida. Los vampiros casi siempre viven en compañía es su forma de ser, su forma de vivir. Necesitan una pareja, algunos más que nada para no volverse locos o para volverse loco con alguien que ya lo estuviese, no entendía esa parte del vampiro, ni lo entendería nunca, tener que depender de algo... debía ser defraudante para un ser tan letal como un vampiro. Este vampiro no vivía con nadie y quizás por eso se volvió adicto a la sangre sin remedio ni escapatoria. Me dio pena en cierto momento pero sentimientos como esos podían y pueden asesinarte, asique los deseché en el lado de mi cerebro, donde pone, "Para cuando termine". Toqué mis armas, estaban todas en su sitio, exacto, estaba preparada para todo esta noche, un todo o nada. Vida o muerte. Allá vamos...

Observé al vampiro salir del lago con la ropa mojada, su piel parecía hacer reflejo a la luz de la luna, quizás es que también el lugar le daba un aura especial. Era uno de los vampiros más hermosos que podría haber visto... me preguntaba cómo pudiese haber sido cuando era más que un simple humano, me preguntaba cuántos años tenía en realidad. Se metió de nuevo dentro del agua tan oscura coma la noche propia. No hacía frío, estaba por entrar el otoño, eso era bueno... el frio me gusta pero es tan incómodo lucha de esa manera.

Los más normal es que ya supiese que yo estaba aquí, lo que no sabía es que había llamado a la inquisición, les había pedido en una carta que compartiendo el dinero, tenían que traer a esos vampiros milenarios que se sentían mal consigo mismo y trabajaban para ellos. Los necesitaba, sabía que yo simplemente no podría con él. Era mi sorpresa, sí, trabajaba totalmente sola, nunca solía necesitar ayuda de nadie, me las arreglaba sola con un vampiro que no tuviese muchos años, generalmente pocos de cientos, son aún jóvenes, se dedican a beber y poco más. No saben ni se dan cuenta de que hay quienes puede hacer que se les acabe su eternidad bastante rápido. Como yo, estoy para que se les acabe la eternidad tan pronto como sepa que son tan asesinos como los pintan en los libros de demonios de los cazadores.

Sentí que alguien estaba detrás mía, me giré rápidamente aunque tranquila por dentro, era ellos. Los inquisidores habían llegado, había aceptado mi trato. Sonreí hacia mis adentros, aun que por fuera me demostrara verdaderamente seria, no debía mostrar sentimiento alguno, no podía con ellos delante en la pelea, mi pelo cambiaría y ellos mismo acabarían conmigo también. No hicieron ruido, no dijeron nada, yo tampoco, solo se escuchaban los grillos, algún que otro búho y los murciélagos que surcaban el cielo estrellado. El inquisidor me hizo una seña, atrayendo mi atención hacia él, me señaló a las dos personas que estaban a su lado, no eran personas... Vampiros, dos hombres uno joven... de diecisiete años más o menos y el otro hombre se le veía bien entrado en los treinta años.

Al que más cerca, el joven, movió su cabeza y con sus manos me indicó que tenía un milenio y medio y el que parecía más adulto, con señas y moviendo sus labios dijo que tenía unos tres mil años más o menos. Bien... el inquisidor se me acercó y elevó sus hombros y yo señalé el lago sin dejar de mirarlo, sabía que me habían estado vigilando a mi también y me habían seguido hasta aquí. No era de fiar, alguna que otra persona me ha descrito con el cabello pelirrojo y para otros tantos... era tan morena como que el sol era redondo y brillaba en el día. Fruncí el ceño pensativa durante un momento ¿Y si esto era una emboscada para matarnos a los dos? Tanto al vampiro como a una sospechosa de no ser humana. Rápidamente quité mi fruncido de mi rostro, no quería que sospecharan, como yo lo hice de ellos.

Moví mi cabeza hacia el lago y salí del bosque, escuchando sus pisadas más atrás de mí, sabía que me seguían, pendientes de mí. Nos quedamos delante del lago, ni muy cerca ni muy lejos para que el vampiro no saliese disparado hacia alguno de nosotros desde el agua como pensaba que haría seguramente. Sabría que habría alguien más conmigo, un corazón más latía, pero desde el agua no podría sentir a los otros dos vampiros que nos acompañaban y ahí... sería cuando le cogeríamos por completo quizás confundido durante un segundo y luego habría que tener muchísimo cuidado en la pelea, era tan fácil que arrancasen la cabeza... como los humanos hacérselo a un pez.

- Sal... sabes que estoy aquí esperándote. Déjate de retahílas y hacerte el interesante. Ven aquí y lucha conmigo - sonreí de medio lado hacia el agua desde lo lejos, por detrás de los vampiros.