Scarlett I. Lefevre

por **Elle A. Délvheen** Mar Ene 01, 2013 5:48 pm

-NOMBRE DEL PERSONAJE: Scarlett Ileana Lefevre

-EDAD: 25 años

-ESPECIE: Humana

-TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO: Clase baja

-ORIENTACIÓN SEXUAL: Heterosexual

-LUGAR DE ORIGEN: París, Francia

-DESCRIPCIÓN FÍSICA:

Scarlett:

-DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA: Pese a su duro día a día, Scarlett es una mujer desvivida por la sociedad que como ella, pasa y pasó penurias en la calle, por lo que se muestra solidaria, generosa y cariñosa con todos ellos, en especial con los niños, quién le suscitan un carácter casi maternal con ellos, protegiéndolos y cuidando de ellos como si fueran sus propios hijos.
Si bien es cierto que es una persona tierna, gentil y exenta de todo egoísmo más que el mínimo que garantiza su supervivencia, Scarlett ha aprendido por medio de sus experiencias lo necesario que es pensar una buena estrategia que llevar a cabo para lograr los fines que desea, por lo que podría considerarse un tanto maquiavélica, inteligente y muy perspicaz, usando más su intelecto y buen juicio que la maña, pues aunque no sea muy fuerte y a penas sepa defenderse en una lucha, es ágil y domina las artes del embuste desde que prácticamente tiene uso de razón, consiguiendo así, todas las metas que hasta ahora se ha propuesto. Nunca ha fallado.
Scarlett, pese a la dulzura que destila y que es la condena de todas sus presas, posee un fuerte carácter forjado también a partir de su experiencia vital. La desconfianza que de por si deposita ante todo aquél que pretende acercarse a ella puede tornarse en recelo con mucha facilidad, si, por ejemplo, cree que ha despertado lástima en su interlocutor -algo que odia con toda su alma, precisamente-, o si se encuentra ante uno de tantos defensores de la burguesía, de la esclavitud, el machismo y demás conceptos de los que ella hace bandera por su erradicación, siempre desde lo clandestino. Odia los estereotipos, los prejuicios, las injusticias sociales y políticas de su época, soñando aun ahora, en cambiar el mundo de algún modo. Aun sin etiquetarse de ese modo, muchos ya la consideran una rebelde capaz de conseguir sus utópicos anhelos.
Finalmente, destacar de ella su noble corazón, siempre bondadoso aunque sus medios no justifiquen sus fines, así como una persona vital y alegre, añadiendo también, cuán obsesiva, tozuda, arriesgada que es que, sea ante la adversidad frente a la que se encuentre, ella jamás se rendirá.

-HISTORIA: Su pasado suele ser insólito para todo aquél que intenta acercarse a ella, pues su infancia y juventud forman parte de los capítulos más oscuros y arrinconados de su vida. Más ahora, seré yo quien relate lo ocurrido desde su niñez, remontándome a su nacimiento, un acontecimiento no deseado por sus progenitores -de los cuales nada sabe nada-, una pescadera de mercado y un alcohólico empedernido. Su alumbramiento fue poco salubre e higiénico, pues vio la luz entre cajas de marisco y rodeada del gentío que acudía al mercadillo de la ciudad como cada jueves al mediodía, habiendo tanto alboroto en las calles que nadie se dio cuenta del llanto ahogado de la pequeña recién nacida que pataleaba enérgicamente a pesar de que su progenitora intentara asfixiarla con un paño manchado de sangre procedente de limpiar las entrañas de los pescados que vendía.
Para la suerte de Scarlett, una anciana clienta se percató de la situación y le suplicó que le entregara a la niña, pues la adinerada familia a la que servía bien podría cuidar de ella. Con desdén, la mujer le entregó el bebé y de éste modo, desapareció de la vida de nuestra protagonista.
La familia adoptiva Lefevre la educó durante sus primeros años de vida, bautizándola bajo el nombre de Scarlett en honor a la abuela del padre de raíces anglosajonas, e Ileana, nombre dado por la esposa de origen rumano.
Pero todo se torció cuando los campesinos, siervos de los Lefevre, se alzaron contra ellos para reclamar más justicia, un sueldo acorde a sus trabajos y una igualdad clasista, por lo que entraron en la mansión y dieron con el matrimonio que entre gritos, suplicaron clemencia antes de ser decapitados por el gentío enfurecido.
Scarlett, ayudada por su nana -la misma anciana que la había salvado de morir en manos de su madre biológica-, logró escapar del castillo aun sabiendo que no podría volver con su familia. La pequeña sólo contaba con seis años de edad y desde entonces, sola y perdida sin rumbo, tuvo que aprender a sobrevivir en las gélidas, oscuras y peligrosas callejuelas de París.
Vistiendo trapos que conseguía hurtar de los tendederos de los vecinos, su día a día consistía en robar algo de comida que llevarse a la boca, aprendiendo pronto el oficio de estafar, atracar y usurpar mediante todos los trucos y formas conocidas para llevarlo a cabo, convirtiéndose en una ladrona profesional cuando a penas alcanzó la adolescencia, poniendo el jaque a toda la ciudad y a la misma policía que desde entonces, persigue tan sólo sus huellas y su sombra, aun incapaz de poner un rostro al culpable de tantos hurtos.
Si en un principio sólo se hacía con aquello imprescindible para su supervivencia -siendo su blanco favorito, los pertenecientes a la clase media y alta de la sociedad-, a medida que transcurría el tiempo en aquellas calles, Scarlett fue conociendo personas con una historia semejante a la suya o incluso más dramática, por lo que sus amistades suelen ser gente que como ella, se aferra a la vida sea mediante el medio que sea, así que no duda en prestarles ayuda si éstos lo necesitan, por ejemplo, compartiendo botines. Los niños, sabe, son los más perjudicados de vivir en semejantes condiciones de vida, los más frágiles y débiles, los que perderían ante los más fuertes, los adultos. Quizás por ello y por el cariño que de por sí siente hacia los más pequeños, empezó a acoger a niños de la calle para compartir con ellos el techo dónde reside que, aun formar parte de una edificación en ruinas y abandonada, sabe que por el momento, será suficiente para darles cobijo. Con ella, viven más de doce niños y niñas con edades que comprenden desde un bebé de unos ocho meses de vida que fue abandonado junto al río Sena, hasta una niña de doce años encontrada escondida bajo un carro campesinos volcado, llorando y desnuda tras haber sufrido varias violaciones.
Y mientras Scarlett lucha como puede por ella, por los niños y para conseguir un país más justo para los huérfanos y mendigos que habitan en todas y cada una de aquellas callejuelas, empieza a trazar con la ayuda de sus pequeños amigos, un asalto con el que poder poner fin a la hambruna que siempre les acecha...

-DATOS EXTRAS: Desconoce la existencia de seres sobrenaturales, así como la verdadera historia de sus padres biológicos. No le interesa ya su pasado ni el dolor que éste pudiera causarlo aun ahora al recordarlo en silencio, pues son tantas sus ganas de vivir, que se aferra al presente soñando en un futuro mejor para ella y aquellos que padecen los estragos de la sociedad francesa del momento.
No posee absolutamente nada, ni siquiera una residencia, pues vive en una casa a punto de ser demolida con escaso mobiliario y en unas circunstancias deplorables, por mucho que ella se esfuerce en convertirlo en un hogar acogedor.
Como fugitiva, tiende a no decir nunca su nombre verdadero a nadie, tan sólo a sus más allegados dignos de su confianza, como los niños y algunos de los mendigos que considera como vecinos y buenos amigos. Los apodos que da suelen cambiar cada día, por lo que no hace más difícil que la policía siga su pista, siempre cuidadosa de no dejar indicios que la impliquen en ninguno de los atracos cometidos, llegando incluso a disfrazarse para pasar inadvertida.

por Invitado Mar Ene 01, 2013 8:19 pm

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