Penélope Flouritte Lefevre

D. Física

Penélope es una mujer; con todo el sentido que puede tener esa palabra.
Empezando por arriba, nos encontramos con un pelo entre lacio y ondulado que cae hasta aproximadamente la mitad de la espalda. Su tono, rubio oscuro, le da reflejos claros a la luz del sol. Brillante y siempre cuidado con mucho esmero por la propia Penélope. Un poco más abajo nos encontramos unas cejas finas y debidamente depiladas sobre unos ojos verdes espectaculares. Posee una mirada que es capaz de transmitir sus emociones con mucha facilidad. Seguidamente está la nariz; no es perfecta pero sí pequeña y única para ella. Perfectamente proporcionada al resto de su cuerpo. Sus labios, continuando con la línea, resultan rojizamente apetecibles en su naturaleza; habitualmente resaltados con algo de carmín. No en exceso.
Continuando con el resto de su cuerpo, están sus pechos: Generosos aunque no en exceso. De complexión mediana y debidamente proporcionada, no es ni de lejos esquelética pero sí existiera la perfección su cintura lo sería. Ni ancha ni excesivamente estrecha. Tiene unas manos elegantes con dedos largos y uñas muy bien cuidadas. Tan largos como lo son sus piernas en toda su extensión.
Su altura ronda el metro setenta y cinco con los habituales tacones que lleva, de aproximadamente cinco centímetros. Y su peso no pasa de los sesenta y cinco kilogramos.

D. Psicológica

Hay un sin fin de palabras para poder describir a Penélope, sin embargo, nos centraremos en las principales y más importantes. Alegre. No importa lo que ocurra; si te lo mereces ella siempre tendrá para ti una sonrisa. ¿Por qué? Simple, porque da lo que recibe y porque tiene fe en las personas. En que siendo 'bueno' se conseguirán cosas buenas. Le encanta relacionarse con la gente, aprender de encuentros o desencuentros, y sobretodo superarse así misma. En ella encontrarás la mejor amiga que puedas tener. Divertida. ¿Como cualquiera? No, no todos tienen la capacidad de afrontar según que situaciones de una manera 'divertida'. Ante las adversidades Penélope prefiere mirar el lado bueno; no soporta enfadarse y demostrar según que emociones en público. Los chistes tampoco son su fuerte pero siempre intenta hacer pasar un buen rato a todo aquel que le acompaña; sea de la forma que sea. Ser positiva forma parte de ella, ahora bien, no quiere decir que si la situación lo requiera le falte carácter para enfrentar a quien haga falta. Leal. Si te hace una promesa es porque la cumplirá cueste lo que cueste, ahora bien, no es de las que las hace sin pensar ni a cualquiera. Es extrovertida y le gusta entablar relaciones, sí, pero también es selectiva con quien deja entrar en su círculo. Aunque quiere creer que todo el mundo tiene su lado bueno, no es tonta para engañarse así misma pensando que no hay maldad en el mundo. A la larga, es algo que le ha costado caro. Orgullosa. ¿Que mujer no lo es? Claro, todas tienen su parte... Y Penélope no es excepción alguna. Odia sentirse débil o que la menosprecien por el simple echo de ser una mujer, es consciente del machismo en la sociedad. Cosa que también odia y contra lo que combate de manera muy discreta. Otra de sus muchas cualidades. Si tiene que pedir algo lo pedirá, sin problemas, lo que no hará nunca será suplicar. Jamás. Rebede. Oh sí, bajo esa apariencia de mujer perfecta y recatada que está de acuerdo con todo aquello que le rodea se esconde toda una 'fiera'; en el buen y mal sentido de la palabra. Y como toda fiera, no es fácil de doblegar. Ahora bien ¿Con qué o quién es rebelde? Solo con aquellos que la provoquen, menosprecien o intenten dañar su orgullo. Nunca empezará una pelea en público ni la continuará aunque tú intentes provocarla; posee un perfecto autocontrol. Aunque no le preocupen las apariencias, odia los 'numeritos' propios de cualquier adolescente. Ella ya dejó esa etapa muchos años atrás. Por otra parte, en privado, ya eso es otro cantar. Inteligente. Por supuesto, toda mujer 'rebelde' que afirme serlo debe tener una base a la que aferrarse. Unas creencias. Es capaz de pensar por si misma y apañárselas sin que nadie le diga lo que tiene que hacer -Algo que le molesta bastante.-. Desde siempre ha acatado solo aquellas órdenes que le han convenido para su propia satisfacción o la de alguien querido. Es sincera cuando se requiere serlo al igual que sensata en sus decisiones. La experiencia que le da la edad es un grado muy alto; digan lo que digan las habladurías pueriles. Posesiva. No precisamente en un sentido material, más bien, es algo psicológico. "Lo mío es mío" Porque cuando se aferra a alguien, es de las que no lo suelta. ¿No se contradice con su orgullo? Os estaréis preguntando. La respuesta es un Sí rotundo. Por eso es complicadísimo que llegue a mostrar interés en alguien, aunque por dentro lo sienta. Aprendió a ser precavida tiempo atrás.
Y, por último, la característica que envuelve a todas las demás: Independiente. Sí, por sobre todas las cosas, Penélope es alguien independiente que jamás admitirá la sumisión o la vida propia de cualquier buena esposa. Ni siquiera ante aquel que ahora es su marido.

Historia

Treinta años atrás es cuando empieza la historia de Penélope, sin embargo, contaremos primero algunos datos sobre los padres que la trajeron al mundo. ¿Os parece?
Como cualquier otra familia, por aquellos tiempos que corrían, la normalidad de la crianza para una generación futura estaba establecida. Más en la gente adinerada. El Señor y la Señora Lefevre, sin embargo, en sus orígenes no formaban parte de ese tan envidiado grupo. De echo, eran poquísimos los que se podían permitir lujos pues la economía pasaba por un momento desastroso en París. Auguste, padre de Penélope, era un humilde trabajador de clase obrera que hacía todo lo posible para que a su esposa y sus ya dos hijos -Medianos.- no les faltara comida que llevarse a la boca. Ágatha, madre de Penélope, utilizaba su habilidad para coser en contadas ocasiones cuando se veían en serios apuros. Para su suerte, ambos resultaban habilidosos. Cada uno en su respectivo campo. Y os preguntaréis ¿Cómo cambió su suerte? Se podría decir que era su destino -O el de Penélope.-, la suerte de la vida o, simplemente, un golpe de gracia. El que llevó a Auguste hacia -Casi.- lo más alto. Solo necesitó un único buen contacto...
Gaspard Uriell DuPont, actualmente, amigo íntimo de la familia. ¿Cómo no serlo? Cuando fue su confianza y su apoyo incondicional en Auguste lo que le permitió subir en la escala social hacia lo que por entonces se llamaba la 'alta burgesía'. Por aquel entonces, aunque Auguste solo era un mero trabajador, Gaspard supo ver el potencial acumulado en él para los negocios. Más concretamente, armamento y explosivos. Y fue así como, rondando el 1.760, Auguste Lefevre se hizo con la actual empresa 'DuPont' encargada de una parte importante de explosivos en Francia. Adjunto a Gaspard, Co-fundador de dicha empresa y a la que fue otorgado su apellido como una muestra de agradecimiento. ¡Ahora! Es cuando, de verdad, empezaremos con la historia de nuestra chica.
Penélope, ella no tuvo que pasar por ninguna adversidad económica. Se podría decir que tuvo esa suerte, aunque a veces ella hubiese preferido ser de una familia más humilde y no pertenecer a una sociedad tan controladora como la suya. Era una niña que vino inesperadamente, una vez el matrimonio Lefevre tuvo su completa estabilidad económica. Concretando, resultó toda una alegría. La pequeña, la mimada Penélope creció entre personas que la adoraban y mimaban a más no poder. Sus hermanos, bastante más mayores que ella, también la cuidaban como si de una hija propia se tratara. Aún así, no todo era bonito... La sociedad no solo era estricta sino también machista y Penélope creció demasiado libre como para permitir que, una vez llegada la mayoría de edad, esta la controlara. Y por eso no contrajo matrimonio ni en sus dieciocho años ni en los venideros. Se escabullía de las fiestas. Evitaba a aquellos caballeros que intentaban cortejarla; en resumen: Hizo todo lo posible para resultar 'intocable'. Y, al mismo tiempo, estaba en boca de todos. Cuánto más tiempo pasaba, más se sorprendían de que una mujer tan bella como ella lo era estuviese soltera. "La solterona" había oído que a veces la llamaban entre grupos de mujeres que no era más que envidia la que tenían. No fue hasta los casi treinta años que, finalmente, llegó ese gran momento..
Os estaréis preguntando ¿Qué pasó? ¿Qué la hizo cambiar de opinión? Es complicado. Un hombre guapo y atrayente, una fiesta, una mirada, un encuentro, una 'necesidad'... Kerevan era un médico adinerado y de buen ver por la mayoría de mujeres que lo rodeaban. Penélope necesitaba estabilidad económica y empezar a crear su propia vida; cosa que nunca podría conseguir sola. Os imagináis el resto ¿Verdad? Así es.
De esto, ya hace prácticamente un año. Y la vida de Penélope no es lo que se podría decir la de una feliz esposa. Nada más lejos. Aunque como siempre a echo, de cara el público son la pareja perfecta: Una bellísima mujer y un apuesto médico ¿Qué más se podría pedir? Dicen algunos. Cuánto pueden engañar las apariencias.

Datos Extra

√ Actualmente, la relación que lleva con su marido no es buena. Kerevan quiere someterla por el simple echo de ser su esposa y el que lo consiga, de vez en cuando, es lo que ella odia. Odia sentirse atraída por él, cosa que en muy contadas ocasiones ha admitido o admitirá.

√ Se lleva muy bien con toda su familia y, entre otras cosas, se casó porque quería darle una alegría a su madre que está cada vez más mayor. Su padre murió meses después del enlace por causas naturales, ahora son sus hermanos quien llevan la empresa.

√ Poco después de casarse, consiguió un trabajo como profesora de biología en el "College de France"; puesto con el que está sumamente contenta y que le permite sobrellevar mejor esa farsa de matrimonio. También ayuda el horario nocturno de Kerevan, al cual a penas ve a lo largo de la semana.

√ Es consciente de la vida extra matrimonial que hace su marido, cosa que le importa un rábano. Lo que de verdad la enfurece, es que a pesar de eso la haga ejercer de esposa en la cama.

√ No se casó virgen pues durante toda su vida ha tenido una cantidad considerable de amantes y es lo suficientemente discreta como para que eso sea algo que solo sabe ella. Incluso ahora, mantiene alguna relación fortuita, aunque está más por otras cosas.

√ Le gusta hacer enfadar a su marido y molestarle seriamente, solo como una pequeña venganza. Es algo que le divierte de más y, aunque sabe que es peligroso hacerlo, ha dejado de importarle.

√ Le encantan los animales, es por eso que de vez en cuando cuida a algún que otro gato o perro callejero que se encuentra.