El nombre de un sentimiento [Libre]

por **Dai Lee** Jue Ene 03, 2013 8:19 pm

El lobo gruño intentando moverse pero la impotencia lo invadió cuando sus pies se negaron a responder ante sus impulsos, los ojos del cambiante estaban negros de ira, ladraba como si se tratara de una hembra a la que le arrebataron a su cría, sin embargo a pesar de los esfuerzos no logro moverse, entumecido por el esfuerzo trato de regresar a su forma humana pero tampoco pudo, de repente un temblor lo invadió por completo, un sentimiento que nuca antes experimento broto dentro de el como un caballo desbocado, es difícil encontrar las palabras que expresen sus sentimientos cuando se esta imposibilitado para hablar, su lengua es un simple adorno dentro de su hocico pues lo único que logra es expulsar un montón de gorgoteos inútiles.

“Mis dientes se sienten suaves ante la posibilidad de volver a enterrarme en su carne, el veneno comienza a correr por sus venas sin importar cuanto intente pararlo, él no sabe que es imposible pelear, es como si no se diera cuenta de que esa tratando de luchar una batalla perdida, es imposible para alguien como el tratar con la superioridad de la muerte, sombras adyacentes se dibujan en sus ojos expresando eso a lo que se niega nombrar, pero que mi amo y yo sabemos que siente, todos nosotros sabemos lo que esta pasando por su cabeza, porque en el pasado todos nos hemos sentido así aunque sea en una sola ocasión, felicidad sin tregua regocija dentro nuestras almas cuando observamos los ojos del amo, porque su sed esta siendo saciada poco a poco.”

Unos ojos densos como el tiempo observan al animal intentando escavar, aquel lupino no sabe lo que esta pasando pues ahora la mitad de su torso se a perdido por completo, un dolor incontenible viaja en su torrente sanguíneo esparciéndose hasta el ultimo rincón de su cuerpo, el ya no tiene salvación y comienza a entenderlo cuando las patas delanteras quedan inútiles, la fiebre a empezado a afectar sus funciones cerebrales también, su vista esta nublada, aun así intenta girar el cuello encontrándose con un animal bestial, mas grande que el, es algo parecido a un cocodrilo pero no se trata de uno, tiene en los dientes sangre manchando la malicia de su lengua, la cual deja caer un poco de saliva roja, es horrible, una bestia inmunda disfrazada con la piel escamada de los reptiles pero con una mirada que hiela la sangre, su cuerpo esta paralizado, pero aun sus sentidos cobran vida escuchando un pequeño “click” cerca de su cabeza.

“Puedo verlo girar el hocico, como si mi visión no fuese lo suficientemente horrible el vuelve la vista hacia el amo, quien con un silencioso murmullo apunta el revolver en su cabeza, ahí esta, el siempre impasible Dai Lee, guardando uno de esos silencios que inquietan, dándole la seguridad de que en cualquier momento hará alguna cosa inesperada, pero apuntándole de frente con su destino, el espera un poco disfrutando de la vista, experimentando bajo su piel la sensación de tener a alguien bajo su poder, todos miramos atentos a lo que hará, todos observamos al filo del asiento, donde como buenos espectadores admiramos su obra, todos notamos como la comisura de sus labios se levanta lentamente, tan despacio que el veneno le dio la sensación de tardar siglos en hacerlo, con los ojos fijos en su victima una expresión inexpresiva alumbro su rostro por completo, dejando que por fin el lobo le diese el nombre a ese sentimiento que ronda su alma. Miedo”

por **Autumn Aylier** Sáb Ene 05, 2013 12:47 am

La claridad del día se había disipado abriendo paso al reino de las sombras, lo desconocido y a aquellos que la joven que se encontraba inmóvil frente a los bosques que comenzaban daba caza.
Cerro los ojos dejando solo en su mente el recuerdo del lugar que observaba instantes antes, tomo aire, impregnando sus pulmones de la naturaleza del lugar preparandose para abandonar sus buenos sentimientos y darle de esa manera paso a la inquisidora que era.
Abrió de nuevo entonces los ojos, con un semblante que abandonaba toda la bondad que en otras ocasiones siempre mostraba, exceptuando claro cuando salía a cumplir con el deber que cargaba.

No es que aquella noche tuviese una misión especifica, pero no quería quedarse en casa en su vacía y fría casa. Aquello era curioso,de día podía estar todo lo que quisiese en su casa pero de noche le era prácticamente imposible era casi tan curioso como el cambio que sentía sufría en su interior cuando entraba en su papel de inquisidora; pero aquel no era el punto, ella había ido a aquel lugar porque sabía que en los bosques era más probable que encontrase a uno de esos seres despreciables.

Sus pies se movieron seguros de su andar y conforme ingresaba en el bosque sus sentidos se pusieron alerta y sus pasos se tornaron cautelosos y silenciosos. Escuchaba todo cuanto podía y miraba a todos sitios cuantos le era posible.
Agradecía sobremanera que los vestidos que usaba para salir a su trabajo fueran cortos, de esa manera su movilidad no se vía tan limitada.
Camino un buen rato, hasta que encontro algo que llamo su atención; el leve sonido de algo que luchaba por su vida y sin dudar se dirigió a investigar.

Mientras se acercaba cada vez más pudo distinguir a un hombre, que iba acompañado de una criatura bastante extraña que mantenía preso a lo que parecía un lobo, camino sigilosa y se mantuvo a una distancia prudente para no ser vista pero con una ubicación buena para poder observar con cuidado lo que hacían.
Se mantuvo inmóvil mientras el lobo comenzaba a moverse con más dificultad. Observo el rostro del hombre intentando descubrir si sería uno de sus compañeros, pero no fue de esa manera por lo que dedujo que aquel era un cazador.

Los cazadores tenian sus propios intereses pero ella no negaria que les eran de bastante ayuda cuando de eliminar a esas escorias se trataba peor lo que salió de su escondite y se puso en un sitio más a la vista observando como el cazador estaba por darle fin a su presa y de manera instintiva ella sonrío esperando ver el final de todo aquello.

por **Dai Lee** Sáb Ene 19, 2013 10:09 pm

“Suspire levantando la vista, no se si alguien como yo puede suspirar en esta forma, pero lo hice, porque era el momento de terminar y la sed del amo no estaba ni por asomo saciada, era terrible, ¿Qué se supone que haría el amo después de matar a esa insufrible bestia? Creo que él se pregunta lo mismo, púes a pesar de que tiene el dedo en el gatillo aun no a tomado las fuerzas para jalarlo. Hay algo que puedo ver en sus ojos que seguramente la mayoría no comprende, y es que Dai Lee es la persona mas aburrida del mundo, este momento de caza debería haberlo entretenido, pero no alcanzo siquiera a llenar la mas mínima necesidad de persecución dentro de su cabeza, puedo imaginarme mil veces las cosas pasan dentro de su mente en este mismo instante, métodos mas originales de muerte, la posibilidad un par de experimentos, sin embargo, sabe que no vale la pena ensuciarse las manos por un animal como ese, un ser que no alcanzo siquiera a gruñir antes de ser atrapado por mi veneno, eso me enferma a mi también, a nosotros también, nosotros esperamos el día en que el amo deje de estar aburrido, el día e que su cabeza se libere de su cuerpo para encontrar un sitio en donde no haya basura, sin embargo notros debemos ayudarlo a liberarse o no lo hará por el mismo, por eso estamos aquí, por eso nos inclinamos ante el”

Los rasgos asiáticos del muchacho permanecieron impasibles, como si esperase que en algún momento el lobo se viera libre del veneno corriendo hacia la oscuridad de donde no saldrá jamás, sin embargo no es así, a pesar de los segundos que le permitió tener, el animal simplemente bajo la cabeza cansado, demasiado desorientado como para pensar con coherencia, sus sentidos se encuentran embotados por culpa de la mordida del reptil el cual descansa a su lado esperando la señal de su dueño para atacar, pero como ya había dicho, este se mantiene agachado. Un sonido ensordecedor hace que los pájaros vuelen en medio de la noche alejándose del estruendo, Dai Lee acaba de apretar el gatillo, sin embargo, para su propia y egoísta forma de ser dejarlo irse del mundo de aquel modo es algo monótono, sin ninguna gracia, de modo que observa como las patas del animal comienzan a sangrar, la bala no dio en la cabeza, la pistola, de hecho, no estaba apuntando a la cabeza, una sonrisa se forma en sus labios, parece satisfecha pero en realidad es bastante plana.

“Note un sonido extraño, no era el aullido ensordecedor del lobo, era otra cosa, me gire dando vueltas hasta que encontré a una mujer de apariencia extraña, el amo no parece interesado en ella, sin embargo el amo nunca parce demasiado interesado en nada, este solo se toma su tiempo haciendo las cosas que quiere hacer, dejando de lado aquello que se supone debe hacer, ellos estarán molestos conmigo cuando sepan que no lo detuve, pero nosotros debemos ir despacio, como cada vida el amo despierta de su letargo siendo ya corrupto, limpiar esa corrupción de tajo seria demasiado para el, por no decir imposible para nosotros. Saco la lengua, una lengua bípeda que hace tiempo que no veía, llena del veneno que corre por las venas de aquel desdichado cuadrúpedo, estoy dispuesta a lo que sea para entretener al amo así que atacar a la mujer podría llevar a un mal final, de modo que espero, de todas formas aunque se acerque a el nunca estará cerca. Suspiro nuevamente, el amo se a manchado los zapatos, eso lo pondrá molesto, o quizás no, quien sabe…”

- Mujer, sirve para algo-La voz de Dai Lee salió al instante en que lanzo la pistola a manos de la inquisidora que repentinamente apareció en medio de la caza, su rostro no muestra expresión alguna, ni molestia ni agrado, solo una simple mueca indescifrable, por primera vez los ojos profundos del cazador se separaron de los de su presa posándose esta vez en la mujer intrusa, como evaluándola, el lobo intenta levantarse pero sus patas ya se encuentran inservibles, nuevamente se deja caer al abandono, nadie podrá salvarlo en ese instante, sabe que si no muere por culpa de las balas lo hará desangrado o por el veneno, en cualquiera de los casos sabe que tiene los momentos contados, para el ya no vale la pena luchar mas porque el fin de su vida se esta acercando- Termina –Continuo como dando una instrucción pero con la clara certeza de alguien que espera ver algo, el grito de un águila a lo lejos es lo único que se escucha, mientras el cazador se mantiene de pie esperando al tiempo en el que la gran bestia escamosa se gira completamente, también expectante de los hechos que están por ocurrir.

por **Autumn Aylier** Lun Ene 21, 2013 12:18 am

Aquella sonrisa plantada en su rostro desapareció cuando la bala no mato al lobo, conocía que aquel lobo no duraría mucho tiempo con vida pero para que arriesgar a que de alguna manera sobreviviera. La sonrisa que se desvaneció de sus labios, aparecía ahora en los de aquel hombre y comprendió lo que hacía.
Estaba de alguna manera un tanto perversa jugando, ella no solía hacer esa clase de cosas en cuanto más rápido terminara el trabajo mejor para todos la situación.

El animal que sujetaba aquella sangrante y moribunda presa se giro en la dirección de la inquisidora que solo le observo por breves segundo para después volver su mirada al dueño, continuaba esperando ver el final se semejante criatura a menos claro que aquel cazador decidiera dejarle morir así sin más. Nunca podía saberse con certeza como actuarían los cazadores, ellos hacían lo que les venía en gana en cambio ella toda su vida había sido entrenada para un único propósito eliminar todo lo sobrenatural sin titubear y sobre todo lo más rápido posible para de esa manera pasar a la siguiente presa lo más pronto posible. Exterminar a las escorias como les llamaban en su familia era lo principal, además se extendían por todo París como una enfermedad y aquello debía ser limpiado.

Su mano se movió rápido para atrapar el arma, las palabras de aquel hombre no le agradaron en lo más mínimo pero eso no era el asunto, había cosas más importantes que hacer como terminar aquello que él había comenzado. Un águila se escucho, y ella sonrió de nueva cuenta; aquel cazador parecía tener varios compañeros de caza pues no explicaba la razón entonces del águila y el otro animal que aún no reconocía pero que se veía como un reptil.
Los pasos de la inquisidoras se escucharon de nuevo acompañados solo por los sonidos de intentos fallidos de escape por el lobo, eso era lo único además de los sonidos típicos y nada especiales del bosque. El caminar lento y seguro de la mujer le llevo a situarse justo enfrente del cazador, al que analizo desde el momento en que comenzó a caminar en su dirección.
Parada, cerca del lobo, el reptil y el cazador con un arma que no era suya en las manos sonrió.

- A pesar de ser mujer me gusta que me llamen por mi nombre, que para algo me lo dieron - giro su rostro y enfoco su mirada en el lobo que miraba la escena en que estaba metido. Sharon apunto el arma en dirección a la cabeza justo como se lo habían enseñado a ella sus padres.
Algo curioso pasaba con ella siempre que asesinaba a algún sobrenatural, algo más aparte de guardar sus buenos sentimientos muy dentro se si. Justo en aquellos momentos a punto de eliminar una existencia impura como aquella, su cicatriz le quemaba de manera momentánea, justo como cuando se la hicieron y esta vez no era la excepción al asunto.
Su cicatriz le quemo la cadera justo cuando su dedo apretaba el gatillo de aquella arma, el sonido del disparo retumbo en el bosque en aquel lugar donde nadie excepto los presentes eran testigos de la muerte de aquel lobo que yacía ahora inmóvil en el suelo.

- Y me llamo Sharon… cazador - le miro de arriba a abajo y estiro su mano con él arma después de todo no le pertenecía. Y aunque era buena con las armas siempre preferiría sus dagas, con ella simplemente era magnifica.

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