Sé que en el fondo eres bueno... [Privado]

por **April Campbell** Sáb Ene 05, 2013 7:25 am

El Sol había desaparecido por completo, la noche había llegado a la ciudad. La oscuridad reinaba sobre las calles, las cuales estaban habitadas a esa hora no solo por trasnochadores sino también por aquellas muchachas que vendían su cuerpo y gozaban de placeres que April desconocía. Estaba allí, caminando bien despierta bajo la mirada deseosa de los borrachos y la de desaprobación de otras personas. La verdad, es que era normal que la mirasen así pues una chica de su edad no debía andar sola a esas horas de la noche; sin embargo, ese era el único momento en el que la joven chiquilla podía salir al exterior sin abrasarse y acabar en cenizas. Se había acostumbrado ya a todo eso y sabía defenderse perfectamente si en algún momento alguien quisiera hacerle algo. A pesar de todo, echaba mucho de menos la luz acogedora y caliente del Sol que ya años atrás le gozaba de felicidad.

Mientras caminaba podía observar el rostro de algunas personas tiradas en la calle, pidiendo a gritos quebradizos algo de comer. En ocasiones, si llevaba algo encima, le ofrecía a aquella gente comida pues odiaba que pasaran tanta hambre y le horrorizaba ver esos cuerpos tan esqueléticos y sin vida. Y, hablando de hambre, en ese momento April estaba muy sedienta y necesitaba alimentarse lo más rápido posible (eso le pasaba por ser tan cabezota). Entonces, llegando a los rincones más oscuros de la zona, se encontró a un joven apuesto que sonrió al verla. No le conocía. Se acercó poco a poco a él y suavemente clavó los colmillos en su cuello y absorbió la cantidad de sangre necesaria. Se apartó de él, y desapareció de aquel rincón, dejando al joven algo desconcertado pero estaba bien.

Ya con bastante energía, decidió proseguir su camino, adentrándose por sitios no recomendados para ella, pero estaba cansada de los mismos lugares. Siempre le habían dicho que tenía un sin fin de posibilidades en cuanto a sitios, que podría visitar todo el mundo pero hacerlo sola es algo triste. Entonces, reconoció en uno de los callejones la figura de Kinzo, un conocido que le parecía bastante divertido en ocasiones y, en otras algo espeluznante. Pero, como estaba aburridilla se acercó a él y le hizo notar que estaba allí por unos golpecitos en la espalda. -Vaya, vaya.. ¿Qué hace un caballero paseando a estas horas de la noche por estos lares?- le dijo con tono juguetón, sabiendo que en verdad esa frase se la debería aplicar a ella. Aquel día, llevaba el pelo recogido en una trenza que dejaba a la vista el cuello de la joven y un vestido blanco, que ya había llevado en ocasiones.

por **Kinzo Dagron** Vie Ene 25, 2013 10:01 pm

Otra noche más en parís, otra noche para los seres nocturnos salieran, otra noche para que salir yo, al mundo de los humanos, aunque ya en día ¿existen los humanos? Una pregunta un poco tonta pero efectiva, cada vez que salgo de mi casa me encuentro con un: Cambiaforma, con un licántropo, brujas, fantasmas y los mas típicos, los mas “quemados” los vampiros, esos seres nocturnos que consumen sangre, que se alimentan de otros…pero si los vampiros se matan a los humanos, luego, al pasar el tiempo ¿Habrá humanos para alimentarnos? Preguntas tontas, preguntas completamente fuera de sí pero es la verdad, tanta matazón por culpa de los “chupasangres” que los humanos se están extinguiendo por completo y lo digo un vampiro, ¿Mi nombre? Es algo común, que no tiene caso presentarme ¿O si? No tiene sentido, no tiene sentido nada; un suspiro sale de mis labios al estar pensando diversas cosas, me encontraba sentando enfrente de la ventana, al desparecer el sol y llegar la noche me puse enfrente de esta para mirar a las personas caminar, reír, pensar, hablar, comentar, caminar, respirar etc, etc.

Hoy, en esta noche hermosa, con la luna llena, haciendo énfasis a los Lycan, en este momento todos o tal vez la mayoría de ellos estarán en su fase terminal, ósea, su fase lobuna, una vez vi uno y casi me mata pero fui más rápido y desaprecia de su vista no tenia sentido, y tampoco quería morir al manos de “nuestro enemigo” ¡JA! Mitos y leyendas como nosotros, ahogo un suspiro y me levanto de este sillón, alejándome de la ventana, pero lo primero que veo es a mi mentor riéndose, bufe un poco al saber porque-Kinzo, ¿Por qué no sales? Es una noche maravillosa hijo, ve, sal y diviértete pero recuerda-Pauso un poco, cada noche me decía lo mismo y cada noche obedecía-Antes de que el sol salga corre hasta acá, u ocúltate en algo, mientras que el amanecer estar y la atardecer-Asentí varias veces, como no prestando atención, eso me lo sabia y de sobra. Al salir de casa, mire a las personas caminar, y sin esperar me mezclé entre ellas.

Al caminar por entre las personas, mi sed aumento un poco, así que decidí retirarse de aquel lugar y ponerse en un lugar que no hubiera tanta gente, separándome de esas personas que le causaba ese olor a sangre; iba caminando tranquilamente hasta que me paré al notar un aroma sumamente conocido, no dije nada pero mi rostro aprecio una leve sonrisa, arquee un poco mi ceja al notar los golpecitos que ella me daba, voltee y le sonreí-Pero sabes perfectamente que esas palabras que salieron de tu boca querida April te la tienes que aplicar a ti, no a mi-Me voltee y tome su mano, dándole un casto beso en ella-Sabes, las mujeres delicadas y frágiles no deberían de pasear por estos lugares ni mucho menos solas-La acerque un poco a mi cuerpo, esta mujer, aunque pareciera niña tiene mas edad de lo que aparenta y me atrae, y mucho y siempre quiero que ella se de cuenta pero es tan despistada, según creo-Pero como tu no eres una mujer frágil ni en apuros entonces no aplica esto para ti-Brome, y la abrace fuerte, cerrando mis ojos y mirando su cuello.

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