¿Qué y Quién eres? |Privado|

por **Julio Hernández** Miér Jun 05, 2013 10:47 pm

¿Qué me daba por caminar en las noches? ¿Acaso no podía de día? Solté la risa más burlona que mis oídos algunas vez pudieron haber escuchado, quizás hoy me había levantado con el humor negro bien en alto, no lo sé, pero el chiste de hace un momento me había sacado una lágrima, una de esas que no sé de qué eran y no es que estaba melancólico, no, entonces ya me podría dar una idea de qué exactamente era lo que me ocurría. Continué mi camino pensante, parecía que la noche apremiaba con un gran escenario, el lago era y siempre será de mi agrado, seguro era por la tranquilidad que se respiraba al frente mío, esa calma y paz que me traía recuerdos vanos. -Venga, estar a mi edad con esas cosas ¿será posible?- peiné mi cabello pues el aire me jugaba una mala broma al despeinarlo y saqué un cigarrillo del bolsillo de mi chaqueta y permanecí con el rodándolo en mis dedos, jugando con él, me encantaba fumar, viviría del cigarro más que de la sangre si era posible.

Me quedé un rato quieto en uno de los frondosos árboles frente a aquel hermoso mar estacionado que tenía frente mío, me quedé observándole como si de sus adentros me llamase. Leves recuerdos se vinieron a mi memoria, de cuando era niño y en España nadaba en una de las fincas de mi familia, era curioso. Me distraje de aquello cuando noté que el cigarrillo se me había desplomado de las manos, lo recogí y lo encendí inmediatamente esperando que no se hubiese dañado, cosas así no me gustaban desperdiciarlas.

Después de darle dos que tres caladas a mi cigarrillo, exhalé con fuerza el aire que se pintaba frente a mi cara, se dibujaban una especie de sombra que me molestaba para ver las pequeñas olas que se formaban por el choque del viento con el agua. En ese momento se me vino una idea de esas locas a la cabeza, de esas que son comunes en mí. -Hace tanto no prueba esto…- pensé con maldad y dando la última inhalada al dañino cigarro lo tiré al suelo pisándolo para evitar algún accidente, después de todo yo soy muy amante de la naturaleza, a pesar de mi apariencia demoniaca.

Me fui despojando una a una de mis prendas, quedando en… nada, estaba totalmente encuerado frente a ese remanso de agua mágica, mis glúteos se plateaban con la luz de la luna cayena, los apretaba y relajaba como si nunca hubiesen salido de esa ropa. Que si era algo inmoral lo que hacía, no, porque estaba solo y además, aunque alguien me encontrase en estas condiciones pues creo que disfrutaría aún más que yo al ver mi cuerpo. -Pero qué…Jajajajaja… comencé a reírme como un desquiciado solo en aquel lugar y caminé a unos dos metros en donde estaba la orilla de ese mar dulce y dejé mi ropa frente al árbol donde había estado, me quedé parado unos instantes y suspiré, haciendo mi cabello hacia atrás lancé mi cuerpo al agua sin pensarlo dos veces y me sumergí tan profundo como pudiese sin soltar el aire, a pesar de que sabía que si lo soltaba podría pasar un buen rato ahí inmerso.

Después de unos cuarenta segundos salí a la superficie salpicando agua alrededor mío, me quedé flotando boca arriba observando el recorrido de las nubes me sentían como un niño de nuevo, cuando mis oídos se percataron del sonar de unos pasos a la lejanía, adopté una pose pedestre dentro del agua y traté de ver qué era no dilucidaba nada así que un poco molesto salí del agua.

Cuando saqué mi cuerpo desnudo del agua observé alguien cerca de donde había dejado mis ropas, sin ningún perjuicio me acerqué tranquila y calmadamente al acompañante desconocido. Ya estando frente a él quedé viendo fijamente, era un hombre, quizás de mi misma edad, cabello largo muy cuidado, me miraba de una manera peculiar que me hizo reír. —El agua no se le niega a nadie Monsieur, si quería podría haberse bañado conmigo- estaba siendo osado, lo sabía —Pero no me espíe de esa manera que me es muy molesto… - le vi detenidamente, su rostro realmente era hermoso.

por **Ackley Hinault** Miér Jun 12, 2013 10:12 pm

¡FASTIDIOSO! Me preguntó por qué demonios en estos tiempos todo me provoca este enfermizo fastidio, me lleva al punto de pensar cada estupidez que me sorprendo a mi mismo y justo en el instante que creo que nada más puede ocurriese a mi mente ociosa salgo con algo que supera mis propias expectativas.
Quizás se la edad, la vejez del espíritu que no era capaz de descubrir algo que me motivara realmente aunque cada noche saliera en búsqueda de algo motivante, solo para regresar molesto ante los fracasos producidos por dicha búsqueda.
Es peculiar noche salí dejando todo detrás, no quería ver a nadie ni buscar nada, solo despejarme y tal vez recordar un poco el pasado - o lo que pudiera de el - quizás pensar un poco en Dominique, mi tortura personal y siempre enervante, como la sangre cálida recorriendo un cuerpo humano.

Me aleje de las calles repletas de gente que se sentía segura detrás de su riqueza, entre poco a poco en los solitarios callejones llenos de podredumbre y pobreza; no podía encontrar mi lugar por ningún sitio de los que pasaba y así, continúe mi camino. Pase muchos lugares e ignore todo, solo para adentrarme paulatinamente a donde se encontraba la laguna.
Oasis de paz y calma pero sobre todo soledad absoluta; me tire en el pasto que bordeaba el agua estática solo iluminada por la luz de la luna en el cielo nocturno y saque aquel peculiar medallón que no abandonaba por nada del mundo.

Sé que suelo ser algo descuidado pero cuando se trata de este recuerdo lo defiendo como a mi inmortalidad; tanto, que me ha acompañado durante toda mi existencia desde que ella desapareció de mi mundo. Algunas veces pienso que lo tengo solo para mostrarle de alguna forma que aunque no existía más continua en mis recuerdos, otras creo que es solo para burlarme de su estupidez al creer que podría tenernos como sus acompañantes, pero bueno no se la realidad de eso o más bien no tengo aún las ganas de saber.
Suspire aunque no fuera algo que realmente necesitara y guardando de nuevo el medallón me levante para dar inicio a una caminata por toda la orilla y después de eso de regreso a la aburrida y monótona existencia en la ciudad.

Mi caminar era lento, por momentos incluso me detenía a admirar las aguas hasta que llegué a un punto en el que no fue por la naturaleza, la paz o la soledad lo que me llamo, si no la figura a la luz de la luna de un hombre en el agua; más que un hombre era uno de mi raza.
Sonreí al mirarle pues sin ninguna intención de toparme con algo interesante ahora finalmente después de tanto buscar llegaba a mi sin aviso alguno.
La vista no era para nada decepcionante así que cruce los brazos y me quede contemplando cada detalle que podía; su contextura física se notaba más fuerte que la mía y poseía aquel esplendor solo tan magnificente en nuestra raza y por una ocasión bastante inusual, no deseaba pelear con él. Eso me había ocurrido realmente pocas veces pero sabía muy bien lo que significaba.
No sabía si ya se había dado cuenta de mi presencía ahí, quería pensar que si pero no estaba seguro de eso por lo que solo seguí mirando. Cuando al fin salió del agua y sin recato alguno o cortesía comenzó a hablar conmigo pude notar que era un sujeto muy seguro de si mismo y eso me gusto, detestaba a los que eran todos estirados y aburridos, al menos con él la cosa sería realmente muy entretenida.
- No vine aquí a nadar ni mucho menos, solo buscaba algo de tranquilidad pero al parecer - le mire de arriba a abajo y una risotada salió de mis labios - me he encontrado con algo completamente opuesto a eso y debo decir que aunque no vine a nadar, por un instante tuve una razón para hacerlo… lastima que esa razón salió del agua - toparme de manera accidental con vampiros como él era todo un suceso, uno que disfrutaría en gran medida.

Di un paso al frente acortando la distancia entre ambos mientras reía.
- ¿Espiarte? Si no te diste cuenta, este lugar - abrí los brazos - es muy amplio y no te pertenece así que si no quieres que nadie te vea, no andes desnudo idiota - y ahí iba yo, con mi peculiar forma de ser. Soy odioso muchas veces y lo admitiré con orgullo, poco son quienes toleran mi manera de comportarme y expresarme, pero los que lo hacen es porque valen la pena.
- Además si intentas atraer a algún humano ingenuo para que sea tu cena, te has equivocado de lugar - decidí dejarle entonces, aunque no deseaba hacerlo pero era probable que ahora se fuera y la paz reinaría de nuevo a mi alrededor. Baje los brazos y dandole la espalda reanude mi andar - Solo no olvides llevarte la ropa cuando te vayas, luego podrías aterrorizar a las escasas damas que te encuentres por ahí - dije burlón sin volver a mirarle.
Igual y si se quedaba, más que molestarme su presencia como lo hacían las de otros solo lograría interesarme mucho más en él.

por **Julio Hernández** Dom Jun 16, 2013 4:03 pm

Me quedé pensativo perdido en los ojos ajenos, estaba ignorando todo lo que me decía, la verdad no me interesaban mucho sus palabras, solo deseaba merodear de cerca ese cuerpo que se calaba con el viento que jugaba con sus cabellos. Mi cuerpo húmedo chispeaba gotas en el suelo y una que otra se deslizaba por todo mi abdomen, yo estaba más concentrado en el otro que ni me percataba que empapaba el suelo. Arquee una ceja al escucharle hablar, era lógico ambos estábamos al tanto de la condición del uno con el otro así que eso ahorraría mucho, por eso me encantaba toparme con seres así como los de nuestra especie, tan inteligentes y… descendí mi vista por el cuerpo ajeno y pensé -Bello…- sonreí por aquella marejada de ideas, sentía un calosfríos por toda la espalda que eso literalmente era imposible, mi cuerpo hace mucho había dejado de sentir algún tipo de sensación como esa pero sin negarlo me había gustado.

Escuché solo las cosas que realmente me interesaban, arqueé una ceja al imaginármelo desnudo ahí nadando conmigo, solté una risa y a estas alturas seguro el desconocido creería que estaría loco por mis múltiples risas sin sentido, o pensaría que me estaba burlando de él, cosa que no era así, si tan solo pudiera escudriñarse en mi mente, quizás se iría del sitio. —Claro que este lugar no me pertenece, pero es tan basto y extenso que se me ha hecho curioso que se haya venido hasta aquí cuando del otro lado del lago se puede ver mejor el panorama…. - le sonreí divertido y proseguí — Aunque….- me quedé pensativo —Desde el otro ángulo no tendría esta buena vista… - me miré ahí parado sin nada de ropa y después le clavé mi vista, levantando una ceja —Ah si? Claro, quién se puede creer que al caminar tranquilamente por este lugar, que aparentemente es inhabitable, se encuentre algo como esto….- mi egocentrismo estaba en la cima el día de hoy, era obvio que hacía alusión a mi cuerpo — Oh Monsieur, pero ese no es un problema, sea lo que sea, créame que puede volver al agua…- haciéndome el loco fingía o quizás pudiese que estuviere malinterpretando lo que me había dicho, sinceramente había captado mi atención de inmediato.

No le quitaba la vista de encima, quizás me lo estaba comiendo por dentro de mí, ese cuerpo que se mecía con sutileza definitivamente me excitaba y yo desnudo frente a él, solté otra risa y seguía como había venido al mundo frente al que se acercaba a mí. ¿Estaba jugando conmigo? Eran preguntas que me hacía y me divertía viéndole los ojos pero de mi cabeza no podía sacarme la idea de haberlo visto mojado con el agua. — Idiota eh? - solté una sonrisa por aquello y me acerqué la misma distancia que él se había acercado, por lo que me aseguró que tutearlo sería mejor —No es que lo sea, o tal vez sí… qué opinas? - me parado justo frente de él y pude olfatear su aroma, me encantaba hacerlo.

Después de dos segundos le saboreé con la vista y sonreí tan plácido que mis ojos solo eran capaz de rodearle cada centímetro de sus labios, la comisura de éstos y después su cuello. Cuando me distraje por sus palabras —¿Atraer a humanos dices? - solté una carcajada con más bullaranga que las anteriores —Hoy no vine de cacería señor… ¿uhm? ¿cuál es tu nombre? - seguía de frente a él sin moverme, sin nada ¿qué era lo que pretendía? Todo era tan divertido —Aunque puede que haya cazado algo mejor… - arqueé una ceja y le vi, me consumí en su mirar.

Me quedé ido y comenzaba a alejarse, estaba claro todo no dejaría que se fuera, al menos no así, entonces comencé a caminar en dirección hacia donde él se dirigía y me acerqué tanto que sus cabellos se posaron en mi mejilla, a su espalda, me aproximé a su oído y le susurré —¿Quién puede asustarse conmigo? ¿Acaso tú lo has hecho? Porque no veo tu expresión de terror - le dije muy despacio y me separé de él, yendo a buscar mi ropa. Mi cuerpo ya se había secado un tanto así que solo me coloqué la ropa interior y mi pantalón, tomando la camisa de seda con las manos al igual que mis zapatos, como estaba un poco más delante de él pensaba en la manera de retenerlo, no podía dejar que se fuera así que me fui hasta donde él estaba —Esta noche…. Esta noche no es para estar solos…. ¿no crees? - le dije sin preguntar si aceptaría compañía, no me importaba, iría tras de él aún si huyese me coloqué frente a él, mientras mi mente maquinaba algo sucio por hacer sonreí cómodamente.

por **Ackley Hinault** Miér Jun 19, 2013 1:40 pm

De sobra sabía que al igual que yo admiraba cada parte de aquel cuerpo desnudo, él lo hacía a su vez conmigo, pero claro que no podría compararse ver un cuerpo desnudo a uno cubierto de prendas. Sus constantes risas solo simbolizaban para mi que captaba las oscuras intenciones en muchas de mis frases o también podía ser mera burla pero me daba absolutamente igual, la vista pagaba todo.

Me reí ante su análisis de la situación era cierto que del otro lado la vista de la laguna era mejor.
- Pues el motivo de que este aquí se debe a que después pienso ir al otro lado, solo que decidí comenzar por este y después con el más hermoso - no hay motivo más lógico y real que ese. Tanto ego en un solo vampiro, casi hasta competía conmigo y eso volvía más divertido todo; no me molestaba su forma de ser pues tenía de que sentirse egocéntrico - En eso tienes razón pero no se porque estas tan seguro de que al otro lado - señale al lado opuesto de la lugano - no hay algo mucho mejor que tu - dudaba de mis palabras pero era una posibilidad real.

- Si, quizás pueda volver al agua aunque en realidad, ahora poseo un conflicto - desvíe mi mirada, cruzando los brazos - creo que luce mucho mejor solamente húmedo que completamente dentro del agua - intenciones ocultas, no tan ocultas iban y venían entre nosotros aunque ninguno aun hablaba de manera clara sobre lo que queríamos.

Solté una risotada mirando más cerca de mi.
- Opino que no hay idiota más grande que aquel que pregunta lo obvio o lo que ya se le dijo - si, le decía de nuevo idiota y se lo diría cuantas veces fuera necesarias para se diera cuenta de eso. Me pregunte a mi mismo si lo miraba de la misma manera un tanto estúpida y embelesada con la que me miraba él a mi. Sería que ambos éramos para el otro ese suceso extraño que en pocas ocasiones nos veíamos invitados a probar de manera especial y no siempre comprendida por todos. Y entre las palabrerías surgían al fin las presentaciones.
- Mi nombre es Akseli… ¿tu eres? - le mire interrogante - No vienes a buscar cena, entonces solo apareciste para perder tiempo - reí - que casualidad - ladee el rostro mirando sus ojos, como si no comprendiera sus intenciones pero deseoso de escuchar más de ellas - ¿algo más interesante?, ¿puedo saber qué es? - si respondía lo que esperaba me agradaría incluso aún más y estaríamos dando pasos en la dirección que ambos deseábamos.

Me seguía y estaba cerca, tanto que el movimiento de sus labios cercanos a mi oído provoco me detuviera para escucharle y sin girarme respondí.
- Claro que no puedes asustarme, eso ni aunque lo intentaras mil veces, pero los humanos son más vulnerables a los sustos - se alejo finalmente y creí que eso era todo por lo que avance de nuevo, pero casi de inmediato sus pisadas continuaban en mi dirección. Estaba al parecer decidido a perseguirme y aunque no me negaría, tampoco lo aceptaría.
- Haz lo que quieras después de todo no dijimos que se era libre de hacer lo que se quisiera - gire el rostro para observarle rápido pero ya se estaba vistiendo; todo un desperdicio sin duda - solo no cometas alguna idiotez - por supuesto que en el fondo que hiciera una estupidez era mi deseo.

por **Julio Hernández** Dom Jun 23, 2013 7:05 pm

Su piel se plateaba cada vez más con el resplandor de la luna, era como si brillase, y es que aunque no quisiera estaba tan embobado viéndole que se le salían leves gemidos por dentro de mis labios sin ser emitidos los sonidos, aunque deseaba gritárselos en el oído. Sus labios rosas eran como betún de pastel, que se movían en un son emitiendo palabras que buscaban hacerme sentir mal, a lo que sonreí cínicamente pues en mi vida de vampiro alguien había podido lograrlo, medité un rato y me hacía el interesante, solo deseaba algo más y con sus gestos el contrario me hacía sentir que él también lo quería, aunque muy cara de piedra fuera.

Suspiré un tanto desequilibradamente y angustiado, el sin vida que tenía al frente hablaba y yo me estaba aburriendo, me gustaba la acción así que negaba y asentía sus palabras pareciendo un loquillo, seguro que con su seriedad me tomaría como un idiota, estúpido, raro e infantil, yo solo me divertía, porque si no lo hace hace mucho hubiese deseado morir por ser lo que era -Oh claro Monsieur, comenzar de un lugar para partir al otro, pero qué pequeña coincidencia no? - ni sabía ni lo que había dicho, quizás estaba desvariando un 'poco' así que no le presté atención si parecía incoherente -Por supuesto que no hay nada mejor que esto... - diciendo juguetonamente señalándole mi cuerpo con mi vista y guiñándole un ojo seguro de lo que había dicho.

Le escuché con atención porque al fin su miraba se estaba comportando tan intensa como la mía lo hacía seguramente esta vez de sus palabras saldría algo que realmente me excitaría aun más arquee una de mis cejas y en efecto, jamás me equivocaba. -¿Húmedo? Afuera eh! Tiene usted un dilema muy, muy complicado, quizás de las dos maneras luzca apetecible - mordí uno de mis labios -Debería de intentarlo, puede que uno de las dos formas le guste... - me acerqué un tanto a él que no podía dejar de escurrirme.

-No, no me digas así, solo que me gusta confirmar las respuestas, no me gusta pasarmelas de tonto - medité esas palabras y de nuevo estaba siendo redundante y sin sentido, es que solo podía pensar en lo que anteriormente él me había dicho. Me estaba bañando en mi mismo pensar.

Akseli, Akseli, me resonaba su nombre y yo en lo que pensaba era, caerle encima y comerlo pero tenía que controlarme un poco la descontrolada idea que se me venían de momentos -Soy Julio... - hice una ridícula reverencia y viéndole, no podía quitarle la vista de encima. -Es correcto Akseli, parece que ambos hemos venido sin algún propósito previsto, claro, siempre nos llevamos sorpresas -acortando distancias yéndome más cerca de donde él estaba -Las casualidades para mi no existen sabes? Tú y yo nos encontramos por gracia divina quizás, porque ambos sin saberlo así lo deseábamos - me mordí el labio inferior y quedé justo frente a él invadiendo su espacio personal, deseaba robarle el aliento que lo mantenía vivo, me amenazaba con hacerlo mío.

Después de haberme acercado lo suficiente como para grabarle su olor en mis sentidos ignoré lo de los humanos, pues obviaba las pláticas absurdas, no me importaba, llevar conmigo esas cosas me eran incómodas así que a medida que le iba siguiendo el paso a Akseli iba dejando regada mi ropa y zapatos, me imaginé que si alguien se los encontraba de camino seguramente pensaría en alguna loca pareja haciendo el amor a orillas del lago había sido descuidada en desperdigar toda su ropa por el camino, me recorrió un calosfríos y me acerqué al hombre colocándose frente a él -Entonces si somos libres de hacer lo que queramos, si soy libre de hacer lo que quiera puedo hacer esto... - yéndome a su cuerpo le tomé por la espalda y le presioné con fuerza hacia mí, zapándole un beso robado, de esos que me gustaban a mí, no me importaba si el otro hacía fuerza, lo sostenía suficientemente fuerte como para que se soltase, al menos lo podía besar hasta que el aliento se me fuera.

por **Ackley Hinault** Vie Jun 28, 2013 9:49 pm

Coincidencia… No era más que eso pero su significado era mucho más profundo que cualquier cosa que hubiera pensado. Reí al ver como señalaba su cuerpo, se vendía a mi cuando con mis acciones, miradas y palabras era más que obvio que ya le había comprado.
- Lo que tu digas - sonreí - no voy a decir que no cuando eres lo mejor que he visto por este rumbo - de verdad que no tenía la más mínima intensión de pelear o tener un conflicto con alguien.
Su sonrisa, su voz, su postura… cada parte de él me invitaba a todo menos a pelear; quería descubrir como se sentía su piel y descubrir el sabor que la sangre que estaba en su cuerpo le daba a sus labios.

No me moví cuando se acerco de nuevo porque buscaba precisamente su cercanía.
- Si, apetecible sin duda de ambas pero siempre ganara una - me lo imagine completamente seco y aunque la imagen no me desagradaba del todo hice una mueca - bueno creo que prefiero la humedad - respondí mientras miraba diamante a sus ojos y sonreía; incluso en mi mente le iba mucho mejor estar escurriendo agua.
Las gotas delineaban la perfecta figura del vampiro frente a mi, circulando por zonas que no se me permitía tocar… aún.

Más valía que fuera solo un tonto más a alguien capaz de usar las debilidades ajumas en su contra; es decir no quería que usara mis debilidades contra mi. Pero sabía que e era tarde para pensar en eso y su mirada me lo decía de una forma clara, él sabía a la perfección lo que su presencia estaba provocando en mi.
Solté a reír ante su ridícula reverencia - No hagas eso, luces horrible así, Julio - desvíe la mirada antes de seguir riendo de él solo para que la distancia entre ambos se acortara aún más y lo mire de manera fija, esperando que actuara antes de que yo lo hiciera pero solo permanecí o de frente a mi hablando de las casualidades - Definitivamente esto no es una casualidad, hay algo que debemos hacer de eso estoy seguro - El convencimiento de que debíamos llevar algo a cabo seguía en mis pensamientos y en los de él también, acababa de confirmarlo, pero aún así ninguno actuaba. Estaba bien que tuviéramos todo el tiempo del mundo para jugar a las escapadas, después de todo no envejeceríamos nunca y podíamos pasar siglos siguiendo uno al otro solo que eso se volvía aburrido después de un tiempo.
- Ambos lo deseábamos, ¿en serio? - pregunte a la vez que entrecerraba los ojos y acercaba mi rostro más a él - eso deberemos descubrirlo - estábamos tan cerca uno de otro que de haber sido simples humanos normales estoy seguro de que nos hubiéramos sonrojado. Ninguno de los dos pareció ceder ante ese movimiento, de mi no me extrañaba pero ver a otros de esa manera era todo un deleite par cualquiera.

Me detuve de golpe cuando se puso frente a mi, algunas gotas corrían por su rostro desde sus cabellos y les envidie. Mis pensamientos volvieron al momento cuando le escuche hablar - Hacer qu.. - ni si quiera fui capaz de terminar de preguntar porque mi cuerpo fue cautivo de sus brazos, así como mis labios de los suyos. No opuse resistencia al beso, que era algo salvaje pero al final de cuenta ese contacto y esa cercanía era algo que yo había deseado.
Estando preso como esta solo pude atinar a morder su labio hasta hacerlo sangrar para detener ese beso y se alejara un poco.
- Nada mal - lamí mis labios que aún tenían un poco de sangre, quien quiera que le alimento antes de ese beso había hecho que su sabor fuera increíble - pero espero que las cosas se pongan mejor - le sonreí al tiempo que me acercaba de nuevo para besarlo y con mi cuerpo comencé a hacer que avanzara para alejarnos de esa orilla del lago, lo ultimo que quería después de todo era humanos husmeando donde no debían.

por **Julio Hernández** Vie Jul 05, 2013 7:42 pm

Estaba idiotizado sinceramente el vampiro que tenía la frente no sé si era su manera tosca de tratarme, o su forma de presumirme lo que no tenía que me llamaba a pensar cosas sucias con él. Me quedé un rato meditabundo siguiéndole el paso pero las palabras eran más fuertes que mis emociones de adulto sensato, sí claro, eso jamás sería, no podía ser serio sólo quería divertirme con aquella pálida y blanca piel que llevaban mis ojos desde hace horas velando. Era como si el perfume del chiquillo y le decía así porque era menor que yo, o quizás no. Pensar en que era menor me retorcía las entrañas de placer, llámese pedofilia o lo que sea, cada que sus palabras trataban de golpear mi ego era una creciente ola de calor la que me recorría. Akseli estás jugando con fuego y te puedes quemar.

Definitivamente ambos estábamos en sintonía, retozábamos el mismo sentimiento en nuestros adentros, casi podía apostarlo, sin perjuicio alguno le mostraría cómo hacía las cosas a mi manera. —Solo quiero ser educado…- solté una risa socarrona pues la educación y el placer jamás se mezclan o nunca se es feliz, lo sabía, lo había vivido tantas veces y con el chiquillo elegía usar la segunda pues para nada estaba interesado en ser considerado. —¿Hacer algo dices? Oh Akseli, que tus labios musiten esas palabras más despacio, puedo sentir como de mis adentro se mecen todas mis venas….- mencioné tirando el cuello para atrás haciendo un pequeño crujido con mis vertebras . El vampiro me estaba tentando a gritos. Estaba jugando o realmente quería, era algo que definitivamente me tomaría el debido tiempo para descubrirlo pues no lo dejaría irse sin que sus labios por sí solos me dieran las respuesta.

Respiré profundamente y asentí a sus palabras, definitivamente era astuto, pero por lo que podía deducir no era de los tipos que se aventaría o daría un primer paso –Oh Akseli, está es tu noche de suerte… Te has topado con el vampiro indicado, con alguien que cese la sed que por tus adentros lloran por placer…. Que te están quemando…- dije para mí mismo —Así es, no creo en las casualidades Akseli, creo en el destino… Creo en las energías que unen a dos seres sedientos el uno por el otro…. - dije aquello de una manera toda ridícula, pues no era de mí estar con aquellas banalidades pero me vi necesario decirlo, él ya por sí sólo me pulverizaba, lo necesitaba.

Después de haberme comportado como un verdadero cínico, robándole un beso sin pesarlo, sus labios tan suaves, su piel tan fría y su tacto tan áspero como el mío, le solté después de que me fijé que no oponía ninguna resistencia a mí, otro punto más, cada vez me convencía, cuando una mordida me desgarró la comisura de mis labios haciéndome sangrar, paré de momento, era un atrevido y me gustaba. —Eres malo….- le vi reojo pero siempre manteniendo la cercanía, podía olisquear su aire. —No, no eres malo… - murmuré con perversión —Sí, no estuvo mal…- asentí lamiendo el labio para cerciorarme que no hubiera algún resto de sangre, de hecho no había, me lo había limpiado todo el ajeno —Se pondrá mejor Akseli….- viéndole como se alejaba era obvio, escapaba de las miradas curiosas, me estaba retando, acrecentaba mis deseos.

Con fuerza y velocidad me acerqué a su cuerpo y me lo llevé de encuentro, tomándole de la cintura, casi levitando por el suelo para llevarlo a la parte posterior de aquel frondoso árbol de higo inmenso y frondoso colocándole de espaldas a mí arrinconándole ahí y pegándome tanto a su cuerpo que podía escuchar el palpitar de su corazón. Llevé mis labios hasta su cuello, respirándole ahí cerca y lamiéndole suave con la punta de mi lengua, deseaba verlo encarnando las garras en aquel tallo enorme del árbol gritando por más. Mis manos, mis brazos se fueron contra las ajenas para sujetarlas hacia arriba y mantenerlas presionadas ahí, solo sosteniéndole con el resto de mi cuerpo acercándome maliciosamente, susurrándole —No sabía cuánto más contener esto…- le mordí el lóbulo de la oreja mientras las gotas que aún quedaban en mi pelo y cuerpo caían en el ajeno y lo humedecían de a pocos.

por **Ackley Hinault** Jue Jul 25, 2013 12:01 am

Educación… esa era para otro tipo de ocasiones. En la que nos encontrábamos sumidos no había cabida para la educación que solo volvería las cosas complicadas y quizás hasta difíciles. ¿Por qué nos empeñábamos en volver las cosas complicadas?… Porque de esa manera el sentimiento de lo que los humanos llamaban "pecado" se incrementaba llevando un simple acto a algo más profundo que antes, lo bueno es que para nosotros esas cosas como correcto o incorrecto, bien y mal, eran sencillamente un juego de infantes.

El crujido proveniente del vampiro después de pronunciar aquellas palabras me gusto, que clase de cosas podríamos llevar a cabo nosotros, seguramente nada muy bueno a ojos ajenos, pero como nosotros éramos los únicos en aquel lugar no debíamos preocuparnos por nada.
- No veo la necesidad de decirlo de nuevo… no será mejor poder mostrar lo que somos capaces de hacer - lentamente nos envolvíamos en el juego del otro, dejandonos guiar por la voz y los movimientos ajenos.

Solté una risa sonora ante su comentario de las energías. Podían ser las energías, las casualidades, hasta el mismísimo Dios en el que me negaba a creer, finalmente nada de eso tendría que ver realmente entre las cosas que se estaban dando. Tenía razón al hablar de lo sediento que me sentía por él, pero de verdad que quería ver que tan sediento se encontraba de mi, esperaba ver que me ofrecía y que me daría.
- Da igual lo que nos halla unido, el punto importante es que, aquí estamos - abrí los brazos y levante la vista al cielo nocturno que se extendía sobre nosotros.

Fingí que no me interesaba si pensaba que era malo o no, lo importante es que ambos habíamos disfrutado de ese beso que era lo necesario para derrumbar la barrera entre nosotros y permitir que las cosas fluyeran con más naturalidad y no como una especie de rivalidad que era de la manera en la que se había movido todo hasta ese punto.
Sonreí cuando aseguraba que todo se pondría mejor, después de aquel beso sabía que no me decepcionaría.
- Pues no veo nada, solo escucho palabras - la resistencia que pude ejercer cuando su cuerpo se acerco a mi no fue hecha y fui guiado hasta que me aprisiono contra el primer árbol, que nos topamos. Su actuar era impulsivo pero la cercanía de su cuerpo y la forma en la que me tenía me gustaban. Y algo dentro de ese sentimiento no me agrado para nada… ¿Qué demonios estaba pensando?, me gustaba compartir mi tiempo con vampiros como aquel tan decididos y además con un cuerpo como el que ahora sentía a mis espaldas y momentos antes había sido capaz de contemplar, pero me sentía preso… y eso era quizás lo que me incomodaba… o… ¿me gustaba?.

- Puedo notar que no podías contenerlo por mucho más tiempo, pero eso no significa que debas tenerme de esta manera - estaba por moverme cuando sus manos apresaron las mías - no necesitas apresarme de esta manera - las gotas humedecían mis ropas solo un poco pues no era mucha la cantidad de agua que permanecía en su cuerpo. Al momento en que mordí o mi lóbulo me moví hacía atrás pegando más mi cuerpo al suyo, una simple mordida no era suficiente para mi, justo como antes no lo había sido un simple beso. Gire mi rostro para poder mirarle de reojo y en mis labios apareció una sonrisa - Así que el juego se pondrá serio… bien… - me moví levemente contra su cuerpo, que era lo único que sentía que podía hacer mientras estaba en esa posición.

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