¿Quién eres tú? (privado)

por Invitado Mar Nov 22, 2011 1:05 am

Se escuchaban ruidos extraños por las habitaciones de la segunda planta, eso anunciaba el despertar de alguno de los vampiros que ahí vivían, solo veía a León pasearse a veces a Dunkelheit siempre con “aquel” al que llamaba pareja, el brujo estaba quedando en el olvido como uno de los tantos muebles de la mansión, pero era humano después de todo y el único “vivo” entre tanto cadáver pestilente, justo como un mayordomo, callado, amable, refinado y al que usan de sirvienta o de consejero, quien lo usaba como esto último era León quien siempre parloteaba de las cosas de una jovencita que había conocido a las afueras de parís.

Normalmente a él no le importaba pero era toda la compañía que tenía, respiro hondo para dirigirse a recibir a se “hijo/amo” sin embargo cuando acomodo su traje y miro el reloj por ultima vez noto en el jarrón egipcio un papel con una pluma encima la cual escurría y ese descuido era de León, su mas notable dolor de cabeza, tuvo que sacar un pañuelo de su chaleco antes de que la madera de la mesita tuviera un daño serio, tomo el papel en manos queriéndolo hacer bolita pero vio la caligrafía de mala calidad que decía: “Hemos salido, me lleve al “niño Dunkelheit conmigo nos vemos mas tarde no olvides la cena”…¡Maldita sea! Fernand no era un ama de casa que estaba casada con León y su hijo era Asagi. Pero después de su ligero enfado volvió a respirar ahora si apretando en el puño la maldita hoja mientras tallaba la mancha, su rostro solo demostró su ceño fruncido aquel mismo que siempre León le picaba.

Hizo una pausa, los ruidos seguían y ahora por la escalera que estaba a su espalda, sigiloso siguió con la mirada a quien bajaba y se volteo de golpe sacando de la manga una chuchilla envenenada y vaya sorpresa ¿Una mujer? Pensó al verle el rostro al tiempo que frunció el ceño.

por **Kei Koizumi** Sáb Nov 26, 2011 1:20 am

Se despertó encontrándose solo y tardó un momento en ubicarse, no estaba seguro del porqué. Se desperezó y empezó a caminar por la habitación, buscando esto y aquello. Se estiró cual felino y decidió que sentir la suave calidez del agua no le vendría mal en ese momento. Tarareó algo, mientras no pudo evitar preguntarse en dónde estaría el dueño de sus pensamientos. No se tardó mucho, pues no podía quedarse quieto, alguna especie de hiperactividad le recorría el cuerpo. Busco ropa y zapatos. Casi nadie se daba cuenta, de que era un obsesivo en que la tela se viera impecable casi todo el tiempo. Ciertamente al menos en lo que estaba en sus manos. No era como si por que no fuese así fuese a volverse loco, solo que le tenía manía de estar haciéndolo a menos que algo llamase su atención y se olvidase de ello.

Observó la puerta antes de decidirse a bajar, pero si se quedaba allí se sentiría como león enjaulado. Sabía que probablemente no estaba solo. Frunció ligeramente el ceño y después de un muy breve momento se vio a sí mismo bajando los escalones de una manera lenta, al menos lenta en comparación a la velocidad que podía moverse. Poco antes de divisar a aquella persona se detuvo un fragmento de segundo y luego continuo acercándose, viéndole con aquel trozo de papel en las manos. Pensó en salir sin decir demasiado. Se inclinó ligeramente al tenerle un poco más cerca -Buenas Noches -fue todo lo que dijo antes de hacer el amago de salir.

por Invitado Sáb Nov 26, 2011 9:29 pm

Con la voz de la persona desapareció la sospecha de que era mujer primero se había hecho a la idea de que podía ser una de las “amantes” de León sin dudas estaba permitido que trajera personas a esa mansión había mil motivos para hacerlos, solo ellos tres, ah, sin olvidar la haragana de la pareja de Dunkelheit. Parecía que los sentimientos iban en serio como para permitirle vivir ahí y cuando observo al menudito hombre frente a él se acercó haciendo una reverencia a lo que ambos parecieron responder – Buenas noches he de preguntarle sin la intención de ofenderlo caballero ¿Quién es usted? – Fernand no se hizo esperar, si era un entrometido amante de León lo exterminaría en ese momento y si era aquella persona misteriosa que Dunkelheit guardaba como joya preciosa en su recamara pues… Habría “una charla intensa y larga de por medio hasta que llegara el amanecer”- Aunque podría adivinarlo…- susurro pero si bien sabía que ese ser le respondería el olor fuerte a muerte venia de él. Sin embargo le sonrío tan amable y dulce como pasivamente, era una de las cualidades de este brujo una sonrisa de fiar pero tan abrumadora como la maldad, se acerco reteniéndole y lo haría mas si era quien pensaba.

por **Kei Koizumi** Lun Nov 28, 2011 2:10 pm

Le observó con calma mientras escuchaba su pregunta y le sonreía con amabilidad. –Kei Koizumi – Sin duda había muchas formas de responder aquello, pero sus instintos se habían despertado en su presencia. La calma que sentía al estar entre aquellas paredes probablemente solo se debía al dueño de la casa. Su nombre no decía demasiado, eso fue lo que pensó y sin embargo era lo que mejor le representaba. Pero él no sabía mucho de él, pero su caso era el mismo. El día que cruzó palabras con anterioridad con la persona frente a él había sido el mismo en el que había llegado, sin embargo, esa noche debido a las circunstancias había prestado poca atención a su interlocutor. Ahora que lo tenía nuevamente frente a él de aquella particular manera no sabía como abordarlo exactamente.

¿Qué sabía? Fungía como mayordomo de aquella gran mansión, pero sentía que había algo oculto en aquellas pupilas. Podía ser su imaginación, pero él mismo tenía a su cargo un mayordomo cuyas habilidades iban más allá de lo que se requería para ello. Por otro lado, él proyectaba algo totalmente diferente aunque no supiese decir en primera instancia de lo que se trataba -… Pero por alguna razón algo me hace creer que usted sabe quién soy– Su sonrisa no desapareció, de hecho se acentuó ligeramente. No había nada concreto que le hiciese decir aquello, solo un leve presentimiento o algo muy parecido a eso.

por Invitado Vie Dic 02, 2011 10:10 pm

Hizo un mohín, al escuchar el nombre, más claro ni el agua – Si, eres esa persona haragana que Dunkelheit tiene como pareja – sonrío con sutileza ante su comentario, se dirigió a la puerta cerrándola con las llaves que tenía, mientras, recogía algunas cartas y otras cosas que estaban el uno de los muebles, con paso lento, siempre sonriendo y acomodando sus largos cabellos para que su impecable apariencia no se destruyera – estoy tremendamente encantado, tremendamente – sonrío al verle ahí solo quietecito, parecía una niña, una damisela que se queda en casa – Fernand, ese es mi nombre, creo haberte visto por ahí pero que deseducado has sido vampirito, venir aquí y entrar y salir como si nada – se le acero más, justo cara a cara, tocando su rostro levemente, exactamente podrido y frío, debía imaginarlo - ¿Qué tienes de especial? – le pregunto en un susurro que no perdiera el timbre de voz original del brujo. – Eres demasiado ordinario no sé qué vio en ti aquel niño – añadió con gracia y le llamo con la mano a la sala – sígueme, hoy no tienes permitido salir y más te vale no intentarlo – era de enfermos vivir con ese tipo de personas.

por **Kei Koizumi** Lun Dic 05, 2011 10:40 am

Sonrió de manera impreceptible. Vaya forma de decir las cosas, pero el no estaba pensando en contestarle. Era más que obvio que no era de su agrado, sobre todo pro la forma en la que decía aquello. Le observó sin moverse al ver cómo cerraba. No es que tuviese algo importante que hacer justo en ese instante, pero aquello le hizo pensar y mover ligeramente una de sus cejas involuntariamente.

Así que lo que decía era que tenía que quedarse proque él lo decía. Hizo un ligero movimiento con los hombros quitándole importancia. Bien, que fuese como él decía, no quería problemas, auqnue tal vez ya los tenía y no se había percatado de ello. Se dirigió hacia él quedándose a un par de pasos esperando ver si tenía que seguirlo a algún otro lugar. Le causaba un poco de desconcierto, pero también algo de curiosidad ver loq ue estaba pensando.

-No puedo responder a sus preguntas... me temo que eso depende de la percepción de cada persona - No iba a contestar algo diferente, no había necesidad aún de ello. A pesar de lo afilado de sus palabras, aún no le afectaba -¿Para que requiere mi presencia si puede saberse? - Si lo que quería era interrogarle era una cosa o si quería algo diferente tampoco estaba seguro de lo que fuese.

por Invitado Vie Dic 16, 2011 12:58 pm

-Era un monologo, vampiro – Tonto, completo la frase de esa manera, sonriendo casi extasiado de la alegría, así que continuo mirándole con un desprendimiento largo, un silencio incomodo, quería estudiar a fondo quien era, claro las estupideces por su cabeza pasaron una y otra vez, deseaba reír y sacar su sarcasmo, algo en esa criatura inmunda no le gustaba – Así que eres tú él que recibe? – su burla socarrona era para molestar – tus gemidos se escuchan cada noche, así que me he de suponer aquello – con esa carita y gustaba del sexo brutal, no es que Fernand le interesara mucho pero se encantaba con ese tipo de vampiros sometidos por alguien como Dunkelheit.

-Toma asiento Koizumi y siéntete libre de ponerte cómodo, no te preocupes soy un simple humano, no haré nada para ponerte a la defensiva – Fernand relajo los músculos de su rostro, de sus facciones, “Loco, Loco” eso pronunciaba León – Solo quiero saber más de ti, un poco más, es todo, ¿Acaso no puedo?, llevas aquí mucho tiempo y apenas te conocemos – revelando “Ese algo que poseía” hablo en plural, el alma de su querido y supuesto hermano estaba inquieta, tanto como una liebre corriendo es su cabeza porque en esa urna no cavia su locura y el vampiro que tenían ahí quizás les serviría más adelante, para experimentar o para torturar a Dunkelheit, aunque técnicamente conociendo a ese muerto, no seria así, Kei era ante los ojos de Fernand un juguete de una noche que caprichosamente Dunkelheit compro para un rato y después de tanto lo dejaría en un rincón olvidado, buscando nuevamente emociones fuertes, se notaba a leguas que Koizumi no podría ni siquiera brindarle una vibración intensa, un cosquilleo que hiciera reír al amo de dicha magna mansión. – Queremos proteger a quien considero mi hijo, no es que seas mala persona, pero deseo saber en que andas, de donde vienes y esas cosas que quizás para ti ni relevancia tienen – “tintin” algo le indicaba, una alarma que se había adelantado, pero Fernand lo deseaba todo y también León. Por ultimo señalo aquel sofá frente a él para que el vampiro le hiciera el enorme favor.

Spoiler:

por **Kei Koizumi** Mar Dic 20, 2011 3:43 pm

Una media sonrisa en su rostro. Vaya hombre. Diciendo aquellas cosas como si fuesen un saludo. Eso sin duda podría provocar casi a cualquiera. Pero solo movió la cabeza ligeramente y no dijo nada al respecto. al fin y al cabo no era de su incumbencia ni la de nadie. Unsimple humano decía, ¿qué clase d epersona que fuese común y ordinario diría eso en tales circunstancias? Ninguno que lo fuera, ciertamente. Casi se echa a reír, si fuese a ponerse a la defensiva ya podría haberlo hecho con aquel simple par de frases que ya había pronunciado. Pero no, estaba de buen humor hoy.

-Como ha dicho, son cosas para mí sin relevancia -Dijo al momento de acercarse al sillón y sentarse sin hacer el mínimo ruido. Se acomodó mientras le veía fijamente. Ninguna expresión asomaba en aquel rostr. Siendo que él estaba allí, sabía que no tenía sentido hacer uso de ciertas cosas que sin duda el ya conocía al estar viviendo con aquel al que llamaba hijo y de cuya relación el sabía poco. Un interrogatorio, bien, podría resulltar cuando menos entretenido -Así que tiene la libertad de preguntar lo que quier y responderé de la forma más adecuada posible- claro, eso si existía tal opción. Ahora que le veía a los ojos, sabía mejor que antes que ante todo, aquella persona no era ordinaria. Había algo en él, no sabía si era el ambiente que se proyectaba con su presencia, la forma en la que miraba o la expresión que demostraba, pero no podía pasarlo por alto.

La fijeza y seriedad en su mirada no era algo poco habitual, sin embargo, llevaba un tiempo sin tener aquella falta de expresión en sus facciones. Era probablemente porque no sabía que esperar y al menos sabía que no era del agrado de aquella persona, a pesar de lo contradictorio de sus palabras podía decirlo tan solo por un par de cosas. Cooperar en una conversación como aquella, si es que pudiese llamarse de aquella manera, no tenía inconveniente en ello, al menos de momento. Si no intentaba irse era porque en realidad no le parecía aún ni buena ni mala idea. Literalmente huir era imposible, aunque le hubiese dejado ir por ahí, indudablemente tendría que regresar. De algún modo aquella charla habría de suceder sin importar la forma ¿no era de ese modo? -No se preocupe lo entiendo así ue no tiene por qué decir algo como eso - Además que claramente no lo hacía sintiéndose culpable ni mínimamente le importaba lo que el estuviese sintiendo, claro que no estaba seguro de que esos fuesen sus pensamientos, pero era lo que le decía de alguna manera lo que observaba en ese momento.

por Invitado Jue Dic 22, 2011 2:56 pm

Tal vez resultaba poco ecuánime la situación en la que le brujo les envolvió, es que Fernand tenía el don de burla y si llegaba a provocar o no una reacción verdaderamente le daba lo mismo mientras el pudiera mostrar tan pulcra sonrisilla, a diferencia de otros solo quería estar seguro de quien era esa persona, Fernand tenia que limitar la situaciones y usar la curiosidad como facultades para lidiar con esto que ahora se le presentaba pero no podría restringirse de los buenos momentos y burlarse y reír con demencia a costillas de otros – Vemos, funges como la mujer de Dunkelheit, fácil y sencillo, - en ocasiones era directo esta vez era lento, pues quería medir las nefastas consecuencias del cómico guion que escribió para esta noche en especial, se vería ridículo ese ser, ocultarse detrás entre sombras y verle sonreír cual damisela cuando su “hijo” posaba los labios o las manos en ese cuerpo, ahora este se presentaba súper varonil ante Fernand, idiota, si quien se encargaba de todos los detalles en casa era el mayordomo, lavar la ropa que el estúpido frente a él tenia puesta, cambiar las sabanas que ellos manchaban noche tras noche, mantener todo limpio y así aun así se atrevía a hablarle. Se esforzó por no reír aun más que las amables facciones podría proyectar – Nombre completo, milenios que llevas aunque a jugar no pasa de uno, tu origen, y que sabes de esta mansión, quiero respuestas, ¡Habla ya! – exigió mientras cruzaba las piernas, y aunque la inquietud parecía desvanecerse siguió, continuo, deseaba saberlo todo y aunque los ruidos de León se recorrían en su interior no le hacía falta saber que un nuevo brillo en sus orbes se proyectaba al tener a Koizumi frente a frente. - ¿Qué sabes de la orden Azul?, ¿Qué sabes del castillo de Dunkelheit?, ¿Sabes algo del hijo de la justicia?, ¿El significado de los emblemas que cuelgan del cuello de Dunkelheit?, ¿El apellido original de la orden de la rosa roja?, ¿Dónde reside el origen de Dunkelheit?, ¿Acaso te ha dicho donde guarda la única sangre del más poderoso vampiro sobre la tierra?, ¿Te has fijado en la marca de su brazo?, ¿Veneno, Sangre o una Aleación especial? – Hizo una breve pausa, capto el rostro del otro, había pasado tiempo y no respondí a nada - ¿Te ha contado que significa?, ¿Acaso sabes que no puedes beber de su sangre y tampoco puede originar ser alguno como parte de su linaje? – Fernand burlaba a ese ser con tantas preguntas, le gustaba torear y jugar en el ruedo con ello - ¿Qué es lo que sabes de Dunkelheit?, ¿Acaso su edad original?, ¿Su primer esposa y el amor de su vida?, ¿Sabes los nombres y donde quedaron ellas?, Quizás te vayas a conocerlas ¿Sabes de su madre y quien era ella? – hermoso, el estúpido se quedaba en silencio, no sabía ser más que la puta de Dunkelheit, solo para eso le servía, al rato le vería implorando amor, algo que su querido niño no podría dar por varias razones.

Spoiler:

por **Kei Koizumi** Vie Dic 30, 2011 2:21 am

Intentó mantener la calma, sabía que lo hacía a propósito y no podía evitar que eso le crispara los nervios. Por eso se mantuvo en silencio. Había apretado los puños oyendo todas las preguntas, no importaba si tenía alguna idea de solo una o un par de ellas o si se había dado cuenta de alguna cosa en ese tiempo, cualquier respuesta que diera daría lo mismo ¿no era eso así? Lo filoso de sus palabras le molestaba un poco, pero era algo que debía soportar, según se daba cuenta de ello. Suspiró, no tenía ni idea de lo que esa persona quería obtener allí, tal vez solo hacer lo que ya estaba haciendo, quién sabe...

-Kei Koizumi... 1250 años... Mi origen... nací en japón pero desde que fui transformado no he vuelto allí... No tengo nada más que decir… - Había encogido los hombros, no tenía sentido molestarse ahora. No quería saber lo que estaba pensando al preguntarle todo eso. Al menos no se sentía aturdido aún por ello. Lo que si era que se estaba poniendo a la defensiva sin querer, pero eso era algo que no se notaría más de lo que ya se notaba. Su actitud ante casi todo era aquella, calmada y sin inmutarse casi ante nada. Claro, había sus excepciones y aunque le gustase la calma a veces también perdía los estribos. Podría sentirse avergonzado, desquiciado, lo que fuera, pero ante la mayoría no demostraría absolutamente nada, así había hecho siempre, fuese una u otra la razón.

Le observó fijamente, a ver qué le decía ahora que no había respondido nada a tantas interrogantes, pero seguro debía prepararse, no lo iba a tener fácil. Eso era lo que alguna voz interna le decía, pero no quería adelantarse, de cualquier forma no podía más que actuar de aquella manera. No quería decir nada por lo que pudiese contestar, sabía que eso solo iría en su contra sin importar la forma en la que actuara. Que era peor o mejor era imposible de saber. Así que solo había optado por mantener la calma y no dejarse llevar por las circunstancias. ¿Qué tan difícil sería? Estaba por verse. Estaba seguro que quedarse en silencio no era la mejor de las opciones, pero tampoco lo era contestar de ciertas formas que le causarían después un dolor de cabeza.

por Invitado Jue Ene 05, 2012 10:15 pm

-El silencio otorga mi querido Koizumi –Ville formo una sonrisa socarrona en las extremidades de sus labios, clavando una mirada fría como los glaciares, disfrutaba de ver como un vampiro común y corriente había impresionado al creador de la Rosa Azul, le observo de pies a cabeza, hasta sacar de uno de los bolsillos de su traje un frasco que parecía no contener nada a simple vista , sin embargo ahí dentro de ese pequeño misterio estaba la alimaña creada de varios experimentos en los cuales trabajaba cada noche – Entonces, mi estimado, No te han contado nada, ni siquiera te dijo de su vida humana? –murmuro levantándose para arreglar las rosas tan rojas como la sangre tan escarlatas como la mirada de su “Amo”, se quedo encuclillas tratando de quitar los pocos pétalos marchitos, mientras no dejaba de verle – Sus hijos, su esposa, después la muerte de estos, lo que le dejo devastados, ah… se me olvida, la griega que amo como nunca… y su hermano, su padre, ambos aun vivos... –inquirió con una mirada.

Era increíble como con tan pocas armas mas bien con palabras lograba intimidar o sacar de sus casillas a parásitos como Koizumi – Claro, claro, no tienes nada mas que decir porque no sabes nada –sonrió “Amablemente”, era tan descarado, termino de arreglar aquello sacando una rosa y poniéndola en las narices del vampiro –Es su flor favorita –murmuro pasándola de un lado a otro, sabía una cosa que el cuerpo de Koizumi no podría moverse ya, claro que no, porque el veneno esparcido cuando él se movía era poderoso, pero para nada, incluso Dunkelheit se imposibilitaba un poco ante ello, pero aquel, debía estar como una piedra –Lastima, te veías hermosa de novia, pero esto se termina aquí, no permito que un parasito como tu siga bajo este techo –sonrió ampliamente sentándose sobre la mesa frente a frente del menudo – Sera mejor que reces por tu vida porque no estoy solo, o te vas de aquí por tu propio pie y en juramento o esperaras la muerte –chaqueo los dedos y León estaba presente ahí, había invocado a esa alma con el simple pensamiento, pero el semblante de este era el de un toro. Acaricio el rostro putrefacto del otro lo repudiaba pero comenzó con lo suyo.

Spoiler:

por Invitado Mar Ene 17, 2012 2:01 am

¡El León se presento a la función del domador! – Esperen, esto no era un circo? – hablo para si mismo cuando apareció como espectro tras Fernand, mirando inmóvil al pobre amante, ¡Pero si parecía niña! –Así que solitos y sin Dunkelheit, ehh?, cuidadito Ville que seguro te arranca la cabeza si te coges a su amante –Hay León metiendo la pata donde no, comenzó a silbar y echarse en el sillón cruzado de piernas mirando el techo y fue donde descubrió la fechorías del popotitos, claro sabría que ese hombre los placeres no disfrutaba pero podría quizás haberle conquistado ese vampiro del cual no recordaba nombre, el olor a veneno no lo inmuto, hay por dios, si conocía a Fernand mucho antes y sabia sus locuras, na, nada nuevo en ese esqueleto humano. –Hey niña, cómo te llamas? –miro a el vampiro, creo que Dunkelheit le había dicho el nombre?, no, ese niño nunca hablaba de sus situaciones amorosas, pero si se levanto de un solo golpe. Y se sentó frente a la chiquilla –Bonita cara, que este hombre no te intimide, cualquier cosa creo que podrías preguntarla aquí a tu suegro León, sí, Fernand escuche lo que le decías, mira que esa parte de mi me lo cuenta todo - se rasco la nuca tomando el rostro del vampiro – Ya sé que vio nuestro niño en esta chiquilla – Hay, hablo como si fueran los padres de ese pequeñito de ojos azules que era tan frio y la mami era Fernand aunque omitamos el hecho que serian hombre raritos con hijo de gustos raritos o algo así, - Nuera mía, que deseas saber que yo puedo aclárate las dudas de cualquier mentirilla que aquí mis ojos han echado. – le soltó y se dirigió donde Fernand para quitarle el frasco y olerlo – Que asco serpiente, esto es lo peor que has preparado, devuélvele su movilidad porque Dunkelheit te va a dar muerte o un ultimátum y no querrás desatar su irá, recuerda la última vez como le hicimos para calmarlo, no podrás ahora sellarlo, como esa vez. – sonrió y miro de nuevo a la chiquilla, podría quizá probar un poco de ella? Tenia un rostro pequeñín y a León le estaba gustando, ¡Ayayai!, hacia años no le cautivaba cualquiera, le movió las cejas mirándole, entretenido y embobado como si mirara los pechos de alguien, ¡esperen!, y los melones de esa niña? Seguro que era de senos chiquitos y jugosos.

por **Kei Koizumi** Vie Ene 20, 2012 5:58 am

Sintió aquel efecto sobre su cuerpo, pero no se inmutó. No se movió aunque aún podía hacerlo. Sonrió casi imperceptiblemente. ¿Quién iba a decirlo? Lo que creyó la mayor estupidez de su vida ahora le daba una ruta alternativa. Pero decidió quedarse quieto... quién sabe, podría ser su carta de salida de ser necesario.

La segunda presencia que apareció le hizo alzar una ceja ante sus palabras. Iba a protestar o al menos a decirr algo, pero en su lugar solo pudo reírse. Le vio ir hacia el otro y decir lo del frasco. Ah, así que eso era lo que estaba entorpeciéndole los movimientos. Interesante...

Observó al que se había puesto frente a él frunciendo ligeramente el ceño. Bueno, esa mirada no le gustaba, tenía que admitirlo. Y bueno, sus palabras eran otro tanto. Aún así se mantuvo en silencio. No tenía nada que decir, al fin y al cabo. Su proposición quedaba borrada con sus demás palabras. Desvió la mirada. Había que ver... confundirlo con una chica...

A Fernand lo había visto por allí, pero al otro... ¿estaba allí normalmente? No, le parecía que no... Pero sin lugar a dudas no era momento para pensar en eso.

Tal vez estaba cometiendo un error... tal vez era mejor salir de allí ahora, porque de cualquier forma parecía que aquello iba mal. Si de todos modos iba a terminar en una situación poco agradable, al menos se iba amarchar ahora. Se puso de pie, sabiendo que solo podía moverse como lo haría un humano. Su condición vampiríca estaba fuera de juego gracias a aquel estúpido veneno. Si, si, salir de allí, concentrarse en eso estaba bien.

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