¿Quién eres tú? {privado}

por **Varg Steit** Sáb Jun 14, 2014 11:25 pm

Un maldito y fatídico día percibía un cantinero en el burdel de la ciudad la paga era medio rentable pero daba para sobrevivir al menos dio para las peleas clandestinas que le gustaba llevar ahí descargaba toda su ira y su inconformidad por su pasado.

¡Vamos Varg, sigue, sigue! replicaba en su mente hacia él justo cuando golpeaba a un sujeto en la calle, un sujeto que quiso pasarse de vivo con una de las cortesanas de la zona, quizás no debería meterse pero a él le valía una mierda todo eso así que tomó al sujeto y le arrojó al rio mirando a la zorra que estaba muy asustada por la forma de actuar de un extraño –estas bien, oye mujerzuela estas o no estás bien coño- pasaba su mano por los cabellos quitándose el sudor del trabajo y de la matanza a golpes que dio, la tomó del brazo zarandeándola a la joven cortesana –oye despierta joder- su mano se alzó y cayó como un relámpago sobre el rostro de la mujer que cayó culo al suelo empedrado haciendo gestos de dolor y molestia por el trato recibido

El cantinero mejor la ignoró con un movimiento de su mano alejándose de ella, dejándola ahí tirada a la buena de dios o el diablo –eso me pasa por meterme a ayudar a putas- el licántropo mascullo para sí mismo unas palabras más de desagrado para aquella mujer que no había pedido la ayuda de la bestia esa pero que con gritos pedía a alguien que le socorriera menos un sujeto como él que era más bruto que un pilar de cemento, colocándose las manos en los bolsillos para retomó su camino de nuevo hacia su hogar, una casa abandonada y deteriorada por el tiempo donde en la sala o salón principal había un catre, el techo tenía una especie de esfera de vidrios donde unos que otros estaba rotos para dejar pasar la lluvia y los demás dejaban ver la luz de la luna o el claro del sol o solo el resplandor de la noche oscura como el alma del lycan, alejado de todos cerca a los pantanos estaba esa mansión, tan alejada que podría ser de un vampiro aquella propiedad, pero como nadie la reclamaba le servía de guarida y perfecta para su condición de mitad hombre y mitad lobo así no levantaría sospechas de nadie, aunque para librarse de todo cazador o inquisidor se las daba de que arrendaba una habitación por la zona y pasaba mudándose siempre.

Muy hábil para ser solo un bruto.

por **Ágatha Dupont** Miér Jul 02, 2014 6:14 pm

Debió de haberse quedado en la mansión esa noche. Debió de haber hecho caso a la condesa cuando le dijo que se quedara en el interior, pero ella no era cazadora y ella si. Ella era quien tenia que proteger ala condesa de aquel ataque de unos ladrones que nuevamente intentaron entrar en la mansión. La condesa finalmente fue salvada y varios guardias de la inquisición, la policía y algunos de los compañeros cazadores de Ágatha respaldaban las puertas y ventanas de la mansión.

Ágatha en cambio, no paso por aquella mansión todavía pues aun estaba intentando llegar de vuelta. Había seguido a uno que había estado cerca de matar a la condesa, le siguió hasta las afueras de Paris y Ágatha fue herida en uno de sus costados que ahora intentaba parar la hemorragia. Tenía que descansar. Tenia que apoyarse en alguna parte, en algún árbol o lago o lo que fuera para poder limpiarse y ver que profunda era la herida. Finalmente llego a lo que parecía una mansión derruida, la tenia a dos kilómetros de distancia, vamos, podía hacerlo, pero era a veces tan ilusa, que no pudo alcanzar la meta. Su cuerpo cayó sobre la arena mojada del barro de aquellos pantanos, no había peligro de mancharse pues estaba húmeda, no mojada. Ágatha balbuceo varias palabras, seguramente maldiciones por no haber hecho caso a la condesa cuando le dijo que se mantuviera cerca. Pero ahora estaba a salvo. Ahora le había devuelto el favor que hace mucho tiempo debía.

-Maldita sea…-Murmuro para si misma de nuevo, se miro de reojo la herida mientras se aflojaba el torniquete que se había hecho y ahora entendía porque sangraba tanto. Ágatha estaba experimentando modos de salvar vidas, le gustaba experimentar si eso dependía de su propia vida. Estaba ensayando con un chaleco armadura capaz de soportar los disparos y aun estar vivos. Había puesto bolsas de tomate frito en cada parte que era evidentemente mas comunes a la hora de disparar y parte de la bolsita donde estaba su costado, se había salido pero la bala se había quedado estancada justo en la placa de metal de un grosor duro. Suspiro, pero el corte que tenia en el cuerpo se lo habían hecho cuando se acercó demasiado a aquel ladrón.

-Uhm…-Suspiro mientras comenzaba a jadear, el corte le escocia hasta rabiar y el sudor comenzaba a ser parte de su estado anímico de ansiedad, en donde su caja torácica se inflaba y desinflaba una y otra vez, rezando para que un alma caritativa pudiera socorrerla -…Porque….Agh…-Se toco la herida y había bastante sangre que hasta hizo que se preocupara -…Vamos, tengo que levantarme…-murmuro para si misma, volviéndose a atar el torniquete en su cintura como podía, se levanto con bastante esfuerzo pero a la mínima que camino un par de pies, cayo rodando colina abajo hasta que adelanto un poco de camino, pero igualmente se quejo de dolor cubierta de tierra y polvo -…¡AGGH!! ¡Joder! ¡Puta..! –Maldecía una y otra vez el dolor que estaba sufriendo en ese instante, desearía no estar en este embrollo pero Dios parecía haberlo querido asi.

por **Varg Steit** Lun Jul 14, 2014 10:07 pm

Tomar un baño era todo lo que aquel sujeto quería y más deseaba poder sacarse todo ese aroma de sudor y sangre de tanto romper rostros y bajar dientes, hasta cierto punto se estaba cansando de ello pero al final cuando mira sus puños con las marcas de los dientes tirados reía y ansiaba que otro mal nacido se propasara en el burdel donde trabajaba. Cuando estaba ahí solo con alzar la mirada hombres y mujeres dejaban alborotar el panal de miel de ese antro sucio porque aquel bruto ser no le importaba si tenía que golpear a mujeres, hombres o desviados y desviadas para él todos eran igual y todos debían pagar por igual no hacía distinciones porque no le importaba esas bobadas.

Ahora en su mugre y sucio hogar buscó la poca monta de agua limpia que recibía pero a lo lejos entre los nauseabundos pantanos alcanzó a escuchar ruidos pero los dejó pasar porque no eran des u importancia, cuando salió de su baño con el cuerpo ahora mojado y los cabellos dejando caer por donde pasaba las gotas de agua limpia que al tocar el suelo se volvían al polvo, colocó sus pantalones nuevos y sin camisa salió con una espada en mano moviéndola grácilmente pero con la firmeza necesaria.

Sus pies se movían como si estuviera en una batalla pero solo era para recordar a su madre, asestó dos golpes a uno de los robles hasta que lanzó con una fuera que dejó a su arma clavada veinte centímetros dentro del árbol ¡coño que he hecho! Pensó que había dañado el único recuerdo de su madre y fue corriendo a sacarlo de aquel árbol que gracias a la madre Gaia no le había pasado nada lo que le hizo suspirar y es ahí cuando escuchó un grito de alguien, maldiciendo su suerte, quiso ir a ayudar pero luego de lo que el paso con la mujerzuela ignora –Que coño a que voy si es para que otra zorra me golpee el rostro, mejor que se muera y sirva de alimento a la tierra y deje de joder- escupio al suelo regresando a aquel lugar que le llaman hogar todo destruido.

por **Ágatha Dupont** Jue Jul 31, 2014 7:13 pm

Solo con la ceja levantada se quedó al ver al tipo que paso de ella – Por…favor…-Igualmente cuando intento alcanzar a aquel hombre, termino rodando para después darse contra la pared de aquella mansión derruida, en realidad sí que estaba acabando consigo misma de este modo en el que estaba maltratando su cuerpo. Solo quería que alguien la ayudara, no quería morir ni siquiera era su hora, era la hora de reunirse con su hermana que seguramente estaba viva, quería ir a buscarla y traerla a Francia. Como deseaba estar con su hermana, hacía tiempo que no la veía. ¿Cómo estaría? Se enfadaría si la volviera a ver, solamente pensando en cómo se quedaría su hermana al ver que su hermana Agatha estaba viva, seria ya una sorpresa de por sí.

Pero ahora debía de concentrarse para poder sobrevivir. Busco lo que sea para poder taparse más la herida, pero se concentró solo en subir un poco, con ayuda del muro de piedra, poder quedarse un poco de pie aunque todo estuviera quizás perdido…o aun no –Agh…-Solo un quejido más para que se diera cuenta de que el tipo con él que se cruzo era el único que vio por los alrededores, no había más, entonces pensó que tendría que ser alguien solitario pero solamente para esconderse por algo o de alguien. Unto un poco de su sangre sobre uno de los muros de aquella mansión medio derruida, ando como pudo sin ni siquiera poder caerse al suelo del esfuerzo que hacía.

Fue metiéndose dentro de aquel edificio sin el permiso de nadie como pudo, arrastrándose por la pared, cayendo en el suelo como si se tratara de un peso muerto, no podía con su alma ni un momento más. Tenía que descansar, pero en su acto antes a morir solo susurró ayuda, que alguien la ayudara.

No quería morir.

No estaba preparada en absoluto.

por **Varg Steit** Dom Ago 17, 2014 9:17 pm

Al ir a pasos que parecían más zancadas de gigante, de un ogro, se topó con algo no le tomo importancia al principio pero cuando oyó una voz que le pedía ayuda volteo para ver un tronco rodar, no, no era un tronco era una mujer movió su mano balanceando su espada en ella apuntando hacia la mujer en cuestión pues su aroma traía mucha muerte encima además de tener esa pestilencia de cazadores con artilugios y paciones de brujas que le ayudan a entrar en batallas con un extra y así asegurar sus victorias, el lobo la huele percibe su aroma de cazadora

Se acerca a ella cautelo con su espada en mano dispuesto a que si da un movimiento la mujer con esa espada la mataría, cuando está cerca le empuja un poco con el pie –oye tu estas muriéndote o ya estas muerta? O es una maldita trampa tuya escoria de bruja- olfatea nuevamente ahora que está cerca de ella el aroma a sangre no es de una víctima conocida es fresca si pero no de lobo o de vampiro o de los shifters, es de ella.

Con la punta de la espada mueve un poco la ropa de la mujer pero se encuentra con algo metálico a su paso –mierda…pero qué coño es esto- no entendía lo que pasaba así que dio dos pasos hacia atrás para dejar mejor morir a la mujer pero antes de poder dar el último paso el reflejo de su madre en su espada le hizo tomar la decisión más arriesgad de todos –coño coño coño- maldice empuñando el mango de la espada con una ira, tal es su furia que le crujen los huesos de todo el cuerpo. Deja la espada clavada en la tierra agachándose a tomar a la mujer llevándole a su morada aunque está destruida y no es suya verdaderamente él la toma como tal, la coloca sobre aquella mullida y cutre cama que es más un catre, hay otras pero a él no le gusta porque son muy grandes, la coloca ahí para luego con sus manazas rasgarle la ropa y ver aquella especie de armadura lo que le recuerda a los inquisidores, busca como sacarla hasta que encuentra una especie de seguros a un costado los mueve mejor dicho los rompe con las manos y retira aquella parte metálica la mujer esta desnuda frente a él pero no le importa sus ojos van a la herida que borbotea sangre, sale de la propiedad olfateando el lugar hasta encontrar unas plantas entre ellas romero y sábila con algo de savia de unas un tronco viejo de roble, eso mezclado con unos hongos para evitar el dolor luego, cuando los encontró los revolvió en un cuenco machacándolos con una piedra, regreso a la habitación con la mujer tomando el ungüento verde con sus manos y ponerle sobre la herida sin lavarle sin nada y no fue nada delicado al contrario presiono esa herida para que la sangre saliera y fuera eta misma que actúe como sellador –con esto será suficiente- tira con palabras fuere a la mujer y una mirada muy seria.

por **Ágatha Dupont** Sáb Nov 29, 2014 9:38 pm

Antes de que Agatha cayera desmayada, toma la mano del desconocido y susurra alto y claro un “Gracias” antes de caer dormida.

No sabe cuánto paso en absoluto. Pensó que lo suficiente para que hubiera pasado una hora pero cuando abrió los ojos aún era de noche. Parecía tener una camisa antigua como pijama y estaba cubierta por unas sábanas y alguna manta andrajosa por encima y su cuerpo vendado con lo que parecían restos de camisa rota. Da igual. Estaba viva y eso es lo que le importaba de verdad. La noche en que hubiera muerto ahora no viviría para contarlo la verdad y gracias a quien la salvo podría seguir con la búsqueda de su hermana, Aidara quien debería de estar perdida sin ella…o bueno, en realidad no lo sabía bien quien estaba perdida de quien.

- ¿Uhm? –Se preguntó dónde estaba el desconocido, por más que mirara a los lados no veía a nadie. Intento moverse, si, lo intento pero no pudo hacer mucho debido a que su cuerpo se resintió del dolor, se tapó más con la camisa y realmente, sentía que no debería de verse en aquel ambiente. Agatha se conocía a si misma demasiado bien y sabría que quedaría prendida del desconocido. Ya por la rudeza del tipo, había sido una aportación para que ella se fijara en él. Al parecer le iban los imposibles y por ello nunca seria correspondida. Al lado vio sus ropas de inquisidora, cuando trabajaba para dicha organización hereje pero cuando fue echada del grupo todo cambio y se dedicó a cazar y a servir por precios altos sus “labores” hasta ahora que la podrían dar por muerta si algunos quisieran deshacerse de ella y de su existencia, aunque la verdad, lo prefería así mejor. Que no la recordaran ni que se tomaran la molestia de tener que pedirla ayuda.

-¿Hola? –Llamó una vez y retiro sus cabellos hacia atrás, sinceramente estaba preocupada por como estaría pasando su hermana la soledad o lo de llevar la inmortalidad. Si, se enteró que al casarse con su amor platónico, aquel príncipe de Rusia que eligió a su hermana y le rompió el corazón, supo que su hermana se había unido a la inmortalidad. Ella ya llevaba varios años controlando su sed y no, desde entonces jamás supo de Aidara de nuevo. Siendo ella la pequeña que conseguía de todo, todo lo que ella quería, un novio, casarse y posiblemente vender joyas hechas a mano que en su tiempo libre lo malgastaba en limpiar sus armas. Todo se lo llevaba la Benjamina de los Dupont.

Y aquel pensamiento le hacía sentir impotente, débil e inútil.

¿Debería de verdad seguir su búsqueda?

por **Varg Steit** Jue Dic 11, 2014 10:41 pm

Dejándole con aquel preparado el salió a cocinarse algo de carne en si fue a buscar un pedazo de carne para comerlo, le gustaba la comida a término medio y mientras más cruda mejor, había un pedazo de ternera guardado tenía buen aroma así que lo medio asó con hongos y con una que otras cosas que encontró en el bosque, el gustaba ese tipo de comida casi natural para mantener esa energía feroz.

En aquella cocina que más parecía viejo laboratorio por los trastes oxidados, las alacenas viejas y con puertas chirriantes, platos sucios en el fregadero y una mesa que solo tenía pan duro y rancio, uno que podría romper un diente, lo único fresco es la carne junto a algunos vegetales, la cocina dañada y poco servible, cocina afuera asando su comida, bien rustica la vida de este lobo que solo usa sus puños en toda pelea que se le presente sea con hombres o mujeres el no distingue sexo alguno.

Mientras terminaba de comer su mente divagaba en pensamientos fastidiosos “Será que ya despertó, ¿Por qué coño olerá tanto a sangre? Acaso será una puta inquisidora” gruñe molesto por ese último pensamiento pues de ser así le habría salvado la vida a una mujer que él consideraba escoria, sí, el odio de e lobo hacia los inquisidores es demasiado que mataría a cualquiera de ellos sin importarle nada.

Arrojo el plato contra la pared de aquella pútrida cocina rompiéndose en miles de pedazos, camino a zancadas hasta la habitación donde estaba la mujer, su furia aumentaba y era capaz de zarandearla para que despierte y le diga que era ella, si una humana que tuvo mala suerte o zorra de la iglesia, al llegar la vio sentada la miró a los ojos con la respiración a mil de tanta ira y los puños cerrados, golpeo la pared con el puño izquierdo dejando que el cemento se cuartera, con cuanta violencia respondía a las palabras de la mujer de saludo ¿era un saludo? No, era una advertencia de que la mujer no debía andarse con rodeos y presentarse antes de que el abra la boca porque si lo hace la echaría a patadas de ahí.

por **Ágatha Dupont** Lun Dic 29, 2014 5:23 pm

Se sobresaltó tanto al escuchar y sentir el golpe en la pared que se echó hacia atrás en donde estaba descansando. Se sentía aun importante, sí, pero estaba algo asustada. Demasiado al decir verdad. Se sentía preparada para cualquier cosa menos para que le aplastaran el cráneo – Gra-gracias por ayudarme en curarme y eso…-Dijo mientras se tapaba con el trozo de tela que hacía de sabana cubriendo su cuerpo. Se quedó mirando al individuo y solamente espero que este se calmara. Se quedó sin habla, como si se le hubiera comido la lengua el gato. Ahí estaba sin poder decir apenas nada de nada.

La ira que destilaba el extraño era simplemente para ella un aviso del que tendría que estar pendiente. Miró alrededor y simplemente estaba en lo cierto, sabía que podría pasar si hacia algún movimiento en falso y era lo último que quería hacer la verdad. Se sentía en parte, o la mayoría del tiempo indefensa y no sabría qué hacer. Estaba vendada, frente a un desconocido en mitad de la nada en las afueras de Paris.

Y ahora que podría hacer? Estaba aún pendiente de ver alguna señal pero simplemente se recostó con la pared que había detrás de ella, observando mientras se sujetaba la sabana contra el cuerpo, tapándose aunque estuviera con algunas vendas y con algo de su ropa. No quería peleas con el extraño. Se sentía que tenía que hacer lo que sea porque la comprendiera. Pero al parecer todo estaba bien o eso pensaba ella creer. Siempre cuando ella creía que había una situación de la que estaba en calma, ella siempre al final se encontraba siempre entre la espada y la pared, buscando una solución entre muchas opciones y nunca saber que atajo tomar.

Siempre eran callejones sin salida para ella. Esperaba que ahora no fuera para ella un callejón sin salida y solamente la muerte estuviera esperándola sin previo aviso, sin ni siquiera esperárselo y finalmente ser asesinada o estar de repente desaparecida. Quería seguir con la búsqueda de su hermana. En verdad quería, pero ahora la verdad, no estaba en condiciones de seguir adelante. Por lo menos no esta noche.

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