Tell me about it. [KAINE DE RONSARD]

por Invitado Dom Ene 13, 2013 9:37 pm

Reviso el expediente una y otra vez, como hacía con cada uno de sus pacientes, las hojas de casi todos sus expedientes se mostraban rotas e incluso a veces la tinta de las letras se había corrido haciendo elegible lo que decía, pero eso no importaba para Marie, se había aprendido de memoria cada uno de los expedientes y conforme iba avanzando su tratamiento nuevas hojas iban dando lugar a las antiguas, eran aproximadamente las 5 de la tarde, la hora de la comida para los pacientes de la institución, e incluso la propia hora de comer, pero aunque su prioridad eran sus pacientes internos, también se daba el tiempo para consultas externas, el único requisito que solicitaba era que vinieran ellos a verla en el mismo recinto medico, ella por ningún motivo saldría a dar consulta externa, al menos que el caso fuera demasiado aguado.

Dejó el expediente cerrado sobre su escritorio donde se observaba el nombre de su próxima consulta, la tarde estaba bastante callada, algo extraño en ese lugar pero a veces, momentos así eran muy bien aceptados.

– Doctora, dice la hermana Gabrielle que su consulta ha llegado – una mujer delgada de cabellos rubios largos había entrado en el consultorio de la doctora, aquella era una de sus pacientes, de terapia ocupacional, encargándose de actividades como la limpieza y mantenimiento de la institución, la doctora levantó su mirada perdida entre los papeles para esbozar una pequeña sonrisa a la joven.

- Gracias Alice, mañana tienes consulta conmigo después del desayuno, te espero en el cobertizo, termina tus tareas y vuelve con tus compañeros que deberían estar en camino a las duchas – la joven asintió, mientras salía de la habitación dando pequeños saltitos y cantando una canción que tenía una tonada de lo más alegre, de no ser por la letra que era todo, menos feliz.

Se levantó de su asiento sacando tomando el bonche de papeles que no iba a ocupar para meterlos dentro del enorme armario de madera con cerradura, siempre lo mantenía cerrado, incluso cuando ella estuviera ahí, todo para ella debía estar en orden y sin ningún fallo.

La silueta apareció por la puerta haciendo que Marie guiara su mirada hacia allá. – haz llegado puntual, eso me gusta, por favor toma asiento, en un momento estaré contigo. – señalo el viejo diván de un tono rojo quemado que se encontraba del lado izquierdo.

Caminó hasta su asiento, mientras lo único que se oía en la habitación era el tic-tac del reloj, cruzándose de piernas dejo que el tiempo continuara su curso hasta que la manecilla indico la hora exacta, cinco de la tarde. – Bien empecemos –