AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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The wind out of time [Privado]
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The wind out of time [Privado]
Odiaba a los suyos, tal vez porque aun no podía soportar el hecho de que por solamente un capricho de uno de ellos, toda su familia había sido eliminada y el convertido en lo que era, sentía aun culpabilidad de todo lo que habían tenido que pasar y tristeza por el destino de su hermano menor, si tal vez hubiera sido un poco más cuidadoso, hubiera podido estar junto a él y las cosas hubieran sido diferentes. Aquella mañana se había levantado de aquella cama mugrienta que utilizaba para descansar de vez en cuanto. Frunció el ceño al notar que había sudado por culpa de un mal sueño que ahora no recordaba, pero sabía que era mejor así, pues nunca era lindos sueños, siempre eran pesadillas en donde los ojos de aquella mujer aparecían para ponerlos de mal humor, porque no ponía eliminarlos , no podía tener su venganza. Muy pocas personas sabían su pasado y las que lo sabían eran menos de cuatro personas, tampoco deseaba demostrar su dolor ante otros, eso lo odiaba, se sentía débil y sin propósito, pues no había podido completar alguna especie de objetivo al buscar aquella mujer.
Salió de su casa después del medio día, su estomago le rugía, pidiéndole algo decente para comer, en su casa no había una cocina y el no era bueno para cocinar, así que debía salir a comprar algo decente, tal vez una pedazo de carne grande y un poco de vino para acompañarlo, le gustaba también las papas sancochadas que podría encontrar en algún restaurante o puesto ambulante, con eso se conformaba. Había caminado por unas cuantas horas hasta encontrar un lugar bueno para comer, entro y pidió lo que había estado desenado, una buena razón de papas sancochadas y un gran pedazo de carne, con un vaso de vino que parecía rico.
Se había sentado a comer todo afuera, en una pequeña mesa que parecía perfecta para ver a las personas del mercado ir de un lado a otro mientras el comía tranquilamente, su nariz había captado un olor extraño, se giro para notar que una persona conocida comenzaba a llegar por detrás de ella, frunció el ceño disgustado, pues sentía que su comida se había dañado. Dio un mordisco a una de las grandes papas que aun estaban calientes y miro como una joven mujer se sentaba en su silla
-¿Qué es lo que quieres?- pregunto mordisqueando su comida con los ojos entrecerrados y notablemente disgustado. Dio un sorbo a la bebida para pasar todo. Era un licántropo como él, lo sabía porque se habían encontrado en el bosque hace unos cuantos meses y como se podría notar su relación no era muy amistosa, pero se toleraban mutuamente, así que si él no lanzaba el primer ladrido, ella tampoco lo haría, para él solamente era una niña más que tenía sus poderes, no le importaba mucho, pero como era considerablemente menor que él, la soportaba y toleraba solamente un poco. Alzo su copa ofreciéndole vino mientras sus mejillas se llenaban de comida -¿quieres un poco Layla? Venga brindemos por nuestra patria- algo que también le daba puntos era que era igual que el italiana y eso le agradaba mucho, hablar con una persona con un idioma que le habían inculcado desde pequeño, lo llenaba de un extraño sentimiento calido.
Salió de su casa después del medio día, su estomago le rugía, pidiéndole algo decente para comer, en su casa no había una cocina y el no era bueno para cocinar, así que debía salir a comprar algo decente, tal vez una pedazo de carne grande y un poco de vino para acompañarlo, le gustaba también las papas sancochadas que podría encontrar en algún restaurante o puesto ambulante, con eso se conformaba. Había caminado por unas cuantas horas hasta encontrar un lugar bueno para comer, entro y pidió lo que había estado desenado, una buena razón de papas sancochadas y un gran pedazo de carne, con un vaso de vino que parecía rico.
Se había sentado a comer todo afuera, en una pequeña mesa que parecía perfecta para ver a las personas del mercado ir de un lado a otro mientras el comía tranquilamente, su nariz había captado un olor extraño, se giro para notar que una persona conocida comenzaba a llegar por detrás de ella, frunció el ceño disgustado, pues sentía que su comida se había dañado. Dio un mordisco a una de las grandes papas que aun estaban calientes y miro como una joven mujer se sentaba en su silla
-¿Qué es lo que quieres?- pregunto mordisqueando su comida con los ojos entrecerrados y notablemente disgustado. Dio un sorbo a la bebida para pasar todo. Era un licántropo como él, lo sabía porque se habían encontrado en el bosque hace unos cuantos meses y como se podría notar su relación no era muy amistosa, pero se toleraban mutuamente, así que si él no lanzaba el primer ladrido, ella tampoco lo haría, para él solamente era una niña más que tenía sus poderes, no le importaba mucho, pero como era considerablemente menor que él, la soportaba y toleraba solamente un poco. Alzo su copa ofreciéndole vino mientras sus mejillas se llenaban de comida -¿quieres un poco Layla? Venga brindemos por nuestra patria- algo que también le daba puntos era que era igual que el italiana y eso le agradaba mucho, hablar con una persona con un idioma que le habían inculcado desde pequeño, lo llenaba de un extraño sentimiento calido.
Eerin Schiffer- Licántropo Clase Media
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Localización : En las calles de Paris...
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Re: The wind out of time [Privado]
Como no fue genial, no tuvo enemigos.
Oscar Wilde
Un trabajo nuevo, eso era lo que debía conseguir y aún no tenía ni idea de donde sería en otras ocasiones lo tenía ya planeado con antelación pero esta vez la cercanía de los compañeros de trabajo que compartía en esos momentos la sorprendió, ellos de verdad estaban intentado entrar a su vida y no le agradaba pero si nada que quisieran averiguar de ella. Ese día lo pidió de descanso después de todo había estado trabajando días extra semanas pasadas, por lo que en el restaurante no le negaron la petición y en cuanto el sol regalo a París sus primeros rayos de luz se levanto dispuesta a salir y encontrar un nuevo lugar para trabajar, ya después se preocuparía por la excusa que daría a sus jefes actuales pero bueno ellos no podían retenerle ahí así que seguramente sería una excusa bastante torpe y sin sentido.
Pasaba del medio día cuando se vio a si misma en el mercado, ya tenía varias opciones nuevas de trabajo por lo que igual y buscar un sitio para comer por aquellos rumbos no estaría mal. Observando todo y olisqueando por aquí y por allá se percato de un olor que le resultaba familiar, no era precisamente de alguna comida si no que era el olor de alguien a quien ya había tenido la mala fortuna de conocer, uno de los suyos si es que podía llamarle así a él.
Generalmente intentaba llevarse bien con licántropos justo como ella, pero con él eso parecía ser prácticamente imposible y no encontraba la razón. Quizás simplemente había algo en él que le recordaba demasiado a si misma y lo volvía intolerable o solo buscaba un pretexto tonto para no aceptar que no le caía para nada sin motivo aparente.
Camino hasta donde el olor se encontraba y efectivamente provenía de quien ella pensaba; a pesar de ser incapaz de sonreír se alegro de ver que su mera presencia en el lugar no volvía muy placentera la estancia de aquel hombre y por el simple hecho de fastidiarle un poco, cosa que se merecía por tratarla como a una chiquilla se sentó en la silla desocupada de la mesa de él y le miro en silencio.
- Pues que puedo querer en este lugar si no es comer algo, o ¿Crees acaso que andaría por ahí siguiendo a tu persona? por favor, tengo cosas más importantes que hacer.
Su forma de comer la asqueaba un poco, parecía un animal salvaje incluso de esa manera algunas veces ella pensaba que no era más que un bruto y no podía evitar preguntarse en momentos como ese si él siempre había sido así o justo como ella había cambiado cuando se volvió licántropo. En parte sabía que esas preguntas jamás verían respuesta pero no hacía mal a nadie que por lo menos en su cabeza las formulara.
- Bien, brindemos por nuestra patria que parece ser lo único bueno que posees.
La verdad es que Layla había sido criada en París a pesar de haber nacido en Italia, pero cuando años después de su percance y transformación había ido a visitar aquel lugar… le amo, así de sencillo se enamoro de su lugar de origen. De hecho había utilizado esa oportunidad para perfeccionar su italiano ya que en París no lo usaba mucho a no ser que fuera con su familia.
Brindar con él no era algo que le agradase pero bueno había encontrado que hacer ahora; comería algo, le fastidiaría un rato la vida a aquel hombre, se iría y dormiría feliz, por lo menos esa noche.
Oscar Wilde
Un trabajo nuevo, eso era lo que debía conseguir y aún no tenía ni idea de donde sería en otras ocasiones lo tenía ya planeado con antelación pero esta vez la cercanía de los compañeros de trabajo que compartía en esos momentos la sorprendió, ellos de verdad estaban intentado entrar a su vida y no le agradaba pero si nada que quisieran averiguar de ella. Ese día lo pidió de descanso después de todo había estado trabajando días extra semanas pasadas, por lo que en el restaurante no le negaron la petición y en cuanto el sol regalo a París sus primeros rayos de luz se levanto dispuesta a salir y encontrar un nuevo lugar para trabajar, ya después se preocuparía por la excusa que daría a sus jefes actuales pero bueno ellos no podían retenerle ahí así que seguramente sería una excusa bastante torpe y sin sentido.
Pasaba del medio día cuando se vio a si misma en el mercado, ya tenía varias opciones nuevas de trabajo por lo que igual y buscar un sitio para comer por aquellos rumbos no estaría mal. Observando todo y olisqueando por aquí y por allá se percato de un olor que le resultaba familiar, no era precisamente de alguna comida si no que era el olor de alguien a quien ya había tenido la mala fortuna de conocer, uno de los suyos si es que podía llamarle así a él.
Generalmente intentaba llevarse bien con licántropos justo como ella, pero con él eso parecía ser prácticamente imposible y no encontraba la razón. Quizás simplemente había algo en él que le recordaba demasiado a si misma y lo volvía intolerable o solo buscaba un pretexto tonto para no aceptar que no le caía para nada sin motivo aparente.
Camino hasta donde el olor se encontraba y efectivamente provenía de quien ella pensaba; a pesar de ser incapaz de sonreír se alegro de ver que su mera presencia en el lugar no volvía muy placentera la estancia de aquel hombre y por el simple hecho de fastidiarle un poco, cosa que se merecía por tratarla como a una chiquilla se sentó en la silla desocupada de la mesa de él y le miro en silencio.
- Pues que puedo querer en este lugar si no es comer algo, o ¿Crees acaso que andaría por ahí siguiendo a tu persona? por favor, tengo cosas más importantes que hacer.
Su forma de comer la asqueaba un poco, parecía un animal salvaje incluso de esa manera algunas veces ella pensaba que no era más que un bruto y no podía evitar preguntarse en momentos como ese si él siempre había sido así o justo como ella había cambiado cuando se volvió licántropo. En parte sabía que esas preguntas jamás verían respuesta pero no hacía mal a nadie que por lo menos en su cabeza las formulara.
- Bien, brindemos por nuestra patria que parece ser lo único bueno que posees.
La verdad es que Layla había sido criada en París a pesar de haber nacido en Italia, pero cuando años después de su percance y transformación había ido a visitar aquel lugar… le amo, así de sencillo se enamoro de su lugar de origen. De hecho había utilizado esa oportunidad para perfeccionar su italiano ya que en París no lo usaba mucho a no ser que fuera con su familia.
Brindar con él no era algo que le agradase pero bueno había encontrado que hacer ahora; comería algo, le fastidiaría un rato la vida a aquel hombre, se iría y dormiría feliz, por lo menos esa noche.
Noel Rorschach- Vampiro Clase Alta
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Re: The wind out of time [Privado]
Las cosas de la vida, era perfectas, tal vez aquella noche cuando los dos se encontraron en medio de la nada, no habían pensado que se hubieran podido soportar a tal punto de no quitarse la cabeza mutuamente, eso era una suerte con el notable temperamento de aquellos dos seres. Se pudo oír la risa de Eerin mientras aquella hablaba, parecía una serpiente escupiendo todas aquellas estupideces que aquel cerebro de animal le permitía. Siguió en lo suyo, degustando aquella comida que había ordenado mientras la chica estaba a su lado.
El temperamento de dos licántropos podría ser voluble, pero sus insultos siempre iban a ser entretenidos a no ser que viniera la parte agresiva de la situación, en ese momento ya no iba a ser divertido y las personas cercas deberían dar algunos pasos hacia atrás para no salir heridos, pues casi siempre se cegaban de la rabia y el deseo de destruir a su rival. No importaba si era un vampiro, licántropo, cambiaformas o un simple humano, si este se atrevía a retar a una persona con el temperamento que normalmente conocían a los de su clase, debía obtenerse a ser una persona que llevaría muchos golpes.
El ruido del mercado podía ser para ellos un poco obstinante, pero para Eerin, era relajante y agradable, oír los murmullos y gritos de las personas que buscaban revender sus cosas, era divertido y lo mantenía sumido en una vida que para él ya no existía. ¿Quién era él? Apenas un pobre hombre buscando jugar a las personas normales, pero que cuando llegaba la luna llena, ya no era nada normal y se convertía en la bestia que tenia adentro. Muchos hombre decían que las bestias de cada hombre están en interior de ellas y su peor enemigo eran ellos, pues eso era cierto, pero para ellos, era la cuestión más complicada, pues aquella bestia podría salir de vez en cuando la luna estaba en lo más alto y ellos eran bañados con su luz.
Termino con su alimento y se quedo en aquella silla mientras tomaba un trago de su licor, para luego mirarle de reojo a la mujer que aun estaba sentada al frente de el, las malas lenguas dirían que tenía una nueva amante, y que pronto irían a algún cuarto a follar, pero la verdad era que el podría buscar a cualquier mujer de parís para follar menos a ella, sería como ir a buscar a un asno para hacer el amor, era una comparación nefasta, pero en ocasiones sus pensamientos eran así -¿y cómo van vuestra condición?- pregunto de forma disimulada, pero a la vez relajada, como si estuviera hablando de algo trivial -¿ya puede saber dónde queda tirada después de una noche de locura?- soltó una risilla mientras sus palabras seguían saliendo en una especie de clave, que tal vez solamente ella entendería y algún curioso solamente lo entendería como una mala noche que paso la joven que estaba al frente de el.
El temperamento de dos licántropos podría ser voluble, pero sus insultos siempre iban a ser entretenidos a no ser que viniera la parte agresiva de la situación, en ese momento ya no iba a ser divertido y las personas cercas deberían dar algunos pasos hacia atrás para no salir heridos, pues casi siempre se cegaban de la rabia y el deseo de destruir a su rival. No importaba si era un vampiro, licántropo, cambiaformas o un simple humano, si este se atrevía a retar a una persona con el temperamento que normalmente conocían a los de su clase, debía obtenerse a ser una persona que llevaría muchos golpes.
El ruido del mercado podía ser para ellos un poco obstinante, pero para Eerin, era relajante y agradable, oír los murmullos y gritos de las personas que buscaban revender sus cosas, era divertido y lo mantenía sumido en una vida que para él ya no existía. ¿Quién era él? Apenas un pobre hombre buscando jugar a las personas normales, pero que cuando llegaba la luna llena, ya no era nada normal y se convertía en la bestia que tenia adentro. Muchos hombre decían que las bestias de cada hombre están en interior de ellas y su peor enemigo eran ellos, pues eso era cierto, pero para ellos, era la cuestión más complicada, pues aquella bestia podría salir de vez en cuando la luna estaba en lo más alto y ellos eran bañados con su luz.
Termino con su alimento y se quedo en aquella silla mientras tomaba un trago de su licor, para luego mirarle de reojo a la mujer que aun estaba sentada al frente de el, las malas lenguas dirían que tenía una nueva amante, y que pronto irían a algún cuarto a follar, pero la verdad era que el podría buscar a cualquier mujer de parís para follar menos a ella, sería como ir a buscar a un asno para hacer el amor, era una comparación nefasta, pero en ocasiones sus pensamientos eran así -¿y cómo van vuestra condición?- pregunto de forma disimulada, pero a la vez relajada, como si estuviera hablando de algo trivial -¿ya puede saber dónde queda tirada después de una noche de locura?- soltó una risilla mientras sus palabras seguían saliendo en una especie de clave, que tal vez solamente ella entendería y algún curioso solamente lo entendería como una mala noche que paso la joven que estaba al frente de el.
Eerin Schiffer- Licántropo Clase Media
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Re: The wind out of time [Privado]
Los hombres sabios aprenden mucho de sus enemigos.
Aristofanes
Frunció levemente el ceño cuando escucho la risa que de aquel hombre y si no hubiera sido por aquel gesto nadie hubiera notado lo mucho que le despreciaba.
La primera vez que se encontró con él llegó a cruzar por su mente un deseo insólito de destrozarlo, cosa que obviamente no hizo pues no era tonta y aunque era fuerte comparada con él quizás no tanto; Layla jamás aceptaría eso en realidad así que se decía a si misma que le dejaba estar solo por el hecho de fastidiarlo que era mejor que matarlo.
Estiró la mano y tomo la copa de Eerin, no le importaba como reaccionaria él ante aquel acto pero si lograba hacerlo molestar un poco se sentiría sumamente complacida. Se llevo la copa hasta los labios y dio un sorbo al contenido para después volver a poner aquello en su sitio original como si nada hubiera pasado.
Permanecía en silencio observando a su compañero con detenimiento, de ser humanos normales seguramente ella aparentaría tener cerca de la edad de él, pero al no serlo lucía mucho más joven; sonreía en su mente ante el pensamiento de que aquel frente a ella no era más que un anciano cascarrabias.
Enarcó la ceja cuando aquella pregunta floto en el aire… ¿Cómo iba su condición?, mucho mejor que los primero años que le toco lidiar con ella de eso estaba segura pero era definitivo que le podría ir mejor sobre todo con él hecho de las lagunas mentales aunque a Layla le era bastante claro que aquellos espacios en blanco no tenían nada que ver con su condición si no con la forma en como aquello había llegado hasta ella; estaba convencida de eso incluso a pesar de que no recordara mucho de aquel suceso.
- Bien, en lo que cabe claro esta - se encogió de hombros, como si aquello fuera algo de lo más normal - pero tampoco puedo quejarme, estoy mucho mejor que en un principio aunque esto se va aprendiendo con el tiempo ¿Verdad abuelo? - se recargo ligeramente en aquella mesa y levanto una mano para recargar su mandíbula en ella. Curveo ligeramente sus labios cuando escucho la siguiente pregunta; eso era lo único malo de todo el asunto - puedo recordarlo pero solo en algunas ocasiones… creo que aún no puedo controlar eso del todo - lo miro de manera curiosa - ¿cuánto tiempo te costo a ti todo el asunto? - daba por sentado aquello, ya que él se reía de ella así que sin más lanzaba aquella pregunta esperando que al final algo interesante o de utilidad saliera de los labios de aquel individuo.
Aristofanes
Frunció levemente el ceño cuando escucho la risa que de aquel hombre y si no hubiera sido por aquel gesto nadie hubiera notado lo mucho que le despreciaba.
La primera vez que se encontró con él llegó a cruzar por su mente un deseo insólito de destrozarlo, cosa que obviamente no hizo pues no era tonta y aunque era fuerte comparada con él quizás no tanto; Layla jamás aceptaría eso en realidad así que se decía a si misma que le dejaba estar solo por el hecho de fastidiarlo que era mejor que matarlo.
Estiró la mano y tomo la copa de Eerin, no le importaba como reaccionaria él ante aquel acto pero si lograba hacerlo molestar un poco se sentiría sumamente complacida. Se llevo la copa hasta los labios y dio un sorbo al contenido para después volver a poner aquello en su sitio original como si nada hubiera pasado.
Permanecía en silencio observando a su compañero con detenimiento, de ser humanos normales seguramente ella aparentaría tener cerca de la edad de él, pero al no serlo lucía mucho más joven; sonreía en su mente ante el pensamiento de que aquel frente a ella no era más que un anciano cascarrabias.
Enarcó la ceja cuando aquella pregunta floto en el aire… ¿Cómo iba su condición?, mucho mejor que los primero años que le toco lidiar con ella de eso estaba segura pero era definitivo que le podría ir mejor sobre todo con él hecho de las lagunas mentales aunque a Layla le era bastante claro que aquellos espacios en blanco no tenían nada que ver con su condición si no con la forma en como aquello había llegado hasta ella; estaba convencida de eso incluso a pesar de que no recordara mucho de aquel suceso.
- Bien, en lo que cabe claro esta - se encogió de hombros, como si aquello fuera algo de lo más normal - pero tampoco puedo quejarme, estoy mucho mejor que en un principio aunque esto se va aprendiendo con el tiempo ¿Verdad abuelo? - se recargo ligeramente en aquella mesa y levanto una mano para recargar su mandíbula en ella. Curveo ligeramente sus labios cuando escucho la siguiente pregunta; eso era lo único malo de todo el asunto - puedo recordarlo pero solo en algunas ocasiones… creo que aún no puedo controlar eso del todo - lo miro de manera curiosa - ¿cuánto tiempo te costo a ti todo el asunto? - daba por sentado aquello, ya que él se reía de ella así que sin más lanzaba aquella pregunta esperando que al final algo interesante o de utilidad saliera de los labios de aquel individuo.
Noel Rorschach- Vampiro Clase Alta
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Re: The wind out of time [Privado]
No le prestó atención a la primero, siguió con lo suyo mientras miraba a la chica de reojo, dejo salir un pequeño gruñido mientras se limpiaba con el dorso de su mano y se acomodaba en aquella silla de madera. ¿Cuántos años tenía aquella chica? No los que aparentaba, porque sabía muy bien que podría ser unos años mayores. Ese cambio era extraño, te volvía más lento, aunque seguías siendo humano te convertías en un ser más fuerte, envejecías menos, eras más fuerte, tenias algunos que otros poderes, pero no se debían confundir, aquello no era una bendición, era una maldición que Vivian todo en carne propia, pero él no podía considerar a los de su raza, simplemente sentía un odio hacia ellos que era indescriptible. Estaba tratando de que eso no molestara, no perjudicara en estos momentos, ya había encontrado un punto medio de tolerancia y mas con aquella chica, aunque no iba a negar que en ocasiones solamente deseaba arrancarle la cabeza a los de su especie. ¿La venganza le devolvería a su hermano y padre? No… él sabía que no seria así, pero él era tan temperamental que solamente en eso podría pensar en los determinados momentos, cuando en su corazón nacía la nostalgia.
-Con el tiempo…- dejo salir una leve risilla mientras repetía sus palabras. No quería responderle a sus preguntas. Nunca se había visto como maestro de nadie. ¡No tenia madera! Pero bueno, era mejor tener a alguien que te guiara que tropezar solo, aunque los tropiezos siempre venían, la diferencia era que, al menos, te tropezarías menos teniendo alguien que te guiara en aquel suelo minado –Nunca lo controlas- Indico el alzándose los hombros –Eres una bestia cuando llega la luna, esa es tu maldición… solamente debes tomar precauciones si no quieres destroces algún lugar- entrecerró sus ojos, mientras se cruzaba sus brazos. Eso era cierto, nunca se controlaría por completo, pues se convertían en animales completamente ciegos de razonamiento, era como estar en un sueño y al despertarse no recordar nada, lo único que quedaba era aprender a saber qué era lo que había hecho y no perder la voluntad completa, aunque el juicio de aquellas bestias era prácticamente nulo, en ocasiones, cuando eran seres más antiguos y experimentados, en sus ojos se podrían ver un poco mas de humanidad, pero apenas era una pizca que perdían si algo los alteraba.
-¿Cuántos libros sobre licantropía te has leído?- pregunto mientras se acercaba a la mesa y ladeaba un poco su cabeza. Sujeto su bebida para darle un sorbo y dejarla en el mismo lugar –Se aprende un poco entre tanta fantasía, pero claro solamente un poco- El también había investigado en una época, solamente había libros que luego desecho en un momento de frustración, pues todo lo que había en ese lugar ya lamentablemente ya lo sabía y lo otro era basura, simple basura, mierda que no servía para nada. –No me digas viejo… Soy un cachorro comparado con las personas que pueden al menos controlar si matan o no en este estado- dijo con cierta envidia por aquellos licántropos, aunque claro sabia que eran pocos, pues la inquisición comenzaba a hacer un excelente trabajo en reducirlos completamente. Primero los antiguos y más poderosos, que eran los más difíciles, después los nuevos, que eran presas fáciles, pero al mismo tiempo difíciles por su espontaneidad y descontrol, aun así, novatos a la hora del te.
-Con el tiempo…- dejo salir una leve risilla mientras repetía sus palabras. No quería responderle a sus preguntas. Nunca se había visto como maestro de nadie. ¡No tenia madera! Pero bueno, era mejor tener a alguien que te guiara que tropezar solo, aunque los tropiezos siempre venían, la diferencia era que, al menos, te tropezarías menos teniendo alguien que te guiara en aquel suelo minado –Nunca lo controlas- Indico el alzándose los hombros –Eres una bestia cuando llega la luna, esa es tu maldición… solamente debes tomar precauciones si no quieres destroces algún lugar- entrecerró sus ojos, mientras se cruzaba sus brazos. Eso era cierto, nunca se controlaría por completo, pues se convertían en animales completamente ciegos de razonamiento, era como estar en un sueño y al despertarse no recordar nada, lo único que quedaba era aprender a saber qué era lo que había hecho y no perder la voluntad completa, aunque el juicio de aquellas bestias era prácticamente nulo, en ocasiones, cuando eran seres más antiguos y experimentados, en sus ojos se podrían ver un poco mas de humanidad, pero apenas era una pizca que perdían si algo los alteraba.
-¿Cuántos libros sobre licantropía te has leído?- pregunto mientras se acercaba a la mesa y ladeaba un poco su cabeza. Sujeto su bebida para darle un sorbo y dejarla en el mismo lugar –Se aprende un poco entre tanta fantasía, pero claro solamente un poco- El también había investigado en una época, solamente había libros que luego desecho en un momento de frustración, pues todo lo que había en ese lugar ya lamentablemente ya lo sabía y lo otro era basura, simple basura, mierda que no servía para nada. –No me digas viejo… Soy un cachorro comparado con las personas que pueden al menos controlar si matan o no en este estado- dijo con cierta envidia por aquellos licántropos, aunque claro sabia que eran pocos, pues la inquisición comenzaba a hacer un excelente trabajo en reducirlos completamente. Primero los antiguos y más poderosos, que eran los más difíciles, después los nuevos, que eran presas fáciles, pero al mismo tiempo difíciles por su espontaneidad y descontrol, aun así, novatos a la hora del te.
Eerin Schiffer- Licántropo Clase Media
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Re: The wind out of time [Privado]
La experiencia es lo único que trae consigo el conocimiento,
y cuanto más tiempo estés en la tierra
tanta más experiencia has de adquirir.
Lyman Frank Baum
La respuesta que recibió no era lo que esperaba escuchar, aunque tampoco podía estar segura al cien de lo que quería oír en realidad. Solo algo estaba perfectamente claro en su mente, no importaría cuan segura estaba de lo que deseaba saber, jamás dejaría de ser aquella bestia que era cuando la luna le llamaba por susurros misteriosos que la invitaban a abandonar todo rastro de pensamiento humano para saciar sus instintos más bajos y salvajes.
¿Qué clase de criatura era en realidad? Llevaba mucho tiempo de esa manera pero esa pregunta no tenía respuesta, ni una que le diera ella misma ni nadie que conociera y le diera una respuesta sincera, intentando explicar sus situaciones.
Su labio salto ligeramente; no necesitaba que alguien como él le recordara que cuando la luna llena llegara se transformaría en un monstruo, siempre, hasta el final de sus días. Probablemente el tiempo no hubiese ayudado a ese hombre, o el lo creyera de esa manera pero en definitiva para Layla, el tiempo era un factor clave de algo que podía denominar "mejoría". Hacer el intento de llegar a un dialogo decente con él parecía posible en algunos momentos, pero cuando se burlaba y hacía cosas que estaban algo fuera de lugar, evitaba generar entre ellos un buen clima, y dejaba la posibilidad de un buen trato muy lejana.
- No puedes negar que con el tiempo algo cambia, tu cuerpo humano se acostumbra levemente a ser una bestia y las cosas no son tan fuera de control como cuando te transformas las primeras veces, aunque claro estos consciente de que lo más probable es que jamás se controle al máximo.
Y tranquilo tomo tantas precauciones como me son posibles para no dañar tanto, ni lugares ni a personas.
Miro a su alrededor. Toda esa gente andaba tranquila de un lado a otro desconociendo peligros como los que representaban ese par de personas sentadas de manera tan normal en aquel lugar. Evitar dañarlas y generar más seres malditos como lo eran ellos dos era de las cosas que ella consideraba importantes, por eso había buscado la manera siempre de estar lejos de todo y de todos.
Nada la ataba a lugares como ese, nada existía en su mente humana que pudiera despertar curiosidad en la bestia como para acabar dirigiendo su destrucción hacia lugares como aquel.
- ¿Libros de licantropía?… He leído unos cuantos, pero no he encontrado nada que sea realmente útil para algo. Todo son simples creencias de humanos temerosos o inquisidores furiosos por nuestra pecaminosa existencia.
Se recargo en la silla cruzando los brazos y mirandole.
Parecía ser que aquel bruto también había hecho un poco de tarea sobre los mitos de sus razas; finalmente al parecer todos terminaban investigando sin hallar nada realmente valioso en escritos humanos.
Río de manera interna al escuchar al abuelo hablar de su edad; típico de los ancianos negar que son ancianos y que sus ideas son tan anticuadas que los mantienen ciegos a las verdades evidentes.
- Serás joven en comparación a otros pero para mi… sigues siendo un viejo.
Abuelo, deberías cuidarte, los inquisidores y cazadores van primero por la carne añeja… y tú… eres de esa carne, así que si quieres seguir alimentando tu ser como la bestia que eres cuida de ti.
No le soportaba, pero tampoco deseaba que alguien que no fuera ella terminara matando a Eerin; su destrucción debía ser un placer únicamente para ella, pero en esos momentos no. Ignoraba muchos aspectos de la vida de aquel hombre pero esperaba fuese tan listo como para mantener un perfil bajo y pasar tan desapercibido como ella misma.
- Aun no te persigue nadie ¿verdad?
y cuanto más tiempo estés en la tierra
tanta más experiencia has de adquirir.
Lyman Frank Baum
La respuesta que recibió no era lo que esperaba escuchar, aunque tampoco podía estar segura al cien de lo que quería oír en realidad. Solo algo estaba perfectamente claro en su mente, no importaría cuan segura estaba de lo que deseaba saber, jamás dejaría de ser aquella bestia que era cuando la luna le llamaba por susurros misteriosos que la invitaban a abandonar todo rastro de pensamiento humano para saciar sus instintos más bajos y salvajes.
¿Qué clase de criatura era en realidad? Llevaba mucho tiempo de esa manera pero esa pregunta no tenía respuesta, ni una que le diera ella misma ni nadie que conociera y le diera una respuesta sincera, intentando explicar sus situaciones.
Su labio salto ligeramente; no necesitaba que alguien como él le recordara que cuando la luna llena llegara se transformaría en un monstruo, siempre, hasta el final de sus días. Probablemente el tiempo no hubiese ayudado a ese hombre, o el lo creyera de esa manera pero en definitiva para Layla, el tiempo era un factor clave de algo que podía denominar "mejoría". Hacer el intento de llegar a un dialogo decente con él parecía posible en algunos momentos, pero cuando se burlaba y hacía cosas que estaban algo fuera de lugar, evitaba generar entre ellos un buen clima, y dejaba la posibilidad de un buen trato muy lejana.
- No puedes negar que con el tiempo algo cambia, tu cuerpo humano se acostumbra levemente a ser una bestia y las cosas no son tan fuera de control como cuando te transformas las primeras veces, aunque claro estos consciente de que lo más probable es que jamás se controle al máximo.
Y tranquilo tomo tantas precauciones como me son posibles para no dañar tanto, ni lugares ni a personas.
Miro a su alrededor. Toda esa gente andaba tranquila de un lado a otro desconociendo peligros como los que representaban ese par de personas sentadas de manera tan normal en aquel lugar. Evitar dañarlas y generar más seres malditos como lo eran ellos dos era de las cosas que ella consideraba importantes, por eso había buscado la manera siempre de estar lejos de todo y de todos.
Nada la ataba a lugares como ese, nada existía en su mente humana que pudiera despertar curiosidad en la bestia como para acabar dirigiendo su destrucción hacia lugares como aquel.
- ¿Libros de licantropía?… He leído unos cuantos, pero no he encontrado nada que sea realmente útil para algo. Todo son simples creencias de humanos temerosos o inquisidores furiosos por nuestra pecaminosa existencia.
Se recargo en la silla cruzando los brazos y mirandole.
Parecía ser que aquel bruto también había hecho un poco de tarea sobre los mitos de sus razas; finalmente al parecer todos terminaban investigando sin hallar nada realmente valioso en escritos humanos.
Río de manera interna al escuchar al abuelo hablar de su edad; típico de los ancianos negar que son ancianos y que sus ideas son tan anticuadas que los mantienen ciegos a las verdades evidentes.
- Serás joven en comparación a otros pero para mi… sigues siendo un viejo.
Abuelo, deberías cuidarte, los inquisidores y cazadores van primero por la carne añeja… y tú… eres de esa carne, así que si quieres seguir alimentando tu ser como la bestia que eres cuida de ti.
No le soportaba, pero tampoco deseaba que alguien que no fuera ella terminara matando a Eerin; su destrucción debía ser un placer únicamente para ella, pero en esos momentos no. Ignoraba muchos aspectos de la vida de aquel hombre pero esperaba fuese tan listo como para mantener un perfil bajo y pasar tan desapercibido como ella misma.
- Aun no te persigue nadie ¿verdad?
Noel Rorschach- Vampiro Clase Alta
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Re: The wind out of time [Privado]
Por suerte nunca había llegado a tener la mala suerte de haber convertido a alguien y estaba seguro que prefería matar a aquella persona antes de que esta se convirtiera en lo que ellos dos eran cuando la luna llegaba a lo alto y de forma extraña, pero a la vez seductora los llamaba para llevar a cabo una destrucción atroz a todo lo que estuviera a su paso. Destrucción, era lo único que significaban ellos, bestias que buscan destruir todo lo que se mueva, tal vez era una forma de saciar los deseos de sangre que había en el interior de cada uno, ellos tenían un demonio diferente a los demás y debían soportarlo, ir con él, acostumbrarse a su demonio y vivir con ellos. La escuchaba, algo extraño en el, pero aun así la escuchaba atentamente, todo lo que decía, cada palabra que salía de sus labios, en realidad sentía lastima, dolor y a la vez rabia, lastima por aquella hermosa joven que estaba a su lado, quien había sido convertida, dolor porque sabía el dolor que ella sentía cada vez que podría haber lastimado a alguien y un gran e inmenso odio a la persona que había llegado a esos extremos de convertirla a ella en ese ser.
Se preguntaba si el odiaba a aquella persona, tal vez había superado todo aquello, como él lo había tenido que hacer, pero claro si se acercaba la mujer que lo había convertido en eso y era seguro que la mataría, de eso no había ninguna duda. – ¿Van primero por los viejos?- dejo salir una risa luego de hacer aquel énfasis. Sacudió su cabeza, dejando salir un suspiro –Que ingenua eres… es mejor que seas así- dijo él para luego centrarse en lo que había dejado en la mesa, escucho lo demás. ¡Tenía una suerte de una en un millón! Y eso siempre le había gustado, nadie se interesaba mucho en un cantinero que se pasaba todos los días trabajando, casi que día y noche. Solamente pedía algunos descansos y luego regresaba al trabajo como si nada.
-Por suerte parece que no les parezco interesante a nadie- dijo el de cierta forma aliviado por eso. Alzo su ceja izquierda, mientras miraba hacia los lados, era mejor así, si quería formar una familia con Mar debía alejarse de todo, pero claro eso era tan difícil como decir que a beber y emborracharse ese día, era casi imposible que ese hombre fuera a hacer algo así. Aunque tal vez por el amor que tenia hacia esa mujer se detendría y pasaría a un perfil aun más bajo…
-dime algo…- dijo el luego de que había dejado unos minutos sin decir nada –¿aun odias al que te hizo esto?- pregunto curioso –Algo mas importante- dejo salir un leve bostezo mientras ponía a un lado su plato, había perdido el apetito –Si mordieras a alguien… ¿lo dejarías vivo?-
Se preguntaba si el odiaba a aquella persona, tal vez había superado todo aquello, como él lo había tenido que hacer, pero claro si se acercaba la mujer que lo había convertido en eso y era seguro que la mataría, de eso no había ninguna duda. – ¿Van primero por los viejos?- dejo salir una risa luego de hacer aquel énfasis. Sacudió su cabeza, dejando salir un suspiro –Que ingenua eres… es mejor que seas así- dijo él para luego centrarse en lo que había dejado en la mesa, escucho lo demás. ¡Tenía una suerte de una en un millón! Y eso siempre le había gustado, nadie se interesaba mucho en un cantinero que se pasaba todos los días trabajando, casi que día y noche. Solamente pedía algunos descansos y luego regresaba al trabajo como si nada.
-Por suerte parece que no les parezco interesante a nadie- dijo el de cierta forma aliviado por eso. Alzo su ceja izquierda, mientras miraba hacia los lados, era mejor así, si quería formar una familia con Mar debía alejarse de todo, pero claro eso era tan difícil como decir que a beber y emborracharse ese día, era casi imposible que ese hombre fuera a hacer algo así. Aunque tal vez por el amor que tenia hacia esa mujer se detendría y pasaría a un perfil aun más bajo…
-dime algo…- dijo el luego de que había dejado unos minutos sin decir nada –¿aun odias al que te hizo esto?- pregunto curioso –Algo mas importante- dejo salir un leve bostezo mientras ponía a un lado su plato, había perdido el apetito –Si mordieras a alguien… ¿lo dejarías vivo?-
Eerin Schiffer- Licántropo Clase Media
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Re: The wind out of time [Privado]
Quien con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en monstruo.
Friedrich Nietzsche
Le fastidiaba el hecho de que él no se dejara molestar por casi nada de lo que ella dijera pero de vez en cuando caía y se sentía contenta con eso.
Claro que no pensaba que solo los viejos iba primero, pero ese pensamiento era simplemente para reconfortarse a si misma y de paso ver si le causaba alguna molestia al hombre, cosa que por desgracia no pudo conseguir.
- No soy ingenua, así que no me digas eso después de todo no es como si fuera una niña, luciré joven pero no lo soy
Se sentía molesta cada vez que él le trataba de esa manera. No era una niña y no necesitaba que alguien le dijera como era mejor que fuera o que no fuera, sobre todo alguien a quien no le interesaba en lo más mínimo lo que ella hiciera con su vida; aún así era bueno de vez en cuando terminar hablando de manera así.
Un ligero alivio recorrió su cuerpo, al menos un poco. Ser perseguido por cazadores o inquisidores… el solo hecho de pensarlo era como tener una pesadilla, porque no podrías hacer nada, ni ver a nadie sin antes tener mucho cuidado para no ser descubierto y asesinado en el momento. Morir en el momento no era lo peor, pero si decidían que lo mejor era interrogar ahí si las cosas pintaba para ser tan horribles, casi tanto como la noche en que obtuvo aquella desagradable maldición.
- Esperemos que las cosas sigan así entonces y que nadie te persiga… ni a mi
Suspiró, mirando a un lado y otro. Todos a su alrededor parecían tan metidos en sus asuntos, aunque no se podía saber realmente si aquel que estaba a un costado o pasaba era alguien capaz de matarles.
Miró con curiosidad a Eerin, esperando a que dijera algo que al parecer no quería dejar salir y cuando pregunto, Layla deseo que no hubiera podido preguntar pero continuo mirando a Eerin y después desvío su mirada a un costado.
- Te mentiría si te digo que no le odio, pero en parte sé que no es su culpa - Las cosas eran tan confusas en ese aspecto. Le odiaba por quitarle la oportunidad de vivir como antes había deseado y por quitarle… aquel que tampoco recordaba muy bien, su familia, sus amigos; pero ahora que llevaba el mismo peso que ese ser que la convirtió en lo ahora era, como podía culparle si sabía que en ese estado no se sabe nada de lo que hace - es algo… complicado - estaba por preguntarle que era lo que el pensaba cuando una siguiente pregunta le fue dirigida - Si… ¿mordiera a alguien?… - regresó si mirada al hombre frente a ella - No lo sé, me sentiría responsable pero no soy quien para matar a alguien, claro que - levanto las manos y se las miro - este destino es horrible, aún así… no lo sé… ¿Tú que harías? - bajo las manos y le observo fijamente - ¿te volverías una bestia consciente? - la curiosidad le había llevado a preguntar pero a pesar de eso temía saber que él pudiera matar a alguien no como lobo… si no como humano.
Friedrich Nietzsche
Le fastidiaba el hecho de que él no se dejara molestar por casi nada de lo que ella dijera pero de vez en cuando caía y se sentía contenta con eso.
Claro que no pensaba que solo los viejos iba primero, pero ese pensamiento era simplemente para reconfortarse a si misma y de paso ver si le causaba alguna molestia al hombre, cosa que por desgracia no pudo conseguir.
- No soy ingenua, así que no me digas eso después de todo no es como si fuera una niña, luciré joven pero no lo soy
Se sentía molesta cada vez que él le trataba de esa manera. No era una niña y no necesitaba que alguien le dijera como era mejor que fuera o que no fuera, sobre todo alguien a quien no le interesaba en lo más mínimo lo que ella hiciera con su vida; aún así era bueno de vez en cuando terminar hablando de manera así.
Un ligero alivio recorrió su cuerpo, al menos un poco. Ser perseguido por cazadores o inquisidores… el solo hecho de pensarlo era como tener una pesadilla, porque no podrías hacer nada, ni ver a nadie sin antes tener mucho cuidado para no ser descubierto y asesinado en el momento. Morir en el momento no era lo peor, pero si decidían que lo mejor era interrogar ahí si las cosas pintaba para ser tan horribles, casi tanto como la noche en que obtuvo aquella desagradable maldición.
- Esperemos que las cosas sigan así entonces y que nadie te persiga… ni a mi
Suspiró, mirando a un lado y otro. Todos a su alrededor parecían tan metidos en sus asuntos, aunque no se podía saber realmente si aquel que estaba a un costado o pasaba era alguien capaz de matarles.
Miró con curiosidad a Eerin, esperando a que dijera algo que al parecer no quería dejar salir y cuando pregunto, Layla deseo que no hubiera podido preguntar pero continuo mirando a Eerin y después desvío su mirada a un costado.
- Te mentiría si te digo que no le odio, pero en parte sé que no es su culpa - Las cosas eran tan confusas en ese aspecto. Le odiaba por quitarle la oportunidad de vivir como antes había deseado y por quitarle… aquel que tampoco recordaba muy bien, su familia, sus amigos; pero ahora que llevaba el mismo peso que ese ser que la convirtió en lo ahora era, como podía culparle si sabía que en ese estado no se sabe nada de lo que hace - es algo… complicado - estaba por preguntarle que era lo que el pensaba cuando una siguiente pregunta le fue dirigida - Si… ¿mordiera a alguien?… - regresó si mirada al hombre frente a ella - No lo sé, me sentiría responsable pero no soy quien para matar a alguien, claro que - levanto las manos y se las miro - este destino es horrible, aún así… no lo sé… ¿Tú que harías? - bajo las manos y le observo fijamente - ¿te volverías una bestia consciente? - la curiosidad le había llevado a preguntar pero a pesar de eso temía saber que él pudiera matar a alguien no como lobo… si no como humano.
Última edición por Layla Zusak el Dom Jun 02, 2013 4:48 pm, editado 1 vez
Noel Rorschach- Vampiro Clase Alta
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Re: The wind out of time [Privado]
Si lloras por haber perdido el sol las lágrimas no te permitirán ver las estrellas.
No quería admitirlo, pero en ocasiones podría tener miedo de sí mismo, lo único que deseaba era poder tener una vida normal, cotidiana con la persona que amaba, pero sabía que eso iba a ser muy difícil con las bestia que había dentro de el. Se odiaba profundamente por eso, cuando no hubiera podido evitar su conversión, pero también pensaba que era de cierta manera, una bendición que le habían dado, pues había conocido muchas cosas más gracias a los años que había tenido la oportunidad de vivir.
-esa es una ambición que muy pocos consiguen- le comento, sintiendo que lamentablemente algún día lo descubrirían y su futuro sería mucho peor del pasado que ya había vivido. Por suerte su presente era tranquilo y le daba gracias al dios que estaba en algún lado. Había podido experimentar cosas que nunca antes habían tenido la oportunidad, una gran paz y armonía y la fortuna del amor. Pero cuando conoces algo mejor, el egoísmo aparece y eso es un gran error, pues ahora que conocía una vida tranquila temía perderla… de ahí su sufrimiento y temor.
-Todo depende de la razón en que este- fue lo que respondió alzándose los hombros levemente. Aquella conversación comenzaba a cansarlo mentalmente, deprimirlo por el hecho de saber que algún día podría lastimar a los seres más importantes para él y eso le molestaba considerablemente. –probablemente, si convierto a alguien en lo que somos, lo mataría… le daría un mejor regalo: su muerte- suspiro levemente mientras sus ojos se entrecerraban, buscando un poco de paz en su mente bulliciosa que comenzaba a maquinar miles de cosas.
El miedo, el desgraciado miedo lo hacía confundir, por un lado comenzaba a sentirse más humano, por el simple hecho de sentirse frágil y vulnerable; aquello lo provocaba el temor. Pero por otro, se sentía como una bestia; lo era en el fondo. Por no tener aquella conciencia que muchos esperan llegar a poseer algún día, pero que el sabia que nunca cambiaría nada.
Eerin Schiffer- Licántropo Clase Media
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Re: The wind out of time [Privado]
Son nuestras decisiones las que muestran lo que podemos llegar a ser.
Joanne Kathleen Rowling
Habían cambiado de tema de manera algo repentina, y aunque ella quería haber podido fastidiar a Eerin con algunas cosas de las que le preguntaba dentro de ella sabía que no era lo más correcto. La platica se tornaba algo serio en momentos como ese en el que todo rondaba acerca de las decisiones de las cuales eran incapaces de hacerse del todo conscientes; jamás habría deseado terminar convirtiendo a alguien en lo que ella era, pero no tenía garantía de que una noche de luna llena de las que ya habían pasado no hubiera atacado ya a alguien.
Todo era delicado cuando de la naturaleza lycan se trataba y para mostrarlo ahí estaba la prueba; ideas diferentes sobre el mismo punto.
Miró con algo de ira a Eerin, deseaba creer que lo que decía sobre matar a otros era nada más y nada menos que simples palabras lanzadas al aire, quizás por el temor de condenar a alguien más a ese cruel destino, pero tanto la voz como la expresión de él, garantizaron que no se trataba de una confusión si no, de la absoluta verdad.
Juzgar las decisiones de otros no debía de ser de su incumbencia pero cuando se trataba de otras vidas era inevitable sus pensamientos se dieran rienda suelta y de vez en cuando algún comentario probablemente inadecuado surgiera de sus labios que ahora se mostraban silentes, forzados por ocultar parte de sus pensamientos.
Ella era un monstruo al igual que Eerin, pero si de algo estaba segura era de que jamás dejaría que aquel inconsciente monstruo ganara parte de su consciencia, haría de todo para evitar terminar fusionara con aquella criatura a la que no tenía parecido alguno.
- ¿Quién serías tu para decidir si ese sería el mejor regalo? - hablo con un tono algo un poco más fuerte de lo que en un principio espero, tanto que algunas personas dirigieron su mirada en dirección a ella, forzada a disminuir el volumen - No puedes saber lo que piensen los demás, o que… ¿Crees que hay quienes no disfrutan de ser esto? - sabía de la existencia de algunos lycans que en verdad estaba orgullosos de ser lo que eran y que no podían estar más agradecidos por obtener esa maldición, quizás no fueran muchos, pero los había - Aunque tampoco parece como que estuvieras seguro de lo que vas a hacer…
Eerin era confuso en algunas ocasiones, incluso con aquello que parecía ser sus creencias más fuertes, aún con esas era capaz de decir que sería probable… pero no seguro.
- Anciano inconsciente... mira que ser un mostruo por mero gusto - cruzó los brazos y no despegó la mirada de él.
Joanne Kathleen Rowling
Habían cambiado de tema de manera algo repentina, y aunque ella quería haber podido fastidiar a Eerin con algunas cosas de las que le preguntaba dentro de ella sabía que no era lo más correcto. La platica se tornaba algo serio en momentos como ese en el que todo rondaba acerca de las decisiones de las cuales eran incapaces de hacerse del todo conscientes; jamás habría deseado terminar convirtiendo a alguien en lo que ella era, pero no tenía garantía de que una noche de luna llena de las que ya habían pasado no hubiera atacado ya a alguien.
Todo era delicado cuando de la naturaleza lycan se trataba y para mostrarlo ahí estaba la prueba; ideas diferentes sobre el mismo punto.
Miró con algo de ira a Eerin, deseaba creer que lo que decía sobre matar a otros era nada más y nada menos que simples palabras lanzadas al aire, quizás por el temor de condenar a alguien más a ese cruel destino, pero tanto la voz como la expresión de él, garantizaron que no se trataba de una confusión si no, de la absoluta verdad.
Juzgar las decisiones de otros no debía de ser de su incumbencia pero cuando se trataba de otras vidas era inevitable sus pensamientos se dieran rienda suelta y de vez en cuando algún comentario probablemente inadecuado surgiera de sus labios que ahora se mostraban silentes, forzados por ocultar parte de sus pensamientos.
Ella era un monstruo al igual que Eerin, pero si de algo estaba segura era de que jamás dejaría que aquel inconsciente monstruo ganara parte de su consciencia, haría de todo para evitar terminar fusionara con aquella criatura a la que no tenía parecido alguno.
- ¿Quién serías tu para decidir si ese sería el mejor regalo? - hablo con un tono algo un poco más fuerte de lo que en un principio espero, tanto que algunas personas dirigieron su mirada en dirección a ella, forzada a disminuir el volumen - No puedes saber lo que piensen los demás, o que… ¿Crees que hay quienes no disfrutan de ser esto? - sabía de la existencia de algunos lycans que en verdad estaba orgullosos de ser lo que eran y que no podían estar más agradecidos por obtener esa maldición, quizás no fueran muchos, pero los había - Aunque tampoco parece como que estuvieras seguro de lo que vas a hacer…
Eerin era confuso en algunas ocasiones, incluso con aquello que parecía ser sus creencias más fuertes, aún con esas era capaz de decir que sería probable… pero no seguro.
- Anciano inconsciente... mira que ser un mostruo por mero gusto - cruzó los brazos y no despegó la mirada de él.
Noel Rorschach- Vampiro Clase Alta
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Re: The wind out of time [Privado]
Pertenezco a la generación
De los estragos.
La de fingir
Perder los estribos.
Pero trillones de cientos
De ojos desorbitados
Engrasan sus destinos…
De los estragos.
La de fingir
Perder los estribos.
Pero trillones de cientos
De ojos desorbitados
Engrasan sus destinos…
¿Cuál era el miedo de eliminar a alguna persona? Eran bestias, lo hacían cada noche que la luna llega tocaba el cielo nocturno de parís, aunque huyeran de esa realidad, esa era la verdad. Solamente serian unos estúpidos que buscaban cerrar los oídos, cuando ya las palabras han llegado a la conciencia. Los ignorantes eran felices, ellos ya no eran eso, sabían la crueldad de la vida, porque lo Vivian y creaban a cada noche que pasaban vivos. Alzo su ceja ante aquella pregunta, la analizo, tenía razón, pero igual que tono, al final sería más que un dolor de cabeza.
-¿Disfrutarlo?- se alzo los hombros, podía escuchar a la gente susurran un poco por la estupidez de ella de alzar la voz, pero no le interesaba lo que pudieran estar diciendo, sus brazos se cruzaron –Somos asesinos, nos mataran, nos condenaran por los crímenes cometidos, que tal vez nunca sabremos cuantos en realidad asesinamos para solamente sacar su corazón y disfrutar su carne caliente y latente- dijo en un tono moderado, pero parecía que escupía las palabras como si fuera la verdad que debía predicar.
-Al final se arrepentirán, desearan morir, tal vez no en ese mismo instante, pero llegara un momento en que lo harán- dejo una pausa, pareció aclararse la garganta un poco para volver a seguir jodiendole la paciencia de la licántropo -¿Cuál sería la diferencia?- pregunto –No estaría matando a un humano de todos modos- sonrió de manera picara y hasta malévola –de todos modos merecería morir porque disfruta este infierno-
Sorry lo corto, :c
Eerin Schiffer- Licántropo Clase Media
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Re: The wind out of time [Privado]
Cada uno somos nuestro propio demonio y hacemos de este mundo nuestro infierno.
Oscar Wilde
Asesinos, a ella no le gustaba esa palabra que no era más que la verdad detrás de esa maldición que estaban obligados a vivir noche de luna llena tras noche de luna llena hasta que sus vidas llegaran a su fin que simbolizaban muchos más años que los de los humanos normales y por lo tanto más asesinatos para la larga lista que casa uno de ellos podría tener.
- Sabes tan bien como yo que existe un gran numero de nuestra raza que busco ser de esta manera para satisfacer deseos asesinos que llevaban dentro desde que eran simples humanos - gruño bajito - se lo que somos capaces de hacer después de todo no soy tonta, sé que dentro de todos nosotros hay una bestia disfrazada hasta que la luna llena brilla en lo alto.
No estaba completamente segura de las palabras que el vejestorio le decía, no todos deseaban morir de eso estaba segura así que sin más se río y se recargo en la misma mirando a su interlocutor de manera fija, esperando una pausa para intervenir.
- Así que has deseado morir… lo digo solo porque solo quienes piensan en eso alguna vez pueden estar tan seguros de lo que harán otros - suspiro y miro a otro sitio - lastima que tu hora aun no llega que me quitaría una gran molestia de encima sin tener que toparme contigo de nueva cuenta.
Los ojos azules de la licántropo se posaron en los ajenos, escuchando cada una de las nuevas tonterias que salían de sus labios y si bien en algún momento antes había creído que podía tener una conversación decente con él, esas ideas se desvanecieron como un castillo de arena al ser golpeado por una ola, sencillamente con Eerin no existía remedio.
- ¿Y por qué no habríamos de disfrutar? Claro que cada quien lo hace a su manera pero, si este es el infierno no nos queda más que buscar la forma de vivir en el lo más cómodamente que nos sea posible y aquellos que sean… - sus ojos se movieron observando al lycan de arriba a abajo - débiles entonces que se maten de una buena vez o que vayan y se ofrezcan a la inquisición - puntualizo firme, esperando a ver la reacción del fastidioso anciano.
Oscar Wilde
Asesinos, a ella no le gustaba esa palabra que no era más que la verdad detrás de esa maldición que estaban obligados a vivir noche de luna llena tras noche de luna llena hasta que sus vidas llegaran a su fin que simbolizaban muchos más años que los de los humanos normales y por lo tanto más asesinatos para la larga lista que casa uno de ellos podría tener.
- Sabes tan bien como yo que existe un gran numero de nuestra raza que busco ser de esta manera para satisfacer deseos asesinos que llevaban dentro desde que eran simples humanos - gruño bajito - se lo que somos capaces de hacer después de todo no soy tonta, sé que dentro de todos nosotros hay una bestia disfrazada hasta que la luna llena brilla en lo alto.
No estaba completamente segura de las palabras que el vejestorio le decía, no todos deseaban morir de eso estaba segura así que sin más se río y se recargo en la misma mirando a su interlocutor de manera fija, esperando una pausa para intervenir.
- Así que has deseado morir… lo digo solo porque solo quienes piensan en eso alguna vez pueden estar tan seguros de lo que harán otros - suspiro y miro a otro sitio - lastima que tu hora aun no llega que me quitaría una gran molestia de encima sin tener que toparme contigo de nueva cuenta.
Los ojos azules de la licántropo se posaron en los ajenos, escuchando cada una de las nuevas tonterias que salían de sus labios y si bien en algún momento antes había creído que podía tener una conversación decente con él, esas ideas se desvanecieron como un castillo de arena al ser golpeado por una ola, sencillamente con Eerin no existía remedio.
- ¿Y por qué no habríamos de disfrutar? Claro que cada quien lo hace a su manera pero, si este es el infierno no nos queda más que buscar la forma de vivir en el lo más cómodamente que nos sea posible y aquellos que sean… - sus ojos se movieron observando al lycan de arriba a abajo - débiles entonces que se maten de una buena vez o que vayan y se ofrezcan a la inquisición - puntualizo firme, esperando a ver la reacción del fastidioso anciano.
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Re: The wind out of time [Privado]
Eran ovejas disfrazadas de lobos, supuestamente inocentes, que buscaban estar entre un rebaño, que acabarían atacando tarde o temprano a los que estaban alrededor de el, no importaba el auto control que se tuviera, algo siempre saldría mal, ellos llevaban consigo una maldición y la desgracia parecía siempre venir de la mano. Suspiro cansado, ya estaba comenzando a sentirse derrotado, pues recordaba todo lo que podría ocasionar y se le rompía el corazón, aunque se viera un hombre fuerte e indiferente, era apenas una careta, para no demostrar lo tanto que le afectaba no poder tener una familia normal, pues siempre estaría temiendo lo peor.
-Ese ya es problema de ellos, por lo que yo sé… nunca quise esto- dijo alzándose los hombros. Se le notaba el malhumor en su voz, al pensar que alguna persona pudiera querer ser como ellos, por mero gusto, era algo que no podría soportar fácilmente, pero sabía que los había y ella se lo recordaba. ¡Como odiaba que le recordaran las cosas que buscaba olvidar por su bien! Pero solamente seguía ser ignorante y bufar. Los dos se tocaban puntos que era mejor dejar quietos, heridas que era mejor dejar tranquilas, antes de querer molestarlas o tratar de curarlas.
-Morir…- susurro –cuando no tienes nada en este vida, en ocasiones sientes ganas de morir, te preguntas porque sigues levantándote día con día- bajo la mirada, notando que su uña rasguñaba suavemente la mesa de madera, en donde suavemente dejaba una pequeña marca –Pero cuando llega algo que te ata, esos pensamientos te dejan como aves volando hacia el sur- siguió con el proceso, para profundizar aquella marca.
Era complicado y a la joven todavía le faltaba mucho que aprender. Alzo la mirada -¿Qué te tiene atada a ti?- pregunto ladeando su cabeza un poco –Dime… ¿Qué te hace seguir viva?- quiso saber. Tal vez podría aprender algo de aquella joven, contagiarse de las ganas de vivir que antes tenía, aquella mentalidad rebelde y joven que había quedado atrás. Eerin había cambiado tanto, ya no era tan impulsivo, ahora era más precavido y centrado, pero la comodidad y la tranquilidad, marchita al corazón que tenía en su cuerpo.
-Ese ya es problema de ellos, por lo que yo sé… nunca quise esto- dijo alzándose los hombros. Se le notaba el malhumor en su voz, al pensar que alguna persona pudiera querer ser como ellos, por mero gusto, era algo que no podría soportar fácilmente, pero sabía que los había y ella se lo recordaba. ¡Como odiaba que le recordaran las cosas que buscaba olvidar por su bien! Pero solamente seguía ser ignorante y bufar. Los dos se tocaban puntos que era mejor dejar quietos, heridas que era mejor dejar tranquilas, antes de querer molestarlas o tratar de curarlas.
-Morir…- susurro –cuando no tienes nada en este vida, en ocasiones sientes ganas de morir, te preguntas porque sigues levantándote día con día- bajo la mirada, notando que su uña rasguñaba suavemente la mesa de madera, en donde suavemente dejaba una pequeña marca –Pero cuando llega algo que te ata, esos pensamientos te dejan como aves volando hacia el sur- siguió con el proceso, para profundizar aquella marca.
Era complicado y a la joven todavía le faltaba mucho que aprender. Alzo la mirada -¿Qué te tiene atada a ti?- pregunto ladeando su cabeza un poco –Dime… ¿Qué te hace seguir viva?- quiso saber. Tal vez podría aprender algo de aquella joven, contagiarse de las ganas de vivir que antes tenía, aquella mentalidad rebelde y joven que había quedado atrás. Eerin había cambiado tanto, ya no era tan impulsivo, ahora era más precavido y centrado, pero la comodidad y la tranquilidad, marchita al corazón que tenía en su cuerpo.
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Re: The wind out of time [Privado]
La esperanza es el único bien común a todos los hombres; los que lo han perdido todo, la poseen aún.
Tales De Mileto
- Yo tampoco quise esto - desvió su mirada observando más allá a la gente que iba de un sitio a otro. Personas como ella y Eerin eran diferentes a los que buscaban ese destino, ella lo había perdido todo incluso parte de sus memorias, todo por intentar olvidar de lo cual no importaba lo lejos que corriera para dejarle atrás, eso siempre estaría presente en ella - pero bueno, no se puede tener todo en la vida - dejo de mirar a las personas comunes, a los humanos que solo podían esperar un mejor mañana y la realización de todos y cada uno de sus sueños; aunque Layla se dijera esas cosas a si misma le era complicado creerlo del todo, lo único que le hacía pensar en que vivir bien era posible era el hecho de que ya se había topado con sucesos buenos a lo largo de sus año cargando con esa maldición
Los rumbos que tomaba su conversación con el vejete le causaban gracia, pasaban de ser un par de lobos buscando tener la razón a personas cansadas de la vida y el destino que llevaban.
Escucho al licántropo mientras su mirada se dirigía a ver lo que hacía en la mesa, supuso que no le era sencillo hablar de esa clase de cosas y para suponer algo así simplemente se debía observarlo. Eerin nunca le había parecido esa clase de hombres que necesitaban una razón profunda para continuar vivo, para ella era solo un bruto, un viejo impertinente, alguien a quien deseaba matar en sus noches de luna llena.
Permaneció en silencio, reflexionando las palabras de él, cuando la voz masculina la saco de su propia mente para cuestionarla de nueva cuenta.
- Es una pregunta algo complicada sabes - suspiro - con el pasar del tiempo me ha tenido atada a esta vida un montón de cosas pero algo que no cambia es que necesito descubrir algo… bueno… más bien necesito recordar a alguien a quien olvide hace mucho tiempo - eso siempre había sido algo de lo que le mantenía con vida. Aquel hombre que había muerto por salvar su vida y al cual no recordaba; Layla siempre se había dicho que descubriría su nombre y donde se encontraba sepultado - además de que aunque no le recuerdo se que ese alguien se pondría triste si sabe que ya no deseo vivir, su sacrificio habría sido en vano - sintió que había hablado de más y tomo aíre - también he conocido a otras personas a las que deseo seguir viendo mucho más tiempo - pensó en Junno, aquel peculiar joven que despedía veneno por la piel - y estoy segura de que hay muchas más cosas para mi esperandome - le miro - No pierdas las ganas de vivir viejo, que matarte debe ser un placer mío. Y dime… ¿A ti qué te mantiene vivo?
Tales De Mileto
- Yo tampoco quise esto - desvió su mirada observando más allá a la gente que iba de un sitio a otro. Personas como ella y Eerin eran diferentes a los que buscaban ese destino, ella lo había perdido todo incluso parte de sus memorias, todo por intentar olvidar de lo cual no importaba lo lejos que corriera para dejarle atrás, eso siempre estaría presente en ella - pero bueno, no se puede tener todo en la vida - dejo de mirar a las personas comunes, a los humanos que solo podían esperar un mejor mañana y la realización de todos y cada uno de sus sueños; aunque Layla se dijera esas cosas a si misma le era complicado creerlo del todo, lo único que le hacía pensar en que vivir bien era posible era el hecho de que ya se había topado con sucesos buenos a lo largo de sus año cargando con esa maldición
Los rumbos que tomaba su conversación con el vejete le causaban gracia, pasaban de ser un par de lobos buscando tener la razón a personas cansadas de la vida y el destino que llevaban.
Escucho al licántropo mientras su mirada se dirigía a ver lo que hacía en la mesa, supuso que no le era sencillo hablar de esa clase de cosas y para suponer algo así simplemente se debía observarlo. Eerin nunca le había parecido esa clase de hombres que necesitaban una razón profunda para continuar vivo, para ella era solo un bruto, un viejo impertinente, alguien a quien deseaba matar en sus noches de luna llena.
Permaneció en silencio, reflexionando las palabras de él, cuando la voz masculina la saco de su propia mente para cuestionarla de nueva cuenta.
- Es una pregunta algo complicada sabes - suspiro - con el pasar del tiempo me ha tenido atada a esta vida un montón de cosas pero algo que no cambia es que necesito descubrir algo… bueno… más bien necesito recordar a alguien a quien olvide hace mucho tiempo - eso siempre había sido algo de lo que le mantenía con vida. Aquel hombre que había muerto por salvar su vida y al cual no recordaba; Layla siempre se había dicho que descubriría su nombre y donde se encontraba sepultado - además de que aunque no le recuerdo se que ese alguien se pondría triste si sabe que ya no deseo vivir, su sacrificio habría sido en vano - sintió que había hablado de más y tomo aíre - también he conocido a otras personas a las que deseo seguir viendo mucho más tiempo - pensó en Junno, aquel peculiar joven que despedía veneno por la piel - y estoy segura de que hay muchas más cosas para mi esperandome - le miro - No pierdas las ganas de vivir viejo, que matarte debe ser un placer mío. Y dime… ¿A ti qué te mantiene vivo?
Noel Rorschach- Vampiro Clase Alta
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Re: The wind out of time [Privado]
Eran seres que el mundo cociente no quería, pero que tenía que vivir con ellos, aunque estos no creyeran en total las historias que los más ancianos, sabiamente buscaban distribuir para el beneficio de la humanidad, pero los jóvenes solamente lo tomaban como ancianos que ya habían perdido la noción de la realidad, olvidándose de pensar que tal vez la fantasía venia aun mas de la realidad. Solamente quedaba vivir con lo que eran. Mantenerse a raya, dejarse ir por el rio que era la vida. No se podían poner a llorar a ese punto de la vida, si fuera así, antes de llegar a esa edad, hubieran desistido de seguir en este mundo, lleno de mortales y abominaciones.
-Entonces busca algo que se te perdió- ladeo su cabeza, levemente interesado en lo que decía. Ella tenía suerte de haber olvidado y querer estar buscando las respuestas de su existencia, cuantas veces el no quiso olvidar algunas cosas de su pasado, eliminar las duras penas que había tenido que aguantar, pero ¿Qué lograría eso? Lo haría perder su identidad, había aprendido a apreciar cada una de sus malos momentos. Comenzaba a sentir lástima por la joven al frente de el, extrañamente, sentía cierto instinto protector, que buscaba ansiar ayudarla, pero solamente provocaba que pronto lo aborreciera y dejara ir, como una mariposa que atrapo con sus manos.
Como llego y se fue, ya había encontrado otro punto en donde terminaban de separarse y recordarle que eran personas diferentes, seres que no podrían congeniar bien, no sabía porque, la razón exacta, que buscaba congeniar con una mocosa de su raza. Pero le hacia reír, al menos eso, también sus deseos de eliminarlo, la hacían ver de cierta forma agradable, por su atrevimiento.
-No te preocupes por mi- Susurro suavemente –tengo planeado estar por mucho tiempo en este mundo, cuando quiera morir te contactare- le guiño el ojo en forma de complicidad. Se acomodo su cuerpo en aquella silla, suspirando largamente –Te lo diré, pero si intentas hacerle algo…- le miro atentamente, mostrando que no estaba bromeando. Su aura se había vuelto hasta pesada, en solo pensar que ella podría estar de demente y buscar una forma de molestarlo –Te buscaría en donde estuvieras y no te arrancaría la cabeza… la pasarían muy mal…- sentencio, sabiendo que su venganza no sería rápida, más bien lenta y dolorosa, se encargaría de nunca haber deseado joderlo.
Como llego se fue, su rostro enmarcado de cierta tensión, se volvió a relajar, mientras aun se mantenía en aquella silla, frente a frente de la mujer –Es un dama…- susurro suavemente –hare mi vida con ella…- bajo la mirada, temiendo, como si fuera un chiquillo, algún regaño proveniente de sus allegados, pero esa era la cruda verdad, una mujer había logrado llenar el vacío que había en su corazón y dado una nueva razón para existir.
-Entonces busca algo que se te perdió- ladeo su cabeza, levemente interesado en lo que decía. Ella tenía suerte de haber olvidado y querer estar buscando las respuestas de su existencia, cuantas veces el no quiso olvidar algunas cosas de su pasado, eliminar las duras penas que había tenido que aguantar, pero ¿Qué lograría eso? Lo haría perder su identidad, había aprendido a apreciar cada una de sus malos momentos. Comenzaba a sentir lástima por la joven al frente de el, extrañamente, sentía cierto instinto protector, que buscaba ansiar ayudarla, pero solamente provocaba que pronto lo aborreciera y dejara ir, como una mariposa que atrapo con sus manos.
Como llego y se fue, ya había encontrado otro punto en donde terminaban de separarse y recordarle que eran personas diferentes, seres que no podrían congeniar bien, no sabía porque, la razón exacta, que buscaba congeniar con una mocosa de su raza. Pero le hacia reír, al menos eso, también sus deseos de eliminarlo, la hacían ver de cierta forma agradable, por su atrevimiento.
-No te preocupes por mi- Susurro suavemente –tengo planeado estar por mucho tiempo en este mundo, cuando quiera morir te contactare- le guiño el ojo en forma de complicidad. Se acomodo su cuerpo en aquella silla, suspirando largamente –Te lo diré, pero si intentas hacerle algo…- le miro atentamente, mostrando que no estaba bromeando. Su aura se había vuelto hasta pesada, en solo pensar que ella podría estar de demente y buscar una forma de molestarlo –Te buscaría en donde estuvieras y no te arrancaría la cabeza… la pasarían muy mal…- sentencio, sabiendo que su venganza no sería rápida, más bien lenta y dolorosa, se encargaría de nunca haber deseado joderlo.
Como llego se fue, su rostro enmarcado de cierta tensión, se volvió a relajar, mientras aun se mantenía en aquella silla, frente a frente de la mujer –Es un dama…- susurro suavemente –hare mi vida con ella…- bajo la mirada, temiendo, como si fuera un chiquillo, algún regaño proveniente de sus allegados, pero esa era la cruda verdad, una mujer había logrado llenar el vacío que había en su corazón y dado una nueva razón para existir.
Eerin Schiffer- Licántropo Clase Media
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Re: The wind out of time [Privado]
La memoria es selectiva y tiende a borrar las partes duras, va armando un recuerdo basado sólo en lo más dulce… Pero hay que tratar de ser honesto.
José Saramago
Asintió a lo que el decía, explicar como funcionaba su mente para olvidar todo lo que dolía le era extraño incluso a ella misma. Por algún motivo que no comprendió, deseaba decirle que era lo que le pasaba, como era saber que tenía todo ahí pero que los recuerdos se negaban a salir de su caja.
– Se que lo que perdí esta aquí en mi mente, pero… – hizo una mueca de molestia y negó – todo se niega a mostrarse a mi, a quien busco yo se que no esta más en esta tierra pero necesito agradecer lo que hizo por mi – sus ojos miraron a los de vejete frente a ella, transmitiendo de esa forma parte de lo que llevaba dentro y que no se podía permitir mostrar – Pero bueno, encontrare las respuestas algún día – suspiro y termino por desviar su mirada.
¿Cómo no disfrutar molestar y charlar con ese licántropo? Pasaban de la comprensión a las amenazas y molestias, estando ahí frente a Eerin se sentía como los niños pequeños, volátiles y espontáneos, viajando de una cosa a otra y expresando su agrado y molestia ante los actos del momento.
– Bien, porque estaré esperando por que me contactes, será un terrible placer poder aplastar tu cara contra algo – el tono de su voz estaba lleno de una satisfacción imaginaria tan grande que estuvo cerca incluso de sonreír a aquel hombre.
– Vamos que a quien quiero tirarle todos y cada uno de los dientes hasta que desaparezca esa sonrisa es a ti, a nadie más que a ti así que anda… sueltalo – se acomodo en aquella silla y se recargo en la mesa, impaciente por escuchar lo que tenía que decirle sobre su motivo. Era justo según lo que ella veía, pues le había dicho su motivo y ahora en un intercambio equivalente deseaba conocer el de Eerin.
Escucho aquellas palabras y la manera en la que él vejete las decía, hablar de esa mujer al parecer le sentaba bien, pues por un instante le vió más joven aunque quizás eran solo las ideas de ella.
– Matrimonio… pues ni hablar, entonces deberé esperar para darte una buena golpiza que no deseo que alguna mujer sufra – suspiró, imaginando como sería aquella mujer capaz de robar el corazón de aquel hombre que le parecía tan impenetrable como una roca – deberás tener muchos cuidados… las cosas no siempre salen bien cuando hay uno de nuestra clase metido, pero espero que todo este bien siempre entre ustedes – su corazón pesaba en su pecho; ella también había querido una vez una vida al lado de alguien, pero desde ese momento habían pasado muchas lunas y muchas más lágrimas. Sin darse cuenta del momento en el que sucedió miró a Eerin con una sonrisa en los labios – ¿Puedo saber como se llama? Prometo que no le haré daño alguno – Buscaba conocer ese nombre, como si fuera a traer mágicamente el que ella olvido. Pero ese nombre no vendría a ella jamás, solo quizás en los últimos momentos de su vida.
José Saramago
Asintió a lo que el decía, explicar como funcionaba su mente para olvidar todo lo que dolía le era extraño incluso a ella misma. Por algún motivo que no comprendió, deseaba decirle que era lo que le pasaba, como era saber que tenía todo ahí pero que los recuerdos se negaban a salir de su caja.
– Se que lo que perdí esta aquí en mi mente, pero… – hizo una mueca de molestia y negó – todo se niega a mostrarse a mi, a quien busco yo se que no esta más en esta tierra pero necesito agradecer lo que hizo por mi – sus ojos miraron a los de vejete frente a ella, transmitiendo de esa forma parte de lo que llevaba dentro y que no se podía permitir mostrar – Pero bueno, encontrare las respuestas algún día – suspiro y termino por desviar su mirada.
¿Cómo no disfrutar molestar y charlar con ese licántropo? Pasaban de la comprensión a las amenazas y molestias, estando ahí frente a Eerin se sentía como los niños pequeños, volátiles y espontáneos, viajando de una cosa a otra y expresando su agrado y molestia ante los actos del momento.
– Bien, porque estaré esperando por que me contactes, será un terrible placer poder aplastar tu cara contra algo – el tono de su voz estaba lleno de una satisfacción imaginaria tan grande que estuvo cerca incluso de sonreír a aquel hombre.
– Vamos que a quien quiero tirarle todos y cada uno de los dientes hasta que desaparezca esa sonrisa es a ti, a nadie más que a ti así que anda… sueltalo – se acomodo en aquella silla y se recargo en la mesa, impaciente por escuchar lo que tenía que decirle sobre su motivo. Era justo según lo que ella veía, pues le había dicho su motivo y ahora en un intercambio equivalente deseaba conocer el de Eerin.
Escucho aquellas palabras y la manera en la que él vejete las decía, hablar de esa mujer al parecer le sentaba bien, pues por un instante le vió más joven aunque quizás eran solo las ideas de ella.
– Matrimonio… pues ni hablar, entonces deberé esperar para darte una buena golpiza que no deseo que alguna mujer sufra – suspiró, imaginando como sería aquella mujer capaz de robar el corazón de aquel hombre que le parecía tan impenetrable como una roca – deberás tener muchos cuidados… las cosas no siempre salen bien cuando hay uno de nuestra clase metido, pero espero que todo este bien siempre entre ustedes – su corazón pesaba en su pecho; ella también había querido una vez una vida al lado de alguien, pero desde ese momento habían pasado muchas lunas y muchas más lágrimas. Sin darse cuenta del momento en el que sucedió miró a Eerin con una sonrisa en los labios – ¿Puedo saber como se llama? Prometo que no le haré daño alguno – Buscaba conocer ese nombre, como si fuera a traer mágicamente el que ella olvido. Pero ese nombre no vendría a ella jamás, solo quizás en los últimos momentos de su vida.
Noel Rorschach- Vampiro Clase Alta
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Re: The wind out of time [Privado]
Normalmente las respuestas estaban al frente de la persona, pero esta sería tan ciega que nunca las vería, no era culpa de ella, era una maldición que todos los seres humanos tenían y por gracia divina, aun ellos parecían tener un poco de aquella humanidad en sus cuerpos y alma, tal vez ella más que el. No podía creer pensar que cada uno se volvía más humano estando con el otro, pues al saber sus pesares y la maldición que tenían entre la espalda, se comprendían aun mas y eso provocaba en ellos una revolución a nivel personal, pero Eerin en ese momento lo no lo sentía, pues los colores que le habían subido al rosto y solamente dejo salir un leve chasquido, para girar a mirar a otro lado.
Si, matrimonio. ¿Quién lo diría no? Pero eso era lo que podría decirse que lo estaba salvando, ya las guerras sin sentido habían acabado, estaba ya oficialmente fuera de eso, aunque sabía que pasaría lo mismo con los enamorados de mar, lo perseguirían hasta que este le diera una buena paliza, para que así pudieran captar el mensaje mejor, primero debería abrir unos cuantos cráneos, para que la idea llegara bien oxigenada al cerebro. Volvió a gruñir levemente por la advertencia de la joven — Lo sé…. — dijo medio arrogante, mientras suspiraba largamente, como si lo hubiera derrotado, la miro de reojo y este sonrió, quiso reír, pero se contuvo como buen hombre.
— Te lo diré solo porque me has sonreído— le dijo pícaro, mientras giñaba su ojo — Se llama Mar Santini — explico, sin poder evitar sentir que decía su nombre con cierta benevolencia — Era una cortesana, que llego en el momento que menos lo esperaba — rio suavemente — ¿Acaso pensaste que sería una bella y frágil virgen?. Ella tiene su pasado, uno tal vez doloroso, que hace que podamos llevarnos bien — trataba de restarle importancia, pero no podía, estaba hablando de su futura esposa, de luz en su oscuridad. Ya le había dicho mucho a la mujer que tenia al frente de ella.
Si, matrimonio. ¿Quién lo diría no? Pero eso era lo que podría decirse que lo estaba salvando, ya las guerras sin sentido habían acabado, estaba ya oficialmente fuera de eso, aunque sabía que pasaría lo mismo con los enamorados de mar, lo perseguirían hasta que este le diera una buena paliza, para que así pudieran captar el mensaje mejor, primero debería abrir unos cuantos cráneos, para que la idea llegara bien oxigenada al cerebro. Volvió a gruñir levemente por la advertencia de la joven — Lo sé…. — dijo medio arrogante, mientras suspiraba largamente, como si lo hubiera derrotado, la miro de reojo y este sonrió, quiso reír, pero se contuvo como buen hombre.
— Te lo diré solo porque me has sonreído— le dijo pícaro, mientras giñaba su ojo — Se llama Mar Santini — explico, sin poder evitar sentir que decía su nombre con cierta benevolencia — Era una cortesana, que llego en el momento que menos lo esperaba — rio suavemente — ¿Acaso pensaste que sería una bella y frágil virgen?. Ella tiene su pasado, uno tal vez doloroso, que hace que podamos llevarnos bien — trataba de restarle importancia, pero no podía, estaba hablando de su futura esposa, de luz en su oscuridad. Ya le había dicho mucho a la mujer que tenia al frente de ella.
Eerin Schiffer- Licántropo Clase Media
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Re: The wind out of time [Privado]
A su muy estilo salvaje y bestia, le parecía encantador que los colores le subieran al rostro con tanta facilidad, eso le hacía desear poder provocarle y jugar con eso, pero no lo hizo, solo permaneció contemplando a Eerin.
Cuando le gruño, se sintió ligeramente culpable. Él ya debería saber muy bien que era lo que le deparaba todo aquello, así que estaba de más que se lo recordara y más en un momento en el que lucía tan diferente a si mismo; se encogió de hombros como si con eso ya le pidiera disculpas por arruinarle el momento, no podía hacer más que eso, al menos no por el momento.
Resoplo ante su comentario y la manera en la que le guiñaba, era eso o terminar sonrojada porque le había visto sonreír.
– Deja mi sonrisa en paz, viejo – desvió su mirada, que no había terminado de alejarse cuando ya estaba de nuevo sobre el licántropo, escuchando atentamente el nombre de la mujer a quien él amaba. Irremediablemente volvió a cuestionarse solo la clase de persona que sería Mar por lograr soportar al lobo aquel, debía ser una mujer muy buena o estar terriblemente enamorada de él.
No había esperado que respondiera más de lo que pregunto, sin embargo Eerin le había dicho que ella era una cortesana. Le miro con seriedad ante su pregunta y negó.
– No pensé en eso, solo me preguntaba ¿Qué clase de mujer en su sano juicio te aguanta? – dijo aquello para ella también normalizar el hecho de que Mar hubiera sido cortesana – La verdad es que lo único que importa es que puedas llevarte bien con ella y quieras estar siempre a su lado – suspiro – además, deberías agradecer que gracias a ella no te daré una paliza – decía aquello pero sonreía aún – después de todo, parece que finalmente hemos encontrado una buena razón para brindar ¿o no vejete? – le guiño el ojo para después estirarse un poco en aquella silla, comenzaba a creer que era hora de irse, antes de que Eerin comenzara a agradarle mucho más de lo que al parecer ya lo hacía.
Cuando le gruño, se sintió ligeramente culpable. Él ya debería saber muy bien que era lo que le deparaba todo aquello, así que estaba de más que se lo recordara y más en un momento en el que lucía tan diferente a si mismo; se encogió de hombros como si con eso ya le pidiera disculpas por arruinarle el momento, no podía hacer más que eso, al menos no por el momento.
Resoplo ante su comentario y la manera en la que le guiñaba, era eso o terminar sonrojada porque le había visto sonreír.
– Deja mi sonrisa en paz, viejo – desvió su mirada, que no había terminado de alejarse cuando ya estaba de nuevo sobre el licántropo, escuchando atentamente el nombre de la mujer a quien él amaba. Irremediablemente volvió a cuestionarse solo la clase de persona que sería Mar por lograr soportar al lobo aquel, debía ser una mujer muy buena o estar terriblemente enamorada de él.
No había esperado que respondiera más de lo que pregunto, sin embargo Eerin le había dicho que ella era una cortesana. Le miro con seriedad ante su pregunta y negó.
– No pensé en eso, solo me preguntaba ¿Qué clase de mujer en su sano juicio te aguanta? – dijo aquello para ella también normalizar el hecho de que Mar hubiera sido cortesana – La verdad es que lo único que importa es que puedas llevarte bien con ella y quieras estar siempre a su lado – suspiro – además, deberías agradecer que gracias a ella no te daré una paliza – decía aquello pero sonreía aún – después de todo, parece que finalmente hemos encontrado una buena razón para brindar ¿o no vejete? – le guiño el ojo para después estirarse un poco en aquella silla, comenzaba a creer que era hora de irse, antes de que Eerin comenzara a agradarle mucho más de lo que al parecer ya lo hacía.
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Re: The wind out of time [Privado]
Cada quien necesita un momento feliz, entrar en una burbuja, que lo llevara a un lugar tranquilo, en donde los malos momentos se pudieran olvidar las malas experiencias de la vida. Estaba seguro que aquella joven, algún día, a lo mejor algo lejano, estaría en una situación similar a la de el o eso esperaba, ella lo recordaría, recordaría su experiencia y sus palabras de hombre enamorado, aunque cierta vergüenza vivía en el, por declararse, locamente enamorado, de una cortesana, quien había dejado ese oficio, por el, se sentía inmensamente feliz, había gente aun, que podría quererlo, amarlo, no estaba del todo solo y eso era bueno, era como un aliento nuevo, para seguir adelante, pues la soledad, era el peligro mayor que tenían todos, pero gracias a ella, el aliento de vida.
— Esta conversación… — gruño suavemente — se fue convirtiendo algo mas intimo, de lo que habíamos esperado ¿no crees? — se llevo las manos hacia la cabella, mientras se acomodaba en aquella silla de madera, no sabía si había sido buena o mala idea abrirse asi, tal vez era la primera vez que lo hacía, mas con una mujer que no había tocado, ni tenía intensiones sexuales con ella, no porque, no fuese atractiva, era más bien, porque sabía que ella opondría demasiado resistencia y no deseaba tener ese tipo de juegos en esos momentos.
Era mejor no pensar en eso y dañar los pequeños avances que habían tenido — Te invitare a la boda — dijo bromeando — Bueno, tal vez — se alzo los hombros, mientras volvía a ponerlos descansados, estos escudriñaron en su bolsillo, buscando unos cuantos de francos para poner en la mesa — Bueno…— se incorporo — ¿Qué se te ha perdido? ¿Acaso no tienes mejores cosas que hacer? — dijo en voz alta, de forma altanera, mientras se levantaba para dejar el lugar, esa era su forma sencilla de decir “adiós, que tengas un buen día”
— Esta conversación… — gruño suavemente — se fue convirtiendo algo mas intimo, de lo que habíamos esperado ¿no crees? — se llevo las manos hacia la cabella, mientras se acomodaba en aquella silla de madera, no sabía si había sido buena o mala idea abrirse asi, tal vez era la primera vez que lo hacía, mas con una mujer que no había tocado, ni tenía intensiones sexuales con ella, no porque, no fuese atractiva, era más bien, porque sabía que ella opondría demasiado resistencia y no deseaba tener ese tipo de juegos en esos momentos.
Era mejor no pensar en eso y dañar los pequeños avances que habían tenido — Te invitare a la boda — dijo bromeando — Bueno, tal vez — se alzo los hombros, mientras volvía a ponerlos descansados, estos escudriñaron en su bolsillo, buscando unos cuantos de francos para poner en la mesa — Bueno…— se incorporo — ¿Qué se te ha perdido? ¿Acaso no tienes mejores cosas que hacer? — dijo en voz alta, de forma altanera, mientras se levantaba para dejar el lugar, esa era su forma sencilla de decir “adiós, que tengas un buen día”
FINALIZADO ❤
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