AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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The shadow of the wind ││ Privado
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The shadow of the wind ││ Privado
por Annika Lindstrøm Jue Ago 11, 2016 2:13 pm
“A picture is a secret about a secret,
the more it tells you the less you know.”
― Diane Arbus
the more it tells you the less you know.”
― Diane Arbus
Había decidido que el día de hoy, sería diferente a todos los demás. Se despertó de un humor excelente, inclusive, bajó a tomar el desayuno con sus padres besando la frente de uno y la mejilla del otro. Alguna enfermedad hubiera podido explicarles a sus padres el motivo de tan extraña actitud, pero como realmente disfrutaban aquellos momentos de calma, lo dejaron ser.
Tomó un baño prolongado, quizás un poco mas de lo que habitualmente se tardaba, pero el día de hoy, disfrutó la calidez del agua y la sensación sobre su piel. Salió y se colocó ese vestido que su madre le había confeccionado -si, su madre llegaba a ser una caja de monerías- se arregló el cabello en una coleta y acomodó el sombrero, se puso sus guantes y salió de la casa con una ligera sonrisa en el rostro.
Caminó por las calles de París admirando la diversidad que existía en ella, tomó un carruaje y pidió que la llevaran a la playa.
El aroma a humedad y sal pronto la golpeó de llenó, la brisa marina se impregnaba sobre su piel jugueteando entre su cabello y amenazando con volar aquel sombrero que adornaba su cabeza. No hacía mucho sol, de hecho, parecía que en cualquier momento el azul del cielo cambiaría a un gris claro con posibilidad de evolucionar en uno colérico y tormentoso, Taylor resopló y rogó que aquello no pasara.
Caminó unos cinco metros en la arena, deteniéndose cuando esta comenzó a entrarle a los zapatos, se los quitó y continuó, había mas gente allí, enamorados riendo por un lado y familias que habían llevado a sus hijos a jugar y conocer el mar, Taylor caminó hasta que estos cuadros tan alegres desaparecieron y encontró un espacio solitario, cerca a las pequeñas cordilleras de piedra donde el mar reventaba con un poco mas de fuerza. Se sentí allí, en la arena de frente al mar, dejó su sombrero de lado, se abrazó las rodillas y contempló la vista,
El viento la acariciaba con frescura, la punto de que sus brazos comenzaron a calarle, el sol comenzó a ocultarse entre nubes aun claras. Una ráfaga levantó el sombrero que se encontraba a su lado haciéndole alejarse de ella ―¡Maldición! - se levantó rápidamente intentando alcanzarlo.
Tomó un baño prolongado, quizás un poco mas de lo que habitualmente se tardaba, pero el día de hoy, disfrutó la calidez del agua y la sensación sobre su piel. Salió y se colocó ese vestido que su madre le había confeccionado -si, su madre llegaba a ser una caja de monerías- se arregló el cabello en una coleta y acomodó el sombrero, se puso sus guantes y salió de la casa con una ligera sonrisa en el rostro.
Caminó por las calles de París admirando la diversidad que existía en ella, tomó un carruaje y pidió que la llevaran a la playa.
El aroma a humedad y sal pronto la golpeó de llenó, la brisa marina se impregnaba sobre su piel jugueteando entre su cabello y amenazando con volar aquel sombrero que adornaba su cabeza. No hacía mucho sol, de hecho, parecía que en cualquier momento el azul del cielo cambiaría a un gris claro con posibilidad de evolucionar en uno colérico y tormentoso, Taylor resopló y rogó que aquello no pasara.
Caminó unos cinco metros en la arena, deteniéndose cuando esta comenzó a entrarle a los zapatos, se los quitó y continuó, había mas gente allí, enamorados riendo por un lado y familias que habían llevado a sus hijos a jugar y conocer el mar, Taylor caminó hasta que estos cuadros tan alegres desaparecieron y encontró un espacio solitario, cerca a las pequeñas cordilleras de piedra donde el mar reventaba con un poco mas de fuerza. Se sentí allí, en la arena de frente al mar, dejó su sombrero de lado, se abrazó las rodillas y contempló la vista,
El viento la acariciaba con frescura, la punto de que sus brazos comenzaron a calarle, el sol comenzó a ocultarse entre nubes aun claras. Una ráfaga levantó el sombrero que se encontraba a su lado haciéndole alejarse de ella ―¡Maldición! - se levantó rápidamente intentando alcanzarlo.
Última edición por Taylor Wadlow el Vie Ago 12, 2016 2:16 pm, editado 1 vez
Annika Lindstrøm- Humano Clase Alta
- Mensajes : 31
Fecha de inscripción : 20/03/2016
Re: The shadow of the wind ││ Privado
por Taís Vie Ago 12, 2016 10:42 am
Hoy su amo había salido una vez mas a resolver uno que otro negocio de su trabajo, por lo que esta tenia una gran libertad para poder ir a donde quisiera y no aburrirse entre las cuatro paredes de la gran casa donde vive en estos momentos. Como siempre tenia que usar una vestimenta algo mas humilde de la cuenta, puesto las esclavas no usaban ropa de gran calidad o ropa bien fina como las mujeres blanca que gozan de mucho dinero y ademas de la libertad de expresarse o vestirse de la manera que ella consideran se siente mas cómodas. Mientras sale de la casa esta lo hace con un macuto, para simular que va para el mercado a comprar algo puesto el capatas de la casa si sabe que va solo a recrearse se atreve a golpearla de mala manera por eso hacia ese turco y salir airosa de la casa sin problema alguno.
Mientras se alejaba de la casa pensada poderse escapar lejos de la casa de su amo, pero sabe que si la encuentran le iría mucho peor y al pensar eso se le van inmediatamente los deseos de salir corriendo lejos de la esclavitud en la cual vive desde hace muchos años.
Esta se pone a caminar por las calles parisinas y se pasa por el mercado para comprar una que otra cosa, que ve esta poco pero no escasea en la casa. Ya con su plan respaldado se aleja un poco de todo para irse a dar un pequeño paseo en medio de la multitud, donde la gente no deja de verla como si fuera una cosa extraña o no fuera una humana tal como ellos solo por tener un color de piel diferente. A pesar del tiempo que tiene que la gente la mira de esa manera, todavía no se acostumbra a ellos y eso puede ser un poco tonto de su parte, puesto desde los doce años esta siendo esclava lo cual debería hacer que esto sea una costumbre mas de su vida.
Al final esta llega hacia la playa, un lugar del cual no puede disfrutar mucho por ser una esclava y si la gente la ve bañándose entre las aguas seguro la azotan. En fin que solo se queda mirando un poco el agua, mientras desea poder tener un barco para irse mas a dentro hacia un lugar donde pudiera ser libre y comenzar de cero.
Sus pensamientos de libertad se dispersan de ella, cuando un sombrero la golpea en la cara de la nada. Esta toma el hermoso sombreo para verlo entre sus mano, a decir verdad era muy bello en verdad y se lamenta el no poder usar una cosa como esta para verse un poco mas elegante de como se ve ahora que es toda una simplona.
Mientras se alejaba de la casa pensada poderse escapar lejos de la casa de su amo, pero sabe que si la encuentran le iría mucho peor y al pensar eso se le van inmediatamente los deseos de salir corriendo lejos de la esclavitud en la cual vive desde hace muchos años.
Esta se pone a caminar por las calles parisinas y se pasa por el mercado para comprar una que otra cosa, que ve esta poco pero no escasea en la casa. Ya con su plan respaldado se aleja un poco de todo para irse a dar un pequeño paseo en medio de la multitud, donde la gente no deja de verla como si fuera una cosa extraña o no fuera una humana tal como ellos solo por tener un color de piel diferente. A pesar del tiempo que tiene que la gente la mira de esa manera, todavía no se acostumbra a ellos y eso puede ser un poco tonto de su parte, puesto desde los doce años esta siendo esclava lo cual debería hacer que esto sea una costumbre mas de su vida.
Al final esta llega hacia la playa, un lugar del cual no puede disfrutar mucho por ser una esclava y si la gente la ve bañándose entre las aguas seguro la azotan. En fin que solo se queda mirando un poco el agua, mientras desea poder tener un barco para irse mas a dentro hacia un lugar donde pudiera ser libre y comenzar de cero.
Sus pensamientos de libertad se dispersan de ella, cuando un sombrero la golpea en la cara de la nada. Esta toma el hermoso sombreo para verlo entre sus mano, a decir verdad era muy bello en verdad y se lamenta el no poder usar una cosa como esta para verse un poco mas elegante de como se ve ahora que es toda una simplona.
Taís- Esclavo
- Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 30/07/2016
Re: The shadow of the wind ││ Privado
por Annika Lindstrøm Jue Nov 10, 2016 5:46 pm
“Smile at strangers and you just might change a life.”
― Steve Maraboli
― Steve Maraboli
El viento decidió jugar con ella, trepando por los olanes del vestido y enredándose entre su cabellera. Llevaba las zapatillas en la mano mientras con la otra recogía un poco el vestido para que no se enredase entre sus pies, pudo ver como su sombrero volaba, como se alejaba de aquel lugar concurrido, Taylor corrió por la orilla del mar donde se marca esa fina línea de arena húmeda por la caricia que dejó el mar.
El agua salada salpicaba hasta sus rodillas cuando la ola rompía y sus pies chapoteaban al seguir corriendo. Se detuvo en seco cuando aquellas manos de tez obscura resaltaron al tomar su sombrero.
Se apoyó sobre sus rodillas y se curveó hacia adelante intentando recuperar el aliento ―E-eso... - inspiró profundo y se irguió con lentitud hasta que sus ojos se posaron en aquellos que decían mas de lo que se le pudiera permitir ―...eso es mío - fijó la mirada en aquella mujer, su tez obscura tenía cierto contraste encantador con el cuelo azul y la arena blanquecina. Se dio cuenta que la estaba mirando mas de la cuenta, giró el rostro con aquella actitud tan prepotente ―¿Dónde esta tu dueño? - frunció el ceño cuando pronunció aquella palabra, pero su semblante regreso a ser el mismo cuando volvió a mirarla.
Los Wadlow tenían sirvientes, pero no esclavos, su padre nunca quiso ser partícipe de aquella práctica, por ello, preguntarle por quien la poseía, como si fuera un simple objeto, le costó trabajo. Ladeó la cabeza un poco, pudo ver el nerviosismo en aquellos labios carnosos tan diferentes a los propios ―¿Tienes nombre? - Taylor no solía ser sociable, no desde hacía mucho, las interacciones que tenía solían ser mas para con aquellos hombres sobrenaturales que llamaban su atención, casi de la misma manera que esa mujer lo había logrado.
Se pasó la mano por el cabello y lo colocó detrás de la oreja ―Me llamo Taylor... puedes quedarte con el sombrero - ella no sabía ser tierna, ella no sabía ser compasiva, por eso, aunque aquello fue un acto de simpatía, sonó mas a un disgusto y repulsión.
El agua salada salpicaba hasta sus rodillas cuando la ola rompía y sus pies chapoteaban al seguir corriendo. Se detuvo en seco cuando aquellas manos de tez obscura resaltaron al tomar su sombrero.
Se apoyó sobre sus rodillas y se curveó hacia adelante intentando recuperar el aliento ―E-eso... - inspiró profundo y se irguió con lentitud hasta que sus ojos se posaron en aquellos que decían mas de lo que se le pudiera permitir ―...eso es mío - fijó la mirada en aquella mujer, su tez obscura tenía cierto contraste encantador con el cuelo azul y la arena blanquecina. Se dio cuenta que la estaba mirando mas de la cuenta, giró el rostro con aquella actitud tan prepotente ―¿Dónde esta tu dueño? - frunció el ceño cuando pronunció aquella palabra, pero su semblante regreso a ser el mismo cuando volvió a mirarla.
Los Wadlow tenían sirvientes, pero no esclavos, su padre nunca quiso ser partícipe de aquella práctica, por ello, preguntarle por quien la poseía, como si fuera un simple objeto, le costó trabajo. Ladeó la cabeza un poco, pudo ver el nerviosismo en aquellos labios carnosos tan diferentes a los propios ―¿Tienes nombre? - Taylor no solía ser sociable, no desde hacía mucho, las interacciones que tenía solían ser mas para con aquellos hombres sobrenaturales que llamaban su atención, casi de la misma manera que esa mujer lo había logrado.
Se pasó la mano por el cabello y lo colocó detrás de la oreja ―Me llamo Taylor... puedes quedarte con el sombrero - ella no sabía ser tierna, ella no sabía ser compasiva, por eso, aunque aquello fue un acto de simpatía, sonó mas a un disgusto y repulsión.
Annika Lindstrøm- Humano Clase Alta
- Mensajes : 31
Fecha de inscripción : 20/03/2016
Re: The shadow of the wind ││ Privado
por Taís Mar Dic 13, 2016 8:43 am
Al tener el sombrero en las mano se daba cuenta de que las cosas buenas de la vida son para las personas blancas y los pocos negros que tienen un poco de libertad, mucho recuerda en la época que fue libre como podía vestir de una forma muy hermosa además de regodearse con la personas de la alta clase. Pero eso fue hace muchos años atrás y ahora debía hacer frente a su nueva realidad que es ser una sirvienta de la gente mas fuerte hasta el final de sus días, eso la tenia un poco decepcionada de la vida pero trata a pesar de todo tener la frente en alto porque no tiene de otra.
Una mujer blanca se acerco a ella con el aliento entre cortado diciendo que el sombrero era de ella, esta solo asintió mientras la ve y extiende el sombrero a la joven para que lo tome. Al final ve su actitud cambiar y preguntar por su amo, así que tuvo que bajar la mirada con desgano porque estaba prohibido hablar mirando fijamente a los ojos a la gente superior a ella.- Mi amo no esta cerca, este me ha dejado dar un paseo luego de terminar con mis labores.- Expreso a al desconocida, que al parecer era una de las tantas personas con el gran complejo de superioridad solo por su color de piel.
- Me llamo Taís , señorita.- Dijo final mente, porque hace pregunta la hizo sentir un poco mal. ¿ Acaso por ser negra no tenia nombre? ¿ tenia el mismo nivel de un animal callejero para no gozar ni de un nombre? Se pregunto en sus adentro porque si lo pregunta a la joven podría meterla en problemas.
Escucho sus nuevas palabras y al ver su gesto, suspiro fuerte mente.- No puedo aceptarlo por mas que quisiera, las mujeres como yo no tenemos necesidad de usar sombrero tan finos como este porque paramos mas trabajando.- Se limito a expresar, mientras extiende el sombrero a su dueña para que lo tome.
Una mujer blanca se acerco a ella con el aliento entre cortado diciendo que el sombrero era de ella, esta solo asintió mientras la ve y extiende el sombrero a la joven para que lo tome. Al final ve su actitud cambiar y preguntar por su amo, así que tuvo que bajar la mirada con desgano porque estaba prohibido hablar mirando fijamente a los ojos a la gente superior a ella.- Mi amo no esta cerca, este me ha dejado dar un paseo luego de terminar con mis labores.- Expreso a al desconocida, que al parecer era una de las tantas personas con el gran complejo de superioridad solo por su color de piel.
- Me llamo Taís , señorita.- Dijo final mente, porque hace pregunta la hizo sentir un poco mal. ¿ Acaso por ser negra no tenia nombre? ¿ tenia el mismo nivel de un animal callejero para no gozar ni de un nombre? Se pregunto en sus adentro porque si lo pregunta a la joven podría meterla en problemas.
Escucho sus nuevas palabras y al ver su gesto, suspiro fuerte mente.- No puedo aceptarlo por mas que quisiera, las mujeres como yo no tenemos necesidad de usar sombrero tan finos como este porque paramos mas trabajando.- Se limito a expresar, mientras extiende el sombrero a su dueña para que lo tome.
Taís- Esclavo
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