hay ciertas flores que solo las podrás encontrar de noche (privado)

El estar en casa algunas noches llegaba a hacerse pesado en el momento que las mismas paredes parecia echarse encima de mi, algo que un vampiro tenia de malo era su eternidad y que siempre podia ser lo mismo pero por mas fuerza que le echara nada iba a cambiar a menos que no tomara cartas en el asuntos, sabia que mi aspecto joven traia a veces problemas para permanecer mucho tiempo en un mismo sitio pero aun asi habia algo en Paris que me ataba y debia de admitir que era muy hermosa y acogedora dependiendo de los lugares que fueras a parar. No todo es oro lo que reluce pero tampoco habia todo de malo en el momento que consigues encontrar algo que entretenga incluso un nuevo amigo... Hacia mucho que me habia ido y las personas que conocia ya no estaban por alli, era como si volviera a empezar de cero con lo que costaba.

Tome mi abrigo negro como la noche cargandolo sobre mis hombros para salir por los grandes portones de madera dejando detras de mi las pueras de mi casa y tras ella lo que siempre me abrumaba al llegar la noche. Podia llegar a ser una maldicion pero no por ello dejaria que pudiera conmigo cuando aun mi cabeza estaba sobre mis hombros y mas despierta que nunca, sabia que por las mañanas me perdia demasiado pero la noche es joven para mostrarme algunos de los placeres que podia llegar a ser demasiado exquisito en cada instante. Mis pasos se hacian notar en el camino escuchandose el gravilla en los zapatos chistar. Sonrei minetras mi cabeza volaba por muchos mas lugares de los que podia llegar a decir o ver, muerto corazon que permanecia en mi pecho sin ninguna funsion aparente.

En algunos aspectos extrañaba el poder sentir algo ya sea frio, el sabor de la comida que hacia que volviera a repetir la misma comida. Mantuve mi postura un momento y cuando quise darme cuenta estaba en pleno bosque avanzando hasta donde el sonido de las aguas hacian notar el movimiento con el viento. Camine hasta llegar al mismo lago donde me encontre una hermosa llanura donde la misma luna reflejada en las aguas dejaba un brillo que podia hasta dejarme sin palabras, mantuve el aliento inexistente. Visualice la figura de una joven al ver sus cabellos largos cayendo en su espalda y sus definidas curvas que se amoldaba a la hermosa estructura de este, me aproxime quedandome detras de ella con una sonrisa en los labios algo divertido. Tosi tapandome los labios con las manos.- Buenas noches... no cree que es demasiado peligroso este lugar para estar sola a estas horas?.- pregunte de forma indirecta.- Perdone si la he asustado.- me disculpe creando una distancia mas comoda para ella.- Pero me sorprende verla por aqui a estas horas...- extendi mi mano tomando la suya besando el dorso.- perdon mi descortesia, me llamo Owen Kuypers.-

Seguía refrescándose y comenzaba a cantar muy bajito una bella y triste melodía italiana, cuando sintió que alguien tosía a sus espalda, se sobresaltó y giró al mismo tiempo, que intentando ocultar sus senos de la mirada de cualquiera que se encontrara tras de ella y percatándose de que la blusa se había humedecido dejándolos transparentar, no tuvo mejor idea que taparse con la falda de su pollera, dejando expuestas sus largas y torneadas piernas, casi hasta la altura del muslo, pronto se dio cuenta de su erró, pero ya no podía remediarlo.

- Ay por Cristo, que susto me dio – se quejó al verlo poner distancia, alejándose un poco para darle más privacidad, gesto que agradó a Saskia, quien se sentía pillada en una falta grave. Tomó el chal que había quedado en el suelo a su lado y se cubrió el torso con él, acomodando luego sus faldas, no se ruborizo, porque nunca había sentido vergüenza de su cuerpo y ¿Por qué debía tenerlo, acaso no era una linda mujer?, se sonrió ante la preocupación del hombre por estar en mitad del bosque sola y de noche, le iba a contestar cuando el sujeto se apresuró a presentarse mientras pedía disculpas por su falta, le tomó su mano y se la besó.

- Así que Owen – pensó, mientras, le sonreía y correspondía a la presentación – Borgano, Saskia Borgano – dijo mientras se incorporaba, inspiró la fresca brisa, levanto sus brazos para rehacer el peinado de sus cabellos, entonces el chal subió a los hombros dejando expuestos por un momento la trasparencia de los senos que por el frío de la tela mojada y el viento del lago estaban demasiado visibles. Bajó lentamente sus brazos y se abrazó friccionándose con fuerza los antebrazos, - la brisa se ha vuelto demasiado fría ¿verdad? – le habló mientras recogía su canastita con las flores e inspeccionaba que no se estuvieran marchitando. Se recogió un mechón de pelo rebelde y se acercó al hombre, - no me parece peligroso, porque cualquier lugar lo puede ser, aun un jardín en mitad de un hermoso lago – dijo mientras con su delgado dedo índice, lo señalaba y tocaba el pecho del caballero, clavando sus ojos de avellana en los ajenos.

En aquellos ojos, vio un dejo de curiosidad, rió complacida – no soy bruja – la sonrisa seguía en su rostro iluminado por la bella luna – aunque crear perfumes a veces se ha pensado que era trabajo de ellas – caminó adentrándose por el senderó que rodeaba el lago, - ¿me acompaña?, me falta encontrar algunas flores más, que solo se pueden recoger en noches de luna como ésta – giró mientras seguía su camino esperando que él caballero la acompañara, - prometo que no lo morderé – volvió a reír, ella se daba cuenta que su compañero no era un ser común y corriente – ¿qué haría sino un hombre vestido tan elegantemente, con zapatos de calidad, en mitad de la nada? – caviló, a pesar de aquellas conclusiones no tuvo miedo.

Rei con cierta gracia ante sus palabras, al parecer ella sabia bien lo que hacia a esas horas y parecia defenderse tanto como su afilada lengua daba cabida a mis palabras dichas instantes antes. Pocas de las mujeres con las que me habia encontrado habian conseguido algo asi viniendo de mi mas que una sonrisa pero la joven me llamaba bastante la atencion y sobretodo ver que mas escondia su caracter que el rostro enmascaraba de la mejor forma posible. Podria parecer una hermosa y dulce joven que no hacia nada mas que tranquila pero algo me decia que era mucho mas que eso, habia fuerza en su mirada y era lo que estaba consiguiendo que me mantuviera donde mismo estaba y mi atencion fijo en su mirada. Me aproxime un poco mas tomando el dorso de su mano besandolo con suma delicadeza.

Sonrei algo mas dejando ver mis dientes.- Quizas vos no mordais... pero no podria prometer lo mismo de mi.- Rei ligeramente a una pequeña broma aunque quizas no fuera tan broma como podia parecer. Doncella nocturna de cabellos azabaches, diosa de la noche y ahora mismo de mi hora noctura, no la dejaria ir tan facilmente a menos de un proximo encuentro.- Creo que ambos nos ha apatecido lo mismo... la noche esta perfecta para ello.- baje la mirada para encontrarme con la suya antes de elevar su rostro para ver el manto de estrellas que los envolvia a ambos.- Quizas sea cosa del destido que nos invita a ser acompañantes por una noche.- nadie podia saber si habria mas noches como las que estabamos viviendo.

Me incline ligeramente como cortesia y permiso. Me llamo la atencion su comentario sobre que hacia perfumes, no habia conocido a nadie que los hiciera mas los que ya estaban en las tiendas.- Bueno bruja o no, permitame decirle lo hermosa que es.- unas palabras sinceras de un vampiro cuyo corazon estaba mas muerto que el mismo carcelero. Cuando nombro la luna eleve la mirada para verla y poco despues volver hacia la joven.- Que curioso, nunca habia escuchado de algo semejante, pero supongo que sabra cuidarse bien porque la noche atrae muchos peligros y una joven hermosa no creo que se quede sin recibir algun peligro en la noche.- sabia bien de lo que hablaba, hasta yo mismo podia ser peligroso para ella si se diera el caso pero agradecia tener saciada mi sed.

Me acomode a su lado observando el agua frente a nosotros.- y digame... que la trae por Paris? Y que flor es la que os hace falta en pleno bosque cerca de las aguas cristalinas?.- la curiosidad siempre habia sido uno de mis fallos pero quizas podia ayudarla mucho mejor si la conocia a cierto grado.- Espero poderle ser de ayuda, aunque no se demasiado sobre el tema de las plantas y perfumes.- confese algo nervioso llevandome la mano a la nuca subandola suavemente.- Ha venido sola a Paris?.- alce la ceja observandola como se movia a mi lado, me gustaba la gracia que tenia en su rostro y elegancia. Hasta el hecho de ver un manchon en su rostro a causa de sus manos manchadas algo que no pude evitar una ligera risa.- veo que se entrega a fondo cuando busca algo.- comente mientras llevaba mi dedo a su mejilla retirando la mancha. Observe mecerse con la brisa d ela noche algo gelida.- Creo que comienza a refrescar, deseais mi abrigo?.- le pregunte mientras me lo retiraba para entregarselo.- pongaselo, yo estoy bien, no tengo frio.- que podia sentir alguien que ya era frio de por si.

Saskia, volvió a acomodar ese mechón que persistente cubría sus ojos, con sus manos manchadas de tierra fresca, dejando un rastro en su mejilla. Lo miró con picardía cuando afirmó que podría ser él quien terminara mordiéndola, curvó su sonrisa, riendo con la boca y los ojos – es verdad las apariencias engañan – dijo, mientras pensaba en cierto ser sobrenatural que la había abandonado – prefiero siempre conocer la verdad desde el principio, mostrarme tal cual soy y que los demás hagan lo mismo – concluyó tornando su rostro en una expresión de seriedad.

Lo vio acercarse y preguntar las razones de su estadía en Paris, levantó una ceja expresando su sorpresa por haberla descubierto como una extranjera ya que ella no le había dicho de donde era, - pues se ve que mi asentó me delata como forastera, ¿verdad? – lo miró a los ojos, - pues estoy en Paris por que deseo comenzar una nueva vida, dejar todo atrás, olvidar los momentos desagradables – guardó su navaja cerrándola con cuidado luego de cortar una flor amarilla de pistilos rojos – ¿acaso no es maravilloso poder hacer borrón y cuenta nueva? Además tengo mi pequeña perfumería donde realizo perfumes especiales – habló mientras pensaba en aquellos que se convertían en armas muy solicitadas por diferentes personajes del ambiente parisino.

Owen, se veía interesado en ayudarla con la búsqueda de esa flor que necesitaba para crear el perfume para un cliente vampiro. Lo estudió concienzudamente, - ¿porque no? - pensó mientras escudriñaba los alrededores, - pues la flor se llama “sangre virgen” – se sonrió al darse cuenta en las curiosas formas de llamar a las plantas – es una flor pequeña como la mitad de mi palma – se tocó la mano y marcó con su dedo un pequeño círculo en ella – no mayor a este tamaño, de pétalos aterciopelados y de un color rojo brillante con pistilos blancos – levantó sus ojos y observó esa mirada que la observaba como un depredador a una presa por la cual siente curiosidad, sonrió algo inhibida por esos orbes, tragó saliva, - le agradezco por su ayuda, no se preocupe usted muéstreme cual flor encontró y yo le diré si es la que necesito – le sonrío.

Ella quedó algo cortada cuando, él le preguntó si había llegado sola a Paris, - pues en verdad, vine para abrir la perfumería, mi socio y su familia me ayudaron – dijo sin saber muy bien porque, sentía que debía darle una explicación y no simplemente decirle “y a usted que le importa”, pero no deseaba que el joven pensara que era una mujer liberal – ¿pero dime tonta que te pasa, que importa que pueda pensar de ti, acaso nos ha importado alguna vez en nuestras vidas? – se reprochó mientras, seguía buscando la flor que necesitaba.

Luego el hombre, comentó que la forma en que se entregaba al trabajo, era en cuerpo y alma, mientras lo hacía, Owen, llevó sus largos y finos dedos a la mejilla de Saskia, la suave caricia, de manos frías la hizo estremecer, no era por el frio de la noche, pero supuso que ella sentía ese escalofrió por el cambio de temperatura y galantemente le ofreció su abrigo, ella le iba a decir que no se preocupara, que soportaba fríos más intensos, pero dejó que le pusiera el abrigo en su espalda, - gracias - dijo mientras sus mejillas se arrebolaban.

Podia notar como la calidez emanaba de sus mejillas hacia el exterior dejando una agradable sensacion a mi mano que estaba posada en ella, sus ojos penetrantes como la misma noche en el bosque, labios carnosos pero a la vez se denotaban algo de peligro en ellos. Todo un rostro digno de admirar pero a la vez temer, una joven bruja nunca se sabe que puede pasar por su cabeza pero ahora mismo era una fuerte atraccion lo que me invitaba a probarlo. Hasta llegar un paso mas alla notando su cercania lo suficiente para estar en el momento preciso. Sonrei ligeramente.- Veo que las plantas y usted son una sola persona, no habia conocido a nadie con tanta sabiduria sobre ellas.- Comente con sinceridad mientras no me movia de mi lugar.- Porque no ha construido un invernadero y alli estaria segura teniendo toda clase de vegetacion bajo su mano.- era algo curioso ese hecho pero corria peligro si en vez de mi fuera otro vampiro incluso en la luna llena un lobo...

Incline ligeramente mi cabeza dejando mis labios entreabiertos mientras la observaba con detenimiento, sin apartar la vista de la suya como si fuera un reto de ambos.- Cuando me sea posible pasare por vuestra perfumeria para ver de cerca vuestro trabajo, incluso seguramente acabeis consiguiendo que compre mas de uno, no es verdad?.- pregunte con cierta gracia ante lo ultimo rompiendo el hielo existente pero sin perder el toque. Me aproxime aun mas como si la distancia fuera el mero hecho de correr peligro me incitaba a lograrlo, estaba tan cerca que podia notar como su pecho subia y bajaba contra el mio con un ligero roce.- Estais nerviosa?.- pregunte con un susurro suave.

Sonrei mientras mis dedos se deslizaban por su mejilla hasta terminar en sus labios rozando estos suavemente con la yema de mis dedos.- Os ayudare a buscar la flor si es lo que deseais.- Susurre suavemente mientras me apartaba lentamente pero solo un poco de ella por si tomaba algunas represalias a cuanto mi acercamiento y bien sabiendo que era yo quien lo habia provocado. Su aroma inundaba mis fosas nasales bastante extraño y dulce a la vez dejando tras de si una estela que incitaba a comerla de muchas de las formas posibles.-Vuestro aroma me tiene algo atontado debo de admitir, que es lo que pasa en estos momentos por el hecho de estar tan cerca como incrementado.-

Pasó su abrigo por sus hombros, la pesada tela, enseguida cubrió la delicada espalda femenina y rápidamente dio su calor. Saskia estaba atenta a todos los movimientos que él hacía, era verdad, hacía muy poco se había dado cuenta de que era una bruja y no iría diciéndolo a los cuatro vientos, pero aquel hombre conocía su secreto, ¿lo habría intuido? o ¿era parte de las habilidades de un vampiro? Mientras pensaba en ello, no dejaba de contemplar sus ojos, ese color tan particular que parecía digno de un dios pagano.

Saskia estaba turbada y no comprendía porqué Owen le provocaba sentirse indefensa haciendo que se convirtiera en alguien totalmente distinta, no le gustaba perder el control, siempre que lo había hecho tuvo que pagar grandes consecuencias. Bajó la mirada por un momento, mientras se mordía involuntariamente el labio, sus manos, apretaban con fuerza la canastita.

El vampiro mencionó la pasión que ella sentía sobre las plantas y los perfumes, Saskia sonrió volviendo a dirigir sus ojos a los ajenos, - si, amo crear perfumes, entiendo que la piel de cada uno sea especial, pero los perfumes nos permiten realzar esa belleza – se detuvo un segundo perdida en los orbes del vampiro, cerró los suyos lentamente y bajó la mirada – es verdad que a veces los usan para esconder la verdadera esencia de los seres, ¿pero acaso eso mismo no lo hacemos cuando hablamos? – lo sintió como se acercaba cada vez más.

El hombre le preguntó porque no tenía un invernadero en vez de ponerse en peligro buscando los elementos necesarios. Saskia sonrió tristemente y volvió a buscar su mirada, - no todas las flores soportan el cautiverio – miró esos labios entreabiertos por donde podía distinguir aquellos colmillo que de seguro servían para hacer mucho daño, le gustaba que en ningún momento él negara lo que era, volvió a concentrarse en su discurso – si fuera una flor, moriría si intentaran retenerme en un lugar por más bello y costoso que fuera - , al terminar de decir aquellas palabras recordó a su antiguo amante, el Conde Borromeo y su hermoso palacio rodeado de jardines solo para ella, pero en los que Saskia se había sentido una pieza más de colección, un esclavo del que abusar, negó con la cabeza mientras bajaba los brazos hasta dejar que colgaran vencidos a los lados de su cuerpo, - no sabes lo que es vivir preso, yo si – le dijo hablando con vehemencia y mirándolo a los ojos, manteniéndole la mirada queriendo encontrar en ellos, el alma encerrada, - en cambio hay otras que soportan ese encierro, son conformistas, tal vez mucho más hermosas que las salvajes, pero no por ello mejores – dijo en un susurro, - para ellas tengo un invernadero y puedes ir a visitarlo cuando quieras y seguro que te llevaras más de un perfume, prometo que lo podrás probar – le dijo con una sonrisa cargada de picardía.

El vampiro, se acercó a ella, haciendo que su pulso y respiración se dispararan, definitivamente estaba a punto de perder el control, tragó saliva y lo contempló algo asustada, cuando le preguntó si estaba nerviosa, contestó sin pensar moviendo su cabeza de forma afirmativa – no, en verdad solo apurada en encontrar la flor – dijo intentando corregir su error, debía darle una excusa rápida antes que él se percatara de lo que sucedía en su interior. Los dedos del hombre nuevamente tocaron su mejilla deslizándose por ellas hasta rosar y delinear sus labios, Saskia abrió grande sus ojos mirándolo con interrogación, - que era lo que él pretendía – pensó.

Él le propuso continuar buscando la flor, ella ya se había olvidado de que flor necesitaba, solo estaba atrapada entre ese pecho masculino que se acercaba por momentos y se alejaba al instante, volvió a sentirse pequeña en cuanto él se alejó y cuando Owen expresó lo que su ser le provocaba, ella tragó saliva, ya que de alguna forma le pasaba lo mismo.

No tendia bien a lo que referia con las flores, a pesar de ser algo hermoso nunca los había visto con otros ojos al menos no como los de ella. Eran diferentes puntos de vista y se estaba viendo claramente por la pasión con la que nombraba las flores y las plantas. Los perfumes nunca habían sido llamativos para mi, siempre había sido mas de visual que de olores pero desde que soy vampiro el olor natural es lo que me llama a muchas cosas. Lo dulce que huele una persona sin ser artificial de forma por un perfume. Me lograba inundar las fosas nasales de nuevos aromas que resultaban en muchas ocasiones molestos al ser tan fuertes. Cada uno tenia sus hobbies y eran muy posibles que ninguno entendiera personalmente a una persona cuando hablaba de lo que el gustaba o quizás lo viéramos como algo extraño que no podía ser de esa forma. Las flores no les había visto al menos la preparación, sabia que se usaban para perfumes pero no una persona que usara ese don o al menos es como lo podía ver, no todos tenían esa sabiduría en cuanto a las flores que se debía de tomar y cuales no. Solo llegábamos a ver lo superficial pero no lo especial que tuviera alguna.

En mi vida pocas veces había escuchado de los perfumes, mas el olor especial que emanaba de mi madre cuando me tenia en brazos pero todo eso había quedado atrás y nunca mas había logrado disfrutar de un aroma como el suyo. Tan único podía llegar a ser el perfume de la persona para que nadie pudiera mantener o crear uno igual que consiguiera mantenerme en el pasado el tiempo suficiente para ver su rostro una vez mas. Ya no la podía recordar con claridad, era como si se tratara de un fantasma porque no podía visualizarla algo que me altero algo pero enseguida disipe de mi mente para que no se notara que había estado extraído de donde me encontraba. Un profundo suspiro abandono mis labios.- Supongo que esa sabiduría lo ha conseguido a lo largo de los años y no es nada fácil aprender lo que tanto sabe sobre las flores. No había conocido a alguien con tanta sabiduría sobre ellas.- Admiti como mismo había pensado mientras la seguía observando.- La admiro en ese sentido y saber las capacidades de las flores con sus aromas.- Sonrei ligeramente mientras intentaba distinguir bien su aroma. Rei ligeramente ante su pregunta.- Supongo que cada uno sabe lo que debe esconder.-

La eternidad no me había brindado muchas oportunidades como la que tenia frente a mi, pero también podía saber que no era una simple humana con lo cual me tenia prendado de descubrir lo que mantenía en su cabeza, tanta humanidad y a la vez un corazón que bombeaba con fuerza y hacia imaginar el fluir de su sangre por sus venas, arterias… dirigiéndose a su corazón. Tome profundamente aire notando el dulce aroma que desprendia su cuerpo lo que hacia que estuviera tan cerca como si fuera a comérmela en ese momento pero solo tuve cuidado con la cercanía y mi control.-Quizas estar en cautiverio no sea lo mejor pero si se lo que es estar siempre encarcelado sin poder avanzar.- Comente con amargura en mi boca, tener una eternidad congelada no era lo mejor para una persona, ya que siempre estarías ahí pero todo a tu alrededor cambiaba constantemente y por seguridad huir antes de que se dieran cuenta de que tu no lo estabas haciendo. Realidad congelada lo llamaba ya que quien siempre seguiría asi era yo.- Cada uno tiene una cárcel de la cual no puede escapar y no todas son muros de piedra.- afirme pensando en los mios que eran del mismo tiempo mas solido que los hierros de las mazmorras.

Asenti ligeramente ante sus palabras, bien sabia que tenia razón en cuanto a la vida que era creada salvajemente siguiera asi. Pero no todo el mundo lo entendia de la forma que lo estaba haciendo ella. Los cazadores seguían cazando para mantener con vida a las personas dándoles de comer, incluso los ganaderos morían por dar de comer a los de mas alta cuna. Algo que no era muy lógico pero tampoco justo. Incline ligeramente mi cuerpo aproximándome a su cuello donde se intensificaba su aroma para recogerlo ligeramente, me incopore para volver a sus ojos.- El perfume que usais es embriagador.- Susurro suavemente mientras su mano volvia a dar una suave caricia sobre esta hasta que su pulgar rozo los labios ajenos en un pequeña caricia.- Supongo que las flores os tienen tanta envidia que os regalan sus mil aromas para que sean reflejados atraves de vos.-Sonrei ligeramente posando mis labios sobre los suyos momentaneamente antes de separarme.

A Saskia le provocó una sensación de profundo bienestar permanecer al lado de aquel hombre, no tenía que ver con un sentimiento de sexualidad básico, como a veces le pasaba con algún juguete, como ella le decía a sus amantes, sino el encontrar a un ser que era un estímulo para su mente, para su inteligencia. Lo observó detenidamente, - que estará pensando – se dijo cuando en un momento parecía que la mente y el espíritu del vampiro habían volado muy lejos de ella, - seguramente en alguien de su pasado, habrá mucho por recordar cuando se tiene una eternidad para no olvidar – suspiró con tristeza, no quería que algo que ella hubiera dicho lo pusiera mal, lo llenara de dolor o nostalgia.

Cuando el vampiro volvió a la realidad sus ojos estaban cargados de añoranzas, - ojalá me contaras que es lo que viste en tu viaje al pasado – le dijo mentalmente, mientras se mordía levemente la comisura de sus labios, ella no tenía nada agradable que recordar, en verdad, tenía demasiadas experiencias por olvidar.

Debería haber querido huir del sobrenatural, pero por el contrario su presencia, su compañía la alentaban a tratar de conocer más al ser que era un hijo de la noche. Las palabras de él la sorprendieron, -...estar siempre encarcelado sin poder avanzar- repitió mentalmente la frase del vampiro, vivir siempre en un mismo lugar y ver pasar la vida, los amigos, los amores, perderlos una y otra vez, se imaginó a si misma pasado unos cincuenta años, - él estará igual que esta noche, pero yo seré una anciana – pensó desanimada, - unos años más, y entonces me convertiría en un recuerdo, escondida bajo una lápida, mientras que Owen seguirá así – se dijo, todo lo vivido, los sentimientos, todo sería un doloroso recuerdo y con el tiempo, ni siquiera eso, - es verdad, hay cárceles mucho más pesadas de sobrellevar – le dijo sonriéndole tristemente.

Lo sintió tan cerca de su piel que ésta se erizo, temblaba nerviosa y asustada como un pequeño conejo que no sabía por dónde escapar, lo sintió oler su perfume y alabarlo, sonrió – es un perfume que hice de las rosas de mi jardín, allá donde nací – quiso seguir hablando pero él no le prestaba atención, estaba concentrado en lo que percibía, su mano acarició el cuello, la mejilla y los labios de Saskia, la hicieron callar y a la vez abrir un poco más su boca mostrando esos dientes blancos y bellos, los labios se le secaron y con su lengua los humedeció, suspiró e intentó obtener el aire suficiente para no marearse, pues la cercanía de aquel hombre le provocaban pequeños sobresaltos en el corazón. Entonces sintió los labios masculinos unirse a los suyos, presionarlos, invitándolos a un dialogo diferente, el mareo la atrapó y por no caer se aferró a los brazos del hombre, los colmillos del vampiro rosaron sus labios y Saskia se dio cuenta que le temía, hizo algo muy extraño, y a la vez que podía llevarla a ser una víctima de aquel ser, hundió su cabeza en el cuello de Owen, - por favor, tengo miedo – le estaba siendo totalmente sincera, no quería sentir un cariño por un ser como él, ya había sufrido por aquél que la abandonara y el solo hecho de pensar en la posibilidad de volver a vivir algo parecido la hizo llorar, - solo necesito que seáis, suave y me permitáis conoceros – no lo miró, solo se mantuvo abrazada a él, sintiendo aquella agradable sensación de seguridad que el cuerpo fuerte y masculino de aquel ser le provocaba, suspiró mientras cerraba sus ojos y dejaba que los segundos transcurrieran.