AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Pintando mi Campo de Frutillas
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Pintando mi Campo de Frutillas
"Caminaba por la calle rapidamente, pasando a empujones entre la cantidad de gente que aguantaba la Plaza, yo iba llegando tarde hacia mi encuentro artístico de pinturas surrealistas con mis trabajos en mano....y veia que la gente se apelotonaba en el lugar, para contemplar los diversos trabajos de artistas independientes, y/o los más famosos...grandes figuras del arte contemporáneo se divisaban en aquel salón principal.
Yo, un artista promedio, que comenzaba por primera vez una exposicion de ese tipo, con pinturas en acuarela y óleo, estaba en medio de esas personas que sabían mucho más que yo, de arte...
Solitariamente elegí un espacio para exhibir mis trabajos, mientras colgaba un cuadro, hecho a óleo de un diseño indescriptible, un individuo desconocido se acercó a observar mis trabajos....
-Eres apenas un principiante...-dijo en tono serio
Yo avergonzado, y con los nervios de punta me di vuelta y le respondí a tiritones: -Si señor, soy principiante...es mi primera exhibición- le confesé sin molestarme
-No entiendo lo que quieres expresar...eres solo un tipo confundido- finalizó y se fue.
El tipo ya me había sacado la neura, pues puse mucho de mi esfuerzo en las pinturas, si no le gustó mi arte tampoco debió haberme dicho nada…y menos mal que ya se había largado osino no le hubiera respondido de muy buena manera. Mientras pensaba en lo que aconteció, y resumía que: "estas cosas pasan..." Apareció otra persona y cabizbajo miré con vergüenza, estaba muy callado, y me pregunté si le molestaría mi silencio, si querría hacer alguna pregunta o decirme alguna cosa...
Era un hombre joven, pero quizás más adulto que yo, vestía formalmente, con traje negro de esa tela brillante, y usaba un rosa roja natural de adorno en el bolsillo...me burlaba para mis adentros diciendo que se lo pidió prestado a su bisabuelo...mientras el observaba mis pinturas, yo observaba su apariencia, era muy extraño, por un momento pensé que era un tipo disfrazado, pero al parecer así se vestía...
Andaba con las manos tomadas por atrás, avanzaba despacio, a paso elegante, al parecer le interesaba mi trabajo, miraba con atención la pintura de mi soñada mujer desnuda, que había terminado hace poco...Hasta que por fin se dio cuenta de mi presencia, pues realmente se produjo en él lo que yo deseaba que se le produjera a todos, mientras miran mis pinturas, se había ido del mundo...me sentí realizado.
-Me llamó mucho la atención la pintura de la mujer...tus trazos son inquietos, y desesperantes...nerviosos... ¿te daba vergüenza pintarla?- me preguntó obsesionado con el tema.
-La verdad, es que temía un poco de su presencia, pues si la encontrara en mi vida cotidiana no sé qué es lo que haría, pues la amo.- respondí esperando a ver si entendía mis expresiones.
-Entiendo, aunque no respondiste mi pregunta...dime ¿Por qué has decidido pintar surrealismo-preguntó con curiosidad el sujeto
-Pues porque me lleva de las cosas mundanas, me saca de la realidad...hacia otra eternidad-
-Cómo te llamas chiquilllo, no serás muy joven para estar aquí, exhibiendo tu arte?- me preguntó observándome de pies a cabeza.
-Mi nombre es Demian...y la verdad…tengo 38 años.- le dije algo cortante
-Oh! disculpad mi error...-rió- bueno...tus trabajos me han gustado bastante...me "han sacado de la realidad"...-se burló de mi, sarcásticamente. y se fue.
Aquel acontecimiento quedó marcado en mi mente como un pincel duro y seco, el cual nunca más se volvió a ocupar. Nunca más volví a ver ese hombre. Pero, volvía a aparecer en mis pinturas, pues fue la primera vez, que sentí realmente que alguien, sabía lo que en verdad eran mis trazos. Y asi fue cuando pensé que algún día yo lo dibujaría y pintaría a él, si...viendo mis trabajos, plasmando en una tela, exactamente lo que sucedió ese día."
Y lo hice, lo hice cuando en aquel día nublado, en la misma plaza, tomé mis herramientas de trabajo...y lo pinté...Si, era él, tal y como yo lo conocí...con esa ropa extravagante y añeja, y con la mirada atenta. Me salió a la perfección.
Mientras observaba mi nueva creación, una mujer se hallaba sentada frente al lago con mirada triste, ya que soy pintor, me detengo mucho a observar ese tipo de cosas en las personas, es mi trabajo sacar lo más invisible para el hombre y plasmarlo en una tela de distintas formas, y agregarle sentimientos a tal obra...
Yo, un artista promedio, que comenzaba por primera vez una exposicion de ese tipo, con pinturas en acuarela y óleo, estaba en medio de esas personas que sabían mucho más que yo, de arte...
Solitariamente elegí un espacio para exhibir mis trabajos, mientras colgaba un cuadro, hecho a óleo de un diseño indescriptible, un individuo desconocido se acercó a observar mis trabajos....
-Eres apenas un principiante...-dijo en tono serio
Yo avergonzado, y con los nervios de punta me di vuelta y le respondí a tiritones: -Si señor, soy principiante...es mi primera exhibición- le confesé sin molestarme
-No entiendo lo que quieres expresar...eres solo un tipo confundido- finalizó y se fue.
El tipo ya me había sacado la neura, pues puse mucho de mi esfuerzo en las pinturas, si no le gustó mi arte tampoco debió haberme dicho nada…y menos mal que ya se había largado osino no le hubiera respondido de muy buena manera. Mientras pensaba en lo que aconteció, y resumía que: "estas cosas pasan..." Apareció otra persona y cabizbajo miré con vergüenza, estaba muy callado, y me pregunté si le molestaría mi silencio, si querría hacer alguna pregunta o decirme alguna cosa...
Era un hombre joven, pero quizás más adulto que yo, vestía formalmente, con traje negro de esa tela brillante, y usaba un rosa roja natural de adorno en el bolsillo...me burlaba para mis adentros diciendo que se lo pidió prestado a su bisabuelo...mientras el observaba mis pinturas, yo observaba su apariencia, era muy extraño, por un momento pensé que era un tipo disfrazado, pero al parecer así se vestía...
Andaba con las manos tomadas por atrás, avanzaba despacio, a paso elegante, al parecer le interesaba mi trabajo, miraba con atención la pintura de mi soñada mujer desnuda, que había terminado hace poco...Hasta que por fin se dio cuenta de mi presencia, pues realmente se produjo en él lo que yo deseaba que se le produjera a todos, mientras miran mis pinturas, se había ido del mundo...me sentí realizado.
-Me llamó mucho la atención la pintura de la mujer...tus trazos son inquietos, y desesperantes...nerviosos... ¿te daba vergüenza pintarla?- me preguntó obsesionado con el tema.
-La verdad, es que temía un poco de su presencia, pues si la encontrara en mi vida cotidiana no sé qué es lo que haría, pues la amo.- respondí esperando a ver si entendía mis expresiones.
-Entiendo, aunque no respondiste mi pregunta...dime ¿Por qué has decidido pintar surrealismo-preguntó con curiosidad el sujeto
-Pues porque me lleva de las cosas mundanas, me saca de la realidad...hacia otra eternidad-
-Cómo te llamas chiquilllo, no serás muy joven para estar aquí, exhibiendo tu arte?- me preguntó observándome de pies a cabeza.
-Mi nombre es Demian...y la verdad…tengo 38 años.- le dije algo cortante
-Oh! disculpad mi error...-rió- bueno...tus trabajos me han gustado bastante...me "han sacado de la realidad"...-se burló de mi, sarcásticamente. y se fue.
Aquel acontecimiento quedó marcado en mi mente como un pincel duro y seco, el cual nunca más se volvió a ocupar. Nunca más volví a ver ese hombre. Pero, volvía a aparecer en mis pinturas, pues fue la primera vez, que sentí realmente que alguien, sabía lo que en verdad eran mis trazos. Y asi fue cuando pensé que algún día yo lo dibujaría y pintaría a él, si...viendo mis trabajos, plasmando en una tela, exactamente lo que sucedió ese día."
Y lo hice, lo hice cuando en aquel día nublado, en la misma plaza, tomé mis herramientas de trabajo...y lo pinté...Si, era él, tal y como yo lo conocí...con esa ropa extravagante y añeja, y con la mirada atenta. Me salió a la perfección.
Mientras observaba mi nueva creación, una mujer se hallaba sentada frente al lago con mirada triste, ya que soy pintor, me detengo mucho a observar ese tipo de cosas en las personas, es mi trabajo sacar lo más invisible para el hombre y plasmarlo en una tela de distintas formas, y agregarle sentimientos a tal obra...
Demian- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 28
Fecha de inscripción : 08/12/2012
Edad : 50
Localización : Liverpool, Inglaterra
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Re: Pintando mi Campo de Frutillas
Caminar, caminar y caminar. Siempre le había gustado caminar, pero siempre lo había hecho con una imagen en la cabeza que ahora no tenía, solo lo hacía por hacerlo. Buscaba algo pero no sabía el qué. ¡Pero lo sabría cuando lo encontrara! Si sucedía, claro estaba.
Y sus pasos se detuvieron al llegar a aquella plaza. Sus sentidos se vieron atraídos por aquel olor y se acercó con cuidado al lugar de dónde provenía hasta encontrarse con aquella silueta con aquel lienzo y esa imagen que parecía bastante peculiar... o tal vez no. No lo sabía, él de pintura no sabía nada. Antes no se había preocupado por el arte y noe s que hubiese vivido suficiente como para haber aprendido lo que no había visto en su vida.
Estaba detrás, a unos cuantos pasos y se puso en cuclillas viendo a través del hombro de ese hombre, la pintura y más allá a la mujer sentada que en realidad no le importaba -Pareces satisfecho - Dijo solo notando sus movimientos -¿Te gusta lo que has hecho? Escuché algo curioso de los pintores y dibujantes ¿Será cierto? - Pero uno escucha comentarios por todos lados. Tomó el sombrero que llevaba en las manos, un sombrero de copa negro, uno como el de su abuelo, y se lo puso en un ágil movimiento de manos, mientras sostenía el bastón que no necesitaba entre sus manos, más frías que el mismo metal helado que sostenían.
Cuando un hombre ha perdido la razón que tenía para mantener su cordura, entonces todo parece tan distorsionado y las razones poco importan. Las cosas se tornaban interesantes en un parpadeo y perdían ese toque tan rápido como las ganaban también. Sonrió de medio lado, como últimamente solía hacerlo. Un dejo de cinismo o tal vez de sarcasmo.
Él, lo que veía en ese momento, le agradaba, un cuadro que no estaba pintado, que se movía frente a sus ojos. Una persona que plasma sobre un papel o un pedazo de tela u otros materiales, una imagen que se queda estacionada en el tiempo. Eso le gustaba, las manos que podían crearlo. Nunca lo había intentado, pero tal vez se animara después a hacerlo.
Le gustaba el arte, tanto como había podido estar en contacto con ello, no conocía de técnicas, pero a él soo le importaba una cosa al ver una pintura, si le gustaba o no, y realmente no importaba si no pudiese entender lo que había sido plasmada en ella. Si sus ojos mostraban esa chispa de curiosidad o de asombro, eso era la diferencia.
Señaló, como un niño el cuadro que el hombre observaba -¿Quién es? -Preguntó, pues la imagen tenía algo que le llamaba la atención, no sabía si eran los colores, las formas o algo más, pero quería saber más. Tenía algo peculiar el artista también, ahora que se había acercado podía notarlo. El aroma de lo que utilizaba estaba impregnado en él, pero debajo de ello pudo notarlo, que no era humano. El latido de su corazón, las cosas que hacían particulares a uno de ellos, incluso siendo inexperto podía saberlo. Se recargó en sus rodillas mientras esperaba su reacción, sus respuestas o algo más que hubiese.
En sus memorias, que se perdían en sus siniestras formas. Había olvidado en ese momento cualquier cosa, siempre huyendo de quien había sido, pues poco importaba ahora. No necesitaba ser nada ni nadie, pues ya no era más que una sombra, alguien que vivía al menos en la oscuridad. Y le epezaba gustar. Incluso si sentía esa sed sofocante a veces, empezaba a encontrarle un sentido extraño a vivir de esa forma.
Y sus pasos se detuvieron al llegar a aquella plaza. Sus sentidos se vieron atraídos por aquel olor y se acercó con cuidado al lugar de dónde provenía hasta encontrarse con aquella silueta con aquel lienzo y esa imagen que parecía bastante peculiar... o tal vez no. No lo sabía, él de pintura no sabía nada. Antes no se había preocupado por el arte y noe s que hubiese vivido suficiente como para haber aprendido lo que no había visto en su vida.
Estaba detrás, a unos cuantos pasos y se puso en cuclillas viendo a través del hombro de ese hombre, la pintura y más allá a la mujer sentada que en realidad no le importaba -Pareces satisfecho - Dijo solo notando sus movimientos -¿Te gusta lo que has hecho? Escuché algo curioso de los pintores y dibujantes ¿Será cierto? - Pero uno escucha comentarios por todos lados. Tomó el sombrero que llevaba en las manos, un sombrero de copa negro, uno como el de su abuelo, y se lo puso en un ágil movimiento de manos, mientras sostenía el bastón que no necesitaba entre sus manos, más frías que el mismo metal helado que sostenían.
Cuando un hombre ha perdido la razón que tenía para mantener su cordura, entonces todo parece tan distorsionado y las razones poco importan. Las cosas se tornaban interesantes en un parpadeo y perdían ese toque tan rápido como las ganaban también. Sonrió de medio lado, como últimamente solía hacerlo. Un dejo de cinismo o tal vez de sarcasmo.
Él, lo que veía en ese momento, le agradaba, un cuadro que no estaba pintado, que se movía frente a sus ojos. Una persona que plasma sobre un papel o un pedazo de tela u otros materiales, una imagen que se queda estacionada en el tiempo. Eso le gustaba, las manos que podían crearlo. Nunca lo había intentado, pero tal vez se animara después a hacerlo.
Le gustaba el arte, tanto como había podido estar en contacto con ello, no conocía de técnicas, pero a él soo le importaba una cosa al ver una pintura, si le gustaba o no, y realmente no importaba si no pudiese entender lo que había sido plasmada en ella. Si sus ojos mostraban esa chispa de curiosidad o de asombro, eso era la diferencia.
Señaló, como un niño el cuadro que el hombre observaba -¿Quién es? -Preguntó, pues la imagen tenía algo que le llamaba la atención, no sabía si eran los colores, las formas o algo más, pero quería saber más. Tenía algo peculiar el artista también, ahora que se había acercado podía notarlo. El aroma de lo que utilizaba estaba impregnado en él, pero debajo de ello pudo notarlo, que no era humano. El latido de su corazón, las cosas que hacían particulares a uno de ellos, incluso siendo inexperto podía saberlo. Se recargó en sus rodillas mientras esperaba su reacción, sus respuestas o algo más que hubiese.
En sus memorias, que se perdían en sus siniestras formas. Había olvidado en ese momento cualquier cosa, siempre huyendo de quien había sido, pues poco importaba ahora. No necesitaba ser nada ni nadie, pues ya no era más que una sombra, alguien que vivía al menos en la oscuridad. Y le epezaba gustar. Incluso si sentía esa sed sofocante a veces, empezaba a encontrarle un sentido extraño a vivir de esa forma.
Aaron Denhim- Vampiro Clase Media
- Mensajes : 49
Fecha de inscripción : 14/11/2012
Re: Pintando mi Campo de Frutillas
Siguiendo con mis observaciones, me percaté inmediatamente de otra figura, de otro ente...de un alguien más...
Ladeé mi cabeza para divisarlo a lo lejos, y me estaba observando, supe enseguida que éramos de un mismo origen... el vampirismo.
Al parecer se había detenido a observar mi pintura, de aquel hombre que jamás volví a ver, pero que desde su hinóspita presencia y opinión valoró mi trabajo, y se allegó a él. Me estaba sucediendo de nuevo, ese sentimiento de orgullo y satisfacción pero ahora era con aquel hombre de sombrero negro de copa que se detuvo preguntando al aire.
De un momento se acercó, con la rapidez perfecta que se posee, esa limpia rapidez que no dan ganas de preguntar el por qué asi, de esa forma.
-Este un hombre quien se reencontró una vez con ella- dije al aire, metafóricamente, mientras miraba como estaba quedando mi trabajo. -Y esta, una mujer llenadora y hermosa, es ... mi amada Beatriz-
Beatriz, asi se llamaba, asi le había puesto por nombre... a la mujer que anhelaba y con la que soñaba todos los días, que se ha ganado mi amor y pasión al momento en que nació de mi mente bosquejarla, es mi mayor inspiración en todo. No tengo bien claro tampoco si es mujer enteramente, ya que tiene un poco de todos los géneros habidos y por haber, ni tampoco si es que existe o no...
Pero allí está, plasmada en la tela, asi como en muchas otras más, observada por el hombre al quien le debo un gracias, esa es simplemente la pintura.
A quien pregunta, se le responde no? y eso fue lo que hice al vampiro que tenia sus ojos puestos sobre mi arte y quizás en un leve suspiro...puestos sobre mi. Aunque meramente él estaba allí para conseguir alguna cosa que hacer, ya que sus ojos no reflejaban una búsqueda exterior o interior, y si me equivoco, pues me equivoco.
-La pintura tiene nombre, por si os desais saberlo...- agregué sonando profesionalmente - ...pero no tiene precio - hice una pequeña pausa - ..es lo que agrego a su pequeña descripción -finalicé
Le regalé una sonrisa amigable, un detalle para evitar las hostilidades y evitar también mis preguntas desesperadas de saber si el arte le ha llegado.
Ladeé mi cabeza para divisarlo a lo lejos, y me estaba observando, supe enseguida que éramos de un mismo origen... el vampirismo.
Al parecer se había detenido a observar mi pintura, de aquel hombre que jamás volví a ver, pero que desde su hinóspita presencia y opinión valoró mi trabajo, y se allegó a él. Me estaba sucediendo de nuevo, ese sentimiento de orgullo y satisfacción pero ahora era con aquel hombre de sombrero negro de copa que se detuvo preguntando al aire.
De un momento se acercó, con la rapidez perfecta que se posee, esa limpia rapidez que no dan ganas de preguntar el por qué asi, de esa forma.
-Este un hombre quien se reencontró una vez con ella- dije al aire, metafóricamente, mientras miraba como estaba quedando mi trabajo. -Y esta, una mujer llenadora y hermosa, es ... mi amada Beatriz-
Beatriz, asi se llamaba, asi le había puesto por nombre... a la mujer que anhelaba y con la que soñaba todos los días, que se ha ganado mi amor y pasión al momento en que nació de mi mente bosquejarla, es mi mayor inspiración en todo. No tengo bien claro tampoco si es mujer enteramente, ya que tiene un poco de todos los géneros habidos y por haber, ni tampoco si es que existe o no...
Pero allí está, plasmada en la tela, asi como en muchas otras más, observada por el hombre al quien le debo un gracias, esa es simplemente la pintura.
A quien pregunta, se le responde no? y eso fue lo que hice al vampiro que tenia sus ojos puestos sobre mi arte y quizás en un leve suspiro...puestos sobre mi. Aunque meramente él estaba allí para conseguir alguna cosa que hacer, ya que sus ojos no reflejaban una búsqueda exterior o interior, y si me equivoco, pues me equivoco.
-La pintura tiene nombre, por si os desais saberlo...- agregué sonando profesionalmente - ...pero no tiene precio - hice una pequeña pausa - ..es lo que agrego a su pequeña descripción -finalicé
Le regalé una sonrisa amigable, un detalle para evitar las hostilidades y evitar también mis preguntas desesperadas de saber si el arte le ha llegado.
- Spoiler:
- Off: Te agradezco e que te hayas unido a mi tema, gracias en verdad
Demian- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 28
Fecha de inscripción : 08/12/2012
Edad : 50
Localización : Liverpool, Inglaterra
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Re: Pintando mi Campo de Frutillas
-Alguien una vez me dijo que las obras de arte no tienen precio... que cuando se les pone una cantidad de dinero no es la pintura, escultura o de lo que se trate lo que se está vendiendo- sonrió de una forma un tanto extraña. Recordaba las palabras, pero su mente se negaba a traer la imagen de quien las había pronunciado un día, cuando observando una exposición el había dicho algún comentario sobre ello.
La imagen del cuadro, la mujer que él había por bien nombrado Beatriz, le recordaba algo que se negaba de algún modo a admitir. Lo que le transmitía aquello no era sino una nostalgia hacia alguien que ya no vivía, pero que en su mundo muy particular, se negaba a dejar ir, y para ello, negaba una realidad que había sido. Ser un vampiro, eracomo tomar una existencia nueva, olvidándose de todo aquello, olvidándose y a la vez, recordándolo por siempre aunque estuviese tal vez en algún lugar recóndito de su mente, palpable, latente, pero que él no permitiría salir a flote. Prefería la locura que había venido al final de sus días y que se había llevado ese sufrimiento a algún lugar lejano.
Era ella misma quien le había dicho eso, pero si se lo preguntaban, diría que había sido alguien a quien no recordaba y con rareza sería cierto. No recordaba su rostro porque no quería hacerlo, no recordaba su vida porque era mejor así.
-Pero también dicen que todo tiene un precio en este mundo - Se irguió caminando por detrás de él, aún observando el lienzo, no podía quitar sus ojos de él. No es que quisiera comprarlo, no, no era necesario. Si quería podía recordarlo, evocar lo que veía en ese momento, después si lo quería. No le gustaba acumular cosas, porque probablemente solo las tendría en la enorme casa y las terminaría olvidando y arrumbando por ahí en alguna de aquellas que parecían vacías habitaciones -la obra o el autor, no sé cuál, ni cómo.... pero debe haber algo para ti que valga lo suficiente - No porque fuese dinero, tal vez el pudiese entregar lo que hacía a alguien específico sin recibir algo que pudiese tocarse. Incluso algo tan efímero como una sonrisa o algo de ese tipo, había visto cosas parecidas a eso en algún momento.
En un rápido ysutil movimiento se sentó a su lado observando las facciones de su rostro con suma atención, como si buscara algo en ello.
La imagen del cuadro, la mujer que él había por bien nombrado Beatriz, le recordaba algo que se negaba de algún modo a admitir. Lo que le transmitía aquello no era sino una nostalgia hacia alguien que ya no vivía, pero que en su mundo muy particular, se negaba a dejar ir, y para ello, negaba una realidad que había sido. Ser un vampiro, eracomo tomar una existencia nueva, olvidándose de todo aquello, olvidándose y a la vez, recordándolo por siempre aunque estuviese tal vez en algún lugar recóndito de su mente, palpable, latente, pero que él no permitiría salir a flote. Prefería la locura que había venido al final de sus días y que se había llevado ese sufrimiento a algún lugar lejano.
Era ella misma quien le había dicho eso, pero si se lo preguntaban, diría que había sido alguien a quien no recordaba y con rareza sería cierto. No recordaba su rostro porque no quería hacerlo, no recordaba su vida porque era mejor así.
-Pero también dicen que todo tiene un precio en este mundo - Se irguió caminando por detrás de él, aún observando el lienzo, no podía quitar sus ojos de él. No es que quisiera comprarlo, no, no era necesario. Si quería podía recordarlo, evocar lo que veía en ese momento, después si lo quería. No le gustaba acumular cosas, porque probablemente solo las tendría en la enorme casa y las terminaría olvidando y arrumbando por ahí en alguna de aquellas que parecían vacías habitaciones -la obra o el autor, no sé cuál, ni cómo.... pero debe haber algo para ti que valga lo suficiente - No porque fuese dinero, tal vez el pudiese entregar lo que hacía a alguien específico sin recibir algo que pudiese tocarse. Incluso algo tan efímero como una sonrisa o algo de ese tipo, había visto cosas parecidas a eso en algún momento.
En un rápido ysutil movimiento se sentó a su lado observando las facciones de su rostro con suma atención, como si buscara algo en ello.
- Spoiler:
- Off: siento la tardanza, vi que te fuiste de ausencia pero que ya regresaste.
Aaron Denhim- Vampiro Clase Media
- Mensajes : 49
Fecha de inscripción : 14/11/2012
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