AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Huellitas Pillinas (Melanya)
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Huellitas Pillinas (Melanya)
Un día igual como todas, solo que esta vez la luz de la luna ilumina el parque haciendo casi dificil la tarea de ganarse dinerito fácil...que de costumbre, una que otra nube en el cielo anunciando quizás algo de lluvia pero no, no hubo el caer de las gotas de agua del cielo, al contrario solo se mostraba un camino para los seres ocultos de las sombras…y no solo me refiero a los mosquitos que se alimentan de sangre si no a los pulgosos de cuatro patas...y algunos que otros ladronzuelos, al menos animales que suelen robar a las personas incautas.
La noche comienza conmigo unan niña hermosa de 8 añitos caminando por las calles parisinas…¿buscando? Buscando líos y diversión…así voy vagando hasta llegar a medio parque jugando con mis manos en mi vestido…a mi padre le encanta vestirme como “muñeca” y si no lo puedo negar que me gusta pues me veo muy inocente y eso ayuda si quieres meter tus manos en las pertenencias de los demás…era un inocente animalito a robar…bah pamplinas a que era una chicuela muy pillina acercándome a los puestos…y las tiendas mirando a todos con unos ojos dulces y una sonrisa muy tierna
Un hombre con un reloj de oro puro se paró par ser atendido, más para desgracias tenía un perro…pero nah...eso no me detuvo...al contrario me animó a acercarme y empezar a preguntarle cosas sin sentido, como ¿Qué hacía? ¿Por qué compraba? ¿Dónde vivía? ¿Si su perro era suyo? ¿Cuántos años tenía con el perro?...cosas que se me venían a la mente y no tenían nada que ver con lo que quería…lo miré y me pegué a ese hombre por su perro “porque me había llamado la atención”…cuando salimos de la tienda dimos unos cincuenta pasos más o menos hasta que me puse delante de él y le quité la correa de su mascota para ser yo la que lo llevará…aquel hombre lo tomo con gracia pero no sabía que lo que había hecho era tomar el reloj y guardarlo entre mis bolsillitos del vestido mientras ocultaba mis manos con la correa…luego de dar unos seis pasitos solté la correa y salí corriendo por las calles riendo y sin voltear…hasta que el señor tocó su reloj y se notó que no lo tenía y comenzó a gritar “ladron” “ladronzuela”…
Salí como almita que lleva el diablo cuando de repente no me percate de alguien con la que tropecé de frente haciéndome caer de espaldas con mi pequeño trasero sobre el suelo haciendo un gesto de dolor por el golpe… -Ouch fíjese por donde va…señor…- alce mi mirada y era una joven cálida y dulce…fina y elegante… -Digo señorita- fruncí mi labio y crucé mis brazos mirándola con el ceño fruncido…con el tono molesta por haberme chocado con ella y haberme tumbado al suelo…sobre todo si me estaban persiguiendo
La noche comienza conmigo unan niña hermosa de 8 añitos caminando por las calles parisinas…¿buscando? Buscando líos y diversión…así voy vagando hasta llegar a medio parque jugando con mis manos en mi vestido…a mi padre le encanta vestirme como “muñeca” y si no lo puedo negar que me gusta pues me veo muy inocente y eso ayuda si quieres meter tus manos en las pertenencias de los demás…era un inocente animalito a robar…bah pamplinas a que era una chicuela muy pillina acercándome a los puestos…y las tiendas mirando a todos con unos ojos dulces y una sonrisa muy tierna
Un hombre con un reloj de oro puro se paró par ser atendido, más para desgracias tenía un perro…pero nah...eso no me detuvo...al contrario me animó a acercarme y empezar a preguntarle cosas sin sentido, como ¿Qué hacía? ¿Por qué compraba? ¿Dónde vivía? ¿Si su perro era suyo? ¿Cuántos años tenía con el perro?...cosas que se me venían a la mente y no tenían nada que ver con lo que quería…lo miré y me pegué a ese hombre por su perro “porque me había llamado la atención”…cuando salimos de la tienda dimos unos cincuenta pasos más o menos hasta que me puse delante de él y le quité la correa de su mascota para ser yo la que lo llevará…aquel hombre lo tomo con gracia pero no sabía que lo que había hecho era tomar el reloj y guardarlo entre mis bolsillitos del vestido mientras ocultaba mis manos con la correa…luego de dar unos seis pasitos solté la correa y salí corriendo por las calles riendo y sin voltear…hasta que el señor tocó su reloj y se notó que no lo tenía y comenzó a gritar “ladron” “ladronzuela”…
Salí como almita que lleva el diablo cuando de repente no me percate de alguien con la que tropecé de frente haciéndome caer de espaldas con mi pequeño trasero sobre el suelo haciendo un gesto de dolor por el golpe… -Ouch fíjese por donde va…señor…- alce mi mirada y era una joven cálida y dulce…fina y elegante… -Digo señorita- fruncí mi labio y crucé mis brazos mirándola con el ceño fruncido…con el tono molesta por haberme chocado con ella y haberme tumbado al suelo…sobre todo si me estaban persiguiendo
Invitado- Invitado
Re: Huellitas Pillinas (Melanya)
La noche había caído a la ciudad y como de costumbre, pues llevar todo el día encerrada en casa para que los rayos de sol no me chamuscaran hasta dejarme en ceniza me aburría y agobiaba, salí a pasear para despejar un poco mi mente.
Esta vez, como muchas otras, me había decantado por la zona comercial. Había conseguido llegar dicha zona cuando las tiendas aún estaban abiertas. Me alegré, aunque la alegría me duraría poco pues estas empezarían a cerrar en breve, pero al menos tenía la sensación de que caminaba entre las tiendas como una persona normal, no como un ser maldito de la noche, como muchos pensarían.
Después de entrar en dos tiendas, una de ropa y otra de dulces, las tiendas empezaron a cerrar y las personas de las calles empezaron a menguar. Suspiré, siempre me quedará el silencio y la tranquilidad con la que se inundaba la ciudad a estas horas de la noche.
De pronto, mientras caminaba sin dirección alguna totalmente sumida en mis pensamientos, algo chocó conmigo haciendo que me tambaleara. Un golpe sordo me indicó que la persona con la que me había chocado había caído de bruces al suelo. Pude fijarme, y su voz me lo confirmo, que me había chocado con una pobre niña. La niña mencionó que me tenía que fijar por donde iba y parecía estar molesta por lo ocurrido.
Me acerqué rápidamente a ella para ayudarla a levantarse. Temía que se hubiese dado un buen golpe pues yo al ser vampiresa no lo había notado casi, pero ella siendo niña quizás había salido muy mal herida.
-Discúlpame – Le dije realmente culpable – No era mi intención herirte, de verdad.
Cogí a la niña por las axilas y la alcé sin sumo esfuerzo en el aire para conseguir que la muchacha se levantara. Cuando la niña se puso de pie le sonreí. Tenía que disculparme ante mis actos de alguna manera. Pensé a ver que podría regalarle en señal de disculpa, pero me di cuenta que no llevaba caramelos ni nada dulce encima. Cuando yo era pequeña me encantaban los dulces... tendría que darle alguna otra cosa. Me di cuenta que llevaba un anillo en forma de mariposa que podría gustarle a una niña solo por la forma que esta tenía. Me lo saqué y se lo ofrecí.
-Toma – Le dije con una sonrisa – Espero que esto te ayude a superar el disgusto.
Esta vez, como muchas otras, me había decantado por la zona comercial. Había conseguido llegar dicha zona cuando las tiendas aún estaban abiertas. Me alegré, aunque la alegría me duraría poco pues estas empezarían a cerrar en breve, pero al menos tenía la sensación de que caminaba entre las tiendas como una persona normal, no como un ser maldito de la noche, como muchos pensarían.
Después de entrar en dos tiendas, una de ropa y otra de dulces, las tiendas empezaron a cerrar y las personas de las calles empezaron a menguar. Suspiré, siempre me quedará el silencio y la tranquilidad con la que se inundaba la ciudad a estas horas de la noche.
De pronto, mientras caminaba sin dirección alguna totalmente sumida en mis pensamientos, algo chocó conmigo haciendo que me tambaleara. Un golpe sordo me indicó que la persona con la que me había chocado había caído de bruces al suelo. Pude fijarme, y su voz me lo confirmo, que me había chocado con una pobre niña. La niña mencionó que me tenía que fijar por donde iba y parecía estar molesta por lo ocurrido.
Me acerqué rápidamente a ella para ayudarla a levantarse. Temía que se hubiese dado un buen golpe pues yo al ser vampiresa no lo había notado casi, pero ella siendo niña quizás había salido muy mal herida.
-Discúlpame – Le dije realmente culpable – No era mi intención herirte, de verdad.
Cogí a la niña por las axilas y la alcé sin sumo esfuerzo en el aire para conseguir que la muchacha se levantara. Cuando la niña se puso de pie le sonreí. Tenía que disculparme ante mis actos de alguna manera. Pensé a ver que podría regalarle en señal de disculpa, pero me di cuenta que no llevaba caramelos ni nada dulce encima. Cuando yo era pequeña me encantaban los dulces... tendría que darle alguna otra cosa. Me di cuenta que llevaba un anillo en forma de mariposa que podría gustarle a una niña solo por la forma que esta tenía. Me lo saqué y se lo ofrecí.
-Toma – Le dije con una sonrisa – Espero que esto te ayude a superar el disgusto.
Melanya Boyarskaya- Vampiro/Realeza
- Mensajes : 217
Fecha de inscripción : 05/01/2013
Re: Huellitas Pillinas (Melanya)
Entre los golpes y las persecuciones entre lo obvio y lo que podría llegar a pasar si aquel tipo y su perro me pillaban, miré a aquella mujer ladeando mi cabeza de lado a lado, tenía un brillo peculiar y semblante triste…y el aroma a…VAMPIRO, su aroma me hizo abrir los ojos como platotes y por una fracción de segundo mi pequeño cuerpo tembló ante la sola idea de lo que podría pasarme en manos de aquella chupasangre…las historias en la villa sobre aquellos colmilludos filudos me tenían absorta y me provocaban una picazón en mi nuca con deseos de ver a alguno, pero a su vez me daba un cierto escalofrío por lo que contaban “nunca piden permiso, toman la sangre de cualquiera para saciar su hambre” aquello me puso más blanca y pálida que nunca, creo que toda mi pequeña sangre se fue a mis pies y más abajo…
“Jamás…Jamás hablen con un vampiro o será la ultima cosa que hagan en sus cortas vidas”… ¡Maldición…ahora me llego mi hora, noooo…soy muy joven para morir…al menos déjame irme como me gusta…maldiciendo a todo el mundo y mandarlos al carajo….porque así…! Mi mente comenzó a divagar mientras la voz cálida de aquella vampira me sacaba de mis pensamientos contradictorios ¡bueno al menos es mujer y no hombre…que cosas no! Luego vino mi boca abierta…sentí que mi mandíbula cayó al suelo… ¡ok que me perdí, la vampira se disculpa conmigo…conmigo…wow esto es nuevo! Negué con la cabeza y la miré algo desconfiada…hasta que unos gritos me sacaron de la plática.
-HEY TU LADRONZUELA REGRESA MALDITA MOCOSA-
Los gritos se oían y sobre todo me daban coraje –Mocosa?...mocosa tu abuela regordete- giré mi cabeza congelada hacia al mujer y sonreí mirando su anillo y luego rasque mi barbilla con mis pequeños dedos –Hagamos algo, yo olvido que me tumbaste y me ensuciaste el vestidito si….si tu me ayudas a que esos no pillen….tenemos trato vampirita- estiré mi mano con una sonrisa en mis labios, no era un chiquilla chiquilla, ya tenía mis años aunque mi cuerpo fuera de una pequeña, sabía muy bien ciertas cosas y pues sabía negociar y sobre todo hacer caer a la gente en líos y travesuras hasta pelear si fuera necesario.
-Detente mocosa, regresa lo que es mío-
El grito se hacía más cercano y mi cabeza giraba para ver hacia atrás y luego a la mujer vampira… -y tenemos o no trato…apura…no tengo mucho tiempo…- comencé a dar pequeños brinquitos en mi propio lugar…estaba nerviosa, ansiosa, desesperada.
“Jamás…Jamás hablen con un vampiro o será la ultima cosa que hagan en sus cortas vidas”… ¡Maldición…ahora me llego mi hora, noooo…soy muy joven para morir…al menos déjame irme como me gusta…maldiciendo a todo el mundo y mandarlos al carajo….porque así…! Mi mente comenzó a divagar mientras la voz cálida de aquella vampira me sacaba de mis pensamientos contradictorios ¡bueno al menos es mujer y no hombre…que cosas no! Luego vino mi boca abierta…sentí que mi mandíbula cayó al suelo… ¡ok que me perdí, la vampira se disculpa conmigo…conmigo…wow esto es nuevo! Negué con la cabeza y la miré algo desconfiada…hasta que unos gritos me sacaron de la plática.
-HEY TU LADRONZUELA REGRESA MALDITA MOCOSA-
Los gritos se oían y sobre todo me daban coraje –Mocosa?...mocosa tu abuela regordete- giré mi cabeza congelada hacia al mujer y sonreí mirando su anillo y luego rasque mi barbilla con mis pequeños dedos –Hagamos algo, yo olvido que me tumbaste y me ensuciaste el vestidito si….si tu me ayudas a que esos no pillen….tenemos trato vampirita- estiré mi mano con una sonrisa en mis labios, no era un chiquilla chiquilla, ya tenía mis años aunque mi cuerpo fuera de una pequeña, sabía muy bien ciertas cosas y pues sabía negociar y sobre todo hacer caer a la gente en líos y travesuras hasta pelear si fuera necesario.
-Detente mocosa, regresa lo que es mío-
El grito se hacía más cercano y mi cabeza giraba para ver hacia atrás y luego a la mujer vampira… -y tenemos o no trato…apura…no tengo mucho tiempo…- comencé a dar pequeños brinquitos en mi propio lugar…estaba nerviosa, ansiosa, desesperada.
Invitado- Invitado
Re: Huellitas Pillinas (Melanya)
Al fijarse más contra quien se había chocado, la pequeña abrió sus ojos de par en par y su semblante se tornó incluso más blanco que el mío. Eso no podía ser bueno para nada. Yo estaba tan pálida porque estaba teóricamente muerta. Ella... no se. Quizás se encontraba realmente mal.
De pronto, la pequeña niña empezó a maldecir a su corta edad y a anunciarme que era demasiado joven para morir y que la dejase marchar maldiciendo a todos. Lo Único de lo que estaba segura era que la muchacha era realmente mal hablada. No había escuchado tantas palabrotas juntas en una fase nunca.
La reacción a mis disculpas había sido muy curiosa. La niña abrió su boca tanto que pensaba que quizás se le descolocaría la mandíbula completamente, pero cuando mencionó que una vampira se disculpaba con ella refiriéndose a mi la sorpresa fue mía. ¿Cómo había descubierto aquello? Eso me ponía en un gran peligro, tenía que hacer algo.
De pronto, me di cuenta de lo que era totalmente obvio pero que había dejado pasar por alto como una tonta. El olor de un ser de la clase cambiaforma llegó a mi nariz. Era la niña, había descubierto que era una vampira por eso. Menos mal, eso me había quitado un peso de encima. Suspiré aliviada.
Los gritos enfurecidos de un señor me sacaron de mis pensamientos. Reclamaba a una ladrona lo que era suyo. Me pregunté quien sería la presunta ladrona, la respuesta no se hizo esperar pues la propia niña se delató insultando al señor. Era realmente muy mal hablada, pero tenía ese algo que la hacía adorable y graciosa aún siendo ladrona.
La niña me propuso un trato, que se olvidaba del accidente que habíamos tenido si yo la ayudaba a salir de ese apuro, remarcó mi raza lo que me incomodaba en cierto modo. Sin embargo, cuando la niña estiró su mano, muy inquieta y dándome prisa para aceptar su trato, se la cogí y la apreté para señalar que había aceptado el trato.
-Hecho – Dije sin saber muy bien el por qué.
No sabía siquiera como conseguiría que el hombre que se había acercado a nosotras la dejara en paz y no le diera una buena reprimenda a la pequeña niña. Tenía que pensar algo rápidamente. El señor estaba notablemente malhumorado y para más colmo era muy grande, no sabía como explicarme de donde había cogido la muchacha tantas agallas para robarle algo a un hombre de tal índole.
-Disculpe a la pequeña – Dije al señor con una sonrisa – Es realmente muy traviesa. ¿Qué le ha cogido? Yo se lo pago, no se preocupe. Es que ha pasado unos años viviendo en el extranjero y aún no se ha acostumbrado a las leyes de París.
Había puesto una excusa muy barata, pero suponía que la palabra “pago” presente en mi diálogo ablandara la furia del hombre y aceptara el trato. Me di cuenta de pronto que en una sola noche, en menos de una hora, había aceptado un trato y creado otro. Esperaba salir de este lío y no tener uno igual nunca más.
-¿Cuanto me pide por el objeto robado? - Pregunté pues aún no sabía siquiera lo que la pequeña había robado. Esperaba que no fuera algo de un valor realmente elevado.
De pronto, la pequeña niña empezó a maldecir a su corta edad y a anunciarme que era demasiado joven para morir y que la dejase marchar maldiciendo a todos. Lo Único de lo que estaba segura era que la muchacha era realmente mal hablada. No había escuchado tantas palabrotas juntas en una fase nunca.
La reacción a mis disculpas había sido muy curiosa. La niña abrió su boca tanto que pensaba que quizás se le descolocaría la mandíbula completamente, pero cuando mencionó que una vampira se disculpaba con ella refiriéndose a mi la sorpresa fue mía. ¿Cómo había descubierto aquello? Eso me ponía en un gran peligro, tenía que hacer algo.
De pronto, me di cuenta de lo que era totalmente obvio pero que había dejado pasar por alto como una tonta. El olor de un ser de la clase cambiaforma llegó a mi nariz. Era la niña, había descubierto que era una vampira por eso. Menos mal, eso me había quitado un peso de encima. Suspiré aliviada.
Los gritos enfurecidos de un señor me sacaron de mis pensamientos. Reclamaba a una ladrona lo que era suyo. Me pregunté quien sería la presunta ladrona, la respuesta no se hizo esperar pues la propia niña se delató insultando al señor. Era realmente muy mal hablada, pero tenía ese algo que la hacía adorable y graciosa aún siendo ladrona.
La niña me propuso un trato, que se olvidaba del accidente que habíamos tenido si yo la ayudaba a salir de ese apuro, remarcó mi raza lo que me incomodaba en cierto modo. Sin embargo, cuando la niña estiró su mano, muy inquieta y dándome prisa para aceptar su trato, se la cogí y la apreté para señalar que había aceptado el trato.
-Hecho – Dije sin saber muy bien el por qué.
No sabía siquiera como conseguiría que el hombre que se había acercado a nosotras la dejara en paz y no le diera una buena reprimenda a la pequeña niña. Tenía que pensar algo rápidamente. El señor estaba notablemente malhumorado y para más colmo era muy grande, no sabía como explicarme de donde había cogido la muchacha tantas agallas para robarle algo a un hombre de tal índole.
-Disculpe a la pequeña – Dije al señor con una sonrisa – Es realmente muy traviesa. ¿Qué le ha cogido? Yo se lo pago, no se preocupe. Es que ha pasado unos años viviendo en el extranjero y aún no se ha acostumbrado a las leyes de París.
Había puesto una excusa muy barata, pero suponía que la palabra “pago” presente en mi diálogo ablandara la furia del hombre y aceptara el trato. Me di cuenta de pronto que en una sola noche, en menos de una hora, había aceptado un trato y creado otro. Esperaba salir de este lío y no tener uno igual nunca más.
-¿Cuanto me pide por el objeto robado? - Pregunté pues aún no sabía siquiera lo que la pequeña había robado. Esperaba que no fuera algo de un valor realmente elevado.
Melanya Boyarskaya- Vampiro/Realeza
- Mensajes : 217
Fecha de inscripción : 05/01/2013
Re: Huellitas Pillinas (Melanya)
No podía creerlo, la mujer había aceptado, ¡al fin un mujer de riesgos y peligros! O bueno eso pensé que me quedé cerca a ella y le tome la mano como si fuera mi…¿madre?, no se veía muy joven por ser vampira…quizás…sí, mi hermana mayor, aunque bueno viéndonos no nos parecíamos muchos, así que diría que es mi prima así ya nos creerían un poco más a las dos, aunque sabía que si no salía el plan la mujer podría ÑAM ÑAM devorárselo…pero ¿sería ella como los que había conocido entre los vampiros? Eso estaba a punto de descubrirlo.
Aquel gordo infeliz se acercaba y solo sonreí y miré a la mujer como si no pasara nada y luego el tipejo ese se acercó con insultos e improperios y esa mano que me quería tomar y quizás zurrar, pero antes que ese asqueroso ser me toque la mujer se adelantó y OMG….¿qué qué?...como que iba a pagarlo, que no conocía que…mis ojos se entrecerraron lentamente y le di un codazo a la mujer –Señor, usted me vio robarle algo- mire a la mujer –Prima…yo no tome nada…solo corrí porque me encanta la noche, tu sabes la noche el aire, y de pronto un perro me sigue y un hombre me grita como no asustarme…- le miré al hombre que quería decir algo pero no le dejé.
-Además prima, yo creo que este hombre quiere cobrarte por algo que perdió o que a lo mejor no existió- antes que se dieran cuenta dejé caer lo que tomé y lo puse bajo el vestido de la chica –No te muevas prima por favor- la mire como diciendo “Debajo de ti esta aquello y no te muevas o lo verán” me acerque al hombre con mi mirada sería muy molesta –A ver seudo señor petulante, revíseme a ver si encuentra lo que se le perdió, si no lo encuentra pagará por habernos interrumpido a mi prima y a mí, si lo encuentra en mí, le pagaremos por que corrió, aunque debería darse por servido al menos así baja de peso toda esa manteca que tiene- le miré y aquel sujeto estaba rojo…aunque no sé si era por enojo o vergüenza pero sus manos comenzaron a tocar mi vestido y cabello y al ver que no caía ni un objeto de él se avergonzó más…me acerque a la mujer y tome la mano de ella fuerte apretándola con fuerza para que no se fuera
-Ya ves prima yo no hice nada y no tienes que pagarle a este tipejo más bien el tenía que pagarte- el hombre hizo una reverencia y no dejaba de disculparse mientras se iba ya a lo lejos me agaché y tome aquello y me lo guardé en el pecho plano que tenía –Mucho gusto me llamo Melonee pero me dicen Melon, y tú, ah por cierto gracias vampirita eh debes ser más agresiva y agil con estas cosas…o es que no robas tu, cierto la mayoría de ustedes son de la clase alta- me río y estiro la mano –vamos vamos por ahí ya pasó lo peor no- me limpio el vestido y la miro atentamente a la mujer
Off: disculpa la tardanza
Aquel gordo infeliz se acercaba y solo sonreí y miré a la mujer como si no pasara nada y luego el tipejo ese se acercó con insultos e improperios y esa mano que me quería tomar y quizás zurrar, pero antes que ese asqueroso ser me toque la mujer se adelantó y OMG….¿qué qué?...como que iba a pagarlo, que no conocía que…mis ojos se entrecerraron lentamente y le di un codazo a la mujer –Señor, usted me vio robarle algo- mire a la mujer –Prima…yo no tome nada…solo corrí porque me encanta la noche, tu sabes la noche el aire, y de pronto un perro me sigue y un hombre me grita como no asustarme…- le miré al hombre que quería decir algo pero no le dejé.
-Además prima, yo creo que este hombre quiere cobrarte por algo que perdió o que a lo mejor no existió- antes que se dieran cuenta dejé caer lo que tomé y lo puse bajo el vestido de la chica –No te muevas prima por favor- la mire como diciendo “Debajo de ti esta aquello y no te muevas o lo verán” me acerque al hombre con mi mirada sería muy molesta –A ver seudo señor petulante, revíseme a ver si encuentra lo que se le perdió, si no lo encuentra pagará por habernos interrumpido a mi prima y a mí, si lo encuentra en mí, le pagaremos por que corrió, aunque debería darse por servido al menos así baja de peso toda esa manteca que tiene- le miré y aquel sujeto estaba rojo…aunque no sé si era por enojo o vergüenza pero sus manos comenzaron a tocar mi vestido y cabello y al ver que no caía ni un objeto de él se avergonzó más…me acerque a la mujer y tome la mano de ella fuerte apretándola con fuerza para que no se fuera
-Ya ves prima yo no hice nada y no tienes que pagarle a este tipejo más bien el tenía que pagarte- el hombre hizo una reverencia y no dejaba de disculparse mientras se iba ya a lo lejos me agaché y tome aquello y me lo guardé en el pecho plano que tenía –Mucho gusto me llamo Melonee pero me dicen Melon, y tú, ah por cierto gracias vampirita eh debes ser más agresiva y agil con estas cosas…o es que no robas tu, cierto la mayoría de ustedes son de la clase alta- me río y estiro la mano –vamos vamos por ahí ya pasó lo peor no- me limpio el vestido y la miro atentamente a la mujer
Off: disculpa la tardanza
Invitado- Invitado
Re: Huellitas Pillinas (Melanya)
Nada más aceptar la propuesta de la niña, esta rápidamente me cogió de la mano y se quedo solemnte, como si fueramos familia o algo por el estilo. No pude más que sonreír curiosa pues la joven, a pesar de su escasa edad, parecía muy inteligente y astuta.
Cuando el hombre se nos acercó con claro disgusto y enfado no pude más que proporcionarle dinero o algo que pudiera compensar el agrabio que había sufrido, pensaba que aquella sería la única solución al problema de la pequeña. Sin embargo, la pequeña me dio un codazo, la miré sorprendida porque no sabía bien a que se debía dicha muestra de descontento.
La joven optó por hablar ella con el hombre. Le afirmó que no tenía pruebas de que ella le robase algo más se dirigió a mi llamandome prima. No sabría comentar cuanto me emocionó aquello pues no conocía otro primo que no fuese Maks... y tenía tantas ganas de tener más familiares cercanos con los que relacionarse...
Dejando mi drama familiar de lado pues no era lo esencial en este asunto, la niña me informaba con empeño de que ella no había robado nada, que su corrediza era debida a que le agradaba la noche y quería sentir el aire nocturno sobre su cara, más un perro procedió a perseguirla junto con un hombre que le propinaba gritos sin una razón aparente.
Pensaba que la joven acabaría si discurso en ello, pero optó, con todo el descaro del mundo, a insultar al hombre diciendole que era un hombre sin escrupulos que simplemente quería coger mi dinero y timarme. Debía admitir que no había visto tanta astucia ni siquiera en una persona adulta en todo lo que llevo existiendo en la Tierra, que a decir verdad era bastante poco.
De pronto, ágilmente, la niña me dispuso el objeto que había robado entre mis ropas y me ordenó no moverme. Procedí a hacerle caso sin decir nada debido a que si había prometido ayudar a la joven, debía hacer lo que ella me ordenara pues a juzgar de sus habilidades de persuasión ella sabía bien lo que hacia.
La pequeña, después de depositar en mi la pertenencia robada, se acerco al hombre y le dijo que si quería comprobar su inocencia podía revisarla y en caso de que si no encuentra lo que teóricamente había perdido, debería pagarnos una compensación por las molestias que nos habían causado, más si realmente encuentra lo perdido le pagaríamos una compensación nosotras. No pudo contenerse de expresar el sobrepeso que tenía el hombre como punto de burla, tapé con la mano la sonrisa que se había dibujado por aquel comentario.
Sin pudor, el hombre empezó a toquetear a la chiquilla. Pensé que en tal caso todos los insultos que le había propinado la joven eran totalmente adecuados, ¿qué hombre que se hace respetar toquetearía con tal descaro a una niña pequeña? ¿quien se creía que era? Justo cuando iba a increparle al hombre que era un desvergonzado, dejó de manosear a la chica y ella no tardó en volver a mi lado mústia y me apretó la mano con fuerza. De seguro que pasó mucho miedo, miré con clara desaprovación al hombre, se tendría que morir de vergüenza.
Mientras tanto, la pequeña comentaba victoriosa que no había hecho nada y que el hombre tendría que pagarme por el mal que nos había causado.
-No pienso aceptar dinero de un sin vergüenza como él... manosear tanto a una niña pequeña... le tendría que caer la cara de vergüenza – Le dije claramente enfadada.
El hombre se limitó a hacer una reverencia y a disculparse hasta que se marchó. No pude evitar seguirlo con la mirada con claro desagrado. Que personas más repugnantes existen en el mundo. A juzgar por sus ropajes de seguro que tenía mil relojes como esos en su propiedad. Que persona más desagradable.
Mientras tanto, la joven que se presentó como Melonee, pero confesó que la solían llamar Melón, y me preguntó por mi nombre sin dejar de agradecerme los servicios de prima que le había ofrecido a la par que me comentaba que debería de ser más descarada en casos como estos, más se interesó por si acaso yo no robaba, pero después de pensarlo unos instantes comprendió que era de clase alta a la par que me comentaba que podíamos empezar a caminar pues lo malo ya había pasado y que deberíamos de caminar para no llamar la atención de los demás.
-¡¡Oh!! Cierto – Le comenté a la par que la cogía de la mano y me encaminaba pues comprendí con su estiramiento que quería que se la cogiera – Yo me llamo Melanya, pero puedes llamarme como quieras y... te parecerá gracioso, pero desde pequeña me han enseñado que robar es malo y evito hacerlo aunque a decir verdad no lo necesito – Me di cuenta que sonaba demasiado prepotente - ¿Quieres que te regale lo que le iba a dar al hombre? - Le comenté – Por cierto, es un ser despreciable... mira que manosear a una niña como ha hecho. Debiste de pasar mucho miedo, ¿sigues asustada? - Prgeunté preocupada.
Cuando el hombre se nos acercó con claro disgusto y enfado no pude más que proporcionarle dinero o algo que pudiera compensar el agrabio que había sufrido, pensaba que aquella sería la única solución al problema de la pequeña. Sin embargo, la pequeña me dio un codazo, la miré sorprendida porque no sabía bien a que se debía dicha muestra de descontento.
La joven optó por hablar ella con el hombre. Le afirmó que no tenía pruebas de que ella le robase algo más se dirigió a mi llamandome prima. No sabría comentar cuanto me emocionó aquello pues no conocía otro primo que no fuese Maks... y tenía tantas ganas de tener más familiares cercanos con los que relacionarse...
Dejando mi drama familiar de lado pues no era lo esencial en este asunto, la niña me informaba con empeño de que ella no había robado nada, que su corrediza era debida a que le agradaba la noche y quería sentir el aire nocturno sobre su cara, más un perro procedió a perseguirla junto con un hombre que le propinaba gritos sin una razón aparente.
Pensaba que la joven acabaría si discurso en ello, pero optó, con todo el descaro del mundo, a insultar al hombre diciendole que era un hombre sin escrupulos que simplemente quería coger mi dinero y timarme. Debía admitir que no había visto tanta astucia ni siquiera en una persona adulta en todo lo que llevo existiendo en la Tierra, que a decir verdad era bastante poco.
De pronto, ágilmente, la niña me dispuso el objeto que había robado entre mis ropas y me ordenó no moverme. Procedí a hacerle caso sin decir nada debido a que si había prometido ayudar a la joven, debía hacer lo que ella me ordenara pues a juzgar de sus habilidades de persuasión ella sabía bien lo que hacia.
La pequeña, después de depositar en mi la pertenencia robada, se acerco al hombre y le dijo que si quería comprobar su inocencia podía revisarla y en caso de que si no encuentra lo que teóricamente había perdido, debería pagarnos una compensación por las molestias que nos habían causado, más si realmente encuentra lo perdido le pagaríamos una compensación nosotras. No pudo contenerse de expresar el sobrepeso que tenía el hombre como punto de burla, tapé con la mano la sonrisa que se había dibujado por aquel comentario.
Sin pudor, el hombre empezó a toquetear a la chiquilla. Pensé que en tal caso todos los insultos que le había propinado la joven eran totalmente adecuados, ¿qué hombre que se hace respetar toquetearía con tal descaro a una niña pequeña? ¿quien se creía que era? Justo cuando iba a increparle al hombre que era un desvergonzado, dejó de manosear a la chica y ella no tardó en volver a mi lado mústia y me apretó la mano con fuerza. De seguro que pasó mucho miedo, miré con clara desaprovación al hombre, se tendría que morir de vergüenza.
Mientras tanto, la pequeña comentaba victoriosa que no había hecho nada y que el hombre tendría que pagarme por el mal que nos había causado.
-No pienso aceptar dinero de un sin vergüenza como él... manosear tanto a una niña pequeña... le tendría que caer la cara de vergüenza – Le dije claramente enfadada.
El hombre se limitó a hacer una reverencia y a disculparse hasta que se marchó. No pude evitar seguirlo con la mirada con claro desagrado. Que personas más repugnantes existen en el mundo. A juzgar por sus ropajes de seguro que tenía mil relojes como esos en su propiedad. Que persona más desagradable.
Mientras tanto, la joven que se presentó como Melonee, pero confesó que la solían llamar Melón, y me preguntó por mi nombre sin dejar de agradecerme los servicios de prima que le había ofrecido a la par que me comentaba que debería de ser más descarada en casos como estos, más se interesó por si acaso yo no robaba, pero después de pensarlo unos instantes comprendió que era de clase alta a la par que me comentaba que podíamos empezar a caminar pues lo malo ya había pasado y que deberíamos de caminar para no llamar la atención de los demás.
-¡¡Oh!! Cierto – Le comenté a la par que la cogía de la mano y me encaminaba pues comprendí con su estiramiento que quería que se la cogiera – Yo me llamo Melanya, pero puedes llamarme como quieras y... te parecerá gracioso, pero desde pequeña me han enseñado que robar es malo y evito hacerlo aunque a decir verdad no lo necesito – Me di cuenta que sonaba demasiado prepotente - ¿Quieres que te regale lo que le iba a dar al hombre? - Le comenté – Por cierto, es un ser despreciable... mira que manosear a una niña como ha hecho. Debiste de pasar mucho miedo, ¿sigues asustada? - Prgeunté preocupada.
- OFF:
- Tranquila he visto tu ausencia Soy paciente no te preocupes
Melanya Boyarskaya- Vampiro/Realeza
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Fecha de inscripción : 05/01/2013
Re: Huellitas Pillinas (Melanya)
La mujer al parecer para ser inmortal tiene mucho desenvolvimiento, quizás fue en su otra vida de viva una actriz, quien sabe, lo que ahora se es que aprendí nuevas palabras ¡manosear! , será lo mismo que hago con las frutas cuando vamos de recolección, o será lo mismo que hago cuando me prendo a la pierna de mi padre cuando no quiero caminar…o será… aquello que hacen lo humanos cuando ando de perrito, espera espera…todos los humanos son unos pervertidos manoseadores entonces. ¡Cochinos!
Si es así, pues sí que pervertido aquel hombre era, al tocarme, no, no…era manosearme, eso…así está mejor. Miré a la mujer y le tome la mano mientras la miraba discutir con aquel tipejo, que estaba avergonzado por haberme seguido y por haberme echado la culpa de algo que no hice, bueno que hice y que no debía saber que fui yo, así que el solo hizo una reverencia y trataba de disculparse pero la furia de la vampira no se lo dejó, eso me causó mucha gracia ver como una mujer ponía en ridículo a un hombre y más de esa forma tan graciosa que cuando el afectado se dio media vuelta con su perro regañándolo al animal por lo que pasó, no pude contener mi risa y me comencé a reír tanto que tomé la mano de la joven cuando se la día para que la tomara y nos fuimos caminando –Mucho gusto Mel, así te llamare, suena mejor que Melanya- sonrío y le miro a los ojos –por cierto porque dijiste que me manoseo, si no estaba como perro, como podía manosearme- me rasco la cabeza pensando en aquello, pues no me gustaba no saber las cosas.
Con respecto a lo de robar es malo, le hice un puchero y le fruncí el ceño soltándole la mano y cruzándome de brazos mientras corría hacia donde estábamos para tomar el anillo y regresar a su lado –Si robar es malo cuando afecta socialmente, pero no cuando es para comer y servirá para alimentarte a ti y a tu familia- sonreí y limpie el anillo contra mi vestido a la par que me lo guardaba en un bolsillito secreto que traía el vestido, la mire y me pare con los brazos en jarra –Miedo? Que es eso, como se come aquello- me reí y le moví la mano –vamos eso no conozco desde que tengo memoria y hace puuuf que fue eso, desde que salí del nuevo mundo y comencé a vivir en las calles, ahí no existe esa palabra- la miro con una expresión algo dudosa y desconcertada –tú tienes miedo acaso? A que le temes, a parte claro del sol- Pregunté preocupada pero más que preocupación era una especie de curiosidad mal sana ¿a qué le podrían temer los vampiros? Y sobre todo ¿Por qué lo harían? Se suponen que son tan fuertes y tan malévolos…entonces.
Si, si, nunca vi uno y menos hablé con uno, no me doy para esa liga gracias a que vivo con mi papuchis lobo y mi familia licantropa, pero sabía lo que ellos en momentos hablaban de vampiros además de que conocía a un aloba que vive con vampiros. ¿Entonces?. Es por eso que mi curiosidad se despierta y paso lo que pregunto, aunque aquí entre nos, todo me da curiosidad, a pesar que mi edad no sea la de curiosidades, las tengo porque el estar en cuerpo de niña te hacer ver las cosas desde dos puntos, la que eres y la que tienes que ser, asimilando que así es todo ¿lo será?
Si es así, pues sí que pervertido aquel hombre era, al tocarme, no, no…era manosearme, eso…así está mejor. Miré a la mujer y le tome la mano mientras la miraba discutir con aquel tipejo, que estaba avergonzado por haberme seguido y por haberme echado la culpa de algo que no hice, bueno que hice y que no debía saber que fui yo, así que el solo hizo una reverencia y trataba de disculparse pero la furia de la vampira no se lo dejó, eso me causó mucha gracia ver como una mujer ponía en ridículo a un hombre y más de esa forma tan graciosa que cuando el afectado se dio media vuelta con su perro regañándolo al animal por lo que pasó, no pude contener mi risa y me comencé a reír tanto que tomé la mano de la joven cuando se la día para que la tomara y nos fuimos caminando –Mucho gusto Mel, así te llamare, suena mejor que Melanya- sonrío y le miro a los ojos –por cierto porque dijiste que me manoseo, si no estaba como perro, como podía manosearme- me rasco la cabeza pensando en aquello, pues no me gustaba no saber las cosas.
Con respecto a lo de robar es malo, le hice un puchero y le fruncí el ceño soltándole la mano y cruzándome de brazos mientras corría hacia donde estábamos para tomar el anillo y regresar a su lado –Si robar es malo cuando afecta socialmente, pero no cuando es para comer y servirá para alimentarte a ti y a tu familia- sonreí y limpie el anillo contra mi vestido a la par que me lo guardaba en un bolsillito secreto que traía el vestido, la mire y me pare con los brazos en jarra –Miedo? Que es eso, como se come aquello- me reí y le moví la mano –vamos eso no conozco desde que tengo memoria y hace puuuf que fue eso, desde que salí del nuevo mundo y comencé a vivir en las calles, ahí no existe esa palabra- la miro con una expresión algo dudosa y desconcertada –tú tienes miedo acaso? A que le temes, a parte claro del sol- Pregunté preocupada pero más que preocupación era una especie de curiosidad mal sana ¿a qué le podrían temer los vampiros? Y sobre todo ¿Por qué lo harían? Se suponen que son tan fuertes y tan malévolos…entonces.
Si, si, nunca vi uno y menos hablé con uno, no me doy para esa liga gracias a que vivo con mi papuchis lobo y mi familia licantropa, pero sabía lo que ellos en momentos hablaban de vampiros además de que conocía a un aloba que vive con vampiros. ¿Entonces?. Es por eso que mi curiosidad se despierta y paso lo que pregunto, aunque aquí entre nos, todo me da curiosidad, a pesar que mi edad no sea la de curiosidades, las tengo porque el estar en cuerpo de niña te hacer ver las cosas desde dos puntos, la que eres y la que tienes que ser, asimilando que así es todo ¿lo será?
Invitado- Invitado
Re: Huellitas Pillinas (Melanya)
Cuando el hombre se alejó algo perplejo puesto que, al parecer, estaba prácticamente seguro de que la culpable era la pequeña que ahora me sujetaba la mano, esta misma niña se empezó a reír con unas carcajadas tan fuertes que me temí que el hombre la escucharía y volvería a reclamar de nuevo, pero eso no paso.
Cuando Melonee me específico que me llamaría Mel en vez de Melanya le sonreí con ternura. Muchas personas, incluso las que no eran de corta edad, preferían llamarme Mel... ¿realmente mi nombre era tan extraño que incluso fuera de Rusia a las personas le parecía raro de pronunciar o raro a secas? Hmm... ¡¡Melanya, debes de visitar una biblioteca a investigar!!
Cuando la niña siguió su monólogo preguntandome por qué había dicho a aquel hombre que la había manoseado si la chica no estaba en su forma de perro no pude menos que sonrojarme. Era normal que una niña no supiera que era manosear, era algo feo. Realmente feo, y más en una niña.
-Manosear es cuando una persona te toca el cuerpo en zonas donde tu no quieres cuando tu misma no quieres - Dije de una forma que la niña me entendiera y que no sonara soez - Es algo muy malo. Jamás dejes que te lo hagan, ni siquiera las personas que conoces pues pueden aprobecharse de ti.
Esperaba que jamás la pequeña Melonee pasara por algo semejante, era horrible cuando la persona en la que más confías se aproveche de ti en cualquiera de sus maneras. Sin embargo, las peores eran las abusaciones sexuales y más en una niña tan pequeña e inocente como Melonee. Desconocía si vivía en la calle o si era de clase baja, pero a juzgar por su extravagante vestimenta debería de ser de clase baja.
Por otra parte, cuando le mencioné a la joven que robar era malo, pareció tomarselo demasiado a pecho y se enfadó conmigo. Realmente no era mi intención herirla, era solo que quería que evitara problemas como aquellos y porque robar era un pecado muy grave. No quería que una niña tan pequeña estuviera condenada ya a arder en el infierno.
La niña, claramente ofendida, me dijo que robar no era malo si era con el fin de mantener a una familia que necesitaba comer de algo. Divagué un poco en mi mente en una respuesta a aquello. Yo no podía opinar al respecto, tenía dinero para dar y regalar desde pequeña... por lo que desconocía como era la vida en las calles... quizás la que estaba equivocada era yo realmente y Melonee a su escaza edad era incluso más astuta de lo que yo era.
Cuando le mencioné que lo más seguro es que había pasado miedo, esta mostró una gran valentia y me comentó que el miedo era algo que había perdido hace tiempo, casi al empezar a vivir en las calles puesto que si tenías miedo en las calles, ya te podías dar por muerto. Al parecer mi pregunta le causó tanto desconcierto a la pequeña que no pudo más que preguntarme si acaso yo tenía miedo pues a lo único que le podía temer era al sol.
-Tengo miedo de demasiadas cosas a parte del sol - Le confesé aunque sonara ridículo al lado de una niña que tendría máximo diez años - Tengo miedo a perder a las únicas personas queridas para mi en Paris, puesto que me he mudado hace poco aquí... tengo miedo de los cazadores o inquisidores que me puedan cazar o hacerle daño a mis seres queridos por culpa mia... - Me di cuenta que quizás estaba llenando la cabecita de una niña de cosas que aún no debería de saber, pues tendría que vivir aún en su inocencia - ¿Donde están tus padres? - Le pregunté pues hace unos momentos había mencionado que tenía familia, pero no sabía lo que entendía ella por familia puesto que quizás entendía aquello como algo tradicional, o como una simple manada de personas desconocidas para ella.
Cuando Melonee me específico que me llamaría Mel en vez de Melanya le sonreí con ternura. Muchas personas, incluso las que no eran de corta edad, preferían llamarme Mel... ¿realmente mi nombre era tan extraño que incluso fuera de Rusia a las personas le parecía raro de pronunciar o raro a secas? Hmm... ¡¡Melanya, debes de visitar una biblioteca a investigar!!
Cuando la niña siguió su monólogo preguntandome por qué había dicho a aquel hombre que la había manoseado si la chica no estaba en su forma de perro no pude menos que sonrojarme. Era normal que una niña no supiera que era manosear, era algo feo. Realmente feo, y más en una niña.
-Manosear es cuando una persona te toca el cuerpo en zonas donde tu no quieres cuando tu misma no quieres - Dije de una forma que la niña me entendiera y que no sonara soez - Es algo muy malo. Jamás dejes que te lo hagan, ni siquiera las personas que conoces pues pueden aprobecharse de ti.
Esperaba que jamás la pequeña Melonee pasara por algo semejante, era horrible cuando la persona en la que más confías se aproveche de ti en cualquiera de sus maneras. Sin embargo, las peores eran las abusaciones sexuales y más en una niña tan pequeña e inocente como Melonee. Desconocía si vivía en la calle o si era de clase baja, pero a juzgar por su extravagante vestimenta debería de ser de clase baja.
Por otra parte, cuando le mencioné a la joven que robar era malo, pareció tomarselo demasiado a pecho y se enfadó conmigo. Realmente no era mi intención herirla, era solo que quería que evitara problemas como aquellos y porque robar era un pecado muy grave. No quería que una niña tan pequeña estuviera condenada ya a arder en el infierno.
La niña, claramente ofendida, me dijo que robar no era malo si era con el fin de mantener a una familia que necesitaba comer de algo. Divagué un poco en mi mente en una respuesta a aquello. Yo no podía opinar al respecto, tenía dinero para dar y regalar desde pequeña... por lo que desconocía como era la vida en las calles... quizás la que estaba equivocada era yo realmente y Melonee a su escaza edad era incluso más astuta de lo que yo era.
Cuando le mencioné que lo más seguro es que había pasado miedo, esta mostró una gran valentia y me comentó que el miedo era algo que había perdido hace tiempo, casi al empezar a vivir en las calles puesto que si tenías miedo en las calles, ya te podías dar por muerto. Al parecer mi pregunta le causó tanto desconcierto a la pequeña que no pudo más que preguntarme si acaso yo tenía miedo pues a lo único que le podía temer era al sol.
-Tengo miedo de demasiadas cosas a parte del sol - Le confesé aunque sonara ridículo al lado de una niña que tendría máximo diez años - Tengo miedo a perder a las únicas personas queridas para mi en Paris, puesto que me he mudado hace poco aquí... tengo miedo de los cazadores o inquisidores que me puedan cazar o hacerle daño a mis seres queridos por culpa mia... - Me di cuenta que quizás estaba llenando la cabecita de una niña de cosas que aún no debería de saber, pues tendría que vivir aún en su inocencia - ¿Donde están tus padres? - Le pregunté pues hace unos momentos había mencionado que tenía familia, pero no sabía lo que entendía ella por familia puesto que quizás entendía aquello como algo tradicional, o como una simple manada de personas desconocidas para ella.
Melanya Boyarskaya- Vampiro/Realeza
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Re: Huellitas Pillinas (Melanya)
Mi padre seguro me daría unas cuantas collejas por estar tomando el pelo a la joven, y más por hacerme pasar por lo que aparentaba, lo que le haría reñirme por ese comportamiento tan poco apropiado para una niña de mi edad, y lo peor haciendo bromas muy pesadas a personas, aunque bueno, aunque no sea pero aparente una niña puedo divertirme sin tener las implicaciones de la sociedad por mi edad, y como niña puedo moverme libremente, aunque también trae sus contras el ser siempre una niña, pero bueno ahora a divertirse más con la mujer que tenía en frente.
El hombre se fue en farfullas por no recuperar su joyita lo que me hizo reír y ya luego la mujer con su explicación de “manosear” claro que lo sabía, a mi verdadera edad sabía todo eso y en las calles (de donde salí en Londres) se habla de eso más crudamente, así que era mi oportunidad de molestar con eso a una damita de sociedad –oh vaya entonces todo los que viven conmigo me han manoseado, y debo decirles que no cuando toquen esa parte de mi cuerpo verdad?- lo miro y finjo un sonrojo para luego agachar mi carita al suelo mirando mis piecitos como tocan el suelo y se mueven lentamente –Entonces mucha gente dejará de tocarme, porque no dejaré que lo vuelvan a hacer, esta mi padre, mi tío, los hombres de la villa, ah y las mujeres también una que otra se da banquete en tocarme ahí- sonrío a mis adentros con malicia pues a lo que me refiero es al cabello, en la villa todos tienen algo con mi cabello, les gusta peinármelo o ponerle flores o solo estarlo cepillando, mi padre en cambio el solo me despeina para verme molesta cuando me peina, pero eso la vampirita no lo sabía, luego se lo diría –Tranquila, solo me tocan el cabello porque les gusta mi cabello mucho, aunque solo es cabello- le miro y suelto una risotada caminando frente a ella, algunos de los niños que viví en la calle decían que caminaba como muñeca de porcelana y por eso nunca parecía de clase baja, lo que me hizo girar y mirarle a los ojos mientras caminaba de espalda –se lo que es manosear, en la calle se ve mucho eso, tu sabes, el hombre que te da el refugio siempre se aprovecha de las jovencitas más agraciadas, las de 16 años y los más pequeños solo les pone a trabajar o robar, así que sí, he visto eso de manosear y otras cosas, aunque claro según tengo entendido, si es con amor entre dos está permitido, ¿verdad? –me rio y voy dando vueltas tarareando una canción apache antigua ¿Cómo la recordaba? La escuche de un viejo conquistador en una taberna, así me la aprendí y me sentía más en casa al entonarla, sabía que eso la haría sonrojar, aunque no pudiera, por ser una muerta viva, pero al menos recordaría la sensación del sonrojo, la sensación de sentirse avergonzada por tocar temas tan “delicados”
La noche se iba cerniendo sobre nosotros con pasos lentos, las estrellas estaban en lo alto y a cada segundo que pasábamos platicando una nueva estrella aparecía en el firmamento, el miedo de no saber porque, el desconocimiento a lo que hay más allá de la muerte, el cielo, el infierno, el alma y la perdición, todo eso conlleva el miedo, pero no es solo más que algo sin sentido, aunque la mujer tenía un buen punto enfocado. –Bueno, Mel, te diré algo, ese miedo todos los tenemos, yo temo volver a perder mi padre número tres, a mi tercera tribu, a mi tercera familia, creo que no volvería a ser la misma si los perdiera, además, ¿Quién no tendría miedo andar sola por ahí? Bueno si andas solas al inicio te acostumbras, pero luego cuando encuentras una familia ideal, una familia de verdad no quieres perderla porque te destrozaría el alma y te marchitarías como las cosechas o como las rosas sin agua- murmuro y me subo a una banquea, para sobre esta, mirándole a los ojos –Los cazadores no son tan hábiles, los que si son más rápidos son los inquisidores, pero es porque que se han unido a sus filas gente como nosotros- la señalo a ella y a mi también –lo que les da una ventaja, la verdad hay pocos, como tú y yo que aceptan a diversos, es decir ¿en qué cuerda o lógica cabeza se le ocurriría a un vampiro andar con una shiffter? A nadie verdad…y ahí radica nuestro mal- me rió porque esas palabras las escuche de una lycan en una reunión que se hizo hace mucho y de la cual participe muy poco.
-Tu unirías fuerza, con shiffters, lycans, gitanos, brujos, fantasmas, y demás seres sobrenaturales, sabiendo, que, serías rechazada de la sociedad vampirica a la que perteneces, que todos tus semejantes te mirarán raro, que todos ellos te podrían cerrar la puerta, y que pocos te aceptarían pero en secreto…arriesgarías todo lo que tuviste y tienes por alianzas como estas- le miro inquieta por mi pregunta, la verdad la joven no me molestaba al contrario me agradaba mucho, aunque sabía que yo podría resultarle un fastidio, pues preguntas como esas, nadie las hace, y menos una cambiante como yo.
Off: disculpa la tardanza
El hombre se fue en farfullas por no recuperar su joyita lo que me hizo reír y ya luego la mujer con su explicación de “manosear” claro que lo sabía, a mi verdadera edad sabía todo eso y en las calles (de donde salí en Londres) se habla de eso más crudamente, así que era mi oportunidad de molestar con eso a una damita de sociedad –oh vaya entonces todo los que viven conmigo me han manoseado, y debo decirles que no cuando toquen esa parte de mi cuerpo verdad?- lo miro y finjo un sonrojo para luego agachar mi carita al suelo mirando mis piecitos como tocan el suelo y se mueven lentamente –Entonces mucha gente dejará de tocarme, porque no dejaré que lo vuelvan a hacer, esta mi padre, mi tío, los hombres de la villa, ah y las mujeres también una que otra se da banquete en tocarme ahí- sonrío a mis adentros con malicia pues a lo que me refiero es al cabello, en la villa todos tienen algo con mi cabello, les gusta peinármelo o ponerle flores o solo estarlo cepillando, mi padre en cambio el solo me despeina para verme molesta cuando me peina, pero eso la vampirita no lo sabía, luego se lo diría –Tranquila, solo me tocan el cabello porque les gusta mi cabello mucho, aunque solo es cabello- le miro y suelto una risotada caminando frente a ella, algunos de los niños que viví en la calle decían que caminaba como muñeca de porcelana y por eso nunca parecía de clase baja, lo que me hizo girar y mirarle a los ojos mientras caminaba de espalda –se lo que es manosear, en la calle se ve mucho eso, tu sabes, el hombre que te da el refugio siempre se aprovecha de las jovencitas más agraciadas, las de 16 años y los más pequeños solo les pone a trabajar o robar, así que sí, he visto eso de manosear y otras cosas, aunque claro según tengo entendido, si es con amor entre dos está permitido, ¿verdad? –me rio y voy dando vueltas tarareando una canción apache antigua ¿Cómo la recordaba? La escuche de un viejo conquistador en una taberna, así me la aprendí y me sentía más en casa al entonarla, sabía que eso la haría sonrojar, aunque no pudiera, por ser una muerta viva, pero al menos recordaría la sensación del sonrojo, la sensación de sentirse avergonzada por tocar temas tan “delicados”
La noche se iba cerniendo sobre nosotros con pasos lentos, las estrellas estaban en lo alto y a cada segundo que pasábamos platicando una nueva estrella aparecía en el firmamento, el miedo de no saber porque, el desconocimiento a lo que hay más allá de la muerte, el cielo, el infierno, el alma y la perdición, todo eso conlleva el miedo, pero no es solo más que algo sin sentido, aunque la mujer tenía un buen punto enfocado. –Bueno, Mel, te diré algo, ese miedo todos los tenemos, yo temo volver a perder mi padre número tres, a mi tercera tribu, a mi tercera familia, creo que no volvería a ser la misma si los perdiera, además, ¿Quién no tendría miedo andar sola por ahí? Bueno si andas solas al inicio te acostumbras, pero luego cuando encuentras una familia ideal, una familia de verdad no quieres perderla porque te destrozaría el alma y te marchitarías como las cosechas o como las rosas sin agua- murmuro y me subo a una banquea, para sobre esta, mirándole a los ojos –Los cazadores no son tan hábiles, los que si son más rápidos son los inquisidores, pero es porque que se han unido a sus filas gente como nosotros- la señalo a ella y a mi también –lo que les da una ventaja, la verdad hay pocos, como tú y yo que aceptan a diversos, es decir ¿en qué cuerda o lógica cabeza se le ocurriría a un vampiro andar con una shiffter? A nadie verdad…y ahí radica nuestro mal- me rió porque esas palabras las escuche de una lycan en una reunión que se hizo hace mucho y de la cual participe muy poco.
-Tu unirías fuerza, con shiffters, lycans, gitanos, brujos, fantasmas, y demás seres sobrenaturales, sabiendo, que, serías rechazada de la sociedad vampirica a la que perteneces, que todos tus semejantes te mirarán raro, que todos ellos te podrían cerrar la puerta, y que pocos te aceptarían pero en secreto…arriesgarías todo lo que tuviste y tienes por alianzas como estas- le miro inquieta por mi pregunta, la verdad la joven no me molestaba al contrario me agradaba mucho, aunque sabía que yo podría resultarle un fastidio, pues preguntas como esas, nadie las hace, y menos una cambiante como yo.
Off: disculpa la tardanza
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