AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Vaya tropezón! [Melanya]
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Vaya tropezón! [Melanya]
Apenas empezaba a anochecer, y nuevamente estaba llegando tarde al trabajo, era algo con lo que Sweet no podía contar, si no se dormía, se quedaba haciendo otras cosas, comprando, acomodando, planchando su ropa o cocinando algo. Sea lo que sea siempre llegaba tarde, por costumbre. Y eso solo le traía problemas y retos.
Se había cambiado muy rápido y tenia las ligas desabrochadas, su corta falda doblada y su camisa con escote totalmente desabrochado. Como ya había aprendido como sobrellevar esto de correr en las calles de París se había calzado con una botas cortas con poco taco, poca altura y se tapaba con un sobretodo negro, mas parecido a una capa ajustada en la cintura con un lazo.
Corrió unas 5 cuadras y estaba poniéndose exhausta poco acostumbrada a ese tipo de trotes, era una tortura tener pechos y encima la camisa desabrochada, estaba tan acostumbrada a los corsets que tanta libertad la incomodaba de sobremanera. Por esas cuadras esquivó a unas 3 personas y cruzó la calle sin mirar en dos oportunidades. Los negocios ya estaban cerrando, y algunos de ellos limpiando los exhibidores.
De pronto, ya llegando al burdel, el viento volcó la capucha de su capa sobre ella tapándole la visión lo que generó toparse contra alguien que se asomaba por la esquina y terminó cayendo de bruces sobre quienquiera que estaba por cruzar la calle. Sintió que su cuerpo impactó de lleno y supuso que estaba en plena calle tirados a considerar por la humedad de los fríos adoquines.
-Oh por Dios! - dijo mientas se incorporaba torpemente, no sentía mas que dolor en sus rodillas y eso le pedía permanecer en el suelo un tiempo mas hasta que el dolor cesara.
Se destapó la capucha rogando que la persona atropellada estuviera bien, que no se haya hecho daño y que no estuviera expuesta a la transitada calle.
Se había cambiado muy rápido y tenia las ligas desabrochadas, su corta falda doblada y su camisa con escote totalmente desabrochado. Como ya había aprendido como sobrellevar esto de correr en las calles de París se había calzado con una botas cortas con poco taco, poca altura y se tapaba con un sobretodo negro, mas parecido a una capa ajustada en la cintura con un lazo.
Corrió unas 5 cuadras y estaba poniéndose exhausta poco acostumbrada a ese tipo de trotes, era una tortura tener pechos y encima la camisa desabrochada, estaba tan acostumbrada a los corsets que tanta libertad la incomodaba de sobremanera. Por esas cuadras esquivó a unas 3 personas y cruzó la calle sin mirar en dos oportunidades. Los negocios ya estaban cerrando, y algunos de ellos limpiando los exhibidores.
De pronto, ya llegando al burdel, el viento volcó la capucha de su capa sobre ella tapándole la visión lo que generó toparse contra alguien que se asomaba por la esquina y terminó cayendo de bruces sobre quienquiera que estaba por cruzar la calle. Sintió que su cuerpo impactó de lleno y supuso que estaba en plena calle tirados a considerar por la humedad de los fríos adoquines.
-Oh por Dios! - dijo mientas se incorporaba torpemente, no sentía mas que dolor en sus rodillas y eso le pedía permanecer en el suelo un tiempo mas hasta que el dolor cesara.
Se destapó la capucha rogando que la persona atropellada estuviera bien, que no se haya hecho daño y que no estuviera expuesta a la transitada calle.
Última edición por Sweet Von Teese el Dom Jul 28, 2013 10:21 pm, editado 1 vez
Sweet Von Teese*- Mensajes : 88
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Re: Vaya tropezón! [Melanya]
Había salído a pasear como de costumbre, pero hoy más animada que de costumbre. El mayordomo de mi señor esposo me explicó que está tarde había llovido y que a pesar de que no haya sido una fuerte lluvia, debía considerar aplazar mi paseo a otro día puesto que quizás el barro y el ligermanete húmedo pavimento me traería problemas e incordios, pero me opuse en rotundo a sus peticiones.
Jamás había salido un día lluvioso, o postlluvia, a la calle por lo que salir hoy y ahora sería una experiencia nueva que no podía dejar pasar durante mucho tiempo y si hoy los astros se habían juntado de forma tan beneficiosa, no podía dejar pasar aquella oportunidad. Sin embargo, le prometí al mayordomo que me pondría las botas más seguras para evitar resvalar y caerme al suelo aunque a decir verdad aquello no pareció tranquilizarlo demasiado.
Después de equiparme como si me dirigiera a Siberia, me pusé un vestido especial que era unos dedos más corto que los que solía llevar solo para que al caminar no rozara el suelo y este no se mojara. Finalmente, salí a la calle con un paraguas en mano por si empezaba a llover de nuevo, aunque a juzgar por el cielo lo había cogido más como complemento que algo que me sería útil a lo largo de la noche.
Me encaminé en un callejón recondito, pues era un hobbie que había adoptado desde hace poco para investigar París a fondo, y a pesar de que me había equipado para no empaparme, el destino parecía tener otros planes para mi. Me choqué con alguien, que a juzgar por la voz era una chica, y me caí de bruces al suelo sintiendo que poco a poco mi vestido se iba mojando ligeramente. Lo cierto es que no me preocupaba el vestido en absoluto, me preocupaba más el incordio que acababa de crearles a las lavanderas.
Dejé el vestido de lado pues ya me encargaría de pedir disculpas por mi vestido y me dispuse a observar el bienestar de la otra persona. Desconocía cuan fuerte había sido el golpe pues y no notaba los golpes de la misma manera que un humano y quizás había herido gravemente a la joven sin querer.
Me levanté rápidamente y me acerqué a la joven preocupaba. La observé percatandome que la chica era realmente bella. Poseía una cabellera larga del color de la noche que la favorecía sobremanera pues debido a su tez clara se formaba un contraste que le daba un físico de muñeca de porcelana.
-¿Está usted bien? - Pregunté mirandola y alargandole la mano para ayudarle a levantarse – No la había visto cruzar la calle... lo lamento.
OFF: Mil años después. POR FIN TE HE CONTESTADO. DISCULPA EN SERIO.
Jamás había salido un día lluvioso, o postlluvia, a la calle por lo que salir hoy y ahora sería una experiencia nueva que no podía dejar pasar durante mucho tiempo y si hoy los astros se habían juntado de forma tan beneficiosa, no podía dejar pasar aquella oportunidad. Sin embargo, le prometí al mayordomo que me pondría las botas más seguras para evitar resvalar y caerme al suelo aunque a decir verdad aquello no pareció tranquilizarlo demasiado.
Después de equiparme como si me dirigiera a Siberia, me pusé un vestido especial que era unos dedos más corto que los que solía llevar solo para que al caminar no rozara el suelo y este no se mojara. Finalmente, salí a la calle con un paraguas en mano por si empezaba a llover de nuevo, aunque a juzgar por el cielo lo había cogido más como complemento que algo que me sería útil a lo largo de la noche.
Me encaminé en un callejón recondito, pues era un hobbie que había adoptado desde hace poco para investigar París a fondo, y a pesar de que me había equipado para no empaparme, el destino parecía tener otros planes para mi. Me choqué con alguien, que a juzgar por la voz era una chica, y me caí de bruces al suelo sintiendo que poco a poco mi vestido se iba mojando ligeramente. Lo cierto es que no me preocupaba el vestido en absoluto, me preocupaba más el incordio que acababa de crearles a las lavanderas.
Dejé el vestido de lado pues ya me encargaría de pedir disculpas por mi vestido y me dispuse a observar el bienestar de la otra persona. Desconocía cuan fuerte había sido el golpe pues y no notaba los golpes de la misma manera que un humano y quizás había herido gravemente a la joven sin querer.
Me levanté rápidamente y me acerqué a la joven preocupaba. La observé percatandome que la chica era realmente bella. Poseía una cabellera larga del color de la noche que la favorecía sobremanera pues debido a su tez clara se formaba un contraste que le daba un físico de muñeca de porcelana.
-¿Está usted bien? - Pregunté mirandola y alargandole la mano para ayudarle a levantarse – No la había visto cruzar la calle... lo lamento.
OFF: Mil años después. POR FIN TE HE CONTESTADO. DISCULPA EN SERIO.
Melanya Boyarskaya- Vampiro/Realeza
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Re: Vaya tropezón! [Melanya]
- Off:
- jajaja no hay problema Mel! Besoo!
Levantándose con cautela para evitar un mal mayor notó que la mujer de cabellos blancos que había atropellado estaba bien e incluso ya se había levantado, estaba fuera de peligro todo salvo su vestido, parecía uno de los caros y esmerados. Lo vió manchado en varios lados, en el frente presentaba una mancha importante de barro a la altura de las rodillas.
-Madame, sepa disculparme, llevaba prisa y mire lo que hice con su vestido - dijo con aire preocupado y aun incorporándose, revisando en su cartera encontró un pañuelo blanco inmaculado y sin perder tiempo bajo una leve llovizna que amenazaba con retirarlas de la calle, lo frotó sobre la gran mancha de barro, intentando remediar el infortunio.
Levantó la vista al recordar que en la vereda de en frente había un café y al ver que la mancha aun no cedía por completo optó por ofrecerle su brazo conducuiéndola hasta el café confiándole que allí podría ayudarla con la mancha. En su rostro se notaba la preocupación, quizá esta mujer estaba bajando para ir a una reunión o una cita y no podía llegar en esas condiciones al encuentro. -Madame, espero que no este retrasada- aclaró mientras examinaba su rostro que no expresaba molestia, ni enojo y eso la dejo un poco mas aliviada. Ya ni siquiera le importaba llegar tarde, de todas formas este hecho tenia mas peso que aquello por el golpe propinado a la dama. Hasta el momento no había tenido problemas en París y no quería tenerlos tampoco.
Dejándola en una mesa, se acercó al camarero pidiéndole algún trapo húmedo y una taza con te con una mezcla de hierbas que en ocasiones le fue efectivo como quitamanchas.
Sweet Von Teese*- Mensajes : 88
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Re: Vaya tropezón! [Melanya]
Al parecer la joven con la que me había topado mostraba más interés por el estado de mi vestido, que por su estado físico. Nada más incorporarse sacó un pañuelo de un blanco ceniciento y se acercó a mi intentando quitar la mancha. Estaba lloviendo y lo cierto es que el vestido era lo de menos por lo que le iba a decir a la joven que siguiera con su camino que si tenía prisa debía de irse y no quedarse aquí a preocuparse por un vestido completamente ajeno a ella.
Más era tan rápida, que después de ofrecerme su brazo me invitó a irnos de la calle y entrar a un café. Quizás era allí donde tenía su cita y así de paso me llevaba a un sitio donde podría protegernos de la lluvia que amenazaba a derramarse sobre nosotras y sobre toda París. Esperaba al menos que mi vestido dejara de preocuparla en lo absoluto. Era un simple vestido al fin y al cabo.
La chica comentó que esperara que no tuviera nada que hacer y que me estuviera retrasando en esos momentos.
-Tranquila - Le dije con una sonrisa amable - Había salido simplemente para dar un paseo por París. No tenía nada que hacer. No se tiene que preocupar por nada. Por otra parte, me temo que vos si tiene prisa. Será mejor que se dirijá a donde iba puesto que estas nubes nos prometen tormenta.
La chica pareció hacerme caso. Me guió hasta una mesa donde me pidió que me sentara y le hice caso con la esperanza de que así se calmara y se marchara por fin... era tan amable y solo por haberse chocado conmigo... ya ni me imaginaba que podría hacer si por casualidad hubiese caido en un charco. Probablemente me llevaría con ella a su casa para lavar allí las manchas con jabón y con sus propias manos. Ojala nadie le arrebatase aquel carácter afable y prospero a la ayuda... y por supuesto que nadie la usara para fines negativos o se aprobechase de su gran amabilidad.
Sin embargo, al parecer dentro de las intenciones de la chica no entraban el marcharse a hacer sus recados. Al parecer creía más oportuno primero obsequiarme con un té para luego marcharse.
-No hace falta... - Dije más bien para mi puesto que lo más seguro es que la chica no llegaría a escucharme.
Más era tan rápida, que después de ofrecerme su brazo me invitó a irnos de la calle y entrar a un café. Quizás era allí donde tenía su cita y así de paso me llevaba a un sitio donde podría protegernos de la lluvia que amenazaba a derramarse sobre nosotras y sobre toda París. Esperaba al menos que mi vestido dejara de preocuparla en lo absoluto. Era un simple vestido al fin y al cabo.
La chica comentó que esperara que no tuviera nada que hacer y que me estuviera retrasando en esos momentos.
-Tranquila - Le dije con una sonrisa amable - Había salido simplemente para dar un paseo por París. No tenía nada que hacer. No se tiene que preocupar por nada. Por otra parte, me temo que vos si tiene prisa. Será mejor que se dirijá a donde iba puesto que estas nubes nos prometen tormenta.
La chica pareció hacerme caso. Me guió hasta una mesa donde me pidió que me sentara y le hice caso con la esperanza de que así se calmara y se marchara por fin... era tan amable y solo por haberse chocado conmigo... ya ni me imaginaba que podría hacer si por casualidad hubiese caido en un charco. Probablemente me llevaría con ella a su casa para lavar allí las manchas con jabón y con sus propias manos. Ojala nadie le arrebatase aquel carácter afable y prospero a la ayuda... y por supuesto que nadie la usara para fines negativos o se aprobechase de su gran amabilidad.
Sin embargo, al parecer dentro de las intenciones de la chica no entraban el marcharse a hacer sus recados. Al parecer creía más oportuno primero obsequiarme con un té para luego marcharse.
-No hace falta... - Dije más bien para mi puesto que lo más seguro es que la chica no llegaría a escucharme.
Melanya Boyarskaya- Vampiro/Realeza
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Re: Vaya tropezón! [Melanya]
Intento llevar la bandeja para ir con mas prisa pero el mozo se lo impidió, le dijo varias veces que era su trabajo hacerlo y que le permitiera serles útil, así que encabezando la marcha hacia la mesa donde estaba la mujer, llegaron a la misma y el camarero depositó la bandeja con la pequeña pava de metal, dos tazas y unos cuantos té dispersos en una cajita de madera, mostrando varios gustos.
Sweet se apresuro a abonarle con cambio y vio como este se retiraba por el rabillo de sus ojos mientras tomaba la taza rápidamente y colocaba el agua hirviendo en ella, luego observó la caja hasta encontrar el te que necesitaba y comenzó a sacudir el saquito mientras la infusión se preparaba. Que vergüenza, pensó varias veces, pero al menos ya no estaban en medio del agua, ni en plena lluvia, así que eso trajo un poco de alivio, ayudado también por el aroma a café que salia de la maquina muy próxima a ellas dos.
Estaban en una pequeña mesa, cercanas a la ventana y a la barra mostrador del local. La cafetera estaba sacando los restos de vapor que le quedaban y los vidrios comenzaban a empañarse por la condensación. Se atrevió a observar un poco mas detenidamente a la mujer - Que pena lo de su vestido Madamme, soy una descuidada con esto de caminar, una atropellada diria yo ... - dijo asintiendo mientras media las expresiones de esta. - Me llamo Sweet - dijo con una pequeña sonrisa en sus labios. Se percato de su risa después de verse reflejada en el vidrio situado al otro extremo del salón que la mostraba desarreglada, con mechones que le caían a ambos lados de la cara. Luego se quedo esperando la respuesta de esta mientras se acomodaba un poco el vestido y comenzaba a pasar el trapo remojado en té sobre la mancha de barro de su ropa. La mancha comenzó a ceder pronto dejando una mancha de agua únicamente que no tardaria en secarse en poco tiempo o con algo de aire seco.
Sweet se apresuro a abonarle con cambio y vio como este se retiraba por el rabillo de sus ojos mientras tomaba la taza rápidamente y colocaba el agua hirviendo en ella, luego observó la caja hasta encontrar el te que necesitaba y comenzó a sacudir el saquito mientras la infusión se preparaba. Que vergüenza, pensó varias veces, pero al menos ya no estaban en medio del agua, ni en plena lluvia, así que eso trajo un poco de alivio, ayudado también por el aroma a café que salia de la maquina muy próxima a ellas dos.
Estaban en una pequeña mesa, cercanas a la ventana y a la barra mostrador del local. La cafetera estaba sacando los restos de vapor que le quedaban y los vidrios comenzaban a empañarse por la condensación. Se atrevió a observar un poco mas detenidamente a la mujer - Que pena lo de su vestido Madamme, soy una descuidada con esto de caminar, una atropellada diria yo ... - dijo asintiendo mientras media las expresiones de esta. - Me llamo Sweet - dijo con una pequeña sonrisa en sus labios. Se percato de su risa después de verse reflejada en el vidrio situado al otro extremo del salón que la mostraba desarreglada, con mechones que le caían a ambos lados de la cara. Luego se quedo esperando la respuesta de esta mientras se acomodaba un poco el vestido y comenzaba a pasar el trapo remojado en té sobre la mancha de barro de su ropa. La mancha comenzó a ceder pronto dejando una mancha de agua únicamente que no tardaria en secarse en poco tiempo o con algo de aire seco.
Sweet Von Teese*- Mensajes : 88
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Re: Vaya tropezón! [Melanya]
La joven dama, junto con el camarero, se acercaron a mi mesa para proponerme el gran mostrario de tes que tenía el local puesto que querían que escogiera uno. La joven ni siquiera me dio tiempo a rechistar y le pagó los tes al joven y le permitió marcharse. Pensaba que la chica por fin se marcharía, pero eso no fue así... ¡¡incluso quería prepararme el té!!
-Mi señora, no hace falta que se tome tantas molestias por mi. Es solo un vestido, le pido que se marche si tenía algo que hacer. Eso es más importante que mi vestido - Le pedí casi en un ruego.
Al parecer, no iba a conseguir persuadir a la joven para que no se preocupara por mi vestido... quizás lo veía demasiado lujoso y caro y pensaba que me había arruinado para pagarlo, pero realmente era uno de mis vestidos más simples que usaba para pasear y encima en días con lluvia. Era un vestido especial, sí, pero tampoco tanto como para preocuparse por él y que mancharlo se considere una tragedia nacional.
-No se preocupe, de verdad - Le dije con una sonrisa - Es un vestido como cualquier otro, no debería de preocuparla tanto. Si quiere... podría regalarselo cuando esté limpio - Dije sin saber muy bien el por que puesto que la chica compartía otras medidas a las mías y probablemente no se preocupaba por el vestido porque le había gustado - Quiero decir, que es un vestido como cualquier otro. No se preocupe de verdad.
La joven decidió presentarse y confesó llamarse Sweet. La miré curiosa puesto que era un nombre que jamás había escuchado.
-Encantada de conocerla, yo me llamo Melanya Boyarskaya - Le dije con una sonrisa - ¿Es usted inglesa? - Le pregunté curiosa - Por su nombre parece que sus origenes remontan allí.
La chica se empeñó de todos modos a limpiar mi vestido. Comprendí por ello que tenía un carácter indómito y que por mucho que le pidieran lo contrario, si ella creía que debía hacer lo contrario, eso haría.
-Es muy buena persona, Sweet - Le dije con una sonrisa - Pocas personas se preocuparían por un vestido de una desconocida como lo está haciendo vos.
-Mi señora, no hace falta que se tome tantas molestias por mi. Es solo un vestido, le pido que se marche si tenía algo que hacer. Eso es más importante que mi vestido - Le pedí casi en un ruego.
Al parecer, no iba a conseguir persuadir a la joven para que no se preocupara por mi vestido... quizás lo veía demasiado lujoso y caro y pensaba que me había arruinado para pagarlo, pero realmente era uno de mis vestidos más simples que usaba para pasear y encima en días con lluvia. Era un vestido especial, sí, pero tampoco tanto como para preocuparse por él y que mancharlo se considere una tragedia nacional.
-No se preocupe, de verdad - Le dije con una sonrisa - Es un vestido como cualquier otro, no debería de preocuparla tanto. Si quiere... podría regalarselo cuando esté limpio - Dije sin saber muy bien el por que puesto que la chica compartía otras medidas a las mías y probablemente no se preocupaba por el vestido porque le había gustado - Quiero decir, que es un vestido como cualquier otro. No se preocupe de verdad.
La joven decidió presentarse y confesó llamarse Sweet. La miré curiosa puesto que era un nombre que jamás había escuchado.
-Encantada de conocerla, yo me llamo Melanya Boyarskaya - Le dije con una sonrisa - ¿Es usted inglesa? - Le pregunté curiosa - Por su nombre parece que sus origenes remontan allí.
La chica se empeñó de todos modos a limpiar mi vestido. Comprendí por ello que tenía un carácter indómito y que por mucho que le pidieran lo contrario, si ella creía que debía hacer lo contrario, eso haría.
-Es muy buena persona, Sweet - Le dije con una sonrisa - Pocas personas se preocuparían por un vestido de una desconocida como lo está haciendo vos.
Melanya Boyarskaya- Vampiro/Realeza
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Re: Vaya tropezón! [Melanya]
"Al menos pensara que estoy loca, pero que mas da! Todos lo piensan de mi en algún momento, ya sea entre las sabanas o en las calles viéndome hacer las compras corriendo de lado a lado"
pensaba Sweet mientras la dama la observaba con una mirada entre extrañada y desconcertada ademas de tratar de aliviar el inconveniente en el que la había metido.
De todas formas trató de calmarse a medida que vio como la mancha se iba esparciendo dejando solo la aureola del agua. Eso la dejaba ya mas tranquila. Cayó en la cuenta que la dama estaba hablándole y llegó a la pregunta sobre su nombre, lamentablemente su cabeza había estado perdida en medio de los pensamientos que olvido por completo que la dama le estaba hablando hace ya un tiempo.
-En realidad, me dicen Sweet, pero es mas un sobrenombre que adopté de mis conocidos- dijo medio riéndose de la realidad, porque no le había dicho su verdadero nombre. - Mi nombre real es Heather y soy una hija mas de Francia, aunque no de París. El pueblo que me vio nacer se encuentra a pocos kilómetros de aquí hacia el este - agregó mientras terminaba de darle las ultimas pasadas al vestido para luego dejarlo caer gracilmente sobre la falda de Melanya.
- Me creerá una ridícula, y puesto que eso soy solo tengo disculpas para ofrecerle eternamente Madamme, soy demasiado descuidada. No me tome a mal si la invité a tomar algo es porque quiero saber que realmente este bien, sino me sentiré culpable eternamente. Dios me libre de ello!.
Mis obligaciones pueden esperar, de todas formas en el trabajo entenderán que estoy saturada de esos horarios estrambóticos que me proponen y que no me dejan dormir como se debe. De no ser por eso, no hubiera chocado con usted. Le agradezco la cortesía que me demuestra, no todos reaccionan así. Se lo agradezco infinitamente- dijo tomando una de sus manos entre las de ella y brindándole una fraternal mirada.
-Solo estaba dando un paseo realmente Madamme o tenia algún compromiso, confío en su sinceridad -dijo tomando la taza de té y preparándose uno para ella mientras le acercaba a Melanya la caja con los té disponibles, gran variedad de ellos dispuestos en una bella caja de madera barnizada varias veces.
pensaba Sweet mientras la dama la observaba con una mirada entre extrañada y desconcertada ademas de tratar de aliviar el inconveniente en el que la había metido.
De todas formas trató de calmarse a medida que vio como la mancha se iba esparciendo dejando solo la aureola del agua. Eso la dejaba ya mas tranquila. Cayó en la cuenta que la dama estaba hablándole y llegó a la pregunta sobre su nombre, lamentablemente su cabeza había estado perdida en medio de los pensamientos que olvido por completo que la dama le estaba hablando hace ya un tiempo.
-En realidad, me dicen Sweet, pero es mas un sobrenombre que adopté de mis conocidos- dijo medio riéndose de la realidad, porque no le había dicho su verdadero nombre. - Mi nombre real es Heather y soy una hija mas de Francia, aunque no de París. El pueblo que me vio nacer se encuentra a pocos kilómetros de aquí hacia el este - agregó mientras terminaba de darle las ultimas pasadas al vestido para luego dejarlo caer gracilmente sobre la falda de Melanya.
- Me creerá una ridícula, y puesto que eso soy solo tengo disculpas para ofrecerle eternamente Madamme, soy demasiado descuidada. No me tome a mal si la invité a tomar algo es porque quiero saber que realmente este bien, sino me sentiré culpable eternamente. Dios me libre de ello!.
Mis obligaciones pueden esperar, de todas formas en el trabajo entenderán que estoy saturada de esos horarios estrambóticos que me proponen y que no me dejan dormir como se debe. De no ser por eso, no hubiera chocado con usted. Le agradezco la cortesía que me demuestra, no todos reaccionan así. Se lo agradezco infinitamente- dijo tomando una de sus manos entre las de ella y brindándole una fraternal mirada.
-Solo estaba dando un paseo realmente Madamme o tenia algún compromiso, confío en su sinceridad -dijo tomando la taza de té y preparándose uno para ella mientras le acercaba a Melanya la caja con los té disponibles, gran variedad de ellos dispuestos en una bella caja de madera barnizada varias veces.
Sweet Von Teese*- Mensajes : 88
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Re: Vaya tropezón! [Melanya]
La chica me respondió comentando que en realidad Sweet era un mote que se lo habían otorgado sus conocidos. Quizás era debido a su carácter tan afable y dedicado incluso a las personas desconocidas como yo. Desvié mi mirada hacia el vestido justo cuando la joven me comentaba sus origenes y su nombre original. Me fasciné por el hecho de que la mancha brillaba por su ausencia. Lo único que quedaba era la mancha d eagua que no tardaría mucho en secarse... pensaba que tendría que tirar el vestido... ¡¡pero las manos de Heather hacen maravillas!!
La chica justificó su empeño en que debía apaciguar su culpa solo en ayudarme y en invitarme a algo porque si no, no podría perdonarselo. La miré curiosa... quizás incluso nos parecíamos en algo ya que en su caso, lo más probable es que yo actuaría igual.
La joven me especificó además que iba a trabajar y que no pasaba nada si no venía a la hora, puesto que sus amos sabían las malas horas a las que tenía que asistir a su trabajo, por lo que lo entendían, o al menos eso entendí. Sin embargo, la miré preocupada porque su trabajo le proporcionaba el dinero con el que subsistía... y sospechaba que a pesar de que sus amos entendieran sus tardanzas, se lo restaban del sueldo.
Mientras pensaba aquello, la joven me cogió de las manos y me pidió que le brindara mi sinceridad y le confesara si realmente estaba dando un paseo. Me soltó la mano con la esperanza de que le respondiera y optó por hacer un té.
-Sí... - Le comenté mientras señalaba el té que quería con una sonrisa - En realidad mis sirvientes me propusieron no salir... pero no quería quedarme entre cuatro paredes y he decidido salir a pesar de la lluvia.
Decidí no mencionar que no puedo salir de día y esperaba que la joven no me mencionara que era una hora muy tardía para salir únicamente a pasear, que para ello podía salir de día... Me había fijado que cuando les decía a las personas que no podía salir de día algunos me miraban muy pésimo a pesar de que les explicaba que era una enfermedad... me daba la sensación que no todos me creían y no quería llamar la atención y ponerme en peligro.
La chica justificó su empeño en que debía apaciguar su culpa solo en ayudarme y en invitarme a algo porque si no, no podría perdonarselo. La miré curiosa... quizás incluso nos parecíamos en algo ya que en su caso, lo más probable es que yo actuaría igual.
La joven me especificó además que iba a trabajar y que no pasaba nada si no venía a la hora, puesto que sus amos sabían las malas horas a las que tenía que asistir a su trabajo, por lo que lo entendían, o al menos eso entendí. Sin embargo, la miré preocupada porque su trabajo le proporcionaba el dinero con el que subsistía... y sospechaba que a pesar de que sus amos entendieran sus tardanzas, se lo restaban del sueldo.
Mientras pensaba aquello, la joven me cogió de las manos y me pidió que le brindara mi sinceridad y le confesara si realmente estaba dando un paseo. Me soltó la mano con la esperanza de que le respondiera y optó por hacer un té.
-Sí... - Le comenté mientras señalaba el té que quería con una sonrisa - En realidad mis sirvientes me propusieron no salir... pero no quería quedarme entre cuatro paredes y he decidido salir a pesar de la lluvia.
Decidí no mencionar que no puedo salir de día y esperaba que la joven no me mencionara que era una hora muy tardía para salir únicamente a pasear, que para ello podía salir de día... Me había fijado que cuando les decía a las personas que no podía salir de día algunos me miraban muy pésimo a pesar de que les explicaba que era una enfermedad... me daba la sensación que no todos me creían y no quería llamar la atención y ponerme en peligro.
Melanya Boyarskaya- Vampiro/Realeza
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Re: Vaya tropezón! [Melanya]
Hábilmente optó por servirle rápido el té sin descuidar los clásicos modales, desde ya que no era hora del té, pero posiblemente era mejor que nada, ademas necesitaba el té para poder sacar la mancha. Así que allí estaban ambas conversando en una cafetería tomando un te a la hora de la cena, que extraño se vería desde fuera, y eso sin saber que recién acababan de cruzar palabra.
Sweet rió sin ánimos de burlarse al notar esta atípica situación que se le presento esta noche.
-Mi trabajo, la verdad que no me importa mucho Madame, es por horas, y últimamente esas horas no me reditúan demasiado dinero, estoy bastante comprometida con juntar dinero para mantenerme, pero la realidad es que ando en busca de algún trabajo fijo que me ayude a mantener mi alquiler y la comida. Una casa de acogidas es mi domicilio pero procuro ofrecer mi ayuda por el hospedaje que me brindan, allí son muy amables todos pero me siento en deuda si no coopero con algo de dinero cuando el mes comienza.- confesó Sweet mientras giraba un poco la taza por su asa y desviaba la vista de la mirada de la atenta dama mientras se concentraba en lo que decía. Estaba confiada en que realmente podía buscar otro tipo de trabajo, otro tipo de futuro para ella fuera del burdel... le pregunta era "Cómo?". Cómo salir del burdel y mantener su vivienda, o al menos su cama, alimentarse y vestirse a diario. No podía darse el lujo de "probar suerte" y perder en el intento porque no le quedaría mas que volverse al campo a continuar su clandestina carrera de prostituta para siempre.
No quería eso para su futuro, no porque no disfrutara del sexo, sino porque no iba a poder trabajar de ello para siempre. Jugar con los placeres carnales no siempre traía cosas buenas como orgasmos, cuerpos en una cama y brutales embestidas, sino que a veces podía traer complicaciones como embarazos no deseados, abortos espontáneos o alguna enfermedad sexual que podía acabar con su vida en apenas unos meses. Había visto estos horrores de cerca y no quería ser parte de ese grupo de mujeres y hombres que de pronto dejaban de asistir a su trabajo para luego saber que habían muerto o habían parido. Terribles situaciones se conocían a diario tras bambalinas, realidades muy crudas para ser contadas a personas como Melanya, un ser que parecía incorrupto, muy lejos de esta realidad que se vivía en el mundo de los de clase baja. Un mundo que parecía ser mejor, pero... quien sabe? Quizá era un infierno parecido pero mucho mas reservado.
Volviendo en si decidió comentarle un hecho que parecía obvio pero que luego constato que tendría algún fundamento, y lo encontró en los comentarios que encontraba en el burdel también - Un poco tarde para el paseo, si si. Pero imagino que usted debe tener problemas con el sol, por su tono de piel y su cabello seguramente usted es parte de la gente nacida con la pigmentación especial que no permite un gran contacto con el sol. Mirando el lado bueno, cuenta con la ventaja de no tener arrugas hasta que llegue a una muy avanzada edad- y se sonrió de saberlo realidad. Los albinos tenían esa ventaja, todos parecían ser mas jóvenes de lo normal por su nula exposición a los rayos solares altamente elevados en algunas estaciones en particular verano.
-Yo terminare como una abuela en apenas unos años cuando mis pieles empiecen a ser meros colgajos- y frunció su boca al saberlo real y por primera vez notó la ansiedad en ella. Por mas que intentara no se conservaría así para siempre. El tiempo corría, era vital buscar otra actividad, salir de la pocilga que se le presentaba ahora con forma de burdel. Esa pocilga que tenia forma de mansión en su pasado mas cercano y que ahora conociendo un poco mas el mundo o la urbe Parisina no le parecía mas que una porquería. Quería ser alguien mas, quería tener una vida, ya era hora. El reloj corría.
Sweet rió sin ánimos de burlarse al notar esta atípica situación que se le presento esta noche.
-Mi trabajo, la verdad que no me importa mucho Madame, es por horas, y últimamente esas horas no me reditúan demasiado dinero, estoy bastante comprometida con juntar dinero para mantenerme, pero la realidad es que ando en busca de algún trabajo fijo que me ayude a mantener mi alquiler y la comida. Una casa de acogidas es mi domicilio pero procuro ofrecer mi ayuda por el hospedaje que me brindan, allí son muy amables todos pero me siento en deuda si no coopero con algo de dinero cuando el mes comienza.- confesó Sweet mientras giraba un poco la taza por su asa y desviaba la vista de la mirada de la atenta dama mientras se concentraba en lo que decía. Estaba confiada en que realmente podía buscar otro tipo de trabajo, otro tipo de futuro para ella fuera del burdel... le pregunta era "Cómo?". Cómo salir del burdel y mantener su vivienda, o al menos su cama, alimentarse y vestirse a diario. No podía darse el lujo de "probar suerte" y perder en el intento porque no le quedaría mas que volverse al campo a continuar su clandestina carrera de prostituta para siempre.
No quería eso para su futuro, no porque no disfrutara del sexo, sino porque no iba a poder trabajar de ello para siempre. Jugar con los placeres carnales no siempre traía cosas buenas como orgasmos, cuerpos en una cama y brutales embestidas, sino que a veces podía traer complicaciones como embarazos no deseados, abortos espontáneos o alguna enfermedad sexual que podía acabar con su vida en apenas unos meses. Había visto estos horrores de cerca y no quería ser parte de ese grupo de mujeres y hombres que de pronto dejaban de asistir a su trabajo para luego saber que habían muerto o habían parido. Terribles situaciones se conocían a diario tras bambalinas, realidades muy crudas para ser contadas a personas como Melanya, un ser que parecía incorrupto, muy lejos de esta realidad que se vivía en el mundo de los de clase baja. Un mundo que parecía ser mejor, pero... quien sabe? Quizá era un infierno parecido pero mucho mas reservado.
Volviendo en si decidió comentarle un hecho que parecía obvio pero que luego constato que tendría algún fundamento, y lo encontró en los comentarios que encontraba en el burdel también - Un poco tarde para el paseo, si si. Pero imagino que usted debe tener problemas con el sol, por su tono de piel y su cabello seguramente usted es parte de la gente nacida con la pigmentación especial que no permite un gran contacto con el sol. Mirando el lado bueno, cuenta con la ventaja de no tener arrugas hasta que llegue a una muy avanzada edad- y se sonrió de saberlo realidad. Los albinos tenían esa ventaja, todos parecían ser mas jóvenes de lo normal por su nula exposición a los rayos solares altamente elevados en algunas estaciones en particular verano.
-Yo terminare como una abuela en apenas unos años cuando mis pieles empiecen a ser meros colgajos- y frunció su boca al saberlo real y por primera vez notó la ansiedad en ella. Por mas que intentara no se conservaría así para siempre. El tiempo corría, era vital buscar otra actividad, salir de la pocilga que se le presentaba ahora con forma de burdel. Esa pocilga que tenia forma de mansión en su pasado mas cercano y que ahora conociendo un poco mas el mundo o la urbe Parisina no le parecía mas que una porquería. Quería ser alguien mas, quería tener una vida, ya era hora. El reloj corría.
Sweet Von Teese*- Mensajes : 88
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Re: Vaya tropezón! [Melanya]
Mientras bebíamos el té al cual tan amablemente me había invitado Sweet, la joven me comentó que su trabajo no le importaba en gran medida. No pude evitar esconder mi sorpresa. Sin embargo, la joven me aclaró que dicho trabajo ya no le recaudaba los mismos ingresos que antaño puesto que es un trabajo que es por horas. También comentó que buscaba otro trabajo parecido a una casa de acogida. La miré curiosa.
Caí en la cuenta de pronto que desde que había llegado a París no había adquirido ninguna doncella ni nada por el estilo. Cuando viví en Rusia estaba siempre rodeada de nodrizas o sirvientas que mi padre había contratado nada más nacer yo y estas mismas siempre me acompañaron en todo. Más cuando me comprometí y me tuve que mudar a París a los aposentos de mi señor esposo, estas se vieron obligadas a quedarse en su país natal por petición de mi padre, por lo que me vi obligada a venir a París más sola que acompañada.
Cuando mi señor esposo se dio cuenta de ese detalle me propuso contratar alguna doncella que él creyera conveniente, más yo le pedí que en aquel asunto quería ser independiente y escogerlas yo por mi propio criterio, mi señor esposo no se opuso, pero desde aquello ya había pasado un mes y al darse cuenta que no avanzaba en mi búsqueda me volvió a comentar que si me lo había repensado, podría ponerse el a cargo de las doncellas, pero yo me volví a negar.
Lo cierto es que la historia de la joven me había llegado bastante al alma y su impetu por encontrar un trabajo nuevo me dieron que pensar. Lo cierto es que la joven sería muy buena como doncella. Era muy gentil y mejor persona. Sin embargo, no sabría decir como podría proponerle aquello... quizás me tacharía de osada o pensaría que se lo proponía por educación, como agradecimiento por haberme limpiado el vestido. Debía pensar bien las palabras.
Mientras meditaba, Sweet me comentó que a juzgar por la hora que había optado por pasear tendría algún problema en la piel que me impedia exponerme a la luz solar, más me comentó que no debía preocuparme por eso puesto que eso me permitiría lucir más joven durante más tiempo cuando en ella se notarían más las señales de la edad. No pude evitar reirme por aquel comentario.
-No creo que eso pase - Le comenté - Si una mujer es realmente hermosa, la edad no la puede estropear y usted es muy hermosa - Le dije con una sonrisa - Con respecto a mi enfermdad... lo cierto es que es ciertamente molesto debido a que no puedo hacer ciertas cosas debido a que la mayor parte de los locales cierran de noche y no puedo visitar nada por lo que necesito de doncellas... - Comenté observando la reacción de la joven, quería identificar en su mirada si le interesaba el tema realmente.
Caí en la cuenta de pronto que desde que había llegado a París no había adquirido ninguna doncella ni nada por el estilo. Cuando viví en Rusia estaba siempre rodeada de nodrizas o sirvientas que mi padre había contratado nada más nacer yo y estas mismas siempre me acompañaron en todo. Más cuando me comprometí y me tuve que mudar a París a los aposentos de mi señor esposo, estas se vieron obligadas a quedarse en su país natal por petición de mi padre, por lo que me vi obligada a venir a París más sola que acompañada.
Cuando mi señor esposo se dio cuenta de ese detalle me propuso contratar alguna doncella que él creyera conveniente, más yo le pedí que en aquel asunto quería ser independiente y escogerlas yo por mi propio criterio, mi señor esposo no se opuso, pero desde aquello ya había pasado un mes y al darse cuenta que no avanzaba en mi búsqueda me volvió a comentar que si me lo había repensado, podría ponerse el a cargo de las doncellas, pero yo me volví a negar.
Lo cierto es que la historia de la joven me había llegado bastante al alma y su impetu por encontrar un trabajo nuevo me dieron que pensar. Lo cierto es que la joven sería muy buena como doncella. Era muy gentil y mejor persona. Sin embargo, no sabría decir como podría proponerle aquello... quizás me tacharía de osada o pensaría que se lo proponía por educación, como agradecimiento por haberme limpiado el vestido. Debía pensar bien las palabras.
Mientras meditaba, Sweet me comentó que a juzgar por la hora que había optado por pasear tendría algún problema en la piel que me impedia exponerme a la luz solar, más me comentó que no debía preocuparme por eso puesto que eso me permitiría lucir más joven durante más tiempo cuando en ella se notarían más las señales de la edad. No pude evitar reirme por aquel comentario.
-No creo que eso pase - Le comenté - Si una mujer es realmente hermosa, la edad no la puede estropear y usted es muy hermosa - Le dije con una sonrisa - Con respecto a mi enfermdad... lo cierto es que es ciertamente molesto debido a que no puedo hacer ciertas cosas debido a que la mayor parte de los locales cierran de noche y no puedo visitar nada por lo que necesito de doncellas... - Comenté observando la reacción de la joven, quería identificar en su mirada si le interesaba el tema realmente.
Melanya Boyarskaya- Vampiro/Realeza
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Re: Vaya tropezón! [Melanya]
Sweet no podía apartar la mente de sus pensamientos, estaba realmente acomplejada, su mente divagaba entre los pensamientos mas recientes y dieron paso a lo que era el paso del tiempo. Seguramente al verse frente a este momento de distracción en su vida, conversando con una dama que apenas conocía por un accidente cotidiano, le hizo notar que el tiempo corría, que la edad se iba a notar y que salvo la casa de sus padres en el campo, nada tenia. Ni casa, ni un marido, ni un buen pasar como para poder valerse el día de mañana cuando su cuerpo no se cotizara en el mercado de la prostitución.
Esta mujer que parecía ser mas joven que ella y con otro pasar muy distinto a pesar de su enfermedad podía disponer de tener la noche libre, salir a tomar un poco de aire fresco, tener una casa, vestidos caros, alhajas y demás cosas que las mujeres quieren.
Disimuladamente iba afirmando y tomando nota mental de lo que ella le decía pero la verdad era que su mente divagaba mas en estas cosas, y su cuerpo estaba en la cafetería y su mente ensimisma buscaba pasar desapercibido este momento de distracción. Meneo la cuchara en la taza, olfateo un poco el aroma del te mientras seguía con la mirada el rostro de Melanya.
Se la veía animada, como si hablara con una amiga en un café, quizá sentía soledad también, no debía de ser fácil sobrellevar una vida como la de ella. No se la imaginaba y posiblemente nunca viviría así.
-Me halaga Madame - respondió con una sonrisa al comentario de la edad que esta comentó.
-No me imagino en su situación realmente, no tuve allegados que tuvieran esa necesidad de evitar el contacto diurno, pero imagino que debe ser difícil de sobrellevar, cansador posiblemente. Me imagino que debe de tener muchas doncellas hoy por hoy, digo.. cualquiera dejaría todo por un trabajo así!, con usted que parece ser de las mujeres humildes, simples, sencillas. Me imagino que debe tener su dotación completa en la actualidad, no es así?- pregunto mientras se vio en el lugar de esas damas que acompañaban a esta otra resolviendo problemas, realizando tramites y vistiendo atuendos realmente elegantes con los que se paseaban rozagantes por la plaza parisina cercana a la casa de acogidas donde vivía, o los bellos sombreros que portaban cuando salían a pasear por los jardines, las calles, los teatros.
Se imagino en esa situación como la solución a todos sus problemas y no pudo sentirse mas que envidiando a esas mujeres como lo había hecho tantas otra veces. Malditas suertudas!, que envidia sentía por ellas.
Esta mujer que parecía ser mas joven que ella y con otro pasar muy distinto a pesar de su enfermedad podía disponer de tener la noche libre, salir a tomar un poco de aire fresco, tener una casa, vestidos caros, alhajas y demás cosas que las mujeres quieren.
Disimuladamente iba afirmando y tomando nota mental de lo que ella le decía pero la verdad era que su mente divagaba mas en estas cosas, y su cuerpo estaba en la cafetería y su mente ensimisma buscaba pasar desapercibido este momento de distracción. Meneo la cuchara en la taza, olfateo un poco el aroma del te mientras seguía con la mirada el rostro de Melanya.
Se la veía animada, como si hablara con una amiga en un café, quizá sentía soledad también, no debía de ser fácil sobrellevar una vida como la de ella. No se la imaginaba y posiblemente nunca viviría así.
-Me halaga Madame - respondió con una sonrisa al comentario de la edad que esta comentó.
-No me imagino en su situación realmente, no tuve allegados que tuvieran esa necesidad de evitar el contacto diurno, pero imagino que debe ser difícil de sobrellevar, cansador posiblemente. Me imagino que debe de tener muchas doncellas hoy por hoy, digo.. cualquiera dejaría todo por un trabajo así!, con usted que parece ser de las mujeres humildes, simples, sencillas. Me imagino que debe tener su dotación completa en la actualidad, no es así?- pregunto mientras se vio en el lugar de esas damas que acompañaban a esta otra resolviendo problemas, realizando tramites y vistiendo atuendos realmente elegantes con los que se paseaban rozagantes por la plaza parisina cercana a la casa de acogidas donde vivía, o los bellos sombreros que portaban cuando salían a pasear por los jardines, las calles, los teatros.
Se imagino en esa situación como la solución a todos sus problemas y no pudo sentirse mas que envidiando a esas mujeres como lo había hecho tantas otra veces. Malditas suertudas!, que envidia sentía por ellas.
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Re: Vaya tropezón! [Melanya]
Como si me leyera la mente, la contraria mencionó a las doncellas al escuchar mi afrimación con respecto a que no podía acudir a la calle de día... Es más, ¡¡afirmaba que estaría encantada conun trabajo así!! Tenía que pensar como hacerle la oferta sin sonar pretenciosa. Rumié unos segundos lo que le iba a decir, pero decidí que la mejor manera sería improvisar algo y que todo salga como Dios quiera puesto que era una horrible estratega.
-Lo cierto es que hoy por hoy no tengo doncella alguna aún - Le dije entre risas - He venido hace poco a París puesto que me he desposado hace un mes con mi señor esposo y me he tenído que mudar de Rusía a Francia dejando todo el personal en mi país natal... por lo que aún estoy en busca de doncella.
Temía haber sido demasiado directa con la afirmación, pero no se me ocurría realmente otra manera de decirselo de forma indirecta. Quizás lo mejor sería decirselo de forma directa y dejarme de rodeos. Simplemente le quería ofrecer un trabajo que ella podía declinar o aceptar, no tendría que tener pudor por eso. Dejé la taza en la mesita,
-¿Podría estar interesada en un puesto como ese? - Le pregunté con una sonrisa amigable - Es una pregunta sin compromiso. Me ha parecido una buena chica y mi señor esposo hace días que me recuerda que debería de tener una doncella. Creo que no encontraré un mejor partido que vos.
Sabía que normalmente las doncellas debían de ser de una familia con cierto renombre, de clase media por lo menos, pero mis preferencias eran diferentes en ese plano. Prefería ayudar a chicas de clase baja a las que podía ayudar a salir de la miseria e incluso casarlos con un buen partido si ellas lo deseaban. No es como si me apiadara de ellas, es solo que quería ayudarlas y darles una vida parecida a la mía.
-Lo cierto es que hoy por hoy no tengo doncella alguna aún - Le dije entre risas - He venido hace poco a París puesto que me he desposado hace un mes con mi señor esposo y me he tenído que mudar de Rusía a Francia dejando todo el personal en mi país natal... por lo que aún estoy en busca de doncella.
Temía haber sido demasiado directa con la afirmación, pero no se me ocurría realmente otra manera de decirselo de forma indirecta. Quizás lo mejor sería decirselo de forma directa y dejarme de rodeos. Simplemente le quería ofrecer un trabajo que ella podía declinar o aceptar, no tendría que tener pudor por eso. Dejé la taza en la mesita,
-¿Podría estar interesada en un puesto como ese? - Le pregunté con una sonrisa amigable - Es una pregunta sin compromiso. Me ha parecido una buena chica y mi señor esposo hace días que me recuerda que debería de tener una doncella. Creo que no encontraré un mejor partido que vos.
Sabía que normalmente las doncellas debían de ser de una familia con cierto renombre, de clase media por lo menos, pero mis preferencias eran diferentes en ese plano. Prefería ayudar a chicas de clase baja a las que podía ayudar a salir de la miseria e incluso casarlos con un buen partido si ellas lo deseaban. No es como si me apiadara de ellas, es solo que quería ayudarlas y darles una vida parecida a la mía.
Melanya Boyarskaya- Vampiro/Realeza
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Re: Vaya tropezón! [Melanya]
Había suplicado en voz alta quizá, o el cielo le concedió al menos parte de su deseo, esta mujer estaba proponiéndole un puesto como doncella? Sweet tenia ganas de pellizcarse a si misma solo para quitar la posibilidad que sea un sueño lo que estaba viviendo, tenia ganas de abanicarse mientras las palabras fluían por la boca de Melanya. Simplemente era demasiado para ella. Cuando había llegado a París, de esto ya hace algunos meses largos, había optado por buscar algún trabajo fuera de los burdeles, tenia ganas de continuar con las clases de baile, hacer espectáculos y todo lo demás pero quería dejar de lado la prostitución en la medida que fuera posible, se contentaba con un trabajo que le ayudara a mantener el alquiler del domicilio y simplemente con algo de pan como comida hasta poder ubicarse o encontrar un trabajo mejor. Pero lamentablemente por las condiciones le toco continuar con las labores que hacia en su pueblo a pesar de haber buscado trabajo como costurera, como ayudante en las cocinas de los restaurantes, como personal domestico, y hasta como doncella. Las había visto junto a las damas y le había encantado el trabajo que solo pudo ver desde lejos desde el balcón de la casa de acogidas donde había terminado como para poder sustentar el pago de su comida.
Sin premeditarlo se encontró con su boca tapada con una mano y en sus ojos se colaba una lagrima de emoción, realmente no era algo que esperara. Los sentimientos la invadieron y cuando se desató el nudo en su garganta Melanya ya había continuado con la charla dejando la propuesta en el aire ante la omisión de respuesta de Sweet fue entonces cuando esta se atropello en palabras y cuestionamientos y optó por darse la libertad de preguntarle a la dama
-Madame, realmente usted seria tan amable de brindarme ese puesto?- lo dijo consultando lo mas tranquila que pudo y emocionada, sabía que las damas de compañía generalmente eran gente con otra clase o al menos con recomendación familiar a las cuales contrataban por estas a modo de carta de presentación.
De pronto se sonrió y dejó una exclamación de jubilo en el aire, estaba realmente conmovida por la situación. -Madame, que es lo que usted necesita de mi, solo dígamelo y con gusto lo haré. Esta oportunidad que usted me brinda es algo que no esperaba, disculpe mi emoción...- se quebró en llanto y luego de sollozar continuó - ... esto es algo que no esperaba Madame Melanya- limpió las lagrimas de sus ojos y tomando una de las manos de ella entre las suyas y con los ojos aun húmedos dirigidos a los suyos la observó y le ofreció un sincero y simple "Gracias" porque no sabia como expresar su gratitud. Dejaría el burdel como trabajo. Sus sueños comenzaban a cumplirse al fin y estaba siendo premiada de alguna forma, gracias a haber salido apurada esa tarde mientras anochecía.
Sin premeditarlo se encontró con su boca tapada con una mano y en sus ojos se colaba una lagrima de emoción, realmente no era algo que esperara. Los sentimientos la invadieron y cuando se desató el nudo en su garganta Melanya ya había continuado con la charla dejando la propuesta en el aire ante la omisión de respuesta de Sweet fue entonces cuando esta se atropello en palabras y cuestionamientos y optó por darse la libertad de preguntarle a la dama
-Madame, realmente usted seria tan amable de brindarme ese puesto?- lo dijo consultando lo mas tranquila que pudo y emocionada, sabía que las damas de compañía generalmente eran gente con otra clase o al menos con recomendación familiar a las cuales contrataban por estas a modo de carta de presentación.
De pronto se sonrió y dejó una exclamación de jubilo en el aire, estaba realmente conmovida por la situación. -Madame, que es lo que usted necesita de mi, solo dígamelo y con gusto lo haré. Esta oportunidad que usted me brinda es algo que no esperaba, disculpe mi emoción...- se quebró en llanto y luego de sollozar continuó - ... esto es algo que no esperaba Madame Melanya- limpió las lagrimas de sus ojos y tomando una de las manos de ella entre las suyas y con los ojos aun húmedos dirigidos a los suyos la observó y le ofreció un sincero y simple "Gracias" porque no sabia como expresar su gratitud. Dejaría el burdel como trabajo. Sus sueños comenzaban a cumplirse al fin y estaba siendo premiada de alguna forma, gracias a haber salido apurada esa tarde mientras anochecía.
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Re: Vaya tropezón! [Melanya]
Al principio pensé que mi propuesta había herido los sentimientos de Sweet, básicamente porque su reacción me denotaba eso mismo. Se había tapado la cara e incluso intentaba oprimir las lágrimas que luchaban por brotar de sus ojos.
Estaba dispuesta a disculparme, pero no encontraba las palabras adecuadas para hacerlo... ¿perdoneme por tal valentía? ¿perdoneme por hacerle una propuesta tan amoral y herir sus sentimientos y su orgullo? Creía que jamás podría lograr encontrar las razones completas por las que disculparme.
Sin embargo, con suerte para mi, había entendido mal las intenciones de la joven. Al parecer estaba tan contenta y feliz de conseguir el puesto que le ofrecía, que ni siquiera se lo había creído de buenas primeras puesto que me lo había vuelto a preguntar.
-Sí, por supuesto. Creo que no hay mejor partido que usted - Le dije con una ámplia sonrisa a la par que me sentía satisfecha conmigo misma. Había conseguido hacer feliz a una persona con una propuesta, y que mejor que eso. Probablemente nada.
La chica estaba tan entusiasmada por empezar que ya me pedía algo que hacer por mi. Me quedé perpleja puesto que no tenía nada en mente. Más bien, no esperaba que de un paseo tan trivial como ese podría lograr encontrar una doncella por lo que no podía tener ningún trabajo que ofrecerle por hoy.
Es más, la joven estaba tan conmovida por la propuesta que le había hecho, que estalló en llanto. Me levante para acercarme a ella y consolarme, jamás pensé que una propuesta así podría alegrar de tal forma a una persona... Sin embargo, en realidad debía de ser lo normal... las personas de clase baja, desgraciadamente, no aspiraban a mucho y cuando se les presentaba una oportunidad que ellos creían de oro, no podían siquiera creer lo que veían sus ojos. Era demasiado triste.
-No se preocupe. Hoy no tengo nada que encomandarle, ni probablemente los próximos días... ¿puede mudarse a mi casa estos días o tiene asuntos personales que finalizar antes de la mudanza? - Le pregunté - Me gustaría que se mudara en la mayor brevedad posible para conocerla mejor y tener compañía - Le dije con una sonrisa.
Estaba dispuesta a disculparme, pero no encontraba las palabras adecuadas para hacerlo... ¿perdoneme por tal valentía? ¿perdoneme por hacerle una propuesta tan amoral y herir sus sentimientos y su orgullo? Creía que jamás podría lograr encontrar las razones completas por las que disculparme.
Sin embargo, con suerte para mi, había entendido mal las intenciones de la joven. Al parecer estaba tan contenta y feliz de conseguir el puesto que le ofrecía, que ni siquiera se lo había creído de buenas primeras puesto que me lo había vuelto a preguntar.
-Sí, por supuesto. Creo que no hay mejor partido que usted - Le dije con una ámplia sonrisa a la par que me sentía satisfecha conmigo misma. Había conseguido hacer feliz a una persona con una propuesta, y que mejor que eso. Probablemente nada.
La chica estaba tan entusiasmada por empezar que ya me pedía algo que hacer por mi. Me quedé perpleja puesto que no tenía nada en mente. Más bien, no esperaba que de un paseo tan trivial como ese podría lograr encontrar una doncella por lo que no podía tener ningún trabajo que ofrecerle por hoy.
Es más, la joven estaba tan conmovida por la propuesta que le había hecho, que estalló en llanto. Me levante para acercarme a ella y consolarme, jamás pensé que una propuesta así podría alegrar de tal forma a una persona... Sin embargo, en realidad debía de ser lo normal... las personas de clase baja, desgraciadamente, no aspiraban a mucho y cuando se les presentaba una oportunidad que ellos creían de oro, no podían siquiera creer lo que veían sus ojos. Era demasiado triste.
-No se preocupe. Hoy no tengo nada que encomandarle, ni probablemente los próximos días... ¿puede mudarse a mi casa estos días o tiene asuntos personales que finalizar antes de la mudanza? - Le pregunté - Me gustaría que se mudara en la mayor brevedad posible para conocerla mejor y tener compañía - Le dije con una sonrisa.
Melanya Boyarskaya- Vampiro/Realeza
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