Virilidad y alcohol, mala combinación.

por **Belinda Warren** Sáb Feb 02, 2013 8:17 am

* Tras todo lo ocurrido en el campamento gitano necesitaba alejarme, despejarme mejor dicho. Desde que llegué a París no había parado de ocasionar problemas a los demás, me había topado con un par de estúpidos en los bosques, con una gitana que se ha convertido en mi mejor amiga y gracias a ella vivo infiltrada entre el mundo de los gitanos, un mundo del que huía mi familia, pero ellos eran ahora mi verdadera familia, mientras que la verdadera me estaba persiguiendo, listos para arrebatarme mi magia en cuanto me encontraran y encerrarme en algún lugar. No estaba dispuesta a volver con ellos, esta vez vivía una nueva vida, quizás nefasta, decepcionante, pero era mi vida y mis elecciones...

Toda esta reflexión la estaba llevando a cabo mientras caminaba hacia una taberna, lógicamente me había cambiado de ropa, no quería que la gente me juzgara por vestir como una gitana, no estaban bien vistos, yo no lo era, no tenía porqué vestir así fuera del campamento, por lo que tras comprar un vestido simple de corte clásico color salmón, decidí entrar a aquella taberna, al parecer no era el lugar adecuado para una chica, pero ya era demasiado tarde, estaba dentro. Toda las miradas masculinas se clavaron en mi, gritaba como cerdos en celo, eso eran, cerdos sin modales.

Me senté en un taburete y pedí una bebida, lo bastante fuerte como para indicar a esos "machos" que no era una "niñita" cualquiera. Pero uno de ellos no lo tomó en cuenta, se acercó a mi, olía, apestaba a alcohol, y empezó a soltarme piropos muy desagradables, lo miré a los ojos y le advertí con una mirada desafiante que se alejara, pero eso empeoró la cosas, dos hombres más vinieron, rodeándome, se reían, toda la taberna se estaba riendo. Me puse de pie y los miré de forma altiva, pero no funciona, ni siquiera estaba dispuesta a utilizar mis poderes para salir de aquella situación, pero realmente, me había vuelto a meter en un lío."

por **Ellen Felutchi** Sáb Feb 02, 2013 9:37 am

Llevaba todo el día pintando, había sido una de aquellas jornadas productivas, y eso me tenía contenta, siempre era agradable ver que habías logrado aprovechar el tiempo al máximo.
En muchas ocasiones, cuando de verdad estaba concentrada en mi arte podía pasarme horas sin dormir, sin comer... Cuando un cuadro me atrapaba no podía dejar de dedicarle tiempo, de dedicarlo absolutamente todo al cuadro, lo que me hacía olvidarme de lo demás.
Eso sí, una vez acabado, me sentía más que cansada, un poco saturada, y embotada, por lo que solía salir por ahí a despejarme.

Me vestí como solía vestirme, disfrazada de hombre... escondida tras esa chaqueta, tras ese sombrero. Había ocasiones en que ni si quiera tenía un motivo para hacerlo, pero ya me había acostumbrado, y de todos modos no me disgustaba... Gracias a ello muchas veces tenía más facilidades. Aún me parecía sorprendente que fuese así de fácil pasar desapercibida, aunque claro, si me topaba con alguien como yo, de nada me servía el disfraz...

Caminé durante largo rato sin saber muy bien a dónde ir, hasta que vi una taberna. Estaba llena de hombres, ya bastante afectados por el alcohol, pero teniendo en cuenta que en ese estado no estaban en sus plenas facultades, les costaría mucho darse cuenta de que tenían una infiltrada entre ellos, aún no siendo demasiado alta. La taberna apestaba a alcohol, y tenía el típico bullicio que generan un montón de borrachos gritando.
Como quién no quiere la cosa me deslicé hasta el final de la barra, bien cubierta por mi sombrero. Sólo alguno que otro se percató de mi presencia, exclamando:- Fíjate tú, que tío tan bajito- Pero poco más, sonreí para mis adentros "hombres...". Con tranquilidad me senté en un taburete y pedí cerveza al camarero. En cuanto me la sirvió empecé a beber sin prisa. Tenía todo el tiempo del mundo.

Llevaba un rato allí sentada meditando en mis cosas cuando oí la puerta de la taberna abrirse, y en ese mismo instante a todos los allí presentes revolucionándose. No me hacía falta girarme a mirar para saber que era una mujer, ya no sólo por el olfato si no por los inútiles piropos que lanzaban algunos de los allí presentes. Pude oír cómo pedía una bebida bastante fuerte. Fue entonces cuando me decidí a echar un vistazo. Ella estaba de pie, encarada a tres hombres que tenían toda la pinta de estar desesperados por conseguir un poco de sexo... Daban asco... Y todo aquello me olía a problemas.
Decidí intervenir. Me levanté con toda tranquilidad de mi sitio y me acerqué a la chica y a los hombres que la observaban como buitres carroñeros.-No les recomiendo seguir mirando así a la señorita caballeros- Exclamé sin importarme esta vez que voz poner... Si ella se daba cuenta de que no era uno de ellos más que mejor, aunque intenté disimular mi acento italiano. -¿A si? y por qué deberíamos hacer caso a un hombrecillo como tú?- Exclamó el más grandullón de los tres, o eso le entendí porque estaba tan borracho que apenas podía pronunciar.-Porque está conmigo.-Respondí esperando que aquello sirviese de algo.

por **Belinda Warren** Sáb Feb 02, 2013 10:12 am

* Seguía rodeada por aquellos tres borrachos empedernidos, suplicando favores sexuales. El asco me corría por las venas, la impotencia aún más, deseaba decir un par de palabras y que salieran huyendo, pero entonces quién tendría que huir sería yo, la Inquisición me perseguiría hasta quemarme viva.

Pero algo dio un giro a todo lo que estaba ocurriendo, un hombre, bajito y menudo, más bien parecía un adolescente desnutrido comparado con los hombres que habían en la taberna, no sabía que pretendía, pero dijo que era su chica, y sorprendentemente los hombres se fueron sin más, entre insultos y armando escándalo, pero se fueron, ¨ increíble¨¨ pensé mirando fijamente a los hombres del hombrecillo, pero en sus ojos no veía nada varonil, no...

-Gracias, pero podía haberme librado yo misma,

* Sonreí agradablemente al chico, pero sentía algo extraño, demasiado extraño, por ello decidí tocarlo, rozar su piel gracias a mi instinto de bruja me ayudaría a saber más de él. Así que extendí mi mano para que me saludara con cortesía*

-Ya que me has salvado de esos brutos, deberías saber mi nombre, Belinda,.

*Volví a sonreir levemente, pero de repente uno de los asquerosos borrachos que se habían ido volvió de forma agresiva, me agarró por detrás y sacó una navaja, la rozó con mi cuello, me había atrapado. Nunca había sentido ese sentimiento de terror, angustia, mi vida en menos de cinco segundos corría peligro, no había sido una buena idea entrar a la taberna, qué es lo que quería ese hombre, pero cuando me agarró sentí un escalofrío, no era un hombre cualquiera...*

por **Ellen Felutchi** Sáb Feb 02, 2013 11:12 am

Me lo agradeció, añadiendo que podía haberse librado ella sola. Me limité a sonreír y me encogí de hombros.-Puede, pero nunca viene mal algo de ayuda.-Le devolví la sonrisa,sin poder evitar fijarme en la suya. La observé con atención pero no sin disimulo. Pelo castaño, ojos llamativos por su color grisáceo, labios carnosos. Toda una belleza, no me extrañaba que hubiese montado ese revuelo.

Me tendió la mano y se presentó, y yo, para no ser menos se la estreché firmemente pero sin emplear demasiada fuerza.-Es todo un placer Belinda.- Sonreí con sinceridad.

Iba a decirle mi nombre por educación cuando algo ocurrió, uno de los borrachos que había estado acosándola antes la cogió por la espalda y acercó una navaja a su cuello, y entonces todo ocurrió demasiado rápido. Miré al camarero, era su taberna, a él le respetarían si pedía que no hubiese pelea... Pero no hizo más que desentenderse poniéndose a limpiar la barra. Aquello me enfureció... Me enfureció más de lo que esperaba. Miré al hombre de la navaja, y el me sostuvo la mirada desafiante, con una inquietante sonrisa en la cara. Se veía que estaba dispuesto a cualquier cosa, y que no dialogaría con nadie... Pasé a la acción.

Rápidamente agarré el brazo con el que sostenía la navaja y tiré de el alejándolo del cuello de la joven. Si algo bueno tenía ser lo que era, un monstruo a ojos de muchos, era que tenía muchas cualidades que cualquier otro ser humano desearía, entre ellas una fuerza sobrehumana, y algo que en aquella ocasión me iba a venir bien, agilidad y buenos reflejos.
Le torcí el brazo poniéndolo en su espalda. El hombre, de dolor soltó la navaja y dió un pequeño grito, pero aún sostenía a Belinda con el brazo libre.
Mientras aún le sostenía inmovilizado con una mano, me puse de cuclillas y pasé mi brazo por su cuello sujetando su mandíbula amenazando con retorcerle el pescuezo.-Más te vale soltarla.- Le dije al oído dejando atrás cualquier atisbo de la educación que había tenido antes para dirigirme a la comidilla de borrachuzos.

Me fijé que a nuestro alrededor se amontonaba la gente, algunos con intención de participar en la pelea, pero supe utilizar mi situación.- ¡Si cualquiera de vosotros se acerca, le retuerzo el cuello!.-Grité intentando no demostrar nerviosismo.
Era paradójico, nunca fui partidaria de la violencia, pero allí estaba yo, envuelta en una pelea...

por **Belinda Warren** Sáb Feb 02, 2013 5:16 pm

*Todo ocurrió demasiado deprisa, en menos de cinco minutos me habían acosado tres borrachos, un hombrecillo se acercó los espantó y de repente me encontraba amenazada con una navaja en el cuello a punto de rajarme, cómo diablos me había metido en aquel lío, sólo quería tomar un trago, y de repente mi vida corría peligro.

Aunque no por mucho tiempo, aquel chico, sacó una fuerza que era sobrehumana, imposible para su tamaño, en menos de cinco segundos había agarrado al asqueroso borracho y lo estaba amenazando, toda la taberna estaba pendiente, aquel tipo me soltó y me puse al lado del joven.

-Sueltale, estoy segura de que ha aprendido la lección.

Y no estaba equivocada, salió huyendo como un cervatillo asustado, aquel chico no era normal, no era humano, había sido un error aquella muestra de fuerza, ahora lo investigarían, debería de haber tenido más cuidado, las autoridades de la Inquisición no tardarían en venir, seguramente el tabernero estaba ahí para cazar entes sobrehumanos, y había alcanzado su objetivo.

-Deberíamos salir de aquí ya, no es bueno que estemos mucho tiempo, se van a dar cuenta de que no eres lo que pareces ser...

*Lo agarré del brazo mientras le susurraba esas palabras, mientras caminábamos todos nos miraban con caras de auténticos asesinos, pero logramos salir ilesos. Lo agarré más fuerte y corrí con él hacia un callejón cercano, ahora podríamos hablar tranquilamente.

-Muy bien señorito, ¿ qué eres?, y no me digas que ha sido la adrenalina porque he sentido que no eres humano al rozarte.

por **Ellen Felutchi** Dom Feb 03, 2013 7:04 am

Belinda se puso a mi lado, y sin vacilar me dijo que soltase a aquel hombre. Por unos instantes vacilé, miré a mi alrededor, y me decidí por soltarle. No tardó en salir corriendo. Observé como el tipejo huía... y a la vez me di cuenta de que me había metido en un lío. Con un poco de suerte estaban todos tan borrachos que tampoco recordarían mucho al día siguiente... Además, las peleas eran muy comunes en las tabernas, nadie investigaría aquello, y menos teniendo en cuenta que no había ningún herido.

La chica me habló, pero estaba inmersa en mis inquietudes y no alcancé a comprenderla. Sentí cómo me agarraba del brazo y me sacaba de aquel antro. Me arrastró hasta un callejón, para hablar supongo. Me apoyé en una pared mientras la escuchaba... Y fue oír la palabra señorito y echarme a reír.
Me quité el sombrero y me solté el pelo dejándolo caer sobre mis hombros. La miré con una sonrisilla, traviesa pero amarga a la vez.
-Non ci posso credere. (No me lo puedo creer)- Exclamé en italiano.- Notaste que no soy humana, pero no notaste que soy una mujer.-Dije esta vez en Francés.-Eso es que mi disfraz funciona...

La observé durante unos instantes de nuevo, parecía por su expresión que llevaba todo un mundo a sus espaldas, estaba preocupada... Más de lo necesario... O por lo menos eso me parecía, quizá yo no estaba lo suficientemente nerviosa...

Decidí responder, si había conseguido averiguar que no era "normal" por algo sería... Olía a humana, y eso era algo que me extrañaba y me inquietaba a la vez... ¿Bruja? Había oído a hablar de ellos, pero nunca me había topado con ninguno... Quizá eso era lo que me hacía sentir respeto hacia la mujer que tenía delante.

-Soy Cambiaformas.-Le dije sin andarme con rodeos.-Puedo transformarme en lobo, chacal y perro... Entre otras habilidades.- La observé ahora ladeando la cabeza.-¿Tú eres bruja?.-Pregunté con curiosidad.

por Contenido patrocinado

Virilidad y alcohol, mala combinación.

Virilidad y alcohol, mala combinación.

Re: Virilidad y alcohol, mala combinación.

Re: Virilidad y alcohol, mala combinación.

Re: Virilidad y alcohol, mala combinación.

Re: Virilidad y alcohol, mala combinación.

Re: Virilidad y alcohol, mala combinación.

Re: Virilidad y alcohol, mala combinación.