Amber Aveiro

Amber era una chica de clase media y no le gustaba que sus padres no hicieran nada por salir del hoyo en el que estaban, aunque no era algo que los demás notaran pues siempre querían aparentar lo que no eran, la realidad que ellos trataban de presentar ante los demás no tenía nada que ver con lo que ocurría detrás de las puertas una vez que nadie estaba dentro de la residencia Aveiro.

Es verdad que en algún momento fueron de clase alta, pero por tanto lujo que su mamá se daba malgastó todo lo que su padre con trabajo hizo y no aceptaba la realidad, se dedicaban a empeñar lo poco de valor que les quedaba para seguir aparentando y no ser como los “apestados” de su clase.

Amber era igual de ambiciosa que su madre pero sabía que empeñando cosas y recuperándolas en un tiempo determinado para regresar a como estaban no sería suficiente para ser lo que ella quería en la vida pues tenía que tener más sacrificios que sólo empeñar algo con un valor sentimental y algún tipo de valor monetario.

Empezó a reunirse con personas de clase alta para poder mezclarse y que nadie la discriminara quizá así encontrar marido. En una de las reuniones percibió algo distinto en el ambiente y empezó a sentirse bastante incómoda pues era bastante pesado como si fuera malo… al término de dicha reunión alguien la siguió hasta su casa y cuadras antes llamó su atención gritando su nombre, ella giró bastante asustada pues ya había presentido esto desde que salió del centro pero no hizo caso, saludó amablemente y le sorprendió la belleza que tenía aquél hombre que estaba frente de ella pero esa tensión que él mismo emitía la presionaba demasiado, creciendo aún más esta cuando el hombre sin más empezó a hablarle sobre su familia y a decirle todo lo que sucedía detrás de las puertas, él le prometió que le daría todo lo que quisiera con tal de que ella le permitiera frecuentarla, le dio una esmeralda diciéndole que eso era una pequeña parte de lo que podría obtener y desapareció, este gesto la dejó totalmente apantallada, llegó a su casa sin decir nada, meditó por varias horas, si lo que aquél hombre de ojos penetrantes y presencia tan impactante podía sacarla de esa vida, entonces lo dejaría e incluso lo presentaría en casa.

Al día siguiente fue a reunirse con el grupo y volvió a ver al hombre esta vez le sonrió y esperó que la reunión acabara esperando que este la siguiera y así fue como sucedió, en vez de acelerar el paso como la noche anterior esta vez iba con más calma, el hombre la alcanzó sin ningún problema pasándole el brazo por el hombro como si fueran viejos conocidos, ella nada más dijo “SI QUIERO” y él no tardó mucho en hacerla desaparecer entre los árboles de la calle que impedían que las luces de las aceras iluminaran como deberían, sintió un gran dolor en la garganta cuando pensó que él la besaría y después no supo de ella.

Despertó en una gran habitación algo fuera de sí, sin saber donde se encontraba ni recordar el porque estaba ahí, hasta que volvió a ver al hombre, fue como si todo estuviera en su rostro, sonrió satisfecha y él respondió a todas sus preguntas, la enseñó que debía cuidarse de la luna llena, pero que era algo que no podría evitar pero que la mejor casa era la que ahora poseían pues estaba alejada de cualquier civilización, lo aceptó y siguió su vida, con lujos y riquezas, una vez que pudo valerse por sí misma, fue así como fue a ver a su mamá que se le bajaron todos los regaños en cuanto le dejó algo de dinero en la mesa, después de ahí se alejó de ellos por completo, bastante lejos de su casa, pero eso nunca le importó, después de unas décadas con aquél hombre decidió alejarse de él.