Probando nuevas experiencias (+18.) [Flashback]

por **Ellen Felutchi** Miér Feb 20, 2013 5:01 pm

París... La ciudad del amor, la ciudad del arte... Para todo viajero un lugar que había que visitar, aunque yo no estaba allí por ocio... Estaba allí por mis circunstancias. Había perdido a mis padres hacía poco, por lo que mis ánimos estaban un poco por los suelos... Por supervivencia, había tenido que viajar hasta aquí con mi hermano... Alejarme de mi querida Roma, sus calles, sus gentes... Y además me tenía que enfrentar a un idioma extraño para mí, aunque por suerte poco a poco iba aprendiendo rápido.Mi padre me había dado algunas lecciones de francés cuando era pequeña... Mi padre, mi pobre padre... Murió por amor, y eso lo hacía aún mas respetable de lo que ya era de por sí.Ahora mis tíos se encargaban de que aprendiese, porque era el único idioma que sabían hablar, así que debía comunicarme con ellos como podía.

En fin... Allí estaba yo, paseando de noche por las calles de París, una ciudad ahora menos desconocida que hacía unas semanas. No sabía con exactitud cuanto tiempo llevaba ya allí, pero con las dificultades que tenía no sólo con el idioma, si no con mi últimamente mi pobre inspiración para pintar cuadros, se me hacía una eternidad. Aunque realmente no tenía ningún derecho a quejarme. Por lo menos tenía un techo, y comida todos los días, y ya sólo por eso, no podía lamentarme de mi situación. Aún me sorprendía la cantidad de personas que el único *techo que tenían* era el soportal de una plaza, o un puente... Y aquello me revolvía el estómago. ¿Por qué unos tanto y otros tan poco?.

Caminé durante mucho rato,sin saber muy bien ni a dónde iba ni de dónde venía, sólo observaba la noche de la ciudad. Había una luna hermosa, redonda y luminosa, tal y como a mi me gustaba. Bañaba con su luz las estrechas calles y las fachadas de los edificios, y dejaba ver con claridad la calle por la que paseaba. Fijé mi vista en una luz artificial que venía de unos metros más abajo... A la que me acerqué con la curiosidad de un gato. Una vez cerca comprobé que se trataba de un local, un burdel para ser más exactos.

Me quedé allí parada observando el sitio desde fuera, y por primera vez en mi vida se me pasó por la cabeza la idea de entrar. Nunca había pensado en visitar un sitio de aquellos. Sabía perfectamente para qué iba la gente allí, los hombres en realidad... Pero al fin y al cabo a mi me gustaban las mujeres de la misma manera que a ellos, y en realidad normalmente iba vestida al igual que ellos, con unos pantalones, una camisa conjuntada con una chaqueta y un sombrero... ¿Por qué no iban a dejarme entrar?¿O era yo la que no me dejaba a mi misma?.

Estuve un rato debatiéndome entre entrar o no... Hasta que finalmente, y no sin estar nerviosa, para ser sincera, dejé que mis pies me guiaran al interior del edificio... Y así poder descubrir qué me depararía aquella noche.

por **Reika Roux** Lun Feb 25, 2013 5:26 pm

Aquella noche era de aquellas en que era más productivo estar recostada en la cama de tu casa leyendo un libro o simplemente mirando el techo hasta que el sueño te envolviera y así despertar en un día nuevo y seguro más divertido que el final de el anterior que el quedarse en el burdel esperando que el turno terminara sin ganancias. Era una noche extraña, aunque no sabía muy bien si era por los clientes que no requerían mis servicios –tampoco sabía si era a propósito o por una simple combinación repetitiva de malas coincidencias- o por mi persona que bien arreglada no dejaba de intentar conseguir al menos a un solo ricachón para sacarle el dinero que necesitaba para el cumpleaños de Laisha que era mañana. ¡No podía darme por vencida!

Con esa motivación en mi cabeza fue que me terminé el vodka que había pedido para acompañar el despeje de mis pensamientos y me bajé del taburete con un pequeño saltito. Todavía quedaban horas para sacarles el mayor provecho posible; y la sonrisa de Laisha al volver lo valía absolutamente todo, incluso el aceptar a un sádico a un zoofílico como cliente.

Oí el tintineo de la campanilla de ingreso y decidí que este cliente no se me iba a escapar por nada del mundo, pidiera lo que pidiese. Me acerqué con mi contorneo natural de caderas y mi sonrisa complaciente hasta llegar frente a él, disponiéndome a darle la bienvenida, cuando… - Bonjour, Monsie…Madame. - ¡Madame! ¡Era una mujer! No es que fuera algo de otro mundo, pero sí que era poco común ver a mujeres frecuentando el burdel, y que no fueran cortesanas - ¿En qué puedo ayudarle? Pregunté con un leve toque de sensualidad en mi voz, dedicándome a observar sus facciones mientras esperaba su respuesta.

por **Ellen Felutchi** Mar Feb 26, 2013 3:12 pm

Nada más cruzar el umbral de la puerta varios sonidos llegaron a mi oído. La campanilla que anunciaba alegremente la presencia de un nuevo cliente... El ruido de un vaso al verse "abandonado" sobre una mesa de madera... Conversaciones, susurros... Aunque para mí todo era un "pequeño gran" mundo de sonidos.

No tardé mucho en oír unos pasos aproximarse, con lo que me giré para mirar con curiosidad. Una chica, contoneando sensualmente sus caderas, se acercaba a mi con una hermosa y radiante sonrisa. Por un instante fue a saludarme cortésmente como a un hombre, pero rectificó en cuanto se dió cuenta de mi “engaño”. Me preguntó qué podía hacer por mi... Y era algo que me pilló de lleno, puesto que era la primera que no sabía muy bien qué hacía allí... -Bonjur Madame...-Correspondí el saludo con mi agudo acento italiano, mientras me inclinaba un poco en una modesta reverencia haciendo algo de tiempo, el suficiente para tranquilizarme.-La verdad, pasaba por aquí y... Me llamó la atención el local.-Comenté mientras la observaba con disimulo.

Supongo que aquella joven estaba más que acostumbrada a que los hombres se la comiesen con la mirada, con todo el descaro del mundo... Pero en cambio, yo me había acostumbrado a admirar a las mujeres con todo el disimulo del mundo.Más o menos teníamos la misma altura, aunque eso nunca me preocupaba mucho, estaba perfectamente proporcionada. Ojos marrones, pelo oscuro corto... Labios carnosos... Se le marcaba la clavícula...Era una auténtica belleza... Y desde luego era mi tipo.

Con todo aquello los nervios volvieron a manifestarse y tan sólo se me ocurrió presentarme... Y no pude evitar ser sincera.-Mi nombre es Ellen.-Dije tendiéndole la mano.- Y... Reconozco que es la primera vez que entro en un... Burdel...- Sentí como el color subía a mis mejillas mientras hacía una pequeña mueca un tanto graciosa.

por **Reika Roux** Miér Mar 06, 2013 7:02 pm

Lo francés y lo italiano eran de mi completo gusto, y si se entremezclaban en una mujer de tales características físicas era como que le cayera un boufette del cielo a un mendigo. ¡Y qué boufette tenía en frente! Bien balanceada, de tamaño similar al mío pero con porte más varonil – lo que debo confesar, adoro en una mujer- realzado más aún por sus ropas. Y con aquella caballerosidad y a la vez inocencia en sus gestos y palabras me daban ganas de secuestrarla y tenerla sólo para mí como una muñeca de edición limitada, sin que Laisha se enterase.

Sin dudarlo cogí su mano y la besé lentamente, jugando con el nerviosismo latente que podía notarse en ella. Piel tersa, delicada y deliciosa al paladar, así como agradable al ser inspirada a la poca distancia…- Mucho gusto, Madame Ellen. Mi nombre es Reika. Reika Roux – le dije prolongando un poco más el contacto de mi boca y nuestras manos, llevándola conmigo a uno de los sillones largos que estaban desocupados para poder sentarnos las dos con comodidad. Tuve el presentimiento de que no se iba a negar a lo que hacía y así fue, quedándonos –al menos yo- al límite de la distancia prudente entre dos desconocidas, con una de ellas deseando que ya no existiera ningún centímetro entre éstas.

- Y…dígame, Madame Ellen... – Dije acomodándome de tal forma que enseñase algo más de mi anatomía, mostrándome interesada en aquella joven de sonrojo adorable – ¿Usted…sabe lo que se hace en un burdel, no? – Pregunté comenzando por lo básico, todo como parte de mi plan. Ellen era como la mosca que revoloteaba sin rumbo, que no veía la telaraña en que iba a caer. Y mucho menos iba a poder ver la araña que iba a devorarle.

por **Ellen Felutchi** Vie Mar 22, 2013 10:16 am

Mi nueva acompañante cogió mi mano, acercándola a sus labios para besar el dorso. Sentí aquella suavidad húmeda, característica únicamente de los labios de una mujer, contra mi piel. Pronunció su nombre, aún rozando con suavidad el dorso de mi mano con sus labios.- un piacere- Correspondí en italiano... Me solía pasar, los nervios me hacían olvidarme de que el idioma que debía utilizar era el francés...
Sin soltarme la mano me llevó hasta un lugar en el que sentarnos. Yo sentía una mezcla de comodidad y nerviosismo, que me tenía de lo más desorientada... Sin contar lo atractiva que me parecía aquella dama de mirada penetrante.

Agradecí que se sentase a una distancia prudente, aunque en realidad, teniendo en cuenta lo atractiva que me parecía y el envolvente aroma que desprendía, agradable a mis sentidos, pronto desearía que aquella distancia desapareciese, no era más que una forma de cortesía, más de una vez me habían explicado que es de educación dejar espacio entre dos personas, aunque a mi modo de ver ese espacio variaba demasiado según que factores... Clase social, conocido o amistad, oficio... Mucho que pensar, por lo que no era mucho de tener en cuenta “protocolos”.

Me acomodé también apoyando la espalda por completo en el respaldo, girando la cabeza para poder observar a Reika. Para sentirme aún más cómoda abrí los brazos, apoyándolos también sobre el respaldo, haciendo inevitable algo de contacto entre mi brazo y la espalda de mi acoompañante... Era la vez una forma de sentirme segura y de establecer algo de cntactoo con ella sin ser “irrespetuosa”, ya que seguía habiendo cierta distancia entre las dos. Más de una vez me habían dicho que aquella era una postura un tanto masculina, pero realmente eso no me preocupaba demasiado.Apoyé una pierna sobre mi rodilla mientras escuchaba a Reika. Asentí con algo de timidez, sabía perfectamente lo que se hacía en un burdel.

por **Reika Roux** Vie Abr 05, 2013 6:00 pm

Estaba completamente prendida a su actitud tan varonil. ¿Cuándo iba a tener la suerte de volver a tener a una mujer así como cliente, o al menos como compañía? Eran esta clase de momentos en que el “disfrutar el momento” se volvía mi lema, aún con la necesidad de aquel dinero que aquella joven no parecía tener en su totalidad. Y si no le sacaba dinero a ella, ya me las arreglaría con algo más; después de todo, nunca estaba de más hacerle algún “favor” a algún compañero o compañera de labores a cambio de alguna otra cosa que desease. Era un intercambio que casi siempre era equivalente, y esa era la ventaja de saber el negocio.

Por alguna intrigante razón, sus gestos no se condecían con las respuestas provenientes de su rostro y boca, que ya quería probar, por cierto. Ese roce en mi espalda era perfectamente interpretable a mi manera, y por eso mi sonrisa ya natural se amplió un poco más, obligándome a reprimir un suspiro de niña de quince años enamorada. No había duda alguna en mí de que Laisha era la dueña de mi cuerpo y mi alma…pero esa dama de cabello largo parecía atraerme como imán, y lo “peor” es que no podía intentar siquiera separarme de ella. No es que quisiera tampoco.

- Y bien…- Dije rompiendo lentamente lo poco y nada que quedaba de hielo para la conversación – ¿En qué puedo servirle? Quiero decir, usted ya sabe lo que se hace en un burdel…- Alcé las cejas insinuante y me acerqué lentamente con atención a sus reacciones, terminando por encerrarme entre el brazo que tocó mi espalda y su torso, apoyando mi cabeza en su pecho, mirándole de reojo hacia arriba con rasgos perfectamente atribuibles a un felino - ¿Algo de beber?...¿Un tour guiado?...¿Un espectáculo privado, quizás? – Reí con suavidad cerca de su cuello, fijándome con mayor detalle en su rostro…

por **Ellen Felutchi** Mar Abr 09, 2013 3:02 pm

Observé cómo en su rostro se dibujaba una sonrisa aún más amplia, e instintivamente pasé de apenas rozarla con el brazo a posarlo sobre sus hombros con suavidad. Normalmente era una persona tímida, pero cuando se trataba de “conquistar” a una dama... Nunca se me había resistido ninguna mujer a la que le hubiese echado el ojo, y me encantaba “atraparlas”. Aunque realmente,me temo que esta vez era Reika la que me estaba cazando a mi. A parte no estaba muy segura de cómo comportarme teniendo en cuenta que ella era cortesana. ¿Debía decirle que me apetecía hacer tal cosa o tal otra y punto?¿O podía seguir ligando tal y como estaba acostumbrada a hacer?. Opté mas bien por lo segundo, puesto que era algo que me salía de forma natural, en todo caso mi acompañante estaría demasiado acostumbrada a clientes que llegaban, pedían un poco de sexo, pagaban y se iban... Aquello le quitaba toda la emoción, a mi modo de ver. Según yo entendía lo divertido del sexo era ir con tiempo...

Sentí cómo se acercaba lentamente hacia mi para acabar apoyada en mi pecho, a la altura del cuello. Sentí su respiración sobre mi piel, haciendo que esta se erizase levemente. El juego no había hecho más que empezar. Cerré unos instantes los ojos atendiendo a su aroma. Me gustaba, me parecía envolvente, y aquello me atraía, aunque la cercanía hacía mucho, sonreí ampliamente, creo que por primera vez relajada y me limite a escuchar sus propuestas. Opté por el momento por tomar algo de beber, así me quitaría de en medio la timidez que sobraba, pero sólo una copa, quería disfrutar de aquello y poder recordarlo al día siguiente, además me tenía que quedar lo suficiente como para pagarla después...- Algo de beber estaría bien- Dije haciendo mi voz algo atrayente.-Lo que pidas estará bien.-Dije antes de que Reika preguntase nada.

Imaginaba que después de la bebida podríamos ir a una habitación, con mayor intimidad me soltaba mejor... “Deja de pensar tanto y sólo disfruta” me dije a mi misma observando con atención a mi acompañante.

por **Reika Roux** Jue Mayo 16, 2013 7:27 pm

Hasta con los ojos cerrados aquella mujer era preciosa. Su piel se veía bien cuidada igual que su cabello, y la tentación de robarle un beso a esos apetecibles labios se frenó sólo porque se le ocurrió responder a mi petición en el momento en que me iba a acercar. ¡Mala suerte! Pero la noche era larga y las oportunidades que se me iban a presentar eran muchísimas. Estaba completamente segura de eso.

- De acuerdo, espéreme aquí~ - Dije con intención y me levanté procurando regalarle la mejor vista posible de mis atributos, aparte de una mirada de reojo felina antes de dirigirme hacia la barra contorneando mis caderas de forma natural, aunque quizás ahora el movimiento era algo menos cuidadoso por el entusiasmo que me embargaba por lo que imaginaba sucedería después. De sólo imaginarme con ella en la cama, intercambiando besos y gimiendo al unísono mi entrepierna ya empezaba a trabajar. Pedí y recibí los dos tragos, llevándolos hacia donde mi clienta y le extendí el vaso procurando acortar distancias mientras la devoraba con la mirada. Mis ansias habían crecido, y no sabía por cuánto más iba a poder contenerme de subirme a sus piernas y arrancarle la lengua a besos.

- Espero que le guste el vodka – Dije un poco cantarina, manteniéndome inclinada casi a la usanza de los mayordomos para realzar la tentación del escote de mi corsé. – Ya que a mí me gusta mucho…-Terminé por susurrar, complementando en mi cabeza con un “igual que tú” bastante perverso. Por eso disfrutaba tanto mi trabajo.

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