Un tranvía de tres rivales [Priv. Antoline & Hauser]

por **Gabriella de Beaucaire** Vie Mar 01, 2013 3:07 pm

Sus ojos miel, su tibia piel… son los recuerdos de él que conservé. Fue un largo camino el que tuve que andar para encontrar finalmente la paz.

La noche era húmeda, el cementerio silencioso, la neblina blanca como algodón. No había más sonido que el de algunos cuervos solitarios, quizás hambrientos. Sí, yo podía entenderlos, pues estaba sedienta; no había bebido una gota desde hacía un año, doce meses completos de abstinencia premeditada. Cualquier vampiro entendería el tormento por el que sufría al ir atravesando las viejas y polvorientas criptas de los que yacían bajo tierra, el deseo de sangre fresca; mi espera casi llegaba a su fin, pues el ardor de mi garganta no mentía. Entre aquel campo de difuntos había un humano con vida, con su corazón bombeando sangre. El sonido de su corazón podía pasar desapercibido para cualquier otra criatura que descansara en el oscuro recinto, pero no para mí… no para un hijo de la noche.

Una enigmática señal llegó a mí en una firme construcción de mármol, quizás la cripta de un noble. Se trataba de un cuervo grande, con sus plumas oscuras resplandeciendo bajo la escasa luz de los faros que se filtraba en la niebla; ladeaba su cabeza y aferraba sus garras a una herrería con forma de gárgola. “Que bello arte se puede encontrar en un campo donde nadie podrá apreciarla nunca más… y esta noche vengo a añadir un cadáver a la lista interminable de criptas sin nombre.” No había duda de mis intenciones, tal vez los ojos brillantes del cuervo reflejaran mi propia ansiedad. Un cazador… solo un humano con aires de grandeza que había podido, por pura suerte, arrebatarme algo preciado. ¿Acaso habría creído que no tendría consecuencias? ¡Qué actos tan estúpidos podían llegar a cometer los humanos! Sí, tan estúpidos que sus actos los llevaban justamente a aquel lugar, del que nunca más saldrían.

Seguí andando, haciendo un vago esfuerzo por rememorar el suceso un año atrás. La dulce cara de un infante, con sus ojitos de color ambar bañados de rojo por la sed; el pobrecito solo había tenido una rabieta, un momento de descontrol que lo había llevado a desangrar a una familia entera. Oh, pero era solo un niño, y los niños cometen errores. Yo deseaba acogerlo como si fuese mi hijo, porque no tenía a nadie más en el mundo, pero un solo error decidió nuestro destino. Nada más llegar a la pequeña y humilde morada de los humanos, les había encontrado pálidos y fríos, uno apilado sobre el otro y con la mirada vacía. Y a mi pequeño Sahjid, destruido en su inmortalidad. Ni gritarlo ni exclamarlo había servido de nada… pues la indulgencia de Dios jamás nos habría sido concedida.

Ahora, en la morada de aquellos que habían caído como Sahjid, buscaba mi único desenlace a esa obra sangrienta y vengativa. Nunca dejaría vivir a cualquiera que pusiera una mano sobre mis tesoros. El cazador sería cazado por su presa… y no le dejaría morir con tanta facilidad.

"Acércate... déjame verte... haz un solo movimiento en falso y te encontraré, basura humana. Atácame con tus juguetes de cazador, ingenuo hombre. Te estoy esperando..."

Lo único que podía divisarse a la distancia eran lápidas grises y más neblina, árboles que en su desnudez alojaban a más cuervos e insectos. No había una razón sensata para que una mujer de clase alta deambulara por un escenario tan tenebroso, con su vestido escarlata evidentemente caro, sus perlas decorando su cuello blanquecino y su cabello color sangre bien sujetado a la cabeza. Al menos... no si fuese humana.

por **Hauser Baskerville** Vie Mar 01, 2013 5:37 pm

La bruma cubria el cementerio frio, vacio. Era de madrugada, y hoy me senti tentado a caminar entre las lapidas buscando unas en particular. Era una familia completa, hacia un año no pude salvar. Me estremeci, por que el infierno tiene formas crueles de enviar a sus demonios. Parecia un niño, pero no lo era; inclusive actuaba como uno... cruel maquinaria de sangre que acabo con todos. Asi que yo mate al pequeño demonio.

¿ Fue sencillo para mi? No lo fue, gimio como una criatura humana, hasta por un momento me enterneci, cruel falasia, era un monstro y murio como tal. Mi cabeza aun da vueltas de lo que paso un año atras. El recuerdo sigue vivido en mi mente, como si hubiese sido la noche anterior.

LLegue frente al mausoleo, gris de marmol y deposite alli un bouquet de rosas, no se me ocurrio mas nada. Senti una profunda tristeza, un dolor punzante. Pude salvarlos y no pude, nunca me imagine a un vampiro en aquella forma.

El silencio cubrio el cementerio. Senti que aquella noche no habia terminado y que en cualquier momento se haria presente en mi vida.

por **Ahmet Arlovskaya** Vie Mar 01, 2013 6:42 pm

Has caído en un poso sin fin ¿Hay alguien que pueda rescatarte? Tal vez si hay alguien y tienes que confiar en esa persona si no, ciaras y te dolerá.

La luz de la luna se colaba a mi habitación, otro día más de estar en este mundo ¿Cuánto tiempo ha pasado? Ah sí, mil años desde que estoy “vivo” yo debería de ser polvo, mis cuerpo estuviera desaparecido en la ataúd, simplemente hubiera mi ropa si me hubiera enterrado hace mucho tiempo, pero no, sigo con vida, sigo entre los vivos, mientras yo, soy un hombre sin sentimientos, un hombre que le gusta jugar, adentrarse en un juego peligroso, un juego de faldas, ¿Esa es la vida que siempre llevare? JA!, siempre me pongo a pensar en esas cosas. Que sería de mi vida, que será más adelante, pensar en el futuro siempre ha sido mi pasatiempo favorito, me cree diversas ideas de cómo seré entre más años, que nunca voy a cambiar, que siempre seré el vivo y que mirare a las demás personas morir y ver nacer otras nuevas.-¿Siempre seré así?-Hice una pregunta pero no para que fuera respondida, yo mismo sabía la respuesta, suspiré un poco y me levante de la cama, al estar recostado en ella, pero mi mirada estaba perdida por la ventana, mirando la oscuridad del cielo.

Comencé en abrocharme la camisa, hace una hora me termine de bañar, me había puesto mi ropa, pero la camisa la deje desabrochada, mirándose mi pecho blanco; perfecto, como todo un vampiro que era, sin arrugas de por medio, a veces me daba un poco de coraje, porque me arrebataron algunos sueños pero ahora tengo que se fuerte, por mi hija, esa pequeña que se quedo sin sus padres, familiares míos. Nunca pensé que un Beethoven de mi familia se iba a rescatar, pensé que los mate por completo; al recordarlo me sentí como mis venas se llenaban de adrenalina, porque tan solo recordarlo me siento excitado, dios, como disfrute esa noche matar beber de la sangre de mi familia, todo el odio que sentía murió ese mismo día.-Ver las caras de ellos, de la familia que me dio hogar después de tanto tiempo, pero me enojaba más, porque me ponía unas caras de desprecio, unas caras de asco y eso poco a poco comencé a odiarlos, no lo quiera, era mi única familia pero ellos se lo buscaron-Apreté mis manos y golpee la pared, se rompió un poco haciendo que mi nana viniera corriendo hacia mis aposentos, ni toco la puerta; entro y la mire de reojo-No ha pasado nada…-Dije, mirando su rostro-Lo siento…-Volví a decir, era la única persona a la que era completamente vulnerable, sin decir más ella se acerco me abrazo por detrás y me empezó a decir cosas lindas, que solamente de ella podía aceptar y no la alejaría de mi.

-No sé qué hacer nana, la mujer que me enamoré como un idiota no me deja estar con ella, me desprecia y esta con otra…otra, la olvidaré pero algo que realmente amo, no me corresponde…mi vida no se qué hacer…-Cerré los ojos, parecía un niño pequeño, estaba tan dolido, ella, la mujer que creía que iba ser perfecta, me engaño, claro, como podría engañarme si no éramos nada, me estaba aferrando alguien que no miraba su futuro conmigo, mejor no la volví a buscar. No, no me volveré a rebajar con nadie, las mujeres para mi será un objeto, como siempre; suspire y me aleje de ella-Gracias…-Le dije, para terminar de abrocharme la camisa-Saldré, todo esto me marea y me da asco…-Dije, sabia como era yo, no dijo nada, solo una sonrisa triste aprecio en mi vieja; no iba a decirle nada, tome mi chaqueta y me salí de mi habitación bajando las escaleras y saliendo de esa casa que solo me parecía que me iba aplastar, al estar por fin estaba en la calle comencé a caminar, mis pensamientos estaban todavía en mi pasado.

Tengo que ser yo mismo, sin esperar, me abofetee yo mismo, mirando que las personas se me quedaron viendo al verme golpearme-Antoline, vamos reacciona-Gruñí por lo bajo y metí mis manos en las bolsas de mi pantalón y seguí mi camino, con una sonrisa sínica, era hora de actuar, era hora de ser el Antoline de siempre, un hijo de perra, como yo mismo me llamaba. Maltrataba, golpeaba a las personas sin remordimiento, no me interesaba su vida, solo quería venganza, el odio seguía en mi, las personas, todas tenían la culpa de cómo era, ellos mismo me crearon así, malditos desgraciados, odio a todos los de parís, a todos.

Tome a una mujer, la comencé a seducir, era joven, quince años, todavía no comprendía porque una jovencita de esas edad salía de noche, pero ella no iba a regresar más a su casa, la toque, la bese por todo su cuerpo, me la lleve hacia el cementerio, ella se pregunto porque, simplemente la calle con un beso, ardiente, apasionado, llegando y cuando menos lo espere, ataque su cuello comenzando a succionar su sangre, meterle mano por debajo de la falda, excitándola, la pegue contra la pared y desgarre su intimidad y la deje caer al suelo muerta, su sangre tan exquisita para mi, mano diestra estaba llena de sangre por ella.

Escuche una voz, mientras mi lengua pasaba por mi mano llena de sangre, comencé a caminar, subiendo y bajando por las lapidas, no tenía el respeto hacia los muertos de aquí; al llegar, no me acerque, simplemente quería saber de quién se tratara, era de una mujer, después a lo lejos mire un hombre que venía, mientras yo no paraba de lamer mi mano, parecía un niño con una paleta-Rica…-Pensé, mientras me recargaba en el tronco de árbol, ocultándome de los rayos de la luna y terminando de limpiarla pero mi ropa estaba bañada de sangre, pero eso no importa-Ser divertido verlos…-Susurré, haciendo que el viento que hacía, que era leve, se las llevara, mientras cruzaba mis brazos enfrente de mi torso.

por **Gabriella de Beaucaire** Vie Mar 01, 2013 8:48 pm

"Lacrimosa, intento amar este mundo de crueldad... antes azul cuando nací... y ahora color rojo carmín. Ya no busco absolución."

Los minutos pasaban y el olor a un pulso vivo me llamó la atención. Por aquí y por allá, podía sentir cada cosa viva del cementerio, pero solo había un humano, y tenía una corazonada de que esa era mi presa. Los tacones de unos zapatos finos no me impidieron avanzar por un sendero rocoso, cubierto de hojas húmedas por las lluvias que refrescaban a París en el verano. ¿Había visto alguna vez una noche tan fría en verano? No recordaba ninguna, pero debía darme prisa. No faltaban muchas horas para el amanecer, y aun con la niebla, el sol sería un problema para mi. A cada paso que daba el olor a sangre y el sonido de un corazón fueron más nítidos; la sed se descontroló en mi garganta, tal como había azotado a Sahjid un año atrás. Yo habría de acabar por fin con su asesino, desmembrarlo lentamente y hacerle rogar clemencia.

Lo vislumbré a pocos centímetros de la cripta donde había pasado antes, en aquel lugar donde había visto al cuervo; mi pecho estaba caliente de ira, como si pudiera carbonizarlo tal como lo haría un dragón. Mis ojos, normalmente azules, se tiñeron de rojo, expresando así mi rabia y mi sed. Ya no había retorno, ni siquiera deseaba que lo hubiera. Solo quería calmar mis heridas con un poco de su sangre, solo eso podría aplacarme.

"Figura espectral que huye de la oscuridad y la luz pretende alcanzar. Esos sueños son realmente una trampa mortal. El fuego nos condenará."

— Al fin os encuentro... — no me sorprendí al descubrir la frialdad de mi voz, siempre sustituyendo a cualquier emoción negativa. Ni siquiera le daría el gusto de verme perder la calma.— Os estaba buscando por todos lados, pero jamás daba con vos. — mi voz se convirtió en un susurro gélido y letal. — Imagino os debe suceder lo mismo a la hora de asesinar a un pobre niño. Debe ser difícil encontrarlo, siendo tan pequeño... tal vez quiso correr, o esconderse en un armario. Quizás solo quería encontrar a la mujer que lo protegía como una madre.

Mis ojos estaban fijos en ese hombre, que aunque para nada feo, era el centro de mi más profundo rencor. Me daba cierta curiosidad saber si él se habría esperado eso, el hecho de que el niño vampiro que había asesinado un año atrás había tenido una protectora que no dudaría en vengarlo. Esperé su reacción tranquila, consumiendo todo deseo por ver la cripta teñida de su sangre.

por **Hauser Baskerville** Dom Mar 03, 2013 4:24 pm

" ¿ Has sentido un dia tan frio en verano? ¿ una noche mas oscura? ¿ una venganza mas terrible? Cazar o ser cazado, al fin de cuentas."

Los cadaveres pudriendose en los mausoleos y tumbas, producian la sensacion de frio y humedad, al no existir calor en ellos. Pero habia algo mas, una sensacion de peligro que se cernia a mis espaldas. Demasiado silencio, ni una sola ave de carroña, ni el sonido de los buhos. No era normal, me tense y recorde que en mi gabardina guardaba dos mosquetes y una estaca. En el estuche del Cello que colgaba de mi espalda unas cosas mas.

Hoy no habia salido a cazar pero no queria decir que estuviese desarmado. El titineo de las gotas de la pequeña llovizna veraniega. Pero habia un sonido mas, un pequeño y ligero taconeo. Mis sentidos se alarmaron... la voz fria, ronca, cavernosa de una mujer me sobresalto. Una sobrenatural... la protectora del pequeño monstro.

Caprichoso destino, hace un año exacto, el vampiro en forma de niño, la familia muerta. Ahora ella y yo.

Giro con cautela- No soy de los que me escondo madame, si es que merece que la llame asi, por que para proteger a un monstruo como aquel, se necesita ser uno- resoplo y la observo, palida y hermosa como una estatua de marmol- ¿ pobre niño? ¿ cree que un niño, seria tan cruel? a mis espaldas los juguetes de su " niño"...

por **Ahmet Arlovskaya** Sáb Abr 20, 2013 10:40 pm

La mirada que ambos se tenían era odio, sí, típico, un vampiro y un cazador, nada nuevo para mí, odio entre ellos y la única finalidad es matarse mutuamente, vaya, ¿Qué? ¿Los tiempos no cambian? Pero veo que no, cada día, cada minuto, cada segundo que pasa es lo mismo, Licántropos, Cazadores, Vampiros, Humanos sin ningún poder o arma en mano se odian, hasta los cambiaforma están en peligro por la nueva orden de la inquisición, ese “Cuartel” que “sirven” a dios, pero ¿dios quiere que uno muera? Por una razón a los sobre-naturals nos dieron el poder de seguir viviendo con más tiempo, en especial a los Vampiros, aunque Dios no nos dio la inmortalidad, si no el señor del infierno, de la oscuridad, de la maldad, Satanás.

No quise ser vampiro, ni siquiera sabia de su existencia pero un hombre que me dio la vida me la arrebato, mi padre me hizo esto, son saber que yo no lo quería, ¿Las razonas? Nunca pude comprenderlas, aunque tal vez quería que lo quisiera, pero fui y seré siempre un bastado, que su madre se arrepintió de tenerme, me dio a un señor que se esmero cada momento para darme lo mejor, para que no sufría, y como se lo page, yéndome de su lado, negándolo como padre y lo único que quise fue vengarme de una mujer ya muerta. Pero ese es mi pasado y era mi presente hace años, ahora, vivo para vivir la vida otorgada, para hacer un buen Duque y sobre todo para cuidar a la que pertenece como mi sobrina.

Quería acción, quería que ellos se atacaran mutuamente que sangre corria ¿Cuándo la función empezaría? ¿Ahora? O ¿Mañana? Buena pregunta ¿No? Que quiero que sea respondido lo más rápido posible.

por **Gabriella de Beaucaire** Lun Abr 22, 2013 3:57 pm

"Ve con cuidado a mitad del cementerio donde las almas reposan con tristeza y rencor. Ve con cuidado porque estoy entre la vida y la muerte, y puedo arrastrarte al fondo".

Conocía a varios de mi propia raza que se encenderían como la mecha de una cerilla al escuchar aquel insulto del cazador, pero yo bien sabía cual era su opinión sobre los vampiros. Después de todo, ¿hubiese podido matar a aquel pequeño de no creer que se trataba solo de un monstruo sin alma? Pero a mi no me importaba en los más mínimo, porque para mi, aquel pequeño era un ángel al que le arrancaron las alas, y que no merecía la muerte. Miré fijamente al cazador y a sus ojos humanos, los cuales pudiese haber admirado en otra situación; la mirada humana siempre me había fascinado, y había deseado preservarla todo lo posible.

— Niños humanos son instruidos en la caza, Mon sieur, y no dudan en matar y despellejar a la presa que atrapen. Y sus padres, nobles y civilizados, los premian por ello. — di un paso hacia él, con la falda del vestido escarlata recogido sobre mis tobillos. Tristemente, miré en dirección a la tumba que había detrás. No podía negar que esas muertes me habían disgustado. No deseaba perder los estribos, pues aunque el deseo de venganza era grande al igual que la sed de sangre, mi personalidad paciente dominaba las palabras que salían de mi boca.— "Si on n'aime pas trop, on n'aime pas assez"... Eso lo aprendí aquí. Es irónico que el amar tanto a un "monstruo", como usted lo ha llamado... — ni siquiera me di cuenta cuando comencé a dejar las viejas palabras inglesas, para adentrarme en los modismos franceses.— ...defienda a esa familia, que tampoco podía valerse de santa. Vine aquí por su sangre, Mon sieur, y no me iré sin ella...

Para mi sorpresa, me descubrí acercándome más y más, hasta quedar a pocos centímetros de él. Si sacaba cualquier arma de cazador, yo estaría en desventaja, pero quizás en medio de mi amargo rencor, deseaba que fuese una pelea más justa. Sin embargo, antes de escuchar cualquier sonido similar al de un arma blanca o de fuego, escuché unas hojas crujiendo a mis espaldas, un tanto alejado. No era el viento, ni tampoco un animal que hubiese hecho del frío cementerio su hogar; el olor también había cambiado y la curiosidad de saber quien o qué era me despistó.

Cualquier criatura que pudiese notar la tensión y el peligro que corría entre la corta de distancia del cazador y mi persona, debería haber salido de ahí de inmediato. Y sin embargo, podía sentirle, como una pesada presencia que se negaba a marcharse. ¿Amigo o enemigo? Era difícil decidir en quien confiar, y más aun si no había una presentación primero.

Spoiler:

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