Empezando a amar (PRIVADO)

por **Leo Thomas Himmel Draxo** Vie Mar 01, 2013 3:22 pm

El día comenzaba y Leo se despertaba con una gran sonrisa. Después de tantos años volvía a ser feliz y el motivo de ello estaba ahora mismo en sus brazos, dormida placidamente abrazada a él, su princesa, su Ébano. Aun recordaba como la había conocido una tarde en la zona de los bosques...

Era por la mañana y Leo la noche anterior había tenido una de sus peleas clandestinas, esta vez con suerte había logrado ganar a su oponente pero la posterior paliza de los que querían cobrar la apuesta le había dejado malherido. Estaba un poco desorientado cuando a lo lejos sus sentidos animales se despertaron, un grito de auxilio le llegó y al recordar cómo el había sido auxiliado años atras no había dudado en levantarse a duras penas e ir al foco del grito.

Cuando llegó al lugar la situación le hizo enfurecer, un hombre encapuchado intentaba asaltar a lo que parecia una joven asi que sin dudarlo y aunque sus puños ya estaban sangrando comenzó a golpear al encapuchado para alejarlo de ella.

Hoy tenía planes especiales y comenzaban con levantarse de la cama e ir a por el desayuno sin que ella se despertara tarea algo dificil porque estaba bien aferrada. Con cuidado y tras muchos besos y palabras de tranquilidad logró salir de la cama y rápidamente fue a por el desayuno que subió con una hermosa rosa roja y una nota. Dejó la bandeja en una mesita y fue a abrir las cortinas antes de empezar a darle besos por toda la cara, adoraba verla al despertar, le hacía sentir que estaba vivo y que tenía esperanza.

-Mi princesa, Ébano es hora de que despiertes amor...

por **Ébano Dalaras** Sáb Mar 02, 2013 6:46 am

Daba igual cuanta velocidad cogiera, cuantas ganas tuviera de llegar al otro lado, que, aunque diera paso por paso, era completamente imposible que llegara hacia la casa. Se alejaba como todo cuanto conocía, todo cuanto podía considerar un hogar. ¿Por qué se alejaba si cada vez estaba acercándome más él? No lo comprendía para nada y, cuanto más aceleraba, más nerviosa me ponía sintiendo el pánico carcomerme.

De repente, todo se detuvo, en un lugar extraño, oscuro... Unas ruinas de lo que, seguramente, fue un gran castillo antaño. Paseaba por el lugar hasta que me quedé quieta en una tumba. Una tumba hermosa que dejaba a la vista lo grande que era aquel que allí yacía. Y, cuando iba a ver el nombre ante aquel sobrecogimiento y culpa en el corazón sin sentido, aparecía una sombra. Una sombra que, al mirarla, se posaron sobre mí unos ojos exactamente igual que los que yo misma poseía. Unos ojos que me iban a devorarme.

Fruncí el ceño cuando de repente noté la luz en mi rostro, haciendo que me quejara al instante. ¿Por qué no podía seguir durmiendo? Entonces sentí una cantidad de besos en el rostro que me devolvieron a la realidad con una enorme sonrisa. Reconocía esa voz, le reconocía a él y me encantaba sentir que no se había ido, que de verdad había pasado la noche conmigo.

-¿No podemos dormir un poco más? -Reí un poco y me incorporé en la cama, mirando a Leo como si aun no pudiera creerme aquello. Yo jamás me juntaba con gente, no solían gustarme las personas, pero él... No solo me había salvado, sino que resultó ser alguien que parecía acabaría siendo importante para mí.

por **Leo Thomas Himmel Draxo** Jue Mayo 23, 2013 9:42 am

Leo siguió besandola para intentar despertarla mientras recitaba palabras de amor en su oído, nunca había pensado que se sentiría de esa forma. La risa de su princesa fue placer para sus oídos y una gran sonrisa se colocó en los labios del cambiaformas.-No podemos, si lo haces se enfriará tu desayuno y con lo que me ha costado hacerlo-dijo con un puchero. No se le daba muy bien cocinar y esta vez había tenido la ayuda de su madre que pasaba por allí para ver como estaba.

Tomó la bandeja y se la colocó en el regazo con una sonrisa esperando ver su aprobación, estaba nervioso y no sabía que le contestaría.-Espero que te guste...Luego tengo otra sorpresa para ti.

No podía decirle aun de que trataba pero estaba muy impaciente, había preparado todo para que se fueran a dar un paseo a caballo con una yegua que había mandado traer como regalo ¿le gustaría?

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