¿Por qué estoy en París? [Libre]

por **Masha Arkhipova** Sáb Mar 02, 2013 1:09 pm

Sé que estoy en París de eso no hay duda y es que lo conozco de imágenes y retratos de mi primo. Bueno también porque me lo dijeron hace un par de horas.

¿Quién soy? Masha Arkhipova obviamente una inmigrante en París, no puedo generar recuerdos por lo que la información que se me dio muy pronto pasará al olvido cuando tenga que capturar otro recuerdo.

Hace mucho que dejé de buscar a mi familia, ya me cansé como lo estoy ahora. El anochecer está apoderándose del cielo azul, bajo un bello crepúsculo, pero a pesar de que el contraste del sol en el cielo es hermoso, nunca se comparará con mi bella patria y cada que pienso en ella tengo deseos de regresar y continuar mi vida como estaba destinada a culminar. Pero no lo hago algo en mi me dice que no debo de regresar, eso y que después sucede algo más y olvido mis pensamientos dedicados a mi patria. Sé que se escucha terrible no poder generar recuerdos, si te enamoras perdidamente en una distracción lo olvide tratándolo como un desconocido. Y me pregunto, me habrá sucedido alguna vez, ¿en algún lugar mantuve una relación que olvide y aquel amor volvió a ser un extraño para m? No lo sé.

Pero hay algo que sí sé, además de que no es normal. Porque no lo recuerdo cuando aún era sana, y son mis sentidos. Son como si estuvieran aumentados, escucho conversaciones ajenas a distancias largas, veo a lo lejos y mi olfato no se queda atrás. ¿Se deberá a mi amnesia? Debería consultar a un doctor y resolver mis dudas. ¿Pero si ya o hice? De cualquier forma después olvidaré las respuestas. Sin embargo, mi cuerpo me dice que si los consulto, especialmente en estos días, días como hoy... De luna llena, no me han de tratar del todo bien porque amanezco sin ropa, desorientada y a veces con sangre en boca.

Y aunque espero que mañana no despierte de esa forma, creo que es algo que no podré evitarlo.

—Disculpe señor fue mi error— dije a un hombre con el que tropecé y es que estaba distraída cuando me encontraba pensando en... En... ¿En qué estaba pensando? No importa, dudo que sea importante... –Qué bello es este lugar, se parece a París– pensé y me acerqué a un transeúnte, —Disculpe sé que se escuchará raro, pero de verdad lo desconozco... ¿En dónde estoy?— dije con una sonrisa.

por **Anneliese Wasenbell** Sáb Mar 02, 2013 5:16 pm

El anochecer en París siempre es hermoso. Me encantaba verlo desde todos lados: desde la ventana, desde las calles, o incluso desde algún lugar inconcluso de las afueras de la ciudad, en mi caso ósease el cementerio, dónde todavía trabajaba a pesar de que ya me había reencontrado con mi hermano mayor. Arquímedes se las había arreglado para volver a casa conmigo, nos había perseguido a Ruslana y a mí y al final lo tenía por allí cerquita, no iba a permitir que me fuera sola a alguna parte sin su consentimiento. Había ido a casa conmigo, habíamos hablado mucho, pero por suerte había logrado engañarle un rato. Un pequeño encantamiento que le había hecho a una poción que le había hecho beberse con el vino que le había ofrecido. Esa poción no haría nada grave, simplemente lo mantendría alejado de allí durante un tiempo, pero no le haría olvidar nada. Pero lo alejaría lo suficiente como para que no me molestara demasiado, lo cual me daba tiempo a convencerle de que las cosas seguían bien, y de paso a echarlo de allí, porque aún seguía enfadada con él por lo que hizo durante aquel ritual nigromante.
Sí, es cierto que lo más acertado habría sido usar una poción para olvidar. Sabía cómo hacerlas, pero no me gustaba nada hacer esas cosas. Le tenía una manía tremenda a esas pociones, el olvido era algo que temía en demasía, por lo que me iba a arriesgar a una poción más suave para él. Claro que cuando se diera cuenta se enfadaría mucho. Pero no importaba. Tenía demasiadas cosas que hacer como para que algo como eso me importase.
Aquel día tenía que preparar una invocación. De espíritus, sí. No las hacía demasiado a menudo, pero cuando las hacía me tocaba preparar muchas cosas. Concentrarme, encontrar algunso pentáculos, adoptar el aspecto necesario, adquirir cierta paz de espíritu, un humor adecuado, y eso se conseguía a veces dando un buen paseo por la ciudad. Claro que también salía aquella noche para ir a cenar. Estaba hambrienta y no me gustaba comer en casa. Comería algo, me divertiría un poco y luego volvería a casa para seguir preparando los preparativos.
Pero claro, me iba a llevar varios días, hasta que encontrara todas las reliquias necesarias. Aquella noche esperaba poder encontrar al menos un poco de cera para velas, y una pluma. Pero no era una pluma cualquiera, no. Tenía que ser una pluma de un pájaro muy poco común, parecido al cuervo pero con unas plumas más esponjosas. Era una criatura muy difícil de encontrar. Pero por la ciudad estaba. Yo lo sabía. Así que esperaría, y con paciencia. Sabía que lo encontraría tarde o temprano.
Y en eso pensaba mientras caminaba por la ciudad en búsqueda de un lugar que me gustase en el que ir a comer algo. Mi cabello estaba suelto cómo siempre, con un color lila oscuro aquel día. Mi vestido era de color esmeralda, con algunos rubíes incrustados en la falda y llevaba en el cuello mi collar de esmeraldas también. Y los zapatos negros. Iba cogiendo cada vez un estilo de vestir cada vez más elegante y atrevido. Eso era lo que buscaba. Cuando más desenfadado, mejor.
Entonces, sólo entonces, alguien me sacó de mis pensamientos. Una muchacha que parecía ser más o menos de mi edad se acercó a mí y me preguntó dónde estaba. La pobre parecía perdida. Y no era de extrañar.
-Se encuentra en París, mademoiselle. Está de lleno en las calles de París. ¿Es que acaso no lo sabía? ¿Se ha perdido?-le pregunté, preocupada de repente.

por **Masha Arkhipova** Vie Mar 08, 2013 10:56 pm

—¿París?— fue mi primer respuesta, con acento en ruso y acompañada de un gesto de confusión. –¿Cómo llegué hasta aquí?– sin saber si ya me lo había preguntado. —Lo sospeché mademoiselle...— y le sonreí, no quería que se marchara quería compañía aunque por un tiempo, —solo que es mi primera vez en esta ciudad que me es díficil creer que estoy aquí—.

De pronto note que su preocupación se esfumaba y eso me preocupó, eso significaba que se iría así que la tomé de la mano. —Mademoiselle, no se vaya estoy sola y perdida no me pregunté que es lo que buscó, por qué no lo sé— dejé de verla y de pronto vi una luz alrededor de ella lo que me desconcertó, pero no dejé que eso me distrajera después de todo mi amnesia también era extraño, pero y aunque lo intenté no pude evitar olvidar lo que había sucedido.

Tenía de la mano a una mujer con una luz verde, como una aura, era extraño pero no le temía era cálida y me sentí segura. —¿Disculpe señorita donde estoy?—[/color] le dije en ruso y vi que no me comprendió, presté atención a la gente de mi alrededor y escuché que hablaban en francés, di un rápido vistazo y me pareció que estaba en París, —¿disculpe mademoiselle estamos en París?— le dije ahora en francés, ella hizo un gesto confuso entonces me quedó claro que ya me lo había dicho.

—¡Oh, ya me había respondido!, ¿cuál dijo que era su nombre?— dije y saqué una libretilla y un pedazo de carboncillo, escribiría el nombre para no volver a preguntarlo de nuevo. Esperé ansiosa y preparando una exxplicación si es que no lo había hecho ya, seguir hablando sólo me confundiría y no llegaría a ningún punto.

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