Un piano es todo lo que necesito (CHRIS POHL)

por **Clodette Landman** Dom Mar 03, 2013 1:29 pm

La música impregnaba la inmensa sala bacía con una melodía triste y melancólica de piano. El teatro vacío parecía mucho más pequeño, y aunque las sillas estaban desocupadas Coralie sentía un cierto respeto al tocar a lo alto del escenario. En la sala no entraba otra luz que la de la luna, pero ella no necesitaba más, manejaba las teclas como si fueran los dedos de su propia mano. Cerró los ojos y se dejo llevar improvisando mientras recordaba la vida pasada y las experiencias vividas des del momento.

Ahora tocaba una pieza para su difunto hermano, lo echaba de menos y se sentía profundamente culpable de su muerte. Le pedía perdón una y otra vez por cada estrofa que sonaba en su memoria.

Entré sin permiso en el teatro, las veces que había ido con mis papás recordaba que había un piano de cola blanco muy bonito. Mi papá me compro uno parecido pero más pequeño para que llegara mejor a cada extremo del teclado. Pero ahora ya no podría tocarlo nunca más, me preguntaba si mi nuevo hermano le gustaría la música tanto como a mí y si llegaría a querer igual que yo aquel piano donde en aquellos tiempos aprendí a amar la música. No me sentía cómoda tocando ahí, pero no tenía ningún piano donde practicar y en el piso de Adèle tampoco cabría uno. Así que no me quedaba otra opción que colarme allí donde hubiera uno y tocar en silenció a escondidas. Aquella noche estaba planeada una función pero no empezaría hasta la media noche y desde entonces tenía tiempo para tocar un poco.

Rápidamente desconecte de lo que me rodeaba y me deje llevar por la música que me envolvía dentro un remolino de notas y melodías. Era una forma de liberarme, una especie de conductor de mi tristeza que se la llevaba hacía otro lugar fuera de mi cuerpo y la esparcía por toda la sala vacía. Al principió las notas eran tímidas y el volumen bajo para que nadie me escuchara, pero a medida que tocaba el volumen iba aumentando sin que me diera cuenta.

De pronto las luces de la sala se encendieron, me asuste ante el imprevisto y regrese de mi mundo a la vida real, dejando de tocar de golpe. Miré entre las sillas para ver si venia alguien cuando vi a un hombre acercarse por el pasadizo lateral de las fileras de asientos. Di un saltito para levantarme dispuesta a desaparecer del mapa pero me detuve al ver aquel señor cuyo rostro me resultaba conocido.

por **Sean O'Rouke** Dom Mar 03, 2013 8:46 pm

Caminaba solo por entre medio de la muchedumbre que se agolpaba en la entrada del teatro en el centro, aún faltaba un poco de tiempo para que comenzaran las funciones en el Theatre des Vampires, los artistas apenas estaban despertando una noche mas con ansias de sangre que saciarían apenas salieran de sus tumbas eternas, sin otra cosa mas importante que hacer, se vestirían y encararían una escena tras otra satirizando la creencia de esta sociedad de cómo un vampiro debería ser o verse.

Pero, ¿era esto lo que realmente quería para el resto de mi existencia? ¿Me sentía realmente colmado por el solo hecho de pertenecer a este grupo de vampiros agraciados de dote actoral?
Estos eran los interrogantes con los que vivía debatiéndome en la tumba que me acogía día tras día bajo un manto protector forrado en satén.

Necesitaba desenviciarme un poco y darme un tiempo para replantearme las cosas que debería y quería hacer, tiempo para respirar y pensar ya lejos de las luces, del espectáculo y de la gente. Cerca estaba del centro, cosa que no me daba la garantía de tener la soledad que siempre buscaba. Los vampiros solemos buscar compañía pero muy pocos entendemos como permanecer juntos por mucho tiempo, es por eso que siempre nos conocemos entre nosotros, formamos grupos y de alguna manera siempre nos disolvemos para formar parte de otros, como si fuera una necesidad la de separarse después de unos años.

Tenía ganas de tener ya mi casa completa, terminada, con todas mis cosas dentro y no guardadas en un galpón donde se filtraba la humedad constantemente. Pero era difícil, necesitaba la ayuda de una persona con carácter que pudiera llevar mis negocios durante el día y hasta el momento era difícil encontrar alguien de confianza que pudiera llevar varias cosas por mi, por el momento solo contaba con el contador de la familia.

Corrí alejándome de la gente, me sentía como una sombra entre ellos, corría muy rápido dejando de lado todo el murmullo y mis pies solo buscaban la forma de correr aún más rápido hasta que llegó a mis oídos algo mas que el silbido del viento, éste ahora se entremezclaba con los acordes tristes de una melodía tocada en piano.

musica:

Casi instantáneamente frené la marcha y contemplé a lo lejos el teatro cuyas luces aun no estaban encendidas y nadie estaba en la entrada, no parecía ocupado. La melodía vibraba por los callejones, me recordaba a mi pasado, mucho dolor que siempre terminaba plasmado en el piano de casa, piano que había perdido hace muchos años, que se había consumido con mi vida y la de mi familia, posiblemente había perecido en manos del fuego fatídico. Añoraba Alemania.. extrañaba mi casa. Penetré en la sala principal del teatro después de inmiscuirme por la puerta de servicio. La sala era inmensa, tenía farolas a todo su alrededor de forma circular, los palcos estaban dispuestos de manera que todos tenían una magnifica vista al escenario, los asientos eran de tafetán verde esmeralda, las ornamentaciones estaban dispuestas en todos ellos, lo que mostraba la elegancia del mismo, y en el escenario una niña sentada en el taburete frente a un bellísimo piano de cola de nogal, sin decoraciones, simple y bello, no había luces así que me acerque a una de las últimas filas a sentarme mientras miles de recuerdos acudían a mi mente, me recosté en el asiento.

No recuerdo cuánto tiempo pasó, me levanté y me aproximé a los tableros de luz, encendiendo solo las que limitaban el borde del escenario, la niña salió de su ensueño y se levantó del asiento buscando al causante de luz, me fui acercando a ella por el pasillo y a una distancia prudencial la aplaudí. Era la misma niña que había visto en el baile hace poco tiempo, algo en ese momento me había dicho que nuestros caminos volverían a cruzarse y aquí estaba esa corazonada...recordaba su nombre: Coralie.

-Tocas magníficamente el piano Coralie, logras transportarme- subí al escenario junto a ella y con un gesto le pedí que se siente nuevamente el el taburete mientras yo hacía lo mismo -Esta pieza en sí me recuerda a los bosques de Alemania en los que crecí- dije meditabundo aun pensando en mi vida, recordando fragmentos de ella que aun conservaba en mi cabeza -¿Cómo has estado?- pregunté volviendo a verla a los ojos y recordando la primera y única vez que la había visto en la fiesta.

por **Clodette Landman** Jue Mar 07, 2013 11:04 am

Era aquel señor que conocí en el palacio royal hacía cosa de un mes. Nunca imagine que volvería a encontrármelo, no al menos en aquel lugar. Me ruborice cuando empezó a aplaudir, había estado todo aquel tiempo escuchando, invadiendo un momento íntimo. Pero me enorgulleció que le gustara mi música. Le miré con una sonrisa de oreja a oreja al ver que recordaba mi nombre en cambio yo no recordaba el suyo, si es que me lo había dado alguna vez. Se sentó conmigo a mi lado, me parecía un señor muy disciplinado y serio que imponía respeto, las personas disciplinadas las encontraba aburridas. Me preguntaba cuantos años debería tener ya.

-¿Cómo has estado?- Mi respuesta habría poder sido muy larga; volví a encontrarme con el policía, un cazador contratado por mis padres intento matarme, estoy sumamente triste y tendré un hermano que dudo que vaya a poder conocer. Sin embargo me limite a dar una respuesta rápida;

- Bien.- respondí con una sonrisa algo forzada. Hice sonar unas cuantas teclas en el piano sin ningún sentido con la mirada clavada a estas, la presencia de aquel señor me ponía nerviosa y me inquietaba. No sabía que decirle ni que temas podrían interesarle y no quería que pensara que era boba si empezaba a hablarle de mis tonterías. Me lo imaginaba rodeado de gente elegante e inteligente hablando todo el día de temas aburridos de mayores que yo nunca entendía.

- ¿Usted sabe tocar el piano también?- dije mirándolo a los ojos, aunque mi verdadera pregunta era si tendría uno y ,quizá si le gustaba mi música, si me dejaría ir a tocarlo.

por **Sean O'Rouke** Jue Mar 07, 2013 10:11 pm

Si de algo se me podía culpar era de ser un metiche. Lo mas gracioso era que no era algo que lo hiciera a propósito sino que salía solo de mí, durante muchos años había desarrollado esta habilidad que en un primer momento me parecía un problema pero que con el tiempo termine de comprender y terminé encontrándole un lado bueno.

Había visto varios niños tocar, mas aún los niños de los hijos de ricos con los que solía encontrarme por las noches en las reuniones para concretar algunas acciones financieras de las cuales no tenia mas ganas de ocuparme, el problema que siempre encontraba en mi camino es no poder encontrar un ser competente que pudiera llevar los negocios por su cuenta y sin mi ayuda, un especulador de los buenos, alguien con una mentalidad mas abierta que la mía.

Asentí a Coralie mientras le decía lo bello que tocaba el piano, obviamente no se la notaba bien, estaba decaída, lo podía reconocer sin siquiera inspeccionar su mente, lo que pude sacar de ella era la presencia de un bebe en camino, la certeza de un futuro hermano la entristecía y comprendía porque...

-Tenían un piano en mi departamento, ahora lo he mudado a la casa en construcción que estoy haciendo en las afueras, donde reina la tranquilidad y no el barullo diario de París. Amo los pianos, aunque aún no soy bueno tocándolos a pesar de pasar décadas haciéndolo ocasionalmente, aun no logro hallarme en las melodías salvo en las oscuras y deprimentes.- como estaba a su lado me quedé mirándola y buscando respuestas a su soledad en la profundidad de sus ojos.

-Se que apenas nos conocemos Coralie, pero por algún motivo siento conocerte desde hace mucho, quiero que sepas que puedes hablar conmigo sea lo que fuere que te atormente.- hice una pausa en esta instancia mientas pensaba lo pendiente -Además ten en cuenta que aún me debes una pieza de baile. A tu edad las jovencitas se divierten en esos lugares y no andan en la búsqueda de hombres adinerados con quienes desposarse. Créeme, estas en la mejor etapa para hacerlo sin la obligación de tus padres.-

por **Clodette Landman** Dom Mar 10, 2013 8:06 am

- Oh vaya…- Sí tenía un piano, y sabía tocarlo… volví a preguntarme qué edad tendría, me daba la impresión que sería alguien muy mayor. Dudaba que algún día yo podría tener una casa como él y tener un piano, nadie le vendería una casa a una niña... aunque claro podría persuadirle… pero seguiría siendo muy raro. Suspire ante aquellos pensamientos, siempre intentaba evitar pensar en aquello, era mejor centrarse en el presente y encontrarse las cosas sobre la marcha para hacerlo todo más llevadero.

Parecía que había notado mi tristeza, y me invitó a contarle que era lo que me pasaba, quizá me vendría bien compartir mi pesar con otro de mi especie, él parecía haber vivido muchos años y entender sobre la vida de vampiro, sus consejos me podrían ser útiles. Además me transmitía confianza y seguridad, sus palabras sonaban de lo más sinceras. No conocía a muchos como yo, algunos me daban incluso miedo, la mayor parte del tiempo solía pasarla sola y eso tampoco era bueno.

No pude evitar sonreír cuando me recordó que le debía un baile, los ojos me brillaron de ilusión. Desde la noche en el palacio que no volví a pisar ninguna fiesta, seguía habiendo un problema.

- Me encantaría bailar con usted, pero desde que fui al palacio royal temo volver a una fiesta. No quiero encontrarme otra vez con mis papas… he sido muy mala y ahora ellos me odian. - Puse mis manos en mis rodillas y mis ojos volvieron a clavarse en el teclado, avergonzada por lo que hice.- Maté a mi hermano.

por **Sean O'Rouke** Miér Mar 13, 2013 10:19 am

El lugar era ameno y solemne aun bajo las sombras de la noche. No siempre contaba con tiempo para él mismo, para estar en soledad meditando. Normalmente eso le había hecho mal, los pensamientos vagaban normalmente en recuerdos poco certeros del pasado que ya pasó y que lastimosamente no volvería mas, los recuerdos de los seres con los que se compartió numerosos momentos de éxtasis, de tristeza, de alegrías y penurias. Todo los recuerdos solían verse oscuros y lejanos a ya 600 años de la muerte. Un sabio vampiro le había dicho una vez "Cuanto menos recuerdes de la vida, mas feliz serás en la muerte" y qué cierto era aquello...

Estaba meditabundo, sus dedos acariciaron las teclas blancas del piano hasta que una de ellas sonó bajo el peso y de pronto se dispuso a improvisar algo que su interior le dictara como fiel reflejo de esto comenzó a sonar lentamente las primeras notas de un tema triste como él, cuya soledad en piano expresaba la melancolía en su máximo esplendor. Como amaba sufrir! *Musica*

Mientras tocaba lentamente las notas dijo -Sabes Coralie... tengo lugar de sobra para mi solo, quizá nuestra soledad se pueda compartir. Las puertas de mi casa siempre están abiertas a los míos con quienes puedo compartir la soledad agónica por la que transitamos después de beber sangre y saciar nuestros mas impuros deseos- este comentario no hacia mas que afirmar que había estado sintiendo la soledad que ella sentía, la culpa y la melancolía que traspasaba su mente. El piano los encontraría unidos como hermanos, la sangre era el eje de toda su supervivencia.

-No temas al Palacio, nuestras fiestas no necesariamente tiene que ser en esos lugares llenos de necios, de gente que aparenta ser algo que no es... Nuestras fiestas se dan en los clubes nocturnos de vampiros o bien en las mansiones de vampiros que solo son reuniones de nuestra gente, con la cual no tenemos mas que indagar nuestras mentes para saber que nos pasa, para saber si deseamos sangre, o si deseamos carne, o si simplemente buscamos la compañía de alguien mas...- dijo después de pensar en una solución al tema del Palacio Royal.

La confesión que había matado a su hermano era algo que lo sorprendió, pero podía entenderla, comprender el funcionamiento de su psiquis al menos a la distancia todo parecía tener un ápice de sentido al menos. En este caso no podía mas que consolarla -Todos matamos a nuestros hermanos cada día para sobrevivir Coralie, nuestros pares perecen bajo nuestras fauces sedientas... Creo que tuviste tus motivos, ¿cuales serán?, me pregunto...-

por **Clodette Landman** Mar Mar 19, 2013 3:07 am

Me agrado de que invitara a su casa, seguramente me pasaría para poder tocar el piano, pero solo para eso, de momento en el piso oscuro de Adele se estaba bien.

- ¿Podré venir a tocar su piano? ¿De verdad?- pregunte con una sonrisa de oreja a oreja con los ojos brillando de ilusión, pues aquellas pequeñas cosas bastaban para hacer que mi vida fuera un poco más alegre.

No sabía que existían clubes nocturnos de vampiros, me lo imaginé un lugar oscuro donde servían en azafatas cuerpos humanos para beber, mientras otros esperaban su turno en llantos, vasos de sangre, colmillos afilados, risas atroces y música tétrica donde no poder bailar, algo escalofriante.
Temía a los demás vampiros igual como temía los monstruos que antes se escondían debajo de mi cama por las noches, o como los perros babosos de caza de mi padre que vistos a los ojos de una niña eran monstruos amenazantes. Pero no temía al vampiro que ahora estaba sentado a mi lado, su música y su voz pausada me transmitía paz y armonía, no era como el perfil de vampiro que evitaba en mi imaginación. Me uní a su pieza de música con facilidad, rápidamente encontré las notas adecuadas para acompañar la melodía con otras más acentuadas dándole un poco de color y haciendo que sonara con más viveza.

Pulse in querer algunas teclas erróneas haciendo que la pieza sonara algo descompasada cuando me pregunto los motivos por los cuales mate a mi hermano. ¿Motivos? No hubo ninguno.

-Lo maté porque tenía sed.- Dije fríamente. Mis ojos volvieron a nublarse. Recordé como no pude controlarme, mi cuerpo actuaba por impulsos, como si no fuera el mió, no me dí cuenta de lo que había hecho asta que lo vi muerto entre mis brazos y mis manos manchadas de su sangre. - No entiendo por que tengo que ser así si yo no quiero, me gustaría volver a ser una niña normal como antes. Si el señor que me convirtió en vampiro estuviera vivo lo mataría otra vez, o el señor que convirtió el señor que me mordió, si lo encontrara también lo mataría...- Dije pulsando con más fuerza las teclas del piano conducida por la rabia que me llevaba al pensar con aquellos desconocidos cuyo rostro nunca vi. Pues mi transformación no fue mucho más que fruto de un juego de venganza y odio ajeno a mi. - ¿Tu no odias al que te transformo? ¿Te gusta ser así?.-

por **Sean O'Rouke** Miér Mar 20, 2013 11:22 pm

Sus notas acompañaban sus acordes oscuros y a la vez tristes, como solía acostumbrar a tocar, muy a su pesar. Continuaba la sucesión de notas tristes hasta que por fin una serie de notas hicieron que el piano vibrara sacando unos tonos mas claros, mas transparentes, mas vivos. La melodía ya no era tan deprimente, ya tenia mas color ahora, furia incluso, ya tenia sentimientos. Un altibajo que componían de a dos.

Las luces que seguían iluminándolos era solo un foco blanco cálido sobre ellos y el piano de cola, le recordó que debía darle mas protagonismo al piano en su futura mansión. En el departamento de ahora solo era un objeto mas de decoración, ni mas ni menos.

-Eres bienvenida la noche que quieras venir Coralie, seria un honor para mi que toques mi piano, es un placer escucharte- le dijo observándola mientras sus dedos se movían instantáneamente sobre las teclas blancas medio descoloridas del piano.

De pronto, las notas se hicieron borrosas, la ejecutora de la pieza tenia la mente en otro lado, el vampiro mantuvo el acorde de Fa sostenido mientras ella volvía en si, o estallaba frente a la mención de su hermano. Sabia que era un tema delicado, quería saber mas sobre ello pero temía hacerla estallar y por eso lo había preguntado con la cautela que ello ameritaba. Estaba cómodo con su compañía y no quería que se retirara por ello.

-Mon amour- se inclinó levemente hacia ella mirándola como una hija, como la hija que nunca tuvo, la vio con ojos tristes y comprensivos a la vez -Aun eres joven, se que es difícil contener esas ansias de sangre... si, es difícil. Con el tiempo te acostumbraras a beber cuando tengas ganas y no por obligación o con una necesidad voraz como la de ahora. Ya me entenderás. De momento solo enfocate en no acercarte mucho a los humanos que estimas o procura alimentarte bien antes de hacerlo para no hacer que su vida peligre bajo tus fauces. Al momento de sed somos unos seres que ni siquiera nosotros nos conocemos, un momento de locura que raramente recordamos. Pero cuando te das cuenta de la realidad, de la perdida a veces se torna demasiado doloroso- hizo una pausa, pensando en la cantidad de vampiros que se habían inmolado al sol por haber matado a seres queridos.

-Es cierto que a veces parece una maldición nuestra condición y créeme que me lo planteo a menudo, pero mírate como una servidora de esta ciudad, eres como un tren que conduce al infierno o al cielo a cada cuerpo del cual despojas de sangre. Eso somos sin mas. Yo también odio a mi creadora, la mayoría de los vampiros lo hace al darse cuenta que los beneficios en la balanza no son tan buenos como parecían cuando te ofrecieron el don oscuro. A mi me crearon en un intento de robarme la fortuna familiar, un intento de buscar un mayor bienestar ...- se quedó dubitativo, pensando ¿qué haría en caso de encontrarse cara a cara con su creadora?

por **Clodette Landman** Mar Mar 26, 2013 5:36 am

A veces costaba entender las palabras de aquel extraño, eran palabras sabias como las de mi padre que las entendía a trozos y lo que no lo interpretaba a mi manera. Solo había un humano al que estimaba mucho, Adèle, ella me había rescatado del sepulcro donde mis padres me mantenían encerrada y me rescato de las manos de los inquisidores. Me acogió a su casa cuando no tenía a donde ir, sabiendo del peligro que corría convivir con una vampira a la que no controla sus impulsos y la que estuvo a punto de morderla más de una vez. Quizá aquel señor tenía razón y lo mejor sería que me alejara de ella, al menos un tiempo hasta que aprendiera a controlarme mejor. No me perdonaría si le hiciera daño igual como paso con mi hermano. Pero la echaría de menos y sé que ella se opondría a que me fuera, supongo que yo también soy su única amiga. Suspire ante aquellos pensamientos y volví a dirigir mi atención a las palabras del desconocido.

Entonces me contó que éramos como un tren que conducíamos al cielo o al infierno cada cuerpo que mordíamos, al principio sonó como un elogió pero luego lo pensé mejor. Él también odiaba a su creador, y es que como no vas a odiar a alguien que te ha convertido en un monstruo.

- Cualquier asesino puede ser este tren, y es que no somos más que asesinos, yo no quiero conducir a nadie a ninguna parte pero me veo obligada a hacerlo. - Recordé a Zirano el vampiro policía, él creía morder solo aquellos que lo merecían según el código policial. Para él era una forma de no sentirse culpable ante los asesinatos, pero a mi parecer no había mucha diferencia con los demás vampiros.- No somos nadie para decidir quién merece morir, no me gusta como soy… en lo que me han convertido.- Rectifiqué.- Pero supongo que no podemos hacer nada a parte de lamentarnos y maldecir a nuestros creadores.

De golpe al fondo escuchamos una puerta abrirse y la palabrería de la gente, ya habían llegado los actores. Miré al señor que se sentaba a mi lado a lo que parecía una pregunta de ¿qué hacemos ahora?

por **Sean O'Rouke** Dom Mar 31, 2013 8:57 pm

Era una situación complicada, en su mente ella sabia que las palabras tenían parte de ciertas y parte de falsedad. En realidad eramos seres despreciables sin querer serlo, pero de alguna forma había aprendido a controlar sus pensamientos o sino terminaría por entregarse a manos del sol, esperando una salvación que dudaba poder recibir. Lo cierto era que los sentimientos de Coralie era mas que ciertos y en varias oportunidades habían estado rondando la cabeza de Chris, desde la primera vez que había matado a una persona que no merecía ( o si) la muerte, desde hacia varios años prefería creer que eran una especie de ángeles justicieros aunque en el fondo sabia que eso no era mas que mentirse a si mismo una y otra vez a través de los tiempos.

Los ruidos se sintieron en la puerta, el bullicio del exterior era producto de la llegada de la compañía que se encargaba de auspiciar el espectáculo que en pocas horas comenzaría. Debían irse antes que se prendieran las primeras luces del teatro y del escenario para no plantar sospechas, ya bastantes asesinatos tenia Francia como para contar ademas con hechos extraños y gente que desaparece sin mas ocultándose en las oscuridades de este lugar. Era mejor no exponerse tanto. Era mejor dejar eso para momentos especiales donde no había otra salida mas que la de emergencia.

-Va a ser mejor que continuemos en otro lado si gustas Coralie. El piano esta en la mansión, no nos va a contener en el mejor ambiente pero al menos te podrás reconfortar con su sonido. Quizá incluso me logres sacar de la meditación a mi, meditar me hace mal, pensar mucho no es conveniente, a veces es mejor ser impulsivos y ver que es lo que la vida eterna nos puede brindar. Vamos! la noche es joven princesa, ¿ya has cenado hoy?- dijo después de levantarse del taburete ante la atenta mirada de la niña. Se acomodó el frac y el chaleco que se había desacomodado por la postura sentada, lo que le recordó que necesitaba ademas un ama de llaves y una sirvienta que se ocupara de las cosas de la casa, misteriosamente estas dos doncellas habían desaparecido de improvisto para no volver mas.

por **Clodette Landman** Lun Abr 29, 2013 11:17 am

- No - dije con una sonrisa, me levante de un salto del banco y me coloque bien el vestido. Me preguntaba donde me llevaría, me gustaba que me llevaran a lugares desconocidos y las sorpresas. Estaba ilusionada por pasar una noche con él, me preguntaba que comeríamos, como sería su casa, si sería muy grande, con muchos lujos y cosas como en la que vivía antes… y sobretodo me moría de ganas para tocar el piano. Me llamó princesa, antes todos me llamaban así y me gustaba, siempre había imaginado ser una y me gustaba vestirme y pintarme como a tal. Quizá a los ojos de los vampiros seguía siendo una ya que a los ojos de los humanos tan solo era una criatura del diablo.

Salimos por la puerta trasera del teatro, a causa de la alegría no pude evitar salir dando saltitos pasando delante suyo. Una vez fuera se me olvidaron las preocupaciones, mi cabeza volaba hacia otros temas. Él salió del recinto unos segundos más tarde con su característica calma y serenidad. Le mire otra vez sonriente e le cogí de la mano.

- Es usted un señor muy agradable.- dije con sinceridad.- Aún no me ha dicho su nombre.

Perdón por la demora.

por **Sean O'Rouke** Dom Jun 02, 2013 10:07 pm

- Llámame Chris, cielo - le contesto con una media sonrisa de complacencia en su rostro.

Habíamos salido del teatro ya, tenia a pocas cuadras el carruaje con el chofer esperando como siempre, un hombre contratado casi como un esclavo porque ya no tenia vida propia, no tenia horarios de trabajo.
Había decidido mantenerlo con un buen sueldo, pero el día de mañana cuando ya el no pudiera seguir trabajando, no contrataría una nuevo en esta ciudad al menos porque no era para nada necesario.

Era mejor caminar, mas estando en compañía de otro vampiro. Uno nunca sabe las cosas que se pueden presentar. Salimos por la calle media oscura y poco transitada mientras los ruidos de las calles se sentían distantes, y se escuchaban algunas voces desde los balcones linderos, de las alcantarillas salia un olor putrefacto incrementado por los vapores fermentos del mismo.

-Mejor vayamos a las calles mas céntricas, conozco un lugar donde seremos bien recibidos y esta a unos pocos pasos de aquí Cherie-.

En menos de 5 segundos ya estaban a media cuadra del lugar en cuestión, Chris paró la marcha aun con ella tomada de la mano e inclinó su mirada hacia arriba, un balcón con un amplio ventanal por el cual podía verse el titilar de unas velas, no se veía el interior, pero había movimiento, el vampiro agudizando sus sentidos escuchaba y percibía la miserable vida en su interior. Complacido y entusiasmado por su futura presa, una sonrisa maligna se dibujó en su rostro por primera vez en la noche.

- Vamos - le dijo a Coralie emprendiendo nuevamente la caminata solo que esta vez era hacia dentro del hotel. La entrada contaba con una humilde puerta de madera despintada, los zócalos y escalones del acceso eran de tiempos ancestrales y estarían en muy buenas condiciones con el mantenimiento necesario, el mostrador contaba con un velador de pantalla de tela roja en malas condiciones, rota y no en las mejores condiciones de higiene. El lugar apestaba a animales de la calle y había papeles en el suelo.

Se encaminó hasta las escaleras que los conducirían al segundo piso y se detuvo en el descanso antes de entrar en el mismo, no sabía que experiencia tenia Coralie en esto así que decidió preguntarle primero.

-Cariño, quieres ingresar conmigo o prefieres esperarme aquí? A veces pueden ponerse rudos, pero eso solo le da mas emoción, no crees?-

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Un piano es todo lo que necesito (CHRIS POHL)

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