¿Sueños? PRIVADO

por **Bazyl** Vie Mar 08, 2013 4:57 pm

Un gruñido en medio de la oscuridad rompió el silencio y la tranquilidad en la pequeña casa que actualmente tenía rentada Bazyl. Sudoroso se llevó las manos a los ojos para intentar despertar y poder mirar bien el reloj. Tenía que ser de noche pues la oscuridad se filtraba a través de la ventana del balcón y en la chimenea aun quedaban los rescoldos del ultimo tronco que había puesto antes de dormirse en el sofá.

En efectivo apenas era la una de la mañana y para variar había vuelto a tener pesadillas. Estaba ya harto, cada día eran mas reales y siempre en el último momento, cuando iba a mirar a Sean y a abrazarlo este se desvanecía y una sensación de pérdida y tristeza lo envolvía.

Las ganas de dormir se habían esfumado a la vez que su sueño y de nuevo el insomnio le había aparecido. Necesitaba salir y despejarse un poco, quizás pasar un rato por el Burdel y empezar a darse conocer, pero primero queria liberar su parte de oso, no había podido cambiar desde que estaba en Paris, no era un animal que los parisinos apreciaran y seguramente si cambiaba a plena luz del día acabaria con un disparo entre ceja y ceja y eso no quería ahora mismo.

Después de acomodarse un poco la ropa bajó en silencio las escaleras de la pequeña casa, necesitaba algo mas grande para poder traer a sus amantes, algo más elegante y con un jardin en el que disfrutar del tiempo libre.

Tuvo la suerte de no encontrarse con sus sirvientes, estos ya se habían acostumbrado a las pesadillas de su señor y sabían que era muy susceptible de enojarse luego por lo que ya no lo molestaban nunca. Cruzó la puerta de salida y fue dejandose guiar por el olor a tierra fresca, había llovido durante el día y la hierba y la tierra aun estaban húmedas.

Bazyl disfrutaba de pasar el rato en la naturaleza, cuando era pequeño aun salvando las dificultades familiares siempre había disfrutado de los bosques que rodeaban su humilde casa y aun mas cuando descubrio que era un cambiaformas, un oso para ser exactos. Había trabado amistad con algunos animales salvajes, lo que era una pequeña manada de osos que le habían enseñado a ser uno como ellos, a pescar, coger miel y jugar unos contra otros.

Llevaba un buen rato caminando por la oscuridad del bosque entre los grandes árboles cuando una extraña sensación lo envolvió, era algo extraño como familiar, ¿no había vivido esto antes? Siguió caminando por el sendero notando como iba apareciendo niebla que cubría el suelo y su corazón latía cada vez más rápido.

Una sombra al fondo del camino le hizo abrir mucho los ojos, sorprendido, ¿asustado? ¿Seguía soñando?

por **Sean Moos** Dom Mar 10, 2013 10:10 am

No, Sean no había buscado a este idiota, simplemente lo había visto sin querer, se le había movido la tierra y el cielo, después de veinte estúpidos años no era posible que él volviera así como si nada a presentarse delante, aunque realmente no había pasado así, sin embargo por qué si el maldito mundo era tan grande debían toparse en el mismo sitio. No sabía tampoco como era que había terminado averiguando donde vivía, parecía acosador, pero no importaba mientras el otro no se enterara todo estaría bien, al vampiro no le interesaba hablar con él, quizá matarlo, pero no más, había quedado dolido, defraudado y por si fuera poco, abandonado ¿Cómo era posible que a Moos le ocurriera tal cosa? ¡Oh sí, claro! Cuando al imbécil se le ocurrió enamorarse.

Esa noche como muchas otras había ido al bosque, no con la intención de relajarse, no, había sido pura y llana maldad, era todo, había usado sus poderes en el hombre que se encontraba en el la cama, se había divertido tanto por verlo gimotear, pero bueno suponía que tendría aquella diversión cuando los negocios terminaran, tendría que dejarlo y eso le hacía molestar. De nuevo el oso despertó y Sean se había esfumado por la ventana, ya tenía una práctica nata para hacer aquello así que no representaba ningún problema real, además siempre podía negarlo o intentar acabar con su vida, que eso sería mucho más divertido.

Se adentró en el bosque sin embargo el efluvio animal tan conocido parecía perseguirle, esta vez se había desesperado tanto que había salido de su maldita habitación, Sean rió sin recato de que alguien pudiera escucharle mientras se giraba para encarar al oso que sin saberlo iba en su dirección.

Se quedó inmóvil contemplando la enorme figura que avanzaba pero que se podía oler su miedo, su desconcierto y eso mismo le fascinaba a Sean, le gustaba saber lo que provocaba en los demás -Vaya, vaya pero que desagradable coincidencia ¿O no, Bazyl?- preguntó ladeando la sonrisa mientras se remangaba las mangas de la camisa para dejar sus brazos descubiertos, el cabello le bailaba un poco a causa del viento pero su porte era seguro igual que sus palabras -Alguien te podría dar caza así... ¿Qué no ves que es noche para un niñato inmaduro como tú?- tensó la mandíbula porque muchas noches se había controlado por no quebrarle el cuello pero saber que él ya estaba consciente de su presencia sólo hizo acrecentar aquél deseo.

por **Bazyl** Jue Mar 28, 2013 9:05 pm

"¿He muerto y estoy en el cielo?¿O en el infierno?"

Esas palabras llegaron a la mente de Bazyl cuando escuchó su voz, se notaba tan real que daba miedo. Inconscientemente llevó una de sus manos para pellizcarse el brazo contrario y tras un pequeño quejido demostró que no era un espejismo, era Él, Sean.

A la mente del oso llegaron recuerdos aislados, desde el día que se conocieron en esa fiesta hacía mas de veinte años...

Era una fiesta de disfraces con motivo del cumpleaños del cambiaformas y todo el mundo había estado a la altura del acontecimiento. Sus amigos mas cercanos lo habían sorprendido apareciendo con un grupo bastante variopinto de mujeres de las cuales supuso que la mayoría eran cortesanas entre otras jovenes de clase alta.

El chico se había fijado en una muchacha en especial, una morena de ojos azules engalanada con una máscara de pavo real, estaban teniendo una entretenida charla cuando lo vio a él. Bajaba la escalinata con un traje parecido al suyo y una elegante máscara negra que contrastaba con la palidez de su rostro.

Desprendía fuerza, valentía, seguridad...miles de palabras le vinieron a la mente a Bazyl pero solo una resonaba en su cabeza (y en su entrepierna): deseo.

Ahora volvía a sentirse igual de nervioso que esa primera vez que lo vio, los años no lo habían cambiado para nada, seguía siendo el mismo, pero al mirar sus ojos veía la diferencia. Ya no había esa mirada de cariño, sus brazos estaban tensos y ya no lo iba a abrazar y su cabello, aquél que había agarrado y tirado en las noches de pasión ya no podría volver a acariciarlo.

-¿Desagradable? No veo porqué debería serlo...-le confesó intentando sonar seguro aunque a su mente llegaban los recuerdos de todos esos sueños frustrados.-Una cacería no estaría mal ahora mismo, tengo la boca reseca-le dijo mirandolo a los ojos mientras se lamia los labios.

Sabía que estaba jugando con fuego despues de tantos años, pero el verlo solo hacía que su miembro comenzara a cobrar vida y el recordar su sabor le empezó a nublar el poco juicio que debería tener a estas horas.

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