Tal vez tu y yo podríamos hacer buenos negocios[Privado]

por **Ivette Van Wijs** Lun Mar 25, 2013 9:18 pm

Estaba lloviendo, eso era bueno, de cierta forma, pero también malo, no podía salir hasta que el sol volviera a asomarse en el cielo, no podría trabajar ni entrenar a los animales que necesitaba para el próximo espectáculo, estaba algo desanimada, había peleado con su hermano por tonterías y había quedado algo dolida, no porque él le hubiera dicho cosas feas, era más bien porque ella lo había hecho, lo buscaría luego, pero siendo de día no lo podía hacer, debía esperar que la noche abrazara la ciudad para ir en busca de él.

Desayuno una manzana y otras frutas que tenía cerca de ella mientras aun estaba entre las cobijas, la acompañaba su mono, su compañero y amigo, su ladrón favorito, lo había criado desde pequeño y todo lo que el sabia se lo había enseñado, en ocasiones podría ser un poco travieso, pero era muy fiel a ella, le acaricio la cabeza sonriendo ampliamente mientras le daba algunas uvas que se iba a comerse. Duro algunas horas para que el cielo dejara de llorar, luego se dispuso a abrir la puerta de su carreta y mirar los charcos que estaban en el piso, se sentó en el borde mirando como el mono salía corriendo hacia el establo en donde ella tenía a su yegua, ellos dos eran muy buenos amigos, hacían sus travesuras juntos, la yegua lo aguantaba mucho, el era como un niño pequeño que nunca dejaba de moverse, en ocasiones Ivette le era insoportable, pues el inquieto no dejaba de hacer travesuras.

Un gitano se apareció ante ella, era un hombre alto y pálido, parecía que le indicaba que alguien le estaba buscando, Ivette le miro algo extrañada, nadie le venía a visitar si no era de noche, solamente conocía a una persona de confianza.

La gitana se alzo de hombros para levantarse e irse a donde el otro le había indicado, en ese lugar había una mujer algo extraña, en su aura se notaba que no era normal, estaba cerca de un árbol que le brindaba su sombra, según el gitano estaba buscando a le brun la domadora de animales, ella no sabía para qué, pero apenas noto la energía de la mujer se dio cuenta de que era una de aquellas personas que eran animales, literalmente hablando –Oh interesante…- dijo sonriendo ampliamente mientras se acomodaba algunos cabellos hacia atrás –Soy le brun- indico ella -¿Tu eres…?- pregunto son una medio sonrisa en sus labios, Bobo se había acercado a ellas y saltado en su hombro mirando a la mujer de forma algo extraña, pero después que olfateo un poco el aire y sus feromonas, tal vez, se quedo tranquilo dejando que su cola se enredara en el brazo de la domadora.