Chloe Beale {Ficha}

Chloe Beale

"Big girls don't cry"

Datos básicos

Nombre completo: Chloe Marie Beale
Clase Social: Media
Edad: 22 años
Nacionalidad: Francesa
Orientación Sexual: Bisexual
Raza: Humana
Ocupación: Cazadora

Descripción Psicológica

Callada, misteriosa, tímida y algo introvertida. No siempre ha sido así, pero su infancia ciertamente traumática hizo que se cerrase al mundo. Educada, pulcra y muy inteligente. Le encanta leer, aunque no puede dedicarle todo el tiempo que le gustaría. Extremadamente curiosa y con un gran ansia por aprender cosas nuevas.
Cualquiera que se tome la molestia de conocerla (o que tenga la oportunidad de poder hacerlo), se dará cuenta de manera inmediata de que bajo tantas capas de indiferencia se esconde una muchacha extremadamente dulce y sensible, que haría lo que fuera por proteger a los demás.
Es inocente en el más amplio sentido de la palabra, aunque no por eso tonta o fácil de engañar.

Debido a su crianza, está plenamente convencida de que lo que hace es el bien, por lo que no siente remordimiento alguno cuando alguna criatura de las sombras perece en sus manos. Aún así, no es más que una aprendiz, por lo que solo caza en compañía de su padre y siguiendo sus órdenes.
Su vida y personalidad están condicionadas completamente por la presión que su padre ejerce sobre ella, asfixiándola. Su autoestima femenina esta muy disminuida, por lo que su mayor anhelo es encontrar la manera de reunir el coraje suficiente como para rebelarse y empezar a vivir su propia vida como la mujer que es.

Historia

La historia de Chloe comienza hace 22 años en París.
Alaric Beale ansiaba tener un heredero varón, pero tras cinco intentos fallidos el hombre empezó a darse por vencido, resignándose a que nadie perpetuaría el apellido de la familia. No es que no quisiera a sus hijas, pero el anhelo de un pequeño niño al que poder enseñar estaba constantemente en sus pensamientos.

Alaric era cazador de profesión, pero lo que pocos sabían era que, además de las presas que solía vender en el mercado, el patriarca de los Beale se encargaba de cazar a un tipo muy particular de criaturas. Seres de las tinieblas. Demonios que merecían ser eliminados y por los que él obtenía una recompensa bastante generosa. Tal oficio había sido una tradición familiar desde hacía décadas, pero ahora, ante la ausencia de un heredero varón, se veía altamente comprometido. Para que eso no fuese así, y haciendo una excepción histórica, Alaric tomó la decisión de entrenar a una de sus hijas.
Para las dos mayores (de 15 y 13 años en ese momento) ya era demasiado tarde: la mayor de todas estaba empezando a ser cortejada por algunos muchachos y la otra iba por el mismo camino. Sin embargo, las tres pequeñas (de 10, 5 y 2 años) eran perfectas candidatas. Del trio, Chloe tenía la edad óptima para empezar su adiestramiento.

El hombre empezó con salidas ocasionales al bosque acompañado de su hija. Con el paso de las semanas empezó a mostrarle a la niña la manera de construir pequeñas trampas para atrapar animales y a disparar algunas armas arrojadizas de poco alcance. Con el paso de algunas semanas más, la niña comenzó a alejarse de sus hermanas, teniendo menos tiempo libre para jugar o leer y dedicándolo todo a las salidas al bosque. Para Chloe, ese tiempo que al principio disfrutaba, empezó a ser una molesta obligación de la que solo quería escaparse.
Solo era una niña de 10 años, que prefería mil veces jugar con sus muñecas que cazar con su padre. Sin embargo, por nada del mundo quería decepcionar a su progenitor.

Un año más tarde, el asunto empezó a volverse algo siniestro. Cuando un mechón de su pelo rubio se quedó enredado en una rama durante una persecución de un ciervo, Alaric entró en cólera. Arrastró a la niña de regreso a casa y una vez allí le pidió a su esposa que le cortara el cabello a la pequeña. Chloe lloró durante todo el proceso, y cuando minutos más tarde pudo ver su reflejo en el espejo, lloró más aún. Sin sus rizos rubios y con las ropas de caza aún puestas, la pequeña parecía un niño.
Días más tarde, nuevamente en el bosque, unos camaradas de su padre la confundieron con un muchacho, pensando que Alaric había salido a cazar con su hijo. Su hijo. Ese hijo con el que Alaric siempre había soñado. Al ver el gesto de orgullo en el rostro de su padre, Chloe no pudo hacer otra cosa que guardar silencio y dejar que los camaradas siguieran en su equivocación.

Desde ese día, Chloe empezó a disfrutar de las salidas con su padre. El hombre comenzó a compartir más secretos y enseñanzas con ella, llegando incluso a confiarle la verdadera naturaleza de su profesión. Sin embargo, a medida que los años siguieron pasando, cada vez era más dificil para Chloe el seguir pareciendo un niño. Su cabello creció de nuevo, de la misma manera que empezaron a hacerlo las curvas de su cuerpo. Sabiendo que a Alaric no le gustaría, la muchacha comenzó a utilizar gorros para ocultar su pelo y ropa holgada para que su figura no quedase al descubierto. Cuando eso no fue suficiente, empezó a vendarse el pecho para mantenerlo plano bajo su camisa.

Desde entonces, se podría decir que Chloe ha estado viviendo una doble vida. Por un lado, la hija ejemplar y la hermana perfecta, que ayudaba en las tareas de casa y era educada y recatada con las visitas. Callada, sin destacar, ya que para eso estaban el resto de sus hermanas.
Por otro lado, estaba la Chloe cazadora. Mortífera. Misteriosa. Una muchacha que trataba de ocultarse de los ojos de los demás para tratar de seguir siendo un hijo para su padre.

Aún cuando eso la está matando por dentro.