La sensibilidad levanta una barrera que no puede salvar la inteligencia {Portia Allston-Wilde}

Muchos podrían creer que siete siglos de existencia llevarían a conformar una mente perfecta, repleta de conocimientos en donde los errores no tuviesen espacio en absoluto, pues tantas experiencias de vida, tantos bosquejos mal hechos solo pueden desbocar en una obra perfecta, sin falencia alguna. Pero la realidad dicta que el asunto es no es tan así como se expone, es más, Portia ha podido comprobar a lo largo de su existencia terrenal que mientras una pizca de humanidad exista dentro de la esencia de un inmortal, este jamás verá la perfección en sus actos ¿Por qué? Porque el acto más humanos de todos es errar.
Así que con cierto apego a la poca humanidad que reside aún en su interior, la escocesa ha aprendido a no desligarse de esa forma de sentir -que a su manera de ver las cosas- es lo que le ha hecho soportar el transcurso del tiempo frente a sus ojos, con las perdidas y cambios que esto involucra. Solo una mente con un dejo de humanidad podría tolerar el peso que implica vivir por siempre, contemplando desde un altar especial como las épocas se desmoronan, como las sociedades mueren y nacen cíclicamente, como la Tierra se corrompe cada día mas…

Portia es una dama que no le teme a la muerte, pues tanto en su nueva vida como en aquella que dejo atrás al ser convertida ha sabido tener contacto con el plano que va más allá de la existencia física. Aun reminiscente de sus días como bruja nigromante, resguarda en su mente todos y cada uno de los hechizos que aprendió durante su vida mortal y cuales comparte con personas que a su peculiar visión sean merecedores de tal privilegio, de tal dulce maldición.
Cuando el sentimiento de temor se pierde, nace la necesidad de explorar, de conocer en profundidad y eso es a lo que se ha dedicado Portia en todo este tiempo. La inmortal nutre su mente de conocimientos como sus faringes de sangre cuando se alimenta de sus victimas. El tener consciencia de todo lo que le rodea no puede darle más que sino el poder para enfrentarse a todo lo que desea sin la chance de salir perdiendo. Es por eso mismo que la condenada jamás mostrara titubeo alguno a la hora de enfrentarse a sus obstáculos, los que a su edad ve como torres de naipes, simple de derrumbar con un delicado soplido.

Inteligente. Elegante e inteligente ¿Acaso una dama podría tener armas mas letales que esas? Sí, un par de colmillos afilados, una serie de habilidades tormentosas para la mente de sus presas y una sed de sangre que solo tanto tiempo de vida pueden llegar a enseñar cómo controlarse. Portia es consciente de su lado mas instintivo y salvaje, ese que nace a la hora de ingerir el elixir que la mantiene con vida y solo el aprendizaje propio del trascurso temporal le ha enseñado a controlar su lado vampírico ante toda situación, ante todo lugar. Es su mente protocolar y reservada la que no permitiría jamás un bochorno innecesario frente a otros, menos en estas instancias donde los vampiros son vistos como monstruos que la Iglesia debe exterminar. Sonríe cada vez que recuerda como en épocas pasadas los seres como ella eran hasta alabados por ciertos grupos de la sociedad a cambio de su protección, a cambio de su sagrada y preciada sangre, la que se dice puede sanar muchas dolencias humanas a nivel físico.

¿Pero existe un lado oscuro en esta dama de etiqueta y estudios majestuosos? Claro, así como los humanos poseen su lado oculto, impregnado en vileza los seres de la noche también conocen de ese recoveco malicioso y perverso residente en toda persona. Portia no ve a la muerte como castigo para aquellos que no tolera, no, ella busca la “muerte en vida” de sus enemigos. Generalmente gusta de torturarlos psicológicamente, hacerlos sufrir de ese modo que para ella no tiene cura alguna ¿Cómo? Arrebatándoles lo que más adoran en este mundo, haciéndoles la idea de que jamás lo tendrán de nuevo, o simplemente borrándoles completamente todo rastro de memoria gracias a sus longevas habilidades como inmortal.

Portia es una inmortal donde residen todos los sentimientos humanos y sobrenaturales al mismo tiempo, salvo que es su mente la encargada de optar por cual faceta dejar al descubierto según la ocasión.