Arión, la locura carmesí.

DATOS BÁSICOS

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Hay una frase que dice así: "Los ojos son el espejo del alma". Pero... ¿qué queda reflejado en ellos si el dueño de los mismos es poseedor de un alma perturbada, demente, anclada a la fantasía y no a la cruda realidad?. Mira los orbes de Arión y podrás responder a esta cuestión, aunque si mantienes el contacto visual durante demasiado tiempo puede que comiences a sentir como tu cabeza se llena de voces sin sentido, una algarabía de cantos y gritos. Esos mismos que él escucha noche tras noche, sin falta, y que le sumergen en un confuso mundo de sangre, música y marionetas.
Arión se encuentra en el limbo existente entre el bien y el mal, desviándose de un lado a otro continuamente, de manera zigzagueante sin distinguirlos en absoluto. El brillo de su mirada no siempre va acorde con sus pensamientos, por lo que intentar predecir una acción, palabra o gesto de su parte es prácticamente imposible.
Es un vampiro demente, con un interior turbulento y extravagante. Se podría decir que su cerebro recibe demasiados impulsos y no puede parar de conseguir información acerca de todos y cada uno de los detalles de lo que le rodean, y eso crea una ligera confusión en su mente que termina colapsada quizá por percepciones truncadas y pensamientos opuestos, haciendo que un día se comporte como un bufón lleno de sarcasmo y bromas audaces y afiladas, y al siguiente sea un silencioso seductor de la vieja escuela, un adolescente increíblemente caprichoso o un niño travieso. Es como lanzar una pelotita en la ruleta de la fortuna, apostando al máximo. Nunca se sabe donde tocará.
Su notable bipolaridad lo es aún más por sus continuos cambios de emociones y carácter.
Es sarcástico y macabro, con una dulzura tan adorable como tenebrosa y una teatralidad muy acusada. Realmente infantil y encantador. Sus movimientos suelen ser muy parsimoniosos y fluídos, perfectamente calculados, llegando a desquiciar a algunos. Mas siempre muy elegante, de gestos cuidados y finos. Posee una paciencia absolutamente nula y una frialdad y salvajismo que roza lo imposible.
¿Loco? Es posible que sea una buena y corta definición para él. No obstante hay que tener en cuenta su inteligencia y astucia, por encima de la media, y su gusto extremo por analizar a las personas, descifrando los engranajes de las mentes ajenas, desvelando a través de miradas secretos ocultos para usarlos en beneficio propio. Todo eso añaden a la definición de loco la palabra "peligroso", aunque muchos consiguen encontrar el encanto de dicha personalidad bamboleante.
Delicadamente pícaro o increíblemente descarado, es una persona que se deja llevar por los extremos. No suele mentir y habla con aplastante sinceridad, aunque muchos no llegan a comprenderle por su extraña y muy particular manera de hablar; usando símiles, diminutivos y metáforas retorcidas.
Si algo le caracteriza, además de lo anterior, es que es absoluta y totalmente caprichoso, si desea algo hará lo imposible para conseguirlo aunque existe la posibilidad de que se aburra de ello al primer día. Dócil y sumiso tan solo con su amo, lo demás no son más que escenas de su teatro particular.
Tiene incontrolables arrebatos de ira y de risa, alucinaciones tanto auditivas como visuales y una sed de sangre que no ha menguado pese al paso de los siglos.

HISTORIA

Familia: -Gaius y Ceacilia: Sus padres, unos comerciantes de edad madura con los que siempre hubo sonrisas. Ambos luchaban por sacar adelante a su familia intentando hacer invisible cada mal año. Ambos murieron en la ocupación de manera cruenta.
-Marcus, Casandro y Diana: Sus hermanos de 8, 11 y 15 años respectivamente. Él murió junto a su padre, quemado vivo, y la última vez que la vio a ella se la estaban llevando a la fuerza a lomos de un caballo.

Nació en la primavera del año 386 a.C en el seno de una familia de comerciantes de Platea, una ciudad de Beocia separada de Tebas por el río Asopo que estaba entre dos magníficos montes que algunos ingenuos podían pensar que eran útiles de defensa. Eran una familia pobre de cinco miembros, pues Arión era el mediano de dos hermanos; dos varones y una mujer. La convivencia entre ellos siempre fue magnífica, y los duros inviernos los pasaban en el hogar, cerca del fuego para poder calentar sus cuerpos algo debilitados por la clásica falta de buenos alimentos mientras narraban historias. La nobleza para ellos era un imposible e intentaban mantener un día a día seguro.
Desde que era un niño tuvo que ir acostumbrándose a que continuamente lo confundieran con el género contrario, pues incluso su voz tenía un tinte demasiado suave para ser varón; cosa que no cambió cuando creció. A los 7 años comenzó a escuchar una voz que no tenía dueño, una que solo podía oír él y que le instaba a llevar actos poco adecuados para los niños, matando a algunos animales a escondidas solo por el deseo de ver como iban muriendo bajo sus pequeñas manos. Hoy en día podría haber sido diagnosticado de esquizofrénia infantil, pero por aquel entonces, de haber sabido sus convecinos que tenía ese mal en su mente, habría sido quizá asesinado.
Sus juegos eran continuas escapadas por el monte en donde solo su mente repleta de fantasía le hacía compañía, aunque a veces tuviera que acompañar a sus padres a comerciar.

Pocas semanas después de haber cumplido los catorce años su felicidad y la de toda la ciudad se vio bruscamente partida en dos. Habían tardado años en reconstruir Platea después de una batalla ocurrida hacia varias décadas, y antes de poder dejar escapar un suspiro fue ocupada por sorpresa por Tebas. Siendo como eran considerados por los habitantes de Tebas como "indígenas" estos tuvieron muy poca consideración con ellos. Las casas ardieron y un sinfín de personas murieron antes de que algunos consiguieran ponerse a salvo y, con suerte, llegar a Atenas. Arión tuvo la horrible oportunidad de ver como su casa era convertida en cenizas mientras su padre y sus dos hermanos morían calcinados en su interior. Sus alaridos de dolor quedarían grabados en su mente y ni el paso de los siglos conseguiría hacer que los olvidara.

Pronto sintió una mano sosteniendo la suya y un fuerte tirón que le instaba a salir corriendo, él y las dos féminas de su familia salieron corriendo intentando huir de aquella condena de muerte. Mas unos soldados les interceptaron y rodearon. Arión cogió la espada de un cadáver y la blandió intentando atacar a aquellos que les amenazaban, mas jamás había sido excesivamente diestro con las armas y nunca habían tenido oportunidad de comprar una. Un solo golpe del hombre que se encontraba a su derecha lo hizo caer de bruces al suelo. Ceacilia murió con una diestra puñalada en su abdomen, desangrada mientras escuchaba los gritos de su hija que estaba siendo violada por esos salvajes. Arión se revolvió con fuerza, intentando tanto librarse del agarre al que le mantenían como proteger a su hermana, pero fue en vano. Las carcajadas resonaron en el aire cuando gritó un insulto que no hizo sino resultarles hilarante.
Un golpe en la cabeza lo dejó inconsciente y fue llevado fuera de la ciudad ya casi en ruinas.

Su hermana fue regalada a los soldados para que se divirtieran por el triunfo mientras que él fue vendido como esclavo. Consideraron que era demasiado hermoso y delicado como para no sacar un buen pago por él. Desorientado, hambriento y temeroso subió a la tarima donde debía ser expuesto junto a los demás, intentando cubrirse cuando le despojaron de su única prenda de vestir para que todos pudieran contemplar su desnudez. Muchos fueron los hombres que se detuvieron frente a él, contemplándole con todo el descaro como si fuera un simple objeto de decoración o un bello animal. Arión murmuraba entre dientes, moviendo apenas los labios, pidiendo a los dioses que le hicieran despertar de aquello, temiendo cada vez que uno de aquellos varones se detenía a pocos metros de distancia y hacían un gesto de interés pues muchos de ellos parecían desear solo un juguete de desfogue. Mas un noble se abrió paso entre los posibles compradores, apartándoles con gesto de desprecio. Por su porte era evidente que era alguien de la alta alcurnia y que ocupaba un escalón superior en la sociedad. Cosa que pudo comprobar cuando terminó por ser vendido a él. Recibía el nombre de Cornelius Cicero, un político. Pronto sintió los golpes de la esclavitud en su cuerpo, de la manera más literal, pues intentaban domesticarle con estos, volverle sumiso y matar esa rebeldía que poseía. Pensó una y cien veces en escapar, pero sabía lo que le hacían a los esclavos fugitivos y no tenía muy claro qué temer más. Incluso llegó a dejar caer una bandeja sobre la cabeza de su amo en un arrebato de rebeldía que terminó por pagar muy caro con sendos latigazos que mordieron y arrancaron la piel de su espalda. Pero el griego se negó en rotundo a dejarlo ir, encaprichado por él, consiguiendo destrozar su fortaleza con el paso de los meses. Nunca se molestó en marcarlo, pues consideraba que todos sabían que era de su propiedad.

Arión terminó por aceptar su destino, acompañando a cada fiesta a su amo para quedar tras él con la cabeza levemente agachada, a la espera de sus órdenes. En un banquete su mirada se cruzó con la de un varón muy atractivo de cabello moreno y porte elitista del que muchas personas hablaban, incluso llegó a saber su nombre gracias a algunos murmullos "Karsten". Su sorpresa fue gigantesca, aunque su semblante no varió, cuando aquel varón le pidió a Cornelius pasar una noche con él. Dicha sorpresa se convirtió en infinita al escuchar un "si" de labios de su dueño, que jamás le había dado a nadie. Aquella noche en compañía del moreno sintió sensaciones que jamás habían recorrido su cuerpo, y lamentó tener que regresar con su dueño en cuanto el alba rozó el horizonte.

Con el paso de las semanas pudo ver como varios regalos fantásticos llegaban a manos de su amo, así como promesas de cientos de denares que eran rechazados con aspavientos. En una burla Cornelius le dijo que todo aquello era por él, que aquel estirado noble con el que se había acostado deseaba tenerlo para si. Pero pensaba rechazar cada presente.
Una noche de otoño, poco tiempo después, quedó dormido en el lecho del dormitorio principal junto al griego. Se despertó al escuchar un golpe y sus parpados se alzaron en el preciso momento en el que aquel que recibía el nombre de Karsten se abalanzaba sobre la cama. Se alejó por impulso, casi cayendo al suelo y gritó al ver los colmillos afilados que sobresalían por entre los demás y que no tardó en hundir en la yugular del griego. La sangre de aquella cruel matanza le salpicó levemente el rostro, ese fue el resorte que le hizo saltar del lecho con pánico, tropezando con el diván para huir de aquel ser. Antes de que pudiera acercarse a la puerta se vio cara a cara con el moreno, y quedó en shock, incapaz de pronunciar palabra. Aterrado caminó hacia detrás, sin dejar de mirarle fijamente. La primera de las llamaradas alcanzó la cama, devorando a su amo muerto, y con ella acudieron a su cabeza los gritos de su familia perdida y sacrificada. Antes de que cayera al suelo unos brazos le sostuvieron y sacaron de allí, llevándole a un magnífico palacio.

Al principio el shock le impidió pronunciar una sola palabra, mas el primero de los regalos le arranco una muy leve sonrisa mientras lo cogía con cuidado, mirando a aquel que fue desde entonces su dueño. Le correspondió, fascinado después con su oscura naturaleza, deseando saber más. Pronto le fue hecho un tatuaje bajo su nuca, uno que fue dibujado por su propio dueño como una marca de posesión.
Solo un tiempo después, al cumplir los 20, fue al dormitorio para dejar allí un nuevo libro para Karsten. Este le acorraló repentinamente y le mordió, arrancándole un largo gemido. No era la primera vez que hacía aquello, por lo que simplemente le rodeó con los brazos, sumiso, permitiéndole hacer aquello. Pero Karsten no dejó de beber, y fue debilitando su cuerpo hasta que quedó sin fuerzas, con la mirada perdida en la nada. Las voces parecían ampliarse en su cabeza, resonando cada vez con mayor poderío. Intentó alejarlo de él, viendo la muerte cerca, pero su mandíbula estaba cerrada como la de un depredador.
Comenzó a llorar inútilmente, musitando palabras en busca de detenerle, pero terminó por caer en el lecho, moribundo. La primera gota de sangre carmesí procedente de la muñeca de su amo cayó en sus labios arrancándole un inconsciente suspiro de esperanza y deseo y no tardó en beber de él, devorando su sangre emponzoñada.
El corazón dejó de latir y cuando la primera bocanada de vida inmortal infló sus pulmones, esta trajo consigo un aluvión de voces y gritos, los cánticos se entremezclaban con los alaridos y sus ojos claros veían cosas inexistentes. La transformación dañó de manera irreversible su mente y lo trastornó al máximo, jamás volvió a ser el mismo. Cada paso era uno más hacia un acantilado hasta que consiguió entender lo que ocurría y dar la bienvenida a la vida eterna.

Ama a Karsten tanto como lo odia por aquella transformación, y se lo deja claro en multitud de ocasiones, solo él puede comprender su mente perturbada y extraña. No ha dejado una sola vez de serle fiel y servirle pese a que el paso de los años haya traído consigo los milenios, idolatrándole. Dejó de soñar con la libertad, pues ha pasado tanto tiempo que es incapaz de asimilarla y menos aún lejos de su dueño; hoy eso casi es más motivo de terror (uno de los escasos que posee) antes que de esperanza.
Aún hoy en día es incapaz de controlar sus instintos, sintiendo tanta necesidad por la sangre como un vampiro recién convertido, lo que le convierte en peligroso. El destino de ambos ha sido la hermosa ciudad de París.

DATOS EXTRA

-Tiene tatuado en la parte central superior de la espalda, bajo la nuca, el símbolo Psy.

Spoiler:

-Conserva un antiguo y hermoso brazalete que le fue regalado en los primeros albores de su vida inmortal.
-Tiene alucinaciones auditivas y visuales.
-Posee una inmensa fascinación por las joyas, coleccionándolas.
-Adora la lluvia.
-Suele danzar y cantar consigo mismo.
-Es incapaz de controlar sus impulsos.
-Cree que su telepatía son sus voces mentales narrándole secretos ajenos.

gracias a αgusτınα• de sourcecode