AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Coeur noir et pourpre (Le due maschere della notte Prt.III)
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Coeur noir et pourpre (Le due maschere della notte Prt.III)
Nada de lo que habia formulado en mi plan se había consumado muy por el contrario todo había empeorado, muchos muertos por todos lados y eso era lo que seguramente mañana comentarían los diarios, y mientras eso me imaginaba, mientras cabalgaba otro pensamiento me atacaba -Cuanto hubiese deseado que esta noche mi alma y no la de los demás hubiera finalmente descansado-pensaba -¡Maldito fantasma! ¡Y pobre de la mujer que te llevaste en tus garras!- en mi mente exclamaba y mi cabeza negaba mientras por un momento del camino la mirada quitaba -Concentrate Leviathán llevas a bordo a un hombre y una dama- un suspiro de mi se desprendio y el caballo a todo galope corrío por la acostumbrada dirección.
Ese sendero cubierto de oscuridad que llevaria al único lugar que resguardaría a Montserrat con seguridad, el camino consistia en ir develando las sombras e ir pasando calles solas y peligrosas por donde ningun alma se atrevía pasar al menos que su intención fuese no vivir más, la única compañia que tenía era las estrellas y el cielo que me vigila, esos que han siguido mi historia, la leyenda de un vigia y como música de fondo eran los grillos y los allidos tenebrosos de algunos perros hogareños y otros cuantos abandonados y rabiosos que al escuchar los pasos de los caballos provocaban un gran escandalo del que nadie prestaba la atención necesaria para mantener sus vidas sanas y salvas.
Era en medio de la cofusión que tome una drastica decisión desviando mi dirección para dirigirme al panteón y allí en ese justo lugar deje al viejo cazador -Veame aquí mañana- di la indicación una vez que termino inutilmente de pedirme una explicación -Vassari vaya a casa, todo lo que quiera saber preguntelo mañana, por ellos, por los que hoy han dado la vida en la redada no podemos hacer más que rezar por descanso de sus almas- mi voz emergio detrás de la máscara y sin más que agregar regrese a todo galope por el bosque a casa.
Después del camino que por el ese atajo se hizo más corto llegue a la zona residencial donde habitan alguno de los humanos más virtuosos, sin embargo esta noche ninguno estaba de perezoso, todos se habían marchado para socorrer a las victimas del teatro -Bueno ese me facilitara el trabajo- comente para mi mismo relajado, ordenandole a mis dos corceles negros que fueran más despacio, así de a poco una enorme mansión se fue vislumbrado en lo más profundo de ese bosque ignorado por la mayoria de los habitantes de la zona residencial que en su mayoria eran humanos, el viejo roble saludo como todas las noches quieto y silenciosamente lleno de vida y de contento, mientras las rosas del jardín que estaban aquí y allí querían saber quién venía en interior del carruaje sin hacer ninguna algarabía, era de esperarse que no protestase, seguía inconsciente o quizás dolida por al contemplar cientos de muertes diferentes.
Al abrir la puerta del carruaje me di cuenta que seguía sumida en su incosciencia, aquella que le protegía de saber lo que en realidad había sucedido después de su proceder, aún dude, era una vampiresa y podia aprovechar mi hopitalidad para tomarme como presa, sin embargo ella me habia salvado la vida y tratado de ayudar en mi cruzada aunque ella al final podía resultar sacrificada, era lo menos que podía hacer por aquella mal aventurada, separe mi mirada y contemple mi casa para que después con confianza en mis brazos la tomará y la llevara a los adentros de mi mansión, así pasamos por la sala de armas para llegar a las escaleras doradas que llevarían a las recamaras y fue en la primera donde decidi instalarla, ese cuarto era el más oscuro de todos apasentos, era el lugar perfecto para un ser como esos, con un ventana cubierta de negro terciopelo, un diminuto espejo, un tocador y una cama bien acomodada, una recamara donde la luz nunca le visitaba, esa recamara nunca sería usada para quién fue creada, de eso tenía la suficente confiaza, años de no verlo, mato mi esperanza -Descansa- murmure mientras la currucaba yapaba con las sábanas a la dama que parecio sentir la suavidad del colchón, pues un suspiro solto -Yo no se que me pasa- pense al percatarme de la manera en como le miraba -Solo eso faltaba, bueno ya planeare algo en caso de amenaza- me encogi de hombros, di media vuelta sin antes darme cuenta si a su lado tenía una vela para cuando despertara aunque dudaba mucho que la utilizara, después me desplace hacía las paredes para verificar que las filas de libros que llegaban al techo estuvieran bien acomodadas para que cayeran derrumbadas por el nuevo movimiento que los pasos de la dama seguro provocaría, después de allí, me retire cerrando la puerta y retirandome a la sala -Ahora toda la noche debo traer la máscara- ladee un poco mi faz falsa, mientras regresaba el dolor de las heridas hechas con la espada de plata del fantasma -Voy a lavarme- anucie aunque francamente no sabía para que o para quién, antes de cometer más atropellos mejor baje para laverme y curarme, esperando que ese ser fuera un ángel y no un demonio que yo mismo traje.
Ese sendero cubierto de oscuridad que llevaria al único lugar que resguardaría a Montserrat con seguridad, el camino consistia en ir develando las sombras e ir pasando calles solas y peligrosas por donde ningun alma se atrevía pasar al menos que su intención fuese no vivir más, la única compañia que tenía era las estrellas y el cielo que me vigila, esos que han siguido mi historia, la leyenda de un vigia y como música de fondo eran los grillos y los allidos tenebrosos de algunos perros hogareños y otros cuantos abandonados y rabiosos que al escuchar los pasos de los caballos provocaban un gran escandalo del que nadie prestaba la atención necesaria para mantener sus vidas sanas y salvas.
Era en medio de la cofusión que tome una drastica decisión desviando mi dirección para dirigirme al panteón y allí en ese justo lugar deje al viejo cazador -Veame aquí mañana- di la indicación una vez que termino inutilmente de pedirme una explicación -Vassari vaya a casa, todo lo que quiera saber preguntelo mañana, por ellos, por los que hoy han dado la vida en la redada no podemos hacer más que rezar por descanso de sus almas- mi voz emergio detrás de la máscara y sin más que agregar regrese a todo galope por el bosque a casa.
Después del camino que por el ese atajo se hizo más corto llegue a la zona residencial donde habitan alguno de los humanos más virtuosos, sin embargo esta noche ninguno estaba de perezoso, todos se habían marchado para socorrer a las victimas del teatro -Bueno ese me facilitara el trabajo- comente para mi mismo relajado, ordenandole a mis dos corceles negros que fueran más despacio, así de a poco una enorme mansión se fue vislumbrado en lo más profundo de ese bosque ignorado por la mayoria de los habitantes de la zona residencial que en su mayoria eran humanos, el viejo roble saludo como todas las noches quieto y silenciosamente lleno de vida y de contento, mientras las rosas del jardín que estaban aquí y allí querían saber quién venía en interior del carruaje sin hacer ninguna algarabía, era de esperarse que no protestase, seguía inconsciente o quizás dolida por al contemplar cientos de muertes diferentes.
Al abrir la puerta del carruaje me di cuenta que seguía sumida en su incosciencia, aquella que le protegía de saber lo que en realidad había sucedido después de su proceder, aún dude, era una vampiresa y podia aprovechar mi hopitalidad para tomarme como presa, sin embargo ella me habia salvado la vida y tratado de ayudar en mi cruzada aunque ella al final podía resultar sacrificada, era lo menos que podía hacer por aquella mal aventurada, separe mi mirada y contemple mi casa para que después con confianza en mis brazos la tomará y la llevara a los adentros de mi mansión, así pasamos por la sala de armas para llegar a las escaleras doradas que llevarían a las recamaras y fue en la primera donde decidi instalarla, ese cuarto era el más oscuro de todos apasentos, era el lugar perfecto para un ser como esos, con un ventana cubierta de negro terciopelo, un diminuto espejo, un tocador y una cama bien acomodada, una recamara donde la luz nunca le visitaba, esa recamara nunca sería usada para quién fue creada, de eso tenía la suficente confiaza, años de no verlo, mato mi esperanza -Descansa- murmure mientras la currucaba yapaba con las sábanas a la dama que parecio sentir la suavidad del colchón, pues un suspiro solto -Yo no se que me pasa- pense al percatarme de la manera en como le miraba -Solo eso faltaba, bueno ya planeare algo en caso de amenaza- me encogi de hombros, di media vuelta sin antes darme cuenta si a su lado tenía una vela para cuando despertara aunque dudaba mucho que la utilizara, después me desplace hacía las paredes para verificar que las filas de libros que llegaban al techo estuvieran bien acomodadas para que cayeran derrumbadas por el nuevo movimiento que los pasos de la dama seguro provocaría, después de allí, me retire cerrando la puerta y retirandome a la sala -Ahora toda la noche debo traer la máscara- ladee un poco mi faz falsa, mientras regresaba el dolor de las heridas hechas con la espada de plata del fantasma -Voy a lavarme- anucie aunque francamente no sabía para que o para quién, antes de cometer más atropellos mejor baje para laverme y curarme, esperando que ese ser fuera un ángel y no un demonio que yo mismo traje.
Leviathán Shadow- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Re: Coeur noir et pourpre (Le due maschere della notte Prt.III)
-Por mi culpa- murmuraba mientras veía como Alessandro y Stefano se consumaban y yo no podía hacer nada por ellos pues esas hiedras me tenían sujeta de los pies arrastrandome contra mi voluntad hacia la sombra que me cubria, misma que me observa con su ojo carmesí, ese mismo color que portaba la espada de su puño cerrado -Lo lamento... lo lamento- decia al momento en que rompi en llanto, lloraba por ellos, por lo que no podía ver al frente de mí, por la desesperación de no poder levantarme y extender una mano a los seres que no solo me crearon, sino que alguna vez me salvaron la vida, pese a sus errores y todo cuanto me hicieron padecer yo no podía odiarlos por que a ambos les quería aunque aún no sabía a que magnitud, ni siquiera haberme entregado con Stefano me aclaro las ideas o resolvio mis problemas, ni por más que las escenas de aquellos momentos magicamente se reflejaran en el fuego -¿Como es que...?- reaccione en medio de todo ese aparente tormento -¿Porque se refleja?- frunci el ceño comenzando a extender mi mano para tocar esa imagen nitida que mis ojos contemplaban y entonces todo ruido de las personas, de mis creadores y de las llamas se suspendieron mientras creaban una admosfera de silencio que poco a poco me hizo sentir como si estuviese en un lecho normal rodeada de sabanas de satín.
Ante tal sensación dirigí mi mirada hacia atrás, observando con sorpresa que las hiedras que me amarraban habían desaparecido al igual que la sombra macabra que se proyectaba por encima de mi silueta -No entiendo... ¿Como?- no era posible que eso hubiese sucedido, las cosas nunca desaparecen así de la nada, hasta lo más pequeño e insignificante siempre deja huella, menos todas aquellas cosas enormes y que decir de las llamas que sin más se habían apagado dejandome completamente a oscuras... si, todo tan oscuro como la noche sin estrellas o sin luna, allí en ese espacio lleno de nada no había más que insertidumbre y el sonido de mi agitada respiración, más al ver de nuevo al frente, una pequeña luz de a poco aumentaba dejandome ver a dos siluetas, que por cierto me eran familiares -Mis padres- respondí con debil asombro al verlos solo por un momento frente a mi que por extraño que parezca en vez de levantarme seguí allí en ese suave piso que tampoco ni forma o color tenía pero que de igual forma me sostenía o quizás me mantenía flotando y a mis padres los mantuvo caminando cada uno a mis costados, la esbelta figura de mimmadre desaparecio primero y la más corpulenta desaparecio mucho después justo a mis pies -Elllos me dejaron atrás- volvieron las lágrimas gruesas y frías -Estoy sola ahora- finalmente cambie de postura, pasando de estar boca abajo a la posición de un feto -Entonces finalmente morí- me dije entre sollozos -Esto es mi infierno, la soledad eterna... ese es mi infierno- emtrelace mis manos colocandolas sobre mi pecho, el frio de estas se complementaba con el de mi piel blanqusina que dejaba mostrar el escote pronunciado de aquel vestido con el que cante por última vez en un escenario, después de un suspiro profundo y lleno de dolor mis orbes decidieron nagarse a seguir viendo la incierta oscuridad cerrandose por completo.
Cuando quisé volver a abrirlos, podía sentir como si lo hubiese cerrado hace un rato considerablemente largo, sentia tan pesados mis parpados que al intentar ver de nuevo debia entrecerrarlos un poco e irlos acostumbrando a las imagenes de nuevo, mis sentidos también comenzaron a sobreponerse sintiendo el colchón del que se mantenían aferrados mis puños y las suaves sábanas de satín que cubrían mi cuerpo, mientras el aroma que percibia en el aire era perteneciente a rosales frescos y tierra humedecida por frialdad de la madrugada, pues solo a esa hora los pequeños insectos nocturnos cantaban sin descanso su serenata, fue ante todo aquello que hice un esfuerzo grande por abrir los ojos y los primeros colores que absorbieron fueron los colores de un pila de libros viejos que llegaban al techo de una habitación, algo oscura pero al final de cuentas estaba repleta de libros de todos tamaños, colores y quizás hasta años o siglos, sorprendida me sente inmediatamente contemplando todo el lugar en donde solo había un pequeño tocador teniendo encima lo indespensable, la ventana cubierta con una manta negra y a mi lado una mesita con una vela casi nueva y algo con que encenderla.
El colchón rechino mientras me recargaba en la cabecera y acariciaba con mis manos las finas telas que me cobijaban -Entonces sigo viva- murmure pues me percataba que podía sentir y que podía ver, guarde silencio tomandome mi tiempo para asimilar las cosas, observe a mi alrededor desconcertada -¿Entonces donde estoy?- mire hacia el piso que curicosamente era color malva, despojandome de las cobijas coloque timidamente mi pie envuelto a un en los zapatos de piel en el primer cuadrito, esperando que nada malo me pasará y al ver que todo estaba normal puse enseguida el otro y comence a caminar en busqueda de la puerta que condujera a otro lugar.
Cuando hube hayado es peurta de madera algo vieja, la abrí despacio y con mucho cuidado para evitar hacer ruidos inecesarios más que los que emanaran de mis pasos producto logico de los tacones, para mi sorpresa todo el lugar se encontraba iluminado, aquella salida me llevo inmediatamente a las escaleras doradas de mosaico que no due en bajar de inmediato pues la decoración era similar a la que vi en la casa de Alessandro y Stefano en mi segundo despertar, de hecho en aquel momento parecia que todo volvia a vivirlo -Sigo en el sueño- pense con la bocesilla que todos poseemos y que me habia atormentado en el camerino del teatro, pero el tic-tac del pendulo de un reloj que se encontraba en alguna parte de esa gran mansión me hacia contradecir mis sospechas diciendome que estaba en la realidad, continue caminando hacia el frente siguiendo el único sonido que imperaba en la casa.
Por todos lados había pinturas, esculturas, figuras de oro y plata, telas rojas de terciopelo, escritos antiguos acomodados en vitrinas, un hermoso ajedrez tallado a mano y una hermosa sala que rodeaba a un piano en el centro de la enorme habitación, atraida por la belleza del instrumento y su imponente tamaño me acerque un poco más para verlo de cerca olvidando por un momento el objetivo por que decidi explorar el lugar -Es hermoso- me dije contemplandolo por un largo tiempo, sin embargo sentí por detrás una presencia y energía diferente -¿Alessandro...Stefano- les llame creyendo que eran ellos mientras despacio gire mi cabeza hasta que quede frente a frente con él, era el, el enmascarado del teatro y el que me había salvado en los callejones la noche anterior, era inebitable que soltare un leve grito y brinco por la impresión y el susto de verle allí -Me...me asusto- atrevi a decirle -Lo siento pense que era... solo olvidelo- retire mi mirada aceptando que ellos ya no estaban conmigo, la dura verdad de mi actual situación en la que ahora estaba sola -¿Y que es este lugar?- dije con curiosidad -Es sin duda muy hermoso- le respondí -¿De donde saco todas estas cosas?- seguia mi curiosidad latente -Si alguien descubre este lugar...- entonces el me interumpio, dejandolo hablar, finalmente su voz tenía un tono que aquella noche no preste atención o probablemente tranquilizaba mi mente atromentada y mi alma qubrantada.
Ante tal sensación dirigí mi mirada hacia atrás, observando con sorpresa que las hiedras que me amarraban habían desaparecido al igual que la sombra macabra que se proyectaba por encima de mi silueta -No entiendo... ¿Como?- no era posible que eso hubiese sucedido, las cosas nunca desaparecen así de la nada, hasta lo más pequeño e insignificante siempre deja huella, menos todas aquellas cosas enormes y que decir de las llamas que sin más se habían apagado dejandome completamente a oscuras... si, todo tan oscuro como la noche sin estrellas o sin luna, allí en ese espacio lleno de nada no había más que insertidumbre y el sonido de mi agitada respiración, más al ver de nuevo al frente, una pequeña luz de a poco aumentaba dejandome ver a dos siluetas, que por cierto me eran familiares -Mis padres- respondí con debil asombro al verlos solo por un momento frente a mi que por extraño que parezca en vez de levantarme seguí allí en ese suave piso que tampoco ni forma o color tenía pero que de igual forma me sostenía o quizás me mantenía flotando y a mis padres los mantuvo caminando cada uno a mis costados, la esbelta figura de mimmadre desaparecio primero y la más corpulenta desaparecio mucho después justo a mis pies -Elllos me dejaron atrás- volvieron las lágrimas gruesas y frías -Estoy sola ahora- finalmente cambie de postura, pasando de estar boca abajo a la posición de un feto -Entonces finalmente morí- me dije entre sollozos -Esto es mi infierno, la soledad eterna... ese es mi infierno- emtrelace mis manos colocandolas sobre mi pecho, el frio de estas se complementaba con el de mi piel blanqusina que dejaba mostrar el escote pronunciado de aquel vestido con el que cante por última vez en un escenario, después de un suspiro profundo y lleno de dolor mis orbes decidieron nagarse a seguir viendo la incierta oscuridad cerrandose por completo.
Cuando quisé volver a abrirlos, podía sentir como si lo hubiese cerrado hace un rato considerablemente largo, sentia tan pesados mis parpados que al intentar ver de nuevo debia entrecerrarlos un poco e irlos acostumbrando a las imagenes de nuevo, mis sentidos también comenzaron a sobreponerse sintiendo el colchón del que se mantenían aferrados mis puños y las suaves sábanas de satín que cubrían mi cuerpo, mientras el aroma que percibia en el aire era perteneciente a rosales frescos y tierra humedecida por frialdad de la madrugada, pues solo a esa hora los pequeños insectos nocturnos cantaban sin descanso su serenata, fue ante todo aquello que hice un esfuerzo grande por abrir los ojos y los primeros colores que absorbieron fueron los colores de un pila de libros viejos que llegaban al techo de una habitación, algo oscura pero al final de cuentas estaba repleta de libros de todos tamaños, colores y quizás hasta años o siglos, sorprendida me sente inmediatamente contemplando todo el lugar en donde solo había un pequeño tocador teniendo encima lo indespensable, la ventana cubierta con una manta negra y a mi lado una mesita con una vela casi nueva y algo con que encenderla.
El colchón rechino mientras me recargaba en la cabecera y acariciaba con mis manos las finas telas que me cobijaban -Entonces sigo viva- murmure pues me percataba que podía sentir y que podía ver, guarde silencio tomandome mi tiempo para asimilar las cosas, observe a mi alrededor desconcertada -¿Entonces donde estoy?- mire hacia el piso que curicosamente era color malva, despojandome de las cobijas coloque timidamente mi pie envuelto a un en los zapatos de piel en el primer cuadrito, esperando que nada malo me pasará y al ver que todo estaba normal puse enseguida el otro y comence a caminar en busqueda de la puerta que condujera a otro lugar.
Cuando hube hayado es peurta de madera algo vieja, la abrí despacio y con mucho cuidado para evitar hacer ruidos inecesarios más que los que emanaran de mis pasos producto logico de los tacones, para mi sorpresa todo el lugar se encontraba iluminado, aquella salida me llevo inmediatamente a las escaleras doradas de mosaico que no due en bajar de inmediato pues la decoración era similar a la que vi en la casa de Alessandro y Stefano en mi segundo despertar, de hecho en aquel momento parecia que todo volvia a vivirlo -Sigo en el sueño- pense con la bocesilla que todos poseemos y que me habia atormentado en el camerino del teatro, pero el tic-tac del pendulo de un reloj que se encontraba en alguna parte de esa gran mansión me hacia contradecir mis sospechas diciendome que estaba en la realidad, continue caminando hacia el frente siguiendo el único sonido que imperaba en la casa.
Por todos lados había pinturas, esculturas, figuras de oro y plata, telas rojas de terciopelo, escritos antiguos acomodados en vitrinas, un hermoso ajedrez tallado a mano y una hermosa sala que rodeaba a un piano en el centro de la enorme habitación, atraida por la belleza del instrumento y su imponente tamaño me acerque un poco más para verlo de cerca olvidando por un momento el objetivo por que decidi explorar el lugar -Es hermoso- me dije contemplandolo por un largo tiempo, sin embargo sentí por detrás una presencia y energía diferente -¿Alessandro...Stefano- les llame creyendo que eran ellos mientras despacio gire mi cabeza hasta que quede frente a frente con él, era el, el enmascarado del teatro y el que me había salvado en los callejones la noche anterior, era inebitable que soltare un leve grito y brinco por la impresión y el susto de verle allí -Me...me asusto- atrevi a decirle -Lo siento pense que era... solo olvidelo- retire mi mirada aceptando que ellos ya no estaban conmigo, la dura verdad de mi actual situación en la que ahora estaba sola -¿Y que es este lugar?- dije con curiosidad -Es sin duda muy hermoso- le respondí -¿De donde saco todas estas cosas?- seguia mi curiosidad latente -Si alguien descubre este lugar...- entonces el me interumpio, dejandolo hablar, finalmente su voz tenía un tono que aquella noche no preste atención o probablemente tranquilizaba mi mente atromentada y mi alma qubrantada.
Montserrat Vasari- Vampiro Clase Media
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Re: Coeur noir et pourpre (Le due maschere della notte Prt.III)
Lo más correcto que pude hacer fue ir y cambiarme el traje, creo que a nadie le gusta ir de allí a acá cuebierto de sangre, después simplemente me sente en el sillón de color dorado y malva donde siempre que venía herido me curaba, no podia negar que el dolor me mataba y que aún la carne cortaba me sangrara, fue cuando entonces mi mente recordaba que la mujer que albergaba en mi casa, la sangre era lo que necesitaba.
Sin más remidio force a que ese espeso liquido de antebrazo brotara, calle y ahogue mis gritos debajo de la máscara para evitar despertarla, así con el estomago revuelto por increible estigma de dolor que me había envuelto, vende mis brazos que por muy poco de los cortes estarían hecos pedazos, me volvi a poner el saco y aguarde paciente que llegará mi destino inesperado en manos de un vampiro derrotado y muy probablemente destrozado por los duros estragos de la muerte de sus seres amados, claro estaba si es que esa mujer tenía corazón como los de su raza parecen carecer.
El reloj marcaba su eterna marcha, quizás se sorprendia de que tan temprano su dueño estuviera en casa, de igual manera estaba lejos de aquella habitación cuya chimeea solo encendia por ocasión como para realizar cualquier reproche sobre las horas tan espantosas que provoque en el teatro esa noche o probablemente pensaba que había perdido más tornillos que él al invitar a un demonio a pasar, uno de esos que jure odiar, cazar y matar, más sin embargo le estaba protegiendo su vida, su integidad y su eternidad -¿Pero...porque estoy haciendo esto?- cuestioné en mi pensamiento al que ni siquiera pude darle cuenta de ello -¿Porque la estoy defendiendo?, si ella es una criatura de ese infierno, aprendiz de ese hombre que destruyo pedazo por pedazo mi futuro y mi mundo entero- me reproche molesto más preferi mirar a esa anaranjada y brillante chimenea que en esos momentos era mi compañera pero no mi esperada consejera, simplemente callaba cuando a mis cuestiones me adentraba -¿Y si la mataba?- me dictaba el odio en una corazonada -¿Y que gano con matarla?, de haberlo querido ni siquiera me hubiera arriesgado a salvarla- mientras esto analizaba, sin meditarlo emepcé a desatarme la faz falsa -¡Maldita costumbre!- susurre olvidando la idea de despojarle por un rato de mi ser -¿Contigo que puedo hacer?- me pregunte mientras miraba ya hacia el techo que permanecia a media luz, pero el tampoco hablaba, tampoco me dibujaba en sus imperfeccinoes a lo que debia proceder, supe entonces que de mis pensars debia retoceder, suspire -hasta no conocer, no saber- solucione, cerrando mis parpados que estaban lastimados por el fuego, intentando recobrar un poco del instinto del sueño.
Duro muy poco la paz de aquel momento, pasos pequeños empezaron a sonar por el suelo deteniendose en la sala principal donde ya sonaba ese viejo instrumento -Es tiempo- murmure, mientras me levantaba de mi asiento alejandome a paso lento del apasible fuego y silencio que me rodearon en mi mundo de ideas, promesas, odio y recuerdos.
Puedo decir que mi recinto tiene algunos pasillos muy extensos y otros muy estrechos, con decoraciones únicas en su tipo, abarcando pintura hasta bosquejos viejos de obras y documento... que ellos, o a lo mejor podría ser mi imaginación, mis ideas o mi consciencia pero percibía que aquellos objetos observaban cual testigos del tiempo lo que iba suceder no muy lejos de donde tenían su lugar y aposento, el piano seguía sonando por tonos irregulares, teclas tocadas más que por un sentido por un instinto que me dibujaban en el aire la melancolia de ese desdichado espiritú.
Y así fue omo entre en esa sala en la que casi nunca estaba, no recordaba que asi como la veía estaba decorada, los sillones alrededor del piano para que gente pudiera sentarse mientras tocaba alguna pieza y sus oidos comenzarían a deleitarse, había tambien más pinturas y algunas cuantas regadas partituras, diferentes expresiones de distintas esculturas, sentimientos humanos que solo por los artistas muchas veces son sentidos, además de reflejados, que solo un deformado como yo podía contemplarlos.
Me detuve detrás de la criatura, esa que habia tomado la forma de una mujer que a más de un hombre podía atraer... era... era como tener una hermosa y salvaje fiera tras llas rejas, como los sultanes o los reyes que siempre compran leones o panteras para su deleite y por la belleza de sus pieles -Dios los hace... ¿En verdad el los hace?- me resultaba dificil pensar que un Dios pudiera dejar en libertad a un criatura que podía acabar con todos los demás y que de belleza y perfección los podía colmar -Depredadores así desde el vampiro hasta el jaguar estoy seguro que ese Dios si existe no los pudo crear- resolvi mientras no la dejaba de contemplar, jamás había visto un especimen como ese más de tres segundos con vida, misma que les quitaba cada vez que los apuñalaba, era entretenida para mi la manera tan cuirosa de su comportamiento.
Pronto sintio mi presencia supongo, entonces a los que ya estaba muertos invoco, más la desilución llego con se dio la vuelta y me miro con esos ojos de cambiante y claro color, exclamando por el temor que mi máscara le ocasiono -Mis disculpas, mi intensión no era que me descubras- trate de calmarle mientras la estudiaba detenidamente -Lamento de verdad lo de esos hombres, no hubo forma de salvarles de esas llamas infernales- guarde silencio -Lo lamento-intente brindarle consuelo al escuchar la manera tan deprimente en que comentaba todo aquello de olvidar por completo, iba responder pero de nuevo comenzo con la lluvia de questiones que no daba a paso a dar soluciones.
-Tus poderes de observación siguen dando frutos- señale mientras asentía con la cabeza -La primera pregunta que hiciste hace unos segundos, me invita a decirte que estas en hogar- tarde un poco en contunuar con mi hablar -Lo llamo... "La galeria de las sombras"-extendi mis manos para que todos los lados fueran abarcados y como parte del lugar presentados -Gracias por el pequeño elogio, para mis cosas eso fue de su agrado.. igual que para un servidor- realice levemente una reverencia, elegante y respetuosa, sin perder de vista a esa mujer de naturaleza curiosa -La segunda pregunta ¿De donde saque todas estas cosas- inhale profundo -De aqui, de allá, de todo el mundo-solte el aire al ver que quizás a ella si le podia confesar la verdad -De acuerdo- comencé a caminar mientras evitaba su mirar, contemplando algunos cuantos muros -La realidad es que... estas cosas... en su mayoria pertenecieron la famoso The Phantom, seguramente ya sabes de quién hablo- reparé insuante y en medida amenazante, tonos de voz que ella no presto atención pues de nuevo siguio con la interrogación -Ni siquiera se ha percatado a quién estas piezas le he arrebatado- mi cabeza se movio negando -Supongo que si alguién encontrará este lugar, algunas piezas de arte serían el menor de mis problemas- vi de nuevo a los muros cercanos antes de regresar mi vista hacia un costado, donde ella ya se había callado, ante su aparente expresión de espanto no pude más que preguntar -¿Segura que ya te sientes bien?-
Sin más remidio force a que ese espeso liquido de antebrazo brotara, calle y ahogue mis gritos debajo de la máscara para evitar despertarla, así con el estomago revuelto por increible estigma de dolor que me había envuelto, vende mis brazos que por muy poco de los cortes estarían hecos pedazos, me volvi a poner el saco y aguarde paciente que llegará mi destino inesperado en manos de un vampiro derrotado y muy probablemente destrozado por los duros estragos de la muerte de sus seres amados, claro estaba si es que esa mujer tenía corazón como los de su raza parecen carecer.
El reloj marcaba su eterna marcha, quizás se sorprendia de que tan temprano su dueño estuviera en casa, de igual manera estaba lejos de aquella habitación cuya chimeea solo encendia por ocasión como para realizar cualquier reproche sobre las horas tan espantosas que provoque en el teatro esa noche o probablemente pensaba que había perdido más tornillos que él al invitar a un demonio a pasar, uno de esos que jure odiar, cazar y matar, más sin embargo le estaba protegiendo su vida, su integidad y su eternidad -¿Pero...porque estoy haciendo esto?- cuestioné en mi pensamiento al que ni siquiera pude darle cuenta de ello -¿Porque la estoy defendiendo?, si ella es una criatura de ese infierno, aprendiz de ese hombre que destruyo pedazo por pedazo mi futuro y mi mundo entero- me reproche molesto más preferi mirar a esa anaranjada y brillante chimenea que en esos momentos era mi compañera pero no mi esperada consejera, simplemente callaba cuando a mis cuestiones me adentraba -¿Y si la mataba?- me dictaba el odio en una corazonada -¿Y que gano con matarla?, de haberlo querido ni siquiera me hubiera arriesgado a salvarla- mientras esto analizaba, sin meditarlo emepcé a desatarme la faz falsa -¡Maldita costumbre!- susurre olvidando la idea de despojarle por un rato de mi ser -¿Contigo que puedo hacer?- me pregunte mientras miraba ya hacia el techo que permanecia a media luz, pero el tampoco hablaba, tampoco me dibujaba en sus imperfeccinoes a lo que debia proceder, supe entonces que de mis pensars debia retoceder, suspire -hasta no conocer, no saber- solucione, cerrando mis parpados que estaban lastimados por el fuego, intentando recobrar un poco del instinto del sueño.
Duro muy poco la paz de aquel momento, pasos pequeños empezaron a sonar por el suelo deteniendose en la sala principal donde ya sonaba ese viejo instrumento -Es tiempo- murmure, mientras me levantaba de mi asiento alejandome a paso lento del apasible fuego y silencio que me rodearon en mi mundo de ideas, promesas, odio y recuerdos.
Puedo decir que mi recinto tiene algunos pasillos muy extensos y otros muy estrechos, con decoraciones únicas en su tipo, abarcando pintura hasta bosquejos viejos de obras y documento... que ellos, o a lo mejor podría ser mi imaginación, mis ideas o mi consciencia pero percibía que aquellos objetos observaban cual testigos del tiempo lo que iba suceder no muy lejos de donde tenían su lugar y aposento, el piano seguía sonando por tonos irregulares, teclas tocadas más que por un sentido por un instinto que me dibujaban en el aire la melancolia de ese desdichado espiritú.
Y así fue omo entre en esa sala en la que casi nunca estaba, no recordaba que asi como la veía estaba decorada, los sillones alrededor del piano para que gente pudiera sentarse mientras tocaba alguna pieza y sus oidos comenzarían a deleitarse, había tambien más pinturas y algunas cuantas regadas partituras, diferentes expresiones de distintas esculturas, sentimientos humanos que solo por los artistas muchas veces son sentidos, además de reflejados, que solo un deformado como yo podía contemplarlos.
Me detuve detrás de la criatura, esa que habia tomado la forma de una mujer que a más de un hombre podía atraer... era... era como tener una hermosa y salvaje fiera tras llas rejas, como los sultanes o los reyes que siempre compran leones o panteras para su deleite y por la belleza de sus pieles -Dios los hace... ¿En verdad el los hace?- me resultaba dificil pensar que un Dios pudiera dejar en libertad a un criatura que podía acabar con todos los demás y que de belleza y perfección los podía colmar -Depredadores así desde el vampiro hasta el jaguar estoy seguro que ese Dios si existe no los pudo crear- resolvi mientras no la dejaba de contemplar, jamás había visto un especimen como ese más de tres segundos con vida, misma que les quitaba cada vez que los apuñalaba, era entretenida para mi la manera tan cuirosa de su comportamiento.
Pronto sintio mi presencia supongo, entonces a los que ya estaba muertos invoco, más la desilución llego con se dio la vuelta y me miro con esos ojos de cambiante y claro color, exclamando por el temor que mi máscara le ocasiono -Mis disculpas, mi intensión no era que me descubras- trate de calmarle mientras la estudiaba detenidamente -Lamento de verdad lo de esos hombres, no hubo forma de salvarles de esas llamas infernales- guarde silencio -Lo lamento-intente brindarle consuelo al escuchar la manera tan deprimente en que comentaba todo aquello de olvidar por completo, iba responder pero de nuevo comenzo con la lluvia de questiones que no daba a paso a dar soluciones.
-Tus poderes de observación siguen dando frutos- señale mientras asentía con la cabeza -La primera pregunta que hiciste hace unos segundos, me invita a decirte que estas en hogar- tarde un poco en contunuar con mi hablar -Lo llamo... "La galeria de las sombras"-extendi mis manos para que todos los lados fueran abarcados y como parte del lugar presentados -Gracias por el pequeño elogio, para mis cosas eso fue de su agrado.. igual que para un servidor- realice levemente una reverencia, elegante y respetuosa, sin perder de vista a esa mujer de naturaleza curiosa -La segunda pregunta ¿De donde saque todas estas cosas- inhale profundo -De aqui, de allá, de todo el mundo-solte el aire al ver que quizás a ella si le podia confesar la verdad -De acuerdo- comencé a caminar mientras evitaba su mirar, contemplando algunos cuantos muros -La realidad es que... estas cosas... en su mayoria pertenecieron la famoso The Phantom, seguramente ya sabes de quién hablo- reparé insuante y en medida amenazante, tonos de voz que ella no presto atención pues de nuevo siguio con la interrogación -Ni siquiera se ha percatado a quién estas piezas le he arrebatado- mi cabeza se movio negando -Supongo que si alguién encontrará este lugar, algunas piezas de arte serían el menor de mis problemas- vi de nuevo a los muros cercanos antes de regresar mi vista hacia un costado, donde ella ya se había callado, ante su aparente expresión de espanto no pude más que preguntar -¿Segura que ya te sientes bien?-
Leviathán Shadow- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Re: Coeur noir et pourpre (Le due maschere della notte Prt.III)
Estaba tan confundida, realmente contrariada igual o aún más que el día en que mi camino se cruzo con aquel hombre que tenía al frente, y eera ese mismo nerviosismo el que no me dejaba ni pensar o saber cuales eran mis acciones con exactitud, no me percate que de nuevo y parecida a la primera vez había hecho demasiadas preguntas sin dar oportunidad a que resolviera cualquiera.
Lo escuche atentamente y no tarde ni un segundo a volver a estar allí y no estar a la vez, sí, no estaba mentalmente pues el simple hecho de recorddar el nombre de esos dos hombres llevaba a mi mente al pasado, recordando por momentos los ratos malos y los placenteros que viví con ellos -Y todo por mi culpa...-pensé mientras mi vista queria que regresará al presente para poder entender que me decía ese extraño -¿Querías resolver tus dudas no es así?- me reprendía interiormente por mi falta de atención -Entonces Montserrat, debes de estar atenta a lo que diga- mi oido escuchaba ambas voces, la del interior y la que estaba en exterior hablando con un tono suave, varonil pero misterioso a la vez que obligaba ver esa máscara que sin importar la situación en la que ahora nos encontrabamos siempre mostraba una sonrisa rosada y plácida.
-¿Así que estabamos en su casa? ¿Como me trajo hasta aquí?- reflexione, intentando volver a armar ese rompecabezas incompleto de lo que había sucedido en el teatro, más solo escuchaba girtos, lamentos, sollozos y veía fuego por todas partes... ¿Que era lo que había hecho?, supongo que la mirada quedo fija al suelo forrado de alfombra roja y que por ello cada vez más mis orbes iban creciendo de solo ver las imagenes en mi cabeza, eran tan perturbantes, el sentimiento que recorria mi cuerpo, desde mi espalda hasta mi estomago me decia que algo estaba demasiado mal.
Escuche esa voz de tinte oscuro a lo lejos preguntando si me encontraba bien, el siguiente parpadeo me abrio el mismo panorama en el que de a poco me perdí -Si, si estoy bien- conteste contrareada aún sin devolver una sola de mis miradas al frente -Solo... intente...-no encontraba palabras para decir lo que pasaba por mi memoria completamente revuelta -Nada, olvide lo que dije- negue diciendo con mi falta de valor que no preguntará más.
Después de ese lapso, comence a armar otro rompecabezas diferente, las palabra de quién se hacia llamar para mí y para todo el mundo como "V", ¿Había oido bien?, el dijo que todas estas cosas que decoraban la mansión fueron aparentemente de The Phantom -Espere un minuto- comente repentinamente -¿Me está diciendo que todas estas cosas se... se las robo?- pregunté en un tono más fuerte dejando la timidez y la melancolia por un rato que no sabía cuanto duraría.
Suspiré por un momento prolongado, hilando y tejiendo todo lo que de sus palabras recordaba en partes -¿El menor de sus problemas?- pensé en voz alta -¿A que se refiere con ello?- finalmente mire directamente a donde suponía estaban sus ojos -¿A lo que hizo en el teatro o a...?- El teatro, la carta, el fantasma.... ¡Yo había traicionado a The Phantom!, entonces era con justa razón que ese sentimiento repleto de amgustia se debe a lo que hice, rompi el trato, ese pacto... -Vendrá a matarme- solte en un pensamiento alarmado acompañado de lo que la imaginación dictaba que me haría con bastante probabilidad -Pero...¿Que he hecho?- cuestione en voz alta -¿Porque?- se volvia a perder mis ojos en el piso, mientras mi cabeza negaba mostrando la cotrariedad en la que se debatía mi razón -¿Porque traicione al fantasma?- mi mano temblorosa se poso en mi frente mientras mis dedos jugaban con mi cabellos rizados que la tapaban -Debi haber perdido la cabeza- cerre mis puños hasta recargarlos en mi cadera, envolviendome en mi propia sorpresa -Dios- rogue en un murmullo.
Senti unas inmensas ganas de correr, de salir ¿A donde? ni yo misma lo sabía, se lo dejaba a la suerte, a mi desgraciada suerte -Será mejor que me vaya- le adverti mientras mis piernas respondían al deseo de salir por la puerta y alejarse de ese lugar -Me iré casa de acuerdo, voy a casa, necesito estar en mi casa- más de una vez repitiendo esa palabra, queria convencerme que aún tenía un hogar donde alguién o la nada me estaba esperando -¡Me voy!... te agradesco con creces todo esto y buscaré la forma de pagarlo- platicaba agitadamente cuando su voz que en todo ese tiempo no había hecho eco de su presencia detuvo mis pasos justo detrás mío y donde había dejado al hombre enmascarado, con sus palabras no tuve más que girarme ya con el ceño fruncido -Es mejor que no me... provoque- amenace -Descuide- trate en verdad de tomar paciencia y calmar mi carácter, después de todo el no era el responsable que todo mi plan de esta noche se hubiera arruinado ¿O sí? -Puede confiar en mi- retome mis palabras -Sabe que puede confiar en mi, yo ne le diré a nadie, donde estuve ni siquiera que le conocí- le miré rogandole compasión y algo de su comprensión, si es que la tenía, era necesario irme... antes de que mi propia consciencia terminara por enloquecerme o matarme como ya lo hacía lentamente.
Lo escuche atentamente y no tarde ni un segundo a volver a estar allí y no estar a la vez, sí, no estaba mentalmente pues el simple hecho de recorddar el nombre de esos dos hombres llevaba a mi mente al pasado, recordando por momentos los ratos malos y los placenteros que viví con ellos -Y todo por mi culpa...-pensé mientras mi vista queria que regresará al presente para poder entender que me decía ese extraño -¿Querías resolver tus dudas no es así?- me reprendía interiormente por mi falta de atención -Entonces Montserrat, debes de estar atenta a lo que diga- mi oido escuchaba ambas voces, la del interior y la que estaba en exterior hablando con un tono suave, varonil pero misterioso a la vez que obligaba ver esa máscara que sin importar la situación en la que ahora nos encontrabamos siempre mostraba una sonrisa rosada y plácida.
-¿Así que estabamos en su casa? ¿Como me trajo hasta aquí?- reflexione, intentando volver a armar ese rompecabezas incompleto de lo que había sucedido en el teatro, más solo escuchaba girtos, lamentos, sollozos y veía fuego por todas partes... ¿Que era lo que había hecho?, supongo que la mirada quedo fija al suelo forrado de alfombra roja y que por ello cada vez más mis orbes iban creciendo de solo ver las imagenes en mi cabeza, eran tan perturbantes, el sentimiento que recorria mi cuerpo, desde mi espalda hasta mi estomago me decia que algo estaba demasiado mal.
Escuche esa voz de tinte oscuro a lo lejos preguntando si me encontraba bien, el siguiente parpadeo me abrio el mismo panorama en el que de a poco me perdí -Si, si estoy bien- conteste contrareada aún sin devolver una sola de mis miradas al frente -Solo... intente...-no encontraba palabras para decir lo que pasaba por mi memoria completamente revuelta -Nada, olvide lo que dije- negue diciendo con mi falta de valor que no preguntará más.
Después de ese lapso, comence a armar otro rompecabezas diferente, las palabra de quién se hacia llamar para mí y para todo el mundo como "V", ¿Había oido bien?, el dijo que todas estas cosas que decoraban la mansión fueron aparentemente de The Phantom -Espere un minuto- comente repentinamente -¿Me está diciendo que todas estas cosas se... se las robo?- pregunté en un tono más fuerte dejando la timidez y la melancolia por un rato que no sabía cuanto duraría.
Suspiré por un momento prolongado, hilando y tejiendo todo lo que de sus palabras recordaba en partes -¿El menor de sus problemas?- pensé en voz alta -¿A que se refiere con ello?- finalmente mire directamente a donde suponía estaban sus ojos -¿A lo que hizo en el teatro o a...?- El teatro, la carta, el fantasma.... ¡Yo había traicionado a The Phantom!, entonces era con justa razón que ese sentimiento repleto de amgustia se debe a lo que hice, rompi el trato, ese pacto... -Vendrá a matarme- solte en un pensamiento alarmado acompañado de lo que la imaginación dictaba que me haría con bastante probabilidad -Pero...¿Que he hecho?- cuestione en voz alta -¿Porque?- se volvia a perder mis ojos en el piso, mientras mi cabeza negaba mostrando la cotrariedad en la que se debatía mi razón -¿Porque traicione al fantasma?- mi mano temblorosa se poso en mi frente mientras mis dedos jugaban con mi cabellos rizados que la tapaban -Debi haber perdido la cabeza- cerre mis puños hasta recargarlos en mi cadera, envolviendome en mi propia sorpresa -Dios- rogue en un murmullo.
Senti unas inmensas ganas de correr, de salir ¿A donde? ni yo misma lo sabía, se lo dejaba a la suerte, a mi desgraciada suerte -Será mejor que me vaya- le adverti mientras mis piernas respondían al deseo de salir por la puerta y alejarse de ese lugar -Me iré casa de acuerdo, voy a casa, necesito estar en mi casa- más de una vez repitiendo esa palabra, queria convencerme que aún tenía un hogar donde alguién o la nada me estaba esperando -¡Me voy!... te agradesco con creces todo esto y buscaré la forma de pagarlo- platicaba agitadamente cuando su voz que en todo ese tiempo no había hecho eco de su presencia detuvo mis pasos justo detrás mío y donde había dejado al hombre enmascarado, con sus palabras no tuve más que girarme ya con el ceño fruncido -Es mejor que no me... provoque- amenace -Descuide- trate en verdad de tomar paciencia y calmar mi carácter, después de todo el no era el responsable que todo mi plan de esta noche se hubiera arruinado ¿O sí? -Puede confiar en mi- retome mis palabras -Sabe que puede confiar en mi, yo ne le diré a nadie, donde estuve ni siquiera que le conocí- le miré rogandole compasión y algo de su comprensión, si es que la tenía, era necesario irme... antes de que mi propia consciencia terminara por enloquecerme o matarme como ya lo hacía lentamente.
Montserrat Vasari- Vampiro Clase Media
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Re: Coeur noir et pourpre (Le due maschere della notte Prt.III)
Esa joven estaba más que asustada, me parecía que estaba alterada, confundida y abrumada, intentando descifrar que era lo que pasaba.
No la culpaba, era demasiado pronto para una herida como la que cargaba estuviera del todo sanada, por dentro podía adivinar que su alma lloraba si es que esa especie tenía algo tan limpio y transparente, su comportamiento palidecía aquel ambiente... mi hogar lucia más lúgubre que un funeral más de lo habitual, su esencia impregnaba cada rincón del lugar -pobre mujer- creo que la compadecía al final.
Cuando ella se perdió en aquella mirada tan asombrada, pensé que entonces las palabras estaban siendo escuchada por la nada, supongo hable pronto, ella reacciono de pronto, hubiera deseado poder reírme un poco, la mente de la chica era curiosa del todo -¡Vamos no te alteres!- exclame de repente -Yo no robo, jamás he cometido un acto tan vergonzoso-de mi se desprendió un tono presuncioso -¿Sabes? Robar implica propiedad- hable con la debida naturalidad, a pesar de que nadie me había hecho una pregunta igual, mucho menos de ese asunto que le atreví a revelar -Al sensor no se le roba, simplemente reclame estas obras que son propiedad de todas las personas-suspire firme y convencido -Es mejor tener este tesoro escondido a que un día un hombre enloquecido decida prender fuego y dejar solo vestigios-.
Asentí al escucharle -Así es, el menor de mis problemas, hay otros que acabo de adquirir y llevo acuestas- sin embargo no había el tiempo ni la atención para esta oración, la joven recordó paso a paso todo lo que ocurrió en la pasada ocasión dentro del teatro y su actuación -¿Segura... que perdiste la cabeza?- interrogue a la vampiresa -¿Esa es la idea del mal llamado ángel de alas negras o quizás eso es lo que quiere que creas?- camine unos pasos ante ella, con las manos entrelazadas y la corta caminata relajada -Por favor, eso no es de una mujer sensata, a este enmascarado nadie le engaña- esperaba que ella reclamara pero en vez de eso, la joven se dispuso a marcharse, se iba sin percatarse que alguien buscaba matarle o tal vez lo había notado y por ello quería salir a la calle a encontrarlo.
Estaba bloqueada... ella no tenía casa, ni nadie que le esperaba -No trates de convencerte que alguien aguarda por tu llegada- sus pasos se detuvieron con esas palabras -Creo que no hace falta preguntar a donde irás, ya que tu sola me lo diste a anunciar-ella con su girar y su mirar me daban a entender que estaba más que enfadada -No te estoy provocando ¿Acaso crees que es por estarte molestando?, trato de darte a entender que un loco allá fuera te está buscando- guarde silencio, mientras maquilaba en el pensamiento cómo hacer para que entendiera mi movimiento, ese de ocultarla bajo este techo -Debes entender Montserrat, para ninguno de los dos quería esto- pase la mano por el piano que estaba en medio y descubierto, aunque para ser honesto no sé porque hacia este movimiento -Pero estabas inconsciente y tenía que tomar una decisión coherente-seguía reproduciendo lo que me dictaba la mente -Si te dejaba allí, seguramente estarías en el calabozo del fantasma, ese sádico te torturaría y sin titubear te mataría en un intento desesperado por encontrar mi guarida- esta vez movía mi cara para que la máscara robará la atención de aquella muchacha -Después de lo que hiciste no iba a dejar que nada de eso o lo que mi imaginación me dictara realmente pasará, así que te levante y te traje al único lugar que considere seguro, aquí en el fuerte más oculto de todo el conjunto de casas que por humanos están habitadas, es difícil que un vampiro sea detectado entre personas adineradas- finalmente me percate que estaba callada, decidí acercarme un poco más para poder contemplar las palabras que me decía con la mirada, para su desgracia, no podía complacerla en lo que su silencio dictaba -Se que puedo confiar en ti, sin embargo es un riesgo que por el momento no quiero vivir, por tu seguridad y la mía de este lugar no podrás salir- suspire profundamente -Lo siento Montserrat no sabía que otra cosa hacer- con solemne seriedad con ella me disculpe.
No la culpaba, era demasiado pronto para una herida como la que cargaba estuviera del todo sanada, por dentro podía adivinar que su alma lloraba si es que esa especie tenía algo tan limpio y transparente, su comportamiento palidecía aquel ambiente... mi hogar lucia más lúgubre que un funeral más de lo habitual, su esencia impregnaba cada rincón del lugar -pobre mujer- creo que la compadecía al final.
Cuando ella se perdió en aquella mirada tan asombrada, pensé que entonces las palabras estaban siendo escuchada por la nada, supongo hable pronto, ella reacciono de pronto, hubiera deseado poder reírme un poco, la mente de la chica era curiosa del todo -¡Vamos no te alteres!- exclame de repente -Yo no robo, jamás he cometido un acto tan vergonzoso-de mi se desprendió un tono presuncioso -¿Sabes? Robar implica propiedad- hable con la debida naturalidad, a pesar de que nadie me había hecho una pregunta igual, mucho menos de ese asunto que le atreví a revelar -Al sensor no se le roba, simplemente reclame estas obras que son propiedad de todas las personas-suspire firme y convencido -Es mejor tener este tesoro escondido a que un día un hombre enloquecido decida prender fuego y dejar solo vestigios-.
Asentí al escucharle -Así es, el menor de mis problemas, hay otros que acabo de adquirir y llevo acuestas- sin embargo no había el tiempo ni la atención para esta oración, la joven recordó paso a paso todo lo que ocurrió en la pasada ocasión dentro del teatro y su actuación -¿Segura... que perdiste la cabeza?- interrogue a la vampiresa -¿Esa es la idea del mal llamado ángel de alas negras o quizás eso es lo que quiere que creas?- camine unos pasos ante ella, con las manos entrelazadas y la corta caminata relajada -Por favor, eso no es de una mujer sensata, a este enmascarado nadie le engaña- esperaba que ella reclamara pero en vez de eso, la joven se dispuso a marcharse, se iba sin percatarse que alguien buscaba matarle o tal vez lo había notado y por ello quería salir a la calle a encontrarlo.
Estaba bloqueada... ella no tenía casa, ni nadie que le esperaba -No trates de convencerte que alguien aguarda por tu llegada- sus pasos se detuvieron con esas palabras -Creo que no hace falta preguntar a donde irás, ya que tu sola me lo diste a anunciar-ella con su girar y su mirar me daban a entender que estaba más que enfadada -No te estoy provocando ¿Acaso crees que es por estarte molestando?, trato de darte a entender que un loco allá fuera te está buscando- guarde silencio, mientras maquilaba en el pensamiento cómo hacer para que entendiera mi movimiento, ese de ocultarla bajo este techo -Debes entender Montserrat, para ninguno de los dos quería esto- pase la mano por el piano que estaba en medio y descubierto, aunque para ser honesto no sé porque hacia este movimiento -Pero estabas inconsciente y tenía que tomar una decisión coherente-seguía reproduciendo lo que me dictaba la mente -Si te dejaba allí, seguramente estarías en el calabozo del fantasma, ese sádico te torturaría y sin titubear te mataría en un intento desesperado por encontrar mi guarida- esta vez movía mi cara para que la máscara robará la atención de aquella muchacha -Después de lo que hiciste no iba a dejar que nada de eso o lo que mi imaginación me dictara realmente pasará, así que te levante y te traje al único lugar que considere seguro, aquí en el fuerte más oculto de todo el conjunto de casas que por humanos están habitadas, es difícil que un vampiro sea detectado entre personas adineradas- finalmente me percate que estaba callada, decidí acercarme un poco más para poder contemplar las palabras que me decía con la mirada, para su desgracia, no podía complacerla en lo que su silencio dictaba -Se que puedo confiar en ti, sin embargo es un riesgo que por el momento no quiero vivir, por tu seguridad y la mía de este lugar no podrás salir- suspire profundamente -Lo siento Montserrat no sabía que otra cosa hacer- con solemne seriedad con ella me disculpe.
Leviathán Shadow- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Re: Coeur noir et pourpre (Le due maschere della notte Prt.III)
Reflexione por unos cuantos minutos, escuchando sus palabras, estaba atenta aunque quién me viera podría juzgarme con todo lo contrario, por mi mente en otro lado, la mirada perdida, la cabeza agachada y mis manos jugando con la tela del vestido -Se que tiene la razón- pense mientras analizaba la lógica que tenían sus palabras, de haberme dejado en aquel lugar donde la batalla aún no terminaba seguramente hubiera parado en algún lugar sino es que en el fuego como las brujas que son condenadas por la inquisición -¿Pero no era eso lo que quería?-puse mis acciones en duda, el actuar que tuve en los momentos pasados estaba en juego de credibilidad -¿Que era lo que en realidad había hecho y porque?-no podía responderme y menos ahora que ese hombre se atrevio a retener mis pasos ¿Como que no me dejaría salir? ¡¿Quién se creía que era él!?, era más que obvio que yo no me iba a quedar con los brazos cruzados.
La respiración se volvio agitada mientras mi corazón con esa poca sangre que llevaba entre las venas bombeaba hasta las mejillas que extrañamente sentía invadida de pequeñas hormigas que aunque no estaban allí...las sentia y a flor de piel -¡Quién te crees tú para no dejarme salir!- le señale con dedo acusador -¡Soy libre! ¡Tan libre para hacer lo que se me venga en gana!... nadie, escuchelo bien ¡Nadie me cierra las puertas!- entrecerre los ojos de forma amenazante -Menos un desconocido- hable con tono debilitado y firme a la vez.
Sonrei como si ese gesto pudiera tener manos y brazos que sostuvieran mi cuerpo para no ir directo e impulsivamente contra el enmascarado; mientras tanto mi cabeza violentamente negaba todas la frases repetidas de nueva cuenta por mi memoria, eran como un eco que no dejaba de acosarme -¿Que quiere que entienda?-pregunte apenas entre las respiraciones rapidas producto de mi furia que si hayar más salida esta se deposito en mis puños cerrados y en el sitio donde mis zapatos se habían plantado desde que me detuvo -¡¿Que pretende que entienda?!-de nuevo las palabras fueron arrojadas al aire como cuando los perros llenos de colera y rabia ladran a quién consideran como un agresor, quizás así de celosa cuidaba mi posición, quizás solo así era como podía explicar mi actitud -Me esta diciendo que no podre salir, eso es lo que quiere ¡que entienda!... o que me tengo que quedar hasta que todo esto termine y que tal si esto dura uno, dos o hasta tres años- le mire con las pupilas inquietas, ambas bailaban de lado a lado esperando una respuesta, un movimiento o algo que hiciera ese hombre para su defensa más se mantenia inmovil, un completo cuerpo silencio, que si se viera desde otra prespectiva jurarian que estaba reclamendole a un maniquí o a una escultura hecha a tamaño real -¿Porque no me respondes?-intente forzarlo pero todos mis intentos fueron fallidos.
-¿Que se supone que haré aquí con usted?- le interrogue mientras el ceño se fruncia más y las arrugas en la frente se marcaban fuertemente -¿Cuidarme las espaldas?, ¿velar cada noche para vigilar que no me mate con alguna de esas armas que los tuyos usan?- asentí firmemente -Puedo ser una neofita pero fui bien entrenada para darme cuenta de quienes de los hombres y mujeres quieren matarnos con el azor al puño- finalmente le di la espalda mientras mis manos llevaban mis rizos alboratados de atrás y necios regresaban a los costados de mi rostro para cubrirlo -Ahora no solo tengo que preocuparme por mí, sino por todos los que nos convertiremos en infelices al sobrevivr a ese percance, el fantasma debe estar ya en algún lado en medio de las cenizas y los escombros planeando su venganza ¡Que incluira a todo París!- de un momento a otro ya no pude contener la furia, cerre los ojos, intente contar pero nada me contuvo más, cuando mis pupilas estuvieron abiertas los ojos que eran tan azules como el turqueza de las lagunas se rellenaron de un rojo más intenso del que estaba pisando en el suelo -¡Y usted! ¡usted tiene la culpa de todo esto!¡Porque no me dejo en paz, debio dejarme allí en el teatro, desde el momento en que nuestros caminos se cruzaron en paz!- di una media vuelta tan impulsivamente que ni siquiera me percate en que momento quede cara a máscara con él, los colmillos habian salido de su escondite, afilados y listos para clavarse en el cuello de mi contincante -¡Ande que espera hagalo ya!- quede frente a el amenazada de muerte, extenndi mis brazos de lado a lado -¡He dicho que lo haga ahora!- estaba envuelta en un frenesí del cual no tenía control, las emociones, la situación, esa prohibición y el peligro al que ahora estaba expuesta era más de lo que podía soportar, después de todo apenas comenzaba a vivir como vampiro y nunca vivi como el humano que debi haber sido, nunca pude con las cargas pesadas o con el dolor mismo de mi propia existencia.
La respiración se volvio agitada mientras mi corazón con esa poca sangre que llevaba entre las venas bombeaba hasta las mejillas que extrañamente sentía invadida de pequeñas hormigas que aunque no estaban allí...las sentia y a flor de piel -¡Quién te crees tú para no dejarme salir!- le señale con dedo acusador -¡Soy libre! ¡Tan libre para hacer lo que se me venga en gana!... nadie, escuchelo bien ¡Nadie me cierra las puertas!- entrecerre los ojos de forma amenazante -Menos un desconocido- hable con tono debilitado y firme a la vez.
Sonrei como si ese gesto pudiera tener manos y brazos que sostuvieran mi cuerpo para no ir directo e impulsivamente contra el enmascarado; mientras tanto mi cabeza violentamente negaba todas la frases repetidas de nueva cuenta por mi memoria, eran como un eco que no dejaba de acosarme -¿Que quiere que entienda?-pregunte apenas entre las respiraciones rapidas producto de mi furia que si hayar más salida esta se deposito en mis puños cerrados y en el sitio donde mis zapatos se habían plantado desde que me detuvo -¡¿Que pretende que entienda?!-de nuevo las palabras fueron arrojadas al aire como cuando los perros llenos de colera y rabia ladran a quién consideran como un agresor, quizás así de celosa cuidaba mi posición, quizás solo así era como podía explicar mi actitud -Me esta diciendo que no podre salir, eso es lo que quiere ¡que entienda!... o que me tengo que quedar hasta que todo esto termine y que tal si esto dura uno, dos o hasta tres años- le mire con las pupilas inquietas, ambas bailaban de lado a lado esperando una respuesta, un movimiento o algo que hiciera ese hombre para su defensa más se mantenia inmovil, un completo cuerpo silencio, que si se viera desde otra prespectiva jurarian que estaba reclamendole a un maniquí o a una escultura hecha a tamaño real -¿Porque no me respondes?-intente forzarlo pero todos mis intentos fueron fallidos.
-¿Que se supone que haré aquí con usted?- le interrogue mientras el ceño se fruncia más y las arrugas en la frente se marcaban fuertemente -¿Cuidarme las espaldas?, ¿velar cada noche para vigilar que no me mate con alguna de esas armas que los tuyos usan?- asentí firmemente -Puedo ser una neofita pero fui bien entrenada para darme cuenta de quienes de los hombres y mujeres quieren matarnos con el azor al puño- finalmente le di la espalda mientras mis manos llevaban mis rizos alboratados de atrás y necios regresaban a los costados de mi rostro para cubrirlo -Ahora no solo tengo que preocuparme por mí, sino por todos los que nos convertiremos en infelices al sobrevivr a ese percance, el fantasma debe estar ya en algún lado en medio de las cenizas y los escombros planeando su venganza ¡Que incluira a todo París!- de un momento a otro ya no pude contener la furia, cerre los ojos, intente contar pero nada me contuvo más, cuando mis pupilas estuvieron abiertas los ojos que eran tan azules como el turqueza de las lagunas se rellenaron de un rojo más intenso del que estaba pisando en el suelo -¡Y usted! ¡usted tiene la culpa de todo esto!¡Porque no me dejo en paz, debio dejarme allí en el teatro, desde el momento en que nuestros caminos se cruzaron en paz!- di una media vuelta tan impulsivamente que ni siquiera me percate en que momento quede cara a máscara con él, los colmillos habian salido de su escondite, afilados y listos para clavarse en el cuello de mi contincante -¡Ande que espera hagalo ya!- quede frente a el amenazada de muerte, extenndi mis brazos de lado a lado -¡He dicho que lo haga ahora!- estaba envuelta en un frenesí del cual no tenía control, las emociones, la situación, esa prohibición y el peligro al que ahora estaba expuesta era más de lo que podía soportar, después de todo apenas comenzaba a vivir como vampiro y nunca vivi como el humano que debi haber sido, nunca pude con las cargas pesadas o con el dolor mismo de mi propia existencia.
Montserrat Vasari- Vampiro Clase Media
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Re: Coeur noir et pourpre (Le due maschere della notte Prt.III)
La joven estaba en total frenesí, en medio de aquello no pude hacer o decir, descubrí que era una mujer difícil de predecir y más para mí cuando desconfiaba de su raza tan hostil, si sus planes era mi muerte yo no me iba dejar morderme tan fácilmente, no permitiría que esa vampiresa arrebatara tan fácil mi vida, la amabilidad, la paciencia y el silencio se habían ido al mundo de los sueños, donde todo era perfecto, donde el León y la gacela en conjunto buscaban alimento -Ni se te ocurra criatura del infierno- le detuve con la punta del cuchillo en el pecho -No me voy a tentar el corazón..¡Así sobre mí caiga tu maldición!- la joven con la mirada perdida, centrada el arma extendida no hacia nada por fijarse en la máscara donde había surgido la amenaza -¡¿Para que quieres que manche la daga?!- hice de lado la capa que cubría mi espalda, para que toda mi figura la contemplara, con ese simple hecho yo lograba que la gente o casi cualquier criatura se intimidara –¿Para que con ella la vida te arrebatara?- ella no contesto nada, en vez de palabras simplemente bajo la mirada -¿Es eso verdad? ¿Terminar con la pesada carga de tu alma? ¡Esa vida espiritual que ni con tus propias manos tienes el valor de quitártela!- el silencio se adueño de la sala, volvía a guardar el arma, me volví a cubrir con la capa –Se lo que veo, tendré una máscara pero no estoy ciego- la mirada seguía fija en el suelo, como si en el encontrara algún consuelo -¿Si querías morir entonces por que amenazabas mi cuello?- la chica seguía perdida en algún pensamiento,¿ tanto era el dolor de su pecho? , me era imposible creer que un monstruo tuviera sentimientos como aquellos que se expresaba en su faz y la posición de su cuerpo, no eran necesarias las palabras cuando abunda el silencio, ese que se crea cuando de tus errores pagas el precio, más como podía arrepentirse alguien transformado en un semi Dios, como era que podía maldecirlo a larga como un error, por lo menos todos los que había conocido, de su naturaleza estaban orgullosos y complacidos, suspire al no entender semejante lío.
-De mi no tendrás que cuidarte las espaldas- finalmente regrese del pensamiento tan enredado y tormentoso –Si te he traído aquí es para que guardes reposo, no para que me tomes por sospechoso- asentí –Es cierto que un cazador no es un aliado de fiar, pero sin duda soy el único que te puede ayudar y proporcionar la seguridad que allá afuera nadie te dará- regrese mis pasos al piano que volvía a acariciar –Si te dejo, él te va a asesinar, aquí, ya te he dicho que en este lugar a nadie se le ocurrirá buscar- las teclas del piano comenzaron a cantar, mi mano inquieta iba caminando lentamente, tocando el sonido que me venia a la mente –En lugar de enfadarte, deberías agradecerme- el compas se interrumpió de repente –Y aunque yo te hubiera dejado en paz desde el día en que esos hombres te querían perjudicar, muy seguramente nos volveríamos a encontrar, simplemente era algo inútil nuestra presencia esquivar- volvi a asentir –Yo esa misma noche que nos conocimos incendie parte de ese infernal lugar, allí entre partituras leí un nombre: Montserrat- cerré el piano para frenar mis ansias de tocar –Después de eso iba de regreso a mi hogar y el destino decidió que nuestros destinos se debían cruzar, puesto que yo a los tuyos me dedico a matar y esa noche comencé a luchar para tu vida preservar y luego cuando tu nombre tímidamente te atreviste a pronunciar supe que tu eras esa Montserrat a la que The Phantom se empeñaba en enseñar el fino arte de cantar y de su sed de sangre, su propia locura inculcar- mis pasos volvieron comenzar, la capa se hizo hacia atrás –Quizás si me dispuse a salvarte fue porque de lejos vi que eras una neófita, se distinguir a los de tu clase- finalmente mi caminata se detuvo al frente suyo –¿No piensas que si tuvieras que cuidarte las espaldas de este desconocido espanto deberías hacerlo en esto preciso momento en el que te hablo con tan paciente acento?, ¿no crees que en vez de tu lamento y de dirigir tu mirada al suelo, deberías cuidar cada uno de mis movimientos?, no crees que de haber querido exterminarte no me hubiera tomado mi tiempo en hablarte antes, durante y después de todo este desastre?- tome una pausa –Te aseguro que lo que suceda de hoy en adelante no tardará más de dos meses en concretarse, en que mi ideal pueda realizarse- le aseguré –Después de que esto finalice, no creo que esto importe- igual que ella unos momentos antes a parte la mirada hacía algún rincón de la casa, aunque me temía que esto no se viese debido a la máscara –Los que osas llamar infelices, el día de mañana agradecerán lo que hice, no creas que en mi mente no hay un todo un torrente- asentí pacientemente – Sí, todo un plan que ya se está trazando en mi mente, tanto nosotros, mis aliados, este país y su gente están protegidos por este revolucionario insurgente- cruce los brazos en busca que su mirada regresara hasta donde yo estaba –Tienes más reclamos, preguntas o argumentos que hacer en tu defensa o seguirás culpando a otros por tu vergüenza? – ya estaba preparado para cualquier reacción o cualquier respuesta que de ella se desprendiera.
-De mi no tendrás que cuidarte las espaldas- finalmente regrese del pensamiento tan enredado y tormentoso –Si te he traído aquí es para que guardes reposo, no para que me tomes por sospechoso- asentí –Es cierto que un cazador no es un aliado de fiar, pero sin duda soy el único que te puede ayudar y proporcionar la seguridad que allá afuera nadie te dará- regrese mis pasos al piano que volvía a acariciar –Si te dejo, él te va a asesinar, aquí, ya te he dicho que en este lugar a nadie se le ocurrirá buscar- las teclas del piano comenzaron a cantar, mi mano inquieta iba caminando lentamente, tocando el sonido que me venia a la mente –En lugar de enfadarte, deberías agradecerme- el compas se interrumpió de repente –Y aunque yo te hubiera dejado en paz desde el día en que esos hombres te querían perjudicar, muy seguramente nos volveríamos a encontrar, simplemente era algo inútil nuestra presencia esquivar- volvi a asentir –Yo esa misma noche que nos conocimos incendie parte de ese infernal lugar, allí entre partituras leí un nombre: Montserrat- cerré el piano para frenar mis ansias de tocar –Después de eso iba de regreso a mi hogar y el destino decidió que nuestros destinos se debían cruzar, puesto que yo a los tuyos me dedico a matar y esa noche comencé a luchar para tu vida preservar y luego cuando tu nombre tímidamente te atreviste a pronunciar supe que tu eras esa Montserrat a la que The Phantom se empeñaba en enseñar el fino arte de cantar y de su sed de sangre, su propia locura inculcar- mis pasos volvieron comenzar, la capa se hizo hacia atrás –Quizás si me dispuse a salvarte fue porque de lejos vi que eras una neófita, se distinguir a los de tu clase- finalmente mi caminata se detuvo al frente suyo –¿No piensas que si tuvieras que cuidarte las espaldas de este desconocido espanto deberías hacerlo en esto preciso momento en el que te hablo con tan paciente acento?, ¿no crees que en vez de tu lamento y de dirigir tu mirada al suelo, deberías cuidar cada uno de mis movimientos?, no crees que de haber querido exterminarte no me hubiera tomado mi tiempo en hablarte antes, durante y después de todo este desastre?- tome una pausa –Te aseguro que lo que suceda de hoy en adelante no tardará más de dos meses en concretarse, en que mi ideal pueda realizarse- le aseguré –Después de que esto finalice, no creo que esto importe- igual que ella unos momentos antes a parte la mirada hacía algún rincón de la casa, aunque me temía que esto no se viese debido a la máscara –Los que osas llamar infelices, el día de mañana agradecerán lo que hice, no creas que en mi mente no hay un todo un torrente- asentí pacientemente – Sí, todo un plan que ya se está trazando en mi mente, tanto nosotros, mis aliados, este país y su gente están protegidos por este revolucionario insurgente- cruce los brazos en busca que su mirada regresara hasta donde yo estaba –Tienes más reclamos, preguntas o argumentos que hacer en tu defensa o seguirás culpando a otros por tu vergüenza? – ya estaba preparado para cualquier reacción o cualquier respuesta que de ella se desprendiera.
Leviathán Shadow- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Re: Coeur noir et pourpre (Le due maschere della notte Prt.III)
Había enloquecido, tanto era todo esto para mí que los instintos podían hundirme más en aquella parte que del vampiro nunca me gusto... matar, comer y beber, de acuerdo si me deleitaba hacer aquello pero con los malvados no como ese hombre que de alguna extraña manera que seguía ignorando podía descubrir todo de los demás, lo que se pensaba, lo que el silencio de alguien o una mirada podía significar, entonces tras haber descifrado ese código tan complejo no pude más que retractarme, dejar de estar al asecho ¿Cómo podría después de haberme dicho la verdad?, ese fue un golpe más dura, una puñalada más profunda que la proporcionada por una daga, una espada o con su propia mano.
Recordé los momentos previos antes de salir al escenario, la carta, esa nota de despedida que había dejado en el tocador, la forma en cómo me miraba al espejo y hablaba con esa vocecilla interna que no había dejado de molestarme hasta ese momento -¿Así de directo querías que te lo dijeran?- le oí decir -Como siempre Montserrat, siempre tienes que escucharlo de los labios del otro para creerlo- el auto regaño había logrado que no solo detuviera en segunda instancia mis impulsos, sino también el color de mis ojos había cambiando a la tonalidad normal que los caracteriza, tan era extraña la sensación cada cambio de transición que logro apartar la mirada de la máscara que tenía al frente -¿Suicidio?- pensé -¿Tan notoria es mi cobardía?- me cuestione sin darme la respuesta pues ese desconocido sin querer la estaba proporcionando -No, por el momento fingiré ser fuerte, podrá asegurarme que no me hará nada... ¡Pero por Dios, es un cazador!, que no puede planear en mi contra, en dos meses o los que sean podría pasar cualquier tontería, debo ser fuerte- me fije la meta clara, aún cuando le escuchaba también mi pensamiento hablaba, los recuerdos venían y las sospechas terminaban determinando mi decisión.
Ni siquiera me percate en qué momento bajo la daga y en qué momento había bajado la tapa del piano, tenía razón no estaba lo suficientemente alerta, de haberlo querido ya hubiera acabado de una vez por todas conmigo -¿Y si es una trampa?- me asalto la duda y despeje toda idea de que él no tenía nada contra mí, fruncí el ceño viéndole fijamente.
-¿Ahora resulta que usted decidió defenderme porque era neófita?- puse las manos en la cintura -¿Y eso que significa?, de igual manera madurare como los otros matare y alguien de los suyos vendrá por mí en el primer descuido- por más que deseaba regresar a mi actitud anterior ya no podía estaba tan atrapada en aquel golpe que lleva consigo la melancolía que ni siquiera ya tenía la fuerza necesaria para seguirle confrontando o las palabras correctas que podía utilizar en mi defensa -¿Que está pasando conmigo?- ante estas sensaciones preferí darle la espalda, ni siquiera me era suficiente esconder la mirada al contemplar la alfombra roja, al ver el piano, las esculturas, las pinturas en la pared, me era por demás difícil -¿Desde cuándo un cazador salva a un vampiro solo por coincidencias del destino?, si tanto odia al fantasma y sabía que yo era su discípula me hubiera dejado que terminaran conmigo, habría ahorrado tiempo, sería una carga menos- finalmente poco a poco retorne a donde sentía su presencia, esa que ahora recordaba hace unos instantes se había vuelto tan intimidante que quizás haya sido otra más de las causas por las cuales el frenesí disminuyo -O si lo quería usted pudo haberme dejado en el teatro, eso es lo que pudo haber hecho- camine hacia él, despacio y con cautela, tomando mis debidas precauciones -¿Porque debería agradecerle?, ¡Fíjese estoy en la casa de un cazador que podría ser cualquier parte, con usted y sus dagas, con el alma hecha pedazos, sola y amenazada de muerte por monstruo! ¿Eso debo agradecerle?- sonreí forzadamente -Entonces muchísimas gracias por desgraciar más mi vida- después realice la reverencia más breve y cortante de mi corta vida.
-¿Dos meses? ¡Tengo que quedarme aquí dos meses!-, alborote mi cabello en símbolo de desesperación -Mejor máteme de una buena vez, esto ¡Ya es demasiado!- guarde silencio reflexionado un poco todas sus palabras que mi memoria amablemente guardo para que pudiera reproducirlas en cuanto estuviera un poco más consciente de lo que hacía -¿Realmente es para que repose el estar aquí o para que me mantenga vigilada y no cometa lo que pienso hacer?- toque su pecha apenas con la punta del dedo acusador -Porque permítame informarle que no tengo vergüenza de decirlo y mucho menos de culpar a otros por ello...¡Si me quiero quitar la vida y que! ¡Sino he querido arrebatármela con mis propias manos es porque no las quiero ensuciar más de lo que ya están!- realizaba muecas de enfado, miraba hacia otros puntos antes de volverme a él -Ni encerrándome aquí va a conseguir que me quite la vida ¡Me oye!, si cree que soy la presa perfecta para que el fantasma venga hasta usted está muy equivocado, él no vendrá, no por el momento... como usted el también necesita tiempo para trazar la destrucción de todo París y créame que eso nadie se lo va agradecer a usted, porque eso es lo único que ha hecho- suspire profundo, suplicando a quién este en los cielos la paciencia adecuada para no volver a cometer el mismo error que esta vez podía tener resultados fatales -¡Eso es lo único que los implicados le vamos a agradecer!- la voz empezaba a debilitarse, sonando gradualmente más quebrada que en los primeros instantes de mis reclamos -Tú me hiciste esto... ¡No dejaste que muriera!... ¿Qué quieres de mí?- termine por perderle respeto, del usted pase inmediatamente al tú, es que simplemente ya no podía más, estaba tan confundida, no podía entender cuáles eran sus planes, simplemente yo no era tan hábil para descifrar al enmascarado como él era conmigo -¡Ya no te entiendo V! ¿Por qué? ¡Porque!- solo quería respuestas y no más misterios, más secretos, más prohibiciones... más puertas cerradas.
Recordé los momentos previos antes de salir al escenario, la carta, esa nota de despedida que había dejado en el tocador, la forma en cómo me miraba al espejo y hablaba con esa vocecilla interna que no había dejado de molestarme hasta ese momento -¿Así de directo querías que te lo dijeran?- le oí decir -Como siempre Montserrat, siempre tienes que escucharlo de los labios del otro para creerlo- el auto regaño había logrado que no solo detuviera en segunda instancia mis impulsos, sino también el color de mis ojos había cambiando a la tonalidad normal que los caracteriza, tan era extraña la sensación cada cambio de transición que logro apartar la mirada de la máscara que tenía al frente -¿Suicidio?- pensé -¿Tan notoria es mi cobardía?- me cuestione sin darme la respuesta pues ese desconocido sin querer la estaba proporcionando -No, por el momento fingiré ser fuerte, podrá asegurarme que no me hará nada... ¡Pero por Dios, es un cazador!, que no puede planear en mi contra, en dos meses o los que sean podría pasar cualquier tontería, debo ser fuerte- me fije la meta clara, aún cuando le escuchaba también mi pensamiento hablaba, los recuerdos venían y las sospechas terminaban determinando mi decisión.
Ni siquiera me percate en qué momento bajo la daga y en qué momento había bajado la tapa del piano, tenía razón no estaba lo suficientemente alerta, de haberlo querido ya hubiera acabado de una vez por todas conmigo -¿Y si es una trampa?- me asalto la duda y despeje toda idea de que él no tenía nada contra mí, fruncí el ceño viéndole fijamente.
-¿Ahora resulta que usted decidió defenderme porque era neófita?- puse las manos en la cintura -¿Y eso que significa?, de igual manera madurare como los otros matare y alguien de los suyos vendrá por mí en el primer descuido- por más que deseaba regresar a mi actitud anterior ya no podía estaba tan atrapada en aquel golpe que lleva consigo la melancolía que ni siquiera ya tenía la fuerza necesaria para seguirle confrontando o las palabras correctas que podía utilizar en mi defensa -¿Que está pasando conmigo?- ante estas sensaciones preferí darle la espalda, ni siquiera me era suficiente esconder la mirada al contemplar la alfombra roja, al ver el piano, las esculturas, las pinturas en la pared, me era por demás difícil -¿Desde cuándo un cazador salva a un vampiro solo por coincidencias del destino?, si tanto odia al fantasma y sabía que yo era su discípula me hubiera dejado que terminaran conmigo, habría ahorrado tiempo, sería una carga menos- finalmente poco a poco retorne a donde sentía su presencia, esa que ahora recordaba hace unos instantes se había vuelto tan intimidante que quizás haya sido otra más de las causas por las cuales el frenesí disminuyo -O si lo quería usted pudo haberme dejado en el teatro, eso es lo que pudo haber hecho- camine hacia él, despacio y con cautela, tomando mis debidas precauciones -¿Porque debería agradecerle?, ¡Fíjese estoy en la casa de un cazador que podría ser cualquier parte, con usted y sus dagas, con el alma hecha pedazos, sola y amenazada de muerte por monstruo! ¿Eso debo agradecerle?- sonreí forzadamente -Entonces muchísimas gracias por desgraciar más mi vida- después realice la reverencia más breve y cortante de mi corta vida.
-¿Dos meses? ¡Tengo que quedarme aquí dos meses!-, alborote mi cabello en símbolo de desesperación -Mejor máteme de una buena vez, esto ¡Ya es demasiado!- guarde silencio reflexionado un poco todas sus palabras que mi memoria amablemente guardo para que pudiera reproducirlas en cuanto estuviera un poco más consciente de lo que hacía -¿Realmente es para que repose el estar aquí o para que me mantenga vigilada y no cometa lo que pienso hacer?- toque su pecha apenas con la punta del dedo acusador -Porque permítame informarle que no tengo vergüenza de decirlo y mucho menos de culpar a otros por ello...¡Si me quiero quitar la vida y que! ¡Sino he querido arrebatármela con mis propias manos es porque no las quiero ensuciar más de lo que ya están!- realizaba muecas de enfado, miraba hacia otros puntos antes de volverme a él -Ni encerrándome aquí va a conseguir que me quite la vida ¡Me oye!, si cree que soy la presa perfecta para que el fantasma venga hasta usted está muy equivocado, él no vendrá, no por el momento... como usted el también necesita tiempo para trazar la destrucción de todo París y créame que eso nadie se lo va agradecer a usted, porque eso es lo único que ha hecho- suspire profundo, suplicando a quién este en los cielos la paciencia adecuada para no volver a cometer el mismo error que esta vez podía tener resultados fatales -¡Eso es lo único que los implicados le vamos a agradecer!- la voz empezaba a debilitarse, sonando gradualmente más quebrada que en los primeros instantes de mis reclamos -Tú me hiciste esto... ¡No dejaste que muriera!... ¿Qué quieres de mí?- termine por perderle respeto, del usted pase inmediatamente al tú, es que simplemente ya no podía más, estaba tan confundida, no podía entender cuáles eran sus planes, simplemente yo no era tan hábil para descifrar al enmascarado como él era conmigo -¡Ya no te entiendo V! ¿Por qué? ¡Porque!- solo quería respuestas y no más misterios, más secretos, más prohibiciones... más puertas cerradas.
Montserrat Vasari- Vampiro Clase Media
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Re: Coeur noir et pourpre (Le due maschere della notte Prt.III)
Deje que hablara, simplemente deje que en esos gritos se desahogara, vaya manera en que su desesperación y la preocupación se asomaban a través de esos labios que hablaban por el alma.
La mano enfundada aún el piano acariciaba -¿Has terminado ya?- pregunte con calma total -No quiero nada de ti, no pienses mal- trate de romper ese silencio que se escuchaba fatal, un arma que para los dos podía ser letal -Sin embargo y no lo tomes como una ofensa o un atraco- le mire detrás de esa máscara pintada de blanco -¿Pero de verdad eres tan egoísta para pensar que por salvar tu vida hice semejante acto?- algo que no sabía explicarme comenzó a torturarme, era... era como si le estuviese mintiendo y por ende me sentía culpable, más no tenía razón alguna que yo conociera conscientemente que fuese de la intensión original completamente diferente -Claro que pude haberte matado en cualquier momento o pude dejar que esos hombres te dieran un escarmiento pero..-¿Que estaba sucediendo?, porque me detenía a pensar en lo que estaba diciendo -Pero quería matarte cuando ese infame, no tuviera más que tu salvación implorarme, de rodillas arrastrarse, poco caso le haría a lo que intentara hablarme y en frente de sus ojos iba a quemarte y con eso una de muchas me iba a pagar, después cuando ya no sirvieras te iba asesinar-.
Solté una carcajada relajada y demasiado opaca gracias a la cobertura de la máscara -De pronto cuando hable contigo la primera noche de nuestro encuentro, supe qué harías una locura el día en que yo pondría en marcha todo mi plan... querías que esos desdichados te hicieran pedazos, una forma muy fácil de matarte si mancharte, así como tú dices... esas manos- camine hacia los lados, a los angostos rincones, entre los muebles que mostraban antiguos jarrones, ahora ambas manos se deslizaban por el oro que les decoraba, la mirada se había perdido en el detalle de las musas dibujadas, la mayoría hablaban de leyendas sobre Hipólita y sus amazonas, la voz continuaba aunque ya no hubiese contacto con la mirada -Esa noche llegue aquí, a mi casa, analice las circunstancias y entonces tome la decisión de detener tú idea descabellada... cuando llegue a tu camerino vi que algo en el tocador habías dejado escrito, aceleraste mis planes pues ya sabía cuáles eran tus intenciones fatales, una tragedia como esa podía frenar mi ataque, y en vías de que tenía que planificar y conocer el terreno que iba a pisar, contacte a Vasari, otro cazador que te pudiese vigilar y finalmente para frenar tus intenciones completamente fue cuando al escenario entre prematuramente- finalmente me gire para verle -Nada me hubiera costado dejarte en el fuego pero hiciste trampa en mi juego y corresponder una deuda es de todo un caballero, después de lo que hiciste no podía dejar que el fantasma por tu "supuesta" traición improvisada, a sangre fría te asesinara, vida por vida pague mi deuda Montserrat, te salve porque tu lo hiciste en un momento, sin saber que yo solo a detenerte había entrado para que no echaras mi planes abajo pero entonces me ayudaste a intentar cumplir con mi trabajo sea como haya sido, me tendiste la mano-suspire de inmediato, dirigiendo mi vista todos lados, un gesto delicado para que ella pudiera sentirse en una parte tranquila donde se iba a estar alojando -Del traslado aquí, bueno... es ina casa y solo eso, estas paredes están construidas piedra, mosaico y marfil, lo suficiente para un hombre hábil- despacio me fui acercando, guardando mi distancia para que no me atreviera a sacar la daga como hace un rato -El tiempo... probablemente sea menos de lo que estoy diciendo, si bien todo esto un cinco de noviembre tuvo comienzo, pienso que sea en esa misma fecha lo que señale un final perfecto-, cubría las armas con la capa mientras acortaba entre ella y yo la distancia -Noviembre y la fecha exacta esta próxima a cumplirse en un par de semanas, lo suficiente para que mientras te alhojas en mi casa puedas y sepas que será de tu vida cuando el fantasma ya no tenga tu vida en sus garras- con esas palabras termine mi dialogo, esperando que con su respuesta quizás precipitada y aniñada me diera la certeza que en su cabeza ya cruzaba la idea de concederme aunque sea un poco de su confianza.
La mano enfundada aún el piano acariciaba -¿Has terminado ya?- pregunte con calma total -No quiero nada de ti, no pienses mal- trate de romper ese silencio que se escuchaba fatal, un arma que para los dos podía ser letal -Sin embargo y no lo tomes como una ofensa o un atraco- le mire detrás de esa máscara pintada de blanco -¿Pero de verdad eres tan egoísta para pensar que por salvar tu vida hice semejante acto?- algo que no sabía explicarme comenzó a torturarme, era... era como si le estuviese mintiendo y por ende me sentía culpable, más no tenía razón alguna que yo conociera conscientemente que fuese de la intensión original completamente diferente -Claro que pude haberte matado en cualquier momento o pude dejar que esos hombres te dieran un escarmiento pero..-¿Que estaba sucediendo?, porque me detenía a pensar en lo que estaba diciendo -Pero quería matarte cuando ese infame, no tuviera más que tu salvación implorarme, de rodillas arrastrarse, poco caso le haría a lo que intentara hablarme y en frente de sus ojos iba a quemarte y con eso una de muchas me iba a pagar, después cuando ya no sirvieras te iba asesinar-.
Solté una carcajada relajada y demasiado opaca gracias a la cobertura de la máscara -De pronto cuando hable contigo la primera noche de nuestro encuentro, supe qué harías una locura el día en que yo pondría en marcha todo mi plan... querías que esos desdichados te hicieran pedazos, una forma muy fácil de matarte si mancharte, así como tú dices... esas manos- camine hacia los lados, a los angostos rincones, entre los muebles que mostraban antiguos jarrones, ahora ambas manos se deslizaban por el oro que les decoraba, la mirada se había perdido en el detalle de las musas dibujadas, la mayoría hablaban de leyendas sobre Hipólita y sus amazonas, la voz continuaba aunque ya no hubiese contacto con la mirada -Esa noche llegue aquí, a mi casa, analice las circunstancias y entonces tome la decisión de detener tú idea descabellada... cuando llegue a tu camerino vi que algo en el tocador habías dejado escrito, aceleraste mis planes pues ya sabía cuáles eran tus intenciones fatales, una tragedia como esa podía frenar mi ataque, y en vías de que tenía que planificar y conocer el terreno que iba a pisar, contacte a Vasari, otro cazador que te pudiese vigilar y finalmente para frenar tus intenciones completamente fue cuando al escenario entre prematuramente- finalmente me gire para verle -Nada me hubiera costado dejarte en el fuego pero hiciste trampa en mi juego y corresponder una deuda es de todo un caballero, después de lo que hiciste no podía dejar que el fantasma por tu "supuesta" traición improvisada, a sangre fría te asesinara, vida por vida pague mi deuda Montserrat, te salve porque tu lo hiciste en un momento, sin saber que yo solo a detenerte había entrado para que no echaras mi planes abajo pero entonces me ayudaste a intentar cumplir con mi trabajo sea como haya sido, me tendiste la mano-suspire de inmediato, dirigiendo mi vista todos lados, un gesto delicado para que ella pudiera sentirse en una parte tranquila donde se iba a estar alojando -Del traslado aquí, bueno... es ina casa y solo eso, estas paredes están construidas piedra, mosaico y marfil, lo suficiente para un hombre hábil- despacio me fui acercando, guardando mi distancia para que no me atreviera a sacar la daga como hace un rato -El tiempo... probablemente sea menos de lo que estoy diciendo, si bien todo esto un cinco de noviembre tuvo comienzo, pienso que sea en esa misma fecha lo que señale un final perfecto-, cubría las armas con la capa mientras acortaba entre ella y yo la distancia -Noviembre y la fecha exacta esta próxima a cumplirse en un par de semanas, lo suficiente para que mientras te alhojas en mi casa puedas y sepas que será de tu vida cuando el fantasma ya no tenga tu vida en sus garras- con esas palabras termine mi dialogo, esperando que con su respuesta quizás precipitada y aniñada me diera la certeza que en su cabeza ya cruzaba la idea de concederme aunque sea un poco de su confianza.
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Re: Coeur noir et pourpre (Le due maschere della notte Prt.III)
-¡Ya cállate!- decía mientras el hombre misterioso hablaba, hablaba como si a él no le importara el miserable tormento que sus palabras me estaban generando en el interior del alma... ¿Porque me dolía tanto?, ¿sería quizás por que me lo decía de nueva cuenta un extraño, porque me lo decía él o porque sabía perfectamente que era la verdad y que ante la palabra egoísmo no podía refutarle absolutamente nada?.
Sin embargo otra parte de mi, la que mas detestaba me decía que no debía escuchar ni media palabra mas -¡cállate no quiero seguir escuchando tus mentiras!- volví a exclamar -¡Tú estás enfermo!- es increíble el poder de la mente cuando esta se niega a aceptar la verdad y por ende las palabras -¡eres un maldito!-me preguntaba si a pesar de que tenía la máscara él podía ver cada gesto que hacía o si debajo de la capa, los ropajes y las dagas se escondía un alma que realmente comprendía por lo que estaba pasando -¿qué pasaría si en realidad él me estaba engañando, si no me salvó única y exclusivamente para que sus planes no fueran estropeados? ¿qué pasaría?- cerré los ojos ante tal pensamiento -es una estupidez- rectifique abriendo los ojos de nueva cuenta para encontrarme con esa máscara que al mismo tiempo de expresarme horror simbolizaba una esperanza sino para mí, para los que sobrevivieron a la catástrofe del teatro… y mientras tanto en mi mente su voz dura y masculina sigue tocando cada fibra de mi ser y de alguna forma la quería callar, a pesar de que esta ya no emitía sonido alguno -¡no ya no puedo creer más en tus mentiras!- la euforia volvió a mí, se comía mi alma y mi razón como un perro rabioso o como un lobo hambriento el cual me tenia presa que con sus fauces, mismas que no me dejaban ver, ni pensar, ni escuchar, más llegó el momento en el qué esa fiera hambrienta me contagió su odio, mismo sentimiento que se adueñó de mí boca -¡te odio!-dije sin miedo a que sacará el arma de su funda, a que con su punta afilada se enterrara en el corazón, arrebatándome la vida y viéndolo desde una perspectiva optimista probablemente era la única manera que podía huir de mis problemas, hasta el enredo donde ese hombre me había amenazado con tenerme presa, y ante eso podía responder con mi naturaleza teniéndola como ventaja, si era una vampiresa y eso lo tenía claro, pero… las fuerzas se habían ido, se marcharon a dónde sea qué Alessandro y Stefano se hayan marchado, tenía que aceptar que ellos habían muerto pero no estaba segura si había sido por mi culpa o por los errores que ellos cometieron a lo largo de su eterna existencia , además por fin parecía haber reconocido que si yo odiaba a los humanos no había sido por lo que me hicieron en el pasado o por lo que mi madre había provocado muy dentro de mí, la forma en cómo los sueños, mis esperanzas y mis aspiraciones me fueron arrebatados de la manera más baja y vil por ellos… por los humanos pero no… yo no los odio por eso, sino porque muy en el fondo quería ser uno de ellos, una persona como cualquier otra con sus problemas y con sus logros, quería ser una persona finita, con un principio y un final, jamás ambicione ser una criatura infinita, nunca pedí que para vivir debía matar muy por el contrario yo quería rescatar y ayudar a la sociedad en la que vivo de la podredumbre, pero cuando se es joven y atrapada en una jaula de cristal como yo, una proposición dónde la tentación principal sea la inmortalidad, la belleza, la independencia, suena drásticamente tentadora e imposible de resistir además yo estaba desubicada sumida en mi propia soledad y la tristeza que me embargaba viendo en aquella vida si es que asi se puede llamar a lo que tengo ahora, una posibilidad de venganza… de que la frialdad, el odio y la oscuridad bañara a mi corazón y mi alma… una posibilidad para no sentir remordimientos cada vez que hacia algo malo, tal conclusión me quitaban esas fuerzas para destrozar al atrevido cazador, suspirando -qué tarde me di cuenta que yo jamás aún siendo lo que fuera podría ser así de cruel- pensaba para mí, en el fondo lo sabía y quizás por eso recurrí a vampiros que podían darme en cada una de sus palabras lo que yo quería escuchar, quizás por eso terminé buscando enredandome con el fantasma… buscando desesperadamente vestimentas cubiertas de carmesí que yo quería para mí, pero que jamás fueron de mi talla… probablemente por eso quería silenciar a quien tenía enfrente ahora más no podía porque en el fondo me estaba diciendo la verdad, esa verdad que jamás quise escuchar y que al mismo tiempo debí de haber hecho un esfuerzo por poner atención… ahora el pago es muy alto, mi padre decía que se pueden cometer muchos errores pero que todos tienen solución sin embargo este ya no tiene enmendadura, ¿cómo hacer para reponer las vidas que ya arranque aunque fueran delincuentes o asesinos? Empezaba a creer con las palabras del enmascarado que tenían más que simples crisis de verborrea, pero de qué sirve reflexionar o pensar sin nada de eso se va solucionar, nada puede devolver lo que hice y lo que arrebate durante más de un año, si era arrepentimiento lo que sentía, indudablemente no me va a salvar de la muerte segura que espera cuando el fantasma me encuentre, a ese que lo tomé como un juego, ahora veo qué era serio, una ángel de alas negras, un genio endemoniado que como tal ni con un perdón le bastara.
Me quedo sin palabras y el cazador, ese desconocido lo ha notado y probablemente estará disfrutando de su victoria -Con qué poco me has callado, con qué poco me derrotas, sin usar armas condenadas, agua bendita… simplemente con frases que revivieron cada segundo de mi vida y de mi muerte- mi mirada se posa en el blanco marfil de su máscara.
Ahora regreso a la realidad y me percato que el silencio entre los dos se ha hecho casi eterno, que está inmóvil y no sé si detrás de esta máscara puedo observarme, no sé si detrás o de bajo de la capa, del traje de las armas hay un alma que es realidad entiendo por lo que estás pasando y que en el fondo también mienta al decir que me salvó por no estropear sus planes, pero me detengo al pensarlo porque estaría cayendo en ese egocentrismo qué le dice ver en mí y además que es completamente ridículo, sigo siendo una niña en el fondo , sobre todo en ocasiones como esta es cuando confirmó volviéndome a preguntar ¿de qué me sirvió haber cambiado mi humanidad por algo que yo misma desconozco y que jamás me enseñaron a manejar?, pero al enmascarado no puedo decirle nada y no por orgullo sino porque ahora que regreso de mis pensamientos al verlo, al escucharlo puedo vislumbrar a el fantasma aunque con un tinte y una máscara diferente pero al final de cuentas con una ligera línea que les separa además no puedo fiarme a alguien que acabo de conocer una noche antes y que por mucho que me haya salvado la vida dos veces no me da garantía de que no puede o de que no va a ser algo en mi contra, al parecer le temo y aún más cuando se queda así inmóvil, cuando no entiendo de lo que habla, no sé cuánto creerá que llevó con este sistema pero pronto se dará cuenta que soy una neófita jugando a ser una gran ejemplar, pero por el momento no puedo decir más, no puedo confesarle que tiene la razón y que lo que he descubierto con sus palabras va más allá de lo que yo puedo soportar, de qué me da la pauta para hacer lo que tenía planeado… después de todo quitarme la vida ya era uno de mis planes antes se transformarme en este monstruo… no puedo fiarme a contarle que en realidad me he quedado sola sin familia, sin amigos, sin protegidos y sin creadores… debo hacerle pensar y creer que haya afuera hay alguien buscándome sin embargo el único que desea encontrarme quiere mi vida porque yo le traicione y de nueva cuenta lo hice todo sin pensar.
Ahora me percato de nueva cuenta, lo veo y es que está cercano a mí, el cazador está a unos pasos de mí, jamás me di cuenta cuando comencé a caminar sin decir palabras y puse el enorme piano que había en medio de la sala como una barrera entre él y yo… no me di cuenta cuando ese temor irracional y es ansiedad volvieron después de un año, ese mismo miedo que sentía cada noche, cada madrugada cuando dormía de noche y vivía de día, ni siquiera me había percatado qué son los escalofríos de nuevo los que están quebrando mis piernas, comienza a acelerarse el pulso, mi respiración y casi derribándome ese odioso malestar a la alfombra de aquel salón, sólo tenía la noción de qué estaba ese hombre estaba hablando, no escuchaba el resto de los ruidos alrededor y muy en el fondo sus palabras habían logrado cerrar un poco las heridas que ahora me ardían en el fondo de ese corazón muerto embriagado en el néctar puro del dolor.
Entonces mis rodillas finalmente se quebraron llevando mi cuerpo al piso, más una mano fuerte y segura de la cual emanaba un frío inexplicable logro sostenerme hincándome en el piso, las manos recorrieron mis brazos hasta llegar a mis mejillas que ningún momento me había percatado que estaban empapadas lágrimas, me daba confort o probablemente confianza y entonces me pregunté con quién demonios me había topado o donde el destino me había mandado y si esto tenía la finalidad de enmendar mis culpas antes de mi suicidio.
Sin embargo otra parte de mi, la que mas detestaba me decía que no debía escuchar ni media palabra mas -¡cállate no quiero seguir escuchando tus mentiras!- volví a exclamar -¡Tú estás enfermo!- es increíble el poder de la mente cuando esta se niega a aceptar la verdad y por ende las palabras -¡eres un maldito!-me preguntaba si a pesar de que tenía la máscara él podía ver cada gesto que hacía o si debajo de la capa, los ropajes y las dagas se escondía un alma que realmente comprendía por lo que estaba pasando -¿qué pasaría si en realidad él me estaba engañando, si no me salvó única y exclusivamente para que sus planes no fueran estropeados? ¿qué pasaría?- cerré los ojos ante tal pensamiento -es una estupidez- rectifique abriendo los ojos de nueva cuenta para encontrarme con esa máscara que al mismo tiempo de expresarme horror simbolizaba una esperanza sino para mí, para los que sobrevivieron a la catástrofe del teatro… y mientras tanto en mi mente su voz dura y masculina sigue tocando cada fibra de mi ser y de alguna forma la quería callar, a pesar de que esta ya no emitía sonido alguno -¡no ya no puedo creer más en tus mentiras!- la euforia volvió a mí, se comía mi alma y mi razón como un perro rabioso o como un lobo hambriento el cual me tenia presa que con sus fauces, mismas que no me dejaban ver, ni pensar, ni escuchar, más llegó el momento en el qué esa fiera hambrienta me contagió su odio, mismo sentimiento que se adueñó de mí boca -¡te odio!-dije sin miedo a que sacará el arma de su funda, a que con su punta afilada se enterrara en el corazón, arrebatándome la vida y viéndolo desde una perspectiva optimista probablemente era la única manera que podía huir de mis problemas, hasta el enredo donde ese hombre me había amenazado con tenerme presa, y ante eso podía responder con mi naturaleza teniéndola como ventaja, si era una vampiresa y eso lo tenía claro, pero… las fuerzas se habían ido, se marcharon a dónde sea qué Alessandro y Stefano se hayan marchado, tenía que aceptar que ellos habían muerto pero no estaba segura si había sido por mi culpa o por los errores que ellos cometieron a lo largo de su eterna existencia , además por fin parecía haber reconocido que si yo odiaba a los humanos no había sido por lo que me hicieron en el pasado o por lo que mi madre había provocado muy dentro de mí, la forma en cómo los sueños, mis esperanzas y mis aspiraciones me fueron arrebatados de la manera más baja y vil por ellos… por los humanos pero no… yo no los odio por eso, sino porque muy en el fondo quería ser uno de ellos, una persona como cualquier otra con sus problemas y con sus logros, quería ser una persona finita, con un principio y un final, jamás ambicione ser una criatura infinita, nunca pedí que para vivir debía matar muy por el contrario yo quería rescatar y ayudar a la sociedad en la que vivo de la podredumbre, pero cuando se es joven y atrapada en una jaula de cristal como yo, una proposición dónde la tentación principal sea la inmortalidad, la belleza, la independencia, suena drásticamente tentadora e imposible de resistir además yo estaba desubicada sumida en mi propia soledad y la tristeza que me embargaba viendo en aquella vida si es que asi se puede llamar a lo que tengo ahora, una posibilidad de venganza… de que la frialdad, el odio y la oscuridad bañara a mi corazón y mi alma… una posibilidad para no sentir remordimientos cada vez que hacia algo malo, tal conclusión me quitaban esas fuerzas para destrozar al atrevido cazador, suspirando -qué tarde me di cuenta que yo jamás aún siendo lo que fuera podría ser así de cruel- pensaba para mí, en el fondo lo sabía y quizás por eso recurrí a vampiros que podían darme en cada una de sus palabras lo que yo quería escuchar, quizás por eso terminé buscando enredandome con el fantasma… buscando desesperadamente vestimentas cubiertas de carmesí que yo quería para mí, pero que jamás fueron de mi talla… probablemente por eso quería silenciar a quien tenía enfrente ahora más no podía porque en el fondo me estaba diciendo la verdad, esa verdad que jamás quise escuchar y que al mismo tiempo debí de haber hecho un esfuerzo por poner atención… ahora el pago es muy alto, mi padre decía que se pueden cometer muchos errores pero que todos tienen solución sin embargo este ya no tiene enmendadura, ¿cómo hacer para reponer las vidas que ya arranque aunque fueran delincuentes o asesinos? Empezaba a creer con las palabras del enmascarado que tenían más que simples crisis de verborrea, pero de qué sirve reflexionar o pensar sin nada de eso se va solucionar, nada puede devolver lo que hice y lo que arrebate durante más de un año, si era arrepentimiento lo que sentía, indudablemente no me va a salvar de la muerte segura que espera cuando el fantasma me encuentre, a ese que lo tomé como un juego, ahora veo qué era serio, una ángel de alas negras, un genio endemoniado que como tal ni con un perdón le bastara.
Me quedo sin palabras y el cazador, ese desconocido lo ha notado y probablemente estará disfrutando de su victoria -Con qué poco me has callado, con qué poco me derrotas, sin usar armas condenadas, agua bendita… simplemente con frases que revivieron cada segundo de mi vida y de mi muerte- mi mirada se posa en el blanco marfil de su máscara.
Ahora regreso a la realidad y me percato que el silencio entre los dos se ha hecho casi eterno, que está inmóvil y no sé si detrás de esta máscara puedo observarme, no sé si detrás o de bajo de la capa, del traje de las armas hay un alma que es realidad entiendo por lo que estás pasando y que en el fondo también mienta al decir que me salvó por no estropear sus planes, pero me detengo al pensarlo porque estaría cayendo en ese egocentrismo qué le dice ver en mí y además que es completamente ridículo, sigo siendo una niña en el fondo , sobre todo en ocasiones como esta es cuando confirmó volviéndome a preguntar ¿de qué me sirvió haber cambiado mi humanidad por algo que yo misma desconozco y que jamás me enseñaron a manejar?, pero al enmascarado no puedo decirle nada y no por orgullo sino porque ahora que regreso de mis pensamientos al verlo, al escucharlo puedo vislumbrar a el fantasma aunque con un tinte y una máscara diferente pero al final de cuentas con una ligera línea que les separa además no puedo fiarme a alguien que acabo de conocer una noche antes y que por mucho que me haya salvado la vida dos veces no me da garantía de que no puede o de que no va a ser algo en mi contra, al parecer le temo y aún más cuando se queda así inmóvil, cuando no entiendo de lo que habla, no sé cuánto creerá que llevó con este sistema pero pronto se dará cuenta que soy una neófita jugando a ser una gran ejemplar, pero por el momento no puedo decir más, no puedo confesarle que tiene la razón y que lo que he descubierto con sus palabras va más allá de lo que yo puedo soportar, de qué me da la pauta para hacer lo que tenía planeado… después de todo quitarme la vida ya era uno de mis planes antes se transformarme en este monstruo… no puedo fiarme a contarle que en realidad me he quedado sola sin familia, sin amigos, sin protegidos y sin creadores… debo hacerle pensar y creer que haya afuera hay alguien buscándome sin embargo el único que desea encontrarme quiere mi vida porque yo le traicione y de nueva cuenta lo hice todo sin pensar.
Ahora me percato de nueva cuenta, lo veo y es que está cercano a mí, el cazador está a unos pasos de mí, jamás me di cuenta cuando comencé a caminar sin decir palabras y puse el enorme piano que había en medio de la sala como una barrera entre él y yo… no me di cuenta cuando ese temor irracional y es ansiedad volvieron después de un año, ese mismo miedo que sentía cada noche, cada madrugada cuando dormía de noche y vivía de día, ni siquiera me había percatado qué son los escalofríos de nuevo los que están quebrando mis piernas, comienza a acelerarse el pulso, mi respiración y casi derribándome ese odioso malestar a la alfombra de aquel salón, sólo tenía la noción de qué estaba ese hombre estaba hablando, no escuchaba el resto de los ruidos alrededor y muy en el fondo sus palabras habían logrado cerrar un poco las heridas que ahora me ardían en el fondo de ese corazón muerto embriagado en el néctar puro del dolor.
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Montserrat Vasari- Vampiro Clase Media
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Re: Coeur noir et pourpre (Le due maschere della notte Prt.III)
Antes de que la joven se desplomara en el suelo, yo exclame y di a conocer que estoy lleno de odio por dentro -¡Felicidades porque no estás muy lejos de interpretar lo que llevo en mis adentros!- exclamaba buscando calma y consuelo -¡Eso es!... Si yo tambien siento odio, ese maldito sentimiento que ha llenado mi vida de despojos- le vi directamente a los encendidos y verdecidos ojos -No solamente la máscara ha logrado cubrir parte de mi vida, el odio me ha ensañado mas sobre vía por la que llevo mi travesía, para enfrentar al fantasma fui preparado por el odio que desde... A... Aquello me cobija-dije cabizbajo y con profunda melancolía al recordar todo lo que perdí en un día - El odio- retome lo que decía, dejando fluir la furia que sentía -Me enseño de todo el conocimiento que carecía, el... El me enseno a comer, beber, a respirar... Creí que de tanto odiar moriría sin dudar y entonces...te pasara a ti igual que a mí, el destino disfrazado de asesino, te pondrá en bandeja de plata la paz que tanto aclamas, te desquitaras y el veneno se irá- dije sin titubear, el pensamiento fluía, los recuerdos herían y en esa mujer parecía verla viva imagen que era justo a los inicios en que condenado a una máscara quede -Montserrat, deja de gritar, porque esta noche algo me pudiste demostrar y créeme que no tiene absolutamente nada que ver on tú forma de actuar y hablar, mucho menos esa forma origina, de poner un piano para de mi lado poderte apartar- Poco a poco me intentaba acercar, los pasos eran pequeños y cortos pero preparados para un piano saltar, vaya barrera que la vampiresa se digno a utilizar -Escúchame, asi solo me haces pensar que eres una loca de atar, lo que sentiste en el teatro va mas allá y no tiene nada que ver conmigo, el paso que acabas de dar se debe a la verdad sobre ti que encontraste al actuar - pude contemplar como la respiración de la joven se empezó a agitar, como las piernas se le quebraban al temblar, al suelo se quería desplomar y las lagrimas de a poco comenzaba a derramar -No huyas de este momento, porque sería como huir de la realidad que repudias con tanto empeño y de la cual quieres evitar a cualquier precio- lo último que hice fue sostenerla de mis antebrazos mientras la vampiresa quedo hincada en el suelo, nunca pensé que diría esto pero empezaba a sentir lástima y compatibilidad con una mujer de esa sangrienta hermandad -¿Quieres saber lo que vi en verdad?- le preguntaba mientras mis guantes el rostro comenzaba a acariciar y sus lagrimas intentaba secar -Yo vi en ese escenario algo más que un canto, vi una mujer que pese a su sufrimiento tenía la cabeza en alto, una mujer que a pesar de su eterno llanto, gracias a la soledad y el desencanto de su falso ángel enmascarado una persona valiente que seguía cantando y actuando pese a lo que estuviese pasando, actuando mientras esta estabas determinando que era lo mejor para todos los que te estaban escuchando- le confié calmado -Escúchame Montserrat... la maldad de otros puede dañarte de manera considerable, te pueden arrebatar todo excepto tu vida, sea o no maldita, en sé momento, allá en el teatro tu sola entendiste lo que yo ahora te estoy diciendo... sabias a lo que te exponías, lo supiste desde el momento en que me viste tras bambalinas y aun asi saliste porque encontraste algo que importaba mas de tu vida, porque aun con las advertencias del fantasma preferiste morir que seguir manteniéndolo a tus espaldas- la joven lloraba y sus labios no emanaban ni una sola palabra -Enfrentaste tu muerte Montserrat, esa... Es la única verdad, mantuviste la calma y la serenidad intenta ahora ambas recobrar y veras como la calma por si solo va regresar- la joven de a poco dejo de temblar, se empezó a relajar y con calma atenta me parecía escuchar -Escúchame mujer, este puede ser el momento más importante de vida, compromete con el- de pronto comenzó a susurrar palabras que no podía comprender -Debes descansar- le invite a ponerse en pie - Tambien necesitas pensar que es lo que contigo a de pasar- Un poco a la fuerza le hice levantar y sobre mi brazo apoyar para comenzar a caminar rumbo a la alcoba donde minutos antes ella acababa de estar, durante todo el trayecto la oí sollozar -¿ Y Alessandro y Stefano?- me volvió a preguntar como si ella olvidara o ignorara su fatídico final -Siento tu ilusión arruinar si es que de mí una verdad diferente querías escuchar, ellos han muerto y jamás volverán, agradece tu maestro ese terrible final que ya no es factible volver a recordar o narrar- hablaba, mientras de escalón abordaba hasta que finalmente llegamos a la parte alta.
Allí gire la perilla de plata, la tome entre mis brazos y la recosté en la cama-Aquí en medio de este imponente misterio te aseguro recobraras la calma- ella me escucha, pero prefería esquivarme con la mirada, ahora me daba a entender que conmigo estaba apenada -Descansa bella dama y recuerde que todo cuanto paso esta noche fue por el bien de muchas almas y por su bienestar, debe pensar que si sobrevivo es porque todavía le quedan cartas que jugar en esta y otras mascaradas y comprenda que el único afán de mantenerla encerrada es por el bien de su existencia condenara, no iba, ni voy a permitir que algo le pasara en manos del fantasma... Ahora descansa- le di la espalda, dándome media vuelta para dirigirme a la puerta abierta, di un último vistazo, su cuerpo ya estaba acomodado hacia el otro lado, observando supongo los numerosos libros que habitaban el cuarto, si mas que agregar fui abajo, me senté en el sillón esperando la luz de cada ocaso que aun entre lo vivos y sobrevivientes yo había apagado -¿Que hare ahora?- me interrogue pensando, sin obtener una respuesta que fuera de mi agrado, fue cuando un loco deformado mi puerta había tocado, algo inesperado con el venia acompañado, igual que con sus cabello extrañamente de verde coloreado -¿Que era lo que en realidad el destino me estaba preparando?-
Allí gire la perilla de plata, la tome entre mis brazos y la recosté en la cama-Aquí en medio de este imponente misterio te aseguro recobraras la calma- ella me escucha, pero prefería esquivarme con la mirada, ahora me daba a entender que conmigo estaba apenada -Descansa bella dama y recuerde que todo cuanto paso esta noche fue por el bien de muchas almas y por su bienestar, debe pensar que si sobrevivo es porque todavía le quedan cartas que jugar en esta y otras mascaradas y comprenda que el único afán de mantenerla encerrada es por el bien de su existencia condenara, no iba, ni voy a permitir que algo le pasara en manos del fantasma... Ahora descansa- le di la espalda, dándome media vuelta para dirigirme a la puerta abierta, di un último vistazo, su cuerpo ya estaba acomodado hacia el otro lado, observando supongo los numerosos libros que habitaban el cuarto, si mas que agregar fui abajo, me senté en el sillón esperando la luz de cada ocaso que aun entre lo vivos y sobrevivientes yo había apagado -¿Que hare ahora?- me interrogue pensando, sin obtener una respuesta que fuera de mi agrado, fue cuando un loco deformado mi puerta había tocado, algo inesperado con el venia acompañado, igual que con sus cabello extrañamente de verde coloreado -¿Que era lo que en realidad el destino me estaba preparando?-
Leviathán Shadow- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Re: Coeur noir et pourpre (Le due maschere della notte Prt.III)
Una sensación me estaba asfixiando, era como si una mano invisible me estuviese sujetando del cuello impidiendo el escape de mi voz con palabras cuerdas, en el y fondo cual eco lejano y apenas audible podía escuchar la voz detrás de la máscara, esa voz tan cálida y tan segura de si a la vez, ese sonido que provenía del que me llevo con cuidado al piso mientras el equilibrio se iba de a poco al vacio, mis sentidos no estaban en su totalidad pero podía sentir su calor emanando de sus manos enfundadas en esos elegantes guantes de piel oscura. Mi mirada lo evitaba, prefería ver a su pecho, a tratar de descubrir si todo era real y no un juego más de mi mente y mi espíritu atormentado que desesperado hallaba la única puerta abierta que le daba la posibilidad de sanar o cegarme del dolor, por más que en mi mente me decía en repetidas ocasiones que todo esto era solo un producto de mis pesadillas y que pronto el sol saldría por lo alto y se asomaría en mi ventana para dar los buenos días a todo Londres, nunca lograba abrir los ojos para ver ese radiante amanecer, intente convencerme que todo lo que había vivido desde mi transformación no era más que una absurda narración de mi inconsciente al cual pedía, suplicaba que parara, el hacía caso omiso de mis ruegos, seguía en esa especie de laberinto oscuro, donde mi mano intentaba llegar hasta esa lejana luz que se vislumbraba al final, ese final al cual me guiaba su voz. El miedo me aterraba y las preguntas me asaltaban, me intimidaban, de verdad ¿Este sería el momento crucial en mi vida para cambiar?, no lo sé, tenía mis dudas al respecto, no tenia cabeza para pensar en nada más que en ¿Porque demonios no me moría antes o me quite la vida cuando aun había tiempo?, ahora mis creadores estaban muertos, cosa que me negaba a creer, estaba con un completo desconocido que me conocía mejor que yo misma. El camino se hizo largo y los pasos se hicieron lentos, miles de colores adornaba las paredes de ese laberinto, voces se escuchan atrás, pedazos de mi pasado que me ruegan que viva, y yo los ignoro, solo escucho a la voz, el sonido de mi llanto desesperado, la tibieza de sus manos, la calidez de sus palabras, el sudor frio de mis manos que se aferraban a su antebrazo, algo me estremece, esta allí, de pronto el miedo se va y algo me toma presa, pero ni yo podría describir la sensación que embriagaba mi interior. Regreso del trance, vuelvo al momento, todo estaba igual que cuando caminaba por el laberinto, finalmente mis ojos buscan desesperadamente una mirada, ojos que nunca van a aparecer mientras esa mascara continúe puesta -Yo...- titubeo mientras en medio de cada escalofrío que recorría mi cuerpo recordaba como él me decía el momento en que ese escenario vestido de utilería acompañaba mi canto, actuaba tranquila en aquellos momentos previos y posteriores al encuentro del enmascarado... Me trasladé a ese momento y poco a poco la presión del cuello deje de sentirla y el miedo dejo de poseerme -Yo me sentí...- no pude responder, no sabía a ciencia cierta que tanto me gritaba el alma -Necesito descansar... Por piedad, quiero salir, quiero dormir- dije bajo y con voz débil, pronto y con su ayuda subimos las escaleras y me llevo entre los pasillos de donde había paseado para llegar hasta la sala, pronto llegamos a ese cuarto donde había despertado -¿Y Alessandro y Stefano?- pregunte con la esperanza de que me dijera que ellos estaban con bien, pero la repuesta fue directa, simplemente me limite a cubrir mis ojos con mis parpados, cerrados con toda la fuerza que me sobraba, trataba de ocultar las lagrimas tibias que una vez que pude recostarme, rodaron por mis mejillas y fueron humedeciendo la funda de la almohada, me limite a escuchar, disponiéndome a ver el muro tapizado de libros que decoraban la habitación, escondí mi rostro, entre los otros cojines y me cubrí hasta la cabeza con la gruesa telas de las cobijas, la puerta se cierra y entonces salgo de mi escondite, entonces en vez de hablar conmigo misma como es mi costumbre, intento llamar al Señor que está en los cielos y hacerle cuestionamientos -¿Que te hice para que estuviera viviendo esto?- cuestione con la mirada perdida -Al menos dame una señal de que todo lo que pasara de hoy en adelante será para mi bien y el de los demás... Por favor- suplique entre sollozos, las lagrimas volvían a derramarse y dentro de muy poco volví a perderme en la inmensidad de mis sueños, arrullada por mi propio llanto...
Montserrat Vasari- Vampiro Clase Media
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