AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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La noche del búho (Le due maschere della notte Prt.III)
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La noche del búho (Le due maschere della notte Prt.III)
La hermosa catedral de Notre Dame... esa enorme estructura hecha por hombres para un Dios que ni si quiera tenian la certeza de su existencia, prueba misma de que los hombres debe aferrarse algo superior para aclarar las dudas y los misterios que como organismos jamás aclararemos -Como nos gusta soñar- pense dentro de aquel mar de ironias que bortaban mientras caminaba por los largos y frescos pasillos que conformaban el interior de aquel recinto donde pobres, ricos, prostitutas se unían hombro con hombro -¡Que hipocrita es la sociedad humana!, quizás en algún futuro no muy lejano la corte y yo nos encarguemos del mundo- sentí como mi risa callada y queda resonó en aquellas esquinas donde reposaban con caras tristes y dolorosas cientos de virgenes y martires cuya mirada era resaltada por las miles de velas que estaban a sus pies y como los colores que disimulaban los ropajes de aquellas figuras eran ensuciadas por las manos desesperadas de la gente que suplicaba su ayuda hincada y arremolinada bajo sus altares.
No era dificil confundir a las que aún seguían solteras, todas pedían la invocación de San Antonio para que llegara el amor que dificilmente una figura que ni respiraba ni sentia iba a poder otorgarles algo que ellas mismas debían buscar o mejor irse de religiosas para no ser dejadas por su falta de.... fisicos perfectos.
Era sin duda todo un espctaculo venir a este tipo de lugares, aqui y allá se podia ver lo vulnerable e influenciable que podía ser la sociedad, ahora entendía porque se creáin cosas tan ilogicas como lo que el Estado Vaticano les maneja y lo que nosotros en la enciclopedia continuamos publicando -Con razón no fui sacerdote, antes del sermón seguro me estaria riendo de sus caras de credulos-negue con la cabeza marcadamente como cuando s habla con nosotros mismos -Solo estoy haciendo este sacrificio por la Corte, solo por ella- me encogi de hombros a unos pasos de llegar a la sacristia, alli me di el tiempo suficiente para ladear la cabeza de lado a lado, de una manera tan discreta para no levantar sospechas, pero vi que no era necesario todos estaban metidos en sus sufrimientos y en sus rezos que ingenuamente se los decían a figuras de porcelana, madera, oro o arcilla y que un misero humano habia posado para darle la forma que estaban viendo.
La puerta de la sacristia estaba abierta especialmente para mi, había tenido la opprtunidad de hablar con el Sacerdote principal de este recinto, aún no sabía cual era el objetivo de mi visita, sin embargo no dudaba en quien era yo y a que grupo lideraba, podía que mi Corte le cayera mal pero sería interesante el trato que tendrá que surgir a partir de esta noche, por supuesto tenía en cuenta que el no era el Santo Pontifice pero sin duda aquel parroco era quién más lo influencia a ser cosas un poco fuera de los protoclos estabelcidos por su Dios y siendo su territorio quizás quiera hacer por ella algo más que le valdrá el reconocimiento y un puesto más cerca de la silla santa o lo que sea eso no me interesa mucho -Bonita idea le venderé- sonrei victorioso mientras esperaba allí de pie a que alguién me recibiera, persona que no tardo mucho, era sin duda uno de esos niños que echan a parder muy tempranamente con ideas teologicas sin fundamento, era un niño de alrededor de ocho años, cabello castaño claro, corto, ojos verdes y tez morena que me llevo hasta donde se encontraba el Padre Frollo, como él me dijo, caminando rápido como el ritmo de un niño llegamos a una sala tranquila, con escritorio grande, cientos de papeles y un crucifijo de oro encima de él, todo los demas muebles eran de un fino color marmoleado incluyendo las paredes que se distiguían de toda aquella blancura por los cuadros de la pared de más martires y de los decorados en forma de cruz que eran parte de la pintura del lugar.
Allí fui dejado por aquel simpatico infante que se retiro sonrojado al poner la mano en su cabeza dejandome de nueva cuenta de pie frente a una silla de filos dorados enfrente de ese escritorio gigantesco, no pude evitar hacer gestos y soltar suspiros pensando en que todo ese lujo era probablemente de la limosna mientras los otros fieles daban su dinero sin reprochar, sin darse cuenta de la verdadera finalidad -Solo me queda esperar al Padre Frollo- dije con fingida grandeza y entonces la puerta se abrio pra dar paso a la figura de aquel hombre ya algo viejo y canoso con mirada no tan santa pero presencia imponente -Su ilustrisima- realice una reverencia algo llena hipocresia que seguramente sus ojos claros que se quedaron viendoe fijamente notaron, cerro la puerta y continuo con la faz fria y seria con la que todo mundo me había descrito.
No era dificil confundir a las que aún seguían solteras, todas pedían la invocación de San Antonio para que llegara el amor que dificilmente una figura que ni respiraba ni sentia iba a poder otorgarles algo que ellas mismas debían buscar o mejor irse de religiosas para no ser dejadas por su falta de.... fisicos perfectos.
Era sin duda todo un espctaculo venir a este tipo de lugares, aqui y allá se podia ver lo vulnerable e influenciable que podía ser la sociedad, ahora entendía porque se creáin cosas tan ilogicas como lo que el Estado Vaticano les maneja y lo que nosotros en la enciclopedia continuamos publicando -Con razón no fui sacerdote, antes del sermón seguro me estaria riendo de sus caras de credulos-negue con la cabeza marcadamente como cuando s habla con nosotros mismos -Solo estoy haciendo este sacrificio por la Corte, solo por ella- me encogi de hombros a unos pasos de llegar a la sacristia, alli me di el tiempo suficiente para ladear la cabeza de lado a lado, de una manera tan discreta para no levantar sospechas, pero vi que no era necesario todos estaban metidos en sus sufrimientos y en sus rezos que ingenuamente se los decían a figuras de porcelana, madera, oro o arcilla y que un misero humano habia posado para darle la forma que estaban viendo.
La puerta de la sacristia estaba abierta especialmente para mi, había tenido la opprtunidad de hablar con el Sacerdote principal de este recinto, aún no sabía cual era el objetivo de mi visita, sin embargo no dudaba en quien era yo y a que grupo lideraba, podía que mi Corte le cayera mal pero sería interesante el trato que tendrá que surgir a partir de esta noche, por supuesto tenía en cuenta que el no era el Santo Pontifice pero sin duda aquel parroco era quién más lo influencia a ser cosas un poco fuera de los protoclos estabelcidos por su Dios y siendo su territorio quizás quiera hacer por ella algo más que le valdrá el reconocimiento y un puesto más cerca de la silla santa o lo que sea eso no me interesa mucho -Bonita idea le venderé- sonrei victorioso mientras esperaba allí de pie a que alguién me recibiera, persona que no tardo mucho, era sin duda uno de esos niños que echan a parder muy tempranamente con ideas teologicas sin fundamento, era un niño de alrededor de ocho años, cabello castaño claro, corto, ojos verdes y tez morena que me llevo hasta donde se encontraba el Padre Frollo, como él me dijo, caminando rápido como el ritmo de un niño llegamos a una sala tranquila, con escritorio grande, cientos de papeles y un crucifijo de oro encima de él, todo los demas muebles eran de un fino color marmoleado incluyendo las paredes que se distiguían de toda aquella blancura por los cuadros de la pared de más martires y de los decorados en forma de cruz que eran parte de la pintura del lugar.
Allí fui dejado por aquel simpatico infante que se retiro sonrojado al poner la mano en su cabeza dejandome de nueva cuenta de pie frente a una silla de filos dorados enfrente de ese escritorio gigantesco, no pude evitar hacer gestos y soltar suspiros pensando en que todo ese lujo era probablemente de la limosna mientras los otros fieles daban su dinero sin reprochar, sin darse cuenta de la verdadera finalidad -Solo me queda esperar al Padre Frollo- dije con fingida grandeza y entonces la puerta se abrio pra dar paso a la figura de aquel hombre ya algo viejo y canoso con mirada no tan santa pero presencia imponente -Su ilustrisima- realice una reverencia algo llena hipocresia que seguramente sus ojos claros que se quedaron viendoe fijamente notaron, cerro la puerta y continuo con la faz fria y seria con la que todo mundo me había descrito.
Lorenzo de Goya- Humano Clase Alta
- Mensajes : 13
Fecha de inscripción : 09/05/2013
Re: La noche del búho (Le due maschere della notte Prt.III)
Una extraña carta sin remitente había legado sin más de repente a la catedral de Notre Dame con un inscrito que decía: Urgente, aquel que recibio la carta, el guardia que estaba al frente corrió rapidamente a entregar la carta a su destinatario final: El Sacerdote Frollo.
Aquel hombre de Dios en esos precisos instantes estaba en su habitación en oración y fue cuando un pequeño de la misma iglesia le interrumpio -Para usted señor- ese viejo le vio molesto, que con su sola mirada al infante auyento, es que si queremos darle un explicación ante tal reacción cuando Claude se encontraba en comunicación con el Señor de los cielos y se le interrumpia tenía la creencia que no sería pura su consciencia.
Tarde reacciono puesto que el niño la puerta cerro sin escuchar un consuelo de ese viejo que tan terriblemente le asusto, suspiro tratando de mantenerse calmado y de ese modo mantener la atención a aquel extraño y misterioso comunicado, así rápidamente se puso en pie frente al reclinatorio que formaba parte de su privado oratorio, habitación que siempre estaba equipado para cualquier ocasión y asi fue como de un vijo pero cuidado cajón saco un abre cartas que usaba con cuidado manejaba puesto que el sacerdote las armas no era mucho su dote, camino unos cuantos pasos hasta un pequeño sillón donde se puso comodo y leyo bajo el cristo crucificado de color aperlado.
A medida que leía su rostro hacia muecas de enfado y sobre todo al leer quién era el que habia firmado "La corte de los búhos", sus manos arrugadas y cansadas debido al paso de las decadas, destruyo la carta haciendola pedazos -Esos herejes...¡Pero como se atreven!- musito entre dientes, para después dar enfasis en aquella crisis, impulsivamente y como si fuese un joven nuevamente se puso en pie, regreso a su escritorio, tomando tintero en mano y presa del enfado escribía, escribía y escribía sin detenerse a pensar, decidio inhalar y el después el aire exhalar recobrando su habilidad de razonar << La carta decía: Monstruos y demonios vivos >> era más que obvia la referencia de los vampiros, entonces Frollo comenzó a maquilar para dar una respuesta << Debemos hablar >> asintio con la cabeza mientras tiraba la hoja a una cesta, si también algo se debe saber de él, es que Claude era un hombre que según en sus cabales estaba del lado de las leyes morales, sin bien no sería del todo correcto hacer pacto con ellos si era una oportunidad para librar a París del pecado y el infierno.
Así que aunque le costará tomar la pluma y por el papel deslizarla termino de escribir la respuesta en una nueva carta que de inmediato hizo que la enviarán a la dirección indicada en hoja quebrada y a los deshechos arrojada -Dios que estás en todos los cielos, cuidame en esta mascarada donde trataré con los representantes de infierno- suspiro en medio de su oración -Pero tú sabes que si lo hago ahora es para limpiar París de toda maldición, esa oculta maldición que fue una pequeña falla de tu creación pero no por eso niego que todo en ti sea perfección- hizo la señal de la cuz frente al simbolo de cucifixión, se fue de aquella habitación para seguir con sus sagrados días y por la tade el sermón.
Imapciente por la tarde al ver que el sol daba paso a la noche, sabía que los que el consideraba depredadores vendrían en cualquier momento a interrumpir las oraciones, para evitar de los fieles las reclamaciones dio en ese día un Sermón muy corto, sobre el pasaje de la biblia que hablaba de Jesús y las tentaciones del demonio -No hagamos cosas buenas que parezcan malas- añadio y entonces una voz a sus espaldas le interrumpio -Padre Frollo su invitado ya le espera- al ver esa carita no pudo más que sonreir para su error de aquella mañana corregir, de heco aquella reflexión iba para esa acción que durante todo el día le acoso, con la bendición a todos despedio y fue finalmente con aquel desconocido que interesadamente invito.
Durante ese pequeño camino sus ojos claros veían al niño que no sabía de que otra manera decirle que lamenteba en lo más profundo de su alma aquella mirada, los niños, no importa cual le recordaban a ese hombre el bebe que los gitanos injustanmente le fueron a matar, sin decir más antes de llegar a la puerta, le dio al niño la sotana y la biblia abierta con un franco para que fuera a gastarlo en caramelos azucarados -Mi buena acción del día- vio hacia el techo y despúes giro la perilla, preparandose psicologicamente para el discurso que daría por si trataba de otra cosa que no fuera lo que en la cara se describía.
Sus ojos se quedaron quietos fijos, mientras veían de fracción en fracción a ese hombre que observa todo con atención pero que sin embargo osaba en hacer hipocresias y burlas en casa del Señor -Buenas noches señor... Goya- titubeo altaneramente empezandose a convertir en una serpiente por si acaso así era el oponente -No pensé que la herejía viniese de la locura ¿Acostumbra de casualidad hablar solo a menudo o esta hablando con el que aqui no se debe pronunciar?- el anciano comenzó a caminar, dirigiendose a la silla principal, de dorado metal en los bordes y en el repaldo que pronto fue ocupado -¡Vamos señor Goya sientese, ya paso la primera prueba!, si tuviese algo demasiado pecaminoso en la consciencia, el señor hubiera mandado cualquier cosa para no tenerlo ante su poderosa presencia- aclaro la garganta por leves instantes mientras esperaba que tomara asiento su acompañante -Si acepte verle es para que me aclare todo aquello de los monstruos andantes y del teatro... humeante-tomo una pausa como todo buen sacerdote -Sabrás que mi profesión me prohibe determinantemente andar envueto en los enredos del pueblo- golpeo el frí material del fijo escritorio, al escuchar la burla de quién se perfilaba a tomar asiento frente al falto risa y contento -Escuche bien... su carta no se explicaba que es lo busca en mi, una persona sabía e iluminada solo lo hice por los engendros que viven en París, dejese de habladurias baratas de gente loca y mal pensada, si es por defender a mi Dios haré algo al respecto sino salude a las llamas de la hoguera que desde hace mucho que quieren incinerar su cuerpo- volvio a una pose pacifica como si nada de aquello hubiera salido de su boca dictado por su pensamiento.
Aquel hombre de Dios en esos precisos instantes estaba en su habitación en oración y fue cuando un pequeño de la misma iglesia le interrumpio -Para usted señor- ese viejo le vio molesto, que con su sola mirada al infante auyento, es que si queremos darle un explicación ante tal reacción cuando Claude se encontraba en comunicación con el Señor de los cielos y se le interrumpia tenía la creencia que no sería pura su consciencia.
Tarde reacciono puesto que el niño la puerta cerro sin escuchar un consuelo de ese viejo que tan terriblemente le asusto, suspiro tratando de mantenerse calmado y de ese modo mantener la atención a aquel extraño y misterioso comunicado, así rápidamente se puso en pie frente al reclinatorio que formaba parte de su privado oratorio, habitación que siempre estaba equipado para cualquier ocasión y asi fue como de un vijo pero cuidado cajón saco un abre cartas que usaba con cuidado manejaba puesto que el sacerdote las armas no era mucho su dote, camino unos cuantos pasos hasta un pequeño sillón donde se puso comodo y leyo bajo el cristo crucificado de color aperlado.
A medida que leía su rostro hacia muecas de enfado y sobre todo al leer quién era el que habia firmado "La corte de los búhos", sus manos arrugadas y cansadas debido al paso de las decadas, destruyo la carta haciendola pedazos -Esos herejes...¡Pero como se atreven!- musito entre dientes, para después dar enfasis en aquella crisis, impulsivamente y como si fuese un joven nuevamente se puso en pie, regreso a su escritorio, tomando tintero en mano y presa del enfado escribía, escribía y escribía sin detenerse a pensar, decidio inhalar y el después el aire exhalar recobrando su habilidad de razonar << La carta decía: Monstruos y demonios vivos >> era más que obvia la referencia de los vampiros, entonces Frollo comenzó a maquilar para dar una respuesta << Debemos hablar >> asintio con la cabeza mientras tiraba la hoja a una cesta, si también algo se debe saber de él, es que Claude era un hombre que según en sus cabales estaba del lado de las leyes morales, sin bien no sería del todo correcto hacer pacto con ellos si era una oportunidad para librar a París del pecado y el infierno.
Así que aunque le costará tomar la pluma y por el papel deslizarla termino de escribir la respuesta en una nueva carta que de inmediato hizo que la enviarán a la dirección indicada en hoja quebrada y a los deshechos arrojada -Dios que estás en todos los cielos, cuidame en esta mascarada donde trataré con los representantes de infierno- suspiro en medio de su oración -Pero tú sabes que si lo hago ahora es para limpiar París de toda maldición, esa oculta maldición que fue una pequeña falla de tu creación pero no por eso niego que todo en ti sea perfección- hizo la señal de la cuz frente al simbolo de cucifixión, se fue de aquella habitación para seguir con sus sagrados días y por la tade el sermón.
Imapciente por la tarde al ver que el sol daba paso a la noche, sabía que los que el consideraba depredadores vendrían en cualquier momento a interrumpir las oraciones, para evitar de los fieles las reclamaciones dio en ese día un Sermón muy corto, sobre el pasaje de la biblia que hablaba de Jesús y las tentaciones del demonio -No hagamos cosas buenas que parezcan malas- añadio y entonces una voz a sus espaldas le interrumpio -Padre Frollo su invitado ya le espera- al ver esa carita no pudo más que sonreir para su error de aquella mañana corregir, de heco aquella reflexión iba para esa acción que durante todo el día le acoso, con la bendición a todos despedio y fue finalmente con aquel desconocido que interesadamente invito.
Durante ese pequeño camino sus ojos claros veían al niño que no sabía de que otra manera decirle que lamenteba en lo más profundo de su alma aquella mirada, los niños, no importa cual le recordaban a ese hombre el bebe que los gitanos injustanmente le fueron a matar, sin decir más antes de llegar a la puerta, le dio al niño la sotana y la biblia abierta con un franco para que fuera a gastarlo en caramelos azucarados -Mi buena acción del día- vio hacia el techo y despúes giro la perilla, preparandose psicologicamente para el discurso que daría por si trataba de otra cosa que no fuera lo que en la cara se describía.
Sus ojos se quedaron quietos fijos, mientras veían de fracción en fracción a ese hombre que observa todo con atención pero que sin embargo osaba en hacer hipocresias y burlas en casa del Señor -Buenas noches señor... Goya- titubeo altaneramente empezandose a convertir en una serpiente por si acaso así era el oponente -No pensé que la herejía viniese de la locura ¿Acostumbra de casualidad hablar solo a menudo o esta hablando con el que aqui no se debe pronunciar?- el anciano comenzó a caminar, dirigiendose a la silla principal, de dorado metal en los bordes y en el repaldo que pronto fue ocupado -¡Vamos señor Goya sientese, ya paso la primera prueba!, si tuviese algo demasiado pecaminoso en la consciencia, el señor hubiera mandado cualquier cosa para no tenerlo ante su poderosa presencia- aclaro la garganta por leves instantes mientras esperaba que tomara asiento su acompañante -Si acepte verle es para que me aclare todo aquello de los monstruos andantes y del teatro... humeante-tomo una pausa como todo buen sacerdote -Sabrás que mi profesión me prohibe determinantemente andar envueto en los enredos del pueblo- golpeo el frí material del fijo escritorio, al escuchar la burla de quién se perfilaba a tomar asiento frente al falto risa y contento -Escuche bien... su carta no se explicaba que es lo busca en mi, una persona sabía e iluminada solo lo hice por los engendros que viven en París, dejese de habladurias baratas de gente loca y mal pensada, si es por defender a mi Dios haré algo al respecto sino salude a las llamas de la hoguera que desde hace mucho que quieren incinerar su cuerpo- volvio a una pose pacifica como si nada de aquello hubiera salido de su boca dictado por su pensamiento.
Jean Claude Frollo- Humano Clase Alta
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 12/05/2013
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: La noche del búho (Le due maschere della notte Prt.III)
Guarde la compostura en cuanto se abrio la puerta bruscamente, era un hombre relativemente joven a diferencia de lo que pensaba, tenía arrugas más eso no le eximia de aparentar sorprendentemente fuerte, con semblante vivaz y con una profunda mirada que no tardar en devorar a quién tenía al frente, esta comenzaba a probar para conocer que de mí podía sr dañino o venenoso, ¡Nocivo para su salud! -Con todo respeto su ilustrisima- se dibujaba en mi rostro una sonrisa demasiado placentera -Pero cre que Dios es solo un producto de los delirios del hombre, porque digame si no es curioso si él no se parece al hombre, fuimos nosotros los que hicimos a esa deidad a nuestra semejanza-puse mis manos por delante como si fuesen un escudo, Frollo no era un santo como todo el munso le creía -No lo tome a mal, pero como sabra mi secta piensa muy diferente a la cristiana, la catolica o a los mormones, la filosofía de la Corte de los Búhos consiste en que su Dios es solo la explicación fantasiosa mitica a las preguntas que no hemos resuelto- tome una pausa -El hombre y por más que el clero trate de reprimirle siempre será de naturaleza curiosa... ¿Quienes somos, de donde venimos y a donde vamos?, son preguntos que desde los tiempos primigenios se intenta explicar- mientras hablaba analizaba cada movimiento suyo, debía admitir que estaba contemplando algo que por dentro me estaba provocando cierto placer, decirle sus verdades al clero es mi diversión los últimos cuarenta años, sin embargo ese hombre aunque por dentro parecía enfadado por fuera actubaba como si lo que dijera le viniera sin cuidado -Yo no tengo problemas con Dios, por que para mi el simplemente no existe- conteste mientras tomaba asiento en esas sillas que eran de oro y estaban forradas de un terciopelo bastante rojo -Tampoco tengo miedo de un templo, esta construcción es un simbolo pero solo eso- suspire -Debería leer los compendios que el movimiento de la enciclopedia a publicado- me seguia burlando de él con la mano demasiado baja- s decir, para que conozca las ideas de sus servidor- asentí firmememte mientras cruzaba la pierna izquierda con la contraria, en una pocisión desafiante.
Le escuche atento, por instantes intentaba mantener la compostura, decirle que estaba de acuerdo con todo lo que decía sin embargo como todo hombre común y corriente no pude evitar reir con sus comentarios, en vez de ofenderme por su reacción seguía riendome por dentro -¿Mis palabras baratas?- cuestione tranquilo -Bueno quizás debería decir para que los parrocos utilizan el sermón, es la única forma en que siguen manteniendo a la gente bajo la ignorancia, pienselo Frollo ya no estamos en tiempos de la inquisición del renacimiento, sin embargo comprendo lo dificil que es guardar un secreto por conveniencia... la corte también guarda su secreto- respire un momento mientras veía hacia el crucifijo a las espaldas del sacerdote -La enciclopedia no tiene intenciones muy limpias tampoco- finalmente le vi percatandome que estaba agitado y con el ceño fruncido -Quiere calmarse por favor, yo busco de usted la ayuda que necesitamos, requiero que la inquisición este de nuestro lado-pase un trago de saliva, mi bca comenzaba a secarse -Nosotros tenemos ciertos convenios con esos "Demonios", nosotros hemos ocultado su existencia desde siglos atrás pero algo inesperado empieza a complicarnos nuestra tarea y de ahí que hablaba del teatro humeante- señale al techo -Frollo estoy acá abajo, eso solo fue un ademán para llamar tu atención- regreso su mirada a mi -Gracias, como te decía hay dos personas que estan poniendo en riesgo nuestra labor, anoche decidieron con sus... revueltas poner de cierta manera en sobre aviso a la población que hay algo que se esconde en medio de ellos- me incline hacia él -Todos rumoran que son cosas de vampiros y ellos mismos han establecido un toque de queda, anoche sucedieron cosas demasiado malas, mucha gente murio aonche, el teatro esta completamente hecho pedazos y es por eso que necesito dehacerme de ellos cuanto antes y solo tú nos puedes ayudar- asenti regresando al respaldo -En primera por que está en el país donde ejerces tu poder eclesiastico, segundo porque eres consejero del Santo Padre, tercero esto no le conviene a la iglesia y cuarto y último punto porque implica gitanos-.
Los ojos de aquel hombre comenzaron a cambiar de semblante, de pronto brillaban con escuchar la palabra gitanos, brotando de el una sonrisa apenas visible y muy mal disimulada -Sabía que ese factor iba abrirme las puertas de tus oidos, de buena fuente sé que tu tienes ciertos prejuicios contra toda esa raza y más que nada de una chica en particular... es hermana de un tal Jhofiel, que por cierto murió anoche junto con la mujer que robaba de niña aquí... ¿Como se llamaba?- sabía perfectamente cual era el nombre de la joven sin embargo la actuación me permitia ver sus reacciones, dandome cuenta que poco a poco comenzaba a caer -¡Ah sí Cynder!, ella también esta muerta, entonces sabes lo que significa ¿No es así?- sonreí malevolamente esperando que el respondiera, que terminara de hilar el asunto en su cabeza -Te tengo, casi te tengo- pensé al mismo tiempo que concluía que por eso era el lider de la logía, era bastante sagaz y fácil de palabra, pero una cosa tenía clara Jean Claude Frollo era tan venenoso como yo y más peligroso que cualquiera tratandose de gitanos.
Le escuche atento, por instantes intentaba mantener la compostura, decirle que estaba de acuerdo con todo lo que decía sin embargo como todo hombre común y corriente no pude evitar reir con sus comentarios, en vez de ofenderme por su reacción seguía riendome por dentro -¿Mis palabras baratas?- cuestione tranquilo -Bueno quizás debería decir para que los parrocos utilizan el sermón, es la única forma en que siguen manteniendo a la gente bajo la ignorancia, pienselo Frollo ya no estamos en tiempos de la inquisición del renacimiento, sin embargo comprendo lo dificil que es guardar un secreto por conveniencia... la corte también guarda su secreto- respire un momento mientras veía hacia el crucifijo a las espaldas del sacerdote -La enciclopedia no tiene intenciones muy limpias tampoco- finalmente le vi percatandome que estaba agitado y con el ceño fruncido -Quiere calmarse por favor, yo busco de usted la ayuda que necesitamos, requiero que la inquisición este de nuestro lado-pase un trago de saliva, mi bca comenzaba a secarse -Nosotros tenemos ciertos convenios con esos "Demonios", nosotros hemos ocultado su existencia desde siglos atrás pero algo inesperado empieza a complicarnos nuestra tarea y de ahí que hablaba del teatro humeante- señale al techo -Frollo estoy acá abajo, eso solo fue un ademán para llamar tu atención- regreso su mirada a mi -Gracias, como te decía hay dos personas que estan poniendo en riesgo nuestra labor, anoche decidieron con sus... revueltas poner de cierta manera en sobre aviso a la población que hay algo que se esconde en medio de ellos- me incline hacia él -Todos rumoran que son cosas de vampiros y ellos mismos han establecido un toque de queda, anoche sucedieron cosas demasiado malas, mucha gente murio aonche, el teatro esta completamente hecho pedazos y es por eso que necesito dehacerme de ellos cuanto antes y solo tú nos puedes ayudar- asenti regresando al respaldo -En primera por que está en el país donde ejerces tu poder eclesiastico, segundo porque eres consejero del Santo Padre, tercero esto no le conviene a la iglesia y cuarto y último punto porque implica gitanos-.
Los ojos de aquel hombre comenzaron a cambiar de semblante, de pronto brillaban con escuchar la palabra gitanos, brotando de el una sonrisa apenas visible y muy mal disimulada -Sabía que ese factor iba abrirme las puertas de tus oidos, de buena fuente sé que tu tienes ciertos prejuicios contra toda esa raza y más que nada de una chica en particular... es hermana de un tal Jhofiel, que por cierto murió anoche junto con la mujer que robaba de niña aquí... ¿Como se llamaba?- sabía perfectamente cual era el nombre de la joven sin embargo la actuación me permitia ver sus reacciones, dandome cuenta que poco a poco comenzaba a caer -¡Ah sí Cynder!, ella también esta muerta, entonces sabes lo que significa ¿No es así?- sonreí malevolamente esperando que el respondiera, que terminara de hilar el asunto en su cabeza -Te tengo, casi te tengo- pensé al mismo tiempo que concluía que por eso era el lider de la logía, era bastante sagaz y fácil de palabra, pero una cosa tenía clara Jean Claude Frollo era tan venenoso como yo y más peligroso que cualquiera tratandose de gitanos.
Lorenzo de Goya- Humano Clase Alta
- Mensajes : 13
Fecha de inscripción : 09/05/2013
Re: La noche del búho (Le due maschere della notte Prt.III)
Callado mientras estaba sentado en esa silla de filos dorados, Frollo analizaba con el sumo cuidado cada movimiento de su indeseable invitado... Los ojos parecían escupir fuego cada vez que se burlaba de él o del Señor de los cielos, tuvo entonces que contenerse más de un momento para no sacar el verdadero hombre que es por dentro.
Para desquitar su coraje solo veía de arriba a abajo todo el ropaje que portaba ese hombre indeseable, más de una vez sus muñecas ya algo arrugadas y viejas tuvieron que apretar las braceras con fuerzas -Dios en qué momento callarás a esta fiera- rogaba con la misma fe inmaculada.
-Me sorprende su insolencia- se acerco a él con suma paciencia -Ya veo porque Dios puso un destino diferente para alejarlo de su presencia...¡Porque está diciendo una sarta de blasfemias!- cerro el puño golpeando aquel escritorio de material firme y duro -No tiene vergüenza, no tiene pudor... ¿Como se atreve a decir aquí en este templo, frente a un representante de Dios que el señor es solo una invención?- se levanto por un momento de la silla, caminando desesperado de esquina a esquina -Es el demonio el que habla en su cuerpo, no sé por qué la inquisición no se ha propuesto a detenerlo, El sermón es la explicación a los mortales de los pasajes de cada uno de los santos realiza en un largo peregrinaje para llegar finalmente a esa prueba divina que ¡Prueba que Dios no es lo que usted afirma!- tomo aliento y continuo con sacro acento -Jesús es el mesías, un hombre con gran sabiduría que fue hijo de Dios entregado a los hombres para su salvación- miro al cielo con devoción y después de una vista altanera vio al que consideraba su opositor -Sin embargo, siempre hay excepciones que hacen pensar si su sacrificio sirvió de algo, sin ofender claro está monsieur Goya- finalmente tomo contra sobre su paranoia, volvió a sentarse y escuchar esas ideas tan disparatadas y locas al menos para un hombre de vida y fe devota -¡Ja!- soltó una carcajada algo descarada -Yo no leo cosas que hacen perder la moral y el juicio a las personas- se refirió a la enciclopedia, compendios llenos de ciencia que él había leído pero que no admitiría haber husmeado entre sus letras para salvar y tener limpia su consciencia ante el que estaba al frente y la iglesia ferviente.
Jean no quería escuchar y otros muros prefirió mirar hasta que con una ademán su vista regreso a ese que ya lo había catalogado como engendro del mal -¿Como se atrevía a tener tratos directos con los representantes del infierno?- se pregunta su yo interno -¿Todo eso paso anoche?- se volvía preguntar pero esta vez en forma de reproche -Esta es mi tierra y no estuvo junto a los caídos de esa horrible guerra- ¿será verdad que esa sensación eran sincera?
Esta pregunta puede ser resuelta en el mismo momento en de Goya menciono a los gitanos en medio de la revuelta, el semblante aburrido y cansado tomo un color mucho más avivado, una sonrisa de esos delgados labios broto de manera discreta, mostrando una cara muy distinta de es padre que escondía una bestia-¿Gitanos? eso me interesa- interrumpió a Goya sin pena y con una juvenil firmeza -Continua quiero escuchar que más me tienes que contar sobre ese enfrentamiento sin igual- presto toda la atención posible mientras su mano izquierda sostenía su cabeza, esa mano se mostraba inquieta, acariciaba la barbilla y los labios que permanecieron sellados hasta el momento en que escucho el nombre de esos dos gitanos -¿Con que ambos están muertos?- pregunto en medio de murmullos, cuando su acompañante hubo terminado, de la conversación el tomo el mando -En primer lugar creo que los herejes siguen careciendo de educación, hace unos momentos me hablas de usted como la gente decente y ahora me hablas de tu como el vulgo de la gente- volvió a levantarse de la silla mientras despacio se acercaba al que se había convertido en oyente -Sin embargo por las noticias que me has dado ese pequeño detalle se me hará olvidado- finalmente detuvo sus pasos, postrándose de cuerpo entero a su lado, con la túnica blanca, la mitra colorada y una enorme cruz dorada -No... estaba enterado de la tragedia del teatro pero sin duda dos gitanos muertos es una victoria de Dios sobre los diablos-entrelazo sus manos colocándoselas en los labios -Espero y también hayan muerto algunos de sus asociados- sonrió complacidamente -Definitivamente esto no es un escándalo que le convenga a la iglesia como tampoco me conviene tenerlos a ustedes de falsos profetas con su famosa enciclopedia, veo esto demasiado atractivo porque yo también veo conveniencia, matar a gran parte de los vampiros y demás criaturas que se hallan en ese infierno desconocido subiría mi voto de confianza con el papa, sería la excusa perfecta para acabar con toda esa escoria gitana y vengarme por lo que esa chica me hizo, ahora que no tiene a nadie que la defienda-comento entusiasmado -Pero antes de aceptar el trato debo saber ¿Como supo de mi todos esos datos?-comento intrigado, mientras susurraba a las espaldas de ese hombre que demostraba no estar asustado, al contrario parecía que esa era el punto al que quería llegar, podía decirse que estaba deseoso de ese secreto revelar.
Para desquitar su coraje solo veía de arriba a abajo todo el ropaje que portaba ese hombre indeseable, más de una vez sus muñecas ya algo arrugadas y viejas tuvieron que apretar las braceras con fuerzas -Dios en qué momento callarás a esta fiera- rogaba con la misma fe inmaculada.
-Me sorprende su insolencia- se acerco a él con suma paciencia -Ya veo porque Dios puso un destino diferente para alejarlo de su presencia...¡Porque está diciendo una sarta de blasfemias!- cerro el puño golpeando aquel escritorio de material firme y duro -No tiene vergüenza, no tiene pudor... ¿Como se atreve a decir aquí en este templo, frente a un representante de Dios que el señor es solo una invención?- se levanto por un momento de la silla, caminando desesperado de esquina a esquina -Es el demonio el que habla en su cuerpo, no sé por qué la inquisición no se ha propuesto a detenerlo, El sermón es la explicación a los mortales de los pasajes de cada uno de los santos realiza en un largo peregrinaje para llegar finalmente a esa prueba divina que ¡Prueba que Dios no es lo que usted afirma!- tomo aliento y continuo con sacro acento -Jesús es el mesías, un hombre con gran sabiduría que fue hijo de Dios entregado a los hombres para su salvación- miro al cielo con devoción y después de una vista altanera vio al que consideraba su opositor -Sin embargo, siempre hay excepciones que hacen pensar si su sacrificio sirvió de algo, sin ofender claro está monsieur Goya- finalmente tomo contra sobre su paranoia, volvió a sentarse y escuchar esas ideas tan disparatadas y locas al menos para un hombre de vida y fe devota -¡Ja!- soltó una carcajada algo descarada -Yo no leo cosas que hacen perder la moral y el juicio a las personas- se refirió a la enciclopedia, compendios llenos de ciencia que él había leído pero que no admitiría haber husmeado entre sus letras para salvar y tener limpia su consciencia ante el que estaba al frente y la iglesia ferviente.
Jean no quería escuchar y otros muros prefirió mirar hasta que con una ademán su vista regreso a ese que ya lo había catalogado como engendro del mal -¿Como se atrevía a tener tratos directos con los representantes del infierno?- se pregunta su yo interno -¿Todo eso paso anoche?- se volvía preguntar pero esta vez en forma de reproche -Esta es mi tierra y no estuvo junto a los caídos de esa horrible guerra- ¿será verdad que esa sensación eran sincera?
Esta pregunta puede ser resuelta en el mismo momento en de Goya menciono a los gitanos en medio de la revuelta, el semblante aburrido y cansado tomo un color mucho más avivado, una sonrisa de esos delgados labios broto de manera discreta, mostrando una cara muy distinta de es padre que escondía una bestia-¿Gitanos? eso me interesa- interrumpió a Goya sin pena y con una juvenil firmeza -Continua quiero escuchar que más me tienes que contar sobre ese enfrentamiento sin igual- presto toda la atención posible mientras su mano izquierda sostenía su cabeza, esa mano se mostraba inquieta, acariciaba la barbilla y los labios que permanecieron sellados hasta el momento en que escucho el nombre de esos dos gitanos -¿Con que ambos están muertos?- pregunto en medio de murmullos, cuando su acompañante hubo terminado, de la conversación el tomo el mando -En primer lugar creo que los herejes siguen careciendo de educación, hace unos momentos me hablas de usted como la gente decente y ahora me hablas de tu como el vulgo de la gente- volvió a levantarse de la silla mientras despacio se acercaba al que se había convertido en oyente -Sin embargo por las noticias que me has dado ese pequeño detalle se me hará olvidado- finalmente detuvo sus pasos, postrándose de cuerpo entero a su lado, con la túnica blanca, la mitra colorada y una enorme cruz dorada -No... estaba enterado de la tragedia del teatro pero sin duda dos gitanos muertos es una victoria de Dios sobre los diablos-entrelazo sus manos colocándoselas en los labios -Espero y también hayan muerto algunos de sus asociados- sonrió complacidamente -Definitivamente esto no es un escándalo que le convenga a la iglesia como tampoco me conviene tenerlos a ustedes de falsos profetas con su famosa enciclopedia, veo esto demasiado atractivo porque yo también veo conveniencia, matar a gran parte de los vampiros y demás criaturas que se hallan en ese infierno desconocido subiría mi voto de confianza con el papa, sería la excusa perfecta para acabar con toda esa escoria gitana y vengarme por lo que esa chica me hizo, ahora que no tiene a nadie que la defienda-comento entusiasmado -Pero antes de aceptar el trato debo saber ¿Como supo de mi todos esos datos?-comento intrigado, mientras susurraba a las espaldas de ese hombre que demostraba no estar asustado, al contrario parecía que esa era el punto al que quería llegar, podía decirse que estaba deseoso de ese secreto revelar.
Jean Claude Frollo- Humano Clase Alta
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Re: La noche del búho (Le due maschere della notte Prt.III)
-Vamos calmese, a un hombre como usted no le conviene ponerse en semejante estado- era increible como los hombres podían ser tan tercos, tan necios, tan... obstinados por defender sus propios intereses, si bien no es algo raro, es sin duda algo que en un ministro de la iglesia catolica no se espera -Digo todo esto con la misma y exacta verguenza que ustedes como jefes del catolicos utilizan para manipular y mantener en la ignorancia a sus fieles-comente altivo y retante, con la cabeza en alto, tan orgulloso como el que tenía enfrente -¿No es verdad que ustedes hacen lo mismo y según en el nombre Dios?- señale entre comillas con mis dedos -Y si yo no me entrego o la inquisición me busca es sencillamente por que su Dios no lo a querido, ¡Claro hablando en terminos panteistas!, en mis termino es porque sencillamente la probabilidad de que me encuentren culpable es minima... al menos que- me encogí de hombros -Algún día haya entre mis tropas un traidor... un conspirador- sonrei convencido, mientras el poco a poco se iba tranquilizando, su semblante regresaba a ser el mismo que todo parroco tiene cuando esta dentro de un confesionario, era tan complejo, paz y destrucción a la vez ¿Que más escondia el padre Frollo? -No niego que Jesus haya sido una gran eminencia, desde mi punto cientifico el fue, el más grande de los maestros en faz de la tierra pero... verlo como hijo de una Divinidad- negue sin decir más -Lamento que no seamos de la misma idea- fingida era la lastima que expresaba mi rostro -No entremos en conflictos eminencia y vayamos al punto que nos compete a ambos- y así fue como le hablaba de todo lo ocurrido en el teatro, mientras más le contaba más sorprendido y sin palabras quedaba, a mi jurisdicción yo veía dos sentimientos debatiendose dentro de ese misero y delgaducho hombre -Odio y compasión- pense un leve instante, pero tan pronto cuando toque el punto algido, el convencería y llevaria a Frollo a mis garras siendo un arma más para mi plan que de cierta forma ya estaba en marcha.
Podía sentir que su compasión por los que el llamaba "caidos" era nada más una actuación y bien ejucatada por cierto, en tiempos de Shakespeare quizás sería un actor bastante aclamado por las masas en vez de ser alabado por los corderos sin redil -Si... a veces te hablo de tú y en otras de usted es porque en momentos te aprecio y en otros lo detesto... ¿Entiende la diferencia del usted y del tú?- las manos se entrelazaban jugando entre ellas, haciendo el trabajo que mi voz no podía elaborar en aquellos momentos, dentro de mi solo quería gritar de emoción, de la victoria que la Corte había tenido de nueva cuenta sobre la iglesia catolica -Así es- afirme aclarando mi voz por una más oscura y varonil -Murieron los gitanos, esos dos que le conocían bien, también murieron algunos de los que estaban originando el conflicto-sentía tan confortable el resplado de la silla que mientras hablaba mi cuerpo era atraido hacia él buscando reposo y buena postura ante ese hombre que era un demonio con sotana, vaya ¿Que querer y desear la muerte de la comunidad gitana?, bajo mi criterio ningún sentimiento como aquel, de naturaleza tan baja era propia de los cristianos -Muchos de ellos eran de orden sobrenatural, ninguno de ellos estaba en alianza con nosotros, salvo uno que ya me encargaré de que pague su traición- suspire un momento -Sí- le confirme al viejo que me miraba con sorpresa -También tenía mi comodín, mi espía... sin duda era bella, inteligente, un buen elemento, es cierto que la inquisición prepara bien a los suyos- solte una carcajada -Disculpeme su eminencia, pero su rostro me es tan... gracioso- mis manos acariciaban el marmol del escritorio, esos lujos siempre me fueron agradables -¡Por favor no sea usted ingenuo!, en todos lados hay corrupción, ¡Hasta en la iglesia!, muchos de los inquisidores trabajan para dos amos, entre ellos estaba Domine Chasse y Gideon Stark, es al que le digo le haré pagar, se separo de nosotros y se alio con el bando de los alborotadores del teatro- se fruncio el ceño un momento, pensando en el gran elemento que perdí en vida y otro que perdía ante la muerte -Domine alcanzó a entregar un último reporte donde nos especificaba quienes estaban implicados en semejante alboroto, los brujos y los vampiros no podían faltar, por eso se que también hubo bajas de ese tipo- me levante de mia asiento, arrastrando la pesada silla hacia el lado donde no interfiriera entre mi cuerpo y la puerta -Veo y escucho que ha entendido usted bastante bien... escucheme, a los dos nos conviene semejante trato, claro cada cuál con sus intereses muy personales y solo por ello le propondré algo más interesante, desafiante e irresistible... dejemos a la inquisición fuera de esto, dejemos a mis búhos fuera de esto... solo usted, yo y...-sonreí al estar al punto de responder la pregunta que le agobíaba tanto, ¿De donde había conseguido toda la inforamción?, era la hora de presentar a quién parecia ser mi sombra, mi mano derecha y mi hombre de confianza, quizás desquisiado pero el mejor de mis soldados -Sinceramente pensé que nunca llegaría a preguntar eso, entra tanto Dios y Jesus parece que no llegaría ese momento, sin animos de ofender- mis pasos firmes se aproximaron a la puerta y mi mano se fue a posar directamente a la perilla -Traje a un amigo mío, él... es mi oido y mis ojos... mi espía, un hombre perturbado probablemente, viendo conspiraciones e injusticias en todos lados y por ende investiga todo del que le ordene... sin saberlo usted, este hombre le siguio durante días bajo sus propia y ortodoxas en ocasiones estrategias pero al final... me dio más de lo que yo pedí sobre usted- sonrei mientras le veía a esos ojos que impacientes esperan que alguna figura penetrará la puerta -No es malo, al menos eso creo, no le dije que venía conmigo y le pedimos a su chiquillo que no hablara, hasta que yo no me encontrara cara a cara con usted- gire la perilla y mi cabeza se asomo al pasillo, allí estaba obsrvando todo y nada a la vez, quién podía predecir si tenía sus ojos abiertos o cerrados -Pasa, el terreno esta listo- me limite a decir, volvio mi rostro al cuarto con Frollo -Solo una cosa.... haga caso omiso de su rostro por favor y no se intimide por el movimiento que este tenga-.
Podía sentir que su compasión por los que el llamaba "caidos" era nada más una actuación y bien ejucatada por cierto, en tiempos de Shakespeare quizás sería un actor bastante aclamado por las masas en vez de ser alabado por los corderos sin redil -Si... a veces te hablo de tú y en otras de usted es porque en momentos te aprecio y en otros lo detesto... ¿Entiende la diferencia del usted y del tú?- las manos se entrelazaban jugando entre ellas, haciendo el trabajo que mi voz no podía elaborar en aquellos momentos, dentro de mi solo quería gritar de emoción, de la victoria que la Corte había tenido de nueva cuenta sobre la iglesia catolica -Así es- afirme aclarando mi voz por una más oscura y varonil -Murieron los gitanos, esos dos que le conocían bien, también murieron algunos de los que estaban originando el conflicto-sentía tan confortable el resplado de la silla que mientras hablaba mi cuerpo era atraido hacia él buscando reposo y buena postura ante ese hombre que era un demonio con sotana, vaya ¿Que querer y desear la muerte de la comunidad gitana?, bajo mi criterio ningún sentimiento como aquel, de naturaleza tan baja era propia de los cristianos -Muchos de ellos eran de orden sobrenatural, ninguno de ellos estaba en alianza con nosotros, salvo uno que ya me encargaré de que pague su traición- suspire un momento -Sí- le confirme al viejo que me miraba con sorpresa -También tenía mi comodín, mi espía... sin duda era bella, inteligente, un buen elemento, es cierto que la inquisición prepara bien a los suyos- solte una carcajada -Disculpeme su eminencia, pero su rostro me es tan... gracioso- mis manos acariciaban el marmol del escritorio, esos lujos siempre me fueron agradables -¡Por favor no sea usted ingenuo!, en todos lados hay corrupción, ¡Hasta en la iglesia!, muchos de los inquisidores trabajan para dos amos, entre ellos estaba Domine Chasse y Gideon Stark, es al que le digo le haré pagar, se separo de nosotros y se alio con el bando de los alborotadores del teatro- se fruncio el ceño un momento, pensando en el gran elemento que perdí en vida y otro que perdía ante la muerte -Domine alcanzó a entregar un último reporte donde nos especificaba quienes estaban implicados en semejante alboroto, los brujos y los vampiros no podían faltar, por eso se que también hubo bajas de ese tipo- me levante de mia asiento, arrastrando la pesada silla hacia el lado donde no interfiriera entre mi cuerpo y la puerta -Veo y escucho que ha entendido usted bastante bien... escucheme, a los dos nos conviene semejante trato, claro cada cuál con sus intereses muy personales y solo por ello le propondré algo más interesante, desafiante e irresistible... dejemos a la inquisición fuera de esto, dejemos a mis búhos fuera de esto... solo usted, yo y...-sonreí al estar al punto de responder la pregunta que le agobíaba tanto, ¿De donde había conseguido toda la inforamción?, era la hora de presentar a quién parecia ser mi sombra, mi mano derecha y mi hombre de confianza, quizás desquisiado pero el mejor de mis soldados -Sinceramente pensé que nunca llegaría a preguntar eso, entra tanto Dios y Jesus parece que no llegaría ese momento, sin animos de ofender- mis pasos firmes se aproximaron a la puerta y mi mano se fue a posar directamente a la perilla -Traje a un amigo mío, él... es mi oido y mis ojos... mi espía, un hombre perturbado probablemente, viendo conspiraciones e injusticias en todos lados y por ende investiga todo del que le ordene... sin saberlo usted, este hombre le siguio durante días bajo sus propia y ortodoxas en ocasiones estrategias pero al final... me dio más de lo que yo pedí sobre usted- sonrei mientras le veía a esos ojos que impacientes esperan que alguna figura penetrará la puerta -No es malo, al menos eso creo, no le dije que venía conmigo y le pedimos a su chiquillo que no hablara, hasta que yo no me encontrara cara a cara con usted- gire la perilla y mi cabeza se asomo al pasillo, allí estaba obsrvando todo y nada a la vez, quién podía predecir si tenía sus ojos abiertos o cerrados -Pasa, el terreno esta listo- me limite a decir, volvio mi rostro al cuarto con Frollo -Solo una cosa.... haga caso omiso de su rostro por favor y no se intimide por el movimiento que este tenga-.
Lorenzo de Goya- Humano Clase Alta
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Re: La noche del búho (Le due maschere della notte Prt.III)
La pregunta asaltaba al viejo sacerdote ¿Era obligatorio que ante una arpía como esa siguiera fingiendo un buen porte?...
La noticia le cayó como balde de agua fría, la inquisición y la iglesia no tenían la moral que él creía, pensaba que quizás la inquisición era la única parte de esa institución en la que el sacramento era el único motor de toda su acción, de toda su falsa unión, pero... debería preguntarse aquel hombre grande ¿Quién era él detrás del hombre respetable?, detrás de un pasado que al final con la sotana logro ser disfrazado y por completo maquillado, sin embargo el era como lo que Jesús señalo una vez, una de las tantas cosas que no cumple de esa ley "Ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio" en el también había suciedad muy en el fondo -Sabes que tu acusación es grave, cualquiera en mi lugar ya te hubiera mandado a la cárcel- trato de disimular su espanto en vano pues de todo se fijaba ese hereje y pagano -Pero sé que Domine no estaba en buenos pasos... estaba enamorada de un vampiro bufón y payaso- sonrió, relajándose en ese sillón, su mirada se encendió, volviéndose tan fiero como un león y tan soberbio como solo Jean Claude sabía hacerlo -No se sorprenda usted, mi gran carisma permite que indague lo suficiente y aunque no sabía de la traición a la inquisición y que en realidad de esa vampiro del que perdidamente se enamoro era un mandato de los enemigos de Dios, me confesó el secreto que siempre de ti protegió-plenamente sonrió -¿Cuanto te habrá ocultado y cuanto de tonto te habrá juzgado?- negó marcadamente con la cabeza, el sentía finalmente llevaba la ventaja en la batalla, con su debida firmeza, el corazón se aceleraba por el simple gusto de ver como su oponente se disgustaba, sus manos y su cuerpo delgado y viejo se relejaba al paso que el aire que inhalaba lo dejaba salir con toda calma -Gideon- pronunció casi en susurros, tratando de recordar si alguna vez lo vio por sus rumbos -No, supongo que no le conozco, de otra manera seguramente también se hubiera confesado conmigo abiertamente-entrelazo sus manos falsamente -Dios perdone a ese que obra mal en su nombre-.
La mirada desviada al techo regreso al punto donde estaba el famoso Lorenzo, escucho su propuesta en silencio mientras algo se movía en sus adentros, esa extraña moral que le regía, esa que a menudo procuraba seguirla por el bien de su cristiana vida, en su mente le decía que tuviera cuidado pues ese hombre era el propio diablo, un hombre con ideas revolucionarias que durante muchos siglos la iglesia a tratado de silenciarlas, un hombre que podía lograr que la demencia de Jean Claude pudiera regresar, en verdad nadie sabe más que Dios mismo que remordimientos y miedos hay en cada uno de sus rezos.... Lorenzo supo manipularlo, su mente trabajaba al máximo, imaginando lo que nadie creería que podía pensar un hombre de fe, un brillo extraño se asomaron en sus ojos claros -Deshacerme de la iglesia un rato y sacar todo lo que he reprimido largo rato- parecía una buena oferta de trabajo, Jean Claude no era tan sano, la suma inteligencia que poseía la razón hace muchos años ya le había quebrado, era un hombre de doble moral, que por naturaleza inducida le gustaba torturar y si era necesario matar, a veces por su gusto y otras para mantener oculta la verdad del mundo a la gente del vulgo, había leído sobre Nicolás Copérnico y como se propago su conocimiento, un error, el amigo del científico en quién tanto confió al final por tratar de hacer una buena acción a la iglesia perjudico, el prologo original aquel hombre lo cambio diciendo que las palabras escritas en esa hojas eran solo locuras sin importancia, la iglesia no le tomo la importancia y años después en boca de todos se decía que la tierra no era el centro del universo... y ahora quién sabe cuántos de esos parisinos sigan confiando en ello aun cuando por eso haya sido destruido de los hombres su ego -Un error- susurro -¿Y si lo dejo tal como la iglesia hizo con el escrito de Copérnico?- se pregunto para sí, era difícil de decidir, pero si no hacía caso a las advertencias de ese hombre trastornado a la larga los hombres sabrán la existencia de los condenados, miro detenidamente al hombre que ahora a la puerta dirigía sus pasos -No quiero correr el riesgo de que por un pleito cualquiera de todos esos malditos parásitos se sepa su existencia- finalmente pronuncia sin saber que estaba haciendo con certeza -Solo no quiero que otro error como el de la teoría heliocéntrica ponga en duda los sacramentos y las verdades de la iglesia- se alerto de repente -¡Que dice usted!- exclamo a punto de enfurecer -¿Como se atreve a espiarme? ¿Que derecho tiene?- golpeo con el puño cerrado ese elegante y marmoleado mueble -¡Hereje, es usted un completo hereje!- más poco caso le hizo Lorenzo quién ya había girado la perilla para que alguien más pudiera entrar -Piense bien lo que va hacer-amenazó -De un sacerdote tan fácil no se puede deshacer- dijo mientras su mente le hacía de lo más grave suponer -No se preocupe...- se manifestó agitado -Un movimiento en falso y los dos se irán al infierno de inmediato- de su cajón saco un revolver ya cargado, era de suponerse y advertido ya estaba escrito que ese hombre no era ningún beato, mucho menos un santo.
La noticia le cayó como balde de agua fría, la inquisición y la iglesia no tenían la moral que él creía, pensaba que quizás la inquisición era la única parte de esa institución en la que el sacramento era el único motor de toda su acción, de toda su falsa unión, pero... debería preguntarse aquel hombre grande ¿Quién era él detrás del hombre respetable?, detrás de un pasado que al final con la sotana logro ser disfrazado y por completo maquillado, sin embargo el era como lo que Jesús señalo una vez, una de las tantas cosas que no cumple de esa ley "Ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio" en el también había suciedad muy en el fondo -Sabes que tu acusación es grave, cualquiera en mi lugar ya te hubiera mandado a la cárcel- trato de disimular su espanto en vano pues de todo se fijaba ese hereje y pagano -Pero sé que Domine no estaba en buenos pasos... estaba enamorada de un vampiro bufón y payaso- sonrió, relajándose en ese sillón, su mirada se encendió, volviéndose tan fiero como un león y tan soberbio como solo Jean Claude sabía hacerlo -No se sorprenda usted, mi gran carisma permite que indague lo suficiente y aunque no sabía de la traición a la inquisición y que en realidad de esa vampiro del que perdidamente se enamoro era un mandato de los enemigos de Dios, me confesó el secreto que siempre de ti protegió-plenamente sonrió -¿Cuanto te habrá ocultado y cuanto de tonto te habrá juzgado?- negó marcadamente con la cabeza, el sentía finalmente llevaba la ventaja en la batalla, con su debida firmeza, el corazón se aceleraba por el simple gusto de ver como su oponente se disgustaba, sus manos y su cuerpo delgado y viejo se relejaba al paso que el aire que inhalaba lo dejaba salir con toda calma -Gideon- pronunció casi en susurros, tratando de recordar si alguna vez lo vio por sus rumbos -No, supongo que no le conozco, de otra manera seguramente también se hubiera confesado conmigo abiertamente-entrelazo sus manos falsamente -Dios perdone a ese que obra mal en su nombre-.
La mirada desviada al techo regreso al punto donde estaba el famoso Lorenzo, escucho su propuesta en silencio mientras algo se movía en sus adentros, esa extraña moral que le regía, esa que a menudo procuraba seguirla por el bien de su cristiana vida, en su mente le decía que tuviera cuidado pues ese hombre era el propio diablo, un hombre con ideas revolucionarias que durante muchos siglos la iglesia a tratado de silenciarlas, un hombre que podía lograr que la demencia de Jean Claude pudiera regresar, en verdad nadie sabe más que Dios mismo que remordimientos y miedos hay en cada uno de sus rezos.... Lorenzo supo manipularlo, su mente trabajaba al máximo, imaginando lo que nadie creería que podía pensar un hombre de fe, un brillo extraño se asomaron en sus ojos claros -Deshacerme de la iglesia un rato y sacar todo lo que he reprimido largo rato- parecía una buena oferta de trabajo, Jean Claude no era tan sano, la suma inteligencia que poseía la razón hace muchos años ya le había quebrado, era un hombre de doble moral, que por naturaleza inducida le gustaba torturar y si era necesario matar, a veces por su gusto y otras para mantener oculta la verdad del mundo a la gente del vulgo, había leído sobre Nicolás Copérnico y como se propago su conocimiento, un error, el amigo del científico en quién tanto confió al final por tratar de hacer una buena acción a la iglesia perjudico, el prologo original aquel hombre lo cambio diciendo que las palabras escritas en esa hojas eran solo locuras sin importancia, la iglesia no le tomo la importancia y años después en boca de todos se decía que la tierra no era el centro del universo... y ahora quién sabe cuántos de esos parisinos sigan confiando en ello aun cuando por eso haya sido destruido de los hombres su ego -Un error- susurro -¿Y si lo dejo tal como la iglesia hizo con el escrito de Copérnico?- se pregunto para sí, era difícil de decidir, pero si no hacía caso a las advertencias de ese hombre trastornado a la larga los hombres sabrán la existencia de los condenados, miro detenidamente al hombre que ahora a la puerta dirigía sus pasos -No quiero correr el riesgo de que por un pleito cualquiera de todos esos malditos parásitos se sepa su existencia- finalmente pronuncia sin saber que estaba haciendo con certeza -Solo no quiero que otro error como el de la teoría heliocéntrica ponga en duda los sacramentos y las verdades de la iglesia- se alerto de repente -¡Que dice usted!- exclamo a punto de enfurecer -¿Como se atreve a espiarme? ¿Que derecho tiene?- golpeo con el puño cerrado ese elegante y marmoleado mueble -¡Hereje, es usted un completo hereje!- más poco caso le hizo Lorenzo quién ya había girado la perilla para que alguien más pudiera entrar -Piense bien lo que va hacer-amenazó -De un sacerdote tan fácil no se puede deshacer- dijo mientras su mente le hacía de lo más grave suponer -No se preocupe...- se manifestó agitado -Un movimiento en falso y los dos se irán al infierno de inmediato- de su cajón saco un revolver ya cargado, era de suponerse y advertido ya estaba escrito que ese hombre no era ningún beato, mucho menos un santo.
Jean Claude Frollo- Humano Clase Alta
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Re: La noche del búho (Le due maschere della notte Prt.III)
Diario de Rorschach:
6 de Octubre de 1800
Odio París y odio este lugar... la famosa catedral de Notre Dame, la detesto desde que era un niño.
Aún recuerdo como mi madre vestida de una forma vulgar e inadecuada me llevaba como si nada por las calles sucias e infestadas de maldad y pecado que conducían a este lugar, era como si a ella no le importase que trajera de la mano a un niño pequeño, ¡a su hijo! muy por contrario ella se limitaba a juguetear con su pelo tan rojo y brillante para asegurar la venta de su cuerpo durante esa noche a esos hombres que la veían al pasar (Por eso y otras cosas ojalá y mi madre se esté pudriendo en el infierno).
Mientras camino con él, ese infeliz que mató al más leal de todos los hombres de la corte observo como los niños juguetean a las afueras de ese recinto religioso donde sus risas son el único eco estridente que interrumpe las sacro santas oraciones de los fieles y eso me hace volver al pasado donde la veía, veo a mi madre sonreír, una de las pocas veces en que le vi hacer eso gesto tan humanamente hipócrita conmigo, ella decía que este lugar era un hermoso reino venido de los cuentos de hadas, que no preocupara por la nieve que caía en ese entonces pues eran pedazos de nubes que Dios trozaba para compartir con los mortales, pues desde allá arriba el nos veía como eso.. Como diminutas e indefensas criaturas que necesitaban ser alimentadas de las migajas del cielo, tal y como nosotros alimentos a las aves de nuestras sobras de pan.
Ahora sé que todo cuanto decía era nada más que una estupidez, una bobería que con justa razón nunca le permitió ocupar un mejor lugar dentro de la sociedad y eso me lo reprochaba cada vez que tenía oportunidad, esa noche después de su infantil discurso mi madre me coloco en una rejilla de esta iglesia mientras me decía que todo cuanto viviría aquí se lo debería a ella, que debía empezar a agradecerle seguía sonriendo aún cuando un hombre le hablo en la esquina que ahora está plagada de limosneros y desgraciados muertos de hambre, mi madre se marcho con él dejándome allí en la reja, con la ropa rota apenas cubriéndome lo necesario para no morir de frio, cual infante me aferraba al frío metal cuando algún extraña pasaba por el frente de mí, poco a poco esos deditos que sostenían inocentemente la reja se pusieron azules, los de mis pies morados y después tornaron a negros, el sol se ocultaba y con cinco años acuestas regrese a casa con maldita soledad de siempre cuidándome las espaldas.
Al entrar al humilde cuarto ella ya no sonreía -¿Porque me arruinaste la vida Walter?-decía, entonces la criatura indefensa e inocente con el corazón en pedazos creyéndose el culpable de todo respondió -Tú te entregaste y lo sigues haciendo- la mire a los ojos que nunca me dirigieron una mirada de afecto y desde entonces odie la catedral de Notre Dame y sus alrededores.
Ahora vengo de la misma manera, un viejo me trae como si fuera solo un perro guardián, un maldito animal que no puede razonar... pero pienso y existo al mismo tiempo, tanto que puedo recordar los episodios más crueles de mi vida mientras camino por detrás suyo, puede verle su espalda recta y ancha, su cuerpo forrado de telas caras y finas compradas en comercios de prestigio, mientras su ondulada melena castaña se eleva junto con su rostro altivo, viendo a los otros, a esos mendigos por encima del hombro, quisiera matarlo, tomarlo así justo por la espalda, sujetarlo con tanta fuerza que llegue a estrangularle para que no se vaya con los asesinos que están entre los hombres, en las esquinas, evitando que no me vuelvan a dejar pegado al inmundo metal de la ignorancia, porque yo no soy de esos que caminan con la cabeza baja en perfecta posición para la navaja del ejecutor que acecha, no, ya no más... yo soy el hombre solitario que en silencio acecha al ejecutor.
El silencio de la catedral es el más propicio para mi labor, los susurros de los desesperados que se aferran a la cruz solo son ecos de un moribundo, la Tierra agoniza y se pudre en el oscurantismo en el que los poderosos lo tienen condenado, es como si la guillotina en vez de cortar la cabeza del acusado de un solo tajo la fuera cortando lenta y placenteramente, divirtiéndose y comiendo de su propio dolor, de esa guillotina pendían dos poderosos verdugos, dos ejecutores que se peleaban por la cantidad de veces que cada uno tomaría la cuerda para matar al hombre condenado a morir si cabeza.
Los gritos y las palabras silenciosas que venían del otro lado de la puerta eran los cascabeles de dos serpientes que aún con gente en su territorio no eran escuchadas y sin embargo en el momento menos preciso morderían los pies de quién les da de comer.
Tras la máscara de manchas inmóviles, la mirada invisible de un halcón se prepara para el acecho y observa como la perilla gira y de a pocola puerta se abre... es el turno del cazador de ejecutores, es turno de que aparezca Rorschach.
Los pasos sigilosos y lentos se van acercando a la cuna de los lobos, el revólver es cubierto por mi gabardina y al entrar la riqueza mal repartida es lo que de ese cuarto resalta a la vista, el oro en cruces e imágenes de mártires que inmóviles lloran eternamente al cielo por toda la distorción de su mal interpretado sacrificio, crucifijos e instrumental para la escritura de cartas, el mármol tan hermoso y de tonalidades crema permanece encadenado al piso de mosaico y detrás un viejo, aún más arrugado que Lorenzo aguarda con un revolver en las manos apuntando en dirección de las manchas que comienzan a moverse dentro de su mente, el exótico perro de guardia deja sin armas al aciano clérigo -Estás acabado en este momento- me enfurece la violencia sin sentido, las armas sin razón de ser utilizadas y la gente que juzga sin ver que no hay nada de perfecto en ningún desdichado humano, en ninguno de sus mal paridos hermanos.
Acecho de nuevo y en el menor descuido la serpiente se convierte en gusano bajo mi pie -Jean Claude Frollo, hombre que solo tiene de santo el nombre y la sotana que te cubre, con cadenas de oro verdadero... ¿Digame las limosnas son un buen negocio?- el arma se le cae al suelo puesto que mi mano le impide la circulación en su antebrazo, puedo oler su miedo al no hallar ninguna salida porque todas se las he cubierto con mi cuerpo -No vuelvas a apuntarme con esa ¡Basura!- el choque de sus huesos forzados a ir a la boca por mi propia fuerza se escucharon tan diminutos y tan frágiles, tan forzados... a la vez una carcajada salio de esa tela que cubría los labios que bien podían escupir maldiciones, arrancar la piel con los dientes-¿Puedes sentir tu impotencia?- no obtuve respuesta -¿Puedes sentir tu mano?- cada vez sus ojos rechazaban la máscara y mis ojos cada vez más disfrutaban ver su dolor detrás de la máscara -¿Sabes dónde está cierto?, está en tu boca- amenaza, dulce amenaza -Si vuelve a apuntarme con eso le juro, no importa que traiga una sotana, yo haré que primero solo se rompa los dientes y después que se la trague- azote su mano como si se tratará de un trapo viejo e inservible, entonces el otro ejecutor acabo con mi diversión, ordenandole a su "mascota" dejar la carnaza que el mismo le sirvio en bandeja de plata.
...
6 de Octubre de 1800
Odio París y odio este lugar... la famosa catedral de Notre Dame, la detesto desde que era un niño.
Aún recuerdo como mi madre vestida de una forma vulgar e inadecuada me llevaba como si nada por las calles sucias e infestadas de maldad y pecado que conducían a este lugar, era como si a ella no le importase que trajera de la mano a un niño pequeño, ¡a su hijo! muy por contrario ella se limitaba a juguetear con su pelo tan rojo y brillante para asegurar la venta de su cuerpo durante esa noche a esos hombres que la veían al pasar (Por eso y otras cosas ojalá y mi madre se esté pudriendo en el infierno).
Mientras camino con él, ese infeliz que mató al más leal de todos los hombres de la corte observo como los niños juguetean a las afueras de ese recinto religioso donde sus risas son el único eco estridente que interrumpe las sacro santas oraciones de los fieles y eso me hace volver al pasado donde la veía, veo a mi madre sonreír, una de las pocas veces en que le vi hacer eso gesto tan humanamente hipócrita conmigo, ella decía que este lugar era un hermoso reino venido de los cuentos de hadas, que no preocupara por la nieve que caía en ese entonces pues eran pedazos de nubes que Dios trozaba para compartir con los mortales, pues desde allá arriba el nos veía como eso.. Como diminutas e indefensas criaturas que necesitaban ser alimentadas de las migajas del cielo, tal y como nosotros alimentos a las aves de nuestras sobras de pan.
Ahora sé que todo cuanto decía era nada más que una estupidez, una bobería que con justa razón nunca le permitió ocupar un mejor lugar dentro de la sociedad y eso me lo reprochaba cada vez que tenía oportunidad, esa noche después de su infantil discurso mi madre me coloco en una rejilla de esta iglesia mientras me decía que todo cuanto viviría aquí se lo debería a ella, que debía empezar a agradecerle seguía sonriendo aún cuando un hombre le hablo en la esquina que ahora está plagada de limosneros y desgraciados muertos de hambre, mi madre se marcho con él dejándome allí en la reja, con la ropa rota apenas cubriéndome lo necesario para no morir de frio, cual infante me aferraba al frío metal cuando algún extraña pasaba por el frente de mí, poco a poco esos deditos que sostenían inocentemente la reja se pusieron azules, los de mis pies morados y después tornaron a negros, el sol se ocultaba y con cinco años acuestas regrese a casa con maldita soledad de siempre cuidándome las espaldas.
Al entrar al humilde cuarto ella ya no sonreía -¿Porque me arruinaste la vida Walter?-decía, entonces la criatura indefensa e inocente con el corazón en pedazos creyéndose el culpable de todo respondió -Tú te entregaste y lo sigues haciendo- la mire a los ojos que nunca me dirigieron una mirada de afecto y desde entonces odie la catedral de Notre Dame y sus alrededores.
Ahora vengo de la misma manera, un viejo me trae como si fuera solo un perro guardián, un maldito animal que no puede razonar... pero pienso y existo al mismo tiempo, tanto que puedo recordar los episodios más crueles de mi vida mientras camino por detrás suyo, puede verle su espalda recta y ancha, su cuerpo forrado de telas caras y finas compradas en comercios de prestigio, mientras su ondulada melena castaña se eleva junto con su rostro altivo, viendo a los otros, a esos mendigos por encima del hombro, quisiera matarlo, tomarlo así justo por la espalda, sujetarlo con tanta fuerza que llegue a estrangularle para que no se vaya con los asesinos que están entre los hombres, en las esquinas, evitando que no me vuelvan a dejar pegado al inmundo metal de la ignorancia, porque yo no soy de esos que caminan con la cabeza baja en perfecta posición para la navaja del ejecutor que acecha, no, ya no más... yo soy el hombre solitario que en silencio acecha al ejecutor.
El silencio de la catedral es el más propicio para mi labor, los susurros de los desesperados que se aferran a la cruz solo son ecos de un moribundo, la Tierra agoniza y se pudre en el oscurantismo en el que los poderosos lo tienen condenado, es como si la guillotina en vez de cortar la cabeza del acusado de un solo tajo la fuera cortando lenta y placenteramente, divirtiéndose y comiendo de su propio dolor, de esa guillotina pendían dos poderosos verdugos, dos ejecutores que se peleaban por la cantidad de veces que cada uno tomaría la cuerda para matar al hombre condenado a morir si cabeza.
Los gritos y las palabras silenciosas que venían del otro lado de la puerta eran los cascabeles de dos serpientes que aún con gente en su territorio no eran escuchadas y sin embargo en el momento menos preciso morderían los pies de quién les da de comer.
Tras la máscara de manchas inmóviles, la mirada invisible de un halcón se prepara para el acecho y observa como la perilla gira y de a pocola puerta se abre... es el turno del cazador de ejecutores, es turno de que aparezca Rorschach.
Los pasos sigilosos y lentos se van acercando a la cuna de los lobos, el revólver es cubierto por mi gabardina y al entrar la riqueza mal repartida es lo que de ese cuarto resalta a la vista, el oro en cruces e imágenes de mártires que inmóviles lloran eternamente al cielo por toda la distorción de su mal interpretado sacrificio, crucifijos e instrumental para la escritura de cartas, el mármol tan hermoso y de tonalidades crema permanece encadenado al piso de mosaico y detrás un viejo, aún más arrugado que Lorenzo aguarda con un revolver en las manos apuntando en dirección de las manchas que comienzan a moverse dentro de su mente, el exótico perro de guardia deja sin armas al aciano clérigo -Estás acabado en este momento- me enfurece la violencia sin sentido, las armas sin razón de ser utilizadas y la gente que juzga sin ver que no hay nada de perfecto en ningún desdichado humano, en ninguno de sus mal paridos hermanos.
Acecho de nuevo y en el menor descuido la serpiente se convierte en gusano bajo mi pie -Jean Claude Frollo, hombre que solo tiene de santo el nombre y la sotana que te cubre, con cadenas de oro verdadero... ¿Digame las limosnas son un buen negocio?- el arma se le cae al suelo puesto que mi mano le impide la circulación en su antebrazo, puedo oler su miedo al no hallar ninguna salida porque todas se las he cubierto con mi cuerpo -No vuelvas a apuntarme con esa ¡Basura!- el choque de sus huesos forzados a ir a la boca por mi propia fuerza se escucharon tan diminutos y tan frágiles, tan forzados... a la vez una carcajada salio de esa tela que cubría los labios que bien podían escupir maldiciones, arrancar la piel con los dientes-¿Puedes sentir tu impotencia?- no obtuve respuesta -¿Puedes sentir tu mano?- cada vez sus ojos rechazaban la máscara y mis ojos cada vez más disfrutaban ver su dolor detrás de la máscara -¿Sabes dónde está cierto?, está en tu boca- amenaza, dulce amenaza -Si vuelve a apuntarme con eso le juro, no importa que traiga una sotana, yo haré que primero solo se rompa los dientes y después que se la trague- azote su mano como si se tratará de un trapo viejo e inservible, entonces el otro ejecutor acabo con mi diversión, ordenandole a su "mascota" dejar la carnaza que el mismo le sirvio en bandeja de plata.
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Última edición por Rorschach el Jue Ago 01, 2013 7:05 pm, editado 1 vez
Rorschach- Cazador Clase Media
- Mensajes : 21
Fecha de inscripción : 19/06/2013
Re: La noche del búho (Le due maschere della notte Prt.III)
Sabía que Rorschach no se detendría ante nada, así fuera el mismo rey de la Francia antigua, y eso era lo que le hacía mi mejor soldado, mi mano derecha o como prefería decirle entre los muros de la corte "Mi perro de pelea", no me apenaba decirle, estaba casi convencido que esa máscara y su locura tan evidente le dejaba tan ciego como el que estaba de mendigo a las afueras de la catedral y además sin cerebro, él pensaba con las vísceras y los puños como para que se diera cuenta del concepto de perdedor en el que le tenía.
-Calma, calma compañeros- me acerque pacíficamente hasta el muro donde Rorschach tenía amenazado y sin salida al falso padre, pues ninguno estaba del todo segura tendría un arma en la sacristía, era eso más que una falta de respeto hacia Dios -Rorschach, suéltalo- tome por el hombro a ese enmascarado que seguía afianzándole la mano con tanta fuerza que creí que la iba quebrar -Vamos, no pensaba matarme- observe de forma peligrosa al anciano -¿Verdad... su ilustrísima?- persuasivo con mi tono estaba seguro que Frollo afirmaría lo que le decía a ese loco -Además- intente sacarlo de su aferración -Si no robará de las limosnas, no tuviera armas ni prejuicios contra los gitanos jamás hubiera venido a visitarlo, ni tú a investigarlo- hable calmadamente casi arrastrando letra por letra, como si se tratará de un ilusionista -Sí...- me dirigí de nueva cuenta al sacerdote -Mi cazador te agredió es por lo que sabe sobre ti, ¿no recuerdas que antes de presentarlo ante tú iluminada presencia te advertí que te estuvo siguiendo tanto tiempo, llegando a saber más de lo que tú sabes de ti mismo?- suspire con falso cansancio alejándome de allí, las manchas de su máscara me perturbaban a los extremos en que creí enloquecer.
-Frollo, es tan fácil que aceptes nuestro trato, están simple que des la orden para que un inquisidor vaya en búsqueda de ellos y los mate...-mi mano se deslizaba por el frío mosaico, me era tan grato sentir la elegancia y la riqueza entre mis dedos que no podía evitarlo -Solo un inquisidor y yo solo un búho, nadie más... se verá como si tú hubieras estado al pendiente de tu pueblo y al tener la cabeza del vampiro ese, te venerarán como a un héroe y cuando el Papa muera, todos querrán emitir un voto a tu favor, porque creerán que eres lo indicado para la iglesia que por cierto está en crisis ¿No es así?- tome un crucifijo de oro entre las manos -Y piénsalo...- eleve la imagen -Más riqueza, más comodidades, todo lo que te puedas imaginar será tuyo, el mundo, la fe y las joyas más valiosas... serás como... como... como el siguiente Borgia- sonreí ampliamente, dando mi palabra que así sucedería, el viejo respondió de la misma manera, solamente que su sonrisa fue inspirada por la ambición y el poder -Incluso después de que termine todo esto... puedo darte a algunos miembros de la logia, algunos de mis burgueses más famosos que han aportado a la enciclopedia y que por ello han puesto la credibilidad de la iglesia en tela de juicio... te doy el permiso que los ejecutes- volví a dejar el crucifijo en el escritorio, haciendo en mi rostro la señal de la cruz, mi mirada se dirigió a quién parecía estar encantado con la idea y disgustado con lo que acababa de hacer -¿Que te parecen las cabezas de de John Locke, Rousseau, Marx y... Thomas Hobbes?- sonreí triunfador -¿Es suficiente o me costará una cabeza más?, dime y te la doy, siempre y cuando convenzas al Papa de que meta en esto a un solo inquisidor- le puse como condición, que estaba seguro no iba rechazar.
*Los autores mencionados ya habían muerto antes de 1800 pero para efectos de la historia, las fechas fueron modificadas.
-Calma, calma compañeros- me acerque pacíficamente hasta el muro donde Rorschach tenía amenazado y sin salida al falso padre, pues ninguno estaba del todo segura tendría un arma en la sacristía, era eso más que una falta de respeto hacia Dios -Rorschach, suéltalo- tome por el hombro a ese enmascarado que seguía afianzándole la mano con tanta fuerza que creí que la iba quebrar -Vamos, no pensaba matarme- observe de forma peligrosa al anciano -¿Verdad... su ilustrísima?- persuasivo con mi tono estaba seguro que Frollo afirmaría lo que le decía a ese loco -Además- intente sacarlo de su aferración -Si no robará de las limosnas, no tuviera armas ni prejuicios contra los gitanos jamás hubiera venido a visitarlo, ni tú a investigarlo- hable calmadamente casi arrastrando letra por letra, como si se tratará de un ilusionista -Sí...- me dirigí de nueva cuenta al sacerdote -Mi cazador te agredió es por lo que sabe sobre ti, ¿no recuerdas que antes de presentarlo ante tú iluminada presencia te advertí que te estuvo siguiendo tanto tiempo, llegando a saber más de lo que tú sabes de ti mismo?- suspire con falso cansancio alejándome de allí, las manchas de su máscara me perturbaban a los extremos en que creí enloquecer.
-Frollo, es tan fácil que aceptes nuestro trato, están simple que des la orden para que un inquisidor vaya en búsqueda de ellos y los mate...-mi mano se deslizaba por el frío mosaico, me era tan grato sentir la elegancia y la riqueza entre mis dedos que no podía evitarlo -Solo un inquisidor y yo solo un búho, nadie más... se verá como si tú hubieras estado al pendiente de tu pueblo y al tener la cabeza del vampiro ese, te venerarán como a un héroe y cuando el Papa muera, todos querrán emitir un voto a tu favor, porque creerán que eres lo indicado para la iglesia que por cierto está en crisis ¿No es así?- tome un crucifijo de oro entre las manos -Y piénsalo...- eleve la imagen -Más riqueza, más comodidades, todo lo que te puedas imaginar será tuyo, el mundo, la fe y las joyas más valiosas... serás como... como... como el siguiente Borgia- sonreí ampliamente, dando mi palabra que así sucedería, el viejo respondió de la misma manera, solamente que su sonrisa fue inspirada por la ambición y el poder -Incluso después de que termine todo esto... puedo darte a algunos miembros de la logia, algunos de mis burgueses más famosos que han aportado a la enciclopedia y que por ello han puesto la credibilidad de la iglesia en tela de juicio... te doy el permiso que los ejecutes- volví a dejar el crucifijo en el escritorio, haciendo en mi rostro la señal de la cruz, mi mirada se dirigió a quién parecía estar encantado con la idea y disgustado con lo que acababa de hacer -¿Que te parecen las cabezas de de John Locke, Rousseau, Marx y... Thomas Hobbes?- sonreí triunfador -¿Es suficiente o me costará una cabeza más?, dime y te la doy, siempre y cuando convenzas al Papa de que meta en esto a un solo inquisidor- le puse como condición, que estaba seguro no iba rechazar.
*Los autores mencionados ya habían muerto antes de 1800 pero para efectos de la historia, las fechas fueron modificadas.
Lorenzo de Goya- Humano Clase Alta
- Mensajes : 13
Fecha de inscripción : 09/05/2013
Re: La noche del búho (Le due maschere della notte Prt.III)
-Su-el-te-me- sin embargo por las manchas el estómago se le revuelve -¡Usted es un insolente, como se atrevido a tocarme agresivamente!- se sentía indefenso, lo único que tenía para defenderse estaba en el suelo -Mi sotana está limpia y las limosnas se guardan para las mejoras de la sacristía- respondió valiente, al parecer no tenía miedo de la amenaza pero si de ver al frente, a esa máscara -No agote mi paciencia, infernal alimaña, porque si yo quiero podría amanecer colgado mañana- finalmente soltó un suspiro de manera desenfrenada, el extraño cazador lo había soltado de manera inesperada -Ahora tendré que lavar la más fina de mis sotanas- golpeaba la tela del cuello con las palmas -Ahora de impureza y pecado están manchadas- se dio media vuelta, empezando a recorrer la sala como el hombre misterioso que ahora le hablaba.
Tal parecía que él sabía con qué clase de persona trataba, tenía métodos bastante convincentes para endulzar el odio de los presentes, de llenarlos de ambición, de hacer verdad la fantasía que solo hacía real en la imaginación, Frollo, no se resistió... veía con sonrisa maliciosa des un rincón << El Borgia de 1800 >> pensó, sabía quién fue ese hombre del que tanto se hablo, sabía que fue un tirano, el más vil de los villanos, sin embargo para bien vio todo según el anciano.
-¡No me tentéis Satanás, dijera el hijo del padre celestial- más el llamado Lorenzo se ocupaba de sus palabras ignorar y de seguir con su discurso substancial, le hizo a Frollo una propuesta que era muy difícil de rechazar -¿Escuche bien lo que acabas de mencionar?... a tanto llega tu ambición por prestigio y posición para sacrificar a todos los burgueses que son los principales de la llamada "Ilustración"?- señalo al enmascarado -Y... dices que yo soy el malo... que yo soy el tirano- asintió con real agrado -Bueno ahora esto se torna interesante- regreso a paso lento hacia el asiento elegante, frente al escritorio de mármol brillante -Yo solo dejo a un inquisidor en esto y tú me das a cambio a ellos- tomo asiento y recobro el aliento, después recargo su mano cubierta de lujos anillos guardando silencio -Un búho y un inquisidor- seguía dándole en su cabeza una solución a tan tentadora proposición -Y... realmente esos hombres... si es que lo son esos pobres, no podrán con la fuerza de un solo inquisidor y de su cazador- astuto empezaba a comportarse ese que hablaba en el nombre del señor -Seamos realistas, ellos dos hicieron un teatro cenizas, fácilmente podrán contra dos simples criaturas mortalmente físicas- vio con cautela a su visita -Sin embargo si usted me asegura que así será, ya sea a que inquisidor mandar, le ayudará a su cazador mortal, incluso pueden llegarse a compaginar... ese hombre también es mi mano derecha, un mercenario que por castigo su mente quedo a manos del diablo... el también se ha mancado las manos por mí, pero ha eliminado mucha escoria de los gitanos- calló toda palabra durante un breve rato -Seguramente si me han estado espiando, saben de quién hablo- dijo con sigilo y cuidado -Pero... también quiero participar en esta guerra que se acaba de desatar y usted... también debería hacer lo mismo Goya infernal, solo para asegurarnos que para él para nuestros intereses personales esto llegue a su final- aclaro la garganta para cambiar su tono y forma de hablar -Además por lo menos yo si quiero que todos esos hombres vayan al infierno- sonrió malévolo -Un estado liberal, en que el pueblo sea el que deba de opinar, que tengan derecho a la libertad, a la propiedad y a la igualdad, imagínese hasta una revolución se podría ocasionar... el pueblo se podría revelar, si de por si las cosas van mal con la revolución industrial- negó con la cabeza -Definitivamente de alguna manera debo silenciar-movió su espalda para en respaldo ponerla a recargar -Quiero otras cabezas más... la de Voltaire y alguna de los dos locos que nuestras dos manos van a ejecutar-. Con la mano extendida le quiso invitar para que se de nuevo se volviera sentar y por otro lado la guardia la tenía lista pues el enmascarado ya no volvió hablar, pero la pistola en sus manos pudo contemplar.
Tal parecía que él sabía con qué clase de persona trataba, tenía métodos bastante convincentes para endulzar el odio de los presentes, de llenarlos de ambición, de hacer verdad la fantasía que solo hacía real en la imaginación, Frollo, no se resistió... veía con sonrisa maliciosa des un rincón << El Borgia de 1800 >> pensó, sabía quién fue ese hombre del que tanto se hablo, sabía que fue un tirano, el más vil de los villanos, sin embargo para bien vio todo según el anciano.
-¡No me tentéis Satanás, dijera el hijo del padre celestial- más el llamado Lorenzo se ocupaba de sus palabras ignorar y de seguir con su discurso substancial, le hizo a Frollo una propuesta que era muy difícil de rechazar -¿Escuche bien lo que acabas de mencionar?... a tanto llega tu ambición por prestigio y posición para sacrificar a todos los burgueses que son los principales de la llamada "Ilustración"?- señalo al enmascarado -Y... dices que yo soy el malo... que yo soy el tirano- asintió con real agrado -Bueno ahora esto se torna interesante- regreso a paso lento hacia el asiento elegante, frente al escritorio de mármol brillante -Yo solo dejo a un inquisidor en esto y tú me das a cambio a ellos- tomo asiento y recobro el aliento, después recargo su mano cubierta de lujos anillos guardando silencio -Un búho y un inquisidor- seguía dándole en su cabeza una solución a tan tentadora proposición -Y... realmente esos hombres... si es que lo son esos pobres, no podrán con la fuerza de un solo inquisidor y de su cazador- astuto empezaba a comportarse ese que hablaba en el nombre del señor -Seamos realistas, ellos dos hicieron un teatro cenizas, fácilmente podrán contra dos simples criaturas mortalmente físicas- vio con cautela a su visita -Sin embargo si usted me asegura que así será, ya sea a que inquisidor mandar, le ayudará a su cazador mortal, incluso pueden llegarse a compaginar... ese hombre también es mi mano derecha, un mercenario que por castigo su mente quedo a manos del diablo... el también se ha mancado las manos por mí, pero ha eliminado mucha escoria de los gitanos- calló toda palabra durante un breve rato -Seguramente si me han estado espiando, saben de quién hablo- dijo con sigilo y cuidado -Pero... también quiero participar en esta guerra que se acaba de desatar y usted... también debería hacer lo mismo Goya infernal, solo para asegurarnos que para él para nuestros intereses personales esto llegue a su final- aclaro la garganta para cambiar su tono y forma de hablar -Además por lo menos yo si quiero que todos esos hombres vayan al infierno- sonrió malévolo -Un estado liberal, en que el pueblo sea el que deba de opinar, que tengan derecho a la libertad, a la propiedad y a la igualdad, imagínese hasta una revolución se podría ocasionar... el pueblo se podría revelar, si de por si las cosas van mal con la revolución industrial- negó con la cabeza -Definitivamente de alguna manera debo silenciar-movió su espalda para en respaldo ponerla a recargar -Quiero otras cabezas más... la de Voltaire y alguna de los dos locos que nuestras dos manos van a ejecutar-. Con la mano extendida le quiso invitar para que se de nuevo se volviera sentar y por otro lado la guardia la tenía lista pues el enmascarado ya no volvió hablar, pero la pistola en sus manos pudo contemplar.
Jean Claude Frollo- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 12/05/2013
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Re: La noche del búho (Le due maschere della notte Prt.III)
Diario de Rorschach:
06 de Octubre de 1800
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Todo lo que contemplaba atrás de la máscara no era más que comprobar mis hipótesis...
Y es un hecho innegable que todos niegan es que este maldito mundo es un lugar completamente frío, para él es poco relevante si vives o mueres, ni siquiera echa una mirada hacia atrás para saber de todo lo que careces, de cómo se te va la vida siguiendo unas estúpidas reglas, unos desquiciados conflictos entre guerras y revoluciones... somos tan crédulos, esas cosas son espectáculo, una mentira bien montada ante el infeliz que cree tendrá libertad y propiedad para sí... claro, como no... Para el mundo solo los que tienen dinero, poder y conocimientos son de importancia.
Los letrados como esos dos monstruos tenían beneficios y abusaban de la fe de los siervos ó... más bien debería decir de los ciegos de Dios, yo si poder hacer nada, con las manos atadas en ese momento, solamente una pistola era estrujada con violencia entre mis manos, sí, estaba entre ellos... los lobos que se disputaban la carne fresca, los cerebros y el dinero de los ejecutados y de todo ese estúpido ganado que sé dejaba guiar por el lobo disfrazado de oveja, usando las palabras del pastor y el rebaño... ¡ja!,ese rebaño vaya que aprendía bien, no oía, no pensaba, no hablaba pero sabía perfectamente como discriminar a los otros, a sus iguales.
Y es fácil comprobar la obra que ambas aves de carroña que tenía al frente desempeñaban su trabajo a la perfección, ¿Como comprobarlo?, simplemente uno debe caminar por las calles ver a la persona que camina o está sentada a tú lado, contemplando cómo no le importas, ellos no darían tú vida por ti, mientas exista este oscurantismo y una esclavitud moderna jamás lo harán...
Comprender esta verdad fue liberador... basto ver esta escena, ver la decadencia del mundo, el surgimiento de un aparente "Estado liberador Guardián", la revolución Industrial en pleno, los más grandes pensadores corrompidos por los cuentos baratos de Lorenzo, la iglesia pregonando a los cuatro vientos que pensar iba contra Dios y la posible traición que el infeliz de Goya pudo haber cometido contra su mejor confidente y asesino, ver como un cazador intento matar a un vampiro al frente de todo un público... basto todo eso para contemplar a la humanidad con claridad aún cuando tenía la máscara puesta, me fijo una misión, pudiendo entender que hay tres clases de gente: Los tiranos, las victimas y... yo.
-Y cuestionas porque te agredo- mis manos seguían jugando con el arma, me daban ganas de meter pólvora en cada uno de ellos, una bala, solo una que les propiciara la muerte -Creo que ni tú nombre es de tanta pureza, has matado a tantos gitanos, inventado tantos cuentos para niños retrasados con tal de verlos en la hoguera y ahora- sonreí bajo la tela -Toda una gran mentira para obtener el papado, debo suponer que solo lo quieres para elegir el nombre de un verdadero hombre y apóstol de Dios-sentía la mirada de Lorenzo sobre mí, preguntándose ¿Que estará haciendo su perro de pelea? -Lorenzo no estoy diciendo más que revelaciones, nada que arruine tu plan- observe su expresión, me mofaba de su rostro, un completo cobarde, era tan perturbado que no dudo mis manchas le mostraran que clase de monstruo era en realidad... ninguno podía resistir contemplarse en este telar mágico -Le advierto a tú... socio- mire al viejo avaro sentado, vigilando para donde iba el revólver -A este viejo hipócrita de lo que soy capaz de decir si te traiciona- apunte con el arma al falso indefenso que enseguida alzo las manos -No, ni siquiera piensas que me matarás para silenciarme...- camine hacia su espalda, el frío del metal se posaba en la piel de su cuello, el cañón se detuvo en la nuca -Porque yo sé lo que haces en la oscuridad, sé lo que piensas y como piensas- me puse en cuclillas para alcanzar su oido, necesitaba que sintiera mi aliento tibio de cerca, lo rasposo de mi tela, mi voz baja y amenazante tan nítida en su oido, provocando el miedo necesario en todos sus sentidos -Sé dónde vives y...- hable despacio, debía confesar que tan plácido me sentía al sentir su respiración tan agitada, tratando de poner sus manos en el cuello para quitarse el arma de encima, sus músculos cansados aún tenían fuerza para tensarse y sus piernas temblaban, temblaban y temblaban -y...conmigo no hay escape de la verdad desnuda cuando a través de está máscara se ve todo el mundo lleno de sucias y repugnantes manchas, sabré cuando quieras traicionarnos porque en tu mirada tan interesada y malévola estará grabado con letras de sangre "me serviste"- separé el arma, guardándola en la gabardina -Ni siquiera el Zodiaco podrá librarte de nosotros, ¡Soy más que él!- un par de carcajadas brotaron de mis labios, cuanta era la fe que ese tonto le tenía al hombre que en su cara le robaba -Si tan solo supieras Jean Claude- pensé retante, con los mismos aires de arrogancia camine hasta quedar justo en medio de Lorenzo y el "sacerdote" -Vamos siéntate... ya lo he tranquilizado especialmente para ti- acomode la silla, era tanta su hipocresía y tanta la ignorancia que infundía en los fieles, que nadie le reclamaba del exceso de oro que gozaba la "humilde" sacristía -Así te hablará de "El zodiaco"... que como yo es su mano derecha, la que mata, la que roba...al parecer mi futuro compañero de cacería ¿No es así Jean Claude?, vamos cuéntele quién es su inquisidor, que grandes escándalos y misterios no ha desencadenado su mano astrológicamente perfecta- se mantuvo en silencio, ahora ese hombre que bien podía ser un criminal de no ser por el estado que le protege me veía con miedo y así era como quería tenerlo, pronto también de la misma manera someteré a Lorenzo.
Pronto habrá ojo por ojo, soy el juez y el verdugo... El juez los declara culpables de los crímenes más atroces y el verdugo los castigara con la traición y la muerte pero para ello necesito aliados... algunos aliados.
06 de Octubre de 1800
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Todo lo que contemplaba atrás de la máscara no era más que comprobar mis hipótesis...
Y es un hecho innegable que todos niegan es que este maldito mundo es un lugar completamente frío, para él es poco relevante si vives o mueres, ni siquiera echa una mirada hacia atrás para saber de todo lo que careces, de cómo se te va la vida siguiendo unas estúpidas reglas, unos desquiciados conflictos entre guerras y revoluciones... somos tan crédulos, esas cosas son espectáculo, una mentira bien montada ante el infeliz que cree tendrá libertad y propiedad para sí... claro, como no... Para el mundo solo los que tienen dinero, poder y conocimientos son de importancia.
Los letrados como esos dos monstruos tenían beneficios y abusaban de la fe de los siervos ó... más bien debería decir de los ciegos de Dios, yo si poder hacer nada, con las manos atadas en ese momento, solamente una pistola era estrujada con violencia entre mis manos, sí, estaba entre ellos... los lobos que se disputaban la carne fresca, los cerebros y el dinero de los ejecutados y de todo ese estúpido ganado que sé dejaba guiar por el lobo disfrazado de oveja, usando las palabras del pastor y el rebaño... ¡ja!,ese rebaño vaya que aprendía bien, no oía, no pensaba, no hablaba pero sabía perfectamente como discriminar a los otros, a sus iguales.
Y es fácil comprobar la obra que ambas aves de carroña que tenía al frente desempeñaban su trabajo a la perfección, ¿Como comprobarlo?, simplemente uno debe caminar por las calles ver a la persona que camina o está sentada a tú lado, contemplando cómo no le importas, ellos no darían tú vida por ti, mientas exista este oscurantismo y una esclavitud moderna jamás lo harán...
Comprender esta verdad fue liberador... basto ver esta escena, ver la decadencia del mundo, el surgimiento de un aparente "Estado liberador Guardián", la revolución Industrial en pleno, los más grandes pensadores corrompidos por los cuentos baratos de Lorenzo, la iglesia pregonando a los cuatro vientos que pensar iba contra Dios y la posible traición que el infeliz de Goya pudo haber cometido contra su mejor confidente y asesino, ver como un cazador intento matar a un vampiro al frente de todo un público... basto todo eso para contemplar a la humanidad con claridad aún cuando tenía la máscara puesta, me fijo una misión, pudiendo entender que hay tres clases de gente: Los tiranos, las victimas y... yo.
-Y cuestionas porque te agredo- mis manos seguían jugando con el arma, me daban ganas de meter pólvora en cada uno de ellos, una bala, solo una que les propiciara la muerte -Creo que ni tú nombre es de tanta pureza, has matado a tantos gitanos, inventado tantos cuentos para niños retrasados con tal de verlos en la hoguera y ahora- sonreí bajo la tela -Toda una gran mentira para obtener el papado, debo suponer que solo lo quieres para elegir el nombre de un verdadero hombre y apóstol de Dios-sentía la mirada de Lorenzo sobre mí, preguntándose ¿Que estará haciendo su perro de pelea? -Lorenzo no estoy diciendo más que revelaciones, nada que arruine tu plan- observe su expresión, me mofaba de su rostro, un completo cobarde, era tan perturbado que no dudo mis manchas le mostraran que clase de monstruo era en realidad... ninguno podía resistir contemplarse en este telar mágico -Le advierto a tú... socio- mire al viejo avaro sentado, vigilando para donde iba el revólver -A este viejo hipócrita de lo que soy capaz de decir si te traiciona- apunte con el arma al falso indefenso que enseguida alzo las manos -No, ni siquiera piensas que me matarás para silenciarme...- camine hacia su espalda, el frío del metal se posaba en la piel de su cuello, el cañón se detuvo en la nuca -Porque yo sé lo que haces en la oscuridad, sé lo que piensas y como piensas- me puse en cuclillas para alcanzar su oido, necesitaba que sintiera mi aliento tibio de cerca, lo rasposo de mi tela, mi voz baja y amenazante tan nítida en su oido, provocando el miedo necesario en todos sus sentidos -Sé dónde vives y...- hable despacio, debía confesar que tan plácido me sentía al sentir su respiración tan agitada, tratando de poner sus manos en el cuello para quitarse el arma de encima, sus músculos cansados aún tenían fuerza para tensarse y sus piernas temblaban, temblaban y temblaban -y...conmigo no hay escape de la verdad desnuda cuando a través de está máscara se ve todo el mundo lleno de sucias y repugnantes manchas, sabré cuando quieras traicionarnos porque en tu mirada tan interesada y malévola estará grabado con letras de sangre "me serviste"- separé el arma, guardándola en la gabardina -Ni siquiera el Zodiaco podrá librarte de nosotros, ¡Soy más que él!- un par de carcajadas brotaron de mis labios, cuanta era la fe que ese tonto le tenía al hombre que en su cara le robaba -Si tan solo supieras Jean Claude- pensé retante, con los mismos aires de arrogancia camine hasta quedar justo en medio de Lorenzo y el "sacerdote" -Vamos siéntate... ya lo he tranquilizado especialmente para ti- acomode la silla, era tanta su hipocresía y tanta la ignorancia que infundía en los fieles, que nadie le reclamaba del exceso de oro que gozaba la "humilde" sacristía -Así te hablará de "El zodiaco"... que como yo es su mano derecha, la que mata, la que roba...al parecer mi futuro compañero de cacería ¿No es así Jean Claude?, vamos cuéntele quién es su inquisidor, que grandes escándalos y misterios no ha desencadenado su mano astrológicamente perfecta- se mantuvo en silencio, ahora ese hombre que bien podía ser un criminal de no ser por el estado que le protege me veía con miedo y así era como quería tenerlo, pronto también de la misma manera someteré a Lorenzo.
Pronto habrá ojo por ojo, soy el juez y el verdugo... El juez los declara culpables de los crímenes más atroces y el verdugo los castigara con la traición y la muerte pero para ello necesito aliados... algunos aliados.
Rorschach- Cazador Clase Media
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Re: La noche del búho (Le due maschere della notte Prt.III)
Por un momento aquel viejo quedo sin aliento, tenía miedo el desdichado, allí en su cuello amenazaba un arma perteneciente a un misterioso enmascarado... Ante la incertidumbre Jean Claude estaba aterrado, el enemigo conocía sus pecados, estaban conscientes que el había asesinado demasiados gitanos y el no podía negarlo, menos cuando un temblor incontrolable tomo prisioneras a sus manos -Supongo que tu odio se debe a lo que conoces referente a mi pasado y a...- Zodiaco?, el había pronunciado el nombre su secreto poco santo - Haz dicho Zodiaco?- cuestiono preocupado - ¿Que sabes enmascarado endemoniado?- exclamo levantándose de su asiento de finos detalles dorados - Vaya hipocresía, ¡engendros condenados!- una sonrisa emano de sus labios -pero que mas podía esperar de ambos- dijo rotundamente con su cabeza negando, alejándose de ellos a pasos lentos y fingidamente cansados. Empalmo sus manos, como si frente a un crucifijo estuviese elevando una oración, la pose reflexiva solo escuna de las tantas con la cual el sacerdote cree que engaña a Dios -Debería por herejes y ultrajes contra los hombres de Dios,- señaló con dedo acusador -Usted debería empezar a agradecer que ya un convenio de por medio que no me obligo de mi sacristía hacerlos correr- el viejo sacerdote no podía seguir amenazando al frio y callado enmascarado, esas manchas parecía cada vez le estaban atormentando, asi que su mirada se poso en otro lado -Lorenzo, Zodiaco no es más que un empleado muy bien pagado, digamos que es como tu... Esclavo, el, es decir Zodiaco solo es el que mete las manos al lodo, el que informa de todo, el infiltrado en las juntas de los llamados "ilustrados"- dijo confiado, tratando de mostrarse victorioso, mostrando orgulloso el oro que portaba en los anillos de la mano. -Y deseo aclarar- parecía con paciencia y humildad, el enigma a tratar -que entonces a mí de asesinato no me pueden culpar, puesto que yo jamás la sotana de sangre he pretendido manchar, es él, el Zodiaco el que su vestimenta quiso salpicar.... Ensuciar- de toda culpa asi se quiso deslindar - Además- volvió a hablar, después de tanto pensar -Si han cientos de gitanos he mandado ejecutar creo que es para evitar que mas criaturas de este lugar sigan su ejemplo y comiencen a pecar, recuerden que si estamos en esta tierra es porque en el paraíso alguna vez sucumbió la tentación de Satán, los gitanos son descendientes de esa serpiente... Solo intento cumplir mi misión de salvar a los hombres frente a los ojos de nuestro señor- decía con una falsa faz de compasión, la escena de un gran actor que cualquiera podía creer salvo quizás aquellos dos -¿A que voy con todo este discurso?- volvió a su asiento, por la edad ya no le era posible mantenerse en pie por mucho tiempo - Buscar ante ustedes que en mi no impera la maldad, muy por el contrario cada acción que realizo lo hago por el bien de la humanidad, no lo hago por mis intereses o por los de la iglesia propiamente, sino para que el hombre no sea re nueva cuenta sonsacado por la serpiente-dijo mientras su mirada se detenía en el famoso Lorenzo, observándolo de pies a cabeza detenidamente-Los vampiros y todos esos malditos deben terminar por ser desaparecidos y más ahora que ante medio Paris su verdadera naturaleza ha venido a trastornarlos sobre todo... A los niños-quedo con la mente perdida viendo hacia un punto vacio -Y si con ello soy premiado con el papado- una sonrisa ambiciosa salió de sus labios-Sera porque Dios asi lo ha considerado, la iglesia está en crisis- dijo preocupado, con su mirada en el mismo punto viendo lo que su ingenio le iba dictando -Los revoltosos, los más importantes de tu logia debo decir, están poniendo en nuestra contra a todo el país, empiezan a divulgar ya decir de boca en boca que durante muchos años por ellos empezamos a decidir, que los mantenemos entre penumbras para asi nuestros intereses materialistas nutrir, cuando en realidad lo único que la iglesia intenta es conservar la Ley de las dos espadas, "Razonar va en contra de Dios" fueron las palabras que hace tiempo una de nuestros Sumos Pontífices escucho en una revelación, pero el Papa en turno no ha sabido controlar a una plebe embrujada por charlatanes que afirman que la tierra es redonda y que giramos alrededor del sol ¡Absurdo! - exclamo soltando un suspiro -Por la humanidad y su salvación asumiré el compromiso de sustituir al papado actual, claro si es que primero yo con mis medios derroto el mal, al espíritu que hace del teatro algo infernal, a todos los engendros del mal y a todos los charlatanes ilustradores que solo hablan por pecar- Una carcajada distrajo al viejo de su hablar -Si me vas a dar las cabezas de los que prometiste.... ¿Verdad?- parecía volverse enfadar -Si me traicionas o me ves la cara lo pagaras de una manera nada grata, te quito mi protección y mi ayuda inmediata, dejo que la inquisición se entrometa en la batalla y asi entorpezca tu sueño de atrapar al fantasma y al cazador culpable de toda esta desgracia - se levanto, inclinándose al escritorio de mármol con mucha confianza - Tú decides Lorenzo de Goya, eres fiel a tu palabra o vas directo a la horca-.
Jean Claude Frollo- Humano Clase Alta
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Re: La noche del búho (Le due maschere della notte Prt.III)
Quede más que impresionado cuando el viejo decrepito comenzó a temblar, con mucha suerte y resistencia de mi parte logre contener las carcajadas que querían desprenderse y estallar en mi boca - Mira nada mas esto, el que de todos los presentes parecía ser el más santo y virtuoso, el que se daba golpes de pecho cada cinco minutos resulto ser el pecador por excelencia-me limite a comentar -¿Porque no me lo habías dicho Rorschach?- señale en tono de re prendimiento -Sabes bien que estoy viejo y ya no puedo resistir este tipo de golpes sorpresa, aunque de cierta manera debo agradecerlo, porque... de lo contrario parece que nuestro amigo jamás nos habría mencionado a ese ser de enigmático nombre astral... ¿o me equivoco Jean Claude?- arque ligeramente la ceja viendo con intriga al hombre que en ningún momento separaba la vista del cazador aunque igual que todo el mundo evitaba el rostro a toda costa. -Si no negamos ser unos tiranos, por el contrario nos orgullecemos de serlo- declare con mucho orgullo -La idea que ha tenido la logia desde su fundación durante la separación de los templarios y los cristianos es establecer un nuevo orden mundial al precio que cueste... Quizás en un futuro no muy lejano el nombre de la comunidad cambie y llevemos el título de "Los iluminados o los Iluminati"- lance un suspiro al aire, viendo el techo con decorados únicos y bien pulidos alrededor - El nombre no suena tan mal - me dije -Nosotros seremos eso en un futuro pero tú que te dices santo , ¿Que pasara con tu iglesia?, de ella a nosotros una gran línea nos separa, la tuya mata sin tener razón aparente, solo porque la razón le está ganando a la fe, porque no han sabido contener la curiosidad humana o porque unos cuantos tiren prejuicios, mientras que nosotros solo derramamos sangre cuando alguien estorba entre nuestros intereses o nos sirven de algún beneficio como en estos momentos en que te sirvo en bandeja de oro a los alborotadores.... Pregúntate entonces ¿quienes son los verdaderos tiranos y quien es el que debería esperar lo peor de quien?-, entrelace las manos colocándolas en mi pecho, mientras la barbilla se recargaba en estos que estaban casi en el aire. Negué con la mano para rogarle guardara silencio- A mi no me tienes que dar explicaciones a absolutamente de nada, yo sé a que atenerme contigo y si acaso algo ignorara, mi fiel cazador no, incluso me avisaría si entre nosotros existe algún traidor... ¿Cierto Rorschach?- mire con ojos amenazantes al sujeto que se encontraba en silencio y que poco a poco se acercaba a mis espaldas.
Escuchaba pacíficamente por mucho que el gritara aguardaba el momento justo para abordar de nuevo e, hilo de la conversación, el supuestamente religioso estaba dándose laureles de salvador asi mismo y un sermón convincente quizás para un fiel o un incrédulo pero no para mí, yo sabía que las frases eran en conclusión hipócritas y completamente frías - Yo se que tienes tus intereses y no es tanto porque de verdad te preocupe la humanidad, para sr sincero no hay ni una persona en este mundo que haga algo por el beneficio de los demás h no hay mayor ejemplo que ustedes, cuantas cosas han ocultado, siglos de oscurantismo para la humanidad, únicamente para que queden bien con los gobernantes y con ello tengan privilegios , pueblos sometidos, conquistados y la vida asegurada hasta su vejez... Jesús era humilde igual, que los apóstoles, entonces ¿Porque vestir, comer y vivir bien? ¿Porque tener oro incluso en figuras y utensilios para ustedes? ¿Porque hacer trampa, negocios con pecadores para obtener una simple silla que se supone enmarca al sucesor de Pedro?- tome una pausa - No, a mi no me puede engañar porque yo se la verdad, porque yo no soy de aquellos de los que ustedes se han encargado de prevalecer en la ignorancia, usted sabrá Jean Claude, usted sabrá para que quiere la silla papal, yo solo quiero su ayuda- dije de manera convincente y si titubeos , solté una carcajada al escuchar la ultima parte de su convincente sermón -Esa es la tontería más grande que he escuchado, más bien la frase iría asi "Razonar va encontrar de los intereses de la iglesia" - asentí -Vamos Jean Claude, si realmente un ángel hubiese bajado por mandato divino, en vez de dar las espadas sagradas a la iglesia y a la realeza por igual, se las hubiera otorgado a los leprosos y muertos de hambre que deambulan por las calles ¿No crees?, en realidad nunca hubo revelación , ni fue un acto santo dejar para las dos poderosas fuerzas una famosa "Visión de las espadas", no la hay, no existe- me levante a la par de sus amenazas y gritos -¡Ya se a lo que me atengo con usted!- exclame golpeando con coraje el frio mármol - No tiene que repetírmelo, yo vine aquí a ofrecerle cabezas a cambio de su ayuda, ya el interés y la conveniencia que vea cada uno en este asunto es el problema de cada quien... Mi logia solo quiere desaparecer al fantasma y su compañero de baile y usted quiera mas como el ser que está en el teatro y todos los gitanos que pueda para quedarse con la silla- dije un poco más calmado - Ahora y ya que estamos a punto de cerrar el trato, podrías presentarnos con Zodiaco, es decir para que sepa quiénes somos- mire fijamente a Jean Claude aguardando por su respuesta, el me vio con recelo y tomo de encima de su escritorio una pequeña campanilla que llamaba a alguien con ese sonido, no tardo mucho en abrirse la puerta y entonces ver allí en ese marco una silueta...
Escuchaba pacíficamente por mucho que el gritara aguardaba el momento justo para abordar de nuevo e, hilo de la conversación, el supuestamente religioso estaba dándose laureles de salvador asi mismo y un sermón convincente quizás para un fiel o un incrédulo pero no para mí, yo sabía que las frases eran en conclusión hipócritas y completamente frías - Yo se que tienes tus intereses y no es tanto porque de verdad te preocupe la humanidad, para sr sincero no hay ni una persona en este mundo que haga algo por el beneficio de los demás h no hay mayor ejemplo que ustedes, cuantas cosas han ocultado, siglos de oscurantismo para la humanidad, únicamente para que queden bien con los gobernantes y con ello tengan privilegios , pueblos sometidos, conquistados y la vida asegurada hasta su vejez... Jesús era humilde igual, que los apóstoles, entonces ¿Porque vestir, comer y vivir bien? ¿Porque tener oro incluso en figuras y utensilios para ustedes? ¿Porque hacer trampa, negocios con pecadores para obtener una simple silla que se supone enmarca al sucesor de Pedro?- tome una pausa - No, a mi no me puede engañar porque yo se la verdad, porque yo no soy de aquellos de los que ustedes se han encargado de prevalecer en la ignorancia, usted sabrá Jean Claude, usted sabrá para que quiere la silla papal, yo solo quiero su ayuda- dije de manera convincente y si titubeos , solté una carcajada al escuchar la ultima parte de su convincente sermón -Esa es la tontería más grande que he escuchado, más bien la frase iría asi "Razonar va encontrar de los intereses de la iglesia" - asentí -Vamos Jean Claude, si realmente un ángel hubiese bajado por mandato divino, en vez de dar las espadas sagradas a la iglesia y a la realeza por igual, se las hubiera otorgado a los leprosos y muertos de hambre que deambulan por las calles ¿No crees?, en realidad nunca hubo revelación , ni fue un acto santo dejar para las dos poderosas fuerzas una famosa "Visión de las espadas", no la hay, no existe- me levante a la par de sus amenazas y gritos -¡Ya se a lo que me atengo con usted!- exclame golpeando con coraje el frio mármol - No tiene que repetírmelo, yo vine aquí a ofrecerle cabezas a cambio de su ayuda, ya el interés y la conveniencia que vea cada uno en este asunto es el problema de cada quien... Mi logia solo quiere desaparecer al fantasma y su compañero de baile y usted quiera mas como el ser que está en el teatro y todos los gitanos que pueda para quedarse con la silla- dije un poco más calmado - Ahora y ya que estamos a punto de cerrar el trato, podrías presentarnos con Zodiaco, es decir para que sepa quiénes somos- mire fijamente a Jean Claude aguardando por su respuesta, el me vio con recelo y tomo de encima de su escritorio una pequeña campanilla que llamaba a alguien con ese sonido, no tardo mucho en abrirse la puerta y entonces ver allí en ese marco una silueta...
Lorenzo de Goya- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 09/05/2013
Re: La noche del búho (Le due maschere della notte Prt.III)
Una sombra podía vislumbrarse en aquella puerta que fue abierta por el dueño, sus pasos se escuchaban, cada uno era firme al igual que su mano, misma que en ningún momento bacilo para atrever a abrir completamente la puerta para dar paso a una mujer, una dama de cabellos ondulados, de tez blanca, de fina y delgada estampa y de ojos cautivadoras, mirada penetrante que gano el silencio de los presentes mientras esta se clavaba en cada uno de ellos, examinando minuciosamente, una mujer de tal belleza pero de un ser indomable y aventurero debía cuidar de su integridad y más cuando un elegante vestido azul celeste entallado a su cuerpo le cubría.
Thala Bertinelli era su nombre, una mujer tan frágil como una flor y tan peligrosa como una víbora, una dama sin pasado puesto que no quiere ni siquiera recordar cómo le fueron arrebatados los seres que le dieron la vida, no quería reconocer que sus padres eran peor que los vándalos y vampiros más conocidos, ella simplemente no les quiera bajar del altar que prefirió construirles para no repudiarlos.
El silencio se mantiene y se torna tenso, las miradas del sacerdote de doble moral y la suya se conectan -Zodiaco se disculpa, esta noche el tiene un compromiso más importante- rompe el silencio con una voz tan dulce como si de el canto de una sirena mitológica se tratase -En estos mismos momentos debe estar en ello- asiente a Jean Claude de una manera casi confidencial -Sin embargo yo soy su otro brazo derecho de su Ilustrísima- el enmascarado cuyas manchas perturbadoras en su máscara empiezan a inquietar la mente de la joven cazadora y del viejo que está sentado frente al escritorio quedan atónitas, es claro su grado de perplejidad -¡¿Que?!- responde a sus miradas -Ah si... soy una mujer y parezco todo menos una cazadora, tanto porte y tanta elegancia- acariciaba sus prendas de forma despectiva -Sin olvidar la belleza ¿No es así?- el golpeteo de sus tacones iban en dirección de Jean Claude y justo a un costado del extraño enmascarado -Señores yo soy mujer hecha de otro material a las aburridas y estiradas damas de sociedad... las reglas al menos para mí se hicieron para romperse y que mejor que sirviendo de manera clandestina a los pecados de la iglesia en pro de mantener su poder- levemente sonríe con sus labios delgados y pintados de un rosa fresco y cálido como los pétalos de las rosas en primavera -Zodiaco es mi compañero, muy intimo...- dice misteriosamente -Y Spider, sin embargo parece que de ese usted no ha obtenido datos o ¿me equivoco Rorschach?- suelte una carcajada y regresa a retomar su fría compostura -Espía contra espía- guiñe al no obtener respuesta del sujeto con gabardina -Yo soy la espía dentro del grupo, soy asesina de ocasión y soy...- se detiene -Y soy la única mujer entre ellos-, corrige rápidamente en aras de que su error sea olvidado o en su defecto notorio en demasía -Zodiaco ese si es asesino de profesión y Spider... Spider es eso una araña, el teje las telarañas, el estratega entre nosotros- concluye -Lo que quieras mandarle como mensaje al Zodiaco le será comunicado anciano- se dirigió al hombre mayor -Te hablo a ti Lorenzo de Goya- sonríe fríamente mientras contempla su reacción -No te sorprendas grandote, yo te he seguido la huella y se quién eres- suelta su voz, esta vez seductoramente -Me oculto de todos mis objetivos a plena vista-sonríe gratificadamente.
Thala Bertinelli era su nombre, una mujer tan frágil como una flor y tan peligrosa como una víbora, una dama sin pasado puesto que no quiere ni siquiera recordar cómo le fueron arrebatados los seres que le dieron la vida, no quería reconocer que sus padres eran peor que los vándalos y vampiros más conocidos, ella simplemente no les quiera bajar del altar que prefirió construirles para no repudiarlos.
El silencio se mantiene y se torna tenso, las miradas del sacerdote de doble moral y la suya se conectan -Zodiaco se disculpa, esta noche el tiene un compromiso más importante- rompe el silencio con una voz tan dulce como si de el canto de una sirena mitológica se tratase -En estos mismos momentos debe estar en ello- asiente a Jean Claude de una manera casi confidencial -Sin embargo yo soy su otro brazo derecho de su Ilustrísima- el enmascarado cuyas manchas perturbadoras en su máscara empiezan a inquietar la mente de la joven cazadora y del viejo que está sentado frente al escritorio quedan atónitas, es claro su grado de perplejidad -¡¿Que?!- responde a sus miradas -Ah si... soy una mujer y parezco todo menos una cazadora, tanto porte y tanta elegancia- acariciaba sus prendas de forma despectiva -Sin olvidar la belleza ¿No es así?- el golpeteo de sus tacones iban en dirección de Jean Claude y justo a un costado del extraño enmascarado -Señores yo soy mujer hecha de otro material a las aburridas y estiradas damas de sociedad... las reglas al menos para mí se hicieron para romperse y que mejor que sirviendo de manera clandestina a los pecados de la iglesia en pro de mantener su poder- levemente sonríe con sus labios delgados y pintados de un rosa fresco y cálido como los pétalos de las rosas en primavera -Zodiaco es mi compañero, muy intimo...- dice misteriosamente -Y Spider, sin embargo parece que de ese usted no ha obtenido datos o ¿me equivoco Rorschach?- suelte una carcajada y regresa a retomar su fría compostura -Espía contra espía- guiñe al no obtener respuesta del sujeto con gabardina -Yo soy la espía dentro del grupo, soy asesina de ocasión y soy...- se detiene -Y soy la única mujer entre ellos-, corrige rápidamente en aras de que su error sea olvidado o en su defecto notorio en demasía -Zodiaco ese si es asesino de profesión y Spider... Spider es eso una araña, el teje las telarañas, el estratega entre nosotros- concluye -Lo que quieras mandarle como mensaje al Zodiaco le será comunicado anciano- se dirigió al hombre mayor -Te hablo a ti Lorenzo de Goya- sonríe fríamente mientras contempla su reacción -No te sorprendas grandote, yo te he seguido la huella y se quién eres- suelta su voz, esta vez seductoramente -Me oculto de todos mis objetivos a plena vista-sonríe gratificadamente.
Thala Bertinelli- Cazador Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/07/2013
Re: La noche del búho (Le due maschere della notte Prt.III)
Sonrío con tranquilidad, al ver que era esa la mujer que acababa de entrar, una vez que termino de hablar, que detrás suyo se pudo colocar para que ninguno de los hombres presentes la pudieran admirar, Jean Claude por dentro de Lorenzo se empezaba a mofar -Les presento a la cazadora Thala Bertinelli, la que debes en cuando de Zodiaco suplanta el lugar- con un orgullo admirable comenzaba a hablar -Lorenzo te suplico que recuerdes lo sacro que representa este lugar y le dejes de mirar con la lujuria que te dicta Satanás- después observo a Rorschach -Creo en tu espía no deberías confiar mas, no luego de que de Spider no supo averiguar y antes de que sobre el comiences a interrogar yo te diré la verdad- detuvo su hablar, desvió la mirada sin posarla en un fijo lugar -Ese hombre es alguien sin hogar, un huérfano que seguido se viene a confesar, alguien que está loco de atar, un ser inservible para la sociedad, un joven que vive mendigando en las calles pero que en el fondo es uno de los más grandes asesino seriales y como sabrás yo soy reclutador de esas "maldiciones" excepcionales- finalmente su mirada tuvo conexión con la de Lorenzo que comenzaba a reflejar confusión - Lorenzo- pronuncio su nombre con serio acento - Tu mismo lo acabas de decir, soy un hombre muy difícil de predecir y si realmente sabes mas de mi, sabrás que siglos atrás mi alma vendí, llevo siglos vagando por aquí, entre los hombres es tan fácil maquillar todo y fingir, es tan sencillo mentir- no pudo evitar sonreír -¿Como crees que he llegado hasta aquí, obteniendo el puesto principal de Paris?, déjame informarte que por mis buenos meritos no lo adquirí-suspiro mientras tomaba aliento, allí se percato el desconcierto de Lorenzo -Siglos, un siglo atrás unos miserables gitanos acabaron con lo que de mi sobraba como humano, mataron a mi hermano, eso seguramente tu amigo enmascarado te lo debió haber informado, pero yo desesperado intente regresarlo a la vida de miles de maneras y la alquimia apareció en mi camino,- dijo mientras en su cabeza venían imágenes de lo ocurrido -Nada me regreso a mi recién nacido, lo enterré en lo que hoy son los terrenos baldíos, en las zonas alejadas, frente a su tumba jure venganza y esa noche entregue mi alma a cambio de vivir para poder cumplir mi palabra, pero tú debes saber, las practicas mundanas estaban corrompiendo lo que quedaba de alma, me fui a las montañas y allí junto con lo marginados practique mis sagradas enseñanzas y un día esos miserables muertos de hambre me dieron la espalda, me robaron mis pertenencias y por poco mi consciencia, entonces recurrí a la iglesia y ahora simplemente con sus limosnas y sus penitencias con las que sufren más que con las cruces que llevan a cuestas me devuelven y me pagan todo lo que me deben... No todos los que estamos en el clero somos santos corderos, usted lo dijo... La corrupción y el mal infectan todos los espacios, incluidos... Los sagrados-.
Jean Claude se levanto de su asiento, observo a Thala de arriba a abajo por algunos momentos, como si quisiese aprenderse de memoria to su cuerpo, aun con el vestido puesto, después dirigió sus pasos hasta un cofre que de oro estaba cubierto, saco una diminuta llave que había salido de una cadena que tenia colgada en el cuello, la introdujo en cerradura y con toda calma abrió la caja que contenía en su interior la escancia de su alma, la cogió entre sus manos y la llevo para sr presentada ante los extraños -Este es mi otro...Zodiaco- finalmente puso lo que llevaba en la manos en el mueble que ese marfil estaba forrado -Asi le llamo, puesto que vean como en el interior de estrellas diminuta parece estar conformado- ante los ojos visiblemente impresionados de los otros, un extraño objeto hacía gala de sus encantos, un extraño tuvo que de oro estaba forrado y de cristal estaba conformado, para evitar que esa inexplicable luz y humo que dentro de ese artilugio en forma de un tubo estaba navegando no fuese profanado, ni de a poco fuera escapando, esa materia etérea, era el alma encapsulada del que ahora soñaba con ser papa -Caballeros y dama-comento serio y respetuoso - Si esta reliquia se quiebra y lo que contiene se eleva al cielo y vuela, yo... Seré sombras y arena, mi muerte llegara cuando la casa de mi alma se llegue a quebrar- en el purpura y sus destellos se perdía su mirar, sus manos decidió entrelazar como si quisiese rezar -He confesado ya- concluyo en su pensar -Ejecutare el siguiente paso a dar- se llevo la reliquia acomodándola cuidadosamente en su lugar -Mandare una carta al sumo Pontífice, solicitando un solo inquisidor y tu las cabezas de esos burgueses me darás- amenazante cerro el cofre, sin decir una palabra más.
Jean Claude se levanto de su asiento, observo a Thala de arriba a abajo por algunos momentos, como si quisiese aprenderse de memoria to su cuerpo, aun con el vestido puesto, después dirigió sus pasos hasta un cofre que de oro estaba cubierto, saco una diminuta llave que había salido de una cadena que tenia colgada en el cuello, la introdujo en cerradura y con toda calma abrió la caja que contenía en su interior la escancia de su alma, la cogió entre sus manos y la llevo para sr presentada ante los extraños -Este es mi otro...Zodiaco- finalmente puso lo que llevaba en la manos en el mueble que ese marfil estaba forrado -Asi le llamo, puesto que vean como en el interior de estrellas diminuta parece estar conformado- ante los ojos visiblemente impresionados de los otros, un extraño objeto hacía gala de sus encantos, un extraño tuvo que de oro estaba forrado y de cristal estaba conformado, para evitar que esa inexplicable luz y humo que dentro de ese artilugio en forma de un tubo estaba navegando no fuese profanado, ni de a poco fuera escapando, esa materia etérea, era el alma encapsulada del que ahora soñaba con ser papa -Caballeros y dama-comento serio y respetuoso - Si esta reliquia se quiebra y lo que contiene se eleva al cielo y vuela, yo... Seré sombras y arena, mi muerte llegara cuando la casa de mi alma se llegue a quebrar- en el purpura y sus destellos se perdía su mirar, sus manos decidió entrelazar como si quisiese rezar -He confesado ya- concluyo en su pensar -Ejecutare el siguiente paso a dar- se llevo la reliquia acomodándola cuidadosamente en su lugar -Mandare una carta al sumo Pontífice, solicitando un solo inquisidor y tu las cabezas de esos burgueses me darás- amenazante cerro el cofre, sin decir una palabra más.
Jean Claude Frollo- Humano Clase Alta
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Re: La noche del búho (Le due maschere della notte Prt.III)
-¿Alquimista?- pensé, sin poder evitar la atracción que me traía semejante confesión - Jean Claude era un alquimista, creo que esto es mucho mejor de lo que esperaba- me dije convencido y sonriendo discretamente, durante años y o buscaba un alquimista para la logia, pero no de los que hay hoy en día, no esos puros charlatanes y embaucadores que se dicen llamar alquimistas por andar inmiscuidos en la filosofía del pensamiento, la mística y lo espiritual, creí que los alquimistas cuyos trasfondos mágicos provenientes de la época de Merlín se habían extinto -Lastima que es sacerdote- dije con desanimo mientas mi mirada igual que la de todos quedaba sumergida en ese va y ven de lo que fuese esa extraña cosa, podía ser científico pero debía reconocer que hay cosas que ni las leyes físicas podían explicar y para ello alguien como él, un maestro en la ciencias ocultas era lo que faltaba en nuestra enciclopedia, en fin por esta vez la mala racha había sido para mí, algún día no muy lejano hallare al sucesor de Nicolas Flamel, uno de esos grandes alquimistas que existió en la edad media y jamás hubo otro igual a él -Supongo Jean Claude que a lo único que no se opuesto en las publicaciones de la enciclopedia son los tratados alquímicos de Nicolas Flamel- suelto un par de carcajadas rompiendo por instantes la monotonía en la que el momento se estaba vertiendo -O de los escritos de Paracelso, contemporáneo de Da Vinci-. La mirada se volvió a centrar en la dama, no podía negar que era bella y tenía un carácter que cualquier hombre estremecería, sacándolo de balance, cuando desperté del sutil encanto de la sirena que seguía sin despegarse del respaldo de la silla sin ninguna expresión de asombro ante lo ocurrido, el artilugio había vuelto a su estuche de oro diamantes, cerrado con brusquedad por la mano cubierta de anilo8s que portaba Jean Claude -Calma, calma- rogué al hombre -Por supuesto que te daré sus cabezas y si vivera Isaac Newton o Roger Bacon tambien te los daría en bandeja de plata por haber destrozado con vista física y científica el ramo de la alquimia- me levante de mi asiento y con mis debidas precauciones me fui acercando hasta el anciano sacerdote -Jean Claude aprende a confiar en mí, soy un hombre de palabra cuando se trata de que mis intereses o los de la logia sean cubiertos parcial o totalmente, Rorschach se encargara en estos días poner la evidencias en tus manos para que todos esos burgueses queden en tu "santo" juicio- sonreí y asentí confiado -En cuanto a Spider,- cambie de posición, quedando justo al lado de Roschach -Mi espía supo de su existencia pero ya que este hombre es alérgico a hombres como él, preferí que lo dejara o a Rorschach le importaría poco nuestros intereses y terminaría por matarle... ¿Ves desde cuando soy fiel a mi palabra contigo?- sacudí la cabeza, negando la desconfianza que el sacerdote podía tener en contra nuestra - Por tanto podrás comprender que si no siguió la línea de Spider era casi imposible que llegara a- detuve mis palabras mientras mis ojos trataban de tener un contacto más profundo con los de aquella elegante y refinada cazadora -Madame Bertinelli- fracase en mi intento por tener contacto con sus ojos, que esquivaban a los míos de una forma bastante déspota, eso me resultaba atrayente viniendo de una mujer, creí que de este tipo ya no se encontraban tan fácil en este mundo -Y en cuanto a Zodiaco pues el...- en ese momento el cazador que me suponía detrás de la tela tenía una mirada llena de furia en mi contra callo por completo mis palabras, por el bien de todos era dejarlo hablar, me retire de su presencia volviendo a mi asiento, su mascara revolvía mi estomago, no soportaba el movimiento de sus manchas, pero no será por mucho tiempo el que tenga que seguir tolerándole, le pasara igual que a su compañero, me desharé de él en cuanto ya no me sirva, sabe demasiado y la única forma de silenciar una voz como la suya es enterrándola tres metros bajo tierra para que no pueda ser escuchada...
Lorenzo de Goya- Humano Clase Alta
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Re: La noche del búho (Le due maschere della notte Prt.III)
-¿Disfrutas burlarte de mí, conspirador de quinta?- respondió Jean Claude sin rastro de sonrisa, le siguió con la entrecerrada vista y después ejecuto todas las acciones descritas.
Lorenzo se hizo a un lado cuando el enmascarado pretendía hablar sin cuidado -¡Silencio enmascarado demoniaco!- parecía que por su mente paso algo inesperado -Pensándolo bien quiero otra cosa a cambio- su interlocutor y el desconocido hombre quedaron petrificados -Sabrán que el favor que hago es muy arriesgado, pongo en juego la sotana y la imagen de esta iglesia santa y si no lo llegase a conseguir, si alguien me delata o por lo menos rompiendo a mi zodiaco de cristal me mata, quiero llevarme conmigo un alma- suspiro como si se tratará de una mujer amada, no es raro si de eso trataba, Jean Claude no es el hombre que tenga la inocencia puritana, a probado de todo, incluyendo la noche en que los cuerpos se unen debajo de las sabanas y en una cama -Jhofiel a muerto- se incorporo a su asiento -¿No es cierto?- pregunto con malévolo acento -Dejo a esa joven ante la amenaza de un mundo cruel y completamente desconocido, con eso en desventaja necesitara de alguien que vele por su alma, que ore por su salvación de esa hermosa e inocente gitana-desvió la mirada y recargo la barbilla en su mano cerrada -Sarah- susurro sin decir más nada.
-Manda a Rorschach-se incorporo a la plática -y tráeme a esa gitana- dijo con profunda mirada -Ella me debe ciertas cosas... robos a las limosnas, el desafío frente a todo París... Tráemela Lorenzo de Goya y te dejaré ir- finalmente el anciano empezó a sonreír -Borrare todos los cargos contra ti, todos los juicios que le debes a la inquisición, todas las torturas, todas la sentencias a las que estas condenado por traición y yo te daré a mi mejor inquisidor- entonces un silencio invadió en el momento -¿Es alto el precio?- pregunto con algo de repudio, serio, victorioso y exagerado desprecio.
Se levanto, ignorando la mirada de los presentes en esta ocasión, se olvido de que el era un hombre de Dios, olvido por completo el crucifijo al que siempre dirigía su oración, pidiendo de todos sus pecados la liberación, nada le importo, sus pasos cansados y lentos que daba su encorvado cuerpo pronto lo llevaron hacia donde reposaba Lorenzo, otro no tan viejo pero que igual que el sacerdote llevaban al demonio por dentro, víbora con víbora, se soltaban y volvían a sujetarse mutuamente su cuello, destilaban su veneno, estudiaban al enemigo y luego simplemente daban esa pequeña mordida en el lugar correcto –Mi querido Lorenzo, hijo mío…-a su oido susurro, hasta esa altura su cabeza agacho –Búho traidor, no creo que quieras que tus lindas plumas sean quemadas por el fuego abrazador… tu mejor que nadie sabes a cuentos he ejecutado en nombre del creador, por pecados que no tienen perdón, pero tú… Lorenzo has cometido el peor de todos, ir en contra de la iglesia con tus ideas de renovación es ir en contra de tu naturaleza, en contra del señor y eso amigo no solo se castiga con el fuego, sino que te someterán a procedimientos sangrientos…¡Oh sí!, yo he sido testigo, en los calabozos existen más locos que en los sanatorios, mas hombre enfermos y lujuriosos, que no les importa en lo mas mínimo si son mujeres u hombres, los que tienen a su merced y a sus ordenes….ellos se aprovechan en todos los aspectos de esos pecadores, en esas pocilgas quien puede oir sus oraciones- dijo con compasión falsa –Y yo tengo el poder de salvarte de por vida, soy el único que tiene el poder de liberarte o dejar que te maten…. Si me dices que la traerás conmigo, estas liberado de todo castigo y con eso este trato queda firmado y sellado- sonrió y a su interlocutor dejo, retiro su aliento del oido y entonces cual soldado se coloco firme a su lado, con la seguridad de un triunfo más en sus manos.
Lorenzo se hizo a un lado cuando el enmascarado pretendía hablar sin cuidado -¡Silencio enmascarado demoniaco!- parecía que por su mente paso algo inesperado -Pensándolo bien quiero otra cosa a cambio- su interlocutor y el desconocido hombre quedaron petrificados -Sabrán que el favor que hago es muy arriesgado, pongo en juego la sotana y la imagen de esta iglesia santa y si no lo llegase a conseguir, si alguien me delata o por lo menos rompiendo a mi zodiaco de cristal me mata, quiero llevarme conmigo un alma- suspiro como si se tratará de una mujer amada, no es raro si de eso trataba, Jean Claude no es el hombre que tenga la inocencia puritana, a probado de todo, incluyendo la noche en que los cuerpos se unen debajo de las sabanas y en una cama -Jhofiel a muerto- se incorporo a su asiento -¿No es cierto?- pregunto con malévolo acento -Dejo a esa joven ante la amenaza de un mundo cruel y completamente desconocido, con eso en desventaja necesitara de alguien que vele por su alma, que ore por su salvación de esa hermosa e inocente gitana-desvió la mirada y recargo la barbilla en su mano cerrada -Sarah- susurro sin decir más nada.
-Manda a Rorschach-se incorporo a la plática -y tráeme a esa gitana- dijo con profunda mirada -Ella me debe ciertas cosas... robos a las limosnas, el desafío frente a todo París... Tráemela Lorenzo de Goya y te dejaré ir- finalmente el anciano empezó a sonreír -Borrare todos los cargos contra ti, todos los juicios que le debes a la inquisición, todas las torturas, todas la sentencias a las que estas condenado por traición y yo te daré a mi mejor inquisidor- entonces un silencio invadió en el momento -¿Es alto el precio?- pregunto con algo de repudio, serio, victorioso y exagerado desprecio.
Se levanto, ignorando la mirada de los presentes en esta ocasión, se olvido de que el era un hombre de Dios, olvido por completo el crucifijo al que siempre dirigía su oración, pidiendo de todos sus pecados la liberación, nada le importo, sus pasos cansados y lentos que daba su encorvado cuerpo pronto lo llevaron hacia donde reposaba Lorenzo, otro no tan viejo pero que igual que el sacerdote llevaban al demonio por dentro, víbora con víbora, se soltaban y volvían a sujetarse mutuamente su cuello, destilaban su veneno, estudiaban al enemigo y luego simplemente daban esa pequeña mordida en el lugar correcto –Mi querido Lorenzo, hijo mío…-a su oido susurro, hasta esa altura su cabeza agacho –Búho traidor, no creo que quieras que tus lindas plumas sean quemadas por el fuego abrazador… tu mejor que nadie sabes a cuentos he ejecutado en nombre del creador, por pecados que no tienen perdón, pero tú… Lorenzo has cometido el peor de todos, ir en contra de la iglesia con tus ideas de renovación es ir en contra de tu naturaleza, en contra del señor y eso amigo no solo se castiga con el fuego, sino que te someterán a procedimientos sangrientos…¡Oh sí!, yo he sido testigo, en los calabozos existen más locos que en los sanatorios, mas hombre enfermos y lujuriosos, que no les importa en lo mas mínimo si son mujeres u hombres, los que tienen a su merced y a sus ordenes….ellos se aprovechan en todos los aspectos de esos pecadores, en esas pocilgas quien puede oir sus oraciones- dijo con compasión falsa –Y yo tengo el poder de salvarte de por vida, soy el único que tiene el poder de liberarte o dejar que te maten…. Si me dices que la traerás conmigo, estas liberado de todo castigo y con eso este trato queda firmado y sellado- sonrió y a su interlocutor dejo, retiro su aliento del oido y entonces cual soldado se coloco firme a su lado, con la seguridad de un triunfo más en sus manos.
Jean Claude Frollo- Humano Clase Alta
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Re: La noche del búho (Le due maschere della notte Prt.III)
-Ver para creer- asentí con la cabeza, mientras una sonrisa burlona se dibujaba en el rostro -Tú eres el demonio vivo- que más importaba su respiración su amenaza, su aire arisco que poco me asfixiaba, por algo el destino siempre estaba de mi lado, jamás me ha traicionado y creo que nunca lo hará -Tus amenazas me tienen sin el menor de los cuidados, ¡Por favor! era un joven cuando la logia me escogió como su cabecilla, créeme he pasado miles de cosas y de cada una me salve, la hoguera, jamás llegará hasta mí- permanecía tranquilo, mis manos reposaban en el regazo, ambas entrelazadas, la mirada era demasiado insistente y con empeño se encargaba siempre de ver al párroco a los ojos, sin temor, sin siquiera mostrar debilidad a la suya -Estas pidiendo mucho ya ¿No crees?- solté un leve suspiro, mientras mi cabeza deambulaba en miles de pensamientos, estrategias y movimientos -Habiendo tantas mujeres en París, tienes que escoger a una pobre gitana que no tiene en que caerse muerta... ¿O sigues resentido porque Jhofiel te robo su atención?- el ceño se frunció y las arrugas de la frente se marcaron más, podía sentirlas, sin embargo la expresión era una artimaña más para intimidar, mostrar interés en sus asuntos era una manera de ganarme más fácil su confianza que desecharía tan pronto como me de lo que quiero -Eres un viejo enfermo... estas interesado en una niña estúpida que habla con muertos y además se atreve a solucionar los supuestos pendientes con sus familiares para poder irse en paz, eso se llama erija... digo por si no lo recuerdas- comencé a reír, las carcajadas subieron de intensidad, en que contradicciones caía el falso padre, una doble moral que no se todos los días -Con todo respeto Jean Claude pero tu precaria situación mental me produce la más sincera de las risas-.
El trato era más que justo, debo admitir que Frollo era demasiado inteligente y sabía cuidar y proteger bien sus cartas. eso me convenía hasta cierto punto, sin embargo necesitaba saber si tiene ases o tiene un mazo por demás débil y solo una mujer podía sucumbir y desentrañar los secretos de un hombre -La dama será tuya entonces, lo que hagas o dejes de hacer con ella, total tu cargarás con ella y su compañero fantasma, tu sabes al que ve todo el tiempo- una carcajada inesperada se escapo de mis labios -Hasta un espectro tiene más suerte que tú, sin embargo eres alquimista ¿No?, sabrás como acabar con su fantasma amigable- señale a Rorschach con la mano y le ordene con el chasquido de mis dedos que llegará hasta donde reposaba tranquilamente -Rorschach, mañana irás por ella entendido- evite su mirada, si es que detrás de las manchas había algo de eso -Te he dicho que si todo quedo... ¿Entendido?-acomode mis ropajes aguardando su respuesta, sin embargo el seguía sin entender o quizás estaba ofendido por la forma en que Frollo le calló -No temas, yo no ahogare tu opinión- entonces la voz femenina, esa hembra que provocaba bajos instintos con tono de su voz volvió a intervenir impidiendo que Rorschach pudiese o no contestar.
El trato era más que justo, debo admitir que Frollo era demasiado inteligente y sabía cuidar y proteger bien sus cartas. eso me convenía hasta cierto punto, sin embargo necesitaba saber si tiene ases o tiene un mazo por demás débil y solo una mujer podía sucumbir y desentrañar los secretos de un hombre -La dama será tuya entonces, lo que hagas o dejes de hacer con ella, total tu cargarás con ella y su compañero fantasma, tu sabes al que ve todo el tiempo- una carcajada inesperada se escapo de mis labios -Hasta un espectro tiene más suerte que tú, sin embargo eres alquimista ¿No?, sabrás como acabar con su fantasma amigable- señale a Rorschach con la mano y le ordene con el chasquido de mis dedos que llegará hasta donde reposaba tranquilamente -Rorschach, mañana irás por ella entendido- evite su mirada, si es que detrás de las manchas había algo de eso -Te he dicho que si todo quedo... ¿Entendido?-acomode mis ropajes aguardando su respuesta, sin embargo el seguía sin entender o quizás estaba ofendido por la forma en que Frollo le calló -No temas, yo no ahogare tu opinión- entonces la voz femenina, esa hembra que provocaba bajos instintos con tono de su voz volvió a intervenir impidiendo que Rorschach pudiese o no contestar.
Lorenzo de Goya- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 09/05/2013
Re: La noche del búho (Le due maschere della notte Prt.III)
Diario de Rorschach
6 de Octubre de 1800
6 de Octubre de 1800
-Yo no lo temo a nada- respondo a regañadientes para Lorenzo -Se hará lo que digas- concluyo falsamente resignado, el ambiente me ahogaba, tenía las inmensas ganas de abrir la puerta y gritar a todo París la farsa que se montaba frente a sus estúpidas caras y su supuesta fe que solo los ha llevado de a poco a la miseria de su alma.
Un tiempo creí que se podía rescatar lo humano de lo humano... que idiota fui al tan siquiera pensar que el hombre dejaba de ser animal por el simple hecho de hablar.
Hablar fue el peor de los errores, solo un sonido como ese puede demostrar que nosotros somos el error de la naturaleza misma, que somos la peste, la ponzoña que en un futuro no muy lejano terminaremos con este maldito planeta, la humanidad es la especie enferma, la que se entrego a la locura en el momento mismo en que invento las palabras, las armas y el dinero, esos malditos vicios y placeres que obtenemos con el uso de ellos, semillas podridas que dieron lugar a parásitos como Jean Claude y como Lorenzo de Goya... idiotas que solo se mueven para su beneficio mientras se mofan de la ignorancia de otros, son pedazos de carne podrida que están cortadas por la misma tijera, parásitos que se creen hombres, hombres que se creen dioses, pero no verán la luz del sol brillar solo para ellos, las manchas que prevalecen y los atormentan en la máscara que ahora callan, terminara cubriéndolos a ambos, callándolos mientras los entierro tres metros bajo tierra, sin lujos, sin estúpidos cortejos fúnebres, enterrados como lo que son... simple basura humana.
Observo a la joven que acaba de entrar, se muestra sorprendida ante la sumisión que aparento, la mirada debajo de la máscara le observa como una bestia ve a su presa, ella lo siente y sus ojos celestes me miran por segundos, es inevitable... ella tambien baja la cabeza y en voz baja me pregunto ¿Entre qué clase de enfermos estoy?
-Y deseo comunicarle Jean Claude- la mirada se separa de la figura femenina, retorna al anciano, mis ojos parecen transformarse en cuchillas que en mi sola imaginación puedo enterrarle en su espalda a placer -Que si voy por Sarah... es por ordenes de mi superior y no porque un inepto, decrepito, corrupto y enfermo acosador la desea para saciar su apetito carnal que ha sido reprimido años, muchos años atrás...Dígame Jean Claude ¿no es demasiado sacrificio para obtener unos cuantos francos que donan los muertos de hambre?- me rio en su cara, aunque él no lo note -No me responda, no responda lo que pregunta Rorschach- suspiro mientras el guante se atreve a posarse en su hombro, cuyos huesos empiezan a sentirse debido a la fragilidad que tiene a su edad en la piel -Sin embargo, como la recompensa que voy a cazar es para usted y nadie más que usted... quiero que su... lo que sea ella acompañe- el hombre queda callado, no dice nada, solo la observa y luego se pierde en Lorenzo que no deja su postura victoriosa y firme -Mis problemas son con otros, no con ustedes- mentira y más mentiras, pero solo así podría sobrevivir en un nido de víboras -A falta de palabras de tu amo... que dices querida ¿Me concederías el honor?- le pregunto a la cazadora que de a poco sonríe ante mi proposición.... mientras la respuesta viene a mí, maquilo y planeo contratar los servicios de una serpiente más grande que todas las que se enredan y se arrastran aquí, pienso en que puedo darle a cambio, ¿Será acaso que por estar en la casa de Dios ocurre un milagro?... la respuesta llegó al instante como enviada por el espiritú Santo, a esa víbora le daría a cambio a su peor enemigo en bandeja de plata y estoy seguro que no soy el único que desea dar jaque a su propio Rey.
Rorschach- Cazador Clase Media
- Mensajes : 21
Fecha de inscripción : 19/06/2013
Re: La noche del búho (Le due maschere della notte Prt.III)
No pudo evitar dejar al aire una pequeña sonrisa traviesa, sus labios se entreabrieron para que su dedo más pequeño se albergará allí, entre los dientes y su legua que jugueteando rozaba su piel -¡Vaya, que hombre tan gentil!- exclamo olvidándose por completo del lugar en que sus pies estaban parados –Ya no hay muchos como tú, esos hombres están en peligro de extinción- observo a Jean Claude y Lorenzo a la par –Sin ofender caballeros- advirtió y comenzó a caminar por la pequeña y rustica habitación –Lo único que no me gusto de todo ese discurso tan… elegante- dijo entre suspiros –Es que creas que yo tengo un amo- negó con la cabeza y pronto llego frente a la máscara de manchas extrañas –Solo trabajo porque necesito comer, no porque quiera tener un verdugo, eso es algo que aún los machos convencionales no quieren entender- atrevidamente paso su mano por el pecho cubierto de telas del enmascarado –Bueno- susurro seductoramente -Todo lo bello tiene su defecto- sonrío sin rodeos.
Y es que la cazadora era fiel amante de todo tipo de rarezas, Rorschach era de sus gustos extravagantes aunque apenas le conocía de cara a máscara, desde que le había espiado quedo atraída a él de forma inexplicable, pero solo eso era una simple atracción, una simple fantasía que nadie pensaría podía venir de una dama con tan bellos rasgos como los suyos, ella también le era infiel en su mente con “The Phantom”, el asesino del teatro de París, pese a que no le había visto, al escuchar su voz aquella noche de tragedia, algo le atrajo de ese ser que ahora era la leyenda más aterradora de la que hablaba todo París, una historia que esos hombres tanto Jean Claude como Lorenzo estaban poniéndole precio a su cabeza.
Al sentir la mirada de Jean Claude sobre ella, esta se acerco para evitar represalias, podía ser una mujer independiente pero tenía una deuda muy grande con iglesia de la cual el falso santo sacaba provecho, manteniéndola bajo su dominio y sus deseos, Thala le temía, era a la única persona que respetaba pero no por cariño si no por miedo puro y verdadero –Bestia- pensó mientras se acercaba a él –Pero ya llegará tu castigo y ese día te estarás pudriendo en el infierno- seguía maquilando –Y cuando ese día llegue estaré riéndome en tu cara o mejor aún danzando sobre tu tumba bajo la luna y gritando de felicidad que has muerto- dejo salir de ella un leve suspiro, y mientras su mirada se quedaba incrustada justo en la del viejo que observa de pies a cabeza el talle de su cuerpo –Bastardo y lo peor es que Zodiaco no puede hacerte daño- sonrió para él y realizó una reverencia –Yo digo, su excelencia que si trabajase con Rorschach sería más fácil el completamiento de la misión y mientras más rápido y perfecto el Santo Padre confiará en usted como su único confidente y efectivo soldado, además- agrego mientras ponía sus finas manos en los hombros del sacerdote –Usted no es quién debe ensuciarse estas… manos tan puras y santas- beso el dorso de su mano, hincándose justo a su costado –Deme la bendición de Dios Todopoderoso, para poder traer con éxito lo que necesita, debo- dijo seriamente –Trabajar con Rorschach y usted sabe que es lo que mejor conviene para el revuelo que los falsos pensadores y herejes están inculcando en la mente de todo el pueblo de Dios- observo al padre quien le vio a los ojos, este le sonrió y asintió gustoso, mientras ella en su mente solo se decía a sí misma –Anda hazlo, firma de una buena vez tu sentencia de muerte-.
Y es que la cazadora era fiel amante de todo tipo de rarezas, Rorschach era de sus gustos extravagantes aunque apenas le conocía de cara a máscara, desde que le había espiado quedo atraída a él de forma inexplicable, pero solo eso era una simple atracción, una simple fantasía que nadie pensaría podía venir de una dama con tan bellos rasgos como los suyos, ella también le era infiel en su mente con “The Phantom”, el asesino del teatro de París, pese a que no le había visto, al escuchar su voz aquella noche de tragedia, algo le atrajo de ese ser que ahora era la leyenda más aterradora de la que hablaba todo París, una historia que esos hombres tanto Jean Claude como Lorenzo estaban poniéndole precio a su cabeza.
Al sentir la mirada de Jean Claude sobre ella, esta se acerco para evitar represalias, podía ser una mujer independiente pero tenía una deuda muy grande con iglesia de la cual el falso santo sacaba provecho, manteniéndola bajo su dominio y sus deseos, Thala le temía, era a la única persona que respetaba pero no por cariño si no por miedo puro y verdadero –Bestia- pensó mientras se acercaba a él –Pero ya llegará tu castigo y ese día te estarás pudriendo en el infierno- seguía maquilando –Y cuando ese día llegue estaré riéndome en tu cara o mejor aún danzando sobre tu tumba bajo la luna y gritando de felicidad que has muerto- dejo salir de ella un leve suspiro, y mientras su mirada se quedaba incrustada justo en la del viejo que observa de pies a cabeza el talle de su cuerpo –Bastardo y lo peor es que Zodiaco no puede hacerte daño- sonrió para él y realizó una reverencia –Yo digo, su excelencia que si trabajase con Rorschach sería más fácil el completamiento de la misión y mientras más rápido y perfecto el Santo Padre confiará en usted como su único confidente y efectivo soldado, además- agrego mientras ponía sus finas manos en los hombros del sacerdote –Usted no es quién debe ensuciarse estas… manos tan puras y santas- beso el dorso de su mano, hincándose justo a su costado –Deme la bendición de Dios Todopoderoso, para poder traer con éxito lo que necesita, debo- dijo seriamente –Trabajar con Rorschach y usted sabe que es lo que mejor conviene para el revuelo que los falsos pensadores y herejes están inculcando en la mente de todo el pueblo de Dios- observo al padre quien le vio a los ojos, este le sonrió y asintió gustoso, mientras ella en su mente solo se decía a sí misma –Anda hazlo, firma de una buena vez tu sentencia de muerte-.
Thala Bertinelli- Cazador Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/07/2013
Re: La noche del búho (Le due maschere della notte Prt.III)
-¡Que chica tan lista!- exclamo el anciano sin separar de ella la vista –No había pensando en todo aquello que me has comentado, sin duda puede ser un gran paso para llegar prontamente al papado- quedo reflexionando y luego celoso miro al hombre que tenía al frente y el que se encontraba a su costado –Muy bien creo que ya todo está pactado, Lorenzo dejemos que ellos hagan su trabajo, este importante mandado que no podemos hacer debido a la reputación que debemos tener ante los ejércitos que comandamos- sonrió cuando recordó lo que a Rorschach se le había ordenado –Sarah parece ser el mejor de los pagos, esa niña malcriada que es claro no es parte de los gitanos y sin embargo se enamoró de ese muerto de hambre, Jhofiel… infeliz pero ya Dios le ha deber impuesto la condena que debe cumplir- suspiro cuando la tranquilidad en su cuerpo y alma comenzó a sentir –Y no Roschach- miro al enmascarado mortal –No es mucho el sacrificio que tengo que pagar, el deseo carnal es solo… bueno en el hombre siempre existirá mala levadura, allí tienes a los “genios” de la escritura, revoltosos que al final solo buscan separar al hombre de la divina gracia de Dios, de su divino nombre- miro al otro hombre, a Lorenzo que con la ceja arqueada no dejaba de verle, haciendo infinidades de gestos diversos –Y no solamente los genios son presos de tan fatal pecado, allí tienes a Lorenzo, un claro ejemplo del abusivo y perverso, un hombre que busca su bienestar bajo una falsa corte que o sirve más para estorbar y hacer aún más desorden, es de hombres como él que queremos salvar al hombre, muchos conocimientos podrían podrir a la sociedad, yo que soy alquimista lo puedo asegurar- el enmascarado al masculló entre dientes –Ignoraré lo que digas hereje-advirtió y de nueva cuenta en la joven presto su atención.
-Muy bien hija, vete y tráeme a Sarah con vida- hizo a un lado la silla, se puso de pie y con la chica de rodillas dio la bendición de Dios, sin percatarse del gesto de los otros dos, ninguno decía nada, ninguno se burlaba, eran listos y sabían que la prudencia era su mejor compañía –Zodiaco… ¿no estará a tu lado?- pregunto el anciano, ante el silencio de la cazadora, él supuso que había entendido que esta vez Zodiaco no era requerido –No lo quiero aquí metido- ordeno severamente y con la chica sujeta a su regazo camino con el hombre enmascarado -Ella que es mi mano derecha irá de tu lado, para vigilar que por alguien pueda ser traicionado- le observo por momentos y luego su mirada aparto de ellos -¡Váyanse ahora, antes que me arrepienta del trato!-suspiro –Y que la Beata María les proteja con su manto- rezo mientras ellos se iban alejando, Rorschach no dijo nada, solo una leve mirada que no podía ser contemplada gracias a su máscara, cerró la puerta, yéndose a toda marcha con ella.
-Bien Lorenzo, solo usted y yo quedamos en este momento- tendió su mano -¿Trato hecho?- pregunto al viejo –Que dios bendiga a la noche de los búhos- y con esto cerro el ambicioso trato que le abriría las puertas de lo que tanto había soñado.
-Muy bien hija, vete y tráeme a Sarah con vida- hizo a un lado la silla, se puso de pie y con la chica de rodillas dio la bendición de Dios, sin percatarse del gesto de los otros dos, ninguno decía nada, ninguno se burlaba, eran listos y sabían que la prudencia era su mejor compañía –Zodiaco… ¿no estará a tu lado?- pregunto el anciano, ante el silencio de la cazadora, él supuso que había entendido que esta vez Zodiaco no era requerido –No lo quiero aquí metido- ordeno severamente y con la chica sujeta a su regazo camino con el hombre enmascarado -Ella que es mi mano derecha irá de tu lado, para vigilar que por alguien pueda ser traicionado- le observo por momentos y luego su mirada aparto de ellos -¡Váyanse ahora, antes que me arrepienta del trato!-suspiro –Y que la Beata María les proteja con su manto- rezo mientras ellos se iban alejando, Rorschach no dijo nada, solo una leve mirada que no podía ser contemplada gracias a su máscara, cerró la puerta, yéndose a toda marcha con ella.
-Bien Lorenzo, solo usted y yo quedamos en este momento- tendió su mano -¿Trato hecho?- pregunto al viejo –Que dios bendiga a la noche de los búhos- y con esto cerro el ambicioso trato que le abriría las puertas de lo que tanto había soñado.
Jean Claude Frollo- Humano Clase Alta
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