AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Encuentro [privado]
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Encuentro [privado]
Sentía el viento, el crujir de las ojas en el suelo. Aquel clima casi cálido hacía que mi pelaje se sintiese casi erizado, puesto que tras esa calidez se avecinaba alguna que otra brisa de aire gélido y aunque el sol pegase con fuerza hacía que mi piel canina se pusiese como las escarchas a cada brinco que daba en aquella carrera conmigo mismo que estaba corriendo en el bosque. Mi pelaje negro y marrón se veía reluciente, acababa de salir de un lago que acababa de atravesar y estaba mojado. Cuando me paré me sacudí un par de veces mojando el tronco del árbol que tenía más cercano.
En la boca llevaba un saco de tela lo solté dejándolo en el suelo y me volví a transformar a mi estado original de hombre, encontrándome desnudo. De aquel saco saqué algo de ropa que por desgracia, se había mojado un poco por atravesar aquel lago, pero el saco, había conseguido aislarla un poco. Me puse los pantalones de tela negros y una vieja camisa blanca que dejé desabrochada sin nada más debajo. Mi cabello oscuro estaba aun empapado y caían algunas gotas atravesando mi rostro.
Estaba seguro de que el padre Pierre no estaría preocupado, y aunque ya hacía unos meses que me fui del monasterio supongo que era algo que ya se esperaba. Y en el caso contrario, estaba convencido de que tenía plena confianza en mí y en la responsabilidad de mis actos. Pero me había hartado de rezar todas las mañanas y de acompañarle a las misas. Prefería servir a Dios a mi manera. Y al pensar aquello me llevé las manos a mi hombro derecho, donde tenía aquel tatuaje de la cruz que me hice al poco de llegar al monasterio.
Lo cierto es que lo de marcharme de allí cabilaba por mi cabeza desde hacía bastante tiempo, pero no lo había decidido hasta el momento en que vi a la señora Doipierre hablando con la señora Parmentiere. Aquella conversación... no podía permitir que mi presencia allí perjudicase al párroco. Del saco saqué unos viejos zapatos que me calcé para no hacerme daño en los pies, no era lo mismo correr sobre piedras en mi forma canina que en mi forma humana. De repente me quedé totalmente quieto y caminé junto al árbol que tenía próximo y que momentos antes había salpicado y comencé a olisquear el aire. Notaba el olor de alguien, y no estaba demasiado lejos. Quizás no fuese recomendable pero decidí sentarme junto aquel árbol, esperando para ver de quien se trataba.
En la boca llevaba un saco de tela lo solté dejándolo en el suelo y me volví a transformar a mi estado original de hombre, encontrándome desnudo. De aquel saco saqué algo de ropa que por desgracia, se había mojado un poco por atravesar aquel lago, pero el saco, había conseguido aislarla un poco. Me puse los pantalones de tela negros y una vieja camisa blanca que dejé desabrochada sin nada más debajo. Mi cabello oscuro estaba aun empapado y caían algunas gotas atravesando mi rostro.
Estaba seguro de que el padre Pierre no estaría preocupado, y aunque ya hacía unos meses que me fui del monasterio supongo que era algo que ya se esperaba. Y en el caso contrario, estaba convencido de que tenía plena confianza en mí y en la responsabilidad de mis actos. Pero me había hartado de rezar todas las mañanas y de acompañarle a las misas. Prefería servir a Dios a mi manera. Y al pensar aquello me llevé las manos a mi hombro derecho, donde tenía aquel tatuaje de la cruz que me hice al poco de llegar al monasterio.
Lo cierto es que lo de marcharme de allí cabilaba por mi cabeza desde hacía bastante tiempo, pero no lo había decidido hasta el momento en que vi a la señora Doipierre hablando con la señora Parmentiere. Aquella conversación... no podía permitir que mi presencia allí perjudicase al párroco. Del saco saqué unos viejos zapatos que me calcé para no hacerme daño en los pies, no era lo mismo correr sobre piedras en mi forma canina que en mi forma humana. De repente me quedé totalmente quieto y caminé junto al árbol que tenía próximo y que momentos antes había salpicado y comencé a olisquear el aire. Notaba el olor de alguien, y no estaba demasiado lejos. Quizás no fuese recomendable pero decidí sentarme junto aquel árbol, esperando para ver de quien se trataba.
Última edición por Maximilian W. Stuckbones el Miér Mayo 15, 2013 5:50 pm, editado 2 veces
Maximilian W. Stuckbones- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 10/05/2013
Re: Encuentro [privado]
El joven le gustaba salir a correr por el bosque cuando su trabajo le daba ese tiempo libre. Sobretodo por que estar encerrado en una casa vigilando que no se escapara la hija de su cliente y amigo era algo que le causaba de vez en cuando claustrofobia. Se había vestido con una camiseta de tirantes de color blanca dejando ver el brazo tatuado el cual era un tatuaje militar hecho cuando tuvo la mayoria de edad, no era decorativo pero tampoco le molestaba. Llevaba unos pantalones cortos de color oscuro. Finalmente en sus pies portaba unas botas militares que eran apropiadas para ejercicios fisicos por campos dificiles de transitar.
Aunque empezó a correr por el sendero pronto se empezó a internar en el bosque mientras saltaba algun que otro árbol caido, arroyo o hacia alguna que otra flexión en alguna rama de un árbol. Sigió con su carrera mientras observaba el lugar, no sabía si la academia estaría bien abrirla allí o en un lugar menos apartado, mientras pensaba en eso aminoró su carrera para fijar su vista en el suelo. Al hacerlo pudo ver unas huellas de perro, pero no de un perro cualquiera, era de su raza canina, un Rottweiler. Frunció el ceño, mientras aspiraba con fuerza el aire para encontrar el rastro cosa que consiguió al poco tiempo.
Dejo de correr mientras recuperaba el aire de la carrera mientras andaba de forma rapida por el bosque siguiendo aquel olor y mas tras ver las huellas de un perro por allí suelto. Se secó un poco como pudo el sudor y salió detrás gran arboleta para ver delante de él un hombre sentado en los pies del árbol. Frunció el ceño un poco pues no se hubiera imaginado que hubiera muchos cambiaformas Rottweiler por allí. Estaba algo desgarbado y por lo que podía ver no era de aquel lugar o eso parecía, aunque había que decir que tenía un cuerpo muy bien trabajado. Se acercó a él con paso decidido mirandole de forma seria y friamente.
-tú, que haces por aquí-dijo con cierto acento alemán de forma directa haciendo un gesto de la cabeza hacia él para quedar no muy lejos de Maximiliam. Comenzo a analizarle poco a poco, no se relacionaba con muchos cambiaformas pero el que tenía delante le estaba llamando mucho la atención. Pues su academia solía entrenar a cambiaformas Rottweiler aunque el pensaba crear su academia a otros horizontes.
Aunque empezó a correr por el sendero pronto se empezó a internar en el bosque mientras saltaba algun que otro árbol caido, arroyo o hacia alguna que otra flexión en alguna rama de un árbol. Sigió con su carrera mientras observaba el lugar, no sabía si la academia estaría bien abrirla allí o en un lugar menos apartado, mientras pensaba en eso aminoró su carrera para fijar su vista en el suelo. Al hacerlo pudo ver unas huellas de perro, pero no de un perro cualquiera, era de su raza canina, un Rottweiler. Frunció el ceño, mientras aspiraba con fuerza el aire para encontrar el rastro cosa que consiguió al poco tiempo.
Dejo de correr mientras recuperaba el aire de la carrera mientras andaba de forma rapida por el bosque siguiendo aquel olor y mas tras ver las huellas de un perro por allí suelto. Se secó un poco como pudo el sudor y salió detrás gran arboleta para ver delante de él un hombre sentado en los pies del árbol. Frunció el ceño un poco pues no se hubiera imaginado que hubiera muchos cambiaformas Rottweiler por allí. Estaba algo desgarbado y por lo que podía ver no era de aquel lugar o eso parecía, aunque había que decir que tenía un cuerpo muy bien trabajado. Se acercó a él con paso decidido mirandole de forma seria y friamente.
-tú, que haces por aquí-dijo con cierto acento alemán de forma directa haciendo un gesto de la cabeza hacia él para quedar no muy lejos de Maximiliam. Comenzo a analizarle poco a poco, no se relacionaba con muchos cambiaformas pero el que tenía delante le estaba llamando mucho la atención. Pues su academia solía entrenar a cambiaformas Rottweiler aunque el pensaba crear su academia a otros horizontes.
Dagobert Rosenthal- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 30/03/2013
Re: Encuentro [privado]
El crujido de las hojas se escuchaba cada vez más cercano, aquella presencia que había detectado momentos antes parecía acercarse a gran velocidad. Escuchaba cada pisada y cada resoplido. Estaba convencido de que no era un humano, lo notaba en el olor. Cuando has pasado gran tiempo como cambiaformas los sentidos se te agudizan en gran medida y ademas... los perros teníamos muy buen olfato y oído. Además, oía el canto de un pájaro que realmente hacía rato que me estaba poniendo bastante nervioso. Deseaba que se callase de una vez.
De repente de entre la arboleda apareció un chico, no aparentaba ser mucho más mayor que yo, la verdad, este venía con una ropa un tanto escueta, sin demasiados detalles. Unos pantalones cortos con unas grandes botas de cuero acompañado todo con una simple camiseta de tirantes. Él parecía mirarme con detenimiento de manera seria y a eso yo le miraba arqueando la ceja izquierda. Lo cierto es que el tipo me pareció un poco raro de buenas a primeras. Porque se me quedó mirando sin decir absolutamente nada.
A todo esto me levanté. Me estaba poniendo nervioso tenerle en frente mía mirándole yo desde abajo. No me sentía para nada inferior, así que no tenía porque mirarle desde esa perspectiva. Tampoco parecía tener una estatura demasiado diferente que la mía. Lo cierto es que no estaba mal el tipo, se le veía en forma, pero enseguida aparté de mi cabeza aquel tipo de pensamientos, ya que no era el momento de andar pensando en eso.
El tipo me preguntó, quizás de manera un tanto más ruda de lo que a mí me gustaba oír que qué hacía ahí. Lo cierto es que aquello me hizo enarcar la ceja un tanto más, pero mi cara era totalmente seria. Incliné un poco la cabeza y le miré de arriba abajo. - Podría preguntarte lo mismo a ti. - Olfateé un poco en el aire - ¿Qué se supone que eres? - Dije de manera un tanto seria y sin contestar a la pregunta que él me había dirigido momentos antes.
No tenía porque contestar si no me contestaba él antes y de hecho, no pensaba hacerlo. Comencé a abrocharme la camisa, al menos aquellos botones que no se habían descosido durante mi cruzada desde Bélgica hasta aquí. - ¿Y bien? - Dije preguntando de nuevo a ver si aquel respondía.
De repente de entre la arboleda apareció un chico, no aparentaba ser mucho más mayor que yo, la verdad, este venía con una ropa un tanto escueta, sin demasiados detalles. Unos pantalones cortos con unas grandes botas de cuero acompañado todo con una simple camiseta de tirantes. Él parecía mirarme con detenimiento de manera seria y a eso yo le miraba arqueando la ceja izquierda. Lo cierto es que el tipo me pareció un poco raro de buenas a primeras. Porque se me quedó mirando sin decir absolutamente nada.
A todo esto me levanté. Me estaba poniendo nervioso tenerle en frente mía mirándole yo desde abajo. No me sentía para nada inferior, así que no tenía porque mirarle desde esa perspectiva. Tampoco parecía tener una estatura demasiado diferente que la mía. Lo cierto es que no estaba mal el tipo, se le veía en forma, pero enseguida aparté de mi cabeza aquel tipo de pensamientos, ya que no era el momento de andar pensando en eso.
El tipo me preguntó, quizás de manera un tanto más ruda de lo que a mí me gustaba oír que qué hacía ahí. Lo cierto es que aquello me hizo enarcar la ceja un tanto más, pero mi cara era totalmente seria. Incliné un poco la cabeza y le miré de arriba abajo. - Podría preguntarte lo mismo a ti. - Olfateé un poco en el aire - ¿Qué se supone que eres? - Dije de manera un tanto seria y sin contestar a la pregunta que él me había dirigido momentos antes.
No tenía porque contestar si no me contestaba él antes y de hecho, no pensaba hacerlo. Comencé a abrocharme la camisa, al menos aquellos botones que no se habían descosido durante mi cruzada desde Bélgica hasta aquí. - ¿Y bien? - Dije preguntando de nuevo a ver si aquel respondía.
Última edición por Maximilian W. Stuckbones el Miér Mayo 15, 2013 5:56 pm, editado 1 vez
Maximilian W. Stuckbones- Cambiante Clase Baja
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Fecha de inscripción : 10/05/2013
Re: Encuentro [privado]
Empezó a levantarse para estar en mismas condiciones que él, no sabía si sería peligroso pero él había desarrollado todas sus habilidades a tal nivel que su cuerpo era una arma de matar. Con sus manos podía acabar con cualquier ser que se le pusiera delante, aunque contra vampiros y licantropos le costaba más. Sintió como le analizaba de arriba abajo algo que le molestaba, pues se sentía superior que muchos y mas por su rango.
No le gustaba que no le contestase a su pregunta, pero al fin y acabo el bosque era de todos, pero estaba muy cerca del rango que el Rosenthal vigilaba. Suspiró, la pregunta para él era un poco tonta pues ambos olían casi identicamente igual por la unica diferencia de aquel olor que identificaba la personalidad de cada cambiaformas. Comenzo a andar en semicirculo analizando al joven que seria como mucho unos añitos mayor que él pero aquello no le importaba.
-Para ti soy Dagoberte Rosenthal, Teniente coronel o general depende por donde lo mires-dice un poco vacilon mirandole mientras se volvía a colocar enfrente de él para cruzarse de brazos mirandole directamente a los ojos.-Pero si te refieres a lo que soy lo mismo que tu, un Rottweiler entre las otras dos formas que puedo adoptar-dijo de forma algo mas tranquila pero aun desconfiando de aquel varón.
Aun se preguntaba que hacia un cambiaforma de buena casta como él por allí tirado y más sabiendo Dagobert que era un Rottweiler. Se preguntaba de que familia había salido aquel chaval y si su familia podría conocer a su familia, aunque por el ritmo de vida que tenía y sus ropas no parecía tener ni siquiera familia.
-¿y bien?-volvió a imitar el alemán al belga ante la ultima pregunta que había hecho para incitarle a que contestara rápido. La verdad que tenía mejor cuerpo que él y su fuerza seguramente sería bastante buena por lo que tendría que tener cuidado y andarse con mas de un ojo.
No le gustaba que no le contestase a su pregunta, pero al fin y acabo el bosque era de todos, pero estaba muy cerca del rango que el Rosenthal vigilaba. Suspiró, la pregunta para él era un poco tonta pues ambos olían casi identicamente igual por la unica diferencia de aquel olor que identificaba la personalidad de cada cambiaformas. Comenzo a andar en semicirculo analizando al joven que seria como mucho unos añitos mayor que él pero aquello no le importaba.
-Para ti soy Dagoberte Rosenthal, Teniente coronel o general depende por donde lo mires-dice un poco vacilon mirandole mientras se volvía a colocar enfrente de él para cruzarse de brazos mirandole directamente a los ojos.-Pero si te refieres a lo que soy lo mismo que tu, un Rottweiler entre las otras dos formas que puedo adoptar-dijo de forma algo mas tranquila pero aun desconfiando de aquel varón.
Aun se preguntaba que hacia un cambiaforma de buena casta como él por allí tirado y más sabiendo Dagobert que era un Rottweiler. Se preguntaba de que familia había salido aquel chaval y si su familia podría conocer a su familia, aunque por el ritmo de vida que tenía y sus ropas no parecía tener ni siquiera familia.
-¿y bien?-volvió a imitar el alemán al belga ante la ultima pregunta que había hecho para incitarle a que contestara rápido. La verdad que tenía mejor cuerpo que él y su fuerza seguramente sería bastante buena por lo que tendría que tener cuidado y andarse con mas de un ojo.
Dagobert Rosenthal- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 30/03/2013
Re: Encuentro [privado]
Aquella manera que tuve de rehuír sus preguntas pareció que no le sentó demasiado bien. La verdad es que me importaba bien poco si le molestaba o no, no estaba ahí para complacer a nadie ni mucho menos. De hecho en mi vida me he dedicado a complacer a los demás. De todas formas y aunque se le veía bien seguro en cada uno de sus gestos había momentos en los que le notaba dudar. No acababa de entender porqué, pero de todas formas no iba tampoco a discutir por ese tema tan ridículo consigo mismo.
Comenzó a andar a mi alrededor mirándome y por un momento me sentía un puto cuadro en un museo, al que todo el mundo se queda mirando al pasar, casi como intentando descifrar los misterios que esconde. Aquello realmente hacía sentir incómodo por lo que giraba a la vez que lo hacía él. No me hacía demasiada gracia el tenerle a mi espalda y por ello lo hacía.
Me dijo su nombre y sus cargos, que realmente poco me importaban, no pensaba gastar tanta saliva en pronunciar un nombre. Me parecía una total pérdida de tiempo. Por lo mismo siempre odié que mi madre me hubiese puesto dos nombres y tan largos. Esa era la razón por la que siempre me presentaba con el diminutivo de mi primer nombre. - Está bien, Rosenthal - Dije llamándole por el apellido por no ser tan descortés como para hacerlo por el nombre de pila. - Si es que no te parece mal que te llame así. Opino que el nombre que me has dado es un poco demasiado largo. - Dije en un tono un tanto despreocupado y en el mismo tono en el que me lo había dicho él. - Yo soy Max. Max a secas para ti, no me gusta rellenar un nombre de adornos como si del árbol de navidad se tratase. -
Me dijo que al igual que yo era un cambiante de Rottweiler. Y me dijo que también se transformaba en otros dos animales. Vaya aquello si que era casualidad. Sonreí de lado y le tendí la mano - Eres el primer cambiante que encuentro. He leído acerca de ellos en el monasterio, pero solo leyendas. Yo también me transformo en otros dos animales a parte del Rottweiler. En zorro y en lobo. - Dije seguidamente.
No hice caso a aquel apremio que me metió, imitando mi tono ante aquel "¿Y bien?" que había dejado escapar antes. Creo que no me vendría mal el obtener algo de información de otro cambiante, ya que de momento, solo podía guiarme por la práctica que había adquirido durante aquel tiempo.
Comenzó a andar a mi alrededor mirándome y por un momento me sentía un puto cuadro en un museo, al que todo el mundo se queda mirando al pasar, casi como intentando descifrar los misterios que esconde. Aquello realmente hacía sentir incómodo por lo que giraba a la vez que lo hacía él. No me hacía demasiada gracia el tenerle a mi espalda y por ello lo hacía.
Me dijo su nombre y sus cargos, que realmente poco me importaban, no pensaba gastar tanta saliva en pronunciar un nombre. Me parecía una total pérdida de tiempo. Por lo mismo siempre odié que mi madre me hubiese puesto dos nombres y tan largos. Esa era la razón por la que siempre me presentaba con el diminutivo de mi primer nombre. - Está bien, Rosenthal - Dije llamándole por el apellido por no ser tan descortés como para hacerlo por el nombre de pila. - Si es que no te parece mal que te llame así. Opino que el nombre que me has dado es un poco demasiado largo. - Dije en un tono un tanto despreocupado y en el mismo tono en el que me lo había dicho él. - Yo soy Max. Max a secas para ti, no me gusta rellenar un nombre de adornos como si del árbol de navidad se tratase. -
Me dijo que al igual que yo era un cambiante de Rottweiler. Y me dijo que también se transformaba en otros dos animales. Vaya aquello si que era casualidad. Sonreí de lado y le tendí la mano - Eres el primer cambiante que encuentro. He leído acerca de ellos en el monasterio, pero solo leyendas. Yo también me transformo en otros dos animales a parte del Rottweiler. En zorro y en lobo. - Dije seguidamente.
No hice caso a aquel apremio que me metió, imitando mi tono ante aquel "¿Y bien?" que había dejado escapar antes. Creo que no me vendría mal el obtener algo de información de otro cambiante, ya que de momento, solo podía guiarme por la práctica que había adquirido durante aquel tiempo.
Maximilian W. Stuckbones- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 10/05/2013
Re: Encuentro [privado]
Poco a poco le caia algo mejor aquel hombre aunque la verdad no parecía tener buena clase o venir de una familia de alto linaje. Parecía tambien que no le gustaba saber los apellidos de la persona pero al alemán le encataba saber los apellidos y el nombre completo de las personas por si tenía que investigarlas o para averiguar mas de ellas, para algo sabía hacer todo aquello. Se quito la camiseta para secarse un poco el sudor, total eran los dos hombres y no creo que le molestara mucho al otro cambiaformas. Tras quitarselo se podia ver el tatuaje tribal que iba de su hombro hasta su pectoral donde parecia estar escrito algo.
Coloco la camiseta en su hombro para volver a cruzarse de brazos escuchandole aun más. Seguía aun algo sorprendido tras saber que aquel cambiaformas no sabía nada sobre mas de su especie y era sabido que no todos eran tan solos cambiaforma caninos, les habia felinos, aves y equinos, la verdad esque había de todo tipo pero él no parecia saberlo. Se sonrió levemente al verle tan inocente en ese tema y que estaba muy perdido en el mundo de su raza.
Quizás podría ayudarle y meterle en sus negocios familiares aunque no sabía muy bien si podría decirselo sin más o primero tendría que ganarse la confianza del muchacho para luego llevarlo a su mundo militar. Aunque no sabía como hacerlo, no se le daba para nada bien esos temas de embaucar a la gente para que fueran a donde el queria pero era por su bien seguramente y buen le beneficiaria a él.
-Yo tambien soy un zorro y un lobo, creo que te podría ayudar pero por un modico precio-dijo acercandose mas a él algo desafiante mirandole directamente a los ojos. El necesitaba ayuda y el Rosenthal necesitaba reclutas para su academia.
Coloco la camiseta en su hombro para volver a cruzarse de brazos escuchandole aun más. Seguía aun algo sorprendido tras saber que aquel cambiaformas no sabía nada sobre mas de su especie y era sabido que no todos eran tan solos cambiaforma caninos, les habia felinos, aves y equinos, la verdad esque había de todo tipo pero él no parecia saberlo. Se sonrió levemente al verle tan inocente en ese tema y que estaba muy perdido en el mundo de su raza.
Quizás podría ayudarle y meterle en sus negocios familiares aunque no sabía muy bien si podría decirselo sin más o primero tendría que ganarse la confianza del muchacho para luego llevarlo a su mundo militar. Aunque no sabía como hacerlo, no se le daba para nada bien esos temas de embaucar a la gente para que fueran a donde el queria pero era por su bien seguramente y buen le beneficiaria a él.
-Yo tambien soy un zorro y un lobo, creo que te podría ayudar pero por un modico precio-dijo acercandose mas a él algo desafiante mirandole directamente a los ojos. El necesitaba ayuda y el Rosenthal necesitaba reclutas para su academia.
Dagobert Rosenthal- Cambiante Clase Alta
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Fecha de inscripción : 30/03/2013
Re: Encuentro [privado]
El tipo parecía seguir queriendo analizar cada uno de mis gestos o pensamientos, me miraba de manera tan detenida que hasta parecía que en cualquier momento, su mente atravesaría mi cabeza adentrándose en mis divagaciones. Pero es que en ese momento por mi cabeza no se pasaba nada realmente especial. No tenía tampoco demasiada curiosidad acerca de aquel hombre, más que lo que le pudiese decir de su raza, de la cual la verdad, no tenía demasiada idea.
El tipo se quitó la camiseta, limpiándose un poco el sudor y pude apreciar el tatuaje que tenía en su pecho, lo cierto es que si que tuve cierta curiosidad sobre aquello, porque en mi opinión, un tatuaje se hace con un amplio significado, gravando con dolor ese sentimiento en tu piel de manera eterna. Y por eso me hice yo el mío. Aquella cruz que llevaba en el brazo significaba muchísimo para la cordura de mi cabeza. De paso pude admirar el cuerpo de aquel hombre, sin pararme a mirar demasiado.
Este parecía prestar atención a cada una de las palabras que soltaba por mi boca en un fluído francés, ya que era mi lengua natal, aunque se me escapaban algunas expresiones y un pelín mi acento Belga. Pero no pareció ser un handicap a la hora de hacerme entender ante el posible alemán, identifiqué por aquel acento que se gastaba al hablar. Estaba casi seguro por eso y por el nombre que me había dado hacía unos segundos.
El tipo se posicionó frente a mí, con la camiseta sobre el hombro y con los brazos cruzados. Y cuando terminé de hablar él me dijo que se transformaba exactamente en los mismos animales que yo. Aquello me hizo arquear de nuevo la ceja al mirarle, aquello si que era una jodida casualidad. - Vaya... pues no habrán animales en el planeta. El mundo es un pañuelo. - Dije entonces despues de comprobar que resultaba que tenía más en común con aquel hombre de lo que yo podía esperarme. Realmente no me imaginaba que los animales en los que se pudiese transformar fuesen idénticos a los que yo era capaz. Aunque bueno, tampoco tenía ni idea de como funcionaba aquello ¿Cómo se regían los animales en los que se podía transformar cada uno?
En ese momento aquel hombre se acercó a mí, a una distancia un tanto incómoda, pero lejos de dejarle ver mi incomodidad alcé la barbilla sosteniendo de manera firme su mirada. Y me dijo que podría ayudarme por un módico precio, y aquello le hizo reír interiormente. - Pues me temo que no tengo un solo franco en mis bolsillos. - Dije a continuación.
El tipo se quitó la camiseta, limpiándose un poco el sudor y pude apreciar el tatuaje que tenía en su pecho, lo cierto es que si que tuve cierta curiosidad sobre aquello, porque en mi opinión, un tatuaje se hace con un amplio significado, gravando con dolor ese sentimiento en tu piel de manera eterna. Y por eso me hice yo el mío. Aquella cruz que llevaba en el brazo significaba muchísimo para la cordura de mi cabeza. De paso pude admirar el cuerpo de aquel hombre, sin pararme a mirar demasiado.
Este parecía prestar atención a cada una de las palabras que soltaba por mi boca en un fluído francés, ya que era mi lengua natal, aunque se me escapaban algunas expresiones y un pelín mi acento Belga. Pero no pareció ser un handicap a la hora de hacerme entender ante el posible alemán, identifiqué por aquel acento que se gastaba al hablar. Estaba casi seguro por eso y por el nombre que me había dado hacía unos segundos.
El tipo se posicionó frente a mí, con la camiseta sobre el hombro y con los brazos cruzados. Y cuando terminé de hablar él me dijo que se transformaba exactamente en los mismos animales que yo. Aquello me hizo arquear de nuevo la ceja al mirarle, aquello si que era una jodida casualidad. - Vaya... pues no habrán animales en el planeta. El mundo es un pañuelo. - Dije entonces despues de comprobar que resultaba que tenía más en común con aquel hombre de lo que yo podía esperarme. Realmente no me imaginaba que los animales en los que se pudiese transformar fuesen idénticos a los que yo era capaz. Aunque bueno, tampoco tenía ni idea de como funcionaba aquello ¿Cómo se regían los animales en los que se podía transformar cada uno?
En ese momento aquel hombre se acercó a mí, a una distancia un tanto incómoda, pero lejos de dejarle ver mi incomodidad alcé la barbilla sosteniendo de manera firme su mirada. Y me dijo que podría ayudarme por un módico precio, y aquello le hizo reír interiormente. - Pues me temo que no tengo un solo franco en mis bolsillos. - Dije a continuación.
Maximilian W. Stuckbones- Cambiante Clase Baja
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Re: Encuentro [privado]
Se notaba que el joven no tenía ni mayor idea de los cambiaformas, muhos ambiaformas podían ser iguales o coincidir en formas, sin in ir mas lejos Patrick su cliente en el trabajo que estaba realizando para él de espía y de guardian era un zorro negro,un lobo negro y un rottweiler como él. Por eso eran amigos por que ambos eran iguales e incluso habian hecho negocions el Morrison son el Rosenthal. Aunque la relacion con Patrick Morrison solo era de negocios y amigos sin más.
Suspiro pasando una de sus manos por su cabello mientras cerraba los ojos por un momento. La verdad esque no sabía por que era él tan curioso habría sido mejor pasar de largo pero su curiosidad le mataba y eso que ni siquiera era un gato. Abrió los ojos para mirarle pero no tan analizante como lo había hecho anteriormente pues se le notaba algo incomodo ante tanta mirada analizante por su parte.
Se separó de él levemente al escuchar sus palabras y tras notar como la distancia podía llegar a molestarle. Parecía que el que mas se movía era el alemán pues al contario Maxi ni siquiera se movía del sitio por lo que Dagobert deció apoyarse la espalda en el tronco de un árbol mientras cruzado de brazos miraba sus pies suspirando levemente.
-no te pido dinero, tengo dinero de sobra para lo que yo quiera, es otra cosa-dijo alzando su mirada para verle la cara- te ofrezo mi ayuda a cambio que formes parte de mis filas de escoltas y militares.....osea que seas mi lacayo mas o menos pero con mas libertad....-dijo suavemente articulando ada palabras despacio mirandole de reojo para ver que reacción tendría el cambiaformas.
Suspiro pasando una de sus manos por su cabello mientras cerraba los ojos por un momento. La verdad esque no sabía por que era él tan curioso habría sido mejor pasar de largo pero su curiosidad le mataba y eso que ni siquiera era un gato. Abrió los ojos para mirarle pero no tan analizante como lo había hecho anteriormente pues se le notaba algo incomodo ante tanta mirada analizante por su parte.
Se separó de él levemente al escuchar sus palabras y tras notar como la distancia podía llegar a molestarle. Parecía que el que mas se movía era el alemán pues al contario Maxi ni siquiera se movía del sitio por lo que Dagobert deció apoyarse la espalda en el tronco de un árbol mientras cruzado de brazos miraba sus pies suspirando levemente.
-no te pido dinero, tengo dinero de sobra para lo que yo quiera, es otra cosa-dijo alzando su mirada para verle la cara- te ofrezo mi ayuda a cambio que formes parte de mis filas de escoltas y militares.....osea que seas mi lacayo mas o menos pero con mas libertad....-dijo suavemente articulando ada palabras despacio mirandole de reojo para ver que reacción tendría el cambiaformas.
Dagobert Rosenthal- Cambiante Clase Alta
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Fecha de inscripción : 30/03/2013
Re: Encuentro [privado]
El joven suspiró y se alejó, llevando su mano a su cabello, de forma un tanto exasperada, no sabría decir que se le estaría pasando por la cabeza en ese mismo instante, pero es que nunca fui un lumbreras precisamente para adivinar que pensaba la gente cuando se movía o simplemente cuando hacía lo mismo que el tipo este. Lo cierto es que aun no acababa de entender esa manera de comportarse pero de golpe pareció dejar de ser tan analítico. Pareció dejar de intentar encontrar pequeños detalles en mi cara. Y eso era de agradecer la verdad.
Se apartó un poco cuando hablaba y lo cierto es que aquello parecía que era incómodo para ambos, así que casi que estuvo mejor de aquella forma. Entonces este caminó hacia uno de los árboles que nos rodeaban y se quedó parado en frente de este, mirándome de reojo, y aquello casi que era peor. No decía nada, lo cierto es que parecía ser un hombre bastante callado, sin decir nada en especial cada vez que abría la boca. Como si se estuviese guardando lo mejor para el final y disfrutase haciéndolo. Cada segundo para él parecía ser una delicatessen en su boca.
Yo al contrario que él seguía sin moverme demasiado, salvo por algún gesto que no podía controlar como el rascarme el mentón cuando me picaba o algún paso hacia delante o hacia atrás cuando hablaba. Me estaba costando mucho mantenerme quieto, puesto que nunca fui una persona que se callase ni que estuviese quietecito. Por lo general, hacía y decía lo que se me antojaba. Sin importarme demasiado las consecuencias. Quizás eso se debiese a que como no tenía nada, no tenía nada que perder.
Por un momento aquella contestación parecía más bien un alarde de dinero, y ante aquello no pude evitar dejar escapar un bufido entre una risa bastante contenida. No es que me molestase, lo cierto es que nunca envidié a la gente bien posicionada económicamente, pero de todas formas era gracioso de escuchar el "tengo dinero de sobra". Lo realmente interesante vino con lo que me dijo después. Aquello hizo que le mirase entonces con detenimiento.
Lo cierto es que en un principio parecía que estaba burlándose de mí. Porque ¿Para qué engañarnos? ¿Por qué yo? Era un tipo al que se había cruzado en medio del bosque y me proponía convertirme en militar. Era algo que me sorprendió en demasía. Me quedé mirándole fijamente, de manera seria y penetrante. Como si quisiese hacer lo que hizo él hace unos momentos, intentar adentrarme en lo que se pasaba por su cabeza, sin éxito ninguno. - Y si te digo que sí... ¿Que se supone que pasaría conmigo? - Dije preguntando seguidamente, intentando recaudar la máxima información posible acerca de lo que me estaba proponiendo.
Se apartó un poco cuando hablaba y lo cierto es que aquello parecía que era incómodo para ambos, así que casi que estuvo mejor de aquella forma. Entonces este caminó hacia uno de los árboles que nos rodeaban y se quedó parado en frente de este, mirándome de reojo, y aquello casi que era peor. No decía nada, lo cierto es que parecía ser un hombre bastante callado, sin decir nada en especial cada vez que abría la boca. Como si se estuviese guardando lo mejor para el final y disfrutase haciéndolo. Cada segundo para él parecía ser una delicatessen en su boca.
Yo al contrario que él seguía sin moverme demasiado, salvo por algún gesto que no podía controlar como el rascarme el mentón cuando me picaba o algún paso hacia delante o hacia atrás cuando hablaba. Me estaba costando mucho mantenerme quieto, puesto que nunca fui una persona que se callase ni que estuviese quietecito. Por lo general, hacía y decía lo que se me antojaba. Sin importarme demasiado las consecuencias. Quizás eso se debiese a que como no tenía nada, no tenía nada que perder.
Por un momento aquella contestación parecía más bien un alarde de dinero, y ante aquello no pude evitar dejar escapar un bufido entre una risa bastante contenida. No es que me molestase, lo cierto es que nunca envidié a la gente bien posicionada económicamente, pero de todas formas era gracioso de escuchar el "tengo dinero de sobra". Lo realmente interesante vino con lo que me dijo después. Aquello hizo que le mirase entonces con detenimiento.
Lo cierto es que en un principio parecía que estaba burlándose de mí. Porque ¿Para qué engañarnos? ¿Por qué yo? Era un tipo al que se había cruzado en medio del bosque y me proponía convertirme en militar. Era algo que me sorprendió en demasía. Me quedé mirándole fijamente, de manera seria y penetrante. Como si quisiese hacer lo que hizo él hace unos momentos, intentar adentrarme en lo que se pasaba por su cabeza, sin éxito ninguno. - Y si te digo que sí... ¿Que se supone que pasaría conmigo? - Dije preguntando seguidamente, intentando recaudar la máxima información posible acerca de lo que me estaba proponiendo.
Maximilian W. Stuckbones- Cambiante Clase Baja
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Re: Encuentro [privado]
Le veía algo inquieto pues a pesar de estar quieto se movia un poco como nervioso al estar tanto tiempo quieto. Él para nada le privaba de que se moviera por allí no le iba a hacer nada pero parecía que desconfiaba del alemán y preferia estar como una estatua ahí parado en el bosque vigilando al Rosenthal por cada movimiento que hacía. No solía hablar mucho, era bastante callado y serio. Además para Dagoberte la discplina era algo muy importante al igual la educación en cada momento.
Dejo que su cuerpo fuera cayendo por el tronco del árbol hasta quedarse sentado en los pies de este tronco mientras miraba el suelo esperando una respuesta por parte del otro cambiaformas. No tenía prisa para nada, y ahora necesitaba tomar algo de aire y relajar su respiración un poco o de forma contraria activarla haciendo algún tipo de ejercicio.
El sol comenzó a ocultarse y unas nubes oscuras empezaron a cubrir el cielo. En ese periodo de tiempo empezó a tronar el cielo avisandoles que llegaba una tormenta pero la lluvia no había comenzado a caer por lo que no le preocupaba para nada. No sabía muy bien que contestarle si aceptaba pero era justo decirle lo que recibiria si se alistaba a su ejercito de cambiaformas, sobre todo de Rottweiler.
-Bueno, te ayudara a que sepas todo sobre tu condición de cambiaformas,tendrias casa y lo que necesites, siempre que estes bajo mis ordenes y hagas lo que te pida....no te hare hacer nada que no quieras, pero me deberas lealtad...-comento mientras flexionaba una rodilla para apoyar el brazo donde tenia el tatuaje en el hombro en esa pierna mientras lo miraba con una media sonrisa.
Dejo que su cuerpo fuera cayendo por el tronco del árbol hasta quedarse sentado en los pies de este tronco mientras miraba el suelo esperando una respuesta por parte del otro cambiaformas. No tenía prisa para nada, y ahora necesitaba tomar algo de aire y relajar su respiración un poco o de forma contraria activarla haciendo algún tipo de ejercicio.
El sol comenzó a ocultarse y unas nubes oscuras empezaron a cubrir el cielo. En ese periodo de tiempo empezó a tronar el cielo avisandoles que llegaba una tormenta pero la lluvia no había comenzado a caer por lo que no le preocupaba para nada. No sabía muy bien que contestarle si aceptaba pero era justo decirle lo que recibiria si se alistaba a su ejercito de cambiaformas, sobre todo de Rottweiler.
-Bueno, te ayudara a que sepas todo sobre tu condición de cambiaformas,tendrias casa y lo que necesites, siempre que estes bajo mis ordenes y hagas lo que te pida....no te hare hacer nada que no quieras, pero me deberas lealtad...-comento mientras flexionaba una rodilla para apoyar el brazo donde tenia el tatuaje en el hombro en esa pierna mientras lo miraba con una media sonrisa.
Dagobert Rosenthal- Cambiante Clase Alta
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Fecha de inscripción : 30/03/2013
Re: Encuentro [privado]
Vi como se arrastraba por el tronco hasta llegar hasta el suelo quedándose sentado junto a aquel árbol y se quedó en ese momento mirando el suelo, esperando algo. Me sorprendió que por primera vez en aquel rato no me estaba mirando directamente a mí. Lo cierto es que resultaba hasta agradable el no ser constantemente observado por la gente. Lo cierto es que no era fanático de estar rodeado de personas y aquello que me estaba proponiendo en el fondo daba algo de miedo de aceptar de buenas a primeras. No tenía ninguna formación militar, siempre había sido un chiquillo que había ayudado a su padre a cultivar la viña y como mucho había ayudado a padre Pierre a limpiar el convento, incluso me había dedicado a hacer chapuzas en las casas de los demás desde que me marché, pero nunca había peleado, por ejemplo.
El sol parecía desaparecer poco a poco, decorando el manto del bosque con una pincelada un tanto más oscura. Lo cierto es que no me gustaba demasiado la noche, había conseguido despertar una especie de respeto que me infundaba el pasar la noche a la interperie, no podía fiarme de lo que me podía encontrar y mucho menos en un bosque. No me gustaba dormir al aire libre, por lo general cuando anochecía me iba a algún pueblo y me refugiaba en casa de un buen samaritano o en la iglesia del pueblo, pero me había entretenido hablando con este muchacho. De pronto comenzó a tronar y apreté la mandívula al pensar que tenía que pasar la noche a la interperie.
Aquel chico de golpe comenzó a hablar y me quedé escuchándole con detenimiento. Lo que me decía no parecía del todo descabellado, pero supuse que tendría que pensarlo un poco. Los truenos sonaban a lo lejos y parecía que se avecinaría una tormenta. Tener una casa... aquello conseguía hacer que desease de verdad el estar en aquello que me estaba diciendo Dagobert, era algo que... casi ansiaba. Tener un hogar... con gente igual que yo. Quizás fuese lo que más deseaba en todo el mundo. Las condiciones era hacerle caso... y serle leal... supongo que no sería tan difícil ¿Verdad? - ¿Y no tendría que hacer nada que yo no quisiera? - Dije apretando un poco los puños al escuchar aquellas palabras, lo cierto es que la decisión me estaba resultando un poco difícil. Respiré hondo y cerré los ojos bajando la cabeza. - Está bien... acepto.
El sol parecía desaparecer poco a poco, decorando el manto del bosque con una pincelada un tanto más oscura. Lo cierto es que no me gustaba demasiado la noche, había conseguido despertar una especie de respeto que me infundaba el pasar la noche a la interperie, no podía fiarme de lo que me podía encontrar y mucho menos en un bosque. No me gustaba dormir al aire libre, por lo general cuando anochecía me iba a algún pueblo y me refugiaba en casa de un buen samaritano o en la iglesia del pueblo, pero me había entretenido hablando con este muchacho. De pronto comenzó a tronar y apreté la mandívula al pensar que tenía que pasar la noche a la interperie.
Aquel chico de golpe comenzó a hablar y me quedé escuchándole con detenimiento. Lo que me decía no parecía del todo descabellado, pero supuse que tendría que pensarlo un poco. Los truenos sonaban a lo lejos y parecía que se avecinaría una tormenta. Tener una casa... aquello conseguía hacer que desease de verdad el estar en aquello que me estaba diciendo Dagobert, era algo que... casi ansiaba. Tener un hogar... con gente igual que yo. Quizás fuese lo que más deseaba en todo el mundo. Las condiciones era hacerle caso... y serle leal... supongo que no sería tan difícil ¿Verdad? - ¿Y no tendría que hacer nada que yo no quisiera? - Dije apretando un poco los puños al escuchar aquellas palabras, lo cierto es que la decisión me estaba resultando un poco difícil. Respiré hondo y cerré los ojos bajando la cabeza. - Está bien... acepto.
Maximilian W. Stuckbones- Cambiante Clase Baja
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Fecha de inscripción : 10/05/2013
Re: Encuentro [privado]
Sus ojos se cerraron levemente mientras escuchaba al cielo tronar, la suave brisa sacudía su pecho desnudo y su cabello corto osuro. Aquella humedad brisa le relajaba mucho, era un aroma que a él especialmente le encantaba, por no decir que otro de los olores que le gustaba era el de la tierra humeda pero era mejor que volviera a casa antes de embarrarse con el barro que se crearia cuando se despertara la tormenta. Además que el sol ya estaba poniendose por el horizonte por lo que la noche se avecinaba, aunque a él le gustaba convertirse en su forma lobuna, correr por el bosque, cazar y aullar a la luz de la luna, pero no pensaba que fuera correcto hacer aquello ahora y más con la tormenta que se avecinaba.
Se levantó del suelo con ayuda del árbol pues estaba notando alguna que otro dolor muscular tras no haber estirado cuando acabó su ejercicio. Hizo una sentadilla para ver si se estiraban un poco sus musculos para ya quedarse totalmente de pie para dirigir su vista hasta Max. Parecía preocupado, hasta tenso y no entendía por que hasta que un relampago dibujo las siluetas de ambos hombres. Entonces se dió cuenta, no a toda la gente le gustaba la lluvia acompañada por truenos y menos la noche. Se sonrió divertido para si para luego negar con la cabeza, no sabía que a un hombre tan bien formado le diera miedo esas cosas, y por ello ya estaba pensando en un futuro entrenamiento para él.
Se le quedó mirando esperando su respuesta hasta que volvió a repetir sus palabras de antes, aquellas que había dicho que no le forzaría a hacer nada. Dagobert no tenía demasiados sentimientos de cariño o aceptación muy incorporado en él por lo que la mayoria de cosas que hacia las forzaba o las ordenaba con severidad por no decir que podía utilizar la violencia pero no pensaba que tendría que utilizar esas artimañas en Max. Se acercó ofreciendole su mano para que la tomara y cerrar el trato por completo, pues acababa de escuchar que había aceptado en servirle a él. Su sonrisa fue algo sombria pero era algo que le alegró por dentro, si podía confiar en él quizas fuera su mano derecha.
-Entonces, Bienvenido seas al ejercito de Cancerbero, la academia Rosenthal será tu hogar a partir de ahora-continuo diciendole mientras escuchaba aún el cielo emitir aquellos fuertes sonidos. Prefería no contestarle a lo de forzarle, por que con eso se referia a tener relaciones sexuales forzadas, cosa que hacia bastante aunque ya iba directamente a casa de cortesanas o cortesanos dependiendo de lo que le apeteciera para desforgarse. Era un tipo algo duro y brusco y aquello de regentar esas casas le daba igual con tal de sentir placer en su castigado cuerpo.-Creo que será mejor alojarnos en el lugar donde ando trabajando, no hay nadie por lo que tranquilo podrás entrar tranquilamente-dijo mirandole de nuevo.-Espero que vengas, sino viene te quedaras aqui durmiendo en la calle y con lluvia cosa que no creo que quieras-finalizó mientras le miraba directamente a los ojos para escuchar su contestación.
Se levantó del suelo con ayuda del árbol pues estaba notando alguna que otro dolor muscular tras no haber estirado cuando acabó su ejercicio. Hizo una sentadilla para ver si se estiraban un poco sus musculos para ya quedarse totalmente de pie para dirigir su vista hasta Max. Parecía preocupado, hasta tenso y no entendía por que hasta que un relampago dibujo las siluetas de ambos hombres. Entonces se dió cuenta, no a toda la gente le gustaba la lluvia acompañada por truenos y menos la noche. Se sonrió divertido para si para luego negar con la cabeza, no sabía que a un hombre tan bien formado le diera miedo esas cosas, y por ello ya estaba pensando en un futuro entrenamiento para él.
Se le quedó mirando esperando su respuesta hasta que volvió a repetir sus palabras de antes, aquellas que había dicho que no le forzaría a hacer nada. Dagobert no tenía demasiados sentimientos de cariño o aceptación muy incorporado en él por lo que la mayoria de cosas que hacia las forzaba o las ordenaba con severidad por no decir que podía utilizar la violencia pero no pensaba que tendría que utilizar esas artimañas en Max. Se acercó ofreciendole su mano para que la tomara y cerrar el trato por completo, pues acababa de escuchar que había aceptado en servirle a él. Su sonrisa fue algo sombria pero era algo que le alegró por dentro, si podía confiar en él quizas fuera su mano derecha.
-Entonces, Bienvenido seas al ejercito de Cancerbero, la academia Rosenthal será tu hogar a partir de ahora-continuo diciendole mientras escuchaba aún el cielo emitir aquellos fuertes sonidos. Prefería no contestarle a lo de forzarle, por que con eso se referia a tener relaciones sexuales forzadas, cosa que hacia bastante aunque ya iba directamente a casa de cortesanas o cortesanos dependiendo de lo que le apeteciera para desforgarse. Era un tipo algo duro y brusco y aquello de regentar esas casas le daba igual con tal de sentir placer en su castigado cuerpo.-Creo que será mejor alojarnos en el lugar donde ando trabajando, no hay nadie por lo que tranquilo podrás entrar tranquilamente-dijo mirandole de nuevo.-Espero que vengas, sino viene te quedaras aqui durmiendo en la calle y con lluvia cosa que no creo que quieras-finalizó mientras le miraba directamente a los ojos para escuchar su contestación.
Dagobert Rosenthal- Cambiante Clase Alta
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Fecha de inscripción : 30/03/2013
Re: Encuentro [privado]
Comenzaba a refrescar en aquel lugar, la humedad comenzaba a hacer mella en mis huesos, pero seguía totalmente impasible mi rostro. Lo cierto es que si lo pensaba con detenimiento, era una buena oferta. Sería un lugar en el que no estaría apartado por ser diferente. Tendría comida y bebida todos los días y una cama en la que dormir. Que era mucho más de lo que había tenido desde hacía años. Y no se le veía mal tipo al hombre que tenía en frente, seguramente no estaría del todo mal si aceptaba ir con él a esa academia de la que hablaba. Aunque le verdad es que nunca había tenido ningún tipo de estudios, por tanto como tuviese que hacer algo de ese tipo, la iba a llevar clara. Si se trataba de pruebas físicas sabía que no tendría ningún problema.
El tipo parecía estar en fase de tramitación de la información, había momentos en los que se quedaba totalmente callado, como esperando a que yo dijese alguna cosa más. Como si pensase que no he terminado de hablar y aun me queda algo que decir. Pero es que yo siempre fui de pocas palabras. Eso de calentarme la cabeza pensando en que decir más no iba con migo. Era una persona que escuchaba lo que decía la gente y soltaba lo primero que se pasase por mi cabeza, aunque pudiese sonar del todo inapropiado o simplemente falto de educación. Lo cierto es que me daba igual que me llamasen mal educado por que no lo era, no era un mal educado, simplemente no estaba educado.
Seguía tronando con fuerza y ya apenas quedaban los últimos rayos de sol que con poca fuerza iluminaban escasamente a través de las copas y los troncos de los árboles, creando una lúgubre silueta de sombras a nuestro alrededor, el hombre con una escabrosa sonrisa me tendió la mano, diciéndome que era bienvenido a la academia Rosenthal. Por un momento me pensé aquello ¿De verdad estaba seguro de aquello? Luego simplemente le tendí la mano, porque cuando no se tiene nada, no se tiene tampoco nada que perder.
Tampoco tuvo que insistir demasiado cuando dijo que fuésemos al lugar donde trabaja para refugiarnos, realmente lo último de lo que tenía ganas en ese momento era de coger un resfriado. Lo cierto es que me importaba bien poco a donde ir, porque lo único que quería era refugiarme del mal tiempo. - Está bien... ¿A dónde vamos? - Dije entonces, dispuesto a seguir a "en teoría" mi nuevo jefe. - Si se me presenta otra opción no tengo intención de quedarme a la interperie.
El tipo parecía estar en fase de tramitación de la información, había momentos en los que se quedaba totalmente callado, como esperando a que yo dijese alguna cosa más. Como si pensase que no he terminado de hablar y aun me queda algo que decir. Pero es que yo siempre fui de pocas palabras. Eso de calentarme la cabeza pensando en que decir más no iba con migo. Era una persona que escuchaba lo que decía la gente y soltaba lo primero que se pasase por mi cabeza, aunque pudiese sonar del todo inapropiado o simplemente falto de educación. Lo cierto es que me daba igual que me llamasen mal educado por que no lo era, no era un mal educado, simplemente no estaba educado.
Seguía tronando con fuerza y ya apenas quedaban los últimos rayos de sol que con poca fuerza iluminaban escasamente a través de las copas y los troncos de los árboles, creando una lúgubre silueta de sombras a nuestro alrededor, el hombre con una escabrosa sonrisa me tendió la mano, diciéndome que era bienvenido a la academia Rosenthal. Por un momento me pensé aquello ¿De verdad estaba seguro de aquello? Luego simplemente le tendí la mano, porque cuando no se tiene nada, no se tiene tampoco nada que perder.
Tampoco tuvo que insistir demasiado cuando dijo que fuésemos al lugar donde trabaja para refugiarnos, realmente lo último de lo que tenía ganas en ese momento era de coger un resfriado. Lo cierto es que me importaba bien poco a donde ir, porque lo único que quería era refugiarme del mal tiempo. - Está bien... ¿A dónde vamos? - Dije entonces, dispuesto a seguir a "en teoría" mi nuevo jefe. - Si se me presenta otra opción no tengo intención de quedarme a la interperie.
Maximilian W. Stuckbones- Cambiante Clase Baja
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Fecha de inscripción : 10/05/2013
Re: Encuentro [privado]
Le sonrio de buen grado cuando acepto en ir con él a la casa donde ahora mismo estaba trabajando. No estaba muy lejos del lugar pero tenían todavía un largo camino para llegar y parecía su nuevo subordinado algo asustado con el motivo que llegara la noche. Por el momento dejarían la conversación hasta ahí pero ahora tendrían que marcharse para llegar al cobijo donde estarían secos y a resguardo de la noche. Pues la noche se avecinaba fría y si se mojaban mucho a pesar de tener una gran temperatura corporal podían ponerse malos o costiparse y ahora mismo él no podía ponerse malo pues su trabajo ultimamente se lo impedia.
-Bueno, creo que lo mejor sera convertirnos en lobos para ir mas rápido y que nuestro pelaje nos cubra más nuestros cuerpos-comento mientras le daba la espalda agachandose para desatar sus botas y estar descalzo, luego ató los cordones para que las botas estuviesen unidas y asi llevarlas mejor. Sus pies descalzos tocaron el cesped y la tierra seca pero fría preparada para lo que se avecinaba que era lluvia seguramente torrencial. Se bajó los pantalones quitandoselos para acto seguido convertirse en un precioso lobo negro con un pelaje impecable.
Sus ojos azules se posaron en Max para llevar en su boca la camiseta de tirantes el pantalon y las botas por los cordones llevandolas hasta donde estaba el otro cambiaformas que seguramente le estaría mirando. Dejó la ropa en los pies de Max para luego dirgirse hasta la bolsa que había portado a Belga. La tomó entre sus fauces aquella bolsa para ponerla otra vez en los pies de su nuevo subordinado y esperaba que amigo para luego dar un toque en el hocico a la bolsa y a sus ropas para decirle de esa manera que tambien guardara sus ropas en la bolsa.
Se sentó mirandole mientras se relamia el hocico para luego quedarse esperando a la transformación por parte de Max en lobo. Esperaba que no le molestara la osadia de querer que guardara ambas ropas en el mismo saco, pero era lo mas rápido para llegar antes a la casa. Además Dagobert sería el que llevaría el saco al lugar para que Max estuviera mas pendiente en seguirle que en tener cuidado con la ropa y ya que se conocía mejor el terreno el Rosenthal era lo más justo.
-Bueno, creo que lo mejor sera convertirnos en lobos para ir mas rápido y que nuestro pelaje nos cubra más nuestros cuerpos-comento mientras le daba la espalda agachandose para desatar sus botas y estar descalzo, luego ató los cordones para que las botas estuviesen unidas y asi llevarlas mejor. Sus pies descalzos tocaron el cesped y la tierra seca pero fría preparada para lo que se avecinaba que era lluvia seguramente torrencial. Se bajó los pantalones quitandoselos para acto seguido convertirse en un precioso lobo negro con un pelaje impecable.
Sus ojos azules se posaron en Max para llevar en su boca la camiseta de tirantes el pantalon y las botas por los cordones llevandolas hasta donde estaba el otro cambiaformas que seguramente le estaría mirando. Dejó la ropa en los pies de Max para luego dirgirse hasta la bolsa que había portado a Belga. La tomó entre sus fauces aquella bolsa para ponerla otra vez en los pies de su nuevo subordinado y esperaba que amigo para luego dar un toque en el hocico a la bolsa y a sus ropas para decirle de esa manera que tambien guardara sus ropas en la bolsa.
Se sentó mirandole mientras se relamia el hocico para luego quedarse esperando a la transformación por parte de Max en lobo. Esperaba que no le molestara la osadia de querer que guardara ambas ropas en el mismo saco, pero era lo mas rápido para llegar antes a la casa. Además Dagobert sería el que llevaría el saco al lugar para que Max estuviera mas pendiente en seguirle que en tener cuidado con la ropa y ya que se conocía mejor el terreno el Rosenthal era lo más justo.
Dagobert Rosenthal- Cambiante Clase Alta
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Re: Encuentro [privado]
La sonrisa de Dago esta vez resultó ser distinta, ya no era como la de antes, que bien podría haberse comparado con la de un loco que conseguía su objetivo. Esta vez la sonrisa era mucho más amistosa y agradable, casi cálida quizás y no recordaba que nadie le hubiese sonreído de esa manera en mucho tiempo y por eso le sonreí de vuelta. No era una persona que estuviese constantemente rodeado de amigos, de hecho, más bien estaba acostumbrado a lo contrario. Las palabras de Jannette aun resonaban de un lado a otro de mi cabeza, pero la cruz que llevaba en mi hombro y mi esperanza de que estuviese equivocada hacía que a día de hoy sonase como un eco hueco, que apenas ya escuchaba. Por mí aquella pelirroja podía pudrirse en el más completo infierno, de hecho deseaba que así fuese.
Dijo y en mi opinión tenía toda la razón del mundo, que lo más inteligente sería seguir nuestro camino como lobos, para protegernos del frío con nuestra peluda piel. La verdad es que era una buena opción, además de que seguro que de esa manera iríamos mucho más rápido que en nuestra forma humana. Por alguna razón me desenvolvía mejor por el bosque cuando era un lobo. Era casi como si lo sintiese como un frío y hostil hogar. Mi parte más salvaje solía pedirme que corriese de un lado a otro, sintiendo el barro y las hojas en mis pezuñas, y aveces no tenía más remedio que hacerlo. - Me parece perfecto, y así además iremos mucho más rápido. - Dije sonriente viendo como de repente se quita las botas y el pantalón para transformarse en un gran lobo negro con unos ojos azules.
El cánido acercó sus prendas a mi saco y hizo un gesto con el hocico que entendí perfectamente, era lógico que quisiera que guardase su ropa. Así que la metí dentro del saco de lino color marrón. - Está bién tú me guías al lugar. - Dije seguidamente mirando a aquel lobo de pelaje aparentemente sedoso y negro como el azabache. Lo cierto es que me llamó la atención, resultaba un lobo bastante curioso con esa combinación de su pelo y sus ojos. Parecía casi la representación de la noche y el día.
Entonces me quité la camisa y la metí en la bolsa quedando al descubierto mi ancho torso y luego me saqué los zapatos y el pantalón, metiéndolo también en la bolsa. El otro lobo estaba sentado frente a mí, esperando a que terminase de guardar las cosas para acabar transformándome en un lobo de pelaje moteado en gris, marrón y blanco y con unos ojos color almendra. Me acerqué un poco a él e hice para coger aquel saco con la boca, estaba totalmente listo para marcharme. Y esperaba que a partir de ese día, al fin tuviese un lugar al que llamar hogar, o al menos algo que se le parezca. Y aunque quizás me estuviese haciendo demasiadas ilusiones, no negaría que deseaba que fuese cierto.
Ya estaba listo para marchar, y con el pelo era cierto que el frío ya no se notaba tan fuerte como antes. Ahora toda aquella humedad apenas estaba presente y se sentía un gran alivio. Era como un abrigo de los caros, de esos que llevan las duquesas a los grandes eventos. O al menos que yo me imagino que llevan, ya que jamás he asistido a nada parecido.
Dijo y en mi opinión tenía toda la razón del mundo, que lo más inteligente sería seguir nuestro camino como lobos, para protegernos del frío con nuestra peluda piel. La verdad es que era una buena opción, además de que seguro que de esa manera iríamos mucho más rápido que en nuestra forma humana. Por alguna razón me desenvolvía mejor por el bosque cuando era un lobo. Era casi como si lo sintiese como un frío y hostil hogar. Mi parte más salvaje solía pedirme que corriese de un lado a otro, sintiendo el barro y las hojas en mis pezuñas, y aveces no tenía más remedio que hacerlo. - Me parece perfecto, y así además iremos mucho más rápido. - Dije sonriente viendo como de repente se quita las botas y el pantalón para transformarse en un gran lobo negro con unos ojos azules.
El cánido acercó sus prendas a mi saco y hizo un gesto con el hocico que entendí perfectamente, era lógico que quisiera que guardase su ropa. Así que la metí dentro del saco de lino color marrón. - Está bién tú me guías al lugar. - Dije seguidamente mirando a aquel lobo de pelaje aparentemente sedoso y negro como el azabache. Lo cierto es que me llamó la atención, resultaba un lobo bastante curioso con esa combinación de su pelo y sus ojos. Parecía casi la representación de la noche y el día.
Entonces me quité la camisa y la metí en la bolsa quedando al descubierto mi ancho torso y luego me saqué los zapatos y el pantalón, metiéndolo también en la bolsa. El otro lobo estaba sentado frente a mí, esperando a que terminase de guardar las cosas para acabar transformándome en un lobo de pelaje moteado en gris, marrón y blanco y con unos ojos color almendra. Me acerqué un poco a él e hice para coger aquel saco con la boca, estaba totalmente listo para marcharme. Y esperaba que a partir de ese día, al fin tuviese un lugar al que llamar hogar, o al menos algo que se le parezca. Y aunque quizás me estuviese haciendo demasiadas ilusiones, no negaría que deseaba que fuese cierto.
Ya estaba listo para marchar, y con el pelo era cierto que el frío ya no se notaba tan fuerte como antes. Ahora toda aquella humedad apenas estaba presente y se sentía un gran alivio. Era como un abrigo de los caros, de esos que llevan las duquesas a los grandes eventos. O al menos que yo me imagino que llevan, ya que jamás he asistido a nada parecido.
Maximilian W. Stuckbones- Cambiante Clase Baja
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Re: Encuentro [privado]
Enseguida Max le dijo que le seguiría a lo que el lobo sin mas asintió con la cabeza sin dejar de observarle tranquilamente sentado en sus cuartos traseros. Había metido la ropa en el saco como Dagobert le había indicado mediante algunos movimientos, no era algo dificil de entender y menos cuando Maxi tambien era igual que él en sus formas animales. Ahora el saco descansaba tranquilamente en los pies de Maxi mientras el alemán esperaba a que se desvitiese de un momento a otro que esperaba que no tardara mucho.
La verdad esque cuando empezó a quitarse la camisa y a desabrocharse los botones pudo ver con mas atención lo desgastada que estaba la camisa del cambiaformas. Le faltaba algunos botones, la tenia desilachada y alguna que otra mancha que rompia el blanco impoluto de la camisa. Cuando desvelo el otro su cuerpo sus ojos se posaron en el tatuaje de la cruz por lo que echo las orejas hacia atras al ver eso pero luego estiro las orejas de nuevo al ver como se quitaba los pantalones. Ante esto el lobo no quito la pista del Belga mirando una zona especifica por un momento pero de forma disimulada para que no le pillara el otro. Estaba bien armado de eso no había duda pero no era de pensar en eso por lo que retiro la vista mientras se estiraba en su forma lobuna.
Fue entonces cuando al volver su vista al su nuevo miembro de la manada le vió convertido en un bonito lobo de tres colores. Se levanto mientras observaba al lobo para luego aullar contento liberando algo de tensión de su cuerpo lobuno. Cuando acabó miró a su compañero lupino del cual tomo la bolsa en sus fauces antes de que cogiera la bolsa el lobo tricolor. Empezó a andar mientras algunas gotas empezaban a caer, era unas pocas pero sabia que pronto empezaria a caer con más fuerza. Comenzo a trotar para luego comenzar a correr por el bosque saltando troncos árboles, rios y alguna que otra roca mientras miraba para atras esperando que le siguiera.
-No tardaremos mucho, sigueme de cerca va a comenzar a llover más y esto se embarrara y se hará dificil moverse-comento mentalmente a su compañero que sabía que le estaría escuchando al instante. Si se pararan a ver la escena era algo bonita ver a dos grandes y fuertes lobos correr por el bosque de forma agil mientras su pelaje era azotado por el viento suavemente. Ahora no notaba el frio pero las pequeñas gotas empezaban a caer mojandole a él y sintiendo levemente la fria lluvia.
La verdad esque cuando empezó a quitarse la camisa y a desabrocharse los botones pudo ver con mas atención lo desgastada que estaba la camisa del cambiaformas. Le faltaba algunos botones, la tenia desilachada y alguna que otra mancha que rompia el blanco impoluto de la camisa. Cuando desvelo el otro su cuerpo sus ojos se posaron en el tatuaje de la cruz por lo que echo las orejas hacia atras al ver eso pero luego estiro las orejas de nuevo al ver como se quitaba los pantalones. Ante esto el lobo no quito la pista del Belga mirando una zona especifica por un momento pero de forma disimulada para que no le pillara el otro. Estaba bien armado de eso no había duda pero no era de pensar en eso por lo que retiro la vista mientras se estiraba en su forma lobuna.
Fue entonces cuando al volver su vista al su nuevo miembro de la manada le vió convertido en un bonito lobo de tres colores. Se levanto mientras observaba al lobo para luego aullar contento liberando algo de tensión de su cuerpo lobuno. Cuando acabó miró a su compañero lupino del cual tomo la bolsa en sus fauces antes de que cogiera la bolsa el lobo tricolor. Empezó a andar mientras algunas gotas empezaban a caer, era unas pocas pero sabia que pronto empezaria a caer con más fuerza. Comenzo a trotar para luego comenzar a correr por el bosque saltando troncos árboles, rios y alguna que otra roca mientras miraba para atras esperando que le siguiera.
-No tardaremos mucho, sigueme de cerca va a comenzar a llover más y esto se embarrara y se hará dificil moverse-comento mentalmente a su compañero que sabía que le estaría escuchando al instante. Si se pararan a ver la escena era algo bonita ver a dos grandes y fuertes lobos correr por el bosque de forma agil mientras su pelaje era azotado por el viento suavemente. Ahora no notaba el frio pero las pequeñas gotas empezaban a caer mojandole a él y sintiendo levemente la fria lluvia.
Dagobert Rosenthal- Cambiante Clase Alta
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Fecha de inscripción : 30/03/2013
Re: Encuentro [privado]
El lobo parecía atento y deseando que me transformase para poder marcharnos ya. Él sentado, observaba cada uno de mis movimientos. Lo cierto es que era bastante llamativa la manera en la que me miraba aquel cánido de color negro. Casi se podría decir, que para cualquier humano, esos inquietantes ojos azules dejaban escapar un toque de ternura en esa transformación. Casi como si en vez de en un lobo, se hubiese transformado en un curioso cachorro de labrador, ávido de juegos.
Veía ciertas reacciones en él, como la de tirar las orejas hacia atrás cuando me quité la camisa, o simplemente la manera en la que tenía de apartar la vista en ciertos momentos. Cuando me transformé volvió a mirarme y algo emocionado dejó escapar un aullido a la luna menguante que comenzaba a salir por un lateral del cielo, casi escondida tras la gruesa capa de maleza en los árboles. Pero me sorprendió que se apresurara en coger el saco antes de que yo pudiese casi ni acercarme. Pero no puse objeción. Si quería llevar él el saco, que lo llevase.
La lluvia comenzaba a nacer, caía un leve chispeo que ni siquiera sonaba al caer todavía. Pero era la señal de que comenzaría a llover tarde o temprano. Y eso significaba que cuanto antes nos pusiésemos en marcha, antes nos resguardaríamos de la lluvia. El otro lobo comenzó a correr y yo fui detrás, siguiéndole el paso de bien cerca, prácticamente yendo a su lado por el trayecto. Como lobo, no me resultaba para nada complicado ese tipo de ambientes, es más, me resultaba incluso agradable el correr de esa manera, y de esa forma seguía el rastro de su nuevo compañero lobuno.
Entonces en su cabeza comenzó a escuchar una voz que le decía que ya estaban a punto de llegar, y eso le sorprendió. Por que había podido hacerse entender con otros animales de esa manera, pero era bueno descubrir, que también me servía para comunicarme con los otros cambiantes estando en mi estado animal. Por lo menos eso hacía que tuviese una forma de hacerme entender sin que fuese por señas. - Sin problemas Rosenthal - Le dije de la misma manera a Dago.
El amplio pelaje hacía que aquel frío casi cortante del viento hubiese desaparecido por completo y de momento la lluvia era tan débil que apenas llegaba a tocar su piel tras el pelo más que en alguna que otra gota. Comenzaba a oscurecer y cada vez se camuflaba más el pelo del otro lobo en la oscuridad, pero podía seguirle perfectamente gracias al olfato. Notaba el olor de por donde corría a escasamente un metro más adelantado de mí.
Veía ciertas reacciones en él, como la de tirar las orejas hacia atrás cuando me quité la camisa, o simplemente la manera en la que tenía de apartar la vista en ciertos momentos. Cuando me transformé volvió a mirarme y algo emocionado dejó escapar un aullido a la luna menguante que comenzaba a salir por un lateral del cielo, casi escondida tras la gruesa capa de maleza en los árboles. Pero me sorprendió que se apresurara en coger el saco antes de que yo pudiese casi ni acercarme. Pero no puse objeción. Si quería llevar él el saco, que lo llevase.
La lluvia comenzaba a nacer, caía un leve chispeo que ni siquiera sonaba al caer todavía. Pero era la señal de que comenzaría a llover tarde o temprano. Y eso significaba que cuanto antes nos pusiésemos en marcha, antes nos resguardaríamos de la lluvia. El otro lobo comenzó a correr y yo fui detrás, siguiéndole el paso de bien cerca, prácticamente yendo a su lado por el trayecto. Como lobo, no me resultaba para nada complicado ese tipo de ambientes, es más, me resultaba incluso agradable el correr de esa manera, y de esa forma seguía el rastro de su nuevo compañero lobuno.
Entonces en su cabeza comenzó a escuchar una voz que le decía que ya estaban a punto de llegar, y eso le sorprendió. Por que había podido hacerse entender con otros animales de esa manera, pero era bueno descubrir, que también me servía para comunicarme con los otros cambiantes estando en mi estado animal. Por lo menos eso hacía que tuviese una forma de hacerme entender sin que fuese por señas. - Sin problemas Rosenthal - Le dije de la misma manera a Dago.
El amplio pelaje hacía que aquel frío casi cortante del viento hubiese desaparecido por completo y de momento la lluvia era tan débil que apenas llegaba a tocar su piel tras el pelo más que en alguna que otra gota. Comenzaba a oscurecer y cada vez se camuflaba más el pelo del otro lobo en la oscuridad, pero podía seguirle perfectamente gracias al olfato. Notaba el olor de por donde corría a escasamente un metro más adelantado de mí.
Maximilian W. Stuckbones- Cambiante Clase Baja
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Fecha de inscripción : 10/05/2013
Re: Encuentro [privado]
A veces su compañero lobo corría a su lado y otras veces se alejaba de él pero estaban siempre cerca y sino le guiara mentalmente. La noche ya estaba casi en su esplendor y su pelaje quizás se empezara a adaptarse e la oscuridad, haciendo que este fuera camuflado por la eterna noche. La lluvia ya empezaba a caer mas fuerte que al principio y seguramente en poco tiempo estarían empapados. Con cuidado se subió en un tronco agarrando bien la bolsa con sus fauces mientras miraba bien el lugar para saber donde se encontraba, ya no estaban muy lejos de la casa que había en aquel bosque.
Saltó otra vez a la tierra mojada sintiendola en sus fuertes patas para comenzar a correr de nuevo por el bosque dejando poco a poco atras las grandes arboledas del bosque y dando paso al frente a una casa por la parte de atras. Alguna que otra vez avisaba mentalmente a Maxi la direción que tomaba o disminuia su carrera para no perder al otro lobo. La luces de la casa iluminaban ya pronto los pelajes de ambos lobos dejandoles mas visibilidad que antes mientras el aire resonaba entre las copas de los arboles.
Pronto llegaron a la puerta de atras de la casa donde se paró. Había una puerta para perros pero sabía que cabian ambos por esa puerta, pues era para perros grandes. Entró por aquella puertecita para caninos para dar paso a una cocina que ahora mismo estaba vacia pues los criados estarían en otro lado haciendo tareas. El lobo sacudió su pelaje de la cabeza hasta la punta de la cola mojando toda la cocina pero aquello a él le daba igual no lo limpiaria él. Esperó que el otro lobo hiciera lo mismo para llevarlo hasta arriba y cambiarse de ropa, no quería que mojara toda la casa con su pelaje.
-bueno ahora me sigues a la parte de arriba-le sugirió al otro lobo para salir por la puerta de la cocina al resto de la casa por la puerta para los canidos. Se transformo en un zorro negro para no ser tan grande por la casa y no le apreciaran los que trabajaban en aquella casa como él hacia, solo esperaba que Max le imitara. Cuando llegó a la parte de arriba tras subir las escaleras se sentó en una puerta esperando al otro zorro que le seguia. Allí se sento dejando la bolsa en el suelo que en aquella forma le pesaba algo más.
Empujo con la pata la puerta de su cuarto pues siempre le dejaba medio abierta para que si volvia en su forma animal con solo empujar la puerta le bastaria para entrar. Tomó la bolsa en sus boca de nuevo para meterla en su cuarto esperando que entrará Max con él y se quedó sentado mirando la puerta esperando que pasara. No queria que pensara mal pero era el mejor sitio para cambiarse a la forma humana.-Cuando entres cierra la puerta, por favor-dijo el zorro negro al zorro naranja de pelaje brillante.
Saltó otra vez a la tierra mojada sintiendola en sus fuertes patas para comenzar a correr de nuevo por el bosque dejando poco a poco atras las grandes arboledas del bosque y dando paso al frente a una casa por la parte de atras. Alguna que otra vez avisaba mentalmente a Maxi la direción que tomaba o disminuia su carrera para no perder al otro lobo. La luces de la casa iluminaban ya pronto los pelajes de ambos lobos dejandoles mas visibilidad que antes mientras el aire resonaba entre las copas de los arboles.
Pronto llegaron a la puerta de atras de la casa donde se paró. Había una puerta para perros pero sabía que cabian ambos por esa puerta, pues era para perros grandes. Entró por aquella puertecita para caninos para dar paso a una cocina que ahora mismo estaba vacia pues los criados estarían en otro lado haciendo tareas. El lobo sacudió su pelaje de la cabeza hasta la punta de la cola mojando toda la cocina pero aquello a él le daba igual no lo limpiaria él. Esperó que el otro lobo hiciera lo mismo para llevarlo hasta arriba y cambiarse de ropa, no quería que mojara toda la casa con su pelaje.
-bueno ahora me sigues a la parte de arriba-le sugirió al otro lobo para salir por la puerta de la cocina al resto de la casa por la puerta para los canidos. Se transformo en un zorro negro para no ser tan grande por la casa y no le apreciaran los que trabajaban en aquella casa como él hacia, solo esperaba que Max le imitara. Cuando llegó a la parte de arriba tras subir las escaleras se sentó en una puerta esperando al otro zorro que le seguia. Allí se sento dejando la bolsa en el suelo que en aquella forma le pesaba algo más.
Empujo con la pata la puerta de su cuarto pues siempre le dejaba medio abierta para que si volvia en su forma animal con solo empujar la puerta le bastaria para entrar. Tomó la bolsa en sus boca de nuevo para meterla en su cuarto esperando que entrará Max con él y se quedó sentado mirando la puerta esperando que pasara. No queria que pensara mal pero era el mejor sitio para cambiarse a la forma humana.-Cuando entres cierra la puerta, por favor-dijo el zorro negro al zorro naranja de pelaje brillante.
Dagobert Rosenthal- Cambiante Clase Alta
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Fecha de inscripción : 30/03/2013
Re: Encuentro [privado]
El suelo cada vez se sentía más mullido bajo mis patas que se hundían en aquella tierra embarrada con cada zancada que dábamos camino a esa cabaña. La lluvia ahora era mucho más intensa y la noche ya casi totalmente cerrada. Llevábamos unos minutos corriendo y supuse que ya no faltaría demasiado para llegar a donde había dicho, el otro lobo iba un pelín por delante de mí, con el saco entre sus fauces y yo iba en su retaguardia, siguiéndole por aquella senda que nos inventábamos entre árboles y sobre troncos.
El otro lobo se subió a uno de los troncos y comenzó a mirar a todos lados y yo desde abajo, me quedé mirándole y supuse que intentaba saber donde se encontraba exactamente mirando el entorno. Seguramente se conocería aquellos bosques al dedillo y que esto era solamente para estar seguro al cien por cien. Su pelaje casi invisible en el ambiente se veía empapado ya, al igual que el mío, pero ya me daba igual.
De repente comenzó a correr de nuevo y entre un par de aullidos que dejé escapar al ver que volvíamos al camino seguí sus pasos hasta llegar al final del bosque, donde había una cabaña. Supuse que sería esa en un principio al verla en la lejanía pero mis dudas quedaron eliminadas cuando le vi entrar por la puerta para perros, por donde me colé yo también. La trampilla daba a lo que parecía una cocina. Una cocina que estaba totalmente vacía de gente, y me paré a pensar en cuanta más gente viviría en aquella cabaña. Sacudí mi pelo cuando él también lo hizo, sin pensar en si sería maleducado por mojar la cocina que no era mía, pero supuse que tendría servicio y yo estaba jodidamente empapado.
Me dijo que le siguiese hasta la parte de arriba, no sabía que habría en la parte de arriba, pero tampoco le iba a poner pegas a alguien que me acogía en su casa una noche lluviosa. - Está bien yo te sigo. - Se convirtió en zorro y salió de la cocina subiendo unas escaleras, decidí imitarle, intuyendo que se transformaba en zorro, porque ese animal es mucho más pequeño y sigiloso que un enorme lobo. Fui tras él estaba vez metamorfoseado en un zorro anaranjado y subimos ambos unas escaleras que daban a un pasillo.
Se acercó a una de las puertas que no estaba del todo cerrada, dejó el saco que ya no llevaba con tanta comodidad y con una pata movio la puerta para poder entrar arrastrando aquel saco. Ni siquiera me dio tiempo a ayudarle a llevarlo, puesto que rápidamente lo jaló y lo metió hacia dentro. No sabía a donde daba esa puerta, pero entré igualmente siguiendo al zorro de pelaje negro. Era una habitación, y escuché la voz del Rosenthal pidiedome que cerrase la puerta al entrar. Este estaba sentado, esperando a que cumpliese con lo que me había pedido.
Me transformé de nuevo en un humano. Estaba completamente desnudo, empapado, y esta vez miraba al otro animal desde arriba por mi altura humana. Entonces cerré la puerta y me rasqué un poco la barba y cojí el saco sacando mis pantalones, que me puse aun estando mojado. Y aunque no hice nada tampoco por taparme hasta ese momento me los puse, porque no era de agrado tener a un tipo que te encuentras por el bosque desnudo en tu casa, o al menos eso creía yo. - ¿Qué es este sitio? - Pregunté seguidamente, hacía un rato me había dicho que él era militar y además había añadido que trabajaba aquí. ¿Sería alguna base militar o algun refugio? - Me gustaría saber algunas cosas si es que no es demasiada molestia. - Dije intentando no parecer demasiado grosero.
El otro lobo se subió a uno de los troncos y comenzó a mirar a todos lados y yo desde abajo, me quedé mirándole y supuse que intentaba saber donde se encontraba exactamente mirando el entorno. Seguramente se conocería aquellos bosques al dedillo y que esto era solamente para estar seguro al cien por cien. Su pelaje casi invisible en el ambiente se veía empapado ya, al igual que el mío, pero ya me daba igual.
De repente comenzó a correr de nuevo y entre un par de aullidos que dejé escapar al ver que volvíamos al camino seguí sus pasos hasta llegar al final del bosque, donde había una cabaña. Supuse que sería esa en un principio al verla en la lejanía pero mis dudas quedaron eliminadas cuando le vi entrar por la puerta para perros, por donde me colé yo también. La trampilla daba a lo que parecía una cocina. Una cocina que estaba totalmente vacía de gente, y me paré a pensar en cuanta más gente viviría en aquella cabaña. Sacudí mi pelo cuando él también lo hizo, sin pensar en si sería maleducado por mojar la cocina que no era mía, pero supuse que tendría servicio y yo estaba jodidamente empapado.
Me dijo que le siguiese hasta la parte de arriba, no sabía que habría en la parte de arriba, pero tampoco le iba a poner pegas a alguien que me acogía en su casa una noche lluviosa. - Está bien yo te sigo. - Se convirtió en zorro y salió de la cocina subiendo unas escaleras, decidí imitarle, intuyendo que se transformaba en zorro, porque ese animal es mucho más pequeño y sigiloso que un enorme lobo. Fui tras él estaba vez metamorfoseado en un zorro anaranjado y subimos ambos unas escaleras que daban a un pasillo.
Se acercó a una de las puertas que no estaba del todo cerrada, dejó el saco que ya no llevaba con tanta comodidad y con una pata movio la puerta para poder entrar arrastrando aquel saco. Ni siquiera me dio tiempo a ayudarle a llevarlo, puesto que rápidamente lo jaló y lo metió hacia dentro. No sabía a donde daba esa puerta, pero entré igualmente siguiendo al zorro de pelaje negro. Era una habitación, y escuché la voz del Rosenthal pidiedome que cerrase la puerta al entrar. Este estaba sentado, esperando a que cumpliese con lo que me había pedido.
Me transformé de nuevo en un humano. Estaba completamente desnudo, empapado, y esta vez miraba al otro animal desde arriba por mi altura humana. Entonces cerré la puerta y me rasqué un poco la barba y cojí el saco sacando mis pantalones, que me puse aun estando mojado. Y aunque no hice nada tampoco por taparme hasta ese momento me los puse, porque no era de agrado tener a un tipo que te encuentras por el bosque desnudo en tu casa, o al menos eso creía yo. - ¿Qué es este sitio? - Pregunté seguidamente, hacía un rato me había dicho que él era militar y además había añadido que trabajaba aquí. ¿Sería alguna base militar o algun refugio? - Me gustaría saber algunas cosas si es que no es demasiada molestia. - Dije intentando no parecer demasiado grosero.
Maximilian W. Stuckbones- Cambiante Clase Baja
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Fecha de inscripción : 10/05/2013
Re: Encuentro [privado]
Cuando la puerta se cerro detrás del otro cambiaformas dejándoles a los dos solos en aquel aposento, Dagobert antes de poder decir nada ya tenía delante a Maxi transformado en humano completamente desnudo. Su piel estaba completamente calada y ya estaba haciendo intención de vestirse con la misma ropa con la que se vistió en el bosque. Tanto él como la ropa estaba calada por lo que el alemán no podía permitir que se vistiera de nuevo en esas condiciones y con ese ropaje. La verdad esque no entendía porque tenía tanta prisa por vestirse pero él no le diría nada al otro, estaba acostumbrado a ver hombres desnudos en los baños de la academia de vez en cuando y aparte de que todos eran iguales normalmente físicamente por lo que eso le daba totalmente igual.
Ahora le tocaba a él transformarse en humano cosa que hizo rápidamente quedándose desnudo delante del otro y lanzando la bolsa a otro lado, ya la llevaría a la lavandería más tarde pero ahora tocaba solucionar el tema de las prendas. Antes de que los labios del teniente se abrieran pudo escuchar de nuevo la voz del callado miembro de su ejército preguntarle algunas cosas, además de atreverse a preguntarle si le podía buscar respuestas en Dagobert. Este asintió con la cabeza pero antes le paro las manos a Maxi para que dejara de vestirse. No quería que pensase mal pero no iba a dejar que su subyugado llevara esos trapos en su cuerpo.
-no te vistas, date un baño, acicálate y sécate, después te daré ropa nueva y podré responderte a todas las preguntas que se te plantean o que ronden por tu loca cabecita, aunque debería decir cabezota-ríe mientras se separa para acercarse a un armario que había en aquella habitación. Miró un poco el armario al ver una camisa negra y un pantalón negro lo sacó del armario para ponerlo en la cama para Maxi, al igual que unos zapatos negros en conjunto.
Esperaba que la orden que había recibido de que se bañara enseguida la hubiera acatado, pues después de mandarlo hacer eso se había puesto hacer cosas como si él no estuviera, entre otras cosas ir a por una toalla para taparse de cintura para abajo pero que no llegaba más allá de las rodillas. Después seguidamente hizo sonar la campana de la cocina para que empezaran a preparar algo para comer,para que comiera sobre todo el belga pues él había comido antes de salir.
Ahora le tocaba a él transformarse en humano cosa que hizo rápidamente quedándose desnudo delante del otro y lanzando la bolsa a otro lado, ya la llevaría a la lavandería más tarde pero ahora tocaba solucionar el tema de las prendas. Antes de que los labios del teniente se abrieran pudo escuchar de nuevo la voz del callado miembro de su ejército preguntarle algunas cosas, además de atreverse a preguntarle si le podía buscar respuestas en Dagobert. Este asintió con la cabeza pero antes le paro las manos a Maxi para que dejara de vestirse. No quería que pensase mal pero no iba a dejar que su subyugado llevara esos trapos en su cuerpo.
-no te vistas, date un baño, acicálate y sécate, después te daré ropa nueva y podré responderte a todas las preguntas que se te plantean o que ronden por tu loca cabecita, aunque debería decir cabezota-ríe mientras se separa para acercarse a un armario que había en aquella habitación. Miró un poco el armario al ver una camisa negra y un pantalón negro lo sacó del armario para ponerlo en la cama para Maxi, al igual que unos zapatos negros en conjunto.
Esperaba que la orden que había recibido de que se bañara enseguida la hubiera acatado, pues después de mandarlo hacer eso se había puesto hacer cosas como si él no estuviera, entre otras cosas ir a por una toalla para taparse de cintura para abajo pero que no llegaba más allá de las rodillas. Después seguidamente hizo sonar la campana de la cocina para que empezaran a preparar algo para comer,para que comiera sobre todo el belga pues él había comido antes de salir.
Dagobert Rosenthal- Cambiante Clase Alta
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