AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Dime que eres ella y yo te doy el paraíso | Privado (+18) | La caída del Príncipe
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Dime que eres ella y yo te doy el paraíso | Privado (+18) | La caída del Príncipe
"Dulce es el néctar, la sangre que se desliza de tu yugular"
Hero Jaejong
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Dime que eres ella y yo te doy el paraíso
|Flashback|
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El carruaje del príncipe se dirigía a donde la residencia Van Wijs. Habían pasado ya una semana después de que Ainara se convirtió no sólo en su amante sino también en su compañera y vástaga. Violante creía que nadie podía interferir en esa relación, que nadie sería capaz de agrietarla o ponerla en riesgo. Ni siquiera su peligrosa e impetuosa amante Saskia, su creador Dragos o la hermosa y misteriosa Amanda Smith quien aún era su capricho.
El príncipe había decidido marchar a Países Bajos con Ainara pero antes visitaría a los Van Wijs. Quería conocer al último varón de su linaje, al último de sus hijos y la que había escuchado encantadora pero mortal esposa.
Tres días antes su servidumbre mandó una carta a los Van Wijs anunciando la visita del príncipe a su Residencia. ¿El motivo? No se especificaba aunque un miembro de la realeza de la talla de Violante no necesitaba escribirlo. Por lo tanto su llegada no seria sorpresa, él esperaba una buena acogida por parte de su hijo un hombre llamado Derek y quien fuera llamado Doreckmair O'Raven un popular mago y con sangre de los brujos Van Wijs. No podría decirse que sabía todo de Derek ya lo descubriría como de la misteriosa Crystall a quien no había visto jamás.
El coche entró por los grandes portones de hierro hasta llegar frente a la puerta principal frente a una fuente redonda y bastante atractiva.
Cuando Violante bajo fue anunciado por su despreciable cochero que estaba enamorado de Ainara y pese a ello el vampiro seguía conservando. Lo recibió el mayordomo de los Van Wijs, un hombre serio y culto. —Bienvenido mi señor y Príncipe de los Países Bajos. Mi señora lo aguarda en la sala de estar y le manda disculpas por no ser ella quien lo reciba— dijo un poco nervioso, era la primera vez que veía alguien de la realeza y lo había reconocido como un inmortal. Ahora él se explicaba porque una visita nocturna.
—Lo comprendo— dijo el vampiro en un tono imperativo aunque realmente estaba ofendido y por lo que alcanzó a captar en la mente de quién supo se llamaba François, Derek no estaba en casa, lo que ofendió aún más a Violante, esperaba ahora una buena excusa por parte de Crystall.
Siguiendo al mayordomo Violante ingresó a la residencia, al estar en el lobby dieron vuelta a la derecha caminando hasta la sala. Ella estaba volteada, observando desde un ventanal el carruaje. Cuando sintió al vampiro se dio media vuelta encarando la mirada del príncipe que ya estaba en el corazón de la habitación. François se retiró cerrando la puerta dejándolos solos.
Crystall caminó hasta él en un silencio que el príncipe había permitido. Violante estaba totalmente inmóvil, como si un hechizo hubiera caído sobre él y es que la mujer que se acercaba a él segura era la viva imagen de Benelope, como si se tratara de una reencarnación. ¿Pero cómo era posible... acaso ella era... una Van Wijs?
Última edición por Violante Vilhjálmur el Mar Jul 29, 2014 1:17 am, editado 3 veces
Violante- Vampiro Clase Baja
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Re: Dime que eres ella y yo te doy el paraíso | Privado (+18) | La caída del Príncipe
Tres días pasaron desde que a Crystall le fue entregada la carta con el sello real del reino de los Países Bajos. El príncipe había anunciado una visita, no se decía nada más pero los Van Wijs comprendieron que al ser un miembro de la realeza no se tomaría el tiempo para justificar sus hechos. Normalmente esa clase de personas hacían las cosas por hacerlas, al menos los príncipes y reyes.
Derek no se hallaba en la residencia, sus salidas eran frecuentes y aunque Dalma podría ir a espiarlo Crystall prefería confiar ciegamente en él como si no sospechara los adulterios de su esposo. Aunque ella no era una santa, la noche con Jin seguía en su mente y sabía que nunca lo olvidaría pese a que él se lo pidió.
Crystall entonces se encontraba sola y esperando la visita, sin ninguna excusa para justificar la ausencia de Derek. Se encontraba de pie, frente al ventanal de la sala esperando al príncipe y con la incertidumbre de la presencia de semejante celebridad. Ella estaba alerta no esperaba una visita amena, no con los enemigos que tenía gracias a su afiliación a la Alianza, aquella carta le había despertado un instinto defensivo y cuando vio el carruaje entrar los portones y más tarde llegar hasta la fuente, ese instinto se intensifico.
El príncipe bajo y con su enorme belleza impactó a Crystall. Era un vampiro, el aura que lo rodeaba lo delataba desde la distancia en la que ella estaba, pues cualquiera podría confundirlo como un simple humano, mas ella que tenía la capacidad de detectar auras nada se le escapaba. Extrañamente el vampiro no poseía muertos a su alrededor, al parecer no era un vampiro asesino, sino más bien de los que controlan su sed y beben lo necesario.
La figura real desapareció de la vista de la bruja, sin embargo creó una comunicación con las almas que habitaban en su casa para saber exactamente la ubicación y tiempo en el que llegara a ella. Paso poco tiempo para que él finalmente llegara, Crystall no se movió espero a que François los dejará solos. Cuando lo hizo la bruja se media vuelta contemplándolo un par de segundos, luego caminó hasta él con interés pero sin dejar la seguridad y firmeza a un lado. Crystall no bajaría la guardia por una cara bonita, los vampiros nunca dejaban de ser peligrosos; era por esa razón que sus almas estaban listas para actuar sí él hacía un movimiento indebido.
—Mi señor— la bruja hizo una reverencia sin ningún gesto burlón ni mucho menos, fue lo más cortés posible no quería provocarlo de ninguna manera. —Espero disculpe a mi esposo no puede acompañarnos esta noche, pero estoy dispuesta a ser su anfitriona confío en que podré satisfacerlo. ¿Su viaje fue ameno?— dijo con una sonrisa para después invitarlo a sentar con un gesto.
Derek no se hallaba en la residencia, sus salidas eran frecuentes y aunque Dalma podría ir a espiarlo Crystall prefería confiar ciegamente en él como si no sospechara los adulterios de su esposo. Aunque ella no era una santa, la noche con Jin seguía en su mente y sabía que nunca lo olvidaría pese a que él se lo pidió.
Crystall entonces se encontraba sola y esperando la visita, sin ninguna excusa para justificar la ausencia de Derek. Se encontraba de pie, frente al ventanal de la sala esperando al príncipe y con la incertidumbre de la presencia de semejante celebridad. Ella estaba alerta no esperaba una visita amena, no con los enemigos que tenía gracias a su afiliación a la Alianza, aquella carta le había despertado un instinto defensivo y cuando vio el carruaje entrar los portones y más tarde llegar hasta la fuente, ese instinto se intensifico.
El príncipe bajo y con su enorme belleza impactó a Crystall. Era un vampiro, el aura que lo rodeaba lo delataba desde la distancia en la que ella estaba, pues cualquiera podría confundirlo como un simple humano, mas ella que tenía la capacidad de detectar auras nada se le escapaba. Extrañamente el vampiro no poseía muertos a su alrededor, al parecer no era un vampiro asesino, sino más bien de los que controlan su sed y beben lo necesario.
La figura real desapareció de la vista de la bruja, sin embargo creó una comunicación con las almas que habitaban en su casa para saber exactamente la ubicación y tiempo en el que llegara a ella. Paso poco tiempo para que él finalmente llegara, Crystall no se movió espero a que François los dejará solos. Cuando lo hizo la bruja se media vuelta contemplándolo un par de segundos, luego caminó hasta él con interés pero sin dejar la seguridad y firmeza a un lado. Crystall no bajaría la guardia por una cara bonita, los vampiros nunca dejaban de ser peligrosos; era por esa razón que sus almas estaban listas para actuar sí él hacía un movimiento indebido.
—Mi señor— la bruja hizo una reverencia sin ningún gesto burlón ni mucho menos, fue lo más cortés posible no quería provocarlo de ninguna manera. —Espero disculpe a mi esposo no puede acompañarnos esta noche, pero estoy dispuesta a ser su anfitriona confío en que podré satisfacerlo. ¿Su viaje fue ameno?— dijo con una sonrisa para después invitarlo a sentar con un gesto.
Crystall Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Dime que eres ella y yo te doy el paraíso | Privado (+18) | La caída del Príncipe
No te dejes atormentar por la imagen del pasado, perderás terreno en el campo de batalla.
No sólo era idéntica en apariencia, también poseía el mismo timbre y tono de voz. A la mente del vampiro le invadieron recuerdos mientras acompañaba a Crystall hasta el amplio sofá. Benelope era la protagonista de sus pensamientos, lo poseía olvidándose de todo, incluso de Ainara. –¿Cómo es posible?– pensaba el vampiro totalmente intrigado, una vez más un brillo de terror apareció en sus ojos, ya le había pasado cuando asesino a su madre y más tarde cuando Dragos lo había creado. Era como si el fantasma de Benelope hubiera regresado para atormentarlo, para recuperar el amor que ya había entregado a Ainara.
Su anfitriona lo miraba esperando una respuesta, sus ojos expresivos parecían analizarlo fue entonces que Violante decidió penetrar en la mente de Crystall. Pero todo era confuso, existía un trafico de pensamientos en su cabeza. Ella orquestaba ordenes, refiriéndose a almas como receptoras. Entonces el príncipe lo dedujo, también era una bruja. Intentó despejar toda esa información pero le era difícil, la mente de ella estaba totalmente transitada, recibiendo datos y enviándolos.
—Es una lastima que su esposo no nos acompañe, precisamente venía a buscarlo— dijo suspirando sin dejar de prestar atención a la mujer que le había causado tanto misterio y temor a la vez. —No perdamos más el tiempo en formalidades, soy Violante Vilhjálmur y soy un vampiro, hecho que usted ya ha deducido— continuó el vampiro en un tono franco.
—Sé que usted no es una simple mortal, posee habilidades que desconozco y que considero debo de temer con la reputación que le precede. Mas descuide le confieso que tengo la habilidad de leer la mente y expresarme por medio de la telepatía pero no pretendo violar su privacidad— dijo tan sinceramente que nunca creyó declarar un discurso con esa naturaleza tan humana. Era obvio que la mujer estaba revolucionando una parte de él... ¿pero cuál? —Madame Crystall espero no ofenderla mas no puedo silenciar mis pensamientos. Usted a provocado en mí una incertidumbre que me provoca terror, no soy una amenaza ni lo seré pero; usted es una Van Wijs de sangre no adopto el apellido de su esposo... Derek Van Wijs y usted son parientes ¿o me equivoco?— el discurso del vampiro se ampliaba, y cada que sus palabras se incrementaban, la curiosidad se hacía más intensa.
Los recuerdos volvieron a asediarlo y sufrió un ataque de excitación en torno a Crystall, su anfitriona parecía volverse más atractiva y es que después de todo era su Benelope, o al menos su reencarnación como ya lo afirmaba Violante.
Violante- Vampiro Clase Baja
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Re: Dime que eres ella y yo te doy el paraíso | Privado (+18) | La caída del Príncipe
Decir que las palabras del vampiro ofendían a Crystall sería mentir. Sabía que muchos, entre ellos su servidumbre sabía la verdad acerca del parentesco de los Van Wijs, sin embargo, hasta ahora nadie se había atrevido a declararlo.
—Por favor no me hable de usted, dígame Crystall príncipe— la bruja mantenía su sonrisa, el vampiro la contemplaba asombrado y como él bien lo mencionó con terror, –¿cuál será esa reputación– pensó confiada en que el vampiro realmente respetaría su mente tal como lo había prometido. —No representa ninguna ofensa, pero no puedo negarle que me causa un poco de incomodidad. Nunca nadie lo había preguntado— no abandonó su sonrisa y ni siquiera su rostro reflejaba esa supuesta incomodidad. Más bien estaba encantada con su visita, le era demasiado atractivo que quiso sentarse junto a él y por qué no decirlo, pedirle que la poseyera, que tomara su cuerpo en ese mismo recinto.
—Agradezco el gesto de respetar mis pensamientos así como su sinceridad. Responderé su pregunta de la misma manera. Pero antes me gustaría expresar lo siguiente...— se detuvo para aclararse la voz. Cruzó sus piernas y enlazó los dedos de sus delgadas manos que descansaban en su regazo del hermoso vestido color esmeralda. Por vez primera Crystall mudó la expresión y no sólo eso también desvió la mirada a uno de los cuadros a un costado del príncipe. Suspiró sintiéndose una mala mujer por tener pensamientos impropios, ¿acaso no amaba a Derek, a su hermano? —... Algo me dice que usted no conoce en persona a Derek, por lo cual su pregunta no es debido a algún parecido entre nosotros... ¿Qué le hizo pensar en que somos parientes, por qué ha citado que tengo la sangre de los Van Wijs y no es adopción del apellido?— volvió a encarar la mirada del vampiro. Crystall había sugerido revelarle el parentesco entre Derek y ella pero en cambio estaba llevando la conversación por otra dirección.
Hubo un silencio breve que apenas fue notado por ella, tras los segundos suspiró lánguidamente pensando en Derek y en la razón del por qué no estaba en casa. El matrimonio Van Wijs no funcionaba como cualquier otro, Crystall lo había aceptado desde un principio mas todo cambió, la madurez en la relación como la mujer que era y el encuentro con Jin le hicieron ver lo sola que se sentía en la residencia cuando su esposo no estaba y como éste aún la miraba como su hermana pese a que luchaba por no hacerlo. Realmente se esforzaba aunque no lo conseguía del todo. «¿Estará cansada ya?» no podía asegurarlo pero si estaba segura de algo permanecería con Derek al fin de cuentas no dejaba de ser su hermano.
—Verá mi señor como bien sugirió somos parientes, más cercanos de lo que usted se imaginará y es que nosotros somos hermanos— ella hubiera querido continuar pero supo que tenía que hacer esa forzosa pausa, Violante tenía que procesar la información para plantear si deseaba una pregunta aunque Crystall no pensaba contestarla si él no contestaba antes las suyas. —Dígame mi señor, ¿cuál es la razón por la que nos honra con nuestra presencia?, sí soy atrevida en mi manera de hablar y quiero disculparme por ello mas eso no limitará mis preguntas. Yo he respondido a lo que usted me ha pedido creo que me merezco mis respuestas... ¿no le parece?—
—Por favor no me hable de usted, dígame Crystall príncipe— la bruja mantenía su sonrisa, el vampiro la contemplaba asombrado y como él bien lo mencionó con terror, –¿cuál será esa reputación– pensó confiada en que el vampiro realmente respetaría su mente tal como lo había prometido. —No representa ninguna ofensa, pero no puedo negarle que me causa un poco de incomodidad. Nunca nadie lo había preguntado— no abandonó su sonrisa y ni siquiera su rostro reflejaba esa supuesta incomodidad. Más bien estaba encantada con su visita, le era demasiado atractivo que quiso sentarse junto a él y por qué no decirlo, pedirle que la poseyera, que tomara su cuerpo en ese mismo recinto.
—Agradezco el gesto de respetar mis pensamientos así como su sinceridad. Responderé su pregunta de la misma manera. Pero antes me gustaría expresar lo siguiente...— se detuvo para aclararse la voz. Cruzó sus piernas y enlazó los dedos de sus delgadas manos que descansaban en su regazo del hermoso vestido color esmeralda. Por vez primera Crystall mudó la expresión y no sólo eso también desvió la mirada a uno de los cuadros a un costado del príncipe. Suspiró sintiéndose una mala mujer por tener pensamientos impropios, ¿acaso no amaba a Derek, a su hermano? —... Algo me dice que usted no conoce en persona a Derek, por lo cual su pregunta no es debido a algún parecido entre nosotros... ¿Qué le hizo pensar en que somos parientes, por qué ha citado que tengo la sangre de los Van Wijs y no es adopción del apellido?— volvió a encarar la mirada del vampiro. Crystall había sugerido revelarle el parentesco entre Derek y ella pero en cambio estaba llevando la conversación por otra dirección.
Hubo un silencio breve que apenas fue notado por ella, tras los segundos suspiró lánguidamente pensando en Derek y en la razón del por qué no estaba en casa. El matrimonio Van Wijs no funcionaba como cualquier otro, Crystall lo había aceptado desde un principio mas todo cambió, la madurez en la relación como la mujer que era y el encuentro con Jin le hicieron ver lo sola que se sentía en la residencia cuando su esposo no estaba y como éste aún la miraba como su hermana pese a que luchaba por no hacerlo. Realmente se esforzaba aunque no lo conseguía del todo. «¿Estará cansada ya?» no podía asegurarlo pero si estaba segura de algo permanecería con Derek al fin de cuentas no dejaba de ser su hermano.
—Verá mi señor como bien sugirió somos parientes, más cercanos de lo que usted se imaginará y es que nosotros somos hermanos— ella hubiera querido continuar pero supo que tenía que hacer esa forzosa pausa, Violante tenía que procesar la información para plantear si deseaba una pregunta aunque Crystall no pensaba contestarla si él no contestaba antes las suyas. —Dígame mi señor, ¿cuál es la razón por la que nos honra con nuestra presencia?, sí soy atrevida en mi manera de hablar y quiero disculparme por ello mas eso no limitará mis preguntas. Yo he respondido a lo que usted me ha pedido creo que me merezco mis respuestas... ¿no le parece?—
Crystall Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Dime que eres ella y yo te doy el paraíso | Privado (+18) | La caída del Príncipe
A veces un jugueteo no es muy oportuno, no cuando es tu sangre y es una asesina.
Violante tomó asiento mientras ella respondía a sus preguntas. Cómodo en el sillón quedó perturbado cuando ella mencionó la relación tan cercana con su esposo. Por supuesto no se escandalizó, pero no podía quitarse de la cabeza ese idilio incestuoso; le afectaba y no podía negarlo y de pronto sintió celos. Contempló a Crystall, a la viva imagen de Benelope, sus sentimientos se revolucionaron, no lo aceptaba sentía la necesidad de disolver ese matrimonio, inclusive de matar a Derek para liberar a Crystall de ese tabú y hacer con ella...
—También me puedes tutear Crystall y tienes razón al intuir que no conozco a tu hermano— dijo en un tono un tanto molesto y se levantó encarando la mirada desafiante de la bruja, una mirada que no huía que demostraba que sí fuera necesario lo enfrentaría; el aura le decía que ella no se tentaba el corazón a la hora de matar, así como que en la vida había sufrido. —Crystall, no sospeché que fueras una Van Wijs de sangre por una corazonada o un previo conocimiento. Lo aseveré porque eres idéntica a la mujer que procreó al primero de los Van Wijs... me atrevo a decir que eres la reencarnación de Benelope Van Dussel, la mujer que fuera mi esposa cuando fui un mortal— la confesión del vampiro parecía haber causado la misma impresión en Crystall que la que ella le hizo a él, o quizás aún más.
El príncipe caminó hasta ella y se sentó a su lado tomándole las manos y entrelazándolas con las de él. —Crystall, yo amé a Benelope con toda mi alma y ahora al verte me he enamorado de ti... soy padre de tu padre, padre de tu abuelo, padre de tu bisabuelo y por tanto tu padre...— hizo una pausa y se acercó más a ella, dispersó sus manos y llevó una de ellas a la espalda de Crystall y la otra al rostro de ella; —soy un maldito caprichoso y perverso hedonista, es por eso que me importa nada el linaje que te ata a mí. Yo te veo como una mujer, como mi Benelope... Mienteme Crystall, despierta en mi pasiones fingiendo que eres ella— dijo casi en verso, aproximó sus labios a los de ella y la besó.
Violante- Vampiro Clase Baja
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Re: Dime que eres ella y yo te doy el paraíso | Privado (+18) | La caída del Príncipe
En ningún momento Crystall apartó la mirada del vampiro, ni mucho manos dulcificó sus expresiones. Ella se mantenía atenta y retadora, no se dejaría intimidar nunca. Cuando el vampiro se levantó amenazante los hilos titiriteros de la bruja penetraron las almas fusionándolos con objetos cercanos de toda la habitación inclusive de la misma ropa del príncipe.
Pero tal como había expresado el vampiro desde el principio él no representaba ningún peligro y cada palabra que salían de esos labios seductores intrigaban a la bruja. «¿Será verdad todo lo que dice Violante?» discutía en su mente, aunque no podía afirmar nada no conocía nada acerca de los primeros Van Wijs, realmente nunca le había interesado. «¿pero el hecho de que él dijera que era el padre del primer Van Wijs no le aterraba?» no quería contestar esa interrogante. Pronto se sintió incómoda y no supo que decir o que hacer, Violante terminó su discurso y rompió el espacio personal de la bruja, ella se tensó y alrededor de ellos, aún en el plano espiritual, las almas montaron una revolución, un total descontrol se generó cuando finalmente los labios de ambos se unieron.
Dejándose llevar por el vampiro Crystall no sólo aceptó el beso, sino que lo correspondió de una manera apasionada, entregándose a él. Un rubor ardió en sus mejillas cuando sintió la lengua del vampiro en su boca, la mano de éste recorrer el vientre plano de la bruja y subir a sus pechos medianos. Fue entonces que las energías estallaron y se manifestaron expulsando a Violante agresivamente del sillón, alejándolo totalmente de Crystall que se levantó avergonzada. —Discúlpame pero soy una mujer casada, no puedo aparentar ser la mujer que amaste, no me entregaré a ti fingiendo que soy otra, no permitiré que me uses para darte placer, que no me veas como Crystall— dijo luego de que Violante se había puesto de pie bastante asombrado por la reacción generada. Y aunque la bruja se había escuchado muy segura la realidad era que no quería que se enterara de que aquel evento no había sido controlado por ella, no quería sentirse débil y muchos aparentarlo, quería demostrarle que tenía poder pero también no alejarlo pues se sentía muy atraída a él.
—No soy una santa, mi matrimonio es un total desatino... ya le fui infiel a Derek en una ocasión, he pecado en el incesto...— decía mientras se acercaba a la figura del vampiro —... y ahora me siento atraída por otro pariente que me ha ofendido al mostrar sus deseos carnales hacía mi apariencia y no mi persona... ¿Quieres que finja que soy ella, que despierte pasiones en tu cuerpo caprichoso— se detuvo y sus brazos se aferraron al cuello del vampiro. —Convenceme de hacerlo, seduceme como lo harías con ella— le retó mientras acercaba sus labios pero no lo besó, rozaron y se apartaron, le dio la espalda y caminó al alfeizar con una sonrisa maliciosa, las cortinas de los ventanales se corrieron gracias al control que ella tenía sobre las almas y se detuvo en el centro del salón.
Pero tal como había expresado el vampiro desde el principio él no representaba ningún peligro y cada palabra que salían de esos labios seductores intrigaban a la bruja. «¿Será verdad todo lo que dice Violante?» discutía en su mente, aunque no podía afirmar nada no conocía nada acerca de los primeros Van Wijs, realmente nunca le había interesado. «¿pero el hecho de que él dijera que era el padre del primer Van Wijs no le aterraba?» no quería contestar esa interrogante. Pronto se sintió incómoda y no supo que decir o que hacer, Violante terminó su discurso y rompió el espacio personal de la bruja, ella se tensó y alrededor de ellos, aún en el plano espiritual, las almas montaron una revolución, un total descontrol se generó cuando finalmente los labios de ambos se unieron.
Dejándose llevar por el vampiro Crystall no sólo aceptó el beso, sino que lo correspondió de una manera apasionada, entregándose a él. Un rubor ardió en sus mejillas cuando sintió la lengua del vampiro en su boca, la mano de éste recorrer el vientre plano de la bruja y subir a sus pechos medianos. Fue entonces que las energías estallaron y se manifestaron expulsando a Violante agresivamente del sillón, alejándolo totalmente de Crystall que se levantó avergonzada. —Discúlpame pero soy una mujer casada, no puedo aparentar ser la mujer que amaste, no me entregaré a ti fingiendo que soy otra, no permitiré que me uses para darte placer, que no me veas como Crystall— dijo luego de que Violante se había puesto de pie bastante asombrado por la reacción generada. Y aunque la bruja se había escuchado muy segura la realidad era que no quería que se enterara de que aquel evento no había sido controlado por ella, no quería sentirse débil y muchos aparentarlo, quería demostrarle que tenía poder pero también no alejarlo pues se sentía muy atraída a él.
—No soy una santa, mi matrimonio es un total desatino... ya le fui infiel a Derek en una ocasión, he pecado en el incesto...— decía mientras se acercaba a la figura del vampiro —... y ahora me siento atraída por otro pariente que me ha ofendido al mostrar sus deseos carnales hacía mi apariencia y no mi persona... ¿Quieres que finja que soy ella, que despierte pasiones en tu cuerpo caprichoso— se detuvo y sus brazos se aferraron al cuello del vampiro. —Convenceme de hacerlo, seduceme como lo harías con ella— le retó mientras acercaba sus labios pero no lo besó, rozaron y se apartaron, le dio la espalda y caminó al alfeizar con una sonrisa maliciosa, las cortinas de los ventanales se corrieron gracias al control que ella tenía sobre las almas y se detuvo en el centro del salón.
Crystall Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Dime que eres ella y yo te doy el paraíso | Privado (+18) | La caída del Príncipe
En la lujuria, arriesgarse es tan inoportuno como confesarle a un inquisidor tu naturaleza,
pero al menos la lujuria te conduce a la gloria.
pero al menos la lujuria te conduce a la gloria.
En un principio, para Violante el ataque de Crystall le pareció una perdida de control a causa de la sensualidad y coqueteo del príncipe, sí, como si no fuera lo suficiente vanidoso para no pensar de otro modo. Pero después de escucharla se dio cuenta de que se equivocaba. Violante no se sintió ofendido y mucho menos experimentó deseos de atacarla porque sabía que era quizás más peligrosa que él, acababa de demostrarlo. Mas las palabras de la bruja le interesaron al vampiro que con malicia le sonrió.
La vio caminar hacia él, contoneando con su cuerpo delgado de pechos medianos y cintura curveada. Con aquel coqueteo por parte de ella la lujuria en él se incrementó, el roce de los labios lo prendió todavía más. –Quieres que te trate como ella... ¿cierto?– meditó mientras Crystall le daba la espalda y con sus poderes cerraba la habitación apoyada de las gruesas y elegantes cortinas. Ese gesto le interesó de sobre manera, ahora sólo los iluminaba la luz de las lamparas de araña que colgaban justo en medio de la sala, por encima de Crystall.
Violante caminó a ella y la tomó por detrás, abrazándola por la cintura y acercando sus labios al oído derecho. Crystall sonrió satisfecha o al menos eso creyó él ya que si mantenía su promesa de no introducirse en su mente. —Mi bella dama de cabello oscuro, de retadores ojos verdes y labios deseables... no miento al decirte que provocas en mi los deseos más descabellados y lujuriosos, tu vences mi vanidad... Crystall atormentame si quieres pero no me rechaces porque juntos podemos hacer mucho— su tono lujurioso fue acompañado de un aliento fresco, después, Violante desgarró ligeramente el pómulo de la oreja, la bruja emitió un pequeño gemido mas no se apartó.
El vampiro cogió los brazos cruzados de Crystall, estaban desnudos hasta los antebrazos, Violante respiró en su cuello y olió el dulce perfume de la bruja. —Tu perfume no hace más que resaltar tu belleza, pues no se compara con tu apariencia— le dijo para luego darle un beso en el cuello. La giró y se vieron a los ojos, —mírame, encontraras en mis orbes la honestidad del buen amante... Crystall, ambos sabemos que entre nosotros algo estorba... quiero que lo digas, sé mi ama— no ordenó, al menos su tono sutil no lo demostraba, Violante estaba dispuesto a jugar cualquier juego de Crystall, no sólo disfrutaría de que ella fingiría ser su amada Benelope, sino que él también.
Violante- Vampiro Clase Baja
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Re: Dime que eres ella y yo te doy el paraíso | Privado (+18) | La caída del Príncipe
Crystall cerró sus ojos al sentir el beso del príncipe, luego suspiró totalmente excitada corroborando su idea de que aquel ser que le coqueteaba y la deseaba era un maestro en la seducción. Pero no le importaba en lo más mínimo, hacía varios días que Derek no la tocaba y ella lo necesitaba sin importar que se tratara de otro pariente, ya nada importaba; no cuando había cometido incesto con su hermano. Cuando sus ojos se vieron Crystall se dedicó a sonreirle maliciosa como diciéndole el juego ha iniciado.
—¿Para qué decir lo que estorba cuando nuestras manos pueden liberar nuestra desnudez?— la bruja soltó una risilla coqueta y besó la barbilla de Violante. Después aflojó la corbata hasta despojarla del delgado cuello blanco, la bruja se acercó y se aferró a ese cuello en un beso que buscaba dejar una marca que nunca apareció. No paso mucho para que la joven sintiera las manos del vampiro sobre su vientre, cintura y descansaran en su espalda baja.
Crystall dio un paso hacía atrás separándose del los brazos ansiosos del príncipe, después sus manos se alzaron hasta llegar a su nuca y desenredó el cordón que sostenía su espléndido vestido verde. La mirada de la bruja representaba la misma lujuria, el vestido se abrió como los pétalos de una rosa descubriendo solamente la ropa interior que resguardaba celosamente los pechos medianos que Derek decía tanto amar. Pero Crystall no se detuvo sólo ahí, removió su cinturón y las enaguas de su falda cayeron mostrando las curvas de su delgado pero definido cuerpo, Crystall dio un paso hacía Violante dejando atrás el vestido que a ellos les estorbaba y con sólo sus tacones de cristal y su lencería negra tomó a Violante del saco con fuerza y se lo quitó sin apartar sus ojos de la mirada fogosa del que se convertiría esa noche en su amante.
Violante ayudó a su joven descendiente desabrochando los botones de su camisa, la mujer que fingía ser la madre de los Van Wijs y que al parecer ya nada le importaba. El pecho desnudo se mostró a los ojos de Crystall, las uñas de la bruja se dirigieron al torso bajo y sensualmente subieron hasta el pecho fornido y a la vez delgado de su invitado. —Tan frío, como un balde de agua con hielos. Así es tu piel y sin embargo el bulto en tu pantalón me indican que tu excitación es comparable a la mía... ¿tú piel percibe el calor de mi cuerpo, el incendio de mi piel que solamente tu podrás apagar en un sexo en el que no habrá limites?— y tan pronto como finalizó con esa voz sensual sus labios tocaron la dura piel, con la lengua fue descendiendo hasta que llegó hasta el pantalón, con pericia le sacó el pantalón y luego sacó la excitación que como un monstruo se asomó a los de Crystall, la bruja sonrió y sin pedirle permiso la tomó con sus manos delgados y la introdujo a su boca.
—¿Para qué decir lo que estorba cuando nuestras manos pueden liberar nuestra desnudez?— la bruja soltó una risilla coqueta y besó la barbilla de Violante. Después aflojó la corbata hasta despojarla del delgado cuello blanco, la bruja se acercó y se aferró a ese cuello en un beso que buscaba dejar una marca que nunca apareció. No paso mucho para que la joven sintiera las manos del vampiro sobre su vientre, cintura y descansaran en su espalda baja.
Crystall dio un paso hacía atrás separándose del los brazos ansiosos del príncipe, después sus manos se alzaron hasta llegar a su nuca y desenredó el cordón que sostenía su espléndido vestido verde. La mirada de la bruja representaba la misma lujuria, el vestido se abrió como los pétalos de una rosa descubriendo solamente la ropa interior que resguardaba celosamente los pechos medianos que Derek decía tanto amar. Pero Crystall no se detuvo sólo ahí, removió su cinturón y las enaguas de su falda cayeron mostrando las curvas de su delgado pero definido cuerpo, Crystall dio un paso hacía Violante dejando atrás el vestido que a ellos les estorbaba y con sólo sus tacones de cristal y su lencería negra tomó a Violante del saco con fuerza y se lo quitó sin apartar sus ojos de la mirada fogosa del que se convertiría esa noche en su amante.
Violante ayudó a su joven descendiente desabrochando los botones de su camisa, la mujer que fingía ser la madre de los Van Wijs y que al parecer ya nada le importaba. El pecho desnudo se mostró a los ojos de Crystall, las uñas de la bruja se dirigieron al torso bajo y sensualmente subieron hasta el pecho fornido y a la vez delgado de su invitado. —Tan frío, como un balde de agua con hielos. Así es tu piel y sin embargo el bulto en tu pantalón me indican que tu excitación es comparable a la mía... ¿tú piel percibe el calor de mi cuerpo, el incendio de mi piel que solamente tu podrás apagar en un sexo en el que no habrá limites?— y tan pronto como finalizó con esa voz sensual sus labios tocaron la dura piel, con la lengua fue descendiendo hasta que llegó hasta el pantalón, con pericia le sacó el pantalón y luego sacó la excitación que como un monstruo se asomó a los de Crystall, la bruja sonrió y sin pedirle permiso la tomó con sus manos delgados y la introdujo a su boca.
Crystall Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Dime que eres ella y yo te doy el paraíso | Privado (+18) | La caída del Príncipe
Las acciones dicen más que mil palabras y son capaces de brillar por cuenta propia.
Ver como se desnudaba frente a sus ojos lo estimuló mucho y sus recuerdos sobre Benelope eran más nítidos, –Sí Crystall, así... finge que eres ella– pensó él mientras ella mencionaba lo fría que era su piel, sintió las caricias y disfrutó los besos que recorrían su cuerpo, luego, sonrió cuando ella le sacó los pantalones y tomó su hombría con gran seguridad. Violante cerró sus ojos y tiró su cabeza hacía atrás cuando su descendiente introdujo su excitación a la boca, la lengua de ella delineando el glande le provocó una irremediable sensibilidad que lo hizo jadear —Crystall...— susurró y los recuerdos de Benelope se desvanecieron trayéndolo al ahora. No podía no marcar la diferencia entre una mujer y otra, su Benelope nunca había hecho lo que Crystall se había atrevido a hacer con gesto convincente y sobre todo dominante, su descendiente no era sumisa, ella en tan poco tiempo se hubo apoderado de la situación y aunque el príncipe prefería tener el control de cualquier situación, lo que hacía Crystall en esos momentos simplemente lo mantenía prisionero en un placer que no siempre experimentaba.
Aunque en ocasiones los dientes de su niña rasguñaban su hombría, para Violante no representaba ningún problema, de hecho, con la velocidad y el sonido de la boca impactando sobre su excitación le generaba más fogosidad, los ojos se le nublaron pero entonces percibió como la habitación presentaba una agresividad que lo puso en alerta, por un instante quiso apartar a su descendiente para que le explicara lo que acontecía, sin embargo, no pensaba dejar de experimentar semejante placer, no ahora. Así, decidió que ella continuara lo que empezó, mantuvo sus manos atrás no deseaba tomarla del cabello y obligarla a que su boca capturara toda su hombría como lo harían obscenos hombres a las putas, no él, Violante era un príncipe y nunca trataba a una mujer como una puta, después de todo sentía repulsión por esas mujeres sucias y tratar a una como ellas lo único que haría era que se fastidiará y sintiera asco por el encuentro sexual que se desarrollaba. Como sea, su pequeña lo disfrutaba tanto como él.
Llegó el momento en el que Crystall se agotó y sólo se dedicó a acariciar la hombría del príncipe mientras lo miraba a los ojos, el vampiro la observaba complacido. Se agachó a ella y la besó en los labios, dejando que la saliva femenina mezclada con la esencia de su excitación invadiera su garganta y aunque nunca había besado a alguien que le hubiera hecho una felación, Crystall era diferente, era tal vez... Violante no estaba seguro, más bien no quería aceptarlo pero todo giraba entorno a Benelope, a su hermosa Benelope.
El príncipe tomó en sus brazos a Crystall y como si fuera una frágil muñeca la cargó, ella enlazó sus piernas en su cintura sin dejar de besarse y él caminó hasta un mueble alto donde la depositó. Violante no desgarraría el vestido por respeto a su descendiente pero la ropa interior era algo totalmente distinto. Uno de sus dedos corazón recorrieron su cuello bajando a sus senos, su uña filosa se movió entre ambos senos y como si se tratara de una navaja cortó la seda que guardaba los pechos pequeños que se mostraron con orgullo ante la mirada del príncipe, luego, el continuó a las bragas y en un movimiento se las quitó dejando al descubierto su desnudez. Crystall se ruborizó unos momentos después miró con interés al vampiro que se agachaba para oler la zona erógena, capturar cada esencia y posteriormente acariciar la zona con las yemas de sus dedos. Su niña se estremeció y liberó su ligero suspiró, Violante continuó hasta introducir su dedo corazón dentro de la vagina, giró el dedo en el interior y después lo sacó para rodear los labios vaginales ya húmedos.
—Eres hermosa Crystall... a partir de ahora me pertenecerás— dijo en voz imperiosa, totalmente confiado de que ella no objetaría nada, entonces desgarró su propia lengua y penetró la vagina de su nueva amante, dejando que la sangre se adentrara hasta el útero y la invadiera de nuevas sensaciones, dejó que su droga fuera absorbida por ese organismo místico, dejó que la sangre poseyera a Crystall.
Violante- Vampiro Clase Baja
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Re: Dime que eres ella y yo te doy el paraíso | Privado (+18) | La caída del Príncipe
No intentaba ser la mejor, o superarse de lo que ya había hecho, tan solo quería disfrutar de la hombría del príncipe. Cerró los ojos dejándose llevar sin prestar atención a que las almas que estaba sujetas a mí estaban danzando furiosas y que sin embargo, su manifestación no representaba ni se observaba como una amenaza. Crystall estaba dispuesta a seguir por horas hasta que él la retiró y la besó. Violante no tenía saliva, su boca estaba seca, muerta, justo como la de Jin, su primer amante.
La llevó hasta una cómoda y la deposito en la superficie, Crystall le sonrió divertida y no dijo nada mientras él la seguía desnudando. Pero vino entonces un placer que no había experimentado, Violante introdujo su lengua como ya lo había hecho antes Derek, pero sintió una húmedas extraña, algo en su interior comenzaba a poseer cada una de sus células, sentía que se estaba transformando en puro placer y sin poder contenerse más, gimió el nombre del príncipe. En principio sólo fue eso, pero después todo cambió.
El cuerpo de Crystall se retorcía, sus manos estrujaban la cabeza de Violante, ella seguía gimiendo, jadeaba y soltaba gritos sofocados, le costaba respirar y continuamente estaba convulsionandose. Las almas percibieron su descontrol y se revelaron a la ataduras que ella les ponía. Las almas hicieron presencia, manifestándose como un viento violento que golpeaba los cuerpos desnudos de Crystall y el príncipe.
Violante se alarmo y se separo y aunque hizo eso Crystall seguía experimentando placer y le fue difícil contener la fuerza de las almas. —Disculpa Violante, pero no te harán daño, no pueden hacerlo— dijo pero él seguía allí, dudando. Crystall reprimió su placer y se levantó empujando a Violante hasta el sillón, las almas comenzaron a calmarse pues la energía de la bruja se liberaba formándose un aura oscura que como una niebla oscureció el lugar. Ahora se escuchaban ligeros lamentos de aquellas almas que ahora eran torturadas por los fieles espíritus que Crystall había liberado de su prisión y usaba con su poder titiritero y nigromante para castigar a los osados.
La bruja se sentó sobre el príncipe, y lo besó un par de veces, —lo vez, no hacen nada— dijo sonriéndole pero con sus ojos puestos en el plano espiritual donde se llevaba a cabo la batalla de sus almas contra los espíritus errantes. Violante la tomó de la cintura y acercó su vagina a la excitación de él. Y sin que Crystall lo anticipara la penetró. Los ojos de Crystall se extraviaron entre los mundos, pasó del plano espiritual al terrenal, y viceversa. Comenzó a gemir del dolor y regresó al plano terrenal, encontrandose con los ojos excitantes del príncipe. Crystall le sonrió, le beso y comenzó a moverse por si misma.
La llevó hasta una cómoda y la deposito en la superficie, Crystall le sonrió divertida y no dijo nada mientras él la seguía desnudando. Pero vino entonces un placer que no había experimentado, Violante introdujo su lengua como ya lo había hecho antes Derek, pero sintió una húmedas extraña, algo en su interior comenzaba a poseer cada una de sus células, sentía que se estaba transformando en puro placer y sin poder contenerse más, gimió el nombre del príncipe. En principio sólo fue eso, pero después todo cambió.
El cuerpo de Crystall se retorcía, sus manos estrujaban la cabeza de Violante, ella seguía gimiendo, jadeaba y soltaba gritos sofocados, le costaba respirar y continuamente estaba convulsionandose. Las almas percibieron su descontrol y se revelaron a la ataduras que ella les ponía. Las almas hicieron presencia, manifestándose como un viento violento que golpeaba los cuerpos desnudos de Crystall y el príncipe.
Violante se alarmo y se separo y aunque hizo eso Crystall seguía experimentando placer y le fue difícil contener la fuerza de las almas. —Disculpa Violante, pero no te harán daño, no pueden hacerlo— dijo pero él seguía allí, dudando. Crystall reprimió su placer y se levantó empujando a Violante hasta el sillón, las almas comenzaron a calmarse pues la energía de la bruja se liberaba formándose un aura oscura que como una niebla oscureció el lugar. Ahora se escuchaban ligeros lamentos de aquellas almas que ahora eran torturadas por los fieles espíritus que Crystall había liberado de su prisión y usaba con su poder titiritero y nigromante para castigar a los osados.
La bruja se sentó sobre el príncipe, y lo besó un par de veces, —lo vez, no hacen nada— dijo sonriéndole pero con sus ojos puestos en el plano espiritual donde se llevaba a cabo la batalla de sus almas contra los espíritus errantes. Violante la tomó de la cintura y acercó su vagina a la excitación de él. Y sin que Crystall lo anticipara la penetró. Los ojos de Crystall se extraviaron entre los mundos, pasó del plano espiritual al terrenal, y viceversa. Comenzó a gemir del dolor y regresó al plano terrenal, encontrandose con los ojos excitantes del príncipe. Crystall le sonrió, le beso y comenzó a moverse por si misma.
Crystall Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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