Empieza la caza (LIBRE)

por **Yelena "La Viuda Negra"** Jue Mayo 23, 2013 10:02 am

Yelena acababa de despertar, la noche había aparecido y su día como el de todos los demás vampiros empezaba. Hacía ya unos días que no se alimentaba correctamente y estaba empezando a pasarle efecto. Estaba un poco más débil de lo normal, no podía moverse tan rápido como solía hacer y unas violáceas ojeras estaban apareciendo bajo sus ojos.

Esta noche tenía que comer, pasara lo que pasara, tendría que hacer un esfuerzo y dejar a un lado sus preferencias por sangre joven...Se puso uno de sus vestidos mas llamativos, esta vez uno adornado en verde botella y negro que hacía resaltar sus atributos y su blanca piel.
Después de agarrar una capa y colocarse la capucha salió de su pequeño escondite y comenzó a dirigirse a la una zona donde las casas abandonadas abundaban al igual que los vagabundos. No era la mejor elección ni el mejor sabor de todos pero ya se tomaría otro tentempié, la noche era joven, al menos para ella.

Comenzó a caminar entre las casas, le divertía ver a las ratas pasar por su lado y darle alguna que otra patada, sí, en algunos casos era un poco infantil y los chillidos de las ratas le sonaban tan familiares, tan de su pasado como niña.

Llevaba un buen rato caminando cuando un gran estruendo rompió la noche, no olía a licantropo ni otro vampiro, tenía un olor más dulce y agradable...La caza había comenzado.

por **Dexter Ravenheart** Dom Jun 16, 2013 12:54 am

Dexter corría por las calles de París rumbo al cementerio, ese día había ido a comer al centro y se le hacía tarde para llegar a ocupar su puesto. Llevaba puesta su acostumbrada chaqueta de cuero marrón y un bombín que parecía quedarle grande, forzándolo a tener que acomodarlo de cuando en cuando sobre su desarreglada cabellera. Aminoró su ritmo, jadeando de cansancio, y aprovechó para verificar la hora en su reloj.

Se detuvo, aún clavando la vista en el artefacto. Pudo sentir que algo no estaba del todo bien aquella noche. Levantó lentamente la mirada y fijó sus ojos en el otro extremo de la calle en la que se encontraba para observar a una mujer joven, iba vestida de una forma que no le pareció correcta para la hora y la locación en la que se encontraban, pero que sin duda alguna le sentaba bien. La observó detenidamente y algo en ella se hizo perfectamente claro: no era humana, o por lo menos no era como los humanos comunes. Siguió caminando con un paso más tranquilo, tratando de no mirarla directamente ni de llamar su atención

por **Yelena "La Viuda Negra"** Sáb Ago 03, 2013 12:40 pm

Al girar su rostro observó a un joven al otro lado de la calle, estaba vestido de una manera extraña, la ropa le quedaba grande y le daba un aspecto cómico. Parecía que iba con prisas y eso a Yelena no le venía muy bien, no podía ir tan rápido como quería pues la sed le estaba quemando la garganta pero si jugaba bien sus cartas la comida le vendría a ella.

Estudió un poco lo que la rodeaba y al final decidida se tropezó contra unas piedras haciendo que se cayera al suelo y un pequeño quejido saliera de sus labios. ¿Qué hombre no acudiría a ayudar a una "indefensa" mujer?

-Por favor, alguien que me ayude, me torcí un tobillo-dijo con voz lastimera intentando sonar creíble.

"Mira por donde al final podré comer mi comida preferida"

por **Dexter Ravenheart** Vie Sep 20, 2013 11:17 am

Había decidido comenzar a correr nuevamente, ya se le había hecho lo suficientemente tarde como para detenerse a descansar, la muerte no espera y él tampoco tenía por qué hacerlo. Iba a reanudar su paso cuando escuchó a la mujer pedir ayuda. Volteó rápidamente hacia ella. Algo en su interior le indicaba que no le tuviera confianza, pues toda la situación parecía demasiado extraña para ser un acontecimiento común. Sin embargo, sus escrúpulos le obligaban a ofrecer su ayuda, y no importaba si ella resultaba ser humana o no, finalmente él tampoco era considerado muy humano por muchos.

Así, caminó hacia ella con paso decidido, mientras caminaba no podía dejar de pensar en posibilidades, no lograba racionalizar por completo la situación. Por fin llegó hasta la mujer y se sentó en cuclillas junto a ella.
-¿Se encuentra bien, señorita?- Dijo mientras se inclinaba ante ella, estirando su brazo para ayudarla.

(Lamento la tardanza, había estado muy ocupado)

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