Y la función empieza ahora/Libre/

por **Adneris Da Nobrega** Sáb Jun 29, 2013 10:45 pm

Miedo. Una sensación desagradable, pero que sin embargo ya le era familiar. Si, familiar. Llevaba ya casi dos meses en esta ciudad, y aún esa sensación le recorría y la paralizaba cuando se prestaba a llevar a cabo esa actuación que se repetía una y otra vez cada noche. Las palmas de sus manos se le humedecían, sentía escalosfríos, quería volver a casa y dormir, solo eso. A pesar de ello se las arreglaba para mantenerse de pie en aquel lugar, firme y aparentando que nada fuera de lo normal sucedía, con una sonrisa coqueta en el rostro y . ¿El motivo? Sencillo. Cada vez que administraba el medicamento que le daba la bruja, temía que el efecto no fuera rápido o que no hubiera uno en absoluto. ¿Qué ocurría si el "cliente" no quedaba dormido? No sabía como desenvolverse en ese entorno más allá del ritual que llevaba a cabo cada noche.

Al caer el sol en el horizonte, ya empezaba a sentirse nerviosa. Pero como si se tratara de una autómata, se daba un baño, se cepillaba el cabello y se ponía aquellos vestidos que consideraba desvergonzados, esos que ni en sus más osados sueños habría vestido en público cuando estaba en su ciudad natal. Ahora eran parte de su "disfraz". Se maquillaba hábilmente, logrando que su rostro luciera diferente y pronto estaba lista para ir en busca de algun incauto que se dejara embaucar por sus torpes intentos de flirteo. Algunos llegaban pasados de copas, por lo que er fácil usar a dos o tres por noche. Así lograba sacar un buen porcentaje para la bruja, y ahorrar el resto. Pronto iba a poder poner algún negocio y dejar esto atrás.

Colocando el diminuto frasco del somnífero en un pequeño bolsillo, disimulado entre los pliegues de su falda, se colocaba un perfume bastante más empalagoso del que le gustaba y salía al salón del local. Daba un par de vueltas por el sitio, mirando a los hombres que se encontraban allí, sintiéndose asqueada al obervar como las mujeres casi se dejaban desnudar por completos extraños a plena vista de otros.

Cerró los ojos, y tomó una larga respiración para serenarse. No podía alterarse por algo así. Solo iba a ignorarlos hasta que se hiciera más tarde. Se dirigió a un sillón lo suficientemente apartado, y se repantigó allí, esperando el momento en que le tocara hacer su actuación, ya llegaría su oportunidad. Por mientras solo dejó a su mente vagar por entre recuerdos más gratos de su niñez.

por Sybelle* Mar Jul 02, 2013 11:46 pm

El psiquiatra se retiró del domicilio donde el hombre de la casa era un niño de unos 10 años, extranjero, posiblemente de oriente medio. El niño muy crecido intelectualmente lo despidió con un grato saludo y dejándole los billetes en su mano cuando este llego a la puerta de la casa. El carro salió tras los estallidos de los cascos de los caballos para perderse al final de la calle donde dobló la esquina.

El niño, Benjamin, era el acompañante eterno de Sybelle, este la cuidaba cuando recaía en los acostumbrados problemas de melancolía que la atormentaban desde después de la muerte de sus padres en un accidente que hasta el día de hoy su cabeza no había querido recordar. Estas sesiones con el doctor estaban haciéndose odiosas porque ella no quería comentar mas estos temas que tanto le dolían y solo veía pasar el reloj rogando que el suplicio se termine apenas la aguja larga tocara el numero 12 grabado en la madera de cedro lustrado.

Benjamin regresó al cabo de unos minutos, Sybelle estaba semirecostada en la cama con la mirada perdida en la colcha de arabescos en tonos oscuros de esta, describiendo su forma con los dedos.

-Dice que recomienda iniciar lo antes posible con las tareas de socialización, corazón, o la depresión te consumirá por completo - le dijo acariciando su cabello como si ella fuera incluso menor que él y este fuera su padre. Ella levantó un poco la vista y largo un suspiro como respuesta.

-Me odiaras por esto, pero ya te he conseguido trabajo para esta misma noche- la cara de ella se elevó con un rictus en sus labios - Lo sabía! Sabia que así actuarias, pero yo iré contigo y seré tu guía.- agregó el niño sonriéndole y tomando la mano con la que estaba dibujando la colcha.

Sybelle le sostuvo la mirada y no pudo mas que aceptar el hecho que era necesario cumplir con los pedidos del doctor, de todas formas Benji estaría allí y por mas que pospusiera mas tiempo esto se veía venir tarde o temprano. - Esta bien Benji, lo haré. Gracias por tu compañía, no saber lo que me hubieras hecho falta si no ibas... Ahora, dime, donde es el lugar de trabajo, aun debo cambiarme y ya casi debe ser hora de ir! - agregó levantándose de la casa y abandonando allí al pequeño.

Este rió y le pidió que se calmara [color=#dce0d3- Tranquila Sybelle, el trabajo es por la noche y es de camarera en el burdel-[/color] agregó bajando el tono de su voz procurando suavizar la noticia. Pero no pudo contener la exclamación de ella y la cascada de palabrería y discusión que soltó después de ello.

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Ya era de noche, Benjamin la había ayudado a cambiarse con recato y para no ser confundida por una prostituta. Solucionó todo con un vestido largo de tono claro, corte princesa y con un lazo bajo el pecho, el cual no se descubría sino que solo se simulaba contra la prenda.

Salieron hacia el burdel, el solo pisar la calle le había traído recuerdos y muchas ganas de llorar, ni hablar de cuando subieron al coche que en un santiamén los dejó en la entrada del lugar. Entraron y fueron directamente hasta la barra donde hablaron con el jefe de la cocina el cual la saludo y le ofreció un delantal usado para no mancharse el vestido y le pidió acercarse a la gente que iba ingresando para ofrecerle los servicios de rigor.

Observando las mesas y tratando de mirar lo menos posible la muchedumbre de mujeres semi desnudas, notó una chica que no se la notaba acostumbrada al lugar, su rostro mostraba un aborrecimiento por este lugar o por la gente. Como no había gente para atender optó por acercarse a donde esta estaba sentada a la espera de subir al escenario.

-Ansiosa?- dijo como al paso y luego agregó -Es la primera vez que vas a hacer esto?- mientras su mirada observaba un poco su cuerpo y sus vestimentas muy sutilmente para que no se sintiera presionada.

por **Adneris Da Nobrega** Lun Jul 29, 2013 2:00 am

El temor se había convertido en una especie de aliciente para la chica, dado a que eso le obligaba a permanecer alerta y poder observar algunas cosas que podían pasar por alto para otros. Como la manera en que, entre caricias disimuladas, algunas de las mujeres que trabajaban en el lugar, buscaban en los bolsillos de sus acompañantes ocasionales. Para ello ya se habían encargado de brindarles la cantidad necesaria de alcohol, y de que ellos estuvieran distraidos acariciando sus curvilíneas figuras; de tal manera que el acto poco honesto de ellas pasara desapercibido. En algún momento ella pensó en hacer lo mismo, pero conociendo el grado de nerviosismo que la dominaba cuando se encontraba en presencia de un hombre, era consciente de que su torpeza la pondría en evidencia muy pronto y lo único que conseguiría era perder a un posible "cliente".

Volteó la mirada hacia otro lado, tratando de no pensar mucho en el hecho de que ella misma ya se parecía demasiado a ellas, aunque el panorama no le ayudaba. A donde quiera que mirara las cortesanas estaban en pleno ejercicio de su "profesión" cada cual desplegando sus encantos de la manera más llamativa posible. Volvió a cambiar el rumbo de sus miradas, y en el extremo opuesto al que ella se encontraba ubicada vio un grupo de chicas que aún estaban solas, listas para lanzarse sobre el primero que pasara por allí mientras bebían licor en burdas copas. Por mucho que ello le pareciera desagradable, no se hizo ningún gesto que la delatara.

La presencia de una chica la sacó de sus pensamientos, levantó el rostro enderezándose en su asiento; un tanto tensa como ya era costumbre cuando entablaba una conversación con extraños.-No soy nueva aqui-Le indicó de la manera más amable que pudo dado su estado de ánimo.Mirando con detenimiento sus ropas, que distaban mucho de los que usaban las otras chicas-Creo que tu si lo eres ¿Verdad?-Ladeó el rostro mirándola con curiosidad. Era extraño conversar con alguien que no intentara enseñarle la manera en que debía actuar si quería atraer la atención de un cliente.

por Sybelle* Lun Jul 29, 2013 11:49 pm

Bajó la cabeza con algo de timidez, hace mucho no trataba con gente como lo había hecho en otros momentos, esos momentos donde la gente se reunía en torno a ella y su piano para escucharla tocar, sentada en el taburete, demostrando sus habilidades, su amor por el arte que manifestaba con sus dedos ante cada tecla. Que distante parecía esa vida a la que ahora tenia.

Asintió como avergonzada mientras acomodaba un poco su vestimenta y meneaba el repasador en su mano.
-Sybelle me llamo, empecé hoy. Es la primera vez que visito un lugar asi - dijo mientras miraba las mesas y después de dedicarle una mano en gesto de saludo cordial y una risa de nerviosismo por el lugar mas que por la dama. Las escenas que allí se suscitaban eran de lo mas aberrantes. No podía negar su sensualidad o lo burdas que estas eran pero de alguna formas por mas desagradables tenían un cierto encanto, sensualidad y candor.

Contempló por unos instantes el escenario, había aun una dama bailando, provocando con sus atributos a los hombres mas ebrios o mas alocados que se ubicaban a orillas del escenario para presenciar el espectáculo con una mejor vista y con la presente posibilidad de tocar algo de carne, como si de ello dependiera su vida, como si con ello lograran tocar el cielo con las manos.

-Seras la próxima en subir?- le pregunto a la chica que estaba contemplando también el escenario con una mirada ambigua, no descifraba sus pensamientos. Pero no se imaginaba en la situación de esta dama y por ello comento - Realmente te felicito, yo no tendría el valor para hacerlo - su mirada sincera fue directa a sus ojos que llamaban la atención por su bello encanto y color, el colorete los reforzaba en intensidad y el maquillaje lo hacia lucir mucho mas grácil.

por **Adneris Da Nobrega** Mar Sep 03, 2013 10:51 pm

A los ojos de la cortesana la chica que tenía a su lado, era una de las pocas personas decentes que había conocido en este lugar. No se imaginaba las circunstancias que la habían orillado a trabajar en un sitio así, claro que tampoco indagaría sobre ello debido a que no era quien para hacerlo. Y porque llegado el momento, la gente solía preguntarle a ella sus razones para estar aqui y honestamente, prefería guardar su historia para si misma. Nada de intimar con los demás. Esa era la primera regla que se autoimpuso al llegar a la ciudad, aunque irónicamente estuviera trabajando en un burdel y la principal labor allí fuera el conseguir intimidad con gente con la que apenas cruzaba palabra.

La chica tenía facciones muy bonitas, era una pena que siendo tan joven se viera involucrada en ese mundo, en el que ella misma a pesar de haber vivido tantas cosas, no terminaba de encajar y seguramente nunca lo haría. Era dificil saber lo que pasaba por la mente de la chica, mas no estaba segura de querer averguarlo; por egoísta que sonara ya se sentía bastante agobiada con sus propias preocupaciones como para querer conocer las de otras personas.

-Sybelle-Repitió el nombre de la joven-Tienes un bonito nombre-Le sonrió para darle confianza, si era la primera vez, podía imaginar lo incómoda que podía estarse sintiendo puesto que el entorno y las escenas que se ofrecían a sus ojos no eran los más adecuados para alguien de su edad; aunque imaginaba que la chica tuvo tiempo de prepararse para enfrentarse a todo eso antes de llegar allí.

Miró al escenario, tal como ella lo hacía y negó meneando la cabeza-No-Hizo una mueca. Nunca fue lo suficientemente valiente como para poder hablar delante de muchas personas, menos podría siquiera pararse en el escenario con aquellas diminutas prendas siendo punto de visión de todos los que se encontraban allí-No creo tener lo necesario como para presentarme allí-Argumentó un tanto avergonzada porque tampoco en un sitio como este encajaba.

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