Anne-Louise Delacroix

DATOS BÁSICOS

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Cansada y con los hombros cargados de un peso invisible, su semblante es sereno y su caminar del mismo modo. Suele estar en silencio mientras trabaja, enfrascada en largas conversaciones internas que devienen por una soledad extensa y la tragedia de años de sufrimiento acumulado. Pero pese a esto se muestra siempre cálida y atenta, amable aún cuando recibe de vuelta algún gesto de mala educación o una falta de respeto. Anne-Louise no cree en devolver con la misma moneda.

Desde incluso antes de tener hijos su instinto maternal estuvo siempre muy desarrollado, es cariñosa, protectora, muy preocupada, dispuesta a escuchar y también a dar una palabra adecuado o el consejo que otros desean. No fueron los años sino los acontecimientos en su vida los que le otorgaron la madurez que ahora posee. Es centrada y realista, los cuentos de hadas para ella existen sólo en los libros y están destinados para los niños.

Suele ser a veces un poco dura, directa, demasiado sincera. Para ella esconder la realidad sólo significa mentir y las mentiras jamás han estado aceptadas dentro lo que cree es correcto. No es una persona religiosa en extremo pero intenta vivir dentro de los valores de buena convivencia, generosidad y solidaridad. Poco queda de la impulsividad que poseía en su juventud, también de aquel carácter enamoradizo que le jugó finalmente en contra y que terminó por quedar en el olvido.

Cuesta bastante hacerla cambiar de opinión, siendo terca y obstinada como es intenta escuchar las razones de los demás pero si ha tomado una decisión ni la mejor argumentación logrará que esta sea modificada, aún así no le molesta debatir cuando piensa distinto a alguien. Pese a no haber sido educada formalmente no se considera una mujer ignorante, si no más bien analfabeta funcional. La vida ha sido una escuela sin libros y las personas en su camino profesores sin ser conscientes le han enseñado mucho más.

Hay ciertos puntos en los que no transa. Anne-Louise ha aprendido con el tiempo que nunca debe ser tolerado el engaño, la traición, la deslealtad y condena por completo este tipo de actitudes. Y así como no soporta todo esto, por el contrario valora la libertad que siempre le ha sido tan esquiva, el amor del cual sólo ha conocido en unas pocas facetas y la confianza que ha depositado en tanta gente y que muy pocos han podido aprovechar.

Las relaciones que forma son por lo general basadas en una profunda amistad y en lazos firmes. Y el amor, el amor no existe dentro de su panorama, cuando trabajas todos los días y durante todo el día no queda tiempo para ese tipo de cosas. ¿Acaso alguien podría culparla de dedicar su vida a esa labor para no tener que pensar en todo lo que ha perdido?

HISTORIA

En una pequeña hacienda en las afueras de Paris vivió durante muchos años una pareja de esposos casados desde que tuvieron la edad para hacerlos. Aquel terreno no les pertenecía, la casa que habitaban tampoco les pertenecía pero todo lo que entre ellos existía sólo correspondía a los dos y nadie más. Poco después de cumplir los 14 años, ella, Isabella, que además vivía en la hacienda continua como empleada desde que tuvo memoria conoció a Emmanuel que la superaba por apenas 3 años. Su interés fue inmediato y el amor se gestó a través de miradas lejanas y sonrisas secretas. Estar juntos les tomó todo un año y sólo fue posible una vez que pudieron casarse y ella debió trasladarse a trabajar a la casa de los patrones de él.

Tuvieron ocho hijos durante su feliz matrimonio, vivieron para trabajar y para servir a otros y toda su descendencia siguió el mismo camino. La tercera de estos hijos fue Anne-Louise, quien pese a las carencias económicas tuvo una infancia tranquila y por sobre todo breve. Desde pequeña debió aprender las tareas domésticas y todo lo que significaba trabajar para una casa tan grande. Anne nunca conoció lo que es tener algo que le perteneciera del todo, ni siquiera un sentimiento. Cerca de su cumpleaños número 16, el hijo mayor del dueño de casa contrajo matrimonio con una muchacha extranjera, debido a esto se trasladaron a Londres y por lo cual, al ser ella la empleada destinada para su atención, también debió hacerlo.

La vida en Inglaterra fue siempre complicada. El clima, la gente, la relación con sus empleadores, todo confabulando en su contra para que se hiciera cada vez más cuesta arriba. Tantos fueron los problemas que terminó arriesgandose a tomar un nuevo rumbo y buscar trabajo en otro lado. Encontrarlo no fue tan difícil como pensaba pero ingresar a un mundo armado, a un ritmo ya establecido con costumbres que no eran las suyas fue lo que más le dificultó la llegada a esa nueva casa. Anne-Louise tiene entonces apenas 18 años cuando conoce a Thomas Blackwood II, hijo de su patrón y encantador por naturaleza. El joven, de 22 años, es atento y considerado, pero es por sobre todo falso y un mentiroso.

Después de años de encuentros fugaces, de un amor expresado de un lado y falsamente prometido de otro, Anne se entera de una noticia que cambiará para siempre su vida. No fue este amor lo que engendró a sus hijas sino mas bien el maltrato y las reiteradas violaciones que sufría de parte del padre de quien esperaba alguna vez fuera su esposo. Aquel joven le dio la espalda, le gritó que nunca reconocería lo que tuvo con ella y que todo era su culpa por ser una puta más de las tantas que ha tenido su padre. Thomas Blackwood le permitió quedarse en su terreno pero la destinó a vivir en una choza alejada de la casa la cual pudo arreglar levemente gracias a los ahorros conseguidos.

Crió a las niñas con el mayor amor posible, ocultando lo más posible la verdad de su procedencia, pero siempre fue inútil, el parecido con esa familia era tan evidente que la molestia en la esposa de Sir Thomas fue creciendo a medida que las gemelas crecían. Claire y Juliette se mantuvieron cercanas a la pequeña casita que habitaban hasta que a los 8 años la exigencia de que comenzaran a prepararse para trabajar se hizo más insistente. Su misión entonces fue evitar que la historia se repitiera y es por esto que todo lo que pudo conseguir con su trabajo era para enviar a sus hijas de vuelta a Paris.

Con el corazón destrozado, las manos atadas y la convicción como parte primordial de esa decisión debió mirar el barco que zarpaba y las manos de dos pequeñas que se despedían con los ojos enrojecidos y las mejillas surcadas de lágrimas de un profundo dolor derramadas por tanto tiempo. Ella no las está abandonando pero lo siente de ese modo. Culpa creciente que se asemeja a un globo lentamente inflado. Sólo tenían 12 años cuando dejó de verlas y desde entonces la vida se convirtió en una sucesión de escenas en tonos grises. Fiestas y festejos pasados con las otras mujeres que junto a ella trabajaban y que nunca formaron parte real de su vida. Las cartas de sus pequeñas nunca llegaron, las noticias que intentó conseguir tampoco y el corazón se le apretaba en un puño cada vez que pensaba en el destino que pudieron encontrar.

Pero algo en ella siempre le dijo que estaban vivas y que estaban bien. Y fue esa corazonada, intuición o como quieran llamarle lo que se convirtió en su motivación para seguir adelante todos los días. Incluso en aquellos en que todo se hacía complicado, la esperanza de volver a verlas y que lleven la vida que siempre soñó para ellas aparecía y alegraba sus momentos. Transcurrió todo del mismo modo hasta hace 6 meses. Thomas Blackwood, quien le dio trabajo por tantos años y quien también le dio a sus dos hijas, falleció después de una enfermedad larga que lo debilitó lentamente. Y junto a él se fue también su estabilidad y seguridad. Ni siquiera habían enterrado al señor cuando su esposa comenzó a hacer cambios y el primero de ellos fue deshacerse de aquella mujer que siempre le había molestado tanto.

Esos ahorros con los que esperaba poder encontrar a sus hijas se convirtieron en la ayuda para volver a su tierra. Ahora en Paris tiene el tiempo en contra para encontrar un nuevo empleo en lo único que sabe hacer. Necesita primero trabajar para luego comenzar a buscar, porque lo hará y no se detendrá hasta tener en sus brazos a Claire y Juliette.

DATOS EXTRA

-Es una excelente cocinera y disfruta entregar amor a través de la comida.
-Saber leer decentemente y escribir a medias, le gustaría claro desarrollar ambas habilidades.
-Le gusta disfrutar de la naturaleza por lo que suele tener un jardín y una huerta donde vive.
-Ha trabajado desde los 8 años como empleada doméstica y continúa haciéndolo ahora.
-Desconoce el paradero de sus hijas así como también el destino que las vidas de estas han tomado.
-No tiene conocimiento si le queda algún otro pariente vivo en Paris, lo último que supo a través de uno de sus hermanos fue sobre el fallecimiento de sus padres.

gracias a αgusτınα• de sourcecode