Sleep pain for at least a few seconds [Privado]

por Eva* Vie Mayo 31, 2013 1:00 pm

(....Cuando el deseo de alegría con sus dientes de rosa
escarba los azufres caídos durante muchos meses
y su red natural, sus cabellos sonando
a mis habitaciones extinguidas con ronco paso llegan...)

Odiaba el dolor, era lo peor que podía haber llegado a mi vida, por su culpa había perdido tantas cosas, en mi mente siempre me lamentaba y culpaba a todos lo que pudiera culpar, a los doctores que no tenían los suficientes conocimientos para arreglar de forma definitiva mi problema. A los artistas que no pudieron sujetarme bien cuando caí. Al dios que los católicos fervientemente adoraban, el había sido el culpable de todo, también le echaba la culpa a su enemigo, al diablo, a Lucifer, aquel demonio que se rio y gozo tanto con el sufrimiento que yo debo tener cada hora de mi vida.

La vida había sido cruel conmigo, la odiaba por eso, pues sabía que había tenido envidia de mi talento y por eso quiso arrebatármelo, para quedar como una simple profesora de baile, en busca de un buen prospecto que la llevara nuevamente a los escalones de la fama, pero esta vez siendo la sombra de una hermosa niña.

Dolor, Dolor… aléjate por favor, no deseo otra inyección mas, no deseo otro medicamento al cual me puedo hacer adicta, me gusta el dolor, me gusta sentir esas punzadas que recorrer toda mi piernas al sentir un poco de presión y peso en ellas, pero en estos momentos comienza a ser insoportable, siento que veo el fuego del infierno estando en la tierra –Tks…- no deseo volver a sentir unas manos que me examinan, pero debo ir, aunque no deseo hacerlo. El carruaje se ha detenido y bajando estoy hasta que logro divisar aquel consultorio nuevo, pero que lamentablemente tiene una persona conocida.

-Mr Freeman- susurro suavemente mientras con mi bastón apoyo la pierna maldita, la desgraciada que hace que un gesto de dolor aparezca en mi rostro –Tiempo sin verlo…- sonrió forzosamente. Me alegro que se haya instalado en parís, pero también me frustro, pues tendré a un niñero más cerca de lo que me gusta. Siento que puedo colapsar, dejo salir un leve jadeo mientras busco que mis cabellos se acomoden hacia atrás. –He estados unos días sin bastón y ahora la pierna me duele… aunque la mantenga en reposo, sin hacer nada, la desgraciada duele- mi rostro se ve joven, pero ya tengo 30 años, mi cuerpo se ve tierno pero tiene grandes cicatrices, marcas que siempre estarán en el.

(....allí la rosa de alambre maldito
golpea con arañas las paredes
y las uñas del cielo se acumulan,
de tal modo que no se puede salir, que no se puede digerir
un asunto estimable...)