Conociendo a Elene

por **Sean O'Rouke** Vie Mayo 31, 2013 11:55 pm

La ocasión se presentaba vestida de cena, la mansión Le Chic pertenecía a una dama mas que respetada en la sociedad, la única heredera de la fortuna de los Wood, la señora o señorita Noele. Lo de señora o señorita no es por despectivo sino porque ignoraba la realidad de su vida sentimental. Los encuentros que había tenido con esta dama habían comenzado en lo que se encajaría dentro de los negocios, con el tiempo estos negocios quedaron de lado y dejaron la vida de las personas tras este expuestas con lo que se generó una relación de amistad, de respeto y compañerismo incluso.

Madamme Wood, como solía llamarla, estaba acostumbrada a las reuniones que dentro de las clases sociales altas eras mas que habituales, la gente sin nada mas que hacer, ademas de pasar tiempo en sus bibliotecas o haciendo viajes solía buscar puntos de reunión con la gente de su propia clase, con la cual forjar relaciones y amistades que duren a través del tiempo y de las cuales se puedan ver ambas partes beneficiadas. Ella sabia que Pohl solo concurría a sus cenas, se presentaba en tiempo y forma pero no probaba bocado en absoluto, o si lo hacia, era muy poco lo que comía.

Él por su parte, se excusaba indicando que la dieta era la dieta y solo se limitaba a ella o acabaría muriendo joven como el resto de su familia. Una historia trágica conformaba este relato el cual a veces Madamme Wood retomaba teniendo en cuenta que al vampiro este tema no parecía incomodarle. Ella no sospechaba nada de esta forma, de su condición de sobrenatural.

Esa noche, dejó su abrigo y sombrero en la entrada a un apuesto sirviente de la dama y pasó al gran salón donde ella recibía a cada uno de sus invitados para saludarlos y preguntarles por sus vidas. Ella estaba sentada en la punta de la mesa, impaciente, expectante y apenas entró fué a su encuentro. En la mesa se hallaban sentados dos hombres y una dama, uno de los hombres era mas que conocido, vecino de la ciudad e incluso un aliado en sus negocios. Los otros dos parecían una pareja, o al menos se comportaban como tal.

Noele, se encargó de hacer las presentaciones, no necesitó presentar a su aliado porque el saludo fue por demás afectuoso entre este y el vampiro.
- Señor Pohl, le presento a esta bella pareja que tengo por este lado de la mesa, ellos son el Señor Dago Ravarotto y su bella dama la Señorita Elene Rossato.-

Sin perder tiempo observó a la pareja sacada de una revista de modas, realmente bellos, un vampiro entrado en años de oscuridad y una futura hija de la sangre, saludó al hombre con un apretón de manos y a la dama con un sutil y respetuoso beso en dorso de la mano.

-Un gusto conocerlos, Monsieur y Madamme Ravarotto. - su mirada de todas formas iba y venia disimuladamente de uno a otro, con interés.

por **Elene Rossato** Lun Jun 03, 2013 9:34 pm

Esa noche había llegado una invitación de uno de esos tantos eventos sociales que se acostumbran realizar, ya que la clase social 'alta' se podía dar el lujo de elegir a qué evento asistir, puesto que en las casas de los millonarios parisinos jamás faltaba algún festejo o goce. Elene una joven típica italiana aguardaba en su habitación cuando la puerta fue tocada dos veces de manera delicada, su ama de llaves entre sus manos llevaba un sobre, al parecer una invitación, se la entregó a Elene y con la misma salió de la habitación. Leyó rápidamente la carta y sonrió complacida, debía comenzar a preparar todo para esa noche.

Elene abrió su amplio closet escogiendo lo que a primera vista sus ojos dilucidaban, un vestido de color verde aspérula que sería perfecto para la ocasión, pidiendo a una de las sirvientas que le avisase a Dago que esa noche saldrían a una cena de gala los minutos se alargaron a una hora y Elene estaba lista. Dago la esperaba en el carruaje, al buen tiempo darle prisa y en un santiamén estaban frente a la mansión Le Chic.

Después de haber dejado el abrigo con el mayordomo de sala, otro sirviente les saludó muy respetuosamente a ambos y les pidió con amabilidad que les siguiese, que los llevarían al comedor hacia donde estaban los demás invitados. Elene estaba fascinada con la decoración de la casa, era muy fina y delicada tal como a ella le gustaba. Se abrieron paso por la puerta y ahí estaba la señora Noele acompañada de alguien más que para ser sincera Elene no conocía, a ella, la había visto en una que otra fiesta que une a los de la alta sociedad. Se saludaron como acostumbran con un beso en la mejilla, después de haber comentado una que otra cosa ella muy atenta pidió a ambos que tomaran asiento que pronto el banquete estaría servido.

Pasaron dos minutos cuando se escuchó del pasillo la llegada de alguien más, del rostro de la mujer se dibujó una sonrisa como si supiese anticipadamente quien era. Elene tomó un poco del agua de la copa que tenía al frente y vio ensimismada a Dago un segundo. Cuando se dio paso un hombre de apariencia elegante y porte fenomenal, saludó a la anfitriona de la casa desbordando un aire de afectividad, una atmósfera amena entre ambos. Después con cautela se dirigió a Dago y Elene, con suma perspicacia, le estrujó la mano a Dago y Elene colocándose de pie extendió su mano para saludarse como las formalidades lo establecían.

Después del saludo Elene asintió cautamente —Buenas noches Monsieur Pohl… Es un placer conocerle, sinceramente no había tenido el placer de verle en alguna otra fiesta…. Espero de ahora en adelante verle más seguido…- diciendo aquello le miró detenidamente, había algo en él que le era particular. Retomaron asiento y le observó irse a uno de los extremos de la mesa, aquel ritual fueron interrumpidas por las palabras por Dago diciéndole al oído que debía de retirarse que le había surgido un inconveniente que cuando ella llegase a la mansión le explicaría con más calma. De los ojos de Elene salió una respuesta que afirmaban sus palabras y sin antes el retirarse le mencionó entre susurros que el Señor Pohl compartía la misma condición que él -Solo para alertarte amada mía- le dio un beso en la mejilla y se despidió de los presentes excusándose con que tenía que salir de emergencia a atender unos asuntos que no podían esperar.

Elene miró como de la puerta se escapaba la gabardina negra que usaba Dago en ese momento y con una mueca dibujaba una sonrisa media extraña miró a los presentes en la mesa, se centró en la copa de vino que recién le acaban de servir cuando aquel pensamiento fue interrumpido, al parecer era el Señor Pohl quien le hablaba.

por **Sean O'Rouke** Miér Jun 05, 2013 10:36 pm

El saludo fue de lo mas sutil y a pesar de ello no podía apartar la vista de ambos por mas cauteloso que trataba de ser. Eso hasta quedaba irrespetuoso, pero al fin tenia interés en algo en todo el día que había pasado, últimamente las cosas solo pasaban, comos los cambios de estación, las lunas, las nubes en el horizonte. Pero tenia un palpito y eso no debía dejarse pasar así nomas. Estos traían cosas importantes y solía arrepentirse cada vez que no le prestaba atención.

Luego de la frase de la dama, el vampiro se limitó a contemplar brevemente al otro vampiro, acompañante de la dama y se limitó a asentir, confirmando

- Apuesto que así será Mademoiselle, un gusto conocerlos al fin, Noele me habló en oportunidades cosas muy buenas de ambos - remató con una semi sonrisa, no estaba acostumbrado a las sonrisas completas, sus expresiones pasaban mas por las miradas.

Estaba saludando al otro invitado, algo sumiso y callado pero no por eso fuera de lugar, este hombre se limitaba a escuchar a los demás, luego seguramente transmitía los chismes. De todas formas hacia negocios y se marchaba feliz.

De pronto Monsieur Ravarotto se levanta y excusa de tener que retirarse para resolver asuntos urgentes, y aprovechando la situación, Chris apenas retirado el caballero y con la mirada de Elene perdida en el mas allá, se acercó a la silla contigua entre ella y la anfitriona y acercándose un poco a su oído preguntó

- Esta todo en orden Mademoiselle Ravarotto? - simulando un a preocupación que realmente no existía, lamentablemente la vida lo había hecho tolerante a las tempestades, cosa que la gente con menos siglos no llegaría a comprender nunca. Pero estaba cansado de las preocupaciones que no hacían mas que teñir los rostros con un tono oscuro y marchito que a través del tiempo en los humanos no hacia mas que traer arrugas permanentes. Un simple pensamiento de una mente rebuscada como la este. Por su mente navegaban estos pensamientos mientras que por fuera solo esperaba captar la atención de la dama que se hallaba perdidamente a disposición de este vampiro a quien Chris envidiaba amablemente por su gusto en la vestimenta. Acaso la dama lo vestiría?

por **Elene Rossato** Lun Jun 17, 2013 12:20 am

Suspiró unos instantes para sí misma, un tanto inquieta por no saber lo que le había pasado a Dago, estaba sumida en un constante revuelo cuando una voz que ya antes había escuchado le desconcertó, un gélido aire le recorrió la espalda por la agudeza de la voz masculina al habla. Se quedó un segundo enmudecida, como si no hubiese captado lo que el hombre misterioso le había preguntado. Recordó de manera cuidadosa las últimas palabras de Dago, si él se había ido quizás había previsto antes que no era un peligro, a lo que Elene suspiraba más tranquila. Con una sonrisa negó las palabras del caballero, al parecer ya su cabeza estaba un poco más ‘tranquila’ y podía procesar bien todo con coherencia y cuidado.

— Monsieur….- tomando un sorbo de agua nuevamente y colocando la copa de nuevo frente a ella —Agradezco su preocupación e interés, efectivamente, Dago está bien, solo tenía que atender un pequeño inconveniente de índole personal- viéndole fijamente e intensificando la mirada sonriendo viendo alrededor. —Por cierto, he notado que ha utilizado el apellido de Dago, para hacer referencia al mío- asintiendo —Pues aún no nos hemos casado Monsieur-diciendo aquello con un todo de tranquilidad, pues sabía que dentro de poco anunciarían su compromiso ante la sociedad parisina aunque la boda sería definitivamente en nuestra patria, Italia.—Así que por los momentos no suelo utilizar su apellido, si usted me entiende…. Mi apellido es Rossato- sonriendo cálidamente y viéndole.

Las demás pláticas eran fluidas, Elene no sabía de qué exactamente hablar con el caballero, aún no sabía nada de él entonces quizás por ahí podría iniciar el tema de conversación —Bien Monsieur, nos hemos quedado callados…- decía aquello divertido —A qué se dedica Monsieur?- dijo sin ningún cuidado, después de todo esos eran los temas de conversación y una que otra vez se daba a relucir algo que realmente le importarse a las personas. Por lo general este tipo de reuniones eran un cotilleo absurdo sobre quien ganó más en tal inversión o quién perdió en las carreras de equitación una fortuna y temas de la vida personal que ponían en revelo las problemas de las mismas, por eso se debía de ser cuidadoso con lo que se decía.

Elene sonrió complacida ante el hombre que tenía al frente en tanto entró una mesera a servirles la comida, les colocó una ensalada y una copa de vino. Elene suspiró y tomó la copa de vino, era una de las cosas que le hacían meditar, por un momento se volvió a divagar y retomó la cordura, estaba demasiado perdida esa noche —Monsieur, Salud!- alzó la copa sin chocar con la ajena y se quedó viéndole, sinceramente era muy misterioso, a ciencia cierta, no podía deducir algo que su sonrisa amuecada no le revelase.

por **Sean O'Rouke** Lun Jun 17, 2013 12:26 pm

Curioso el sentimiento que atravesaba la mente del vampiro mientras este parecía sumido en las explicaciones de la dama en cuestión que frente a él daba las explicaciones al caso de la salida rápida de su esposo... o no? Bien parecía que no a juzgar por la mirada de la dama ante la mención del apellido de su marido o futuro, ademas de no poseer alianza como corresponde. Podría haberla perdido también. Realmente admiraba el espíritu de Ravarotto por no desmembrar a la dama en el tiempo que llevaban juntos, era muy extraña y anormal la pareja, no imposible, anormal.

El vampiro volvió a la conversación -mentalmente hablando- y encontró en los labios de Elene la respuesta a sus preguntas como si tuviera el poder de leer las mentes. Solamente al observarla no podía dejar de imaginar ese cuello bajo sus fauces, es verdad que no había bebido la suficiente sangre pero convivir con una mujer como Elene sin condenarla a la muerte, eso era casi una utopía. Su sangre se veía fluir cálida por detrás de su oreja, caer delicadamente por su cuello hasta ramificarse por sus pechos. Fatal.

- Discúlpeme Mademoiselle, he supuesto mal entonces, a veces me adelanto a suposiciones que no me incumben. Hacen una bella pareja ustedes dos, seguramente el Sr. Ravarotto estará pensando en desposarla en poco tiempo, damas recatadas son difíciles de encontrar hoy en día - dijo enfatizando sus palabras como si fueran verdades universales, se divertía haciéndolo. Su vida era la actuación y el drama. -Rosatto, un apellido muy bello como el país que lo engendra Mademoiselle - dijo complacido.
-Tuve oportunidad de conocer Italia y pocas veces he visto colores y ciudades como las de allí - agregó sonriendo. Había visitados muchas veces Italia y había visto muchos cambios en el país en general pero conservaba siempre gratos recuerdos de todo tipo, de los gratos buenos y de los gratos malos.

Al parecer se perdió un poco mas en sus pensamientos, cosa que parecía cada vez mas frecuente, y Elene notó la ausencia de palabras y la trató de remediar preguntando la dedicación de Chris.
-Bien, por lo que realmente estoy en este tipo de cenas en realidad es por ser propietario de algunas tierras, las cuales suelo explotar al máximo, de herencia familiar- se quedó pensando un poco mas, divagando - Ademas dentro de algunas de esas tierras se han construido fabricas, principalmente en Alemania, mi tierra natal. Y esas fabricas actualmente están compitiendo en cuanto a la fabricación de metales de todo tipo, se gana muy bien con eso - afirmo satisfecho y tocando su copa por el pie para acercarla.
-Como entretenimiento personal aquí en Francia me dedico a la actuación y a tocar el piano, aunque ello no reditúe lo suficiente, no soy de esos hombres ricos que no disfrutan de la vida y viven almidonados. No señor, eso no es lo mio - tomó su copa y bebió un poco de vino.
-Pero basta de mi Elene, y espero que no le moleste ser llamada por su bello nombre- hizo una pausa
- Cuénteme de usted, de su vida, de su país, de sus aciertos e infortunios - concentro su vista en ella mientras se recargaba un poco en su silla dándole media espalda a Noele.

por **Elene Rossato** Vie Jul 05, 2013 9:52 pm

Los ojos ajenos tenían una peculiaridad de la cual Elene no estaba muy segura, era más intimidante con asechador, parecía como si la mirase como presa aunque seguramente era otra vez alucinaciones de ella, por lo general siempre vivía fantasiosamente pero recordó las palabras, las últimas de Dago, con sus puños retrajo un poco su vestido y lo presionó, estaba segura que Dago la había dejado sola porque sabía que el vampiro no le ocasionaría problemas o era lo que ella creía, asentía con una sonrisa quizás para disimular su nerviosismo.

Negó a sus disculpas pues era normal la confusión y máxime si ellos no se conocían y si los ‘rumores’ en París no eran llevados fidedignamente así que no había porque hacerlo. —No Monsieur, por favor no se disculpe, entiendo que aún no sea del conocimiento de París nuestro compromiso pero usted me entiende, por las condiciones que ustedes los…- me acerqué a su oído y le susurré —Vampiros… aquejan tratamos de ser sumamente cuidadosos- dijo aquello con cierto cuidado y arrebato, dejando notar su acento italiano, pues así era cuando hablaba bajo. Pensó que pudo ser arriesgado aquello que había hecho pero le conferiría cierta confianza a la plática o quizás sería su acabose. Todo dependía de como él viera aquello, Elene solo quería un poco de confianza para sí misma así notarse más natural. —Muchas gracias por el cumplido, al parecer nosotros como pareja causamos algo de atención de los demás, no sé porqué, por favor cuando esta encantadora velada termine hágame llegar la dirección de su casa para hacerle llegar la invitación…- soltó una sonrisa arrebatadora —Mi apellido le da honor a mi tierra…- tomando un sorbo del vino que le parecía un poco tosco.

—Ya veo, entonces ha conocido mi país, muy cautivador cierto?- queriendo sonar jovial —Las calles son hermosas, la gente… definitivamente todo….- agregó con un suspiro haciendo a un lado la comida —Será un placer tenerle de nuevo por allá, en lo que a mí confiere tengo cuatro años de no volver por allá- dijo secamente lo último y un tanto frustrada pues sus años no fueron tan buenos viviendo en aquel monasterio por tanto tanto.

Le escuchaba atentamente pues era una de sus virtudes, claro debía de serlo, además que la intriga de algo más que no estaba seguro lo que era —Ya veo, es usted una persona muy activa… Eso es muy bueno, si no le molesta me encantaría ir a una de sus presentaciones Monsieur- terminando con la copa de vino y pasándose la servilleta delicadamente por sus labios. —No, en lo absoluto me molesta que me llame por mi nombre siempre y cuando yo pueda decirle Chris- sonriendo y asintiendo. —Pues qué le puedo decir de mi?- pensó que no había algo irrelevante o interesante pero ya qué esas eran las pláticas de este tipo de reuniones —Soy estudiante de Medicina, en la Facultad de Medicina de París- cuando apareció la mesera retirando el plato de comida y llevando un postre; flan derretiendose caramelo, de los favoritos de Elene, sus ojos se iluminaron y tomó la cucharilla cortando un pequeño trozo y llevándolo a su boca —Además de que soy inversionista de la herencia de mi familia en pequeños negocios de este país y actualmente mis abogados están haciendo trámites para ser accionista de una empresa de vinos en Italia muy renocida… Usted sabe, no se puede vivir de la herencia familiar por siempre, así que se debe de invertir sabiamente…. - diciendo aquello y colocando la cucharilla de postre a un lado del platillo —Actualmente me encuentro buscando `patrocinadores financieros para un proyecto de beneficio social a los enfermos por tuberculosis…- dijo aquello sin inmutar y respirando —No sé qué más quiera saber Chris….- arqueó una ceja y sonrió cálidamente.

por **Sean O'Rouke** Jue Jul 11, 2013 7:38 am

Ella era lo que se podía denominar como una mujer de clase alta, una mujer comprometida con sus acciones (buenas acciones) para con los mas pobres del país y amparada por la herencia familiar que recaía sobre cada uno de ellos como un aura celestial. Era magnifico contar con cierta tranquilidad y estabilidad económica. En el caso de los vampiros, era un problema no poseer dinero, este si no venia de la familia o del trabajo de años tenia que conseguirse con el hurto constante enfrentándose a diferentes infortunios en el intento. A veces con suerte, muchas veces era todo lo contrario. Pero así era. Amparado bajo el brazo protector del creador adinerado era una buena manera de aprender a hacer las cosas como era debido y tomarse todo el tiempo del mundo en aprender mas sobre las sorpresas de esta caja de Pandora llamada "mundo nocturno".

- Lo que mas resalta de ustedes es su belleza natural Madame, y la obtenida a base de años en la oscuridad del Señor Ravarotto.- dijo en un tono mas parecido a un susurro que a una platica en voz baja, ante la mención de los vampiros por parte de la dama se confió a continuar - Si vamos a ver al gentío con el cual solemos cruzar a medida que nos conocemos en París, la mayoría de las parejas de clase alta poseen una nulidad pasmosa de belleza, porque son gente comprometida con el trabajo, busca constantemente ganar mas, construir mas, el dinero mueve sus vidas, mucho mas que a nosotros. El trabajo arruina, desgasta y eso se lleva generalmente a la vida privada también. Como verá, la mayoría de las parejas terminan engañándose con prostitutas para procurar un poco mas de placer. Buscan lo que no encuentran en su vida privada.
Ustedes dos en cambio, pienso que van a derribar ese estereotipo de pareja ya desgastado.- se acercó la copa una vez mas mientras saboreaba un poco el vino y pensaba si convendría decirle lo que a continuación le afirmaría.
-Ademas Elene, realmente aprecio la constancia de Dago para no convertirte o matarte directamente.- con una sonrisa confesó para luego agregar - Aun sigo pensando en como se las rebusca -

Apenas concluyó la frase una dama se acercó a retirar los platos para luego encaminarse con el postre, flan que depositó frente a Elene. Sus ojos brillaron al verlo y la vista del vampiro fue desde el plato hasta los ojos de ella incontables veces. Seria así como él se vería observando la sangre fluir por los cuerpos de sus victimas. Se vería casi como un asesino en serie.

La escucho mientras ella hablaba un poco sobre lo que hacia, le encantaba conocer un poco mas a la gente con la que podía toparse aquí en París porque eran las bases para nuevos negocios los cuales generalmente traían buenos frutos. Asintió al saber que era estudiante de medicina y estaba complacido al saber que quería saber la dirección para enviarle la invitación a la fiesta de casamiento y/o compromiso. Había respondido "Le enviaré un correo Madame, le agradezco la cortesía" mientras continuaba escuchándola sobre los negocios y acciones de ella.

- Muy interesante sus acciones Elene, si usted me permite tengo algunos proyectos que me gustaría que viera, los papeles están en mi domicilio y estoy aun en la búsqueda de socios para esas inversiones, tener terrenos y no establecerlos con nada no es redituable. Quizá con una mínima inversión podamos armar algo sustentable para ambos, sería cuestión de ver si le interesa. Después de aquí le pediré al cochero que nos acerque así le lleva los escritos.- le dijo mientras contemplaba la idea que esta lo acompañara a buscarlo y los llevara.

Continuó - Con lo que respecta al patrocinio, no he tenido posibilidad de apoyar financieramente a ningún proyecto este año así que estaría complacido es patrocinar el suyo. Usted parece ser muy dedicada en el trabajo, no he tenido mas que buenas referencias en su nombre, aunque nunca había podido cruzar palabras como esta noche -

Noele continuaba sumida en profundas conversaciones con las otras personas, pero la cena no había estado tan concurrida como ella hubiera esperado. Chris esperaba que Elene lo acompañara a buscar los documentos como una mera invitación de negocios, su sangre no dejaba de llamarlo como si fuera el fruto prohibido de Adan. Buscaba disimularlo, pero la huida de Dago solo cautivo mas la imaginación de este vampiro que se disputaba por ser cauto, pero que solo podía pensar en las palpitaciones de ella. Embargado de dolor interior y sed.

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