La mecánica del tiempo [Libre]

Los gitanos eran no bien vistos en aquella sociedad, especialmente cuando las clases sociales estaban tan marcadas, sin embargo ellos no era mucho problema, la iglesia se enfocaba más en las criaturas sobre naturales, vampiros, licántropos, brujos y quizás ellos estarían involucrados en ese último grupo, muchas veces Yude había escuchado, leído en los periódicos la quema de gitanos que eran acusados de esos crímenes, todo lo que pasaba en aquella ciudad era un secreto a voces, compañeras de la gitana, le advertían que no volviera por el campamento, porque estaba casada con un brujo, ese tipo de detalles podían levantar sospechas en cualquiera, más en los cazadores o inquisidores. Ella tan sólo omitía aquellas advertencias, ya se había encontrado más de una vez cara a cara con la mismísima muerte, ahora no sólo vivía con miedo, también con más fuerza y ese hecho, descarado y horrible le había hecho tomar la vida en sus manos para abrazarla y protegerla como fuera, ahora no solo debía vivir por ella, había demasiado, en cualquier instante podía extinguirse. Tampoco es que se cuidará demasiado, no podía vivir todo el tiempo así. Suspiró al salir de casa, sus ropajes hacían que la gente le volteara a ver, faldas largas y amplias, tela sobre más tela cubriendo su pecho, joyas elaboradas por manos artesanas de sus mismas compañeras y la melena rubia desparpajada en una trenza apenas tejida. Con tan poco ella podía pasar a ser una dama de sociedad, pero su naturaleza no era esa, cogió unas cuantas cosas que echo entre las telas que llevaba puestas y con ese calzado que dejaban al descubierto sus pálidos pies, camino, su objetivo, el área de gitanos que estaba por los bosques.

A pesar de esta casada sus labores no eran del todo ajustados como el de todas las mujeres, pocas veces podía escapar, la casa era de dos y estaban en una clase baja, donde los lujos no eran necesarios cuando había hambre, se dirigió por la zona menos transitada de París, no le gustaba la gente, menos cuando le volteaban a ver, se sentía diferente, excluida, como si fuera un extraño bicho en medio de ese circo de gente. Pero su andar se detuvo, había caminado ya mucho, últimamente se encontraba más débil, pálida y delgada de lo normal, tomo asiento en una de las bancas del jardín central, observó el cielo, el sol parecía abrumador, ¿En qué estación estaban?, se preguntó la gitana, pero termino desviando la mirada donde jugaban varios niños, en su camino solo se encontró con gente de color gris, niños sin bañarse, con la piel manchada, mujeres viendo el paso del tiempo en su rostro en los vidrios de aquellas tiendas donde exhibían el vestido que ellas alguna vez soñaron usar, pero el llanto de un chiquillo en brazos o de otro que se aferraba a su manos las despertaba. Eso era parís, no había glamur, ni amor, nada era bello, si iba a la zona del mercadillo se podía encontrar con pestilencias, esclavos, gente que era explotada, un mar de gente buscando como sobrevivir. Pero se olvidó de eso, volvió a su camino, no había avanzado demasiado cuando sus pies patearon algo, se inclinó para recoger dicho objeto. Sus delgados dedos jalaron una cadenilla, luego mientras la iba alzando se dio cuenta de la joya que había encontrado, un reloj de bolsillo dorado, caro, fino, los había visto, su padre tuvo uno y ella siempre jugaba con él, claro, cuando se le permitía ya que el mecanismo del reloj era delicado y costaba demasiado arreglarlo como darse el lujo de golpéalo contra cualquier superficie, aunque cuando dejaban de funcionar eso no importaba.

Yude agrando la mirada, sus ojos azules se podían ver brillosos y no por codicia, si no por temor, iba a representar un crimen típico en los gitanos, ‘robar’, si el dueño o dueña estaba cerca, seguro que la acusaría y haría un escándalo, se preguntó qué hacer, devolverlo también era un riesgo, porque le inventarían una historia, la encerrarían, le harían cualquier cosa y después vendría la muerte, así de fácil. Mordió su labio inferior y envolvió el reloj entre sus dos manos, busco con nerviosismo y desesperación a una persona que tuviera la misma expresión pero por buscar el objeto. Sus piernas se aferraron al suelo con fuerzas, incapaces de obedecerle, ¿qué haría?, ¿podría huir rápidamente?, ¿alguien vio cuando levanto el reloj?, esperaba que no, exhaló aire, lo soltó con lentitud y trato de actuar normal, hasta que sintió una palmadita sobre su hombro, la gitana fue incapaz de voltear, no es que estuviera aterrada, tan solo estar a la expectativa la mantenía así.