AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Aliado de mi aliado es mi aliado (Shear Wigherth)
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Aliado de mi aliado es mi aliado (Shear Wigherth)
Estaba en los limites de los puertos desde unos edificios observando el gran mar, y pensar que a menos de cuatro o cinco meses yo había llegado por ese mar siendo un naufrago o un don nadie y ya logre levantar un poco el credo y resolver mis problemas familiares causantes de mi llegada, pero mi maestro nunca se equivoco cuando me mando aquí para iluminar esta ciudad que se encuentra mas perdida que babilonia hacia milenios cuando cayo por su corrupción, parís seguiría el mismo camino si no se lo permitía, observe la carta que ya hacia en mi mano con el símbolo del credo roto en el sello yo ya lo había leído suspire levemente aquí mencionaba la muerte de un viejo asesino de parís, que falleció hace un tiempo no tuve la chance de hablar con el y que me comunicara la situación de nuestro credo, pero también me llegaba en la misma carta buena información el discipulado del asesino regresaba de las américas a ver a su maestro y esperaba poder retenerlo en parís hasta que los objetivos de la hermandad fueran llevadas a cabo, a lo lejos pude notar como un barco se acercaba, use mi visión de águila al ver como la bandera indicaba las colonias en américa hay debía estar el joven prometedor de la hermandad salte sobre algunas casas mas bajas cayendo en un callejón mientras me habría camino entre la gente hasta donde debería detenerse el barco mucha gente se aglomeraba eso me daba el perfecto camuflaje delante de cualquier situación mi aura se vio mimetizada por la de los humanos haciendo que pareciera uno mas de la multitud.
Allí esperaba la aparición del joven sabría identificarlo por su aura de asesino ademas que, según relatos el era un joven muy talentoso seguí observando tranquilamente entre la gente, recordando mas como Alma me recibió a mi cuando puse un pie en este mismo puerto, su recibimiento no seria tan caluroso como el mio pero siendo un asesino no se molestaría suspire esperando que cumpliera mis expectativas.
Allí esperaba la aparición del joven sabría identificarlo por su aura de asesino ademas que, según relatos el era un joven muy talentoso seguí observando tranquilamente entre la gente, recordando mas como Alma me recibió a mi cuando puse un pie en este mismo puerto, su recibimiento no seria tan caluroso como el mio pero siendo un asesino no se molestaría suspire esperando que cumpliera mis expectativas.
Makarov V. Romanovs- Licántropo/Realeza
- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 20/03/2013
Re: Aliado de mi aliado es mi aliado (Shear Wigherth)
El viaje de regreso… Mi estadía se había tornado demasiado larga… “Ojalá esto no hubiera pasado” pensaba en mi maestro. Me había llegado una nota de su muerte, de su muy repentina muerte. “De todos modos ya era hora, estaba demasiado cansado” suspiré al viento, a sabiendas de que en un par de horas llegaría a mi destino. Tenía todavía la nota en mi mano, con la cual debería presentarme ante el hombre que firmaba la carta para que me diera la llave de mi casa… Mi hogar. Sonreí. Ya llegaría. Estaría pronto rodeado de las personas que me habían educado, gente que había conocido desde que mi maestro me recogió de las calles.
Hice girar en mis manos el anillo que me había llegado con la carta. Era su anillo, pero.. ¿Por qué me lo habían enviado? ¿Por qué era tan importante su tenencia? Mas no encontraba respuestas a mis interrogantes. Supongo que pronto las hallaría, tarde o temprano. El viento del mar jugaba con las velas y acompañaba mi respiración tranquila. El buque estaba en silencio, todos descansaban, pues llegaríamos pronto al muelle y comenzaría el verdadero trabajo de descarga.
Era un joven fuerte y hábil, mi maestro me había entrenado de esa forma, y sabia por qué lo había hecho. Lo descubrí días antes de que mandase a las Américas y me explicase mi propósito. Todos éramos parte de una hermandad secreta, que llevaba años encubierta. Sus últimas palabras, aunque me costaba recordarlo… “aleja tu hoja de la carne inocente” Sonaba vagamente en el fondo de mi memoria. Me lo había hecho jurar sobre mi propia tumba. Pero sabía que iba enserio. Y mantuve mi promesa. No la rompería ni aunque fuera mi última opción. Ya no. Habían pasado demasiadas cosas en América. Cosas que me habían marcado de por vida.
Escuché como el capitán me llamaba a lo lejos y fui en su ayuda. En cuestión de media hora llegamos al puerto y, con mi bolso al hombro, bajé del buque solo y sin compañía, como debía de ser.
Hice girar en mis manos el anillo que me había llegado con la carta. Era su anillo, pero.. ¿Por qué me lo habían enviado? ¿Por qué era tan importante su tenencia? Mas no encontraba respuestas a mis interrogantes. Supongo que pronto las hallaría, tarde o temprano. El viento del mar jugaba con las velas y acompañaba mi respiración tranquila. El buque estaba en silencio, todos descansaban, pues llegaríamos pronto al muelle y comenzaría el verdadero trabajo de descarga.
Era un joven fuerte y hábil, mi maestro me había entrenado de esa forma, y sabia por qué lo había hecho. Lo descubrí días antes de que mandase a las Américas y me explicase mi propósito. Todos éramos parte de una hermandad secreta, que llevaba años encubierta. Sus últimas palabras, aunque me costaba recordarlo… “aleja tu hoja de la carne inocente” Sonaba vagamente en el fondo de mi memoria. Me lo había hecho jurar sobre mi propia tumba. Pero sabía que iba enserio. Y mantuve mi promesa. No la rompería ni aunque fuera mi última opción. Ya no. Habían pasado demasiadas cosas en América. Cosas que me habían marcado de por vida.
Escuché como el capitán me llamaba a lo lejos y fui en su ayuda. En cuestión de media hora llegamos al puerto y, con mi bolso al hombro, bajé del buque solo y sin compañía, como debía de ser.
Shear Wigherth- Licántropo Clase Media
- Mensajes : 21
Fecha de inscripción : 26/05/2013
Re: Aliado de mi aliado es mi aliado (Shear Wigherth)
Entre un grupo de personas que hablaban sobre pesca y otro tanto de cosas de mar, yo me encontraba observando uno de los barcos que se aproximaba a la costa, desde allí vigilaba a todos los presentes, cuando un chico bastante tranquilo bajo del barco, este no se quedo simplemente volvió a zarpar parece que solo vino a traerlo lo que me hizo entender que el seria mi objetivo cuando hice a un lado una persona para ir a saludarlo, y darle las buenas note la presencia de cinco sujetos que parece que ya le estaban esperando pero no con buenas intenciones por las armas que llevaban puestas parar los y tablas y sonrieron al verlo caminando hacia el y rodeándolo, el nombre del chico yo lo había escuchado pero observe atentamente la situación mientras desde aquí podía oír lo que decían.
-Bienvenido, ex Huérfano digo Huérfano tu viejo murió ahora volviste a quedar sin familia pobre cito todos a tu vuelta mueren.
Dijo uno mientras el otro posaba la mano en su hombro y se reía
-Sabes que nos debes favores ladronzuelo de calle, que te vallas por tanto tiempo no lo olvidaremos y ahora que tu protector murió queremos nuestras cosas.
Sonreí viendo como el chico era mas que un simple pupilo había tenia su vida antes de conocer al viejo Mentor y no era muy buena esa vida ahora el debía escoger había salido del ala de la hermandad y nada mas que eso ahora tenia que escoger en que bando estar.
-Bienvenido, ex Huérfano digo Huérfano tu viejo murió ahora volviste a quedar sin familia pobre cito todos a tu vuelta mueren.
Dijo uno mientras el otro posaba la mano en su hombro y se reía
-Sabes que nos debes favores ladronzuelo de calle, que te vallas por tanto tiempo no lo olvidaremos y ahora que tu protector murió queremos nuestras cosas.
Sonreí viendo como el chico era mas que un simple pupilo había tenia su vida antes de conocer al viejo Mentor y no era muy buena esa vida ahora el debía escoger había salido del ala de la hermandad y nada mas que eso ahora tenia que escoger en que bando estar.
Makarov V. Romanovs- Licántropo/Realeza
- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 20/03/2013
Re: Aliado de mi aliado es mi aliado (Shear Wigherth)
Bajé por la escalinata y suspiré. Francia. Por fin en casa. A pesar de las malas noticias, me sentía bien. Caminé un par de metros y allí los vi. Mis antiguos compañeros de robo. Bueno, si se les podía decir compañeros. Hice una mueca descarada. Con que estaban todos enterados de mi llegada. Esto sería algo feo. “Ojalá no me hayan visto, no tengo ánimos de pelea.”
Seguí caminando con una pequeña sonrisa engreída en los labios, lo primero que haría era ir a visitar al hombre que me había escrito la carta. Escuché mi voz desde lejos y lo reconocí. Era uno de ellos. Esto se podría mal. Y no podría salirme de esta sin lastimarlos. Cosa que no quería. “Aleja tu hoja de la carne del inocente” Su voz retumbaba en mi cabeza. “Pero si me atacan, ellos serán los culpables… Deberé defenderme, cueste lo que me cueste” Me mordí la parte interna de la boca.
Lo escuché y preferí guardar calma. No era cierto, lo que me decía. Había ocurrido antes de mi llegada y justamente venia por este mal suceso de la vida. “Todos mueren, tarde o temprano” Bajé la mirada, no quería siquiera recordarlos. No quería ver sus rostros. Sentí una mano sobre mi hombro, tras escucharlo reírse. Esto era una burla, pero me las vería solo. Nadie más nos escuchaba, o si lo hacían, nadie me auxiliaría. Esta era mi pelea.
Con un susurro, sonreí.-No os debo nada. Dejé de robar apenas me acogieron, dejando todo en donde habíamos acordado. La casa del viejo. Vayan y si son lo suficientemente inteligentes, encontrarán lo que buscan, aunque dudo. Han pasado demasiados años, quizá alguien más inteligente que Uds. ya lo robó de allí- Sabia que los había enfurecido, pero yo estaba furioso. Que me amenazaran era una cosa, pero no soportaba las faltas. Eso no.
Sentí como me rodeaban, los cinco. Habíamos sido seis. Tres distraían y tres robaban, o dos distraían, dos asaltaban y dos enfrentábamos las consecuencias. Pero ahora eran cinco contra mí. “Me parece justo” Reí. –Si me permiten, ahora tengo cosas más... Importantes que hacer.-Recibí un golpe en la boca del estomago, pero ni siquiera me inmuté.
Al segundo, recibí una patada en la rodilla, intentaban hacerme caer. Otro más me pateo en el mismo punto y la pierna se me dobló, obligándome a arrodillarme. Pero me tomaron por estúpido y trataron de patearme el rostro, por lo que, en un rápido movimiento, agarré la pierna del hombre y lo derribé de un estirón. Siempre con la mirada baja, saqué una fina navaja de la bota y la tomé con mi mano izquierda, en un rápido movimiento. En cuestión de segundos, me había levantado de nuevo y tenía a uno de ellos agarrado del cuello haciéndole una llave con la navaja apuntándole al ojo.- SI os atrevéis, el muere.- Susurré.
Intentaron detenerme, pero en un rápido movimiento, tomé al otro tipo por la camisa y lo levanté en el aire, a unos tres palmos del suelo. Ahora si estaban ambos aterrados.
-¿Puedo dejarlos solos e irme tranquilamente, o me seguirán e intentaran apuñalarme por la espalda?- mi mirada seguía fija en el piso.- Aunque, si hubiesen estado armados, ya lo habrían hecho.- Tiré al piso al hombre que tenia agarrado por el cuello de la camisa y solté al otro, guardando la navaja entre mis telas. –Si me permiten… -Tomé mi saco que había quedado tirado en el suelo.
Me levanté y los miré, por primera vez. Tres estaban tirados en el suelo y los otros dos acababan de sacar sus hojas- Aprendan y no se metan… Si quieren permanecer con vida.- Sus caras estaban consternadas de miedo. No me conocían. No sabían todo lo que había aprendido con mi maestro, todo lo que me había enseñado. “Muy bien… Shear…” Su voz sonó agradecida en mi cabeza, como siempre lo hacía cada vez que hacia algo que lo enorgullecía. Había aprendido bien.
Los dejé reflexionando y me marché. Tenía gente observando, pero no me fije en sus rostros. La multitud se disipaba y me permitieron el paso, entre vítores y aplausos, los cuales ni siquiera agradecí. No me correspondía. No era ningún héroe, ni siquiera me recordarían horas después. Era tan solo yo, Shear Wigherth, un joven aprendiz de la hermandad que no había aprendido ni la mitad de las cosas que debía de aprender. Todavía. El cielo estaba nublado, el viento llevaba mi cabello por los aires, fresco y refrescante. Ni siquiera había sudado. Había mejorado mucho desde mi última vez en Paris. Era diferente.
Seguí caminando con una pequeña sonrisa engreída en los labios, lo primero que haría era ir a visitar al hombre que me había escrito la carta. Escuché mi voz desde lejos y lo reconocí. Era uno de ellos. Esto se podría mal. Y no podría salirme de esta sin lastimarlos. Cosa que no quería. “Aleja tu hoja de la carne del inocente” Su voz retumbaba en mi cabeza. “Pero si me atacan, ellos serán los culpables… Deberé defenderme, cueste lo que me cueste” Me mordí la parte interna de la boca.
Lo escuché y preferí guardar calma. No era cierto, lo que me decía. Había ocurrido antes de mi llegada y justamente venia por este mal suceso de la vida. “Todos mueren, tarde o temprano” Bajé la mirada, no quería siquiera recordarlos. No quería ver sus rostros. Sentí una mano sobre mi hombro, tras escucharlo reírse. Esto era una burla, pero me las vería solo. Nadie más nos escuchaba, o si lo hacían, nadie me auxiliaría. Esta era mi pelea.
Con un susurro, sonreí.-No os debo nada. Dejé de robar apenas me acogieron, dejando todo en donde habíamos acordado. La casa del viejo. Vayan y si son lo suficientemente inteligentes, encontrarán lo que buscan, aunque dudo. Han pasado demasiados años, quizá alguien más inteligente que Uds. ya lo robó de allí- Sabia que los había enfurecido, pero yo estaba furioso. Que me amenazaran era una cosa, pero no soportaba las faltas. Eso no.
Sentí como me rodeaban, los cinco. Habíamos sido seis. Tres distraían y tres robaban, o dos distraían, dos asaltaban y dos enfrentábamos las consecuencias. Pero ahora eran cinco contra mí. “Me parece justo” Reí. –Si me permiten, ahora tengo cosas más... Importantes que hacer.-Recibí un golpe en la boca del estomago, pero ni siquiera me inmuté.
Al segundo, recibí una patada en la rodilla, intentaban hacerme caer. Otro más me pateo en el mismo punto y la pierna se me dobló, obligándome a arrodillarme. Pero me tomaron por estúpido y trataron de patearme el rostro, por lo que, en un rápido movimiento, agarré la pierna del hombre y lo derribé de un estirón. Siempre con la mirada baja, saqué una fina navaja de la bota y la tomé con mi mano izquierda, en un rápido movimiento. En cuestión de segundos, me había levantado de nuevo y tenía a uno de ellos agarrado del cuello haciéndole una llave con la navaja apuntándole al ojo.- SI os atrevéis, el muere.- Susurré.
Intentaron detenerme, pero en un rápido movimiento, tomé al otro tipo por la camisa y lo levanté en el aire, a unos tres palmos del suelo. Ahora si estaban ambos aterrados.
-¿Puedo dejarlos solos e irme tranquilamente, o me seguirán e intentaran apuñalarme por la espalda?- mi mirada seguía fija en el piso.- Aunque, si hubiesen estado armados, ya lo habrían hecho.- Tiré al piso al hombre que tenia agarrado por el cuello de la camisa y solté al otro, guardando la navaja entre mis telas. –Si me permiten… -Tomé mi saco que había quedado tirado en el suelo.
Me levanté y los miré, por primera vez. Tres estaban tirados en el suelo y los otros dos acababan de sacar sus hojas- Aprendan y no se metan… Si quieren permanecer con vida.- Sus caras estaban consternadas de miedo. No me conocían. No sabían todo lo que había aprendido con mi maestro, todo lo que me había enseñado. “Muy bien… Shear…” Su voz sonó agradecida en mi cabeza, como siempre lo hacía cada vez que hacia algo que lo enorgullecía. Había aprendido bien.
Los dejé reflexionando y me marché. Tenía gente observando, pero no me fije en sus rostros. La multitud se disipaba y me permitieron el paso, entre vítores y aplausos, los cuales ni siquiera agradecí. No me correspondía. No era ningún héroe, ni siquiera me recordarían horas después. Era tan solo yo, Shear Wigherth, un joven aprendiz de la hermandad que no había aprendido ni la mitad de las cosas que debía de aprender. Todavía. El cielo estaba nublado, el viento llevaba mi cabello por los aires, fresco y refrescante. Ni siquiera había sudado. Había mejorado mucho desde mi última vez en Paris. Era diferente.
Shear Wigherth- Licántropo Clase Media
- Mensajes : 21
Fecha de inscripción : 26/05/2013
Re: Aliado de mi aliado es mi aliado (Shear Wigherth)
Entre la gente observe como los chicos intentaron someter al joven, por la descripción física no era de esperar menos se parecía mucho al chico de la foto y de las descripciones dadas, por los que conozcan al viejo hermano así que de el se trataba del chico que ahora mismo había dado vuelta un combate de cinco contra uno, analice cada uno de sus movimientos la hoja oculta en su bota un truco viejo pero se notaba que lo dominaba bien su maestro no le había dado su arma oculta así que el chico sabia defenderse con lo que podía, el movimiento de sus manos hicieron que no me quedara duda autodefensa básica enseñada por la hermandad, el anciano había tenido a su propio discipulado alejado de la hermandad eso era bueno un chico al que yo no debería enseñarle todo desde cero sino que ya dominaba gran parte de la disciplina de la hermandad no matarlos fue un largo paso.
Decidí seguirlo sin moverme mucho detrás de el debería machar a la casa de su maestro a ver, el lugar estaba abandonado por ahora había quedado tal como lo había dejado el anciano yo ya había estado por allí así que conocía muy bien el lugar, aun quedaban algunos seguidores del anciano que eran conocedores de la hermandad, el fue una gran perdida pero si el chico era tan bueno como muchos conocidos alardeaban el viejo no había muerto sin antes dejar un asesino digno de llevar su hoja como herencia para los hermanos, sonreí acomodando mi capucha mientras me mantenía mimetizado con el entorno con los humanos que iban y venían por las calles, sus olores se mezclaban con el mio haciendo que yo me pareciera uno de ellos y una un cambiante, un don que muy pocos tenían el andar entre las calles era rápido y fluido.
Después de unos veinte minutos de caminata llegamos al destino, lo que era la oficina del anciano, allí el tenia un lugar para quedarse y donde pasaba el mayor tiempo según recordaba por las menciones fue donde el chico vivió gran parte del tiempo, durante su estadía todavía en Europa así que me metí en uno de los callejones cuando sentí algo que no me gusto me voltee a mirar que era y la puerta de la casa había sido forzada alguien no deseado había entrado entre, mi visita al lugar y cuando fui a vigilar el chico quien podría estar interesado en las cosas que un anciano podría esconde, bueno seria otra prueba de fuego para el chico.
No me demore en subirme al tejado con suma facilidad, había unos salientes los cuales use como apoyo utilizando un gancho en mi brazo derecho me facilito aun mas la subida hasta llegar al terrazo no había nadie mirando para el callejón total, la gente es tan metida y egoísta en sus asuntos que solo cuando se chocan con las cosas las pueden ver, por eso todas las razas que existen hemos podido mantener nuestra identidad oculta a la humanidad, el ser humano es curioso pero también egoísta y temeroso de lo que no conoce así que aun a mantenido los ojos cerrados a nuestro mundo y aquel chico no era mas un humano algo había pasado desde la ultima vez.
Me asome por el limite de la terraza delante tenia una ventana abierta podía ver la sala principal estaba todo desordenado eso no era bueno así que, me asome y busque el chico usando su olor y mi talento de vista de águila y lo encontré rápidamente ahora el chico estaba por darse cuenta de lo que yo ya me había dado cuenta, cerré los ojos levemente para concentrarme ne los ruidos que podía ver del lado de adentro incluso los del chico nada mas entrara.
Pero el olor que se liberaba de dentro de ese recinto no dejaba engañarme habían tres personas dentro, eran todos humanos por sus olores dos hombres y una mujer ya que dos despedían un olor fuerte y agresivo mas el tercer cuerpo era mas bien lujurioso y preocupado, el sonido mas el aroma me dejaba saber que dos estaban en la planta de abajo y uno en la de arriba acaso serian, enemigos de la hermandad o solo ladrones que tenían intensión de hacerse con el dinero y lo que tuviera el difunto de importancia su muerte no debió ser tomada desapercibida que los buitres ya estaban aquí buscando limpiar y acabar con todo lo que le quedara.
Según había sido informado el fallecido no tenia ningún heredero así que mas que aquí, había unos cuantos que estaban detrás de lo poco que le quedaba al viejo alguna que otra amante, un hijo no reconocido o simplemente amigos que habían estado con el en los buenos momentos y ahora buscaban poder sacarle algo, aunque no me extrañaba nada de eso me llamo la atención lo que me menciono su criada que ella creía firmemente que era imposible que el hubiera muerto del corazón o por algún tema de salud ya que la misma era de hierro no era un humano común, en realidad lo era no fue ningún animal de otra raza sino que debido al entrenamiento de la hermandad no era de esperar que muriera por temas de salud eso ni yo me lo creía. A si que era posible que fuera muerto por alguien un amigo que ya no le encontraba utilidad o algún enemigo quizás de sus tiempos de asesino que descubrió su paradero y ahora estaba dispuesto a acabar con todo rastro de pruebas esto no era bueno.
Volví a mirar al chico mientras pensaba todo esto y ya no lo veía sentí su olor ya estaba dentro ahora era esperar a ver lo que el hacia mientras yo podía ver ahora si la mujer revisado los estantes que estaban del otro lado de la ventana por eso ella quedo de espalda para mi lo que me permitió analizar sus vestimentas, ropas bastantes lujosas no era una ladrona ni una chica de calle podría llamarse de una noble o quizás de una clase media pero para nada una ladrona barata o quizás una ladrona que le guste vestir bien de esas hay bastantes no me cabe dudas pero ellas siempre están en áreas donde los ricos pueden morder sus anzuelos con suma facilidad es decir fiestas, parecía apurada buscando algo y no tuvo el menor cuidado tirando libros y cosas todas a la vuelta sin preocuparse de nada solo buscaba algo.
Esto era lo que me causaba gracia la gente que quería investigar cosas que no eran suyas nunca aprendían a dejar las cosas en su lugares, por eso nadie en este país era buen espía muy pocos se podrían llamar así, aquellos que lo hacían bien eran entrenados pro la hermandad, para investigar hay que tener disciplina y mucha atención ya que hay gente que se da cuenta al mínimo cambio, o acaso ellos sabían que nadie visitaría este lugar en mucho tiempo quizás no estaban sientes de la llegada del chico que ya hacia unos minutos estaba dentro, se escucharon ruidos y me prepare para intervenir si fuera necesario.
Decidí seguirlo sin moverme mucho detrás de el debería machar a la casa de su maestro a ver, el lugar estaba abandonado por ahora había quedado tal como lo había dejado el anciano yo ya había estado por allí así que conocía muy bien el lugar, aun quedaban algunos seguidores del anciano que eran conocedores de la hermandad, el fue una gran perdida pero si el chico era tan bueno como muchos conocidos alardeaban el viejo no había muerto sin antes dejar un asesino digno de llevar su hoja como herencia para los hermanos, sonreí acomodando mi capucha mientras me mantenía mimetizado con el entorno con los humanos que iban y venían por las calles, sus olores se mezclaban con el mio haciendo que yo me pareciera uno de ellos y una un cambiante, un don que muy pocos tenían el andar entre las calles era rápido y fluido.
Después de unos veinte minutos de caminata llegamos al destino, lo que era la oficina del anciano, allí el tenia un lugar para quedarse y donde pasaba el mayor tiempo según recordaba por las menciones fue donde el chico vivió gran parte del tiempo, durante su estadía todavía en Europa así que me metí en uno de los callejones cuando sentí algo que no me gusto me voltee a mirar que era y la puerta de la casa había sido forzada alguien no deseado había entrado entre, mi visita al lugar y cuando fui a vigilar el chico quien podría estar interesado en las cosas que un anciano podría esconde, bueno seria otra prueba de fuego para el chico.
No me demore en subirme al tejado con suma facilidad, había unos salientes los cuales use como apoyo utilizando un gancho en mi brazo derecho me facilito aun mas la subida hasta llegar al terrazo no había nadie mirando para el callejón total, la gente es tan metida y egoísta en sus asuntos que solo cuando se chocan con las cosas las pueden ver, por eso todas las razas que existen hemos podido mantener nuestra identidad oculta a la humanidad, el ser humano es curioso pero también egoísta y temeroso de lo que no conoce así que aun a mantenido los ojos cerrados a nuestro mundo y aquel chico no era mas un humano algo había pasado desde la ultima vez.
Me asome por el limite de la terraza delante tenia una ventana abierta podía ver la sala principal estaba todo desordenado eso no era bueno así que, me asome y busque el chico usando su olor y mi talento de vista de águila y lo encontré rápidamente ahora el chico estaba por darse cuenta de lo que yo ya me había dado cuenta, cerré los ojos levemente para concentrarme ne los ruidos que podía ver del lado de adentro incluso los del chico nada mas entrara.
Pero el olor que se liberaba de dentro de ese recinto no dejaba engañarme habían tres personas dentro, eran todos humanos por sus olores dos hombres y una mujer ya que dos despedían un olor fuerte y agresivo mas el tercer cuerpo era mas bien lujurioso y preocupado, el sonido mas el aroma me dejaba saber que dos estaban en la planta de abajo y uno en la de arriba acaso serian, enemigos de la hermandad o solo ladrones que tenían intensión de hacerse con el dinero y lo que tuviera el difunto de importancia su muerte no debió ser tomada desapercibida que los buitres ya estaban aquí buscando limpiar y acabar con todo lo que le quedara.
Según había sido informado el fallecido no tenia ningún heredero así que mas que aquí, había unos cuantos que estaban detrás de lo poco que le quedaba al viejo alguna que otra amante, un hijo no reconocido o simplemente amigos que habían estado con el en los buenos momentos y ahora buscaban poder sacarle algo, aunque no me extrañaba nada de eso me llamo la atención lo que me menciono su criada que ella creía firmemente que era imposible que el hubiera muerto del corazón o por algún tema de salud ya que la misma era de hierro no era un humano común, en realidad lo era no fue ningún animal de otra raza sino que debido al entrenamiento de la hermandad no era de esperar que muriera por temas de salud eso ni yo me lo creía. A si que era posible que fuera muerto por alguien un amigo que ya no le encontraba utilidad o algún enemigo quizás de sus tiempos de asesino que descubrió su paradero y ahora estaba dispuesto a acabar con todo rastro de pruebas esto no era bueno.
Volví a mirar al chico mientras pensaba todo esto y ya no lo veía sentí su olor ya estaba dentro ahora era esperar a ver lo que el hacia mientras yo podía ver ahora si la mujer revisado los estantes que estaban del otro lado de la ventana por eso ella quedo de espalda para mi lo que me permitió analizar sus vestimentas, ropas bastantes lujosas no era una ladrona ni una chica de calle podría llamarse de una noble o quizás de una clase media pero para nada una ladrona barata o quizás una ladrona que le guste vestir bien de esas hay bastantes no me cabe dudas pero ellas siempre están en áreas donde los ricos pueden morder sus anzuelos con suma facilidad es decir fiestas, parecía apurada buscando algo y no tuvo el menor cuidado tirando libros y cosas todas a la vuelta sin preocuparse de nada solo buscaba algo.
Esto era lo que me causaba gracia la gente que quería investigar cosas que no eran suyas nunca aprendían a dejar las cosas en su lugares, por eso nadie en este país era buen espía muy pocos se podrían llamar así, aquellos que lo hacían bien eran entrenados pro la hermandad, para investigar hay que tener disciplina y mucha atención ya que hay gente que se da cuenta al mínimo cambio, o acaso ellos sabían que nadie visitaría este lugar en mucho tiempo quizás no estaban sientes de la llegada del chico que ya hacia unos minutos estaba dentro, se escucharon ruidos y me prepare para intervenir si fuera necesario.
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