Stranger [Libre]

por **Aaron Denhim** Vie Jun 21, 2013 3:17 am

Si sus pasos hubiesen tenido algún sonido, ese sonido se habría opacado con la fuerte lluvia que esa noche le había ya empapado. Y como si fuese algo que no le importase en absoluto, a pesar de las manchas de lodo en los pantalones y zapatos, siguió caminando. Hasta llegar a aquel sitio. ¿Cómo había sido todo? Ah, no lo recordaba en ese instante. ¿Por qué estaba ahí? Si, si, el había comprado aquel lugar hacía poco, pero ¿Cuál había sido la razón?

¡Un muerto! Alguien a quien quería descansaba en aquel lugar. Alguien a quien había amado, sin que siquiera lo recordase, estaba ahí, esperando por él, aunque él no llegaría a descansar a su lado. Había visto la luz en la cabaña, debía ser quien cuidaba el lugar durante las noches.

Vaya valentía se necesitaba, para aquel lugar no solo lúgubre durante las noches pero tan desolado que podía resultar peligroso. Pero a él qué le importaba eso. No consideró nada. El chapoteo del agua, su choque contra las cosas, era lo que tenía por completo su atención. Dio vueltas como lo haría un niño cuando ve el agua caer, sonriendo como si el mundo no existiera tal y como era para él.

Vivir con libertad, era lo que más quería... pero la libertad que había encontrado era enajenarse hasta perder la conciencia de su propia persona, de las cosas que habían sido importantes para él. Si era posible, dejar de ser todo y no ser nada. Y no recordaba, salvo a veces, por ciertos detonantes, lo que había sido. Y de la mujer que se hallaba entre esas tumbas, su mente se negaba a recordarla. Justo por la importancia que había tenido y que aún tenía para aquella persona con una falta de juicio total. A veces se comportaba como cualquier caballero que hubiese en las calles, como un juego, la locura solo lo es si eso es lo que piensas. Fingir, pretender, dejarse llevar, no pensar. Todo era lo mismo, al fin y al cabo, su existencia ya no era natural. Un ruido le hizo girarse y sonrió y siguió avanzando como si no hubiese oído finalmente nada.

por **Nikolay Von Talleyrand** Lun Jun 24, 2013 3:35 pm

Es cierto lo que dicen, me temo que a los hombres atractivos no les hace daño el agua *El rostro moribundo del brujo se reflejaba a las espaldas del vampiro, era fácil, con sus poderes saber identificar el aura exquisitamente dibujada en cartílagos de cobre rojizo como los labios de una puta que marcaban a una persona, era elegante y a la vez bastante irritante, las auras eran de propias, la de los licanes parecía un cuadro amortiguado de colores oscuros, predominando especialmente el salvaje mortecino más los colores para los vampiros era el cobre, el metálico, el óxido que se mezclaban entre si, parecía una obra, un teatro solo dispuesto a los ojos del brujo, mantuvo su posicion, tambien estaba atento a que cualquier movimiento podría ser "mortal" para él, era "humano" despues de todo.

Sin prisa fue caminando, pero no a la tumba donde se disponía aquel joven sino a otra, se arrodillo quitando con los dedos algunas manchas que la marcaban, había ordenado limpiar la tumba y así lo habían hecho, "Valentine De Rémy" una buena muchacha que habia muerto trágicamente a manos de su esposo, no se sentía culpable ya que había sido pillada en el acto de dar placer a otro hombre, él había ayudado a aquello, negó, su alma descansaría o en su defecto le maldeciría, pero no importaba, no era de mucha importancia cuan maldito estaba sino cuanto vivía bajo el yugo de las maldiciones. Se elevo, con elegancia y sin prisa, no se habia manchado ni las rodillas.

La lluvia mojada su rostro, el agua caía suicida por su hombro, su cuello y su torso, empapaba su traje formal, a esas horas debía de ir a una fiesta en la corte pero la habia rechazado, sabía de una mujer que se pondría furiosa pero él no iba a esos sitios solo para presentarse como un soltero al que casar ya fuese tanto con hombres como mujeres, habría perdido un cliente o dos, su negocio después de todo, iba bien. Miró de reojo a aquel muchacho, y después avanzó a una gran roca cubierta de moho, se sentó, ya estaba mojado asi que, que importaba una mancha o dos, en la zona pudiente, como el trasero, quiso fumar pero la lógica y la lluvia le calaban con suficiente, asi pues, saco una petaca, en la que había algo de licor afrutado* ¿Le apetece?

por **Aaron Denhim** Mar Jul 02, 2013 5:10 pm

Le ignoró, al menos hasta que llegó a aquel sepulcro, no quiso leer el nombre ni nada de lo que el epitafio marcaba con sus letras cinceladas. No quería porque las palabras grabadas él mismo las había escogido y como un mecanismo, su ser consideraba algo que no debía verse, no procesarse. Porque ahí estaba el pasado que debía ocultarse.

-¿Eso es lo que cree? – En un movimiento casi imperceptible se había sentado sobre la lápida, echando ligeramente el rostro hacia atrás, viéndole al bajar la mirada hacia la dirección en la que él estaba. Sus cabellos rubios, tan blanquecinos como pocos, se pegaban a su frente por el agua, cuyas gotas corrían por su rostro dándole ese toque brillante y aún más antinatural -¿Se ha llamado atractivo a sí mismo o lo ha dicho por mí? – Sonrió con autosuficiencia sin moverse ni un ápice.

Había seguido sus movimientos con aparente atención cuando limpió la piedra -¿De dónde viene usted, caballero? – Preguntó viendo sus ropas, ignorando que si bien las suyas ahora estaban desarregladas eran tan formales como aquellas, su sombrero de copa estaba desde el inicio en su mano, dejando su rostro juvenil al descubierto, ahora lo dejo sobre la cruz que estaba más cercana y su vista se posó en las letras de aquel nombre que no recordaba, solo un vistazo y volvió la mirada a él -¿Familar o solo vienes a acallar alguna inquietud de tu alma? –Lo dijo con cierta burla no intencionada, de repente esa forma de hablar, el tono en que lo hacía se había vuelto casi algo natural. De repente arqueó una ceja, no tenía control sobe ninguna de sus habilidades o de sus propios instintos, a veces lo que decía carecía de total sentido y en otras era la realidad que se reflejaba en ellas -¿Qué eres? ¿Algo en especial? ¿O solo una persona peculiar? ¿Un loco quizás, que visita el cementerio en las noches cuando la mayoría teme poner un pie en él? - No estaba considerando el que él mismo estuviese ahí era extraño, pues no lo era. Él era él y podía hacerlo. Tan simple como eso.

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