Que no se ponga la luna

Lo más fácil para decir es que es un hombre lleno de decisión, nunca se dará por vencido una vez se planee una meta, mientras respire va luchar por ella. No se puede llegar a definir si es realmente severidad completa o simplemente terquedad pero el punto es que jamás se le verá darle la espalda a algo que ya se planteó cumplir u obtener, es así en cada aspecto de su vida sin excepción alguna hasta el día de hoy y probablemente eso jamás cambie. Posiblemente este rasgo haya nacido en él desde muy pequeño dado que su vida jamás ha sido fácil. Cabe mencionar también que es una persona muy locuaz cuando se encuentra entablando alguna conversación agradable, de su interés, etcétera. Mucho de esto influye con la persona que tenga delante, si la persona con la que él convive es de su agrado será mucho más abierto y natural, de ser lo contrario se le notará siendo más reservado, calculador e incluso frio dependiendo del grado de desagrado que este individuo le cause. Estos cambios para los que le conocen son muy fáciles de notar dado que son enteramente marcados, es demasiado franco para disimular, su emblema de vida siempre será lo que opina por delante, sin tapujos, algo que no a todo el mundo le sienta bien, el que le digan sus verdades a la cara, por eso mismo Goar no es de las personas que tienen un millón de amigos y prefiere no tenerlos incluso, no es el típico hombre de reuniones de placer, bebida y mujeres fáciles. Por el contrario su carácter se podría decir es muy centrado y maduro más no es un amargado aburrido de la vida, a pesar de que la gran mayoría tenga ese mal hábito de catalogar a los hombres de la guerra como él de esa forma. Simplemente sus fuentes de alegría y entretenimiento se encuentran en otras zonas como por ejemplo los libros, la música, los caballos y la esgrima. También disfruta de los deportes, practica El Polo,  la equitación, el lanzamiento de jabalina, incluso los deportes de mesa como las damas chinas y el ajedrez. Su vida sana viene desde antes de entrar al ejercito de Italia, más esta se vio amplificada por las constantes practicas físicas que exigía la nueva labor. No se considera multifacético pero es bastante versado en diferentes materias, conoce muy bien el idioma, incluso también el español. Disfruta mucho leer sobre historia antigua. Conoce al derecho y al revés la estrategia militar, no es un genio estratégico o algo así, pero sabe manejarse en esos lares. Teniendo en cuenta que ha sido autodidacta para muchos de los conocimientos que posee, se ha enseñado así mismo bastante bien.

Se podría decir que Goar mejoro su forma de ver al mundo desde que ingreso al ejército, pues aprendió a valorar más la vida, antes siempre tuvo esa visión de que “todo está seguro” De que la gente que nace en cuna de oro la tiene siempre, no importe lo que pase ciertos acontecimientos cambiaron su parecer y le enseñaron incluso antes de ser siquiera un recluta que esta vida gira constantemente y que puedes estar arriba y después abajo, al haberse encontrado en ambos extremos ahora sabe valorarlos a todos, respetarlos e inclusive luchar por ellos.  Si bien se sirve al reino también al pueblo, al menos lo ve así, ha dedicado años de su vida a todos ellos, no solo a la familia real a la cuál ni siquiera conoce, ni siquiera está enterado de sus nombres, lo único de lo que está al tanto es que la reina se encuentra de luto por su esposo perdido. Pero esto no cambia en nada su vocación laborar en el cuartel. Como coronel es un hombre sensato y posee mano dura, sabe administrar muy bien los tiempos, no le gusta mezclar las cosas, el momento de reír y disfrutar es el momento de reír y disfrutar para él, el momento de gritarle a un hombre insurgente es el momento de gritar, el momento de infligir algún castigo es el momento de castigar y el momento de blandir la espada es el momento de blandir la espada para matar o defender. Pero yendo más al fondo de su ser es un hombre con heridas abiertas que probablemente nunca cierren, nunca tuvo una buena relación con su padre, con él cuál tuvo un final muy negro, ni con su madre. Siempre se sintió de joven fuera del círculo familiar pues todos pensaban diferente de él, un hombre de pensamiento libre y abierto contra un grupo de religiosos, quizás esa sea una de las razones más claras por las cuales para él lo negro no es cien por ciento negro.  Pues se le negó en algún momento juzgar por su propia razón, no le gusta ser oveja de un pasto, no considera menos a las personas que dedican su vida a alguna causa del más allá por ejemplo, pero eso no va con él. Por el contrario cree en el poder de la gente, sin embargo tampoco va a negar la existencia de algo superior si tiene las pruebas, siempre que le ha tocado lidiar con alguna persona religiosa siempre les responde “Define a tu Dios y luego dame la forma de comprobar que es de verdad” Mientras que no se las den siempre su fiel amiga será su espada.

Si, el piensa: “Más hacen dos manos en trabajo que millones de hombres rezando” Por esto mismo es hombre de acción, de decisiones inmediatas si es necesario, cosas que le han pasado en su vida le obligaron a tomarlas. Como se dijo antes no es un hombre muy social, sin embargo conoce todas las reglas y los modales de alta etiqueta que se requieren para ciertas reuniones importantes, matrimonios, bautizos, celebraciones de cumpleaños, festivales, mascaradas y demás. No es que no las disfrute, no es que deteste a la gente, es que simplemente muy pocas personas se le hacen de su agrado y él tiende a acercarse a las personas que le causen un interés intelectual, ya sea por la forma que tiene de ver la vida esta persona, por lo que sepa o por lo que se plantee hacer a futuro o en el acto. Es muy paciente puesto que entre sus labores se encuentra el orientar al nuevo personal e impartir ciertas materias de ejercicio a los reclutas. Es de las personas que suelen tomar sus “cinco minutos de soledad” donde pueden ser ellos mismos para ellos mismos exclusivamente, con responsabilidad por delante pues jamás deja sus labores de lado por ello. A pesar de tener realmente cincuenta años y no haber dejado de vivir como siempre a pesar de su cambio de condición tras cierto incidente aún siente que tiene demasiadas cosas por hacer en la vida, piensa que esta es demasiado corta y que hay tanto por hacer y tanto tiempo para hacerlo, podría ser un anciano, sin embargo su cuerpo es tan fuerte con su mente, si bien no es de las personas que sueñan con tener una familia, hijos, jubilarse, tampoco tiene pensado negarse esto, bueno tal vez lo último si, ya que aparte de ser Coronel es un próspero empresario, gerente general y responsable de que los viñedos que posee den buenos frutos y buen vino. Curioso que deteste en parte la bebida, el único alcohol que tolera lo tolera si viene en el vino, las demás bebidas no son de su agrado para nada, aunque obviamente sabrá tomarlas en una reunión social, pero lo evitará si es que puede hacerlo. Aunque tiene pensado retirarse del ejército para dedicar su vida de lleno a otros aspectos aún no lo ha decidido. Hoy por hoy disfruta del día a día, porque tiene claro que no se sabe si abra mañana para él o para cualquiera.

No nos podemos remontar a una infancia feliz en su totalidad pero si a una infancia con algo de cariño y mucho de deberes, así fue puesto que su padre siempre fue el típico hombre machista al extremo, su hijo tenía que ser el ser más perfecto de esta tierra, el tocado por los Dioses así el sería un orgullo y una bendición para la familia Abadinchi, por esto mismo recibía constantes clases y una educación envidiable que tal vez siempre fueron buenas pero tenían sus contras, contras crueles, pues se le vía privado de muchas acciones infantiles debido al rígido trato que tenía, muchos dicen que el niño pasa a ser hombre a los quince años y que desde esa edad ya debe ser responsable de todas las cosas de las que un hombre adulto ya es, de esos era su padre y su madre también lo dejaba pasar, de todas maneras, ¿qué podría hacer una mujer? No es que tengan las facultades para desautorizar al hombre de la casa, eso sería inconcebible en esta familia.  Sin embargo esto no fue un gran problema familiar en ningún momento, los problemas vendrían después, problemas quizás no previstos por nada en una familia de alta alcurnia, donde el frio se pasaba bien resguardados bajo techo y con grandes cobijas de lana fina de oveja joven, donde se cree toda la vida es rosa, donde él mismo creía eso, Goar pensaba que la felicidad siempre sería eterna a pesar de los deberes y las responsabilidades que ya tenía y que al crecer tan solo iban aumentando más y más, aun así se sentía satisfecho por la vida que llevaba, pero pronto todo esto cambiaría no abruptamente, más bien lento pero constante. No es que fuera vago, es que simplemente no iba consigo, la lectura, la escritura, la esgrima, los caballos, el viñedo, si bien siempre le gustaron los tres últimos todo esto sobrecargaba sin punto de comparación, y se sentía esclavo de todo esto, e incapaz de decidir qué hacer o no hacer, y si bien él era consciente de que así son las cosas, “así es la vida, acéptala” Agua y ajo, jodete y aguanta, lo tenía claro, pero, ¿por qué? ¿Por qué ser incapaces de decidir? ¿Incapaces de decir no? No hay razón para no explotar esa capacidad, no la hay. El miedo pronto dejo de ser más fuerte que su ambición de libertad, y la decisión se impuso al castigo.

Y justo ahí es donde nacen los problemas familiares, con una casa divida en dos partes, algunas veces en tres, donde el hijo estaba en la derecha, el padre en la izquierda y la madre al medio dando la contra doblemente, muy pocas veces todos juntos o tal vez nunca, fuertes castigos se impusieron en este hogar, castigos que a pesar de mellar ese espíritu de lucha jamás pudo destruirlo. Y probablemente luego de una noche en que ese espíritu de lucha pudo más que todo el niño se hizo hombre. Algunos detalles incluso están bloqueados de su mente, ¿lagunas? Tal vez, dicen que un trauma se olvida para no afectar a la persona, es una defensa del cerebro, pero no tan eficaz pues recuerda el arma dispararse justo en el pecho del hombre al que llamaba padre. “Un accidente” No sabe si lo fue, no sabe si disparo por miedo o por venganza, ¿defensa? Ni idea, solo puede ser consiente del rechazo que su madre sintió hasta el último día de su vida hacia él. Está bien, es un precio justo por la ofensa malvada ya sea adrede o no, es responsable de ello.  Con el fallecimiento de su padre las ventas bajaron, pues él un ignorante de casi el cincuenta por ciento de todo y siendo incapaz de trabajar sin tener la mayoría de edad para representar legalmente al viñedo, los años que vinieron fueron duros a sobremanera, y todo a causa de él, por primera vez realmente sintió la responsabilidad, se aplicó, estudio con los ahorros y tras largos años de esfuerzo logró recuperar lo que su familia alguna vez tuvo, aun así el desagrado de su madre seguía latente y el de otros miembros de la familia también, pero él siempre ha vivido de su propia opinión no de la del resto, así que esto mismo no le impidió seguir a delante. Todo parecía estar en normalidad otra vez hasta aquella noche que salió a celebrar uno de los envíos más importantes de vino en cinco años de labores, la peor borrachera de toda su vida, no por el dolor de cabeza, ni por la resaca o las penas que uno comete en ese estado, sino por las consecuencias sobrenaturales que esto acarreo. Se perdió por las calles y se ganó una mordida  casi letal que jamás olvidará pues hasta el día de hoy su licantropía le acompaña y según lo que entiende y conoce le acompañara por los días de los días hasta el fin de estos que no sabe cuándo serán dado que desde que se transformó su envejecimiento se volvió casi nulo, años y años y ni una sola arruga, solo causa de esta “maldición” Tiempo después se alistó en el ejército, a pesar de no tener necesidad alguna por ello, quizás fue la pasión de recuerdos pasos, no lo sabe.

El punto es que ahí con los años fue sobresaliendo y escalando hasta ser lo que es ahora, un Coronel, es regente de un cuartel general en la misma Roma, ama su trabajo, ama lo que lleva consigo el ser soldado, honor, valentía y fuerza, pero últimamente está pensando en dejarlo por razones tan obvias como no tan obvias,  obvias como, ¿ser casi tan joven físicamente como un recluta? ¿Tener un físico envidiable a diferencia del resto? Datos extraños que antes le hicieron ser buen soldado y escalar, estos ahora mismo le derrumban, ironías de la vida. Y las no tan obvias son las propias de sí mismo, tiene otras aficiones, otros deseos por cumplir, desea conocer mucho del mundo, incluso tal vez sacar algún otro título académico, se siente tan joven y con tanta energía que desea volver a vivir por así decirlo, y la bella Italia a la que le ha servido por años demuestra tener muchísimas opciones para él que aún están escondidas sin ser explotadas en su totalidad. Su utopía es lograrlo todo, o al menos hacer un gran bien, ¿será esto una forma de olvidar lo malo que supuestamente hizo? En el fondo no se sienta la mejor persona del mundo, incluso no se podría catalogar el mismo como una gran persona, no se siente así, y las opiniones siempre han estado dividas, ¿no? Un buen profesional, un buen atleta, un buen orador, un mal hijo, un mal prometido incluso pues rechazo a la mujer que supuestamente seria su esposa, y tal vez un mal hombre pues rechazo a algunas otras, Goar es Goar, no tiene cura, hay que tragarlo con todo y zapatos o desecharlo por completo, no hay medias tintas con él, ni pocas verdades. Tal vez un problemático, tal vez la solución a los problemas, un poco impredecible pero siempre infalible. Suave y duro, amable y desagradable, pero siempre, siempre justo.

Tras convivir con Sophia, la reina de Italia y también su amante personal. Además de haber brindado servicio dentro del marco de sus responsabilidades, salvó la vida de la Reina, en compensación esta por su servicio le hizo entrega del título nobiliario de Barón de Italia tras ceremonia en el Palacio D'Luca.

No le gustan las armas de fuego para nada.
Posee un caballo llamado "Rayo"
Jamás deja su espada en casa.
No le gustan las apuestas.
No soporta las mentiras.
Le gusta mucho el té.
Ama la tranquilidad.