LA AURORA DE PIEDRA ( Alekshandro Del Piero )

por **Galatea Giacometto** Sáb Jun 29, 2013 11:37 pm

Es otoño y el dia acaba mucho mas rapido. Paris parece una mole amalgamada entre la neblina densa que la envuelve. Otra vez Paris, alzando sus misterios como dardos dirigidos a mi. Pero la veo con nuevos ojos, a traves de los ojos de La Escarlata, la esperanza de este momentaneo anonimato para librarme de la carga tan pesada que me dejo ser una Montobello. Nunca mas Aurora.

Pero no es tan facil como parece; mientras los espiritus de mis ancestros deambulan en la habitacion, me di cuenta que era una esperanza vacia, que mi pasado seguia alli tan latente y que no me libraria de el tan facil. Debia dejar de actuar como Aurora, pensar, hablar... debia ser distinta. Desenvuelta, sensual, oscura. Hacerme de la nada una personalidad nueva, o no tendria exito en lo que me proponia: La verdad.

Un impulso me llevo a mudarme de ropa y ceñirme aquella vestimenta justa y masculina tan practica para escabullirme en la noche, sobre mis hombros la oscura capa de seda. Salte la barda del balcon, nadie sabria que habria escapado.

Las calles oscuras y silenciosas, solo registraba el sonido de mis botas contra las calles empedradas y los silbidos de las melodias melancolicas que los farolelos saben siempre en media noche. Sin pensarlo dejo que mi cuerpo dicte la direccion, hasta que una ventisca helada me hace reaccionar: estoy en el cementerio.

Esta cerrado. Pero un impulso alocado hace que escale la reja hasta el otro lado, solo dos espiritus me acompañan; uno muy joven casi adolecente, con su rostro triste y uno muy anciano, pero de mirada firme. Ellos evitan que el perro guardian si quiera ladre a mi paso. Estoy conciente para donde voy.

Una mole de piedra en forma de un angel me detiene.

la inscripcion al leerla me da escalofrio...

AURORA MONTOBELLO
Florencia 1770- Paris 1800
Descansa aqui el Ultimo Centauro.

Reconozco la inscripcion que esta encima del nombre, aquel escudo de armas que ha definido mi vida, la ha mortificado y es el origen de todas mis desgracias: Un centauro en sus dos patas apuntando una flecha al cielo.

Una lagrima cruza mi mejilla ni siquiera lo habia notado.

por **Alekshandro Del Piero** Dom Ago 11, 2013 5:04 pm

I'm a creep, i'm a weirdo.
What the hell am i doing here?
I don't belong here.
I don't care if it hurts

Con cigarro en mano, y las armas guardadas en la gabardina larga y oscura como la noche, mientras avanza el tiempo en el reloj y el viento de la ciudad sopla constantemente, el cementerio se va llenando ¿de seres?, no de infestaciones de criaturas a las que hay que exterminar y claro que mejor si es con alguna que otra monedilla por ahí por esas cabezas pútridas.

Una carta saco de la gabardina, más que una carta parecía una sucia lista, toda arruga y algo rota, la verdad odio esas estupideces de cartitas, no hay nada mejor que hablar, decir las cosas como son y punto, bueno es verdad a que veces tengo que mentir y convertirme en “Mefistoles” para matar a los asquerosos infernales y a una que otra damita para la cama. ¿Mi nombre real? Joder, eso jamás, solo tres mujeres conocen mi nombre verdadero, y una de ellas ya casi ni la recuerdo ¿viejo amor?, es más que eso, de hecho no, no es más que eso, no es nada, solo fue un mal negocio que no salió como esperaba. ¿Seguro?, al cien por mil, que así era, Ja, una mujer que me amarre al amor, no gracias, para que otra vez me venda a un buen postor o me quiera robar la vida, para eso ya tengo muchas putas no más.

La hora se acerca, una mujer está ahí parada frente a una tumba sin significado para él –Shhh- murmuro ¿a quién? Al viento, que sopla delicadamente, la mujer sigue ahí mirándola y ¿leyendo, meditando? Que demonios… ¡Qué bonito, será justo para enterrarla en esa tumba a la que llora! Con media sonrisa esbozada apunto con una de las armas de plata a la cabeza de la mujer.

La tengo a la mira, una señal de ella en moverse y BAM, será solo sesos en el piso con un cuerpo bonito pero con alma corrupta, Solo esperaba a que llegara su informante, el cual era otro al que debía cargar al infierno ¿sería ella la vampiresa a la que mandaron a liquidar?, nah, no sé y no me importa, a esta hora solo quiero terminar, cortarle la cabeza y largarme a un burdel o taberna, o mejor dicho, largarme a mi trabajo más rentable, un negocio que deja mucho y a la vez te ayuda en la vida de los bajos mundos en que un cazador se desenvuelve.
¿Si es una inocente?, pues le habré hecho un favor al eliminarla de este mundo de miserias.

Solo unos minutos más, unos segundos de espera y podría terminar mi trabajo…solo hay que esperar el mejor momento y asestar el golpe de muerte

por **Galatea Giacometto** Dom Ago 11, 2013 5:44 pm

Acaricie la inscripcion que se encontraba en relieve e hice una mueca. Recuerdos, que albergaban mi cabeza, recuerdos como un cancer. Una noche muy parecida a esta perdi todo, mi familia y la esperanza de amar a alguien. Yo crei que no odiaria a nadie en mi vida, pero solo me mentia, solo a una persona. La razon por la que volvio a Paris, la razon por la que usa esta incomoda mascara roja, y trabtaba de ser una mujer.

Solo pronunciar su nombre podria ser un sacrilegio, y por primera vez senti que me hirvio la sangre.

Todo estaba en silencio, en profundo y denso silencio. Aparentemente, pero sentia el peso de una oscura sombra sobre mi , como aquella noche. Una corriente de aire me hizo estremcer y ajuste mi capa, era una especie de despedida, cuando los espiritus de los mausoleos se alteraban, y los propios espiritus de mis ancestros giraban alrededor mio: Peligro.

Sin moverme, trate de girar mi mirada para encontrar un indicio pero solo chocaba con las moles de cemento de las lapidas. Pero hay estaba el peligro. Sigilosamente mi mano dentro de la capa empuño el mango del puñal de plata. Me senti estupida por ser tan confiada, tal vez estar alli era una completa imprudencia, me senti ridicula, pero ya no podria hacer mas que defenderme, sin levantar sospecha.

Tal vez un inquisidor o un cazador, su aura llegaba a mi como un golpe seco en mi cabeza, podria ver lo vanal, violento, vacio de aquel personaje, en el fondo, alguien que solo deseaba eso, lo duro, lo podrido. Un aura que por un momento fue demasiado familiar, como aquella noche antes de la matanza, y por un instante fui transportada aquel cumpleaños siniestro... y el.

Mis espiritus, abrian mis ojos y detras de las neblinas divise una sombra, y antes de girarme, me jugue una carta debajo de la manga. No seria facil ser su presa.

- ¿ Siempre espia la intimidad de otros? ¿ No preferira disparar cerca a mi cabeza y no ha tanta distancia, Signore?- me alarme por mi propia osadia.

por **Alekshandro Del Piero** Miér Sep 18, 2013 3:39 pm

¡Oh, mi gentil señora! ¿No te asalta el espanto?
¿Cuál es, di, de tu ensueño el poderoso encanto?
Debes de haber venido de los lejanos mares
A este jardín hermoso de troncos seculares.
Extraños son, mujer, tu palidez, tu traje,
Y de tus largas trenzas el flotante homenaje,
Pero aún es más extraño el silencio solemne
En que envuelves tu sueño misterioso y perenne.
-La Durmiente II de Edgar Allan Poe-

Osadías, muchas osadías pueden cometer los seres humanos cuando se ven amenazados, pero bueno, pero ¿Cuándo no hay una amenaza en esta vida? Casi siempre lo estamos y nunca se sabe si aquella amenaza acabaría con nuestras existencias o a lo mejor solo nos daría una lección de vida, quizás a veces nos da las dos de una, una lección de vida con la muerte o la perdida de una parte de nosotros.
Pero que es una perdida comparada con la pérdida del corazón, pongámoslo de esta manera, si pierdes una mano o un ojo, es solo un dolor físico, pero perder una parte de tu corazón, no te dejaría funcionar correctamente, eso es lo que nos hace perdernos, al dejar que una persona entre en nuestras vidas y la llene con su persona y cuando esta muere se lleva todo de nosotros, por eso mejor buscar algo material que pueda unir a dos seres, nada de sentimientos eso arruina todo el negocio de la vida, si, la vida es un negocio, que jamás deja de cesar, siempre evoluciona,.
Asi estaba del Piero, después de un negocio de matrimonio fallido, hace unos años, se estaba por casar, pero bueno las cosas pasan por algo y digamos que ese gran negocio no pudo salir como el esperaba, por un solo hecho, los malditos sentimientos lo que hace al ser humano ser tan débil, al ver que la dama sufriría con sus actos, y saber que ninguno de los dos se harían felices decidió romper el compromiso, pero ¿a qué viene todo esto ahora? Bien la respuesta radica en una melodiosa voz, una voz cantarina que le hizo volver en el tiempo y recordar su pasado, aquella voz de “la bruja” a la que desposaría y había dejado…esa misma voz que tenia la mujer que estaba apuntando, lo que le descubre como bruja.

-Si no te has volteado, a verme el rostro y menos el saber mi posición, solo me indica una cosa, maldita bruja- con una sonrisa socarrona guarda su arma y limpia su chaqueta, caminando entre las tumbas, pero aun respaldado por la oscuridad de la noche, para no dejarse ver ¿por qué? Porque quería la prueba –Te tomo la palabra, sería mejor dispararte de quemarropa, pero luego arruinaría la mía, y me hundiría contigo, además con tus trucos de magia, quizás hasta burles lo que quiera hacer, como estallar tu corazón, pero vamos, que mejor que verte desplomar desde lejos, eso es mayor satisfacción, aunque te doy razón en algo, ver tu rostro mientras te desplomas quizás sería una anotación valedera en mi diario privado de cadáveres- un chasquido de su lengua y camino en círculos por entre las tumbas, pero esta vez con la finalidad de terminar frente a ella…salió entre las oscuridades de la noche para mostrarse a sí mismo –Intimidad, vaya vaya, no esperaba oír semejante invitación de una dama de la alta alcurnia, pero ya que deseas fervientemente que te espíe en la intimidad, no se podríamos ir a mi casa, Galatea ahí quizás pueda hacer realidad tu fantasía conmigo- la risa y la luz de la luna mostrando el brillo de aquellos ojos negros mientras el viento agitaba sus cabellos, y sus manos buscaban un cigarro entre sus ropas, para al menos fumar un poco. –Muy osada para ser una recatada señorita, ya veo, has cambiado Gala, pero que cambios- le mira el cuerpo de arriba abajo con una sonrisa y el cigarro en boca, con el fuego de su encendedor iluminando aquel cigarro y el humo que van comenzando a crear nuevos lazos.

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