En España hospitalizado [Libre]

por **Jean Baptiste Fontaine** Jue Jul 11, 2013 2:19 pm

Había llegado de un viaje importante, mi familia estaba en otros asuntos; solo yo quedaba "libre" por decirlo de ese modo, por era razón fui yo como representación del Rey y la Reina de Francia. No me gustaba mucho salir de Francia, pensaba que iba a suceder algo malo, pero esa mala briba se tenia que ir de mi cuerpo, nada malo pasara, nada. Me lo repetía sin fin de veces hasta poder comprender pero esa "espina" de duda en mi cuerpo no se quitaba con nada. La frustacion de estar de ese modo no me deja concentrarme en mi deber, necesita ser fuerte su algún día mi padre fallece y yo me convierte en Rey, soy su único hijo varón y tengo que seguir con el linaje familiar, mi hermana sera reina, si llega a morir mi madre o eso creo, no se la verdad o me caso y tengo a una reina conmigo, pero por ahora ambos somos príncipes de Francia

Con mi barbilla apoyada en mi dorso de la mano, miraba como pasaba el carruaje donde estaba sentando, fue un gran viaje, tres días y dos noches de viaje para estar un solo día en la cuidad más cercana de las afuera de Francia, después otros tres días y dos noches, no quise hospedarme en ningún lugar, porque quería llegar con tiempo a mi ciudad, no sabia porque no me gustaba estar tanto tiempo fuera de esta-Tal vez, tenia un poco de miedo que pasara algo a mi familia-Suspire, al decir, mejor dicho lo susurre, el aire se lo llevaba. Con la vista todavía puesta en el cielo, sonreí faltaba cinco horas para ingresar a mi ciudad después seria completamente libre y podría caminar por las calles que conozco, había cerrado mis ojos y mofeo me llevo con él.

Al sentí un movimiento ligeramente fuerte, abrí los ojos, me encontraba rodeado de unos hombres armados, me quede quito, escuchando que quería todo mi dinero ¿Dónde me había metido?...estaba desorientado por completo, me baje del carruaje y comencé a correr, no tenia mis armas a la mano pero uno me hizo tropezar y comenzaron a golpearme sin parar, estaba alucinando y de repente no mire mas que obscuridad. Cuando desperté, me encontraba en una blanda cama, y con ropaje diferente, no estaba en mi ciudad, eso se notaba. Eleve mi rostro un poco y mire que me encontraba en el hospital ¿Que rayos hago aquí? Me dolió todo el cuerpo, me recosté nuevamente en la cama y volteo, miré una silueta, con los ojos entrecerrado y mi vista nublada pregunte-¿Quien eres?....-Todo era complicado en ese momento ¿No faltaba cinco horas para llegar a Francia, eso me había dicho el chofer o era mentira-¿Dónde estoy?-Pregunte otra vez, con un poco de dificultad me dolía el estomago hasta para hablar.

por **Danna Dianceht** Jue Jul 11, 2013 4:02 pm

Por suerte habíamos llegado a tiempo. Volvía a Escocia, cuando a lo lejos, vimos la incursión de unos malhechores contra un carruaje, que por su categoría parecía ser de clase alta o aún mas superior. No conocía a mucha más realeza de fuera de mi país y de algunos más, como España, de donde me había hospedado y había disfrutado de la compañía y charla con el conde y algunos duques del mismo territorio. Pero fuera de allí, eran completamente casi desconocidos, aún así, en la nobleza éramos todos una familia y era mi deber ayudar a los que se encontraran en apuros. Mi cochero paró el carruaje y bajándome de él, me dirigí junto los soldados que custodiaban mi salida de España, hacia la incursión, pillando desprevenidos a los malhechores los que sorprendidos se miraron entre sí, sin saber qué hacer, momento que aproveché para salir a socorrer al joven que había caído inconsciente tras los tantos golpes que le habían ocasionado. Los soldados cayeron sobre ellos, con espadas, capturando a tres de ellos, dejando a escapar a dos, que lograron zafarse de ellos. Yo por mi lado, fui hacia el joven preocupada por su estado, se veía muy mal...tenía muchas contusiones.

Me agache junto al joven, palpando su cuello, buscando su pulso. Aligerada al encontrarlo, era débil, pero para alegría de todos seguía con vida, habíamos llegado a tiempo, solo había caído inconsciente tras los graves acontecimientos. Pasé mi mano suavemente por su sucio rostro y amoratado, sacándole suciedad, descubriendo ante mí un afable y masculino rostro, pese a sus magulladuras. Preocupada, mientras los soldados llevaban y ataban a los malhechores, me quité del cuello uno de mis pañuelos que llevaba, y con él, quite el resto de suciedad del rostro del joven, descubriendo así sus contusiones, que por suerte, las de la cara no eran muy graves, no parecía que tuviera nada roto. Sonreí, alegre de que un rostro tan apuesto como aquel, no perdiera su brillo, bajé la mirada y lo que antes era una sonrisa, se convirtió en una mueca horrorizada y muy preocupada.

Su cuerpo parecía un mapa. – Víctor!- llamé a mi chofer quien entendía algo de medicina. – Si, señora- llegó enseguida a mi lado, y al ver el joven, no hicieron falta mis palabras, se arrodilló a su otro lado, y procedió a observar. Tras unos minutos de preocupación, aligerando mi corazón, habló de nuevo- No tiene nada roto, le costara recuperarse de estos golpes, pero por el momento a simple vista no le veo roturas de ningún tipo. Mi señora, necesita llegar a los médicos, alguien tiene que atenderlo con premura- Asentí a sus palabras seriamente, sin dejar que mi mano acariciase su rostro. Quería transmitirle algo de calidez en estos momentos, todo y que seguramente no me sentía a su lado, así intentaba tranquilizarle y me tranquilizaba a mí, consciente del latido de su corazón contra mi mano. – ¡Guardias!- Les llamé - ¡Llevadlo al carruaje!- ordené. Los guardias enseguida lo cogieron entre todos en vilo, intentando no moverlo mucho y lo llevaron al carruaje. Una vez dentro, me senté a su lado.
-Víctor, llévanos a un médico, hospital... ¡lo que sea que veas primero!- Y tras estas palabras, retrocedimos nuestro camino, volviendo a España.

***
(1 día despues...)

“Tic tac tic tac” Parecía no despertar jamás, llevaba todo el día a su lado, sin dejarle ni un momento a solas. Los médicos habían dicho que estaba bien, le dolería todo su cuerpo, y no estaría muy bien en unos buenos y largos días, aún así, no corría peligro. Ahora solo quedaba que empezara a cobrar consciencia. Recosté mi cabeza entre mis brazos, los que se encontraban a su vez recostados en la cama del joven desconocido. Los ojos se me cerraban, el cansancio podía conmigo, cuando noté tras muchas horas en vilo, sus primeros movimientos. Le habían quitado su ropa y le pusieron la del hospital, se encontraría confundido, por lo que haciendo un esfuerzo, despejándome, levanté la cabeza y le observé a tiempo de verlo abrir los ojos, voltearse con esfuerzo, y observar el lugar para terminar dando conmigo con los ojos entrecerrados.

Le sonreí y le acaricie tiernamente la mejilla, calmándolo – Soy Danna Dianceht- me presenté sin dejar de sonreírle- Estas en un hospital en España, te llevé aquí tras encontrarte herido y quitarte de encima a los malhechores, que os querían robar- vi en su rostro el dolor y como tenía dificultades en hablar. Le acallé poniendo un dedo en sus labios, rogándole silencio- No te esfuerzes por favor- le rogué en una cálida sonrisa – Estas bien y a salvo, te encontrarás desorientado, lo sé...ahora solo tranquilízate- susurre con voz dulce acariciándole el rostro – Estas en buenas manos- le aseguré. No iba a dejar a aquel joven allí solo, en un hospital desconocido, y me había asegurado de que le atendieran los mejores médicos.

Off roll: Espero que no te importe que lo haya cogido yo.

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