Paseo nocturno

por **Kairi Ireland** Jue Jul 18, 2013 9:35 pm

Esta noche la luna brilla de forma especial- pensé mientras se asomaba por la ventana de mi habitación.
Salte hacia mi armario y lo abrí pensando en que ponerme para salir a pasear, esa noche era especial, había oído que habría una lluvia de estrellas ademas del acostumbrado despliegue de la naturaleza nocturna, el suave ulular de los búhos y lechuzas, las luces bailantes de las luciérnagas, la brisa nocturna chocando contra mi rostro... que sensaciones mas agradables casi tanto como beber la sangre humana.
Elegí un corpiño rosa y negro junto a una falda del mismo estilo y deje mi cabello al aire sin horquillas, ni sujeciones pomposas, aunque lo que si coloque fue una rosa tras mi oreja izquierda y salí a paso rápido (descalza) hasta internarme en el bosque y llegar hasta el lago desde donde se vería toda la naturaleza en su esplendor.
Me senté con las puntas de los pies mojándose por el agua y observe el vuelo de las luciérnagas revoloteaban a mi alrededor y me hacían sentir como en un cuento de hadas, mas de una se posaba en mi pelo hasta que mi querida mascota Zuki ( una mariposa) las echaba como reclamando su espacio, ya que siempre se posaba en mi pelo.
Comencé a tararear una melodía de origen italiano que acabe cantando en voz alta, solía admirar mi voz humana pero en forma de vampiro había mejorado y la adoraba y ademas parecía que nadie me oía o al menos eso creía yo hasta que un ruido ami espalda me interrumpió en la nota final.
-Lacriimoosaa dies ilaaa, qua resorchee, ex favilaaa....

por Invitado Miér Sep 11, 2013 12:18 am

Estaba perdido y sin hogar, hacía frío y la nieve pronto comenzaría a caer, Badou estaba varado entre sus recuerdos y los hechos que acontecían en ese momento en su cabeza, buscaba al tanteo una razón para poder existir o algo pero ya no la había, ¿sería que el destino le estaba diciendo que era hora de madurar y ser un hombre?, ¿pero cómo es ser un hombre?, no quería ser esa sombra de humo oscura y cruel que arrasaba con el mundo natural o con vida de sus hermanos. Desde un tiempo para acá había dejado de pensar en su hermana, en sus padres, en todos, solo estaba pensando egoístamente y con ese ropaje sencillo que siempre guardo aunque alguna vez perteneció a la clase alta, andaba por Paris, causando lastima, risas, criticas y algo más. Pero no le importo, pronto se vio lejos de la civilización, cerca de la naturaleza donde podía mezclase con los demás animales, pero ni siquiera estaba de ánimo para ello, quería ver su reflejo en el agua una vez más. Y entonces escucho aquel canto, era como el de una sirena, pero el cachorro no estaba embelesado del todo, simplemente quería seguir pesando y a la vez su tristeza desaparecía tras esas palabras que ella pronunciaba. El joven de cabellos rubios se acerco, con la cara manchada, con la ropa rasgada para finalmente sentarse a unos metros de donde estaba ella. –Me gusta su voz –Susurró de forma un poco melancólica.

por **Kairi Ireland** Miér Sep 18, 2013 6:50 pm

Gire rápidamente mi vista hacia aquel sonido a mi espalda, era un joven, rubio, sucio, pero tras esa cara sin lavar, miré sus ojos, me encantaron.
Desde pequeña me habían enseñado a admirar la belleza y anteponerla a todo, " el mundo seria oscuro y tenebroso, sin un rayo de luz, si la belleza no existiera, porque aunque solo lo adorne, ahora es un poco mas bonito".
Esa frase era la que mi madre me repetía todas las noches antes de irme a dormir y con ese pensamiento, he crecido hasta ser lo que hoy soy, una mujer inmortal y de belleza deslumbrante, esa belleza que todo el mundo busca, pero que solo los seres como yo poseemos.
Había elogiado mi forma de cantar, eso era algo a lo que, aunque estaba acostumbrada, me encantaba que la gente hiciera.
Me levante y me acerque, aunque dándole espacio para que no se sintiera amenazado.
-¿Como te llamas muchacho?¿Estas perdido?-dije acercándome a su cara y mostrando mi sonrisa mas tranquilizadora-Tranquilo no te voy a morder.
Zuki que estaba posada en mi pelo revoloteo hacia aquel joven con un mechón de pelo sujeto entre sus patitas y tiro de mi hasta que estuve a pocos centímetros de el, entonces Zuki dejo caer ese mechón de pelo encima del hombro del joven y se poso en su mano como animándolo para tranquilizarse.
Su aroma llego a mi con las ráfagas de aire que el viento levanto, sentía su cercanía, su olor, dulce y embriagador y miraba aquellos maravillosos ojos que me dejaban hechizada.

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