AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Un paseo nocturno
2 participantes
Página 1 de 1.
Un paseo nocturno
Una noche más, como todas las anteriores… de nuevo había pasado lo mismo de siempre. Suspiró algo cansada de aquel ambiente, de tener que hacer siempre las mismas cosas para conseguir algo de dinero. Desde que había comenzado con aquel trabajo todas las noches eran iguales, absolutamente todas… y es que tenía que ir de sitio en sitio buscando ni más ni menos que hombres que quisieran pasar una ‘buena noche’ con aquella muchacha de cabellos castaños. No era algo nuevo ni mucho menos, llevaba ya muchos años en esa profesión pero no sabía por qué esa misma noche tenía tantas cosas en la cabeza.
Como todos los días, había terminado de hacer su trabajo y se encontraba tumbada en una cama con un hombre que desconocía por completo. Y no solo eso, sino que en absoluto era joven… Suspiró incorporándose en la cama, viendo como aquel tipo se había quedado dormido después de hacer… nada y menos, ya que como siempre ella no era la que tenía que disfrutar de ese tipo de cosas, sino que era la que tenía que hacer que el otro disfrutase. Siempre había sido así y no conocía otro modo de hacer… ese tipo de cosas que aquel. Se tapó un poco con una de las sábanas y miró de reojo el lugar. Un hombre adinerado, como todos los demás… un hombre que parecía haber perdido a su esposa hacía algun tiempo. ¿No eran capaces de ser fieles a la mujer a la que habían jurado amor eterno? Por supuesto que no, la mayor parte de los matrimonios que se llevaban a cabo en esos tiempos no eran más que un arreglo hecho por los padres o por ellos mismos. Nadie amaba a nadie, y eso que nos encontrábamos en la ciudad del ‘romanticismo’, ni más ni menos que en París. ¿Cómo podían decir que era la ciudad del amor cuando estaba segura no había ni un solo parisino enamorado de su pareja?
Suspiró a la vez que se levantaba, buscando alguna cosa que ponerse. Lo primero que encontró fue una camiseta de lino de color blanco que le quedaba bastante holgada ya que era de ese hombre. Suspiró y sin más abrió la ventana de esa habitación, dejando que por un momento la brisa la recorriese por completo. Al otro lado se encontraba aquella laguna que era más como una playa. La arena era blanquecina y no se podía ver el horizonte. Un lugar que a la chica le había gustado desde siempre… Se mordió el labio inferior, mirando a aquel hombre dormir. No pasaría nada por escaparse por un momento… después volvería a por el dinero y le devolvería la camisa y con eso todo resuelto…
Sonrió algo más animada mientras salía por la ventana .Estaban en el piso bajo así que no tuvo problema alguno. En cuanto salió de esa casa se sintió libre, era increíble como con solo salir de un lugar podías tener esa magnífica sensación… Abrió sus brazos y tomó aire, cerrando los ojos para notar como la brisa la recorría por completo. Era increible, era fantástico… esa sensación era lo mejor del mundo, algo que desde hacía mucho tiempo no había podido experimentar: la libertad. Siempre había estado coartada por lo que tenía que hacer, nadie le había dejado hacer lo que a ella le gustaba ni mucho menos, todo eran siempre ordenes así que encontrarse en esa situación ahora le hacía sentirse incluso dichosa.
Comenzó a pasear por esa laguna, viendo que efectivamente no había nadie más y es que la ropa que llevaba no era precisamente para mostrarse delante de cualquiera… Su cuerpo podía percibirse casi a la perfección y por suerte era de noche, en cuanto viese a alguien podría salir corriendo y nadie vería nada aunque ¿qué importaba eso ya? Siempre tenía que estar enseñando su cuerpo a gente por la que no sentía nada… No había experimentado jamás esa sensación de despertarse en la cama teniendo al lado a alguien que no fuese a pagarte, que hubiese estado contigo porque quería y porque tú querías… Suspiró. Esa sensación jamás podría conocerla…
- Desde luego… No soy más que una ingenua ¿verdad? - preguntó abrazándose por la cintura mientras miraba el agua, notando aún aquella suave brisa que mecía sus largos cabellos. Si, no era más que una tonta que pensaba incluso que los cuentos de hadas podían hacerse realidad. Tenía su carácter, por supuesto que lo tenía… nunca nadie era capaz de pisarla pero cuando su trabajo no era otro más que estar ‘debajo’ de la gente, en todos los sentidos… aquello era realmente muy complicado…
Como todos los días, había terminado de hacer su trabajo y se encontraba tumbada en una cama con un hombre que desconocía por completo. Y no solo eso, sino que en absoluto era joven… Suspiró incorporándose en la cama, viendo como aquel tipo se había quedado dormido después de hacer… nada y menos, ya que como siempre ella no era la que tenía que disfrutar de ese tipo de cosas, sino que era la que tenía que hacer que el otro disfrutase. Siempre había sido así y no conocía otro modo de hacer… ese tipo de cosas que aquel. Se tapó un poco con una de las sábanas y miró de reojo el lugar. Un hombre adinerado, como todos los demás… un hombre que parecía haber perdido a su esposa hacía algun tiempo. ¿No eran capaces de ser fieles a la mujer a la que habían jurado amor eterno? Por supuesto que no, la mayor parte de los matrimonios que se llevaban a cabo en esos tiempos no eran más que un arreglo hecho por los padres o por ellos mismos. Nadie amaba a nadie, y eso que nos encontrábamos en la ciudad del ‘romanticismo’, ni más ni menos que en París. ¿Cómo podían decir que era la ciudad del amor cuando estaba segura no había ni un solo parisino enamorado de su pareja?
Suspiró a la vez que se levantaba, buscando alguna cosa que ponerse. Lo primero que encontró fue una camiseta de lino de color blanco que le quedaba bastante holgada ya que era de ese hombre. Suspiró y sin más abrió la ventana de esa habitación, dejando que por un momento la brisa la recorriese por completo. Al otro lado se encontraba aquella laguna que era más como una playa. La arena era blanquecina y no se podía ver el horizonte. Un lugar que a la chica le había gustado desde siempre… Se mordió el labio inferior, mirando a aquel hombre dormir. No pasaría nada por escaparse por un momento… después volvería a por el dinero y le devolvería la camisa y con eso todo resuelto…
Sonrió algo más animada mientras salía por la ventana .Estaban en el piso bajo así que no tuvo problema alguno. En cuanto salió de esa casa se sintió libre, era increíble como con solo salir de un lugar podías tener esa magnífica sensación… Abrió sus brazos y tomó aire, cerrando los ojos para notar como la brisa la recorría por completo. Era increible, era fantástico… esa sensación era lo mejor del mundo, algo que desde hacía mucho tiempo no había podido experimentar: la libertad. Siempre había estado coartada por lo que tenía que hacer, nadie le había dejado hacer lo que a ella le gustaba ni mucho menos, todo eran siempre ordenes así que encontrarse en esa situación ahora le hacía sentirse incluso dichosa.
Comenzó a pasear por esa laguna, viendo que efectivamente no había nadie más y es que la ropa que llevaba no era precisamente para mostrarse delante de cualquiera… Su cuerpo podía percibirse casi a la perfección y por suerte era de noche, en cuanto viese a alguien podría salir corriendo y nadie vería nada aunque ¿qué importaba eso ya? Siempre tenía que estar enseñando su cuerpo a gente por la que no sentía nada… No había experimentado jamás esa sensación de despertarse en la cama teniendo al lado a alguien que no fuese a pagarte, que hubiese estado contigo porque quería y porque tú querías… Suspiró. Esa sensación jamás podría conocerla…
- Desde luego… No soy más que una ingenua ¿verdad? - preguntó abrazándose por la cintura mientras miraba el agua, notando aún aquella suave brisa que mecía sus largos cabellos. Si, no era más que una tonta que pensaba incluso que los cuentos de hadas podían hacerse realidad. Tenía su carácter, por supuesto que lo tenía… nunca nadie era capaz de pisarla pero cuando su trabajo no era otro más que estar ‘debajo’ de la gente, en todos los sentidos… aquello era realmente muy complicado…
- Spoiler:
Última edición por Suleima de la Vallière el Sáb Jul 16, 2011 12:27 pm, editado 1 vez
Suleima de la Vallière- Mensajes : 22
Fecha de inscripción : 27/03/2011
Re: Un paseo nocturno
Menuda partida, había desplumado a cuatro extranjeros que con insultos de todo índole y que no entendió se despidieron de él mientras contaba el dinero que ahora le pertenecía, su risa resonó en todo el local, era perfecto, siempre era un placer hacer ese tipo de negocios por así decirlo, apagó su cigarrillo y bebió el trago de su copa para marcharse de allí, a ese lugar no podría volver, lo habían fichado y no sería en el único... guiñó un par de ojos a las cortesanas y no cortesanas que habituaban aquella bodega y sin más salió a la calle guardándose todo aquello en los bolsillos...miró de reojo hacia el cielo, estaba anocheciendo y empezaba lo bueno, antes de regresar a su humilde casa, por decir humilde... se encaminó por otro camino en especial.
No había olvidado ni por asomo aquella costumbre de sus hermanos junto a él en donde en esas calurosas noches de verano solo hacían una cosa para divertirse: un buen baño. ¿Dónde? En aquella laguna que conocía bien, desde que había llegado a París y la había descubierto en cuanto tenía un hueco libre se pasaba por allí, aquello le relajaba y le hacía no pensar... además, como no saliese de aquel barrio seguro fueran a por él para fusilarlo y con razón, había hecho trampas ¿pero lo sabrían alguna vez? Nunca..., riéndose se alejaba de aquellas calles más estrechas para dar paso al campo a través.
Como era normal estaba aún menos transitado y es que ¿quién iba a ir a esas horas alguien por ahí? Nadie. Se perdió caminando por los matorrales hasta que el sonido de la tranquilidad y la suave brisa que levantaba aquel ambiente le embriagó, como le recordó a su tierra, en aquel pantano donde saltaban desde alturas infinitas, donde se perdía más de una noche o día con alguna jovencita y donde se perdía también con sus pensamientos... sonrió observando ante sus ojos pardos como se extendía aquella agua.
Bajó un árbol, empezó a desnudarse, no se dejaba nunca nada puesto a la hora de su baño así que sin mirar se encaminó hacia las aguas adentrándose hasta estar a la altura de su cintura, tras dar unas brazadas empezó a nadar , sumergiéndose para por entero notar lo fría que estaba el agua...que sensación, no podía ser mejor y es que una noche de una gran victoria seguida de un gran baño ¿había algo mejor? No, nada... sacó la cabeza sacudiéndose después, un par de brazadas más cuando oyó una voz no muy lejos y como no... se acercó a básicamente, curiosear... observando ante él algo que ni en sueños se hubiese imaginado... al girar el rostro pudo ver una figura femenina, la cual no parecía querer adentrarse en el agua lo más mínimo, ella se lo perdía...totalmente... se dio la vuelta para nadar hacia atrás...
-Lo sois si no cruzais las aguas y las probais, hacedlo os vendrá bien... y también os recomiendo que si puede ser desnuda mejor... así nada os molestará y tampoco puede decir que no miraré... es imposible no observar a una mujer semidesnuda en una laguna, demasiado tentador... ¿os atreveis señorita ingenua?-
Enarcó una ceja terminándose por girar y quedar de perfil, mirándola de arriba abajo... él ya estaba metido si ella quería huir y dejar pasar la oportunidad que le ofrecía, muy mal por su parte... no había más delicia que esa... desde luego que no.
No había olvidado ni por asomo aquella costumbre de sus hermanos junto a él en donde en esas calurosas noches de verano solo hacían una cosa para divertirse: un buen baño. ¿Dónde? En aquella laguna que conocía bien, desde que había llegado a París y la había descubierto en cuanto tenía un hueco libre se pasaba por allí, aquello le relajaba y le hacía no pensar... además, como no saliese de aquel barrio seguro fueran a por él para fusilarlo y con razón, había hecho trampas ¿pero lo sabrían alguna vez? Nunca..., riéndose se alejaba de aquellas calles más estrechas para dar paso al campo a través.
Como era normal estaba aún menos transitado y es que ¿quién iba a ir a esas horas alguien por ahí? Nadie. Se perdió caminando por los matorrales hasta que el sonido de la tranquilidad y la suave brisa que levantaba aquel ambiente le embriagó, como le recordó a su tierra, en aquel pantano donde saltaban desde alturas infinitas, donde se perdía más de una noche o día con alguna jovencita y donde se perdía también con sus pensamientos... sonrió observando ante sus ojos pardos como se extendía aquella agua.
Bajó un árbol, empezó a desnudarse, no se dejaba nunca nada puesto a la hora de su baño así que sin mirar se encaminó hacia las aguas adentrándose hasta estar a la altura de su cintura, tras dar unas brazadas empezó a nadar , sumergiéndose para por entero notar lo fría que estaba el agua...que sensación, no podía ser mejor y es que una noche de una gran victoria seguida de un gran baño ¿había algo mejor? No, nada... sacó la cabeza sacudiéndose después, un par de brazadas más cuando oyó una voz no muy lejos y como no... se acercó a básicamente, curiosear... observando ante él algo que ni en sueños se hubiese imaginado... al girar el rostro pudo ver una figura femenina, la cual no parecía querer adentrarse en el agua lo más mínimo, ella se lo perdía...totalmente... se dio la vuelta para nadar hacia atrás...
-Lo sois si no cruzais las aguas y las probais, hacedlo os vendrá bien... y también os recomiendo que si puede ser desnuda mejor... así nada os molestará y tampoco puede decir que no miraré... es imposible no observar a una mujer semidesnuda en una laguna, demasiado tentador... ¿os atreveis señorita ingenua?-
Enarcó una ceja terminándose por girar y quedar de perfil, mirándola de arriba abajo... él ya estaba metido si ella quería huir y dejar pasar la oportunidad que le ofrecía, muy mal por su parte... no había más delicia que esa... desde luego que no.
Alvaro Santillana- Gitano
- Mensajes : 102
Fecha de inscripción : 30/03/2011
Re: Un paseo nocturno
Se encontraba totalmente inmersa en todos aquellos pensamientos que no entendía por qué en ese momento estaban pasando por su cabeza. No se había dado cuenta de nada en absoluto, ni siquiera había podido escuchar como alguien aparecía por algún lugar de esa laguna. Ella creía estar sola y era lo mejor, sin duda alguna… porque así podría concentrarse en pensar todo lo que pasaba por su cabeza. Sí, muchas veces se había replanteado dejar de ser una cortesana como otra cualquiera, dejar de ser esa pobre muchacha que no había conocido la pasión en su vida, esa pobre chica de la que todos tenían compasión a la hora de la verdad. En su trabajo todo el mundo conocía el carácter fuerte que tenía pero eso no era suficiente cuando tenía que comportarse y hacer todo lo que los clientes le pidiesen. Debido a su aspecto físico eran muchos los que deseaban estar con ella, tantos que ni siquiera sabía por cuántas camas había pasado ya. Y jamás había podido disfrutar de nada en absoluto. Curioso que una mujer con tanto ‘mundo’ como ella aún no supiese lo que significaba el placer… Suspiró y negó con la cabeza porque prefería no tener que pensar en ese tipo de cosas. Ella era una cortesana y ya está, no iba a conocer otra vida a parte de la que tenía ahora…
Pero algo le despertó de sus pensamientos, abriendo los ojos al máximo y es que pudo escuchar como el agua se revolvía… Había alguien en esa laguna, no estaba sola… Se miro por un momento pensando que desde luego esa no era la mejor forma de que nadie la viese. ¿Y si era algún pirado? En vez de huír, su sentido de la… curiosidad pudo con ella. Comenzó a buscar con sus ojos marrones por toda aquella laguna a la persona que era la que estaba provocando que el agua dejase de estar tranquilo pero no era capaz de encontrar nada. La oscuridad de la noche tampoco dejaba mucho a la imaginación aunque la luna llena estaba alta y permitía ver más o menos bien todo lo que había a su alrededor.
Aún buscando con su vista en todas partes de esa laguna, pudo escuchar una voz masculina que le decía que era una ingenua si no se metía en el agua. Miró al lugar del cual parecía provenir esa voz, una masculina… si, sin duda alguna era un hombre y no tenía voz de ser excesivamente mayor. Sus ojos se clavaron entonces en una figura que apareció de la nada en el agua. Le miró fijamente para descubrir que efectivamente era un hombre que no tendría más de 25 o 26 años… Desnudo, al menos de cintura para arriba en aquella laguna. Se llevó un mechón de cabello detrás de la oreja mientras le miraba sin perder detalle… No parecía normal, incluso pensó que estaba soñando porque no era una escena que se te presentase muchas veces precisamente…
- Por supuesto que vos tan solo pensáis en que no me moleste la ropa y no en fijaros en mi cuerpo en absoluto. ¿Por quién os tomaría si lo único que hicieséis fuese buscar mi cuerpo desnudo? No os preocupéis joven… no soy una mujer de esas que no enseñan la rodilla porque es una provocación… - murmuró mirándole con una sonrisa de lo más graciosa. Ella no era como el resto de la gente en absoluto y no tenía pudor alguno en enseñar su cuerpo. Es más, le miró fijamente, aún con esa sonrisa adornando su rostro y se sentó en la orilla, metiéndose por completo en el agua aún con aquel ropaje puesto. Se retiró el cabello, ahora mojado de su rostro y se deshizo de la camisa, dejándola a un lado en la orilla. Aún así el agua cubría hasta su cintura, al igual que lo hacía con él, mostrándole sus pechos a la luz de la luna sin problemas. No sería el primero que la viese así y seguramente tampoco el último…
Se mordió los labios sintiendo que tal y como había dicho ese joven, el agua se sentía tremendamente bien… Suspiró incluso antes de acercarse donde estaba, dando una vuelta a su alrededor y mirándole re arriba abajo con una sonrisita, mordiéndose el labio inferior de nuevo. Una vez hubo acabado de dar esa vuelta no pudo hacer otra cosa más que reír…
- Pensé que sería la única loca que daría vueltas por este lugar y más aún la única que se metería a nadar en la laguna… Ya veo que somos dos locos entonces y como observáis, no soy precisamente una ingenua en este tipo de asuntos… ¿Qué hace un hombre como vos metido aquí…? ¿Buscando una sirena? - rió divertida por su comentario, separándose un poco de él aunque sin dejar de mirarle. Sus labios se entreabrieron un tanto y es que la visión que tenía delante de ella era impresionante… Nunca en todos sus años de vida se había encontrado con un hombre tan atractivo como aquel… y pensar que estaba solo, qué desperdicio…
Pero algo le despertó de sus pensamientos, abriendo los ojos al máximo y es que pudo escuchar como el agua se revolvía… Había alguien en esa laguna, no estaba sola… Se miro por un momento pensando que desde luego esa no era la mejor forma de que nadie la viese. ¿Y si era algún pirado? En vez de huír, su sentido de la… curiosidad pudo con ella. Comenzó a buscar con sus ojos marrones por toda aquella laguna a la persona que era la que estaba provocando que el agua dejase de estar tranquilo pero no era capaz de encontrar nada. La oscuridad de la noche tampoco dejaba mucho a la imaginación aunque la luna llena estaba alta y permitía ver más o menos bien todo lo que había a su alrededor.
Aún buscando con su vista en todas partes de esa laguna, pudo escuchar una voz masculina que le decía que era una ingenua si no se metía en el agua. Miró al lugar del cual parecía provenir esa voz, una masculina… si, sin duda alguna era un hombre y no tenía voz de ser excesivamente mayor. Sus ojos se clavaron entonces en una figura que apareció de la nada en el agua. Le miró fijamente para descubrir que efectivamente era un hombre que no tendría más de 25 o 26 años… Desnudo, al menos de cintura para arriba en aquella laguna. Se llevó un mechón de cabello detrás de la oreja mientras le miraba sin perder detalle… No parecía normal, incluso pensó que estaba soñando porque no era una escena que se te presentase muchas veces precisamente…
- Por supuesto que vos tan solo pensáis en que no me moleste la ropa y no en fijaros en mi cuerpo en absoluto. ¿Por quién os tomaría si lo único que hicieséis fuese buscar mi cuerpo desnudo? No os preocupéis joven… no soy una mujer de esas que no enseñan la rodilla porque es una provocación… - murmuró mirándole con una sonrisa de lo más graciosa. Ella no era como el resto de la gente en absoluto y no tenía pudor alguno en enseñar su cuerpo. Es más, le miró fijamente, aún con esa sonrisa adornando su rostro y se sentó en la orilla, metiéndose por completo en el agua aún con aquel ropaje puesto. Se retiró el cabello, ahora mojado de su rostro y se deshizo de la camisa, dejándola a un lado en la orilla. Aún así el agua cubría hasta su cintura, al igual que lo hacía con él, mostrándole sus pechos a la luz de la luna sin problemas. No sería el primero que la viese así y seguramente tampoco el último…
Se mordió los labios sintiendo que tal y como había dicho ese joven, el agua se sentía tremendamente bien… Suspiró incluso antes de acercarse donde estaba, dando una vuelta a su alrededor y mirándole re arriba abajo con una sonrisita, mordiéndose el labio inferior de nuevo. Una vez hubo acabado de dar esa vuelta no pudo hacer otra cosa más que reír…
- Pensé que sería la única loca que daría vueltas por este lugar y más aún la única que se metería a nadar en la laguna… Ya veo que somos dos locos entonces y como observáis, no soy precisamente una ingenua en este tipo de asuntos… ¿Qué hace un hombre como vos metido aquí…? ¿Buscando una sirena? - rió divertida por su comentario, separándose un poco de él aunque sin dejar de mirarle. Sus labios se entreabrieron un tanto y es que la visión que tenía delante de ella era impresionante… Nunca en todos sus años de vida se había encontrado con un hombre tan atractivo como aquel… y pensar que estaba solo, qué desperdicio…
Suleima de la Vallière- Mensajes : 22
Fecha de inscripción : 27/03/2011
Re: Un paseo nocturno
¿Cómo olvidar esas noches en las que las risas y terminar con una hoguera en medio de todos sus hermanos? Contaban miles de batallitas, cosas del día, preguntas con respuesta siempre con alguno de ellos y es que de los siete, no tenían secretos...lo sabían uno del otro a pesar de que se hiciesen mayores y terminasen teniendo a su familia, de todos...era el más libertino, el que siempre se tomaba la vida como una alegría y menos penas. Era un ambiente diferente a todo este, pero sabía que por supuesto esto tenía otros planes de futuro, algo que le haría como el mejor en su arte de la curación, ser médico entre sus otros objetivos que no tenían nada que ver.
Pero ahora estaba en París , desde que había vuelto no se podía haber encontrado en mejor compañía, le sobraba el dinero por así decirlo pese a su condición , tenía una casa en condiciones y mujeres por doquier, sin olvidar su juego de azar, siempre desplumaba a alguien, rara vez era el día que no lo conseguía, pero siempre quedaba un momento del día en recordar todo lo que habías hecho, disfrutar de un momento a solas y era este, el de ahora mismo... sus ojos buscaron de nuevo a aquella joven que curiosa se asomaba a ver de quién podría tratarse, no se movió de donde nadaba, seguía su camino... un poco más a la orilla pero sin aún dar pie... le gustaba nadar por largo tiempo, si se ponía a conversar con alguien entonces... sí que tenía que tocar el suelo. Solo lo suficiente como para que le llegase a la altura del cuello.
-No me gusta juzgar a nadie, podeis meteros tal cual estais o hacerme caso, yo solo doy consejos, el que avisa no es traidor...y no me provoca ver una rodilla precisamente, para que algo me provoque tiene que ser algo más...fuerte, sí. Pero interesante, mostadme entonces ¿qué me dejais ver a mí? De momento solo veo vuestra sombra, como se delinea con la luz de la noche... no aprecio más, no es que os obligue, yo no obligo a nadie... -
Le miró de reojo parecía que aceptaba su invitación y él mostró una de sus sonrisas, giró el rostro cuando clavó su mirada en la suya pero él no miró más allá de sus ojos, era descarado pero también le gustaba hacerse el insinuante e insinuar que aún no le había mirado más allá de su cara, seguro que mostraba en la chica más curiosidad por él, el tono de su voz sonaba seductor, provocador...tentador y eso le hizo relamerse ¿qué haría una chica allí? La observó mirarle al dar una vuelta por él y sonrió siguiéndole con la mirada, riendo a la misma vez incluso que ella, uniéndose a su risa, el comienzo de todo...
-Definid un “hombre como vos”, soy un hombre como otro cualquiera que decidió tomar un baño antes de ir a dormir ¿es locura esa? Y no, retiro mi palabra sobre lo de ser ingenua...las sirenas mi querida señora, si existiesen no se diferenciarían mucho a vos... tengo motivos para pensar que lo sois aunque en vez de una enorme cola de pez tengais unas torneadas piernas... quién sabe ¿y vos que haciais? ¿Esperándome ...quizás?-enarcó una ceja y se inclinó a ella, un tanto al decir lo último y luego apartarse, se zambulló y salió a los segundos, se echó hacia atrás el cabello rizado y sacudió la cabeza para mojar el rostro de la chica, seguido de una sonrisa.
Aquel encuentro le mostró curiosidad puesto que, las chicas jóvenes no se encontraban fuera de las calles parisinas, no si no tenían donde ir o simplemente... en realidad no supo que pensar al respecto por lo que su curiosidad aumentaba por segundos, la chica era guapa...tenía un toque de lo más tentador cuando sonreía pero a su vez mostraba esa sonrisa apacible de la cual era imposible que incluso si dijese algo que no fuese de tu agrado te molestase.
-O a lo mejor sí que sois loca por haberle hecho caso a un pirado que no tiene otra cosa que hacer que zambullirse a estas horas en un agua tan fría...¿no es así?
Pero ahora estaba en París , desde que había vuelto no se podía haber encontrado en mejor compañía, le sobraba el dinero por así decirlo pese a su condición , tenía una casa en condiciones y mujeres por doquier, sin olvidar su juego de azar, siempre desplumaba a alguien, rara vez era el día que no lo conseguía, pero siempre quedaba un momento del día en recordar todo lo que habías hecho, disfrutar de un momento a solas y era este, el de ahora mismo... sus ojos buscaron de nuevo a aquella joven que curiosa se asomaba a ver de quién podría tratarse, no se movió de donde nadaba, seguía su camino... un poco más a la orilla pero sin aún dar pie... le gustaba nadar por largo tiempo, si se ponía a conversar con alguien entonces... sí que tenía que tocar el suelo. Solo lo suficiente como para que le llegase a la altura del cuello.
-No me gusta juzgar a nadie, podeis meteros tal cual estais o hacerme caso, yo solo doy consejos, el que avisa no es traidor...y no me provoca ver una rodilla precisamente, para que algo me provoque tiene que ser algo más...fuerte, sí. Pero interesante, mostadme entonces ¿qué me dejais ver a mí? De momento solo veo vuestra sombra, como se delinea con la luz de la noche... no aprecio más, no es que os obligue, yo no obligo a nadie... -
Le miró de reojo parecía que aceptaba su invitación y él mostró una de sus sonrisas, giró el rostro cuando clavó su mirada en la suya pero él no miró más allá de sus ojos, era descarado pero también le gustaba hacerse el insinuante e insinuar que aún no le había mirado más allá de su cara, seguro que mostraba en la chica más curiosidad por él, el tono de su voz sonaba seductor, provocador...tentador y eso le hizo relamerse ¿qué haría una chica allí? La observó mirarle al dar una vuelta por él y sonrió siguiéndole con la mirada, riendo a la misma vez incluso que ella, uniéndose a su risa, el comienzo de todo...
-Definid un “hombre como vos”, soy un hombre como otro cualquiera que decidió tomar un baño antes de ir a dormir ¿es locura esa? Y no, retiro mi palabra sobre lo de ser ingenua...las sirenas mi querida señora, si existiesen no se diferenciarían mucho a vos... tengo motivos para pensar que lo sois aunque en vez de una enorme cola de pez tengais unas torneadas piernas... quién sabe ¿y vos que haciais? ¿Esperándome ...quizás?-enarcó una ceja y se inclinó a ella, un tanto al decir lo último y luego apartarse, se zambulló y salió a los segundos, se echó hacia atrás el cabello rizado y sacudió la cabeza para mojar el rostro de la chica, seguido de una sonrisa.
Aquel encuentro le mostró curiosidad puesto que, las chicas jóvenes no se encontraban fuera de las calles parisinas, no si no tenían donde ir o simplemente... en realidad no supo que pensar al respecto por lo que su curiosidad aumentaba por segundos, la chica era guapa...tenía un toque de lo más tentador cuando sonreía pero a su vez mostraba esa sonrisa apacible de la cual era imposible que incluso si dijese algo que no fuese de tu agrado te molestase.
-O a lo mejor sí que sois loca por haberle hecho caso a un pirado que no tiene otra cosa que hacer que zambullirse a estas horas en un agua tan fría...¿no es así?
Alvaro Santillana- Gitano
- Mensajes : 102
Fecha de inscripción : 30/03/2011
Re: Un paseo nocturno
Rió un tanto en el momento en el que dijo que él no juzgaba a nadie y es que se quedó algo pensativa mientras en su cabeza tan solo podía dar vueltas y más vueltas la palabra… cortesana. Si ese hombre supiese a lo que se dedicaba, entonces seguramente no le hubiese parecido tan extraño que una muchacha como ella estuviese dando vueltas por esos lugares. Además no muy lejos estaba la casa de aquel hombre con el que había tenido que pasar la noche, una noche de nuevo fuera del alcance de muchos otros… y es que más satisfactoria no había podido ser, notese la ironía de sus pensamientos… Jamás había conocido a alguien que le llamase la atención en absoluto, nunca nadie que diese un vuelco a su vida y que le hiciese ver las cosas de otro modo. Pero encontrarse ahora en una situación tan poco usual como esa, despertaba su curiosidad sin poder evitarlo…
Sonrió divertida ante que no le provocaba ver una rodilla precisamente así que supo de inmediato que no era uno de esos hombres que se escandalizaba a la más mínima, en absoluto… y es que era divertido comprobar como había tipos que disfrutaban de la vida. Si eso no le sorprendía, solo podía significar que había visto muchos cuerpos de mujeres antes de haberse encontrado con ella. No tenía pinta de ser un cortesano ¿o quizás sí? Ahora mismo no podía pensar nada porque no llevaba encima sus ropajes, que en esa sociedad era lo que más hacía ver en qué clase social o empleo estaba cada uno. Eso si, parecía tener el cuerpo perfecto para ese trabajo. Muchas mujeres habrían caído en sus manos seguramente… Se relamió sin poder evitarlo y es que era algo que no se veía muchas veces. Cierto que sus clientes solían haber pasado por otras mujeres antes que por ella pero aún así eran demasiado egoístas…
- ¿Acaso pensáis que yo sí soy una de esas señoritas que se escandalizan por enseñar una rodilla? En absoluto mi señor y perdonad que os diga algo pero yo no me oculto en absoluto. ¿Cuánto os dejo ver? No me importaría que me vieseis por completo pero no creo que sea el mejor momento para ello… ¿qué pensaría cualquiera si nos viese ahora mismo así, metidos en esta laguna…? - preguntó mirándole de manera graciosa mientras se metía en el agua. Gracias a aquella luz de la luna podía observar perfectamente a ese hombre… No podía clasificarle de esta manera o de la otra en absoluto y es que… bueno, al ir de aquel modo por el mundo… ¿estaría completamente desnudo? Se mordió el labio inferior, sabiendo que solo era una provocación pero no le importaba en absoluto…
Algo le llamó aún más la atención y es que desde que se metió en el agua él le había estado mirando en todo momento a los ojos. Siempre todos los hombres parecían ir como locos a mirar el resto del cuerpo pero a él parecía no importarle. ¿A qué se debía aquello? No lo sabía, así que despertó su curiosidad, acabando por notar como ambos reían a la vez… Se relamió y pensó que jamás había tenido suerte en la vida pero esa noche parecía que el hecho de haberse escapado por un momento de ese trabajo y esa casa que se podría decir le tenían presa no había sido nada malo… en absoluto…
Rió de nuevo y es que escuchar las cosas que decía ese hombre se le hacían de lo más divertidas… Se metió un poco más en el agua hasta que le cubrió hasta el cuello, nadando hacia atrás y cerrando los ojos un momento para disfrutar de esa calma y esa tranquilidad. Sí, había sido una buena idea relajarse en aquel lago aunque el agua estuviese algo fría… Esperaba no tardar en entrar en calor, después de todo siempre ocurría. Al principio el agua siempre estaba helada pero era pleno verano, antes o después se pondría a una temperatura por la que no querría salir de ahí…
- Simplemente un hombre como vos… Creo que no hace falta que os defina, vos sabéis cómo sois, ¿me equivoco? Una de esas especies en peligro de extinción… no es muy normal que un hombre tenga a una mujer desnuda a su vista y tan solo fije sus ojos en los de su acompañante. Sois extraño, mi señor… - murmuró antes de mirar hacia otro lado, arqueando una de sus cejas ante lo que había dicho sobre las sirenas. Divertida se acercó un poco a él para decirle algo al oído, sin llegar a pegarse a él, sin llegar a rozarle tan siquiera - ¿Y quién os dice que yo no soy una sirena…? Supongo pues que me estabais buscando… - sonrió antes de apartarse y mirarle con esa sonrisita divertida en su rostro, volviendo a hundir la cabeza en el agua. No tardó en salir, echándose el cabello hacia atrás en una pose que desde luego era más que atractiva… sus dos manos recorrián su cabello desde la raíz hasta las puntas, aunque ahora había bajado un poco más en la profundidad del lago, ocultando sus ‘encantos femeninos’ tras el agua.
No tardó en notar como él mismo la imitaba, solo que al sacudirse un poco le salpicó el agua de su cabello a su rostro. No pudo hacer más que relamer las gotitas de agua que habían caído sobre sus labios, mirándole de forma curiosa. No había muchos hombres que se comportasen del modo que lo hacía él y eso tan solo hacía que aumentase su curiosidad… Para colmo le había hecho una pregunta que tenía un sentido… de lo más tentador. ¿Esperándole a él? Por supuesto, podía afirmar que había esperado durante mucho tiempo algo que le llamase la atención…
- Quizás… ¿quién sabe? Es posible que os estuviese esperando a vos o que mi príncipe azul se haya perdido por el camino… y por eso no pueda esperarle a él… ¿Por qué suponeis que os estaba esperando a vos? Ya veo que con su carácter no le faltarán pretendientas en absoluto mi señor… después de todo ya veo que sabéis como tratar a una dama… - murmuró antes de escuchar lo siguiente que él decía. Sonrió y volvió a acercarse hasta él, dejando de nuevo a la vista parte de su cuerpo, todo de cintura hacia arriba. Le miró con una sonrisa, fijamente a sus ojos pardos y después soltó una pequeña carcajada - Si fueséis un ‘pirado’ como vos decís… creedme, no me importaría morir en vuestras manos… Quizás deberíais replantearos si no seré yo la pirada que ha conseguido a su víctima tal y como esperaba… Quizás os he estado siguiendo desde el lugar desde el que venís y no he encontrado forma mejor de acercarme a vos que ésta… Aunque yo no veo cuchillo alguno, ¿vos sí…? - preguntó aún cerca de él, sin llegar a tocarle, ni siquiera a rozarle… Solo estaba ahí parada, esperando ver su reacción
Sonrió divertida ante que no le provocaba ver una rodilla precisamente así que supo de inmediato que no era uno de esos hombres que se escandalizaba a la más mínima, en absoluto… y es que era divertido comprobar como había tipos que disfrutaban de la vida. Si eso no le sorprendía, solo podía significar que había visto muchos cuerpos de mujeres antes de haberse encontrado con ella. No tenía pinta de ser un cortesano ¿o quizás sí? Ahora mismo no podía pensar nada porque no llevaba encima sus ropajes, que en esa sociedad era lo que más hacía ver en qué clase social o empleo estaba cada uno. Eso si, parecía tener el cuerpo perfecto para ese trabajo. Muchas mujeres habrían caído en sus manos seguramente… Se relamió sin poder evitarlo y es que era algo que no se veía muchas veces. Cierto que sus clientes solían haber pasado por otras mujeres antes que por ella pero aún así eran demasiado egoístas…
- ¿Acaso pensáis que yo sí soy una de esas señoritas que se escandalizan por enseñar una rodilla? En absoluto mi señor y perdonad que os diga algo pero yo no me oculto en absoluto. ¿Cuánto os dejo ver? No me importaría que me vieseis por completo pero no creo que sea el mejor momento para ello… ¿qué pensaría cualquiera si nos viese ahora mismo así, metidos en esta laguna…? - preguntó mirándole de manera graciosa mientras se metía en el agua. Gracias a aquella luz de la luna podía observar perfectamente a ese hombre… No podía clasificarle de esta manera o de la otra en absoluto y es que… bueno, al ir de aquel modo por el mundo… ¿estaría completamente desnudo? Se mordió el labio inferior, sabiendo que solo era una provocación pero no le importaba en absoluto…
Algo le llamó aún más la atención y es que desde que se metió en el agua él le había estado mirando en todo momento a los ojos. Siempre todos los hombres parecían ir como locos a mirar el resto del cuerpo pero a él parecía no importarle. ¿A qué se debía aquello? No lo sabía, así que despertó su curiosidad, acabando por notar como ambos reían a la vez… Se relamió y pensó que jamás había tenido suerte en la vida pero esa noche parecía que el hecho de haberse escapado por un momento de ese trabajo y esa casa que se podría decir le tenían presa no había sido nada malo… en absoluto…
Rió de nuevo y es que escuchar las cosas que decía ese hombre se le hacían de lo más divertidas… Se metió un poco más en el agua hasta que le cubrió hasta el cuello, nadando hacia atrás y cerrando los ojos un momento para disfrutar de esa calma y esa tranquilidad. Sí, había sido una buena idea relajarse en aquel lago aunque el agua estuviese algo fría… Esperaba no tardar en entrar en calor, después de todo siempre ocurría. Al principio el agua siempre estaba helada pero era pleno verano, antes o después se pondría a una temperatura por la que no querría salir de ahí…
- Simplemente un hombre como vos… Creo que no hace falta que os defina, vos sabéis cómo sois, ¿me equivoco? Una de esas especies en peligro de extinción… no es muy normal que un hombre tenga a una mujer desnuda a su vista y tan solo fije sus ojos en los de su acompañante. Sois extraño, mi señor… - murmuró antes de mirar hacia otro lado, arqueando una de sus cejas ante lo que había dicho sobre las sirenas. Divertida se acercó un poco a él para decirle algo al oído, sin llegar a pegarse a él, sin llegar a rozarle tan siquiera - ¿Y quién os dice que yo no soy una sirena…? Supongo pues que me estabais buscando… - sonrió antes de apartarse y mirarle con esa sonrisita divertida en su rostro, volviendo a hundir la cabeza en el agua. No tardó en salir, echándose el cabello hacia atrás en una pose que desde luego era más que atractiva… sus dos manos recorrián su cabello desde la raíz hasta las puntas, aunque ahora había bajado un poco más en la profundidad del lago, ocultando sus ‘encantos femeninos’ tras el agua.
No tardó en notar como él mismo la imitaba, solo que al sacudirse un poco le salpicó el agua de su cabello a su rostro. No pudo hacer más que relamer las gotitas de agua que habían caído sobre sus labios, mirándole de forma curiosa. No había muchos hombres que se comportasen del modo que lo hacía él y eso tan solo hacía que aumentase su curiosidad… Para colmo le había hecho una pregunta que tenía un sentido… de lo más tentador. ¿Esperándole a él? Por supuesto, podía afirmar que había esperado durante mucho tiempo algo que le llamase la atención…
- Quizás… ¿quién sabe? Es posible que os estuviese esperando a vos o que mi príncipe azul se haya perdido por el camino… y por eso no pueda esperarle a él… ¿Por qué suponeis que os estaba esperando a vos? Ya veo que con su carácter no le faltarán pretendientas en absoluto mi señor… después de todo ya veo que sabéis como tratar a una dama… - murmuró antes de escuchar lo siguiente que él decía. Sonrió y volvió a acercarse hasta él, dejando de nuevo a la vista parte de su cuerpo, todo de cintura hacia arriba. Le miró con una sonrisa, fijamente a sus ojos pardos y después soltó una pequeña carcajada - Si fueséis un ‘pirado’ como vos decís… creedme, no me importaría morir en vuestras manos… Quizás deberíais replantearos si no seré yo la pirada que ha conseguido a su víctima tal y como esperaba… Quizás os he estado siguiendo desde el lugar desde el que venís y no he encontrado forma mejor de acercarme a vos que ésta… Aunque yo no veo cuchillo alguno, ¿vos sí…? - preguntó aún cerca de él, sin llegar a tocarle, ni siquiera a rozarle… Solo estaba ahí parada, esperando ver su reacción
Suleima de la Vallière- Mensajes : 22
Fecha de inscripción : 27/03/2011
Re: Un paseo nocturno
A él no le gustaba que le juzgasen así que hacía lo mismo con el resto de los demás, hasta que no conocías a una persona mejor que de una mirada o de aquella primera vez... no podías decir si era de tu conveniencia o no, cerró los ojos sintiendo como una vez más aquella brisa le azotaba el rostro y en cuanto habló aquella mujer, sus sentidos se posaron en ella...él siempre miraba fijamente y sin retraerse, era sincero... tanto que hasta incluso molestaba y dolía, ¿tan difícil era dejarle claro a todos sus pensamientos? Bah, pamplinas. Era hora de alejar eso a un lado porque tenía cosas mejores que hacer que darle vueltas a cosas sin sentido. Y era preciosa, ahora que la tenía tan cerca podía observarla mejor, esos rasgos perfectos pareciendo que la hubiese hecho un escultor le hizo medio sonreír por sus atrevidas palabras, a oídos de cualquiera ajena a toda aquella conversación, era franca y eso le gustaba en una persona.
-Ni a mí me importaría veros desnuda, me quedó más que claro que no sois recatada pero yo tampoco, es algo natural...algunos cuerpos te pueden gustar más que otros, eso sí , pero me da a mí que no van a ir exhibiéndose, a no ser que vivais de eso... entonces no habrá ningún problema -se tomó una pausa antes de contestarle, se encogió de hombros mirando de reojo a la orilla como haciendo referencia a eso de “qué dirían si..”-No me importa lo que digan porque estoy aquí porque quiero, disfruto del momento y no me pienso en qué pasaría sí, yo lo hago... muchos no saben la delicia que se siente al sentir como el agua acaricia tu piel , refrescándola... como dos manos experta que saben hacer perfectamente su trabajo-lo último lo susurró más bajo, como si fuese un secreto y ella su mayor confidente.
Ahora, sus ojos pardos la seguían mirando con aquella curiosidad extrema... delineándola, dibujándola en su mente... le gustaba cuando sonreía, mostraba aquellos dientes tan inmaculados como la nieve y como se relamía cosa que le hizo enarcar una ceja, interesante... pero no era la única vez que le pasaba, era un hombre deseado por muchas mujeres y siempre había conseguido lo que pretendía, solo que había una gran diferencia y no era nada más que no todas le daban una conversación, solo querían actos... y sus palabras le hicieron quedarse como pensativo, esperando saber qué contestarle... así que por eso le decía que era diferente...
-Si os mirase otra parte del cuerpo que no fuesen los ojos sería como los demás hombre ¿y para qué buscar otra parte de vuestro cuerpo cuando lo primero que hay que mirar es los ojos y las intenciones de una persona? Además... me basta una sola mirada para conocer cada delineación de vuestro cuerpo, mi señora... que luego mis manos os dibujen es otra cosa, solo soy un hombre más en esta inmensa ciudad parisina-enarcó una ceja ¿buscarla? Rió y abrió sus brazos como si no pensase en nada... podía haberla buscado o...-No importa si os estaba buscando, ya os he encontrado....y vos a mí, solo que ¿qué pasará ahora? Es cuestión de esperar... pero me ronda una pregunta ¿acaso no os habeis preguntado si yo estoy desnudo? Podría estarlo y podría saciaros vuestra curiosidad, como dije no me importa mostrarme, puede que os guste, puede que os decepcione pero lo que no os decepcionará y tenedlo por seguro es... -fue él quién acortó las distancias, apoyando aquellos labios carnosos en el lóbulo de su oreja para rozarle cuando hablase-Que no tendreis un baño como este en toda vuestra vida que espero que sea larga y próspera y os mantengais así de hermosa
Príncipes azules, había oído tantas veces esa palabra ¿aún seguía gustándole a las mujeres pensar que había un príncipe azul? Simplemente negó y se señaló así mismo como que no era uno de ellos, es más su guiño lo dijo todo seguido de una sonrisa, sabía como tratar a una mujer y lo mejor es que no solo de forma verbal... ¿porqué esconderlo? Él no lo escondía pero alardear de eso no era lo suyo, mejor demostrarlo que quedarse allí, diciendo que podía ser el mejor amante y quedarse en tan solo en palabras , no era un fanfarrón, sabía lo que se hacía.
-Gracias por vuestras palabras mi señora, puede que tengais razón y sepa como tratar a una dama pero no solo en este terreno, no voy a decir cuántas amantes he tenido... no es adecuado, lo importante es... saber que no te han olvidado, cosa que no sé si es así ¿acaso vos me podriais olvidar? No lo sabemos aún, quizás las palabras se me vuelvan en contra cosa que empiezo a estar más acertado...y no hay cuchillo pero vuestro cuerpo es vuestra arma ¿vais a acuchillarme sin fin hasta que os sacieis? Seré osado pero dejo las cosas claras, ¿para qué andarse con rodeos? -empezó a nadar hasta quedar tras ella, sus dos manos buscaron su vientre bajo el agua, acariciándole un tanto... solo con la yema de los dedos, el cabello aún le chorreaba por lo que sus hombros retuvieron algunas gotas...al caer -Si las sirenas existiesen creo que tendrían vuestra forma...
-Ni a mí me importaría veros desnuda, me quedó más que claro que no sois recatada pero yo tampoco, es algo natural...algunos cuerpos te pueden gustar más que otros, eso sí , pero me da a mí que no van a ir exhibiéndose, a no ser que vivais de eso... entonces no habrá ningún problema -se tomó una pausa antes de contestarle, se encogió de hombros mirando de reojo a la orilla como haciendo referencia a eso de “qué dirían si..”-No me importa lo que digan porque estoy aquí porque quiero, disfruto del momento y no me pienso en qué pasaría sí, yo lo hago... muchos no saben la delicia que se siente al sentir como el agua acaricia tu piel , refrescándola... como dos manos experta que saben hacer perfectamente su trabajo-lo último lo susurró más bajo, como si fuese un secreto y ella su mayor confidente.
Ahora, sus ojos pardos la seguían mirando con aquella curiosidad extrema... delineándola, dibujándola en su mente... le gustaba cuando sonreía, mostraba aquellos dientes tan inmaculados como la nieve y como se relamía cosa que le hizo enarcar una ceja, interesante... pero no era la única vez que le pasaba, era un hombre deseado por muchas mujeres y siempre había conseguido lo que pretendía, solo que había una gran diferencia y no era nada más que no todas le daban una conversación, solo querían actos... y sus palabras le hicieron quedarse como pensativo, esperando saber qué contestarle... así que por eso le decía que era diferente...
-Si os mirase otra parte del cuerpo que no fuesen los ojos sería como los demás hombre ¿y para qué buscar otra parte de vuestro cuerpo cuando lo primero que hay que mirar es los ojos y las intenciones de una persona? Además... me basta una sola mirada para conocer cada delineación de vuestro cuerpo, mi señora... que luego mis manos os dibujen es otra cosa, solo soy un hombre más en esta inmensa ciudad parisina-enarcó una ceja ¿buscarla? Rió y abrió sus brazos como si no pensase en nada... podía haberla buscado o...-No importa si os estaba buscando, ya os he encontrado....y vos a mí, solo que ¿qué pasará ahora? Es cuestión de esperar... pero me ronda una pregunta ¿acaso no os habeis preguntado si yo estoy desnudo? Podría estarlo y podría saciaros vuestra curiosidad, como dije no me importa mostrarme, puede que os guste, puede que os decepcione pero lo que no os decepcionará y tenedlo por seguro es... -fue él quién acortó las distancias, apoyando aquellos labios carnosos en el lóbulo de su oreja para rozarle cuando hablase-Que no tendreis un baño como este en toda vuestra vida que espero que sea larga y próspera y os mantengais así de hermosa
Príncipes azules, había oído tantas veces esa palabra ¿aún seguía gustándole a las mujeres pensar que había un príncipe azul? Simplemente negó y se señaló así mismo como que no era uno de ellos, es más su guiño lo dijo todo seguido de una sonrisa, sabía como tratar a una mujer y lo mejor es que no solo de forma verbal... ¿porqué esconderlo? Él no lo escondía pero alardear de eso no era lo suyo, mejor demostrarlo que quedarse allí, diciendo que podía ser el mejor amante y quedarse en tan solo en palabras , no era un fanfarrón, sabía lo que se hacía.
-Gracias por vuestras palabras mi señora, puede que tengais razón y sepa como tratar a una dama pero no solo en este terreno, no voy a decir cuántas amantes he tenido... no es adecuado, lo importante es... saber que no te han olvidado, cosa que no sé si es así ¿acaso vos me podriais olvidar? No lo sabemos aún, quizás las palabras se me vuelvan en contra cosa que empiezo a estar más acertado...y no hay cuchillo pero vuestro cuerpo es vuestra arma ¿vais a acuchillarme sin fin hasta que os sacieis? Seré osado pero dejo las cosas claras, ¿para qué andarse con rodeos? -empezó a nadar hasta quedar tras ella, sus dos manos buscaron su vientre bajo el agua, acariciándole un tanto... solo con la yema de los dedos, el cabello aún le chorreaba por lo que sus hombros retuvieron algunas gotas...al caer -Si las sirenas existiesen creo que tendrían vuestra forma...
Alvaro Santillana- Gitano
- Mensajes : 102
Fecha de inscripción : 30/03/2011
Re: Un paseo nocturno
Sonrió de forma divertida en el momento en el que dijo que no le importaría verla desnuda y es que aunque sus palabras dijesen unas cosas sus acciones decían todo lo contrario. No le importaría pero no la había mirado en ningún momento, tan solo a sus ojos marrones y eso era algo que decía mucho de un hombre como él. Le miró fijamente, también a los ojos y es que no tenía problema alguno, ella misma era una mujer de lo más osada que no creía en esas cosas de que había veces que no era apropiado mirar a un hombre a los ojos. ¿Por qué motivo? Ella era una experta en saciar a toda figura masculina que se posaba en su camino, era la que mejor sabía llevar ese tipo de cosas y la demostración la tenía en una casa que no estaba en absoluto lejos de esa laguna. Una lástima que no fuese tan buena disfrutando como haciendo disfrutar.
Rió después y es que ninguno de los dos podía ver los ropajes del otro, así que el trabajo o la clase social era algo que en absoluto importaba. No era para menos, ahí solo eran un hombre y una mujer compartiendo un baño de lo más apetecible bajo la luz de la luna. ¿Podía haber algo más perfecto…?
- Ni a mí me importaría veros desnudo a vos, mi señor… como podéis ver no sois el único osado dentro de este lago en absoluto. Coincido con vos en que hay cuerpos que pueden verse y otros que no… hay cuerpos que se desean y otros que no… Me alegra que el vuestro sea de los que pueden verse y de los que se hacen desear… - murmuró mirándole de reojo, sin bajar más allá de sus hombros mientras se mordía un lateral del labio inferior. Sí, ese hombre era distinto a todos los que se había encontrado a lo largo de su vida y eso era realmente divertido y curioso. No era para menos… - Creedme que soy la menos indicada para vivir del “qué dirán” puesto que si tuviese que hacer caso a las habladurías de la gente sería el blanco de todas las críticas… Pero quería estar segura si a vos os importaba en alguna medida que alguien nos pudiese ver… A mi le aseguro no me importa… Es más, sé que se morirían de celos al vernos… por supuesto debido al agua. Pocas cosas hay mejor que sentir como acaricia todo tu cuerpo aunque debo admitir que ser acariciada por vos debe ser aún mejor… - no se cortaba tampoco en absoluto y es que aquello era una tentación y una provocación continua. ¿Qué no era bueno? Ella misma lo sabía pero ¿qué era lo peor que podía pasarle? Absolutamente nada…
Clavó sus ojos en él en el mismo momento en el que escuchó lo que decía porque tenía toda la razón del mundo. Si la hubiese mirado más allá de sus ojos habría pensado que era como el resto de los hombres y sin embargo le había llamado la atención que no lo hubiese hecho. Desde luego ese hombre no era tonto en absoluto, sabía perfectamente lo que se hacía y la mejor forma de poder y conseguir tentar a una mujer. No era tarea fácil en absoluto, pero él conseguía hacerla sumamente sencilla ante ojos ajenos…
- Tenéis razón ante lo que decís y es que no os diferenciaríais del todo de otros hombres… ¿o quizás sí? Todo depende de vuestra forma de comportaros y solo con la manera en la que las palabras salen de vuestros seguramente deliciosos labios ya conseguís ser diferente al resto de hombres de parís y del mundo entero… ¿Me dibujaréis entonces, mi señor? No puedo esperar… a dibujaros yo también… de una manera que no podéis imaginar… - se relamió al decir eso y es que era curioso que por primera vez no estaba pensando en el placer que ese hombre podría darle o no de forma indirecta, sino en el placer que podría darle ella. Si, era increíble, pero era eso lo que estaba rodando por su cabeza. Sonrió cuando dijo que no importaba si le estaba buscando puesto que le había encontrado y no pudo estar más de acuerdo… - ¿Qué pasará…? Creo que no hay que ser un adivino para saber lo que va a pasar, ¿no es cierto? No me importaría veros desnudo si en realidad lo estuvieseis, mi señor… y no creo que me decepcionase al igual que dudo mucho que yo os pudiese decepcionar a vos. Por supuesto no me importa mostrarme. Solo pedidlo y me veréis por completo… y no quedará ahí… - no solía ser tan directa cuando trabajaba ni siquiera en cualquier otro momento, pero ese hombre de ojos pardos estaba consiguiendo despertar en ella un lado mucho más provocativo del que solía utilizar…
Rió cuando se señaló negando y es que sabía en primer lugar que él no era un príncipe azul y en segundo que ese tipo de hombres tampoco existían… Tan solo había sido un comentario tan irreal como el de las sirenas, ya que ambos personajes estaban sacados del mismo mundo de fantasía que no podía existir en el mundo real… Se relamió sin poder evitarlo cuando escuchó lo siguiente que le decía… Acuchillarle… no, había algo mejor…
- Espero disculpéis mi osadía mi buen señor pero… creo que preferiría que fueseis vos quien me acuchillase con vuestro arma… Aún así no me importaría mataros si lo deseáis tanto como yo con este cuerpo que para vos no es más que un arma… Atravesadme con ella hasta que os saciéis… las cosas claras, ¿no es así…? - murmuró con una sonrisa de lo más provocativa mientras le miraba de reojo, ya que ahora él se encontraba a su espalda.
Cerró los ojos un momento en cuanto notó como le acariciaba el vientre con las yemas de sus dedos… Eran suaves, no tanto como las manos de los tipos ricos con los que solía estar, pero desde luego eran mil veces más abrasadoras… Traían calor por cualquier lugar por el que pasaban. Elevó un tanto su rostro, justo hasta rozar con su nariz el cuello de él y elevó una de sus manos, enredando sus dedos en los rizos aún mojados de aquel cabello. Bajó poco a poco, rozando con sus yemas el cuello de él y después con el dorso de su mano sus pectorales
- Si las sirenas existiesen y estuviesen viendo cómo me tocáis se sentirían llenas de envidia por no poder sentir vuestras manos sobre sus cuerpos… - susurró cerca de su oído, lo que pudo sin alzarse más, puesto que aquel hombre era bastante más alto que ella. No se giró, sino que movió un tanto sus caderas y después acarició uno de aquellos musculosos y dorados brazos que hacían un contraste peculiar con su blanca piel…
Rió después y es que ninguno de los dos podía ver los ropajes del otro, así que el trabajo o la clase social era algo que en absoluto importaba. No era para menos, ahí solo eran un hombre y una mujer compartiendo un baño de lo más apetecible bajo la luz de la luna. ¿Podía haber algo más perfecto…?
- Ni a mí me importaría veros desnudo a vos, mi señor… como podéis ver no sois el único osado dentro de este lago en absoluto. Coincido con vos en que hay cuerpos que pueden verse y otros que no… hay cuerpos que se desean y otros que no… Me alegra que el vuestro sea de los que pueden verse y de los que se hacen desear… - murmuró mirándole de reojo, sin bajar más allá de sus hombros mientras se mordía un lateral del labio inferior. Sí, ese hombre era distinto a todos los que se había encontrado a lo largo de su vida y eso era realmente divertido y curioso. No era para menos… - Creedme que soy la menos indicada para vivir del “qué dirán” puesto que si tuviese que hacer caso a las habladurías de la gente sería el blanco de todas las críticas… Pero quería estar segura si a vos os importaba en alguna medida que alguien nos pudiese ver… A mi le aseguro no me importa… Es más, sé que se morirían de celos al vernos… por supuesto debido al agua. Pocas cosas hay mejor que sentir como acaricia todo tu cuerpo aunque debo admitir que ser acariciada por vos debe ser aún mejor… - no se cortaba tampoco en absoluto y es que aquello era una tentación y una provocación continua. ¿Qué no era bueno? Ella misma lo sabía pero ¿qué era lo peor que podía pasarle? Absolutamente nada…
Clavó sus ojos en él en el mismo momento en el que escuchó lo que decía porque tenía toda la razón del mundo. Si la hubiese mirado más allá de sus ojos habría pensado que era como el resto de los hombres y sin embargo le había llamado la atención que no lo hubiese hecho. Desde luego ese hombre no era tonto en absoluto, sabía perfectamente lo que se hacía y la mejor forma de poder y conseguir tentar a una mujer. No era tarea fácil en absoluto, pero él conseguía hacerla sumamente sencilla ante ojos ajenos…
- Tenéis razón ante lo que decís y es que no os diferenciaríais del todo de otros hombres… ¿o quizás sí? Todo depende de vuestra forma de comportaros y solo con la manera en la que las palabras salen de vuestros seguramente deliciosos labios ya conseguís ser diferente al resto de hombres de parís y del mundo entero… ¿Me dibujaréis entonces, mi señor? No puedo esperar… a dibujaros yo también… de una manera que no podéis imaginar… - se relamió al decir eso y es que era curioso que por primera vez no estaba pensando en el placer que ese hombre podría darle o no de forma indirecta, sino en el placer que podría darle ella. Si, era increíble, pero era eso lo que estaba rodando por su cabeza. Sonrió cuando dijo que no importaba si le estaba buscando puesto que le había encontrado y no pudo estar más de acuerdo… - ¿Qué pasará…? Creo que no hay que ser un adivino para saber lo que va a pasar, ¿no es cierto? No me importaría veros desnudo si en realidad lo estuvieseis, mi señor… y no creo que me decepcionase al igual que dudo mucho que yo os pudiese decepcionar a vos. Por supuesto no me importa mostrarme. Solo pedidlo y me veréis por completo… y no quedará ahí… - no solía ser tan directa cuando trabajaba ni siquiera en cualquier otro momento, pero ese hombre de ojos pardos estaba consiguiendo despertar en ella un lado mucho más provocativo del que solía utilizar…
Rió cuando se señaló negando y es que sabía en primer lugar que él no era un príncipe azul y en segundo que ese tipo de hombres tampoco existían… Tan solo había sido un comentario tan irreal como el de las sirenas, ya que ambos personajes estaban sacados del mismo mundo de fantasía que no podía existir en el mundo real… Se relamió sin poder evitarlo cuando escuchó lo siguiente que le decía… Acuchillarle… no, había algo mejor…
- Espero disculpéis mi osadía mi buen señor pero… creo que preferiría que fueseis vos quien me acuchillase con vuestro arma… Aún así no me importaría mataros si lo deseáis tanto como yo con este cuerpo que para vos no es más que un arma… Atravesadme con ella hasta que os saciéis… las cosas claras, ¿no es así…? - murmuró con una sonrisa de lo más provocativa mientras le miraba de reojo, ya que ahora él se encontraba a su espalda.
Cerró los ojos un momento en cuanto notó como le acariciaba el vientre con las yemas de sus dedos… Eran suaves, no tanto como las manos de los tipos ricos con los que solía estar, pero desde luego eran mil veces más abrasadoras… Traían calor por cualquier lugar por el que pasaban. Elevó un tanto su rostro, justo hasta rozar con su nariz el cuello de él y elevó una de sus manos, enredando sus dedos en los rizos aún mojados de aquel cabello. Bajó poco a poco, rozando con sus yemas el cuello de él y después con el dorso de su mano sus pectorales
- Si las sirenas existiesen y estuviesen viendo cómo me tocáis se sentirían llenas de envidia por no poder sentir vuestras manos sobre sus cuerpos… - susurró cerca de su oído, lo que pudo sin alzarse más, puesto que aquel hombre era bastante más alto que ella. No se giró, sino que movió un tanto sus caderas y después acarició uno de aquellos musculosos y dorados brazos que hacían un contraste peculiar con su blanca piel…
Suleima de la Vallière- Mensajes : 22
Fecha de inscripción : 27/03/2011
Re: Un paseo nocturno
Una carcajada nació de su garganta para terminar por resonar y dar eco en todo el lugar, sus palabras de lo más sugerentes y como no, sin doble sentidos, simplemente directas y perfectas le hacían de lo más interesante, muy interesante a sus ojos pardos. Se recreaba en su rostro, en su boca y en aquella voz que le ofrecía más y más cosas de las que estaba seguro iba a tomar, no dudó en asentir al hacer referencia al agua, claro que era perfecta... pero a partir de ahora en vez de ese tacto frío como siguiesen así iba a terminar ebulliendo, bajó la mirada un segundo pensativo y dejó escapar un suspiro en silencio, quedándose así unos minutos mientras la seguía oyendo... haciendo supuestas suposiciones con el “¿Qué pasaría...si...?”. Enarcó una ceja, estaba jugando, tentando y siguiendo provocando por lo que sí, ¿qué hacer? No iba a lanzarse como un león iba primero a tentar el terreno...sí, eso mismo haría. Apoyó ambas manos en la cinturas, sin girarla aún...dejando sus labios muy cerca de su oreja, siseando un tanto para que guardase silencio... era mejor no hablar tanto y sentir... aquellas yemas bajo el agua acariciaron el contorno de su cintura, solo apenas un roce...su boca se entreabrió dejando escapar un leve suspiro y sonrió sin apretar los labios, haciendo que éstos acariciaran la oreja de la chica.
-Silencio mi señora... el silencio es el mejor conversador en muchas ocasiones y esta es una de ellas...no voy a pediros nada de eso, porque sabreis el momento de hacerlo, pedirlo ya os dije que sería lo común, solo dejad que las cosas surjan...sentid, deleitaros...haced lo que os pida el cuerpo pero no obligueis a nada, no a mí... si no a la situación, dejad que fluya y disfrutar de todo esto -
Su boca bajó por su cuello, aquel cabello castaño le molestó por lo que con mucha suavidad, aquella nariz apartó el pelo a un lado con mucha suavidad, dejando en él besos cortos y húmedos, solo eso, llegando atrás de la oreja y lamer ese lugar mordisqueando después su lóbulo y ya de paso acercarse a ella otro tanto, pegando totalmente su pecho contra la espalda de la chica, no incomodándola pues... ambos cuerpos empezaron a moverse bajo el agua de forma sútil pero con esa picaz de necesidad que iba aumentando a cada movimiento.
-Sí...así es, así es mi señora...os acuchillaré todas las veces que hace falta hasta que vuestro cuerpo como vuestra alma mueran entre mis brazos... pero sin prisa... me gusta las cosas lentas pero intensas, me gusta jugar... indagar mi terreno... -no despegó los labios de su oreja en ningún instante y aquellas manos empezaron a subir por su vientre, acariciando todo el lugar a su paso pero sin llegar a aquella parte, ambas manos se deslizaron hasta sus costados y empezó unas nuevas caricias, ya que ahora su cuerpo también la acariciaba, en ningún instante había mostrado aquella sonrisa pícara... pero iba a dejarle algo muy claro ya que lo veía terriblemente importante...-Estais a las puertas de este juego, podeis seguir jugando o podeis apartaros en todo caso pero me da a mí que quereis seguir ¿no es así? Puedo haceros sentir como nadie jamás os ha hecho sentir, no me importa a lo que os dediqueis, de donde vengais, ni vuestro nombre y mucho menos vuestro pasado porque como dije importa el presente... ¿no lo...creeis así?--la palma de su mano ascendió por su espalda, enredándose en algunos mechones de cabello y tirar de éste para tenerla a su mereced y más cerca, aún no había probado su boca y la suya seguía su camino por el mentón de la mujer, lamiendo a su paso, haciéndose desear, mientras...bajo el agua su cuerpo empezó a entrar en contacto con el suyo, haciendo que ese roce más pronunciado de cierta zona fuese más intenso y le hiciese hacer esos ruidos ahogados que eran casi gemidos.
La otra mano, bajó por su vientre de nuevo aventurándose a tocar algo en especial pero no llegó solo estimuló sus alrededores, mordisqueó la barbilla de la chica y buscó su boca pero se le hacía difícil un tanto al estar así, solo sonrió y se apartó antes de que pudieran besarse.
-Sois muy lanzada señorita... y desde este preciso instante tened por seguro que pienso cumplir cada una de vuestras peticiones...id pidiendo, puede que cumpla algunas si me parece mejor opción otras.. hasta que no os mate de placer no pienso detenerme...y mucho menos que nos vean, claro que deseo que se mueran de envidia al ver vuestro placer que se juntará con el mío...desearán estar en alguno de nuestros sitios... ¿les damos envidia? -su nariz rozó su cuello y se echó a reír cuando su zona rozó la pierna de la chica bajo el agua... dejando escapar otro nuevo suspiro cargado de erotismo...tanteaba el terreno, nada más.
-Silencio mi señora... el silencio es el mejor conversador en muchas ocasiones y esta es una de ellas...no voy a pediros nada de eso, porque sabreis el momento de hacerlo, pedirlo ya os dije que sería lo común, solo dejad que las cosas surjan...sentid, deleitaros...haced lo que os pida el cuerpo pero no obligueis a nada, no a mí... si no a la situación, dejad que fluya y disfrutar de todo esto -
Su boca bajó por su cuello, aquel cabello castaño le molestó por lo que con mucha suavidad, aquella nariz apartó el pelo a un lado con mucha suavidad, dejando en él besos cortos y húmedos, solo eso, llegando atrás de la oreja y lamer ese lugar mordisqueando después su lóbulo y ya de paso acercarse a ella otro tanto, pegando totalmente su pecho contra la espalda de la chica, no incomodándola pues... ambos cuerpos empezaron a moverse bajo el agua de forma sútil pero con esa picaz de necesidad que iba aumentando a cada movimiento.
-Sí...así es, así es mi señora...os acuchillaré todas las veces que hace falta hasta que vuestro cuerpo como vuestra alma mueran entre mis brazos... pero sin prisa... me gusta las cosas lentas pero intensas, me gusta jugar... indagar mi terreno... -no despegó los labios de su oreja en ningún instante y aquellas manos empezaron a subir por su vientre, acariciando todo el lugar a su paso pero sin llegar a aquella parte, ambas manos se deslizaron hasta sus costados y empezó unas nuevas caricias, ya que ahora su cuerpo también la acariciaba, en ningún instante había mostrado aquella sonrisa pícara... pero iba a dejarle algo muy claro ya que lo veía terriblemente importante...-Estais a las puertas de este juego, podeis seguir jugando o podeis apartaros en todo caso pero me da a mí que quereis seguir ¿no es así? Puedo haceros sentir como nadie jamás os ha hecho sentir, no me importa a lo que os dediqueis, de donde vengais, ni vuestro nombre y mucho menos vuestro pasado porque como dije importa el presente... ¿no lo...creeis así?--la palma de su mano ascendió por su espalda, enredándose en algunos mechones de cabello y tirar de éste para tenerla a su mereced y más cerca, aún no había probado su boca y la suya seguía su camino por el mentón de la mujer, lamiendo a su paso, haciéndose desear, mientras...bajo el agua su cuerpo empezó a entrar en contacto con el suyo, haciendo que ese roce más pronunciado de cierta zona fuese más intenso y le hiciese hacer esos ruidos ahogados que eran casi gemidos.
La otra mano, bajó por su vientre de nuevo aventurándose a tocar algo en especial pero no llegó solo estimuló sus alrededores, mordisqueó la barbilla de la chica y buscó su boca pero se le hacía difícil un tanto al estar así, solo sonrió y se apartó antes de que pudieran besarse.
-Sois muy lanzada señorita... y desde este preciso instante tened por seguro que pienso cumplir cada una de vuestras peticiones...id pidiendo, puede que cumpla algunas si me parece mejor opción otras.. hasta que no os mate de placer no pienso detenerme...y mucho menos que nos vean, claro que deseo que se mueran de envidia al ver vuestro placer que se juntará con el mío...desearán estar en alguno de nuestros sitios... ¿les damos envidia? -su nariz rozó su cuello y se echó a reír cuando su zona rozó la pierna de la chica bajo el agua... dejando escapar otro nuevo suspiro cargado de erotismo...tanteaba el terreno, nada más.
Alvaro Santillana- Gitano
- Mensajes : 102
Fecha de inscripción : 30/03/2011
Re: Un paseo nocturno
Se relamió al sentir esas caricias, al sentir todos aquellos roces y no era para menos. Esa vez estaba siendo totalmente diferente a todas las que había podido experimentar en su pasado. No hacía falta pedir nada, tan solo esperar, dejar que las cosas ocurriesen como debía ser. Eso era nuevo para ella porque normalmente todos los hombres con los que estaba le daban órdenes… acércate más, desnúdate, voy a entrar… ella solo podía asentir y cumplir cada una de las cosas que le decían pero en esta ocasión todo parecía ser diferente. Iba a ocurrir como ambos deseasen y ninguno tendría que pedir nada porque el otro lo haría sin más… haría todo lo que pudiese para hacerle disfrutar pero se preguntó si él haría lo mismo por ella. No era algo muy normal en su profesión que los hombres se esforzasen a que ella disfrutase, sino que era al revés…
Asintió tan solo una vez con su cabeza, llevando después un dedo a los labios de él para que guardase silencio. Se relamió los labios, indicando que lo había entendido todo a la perfección y que no hacía falta que dijese nada más. No hablaría si debía ser así, tan solo sentiría… tan solo se dejaría llevar por esa sensación que le estaba dejando experimentar un hombre cualquiera… un hombre que no había pagado por ella…
-Shh… guardad silencio vos también, mi señor… solo sentidme… - su tono fue igual de tentador que el que él le había regalado y es que si, ella misma deseaba sentirle y que él la sintiese. Sus manos recorrían aún aquellos brazos perfectos, aquellos fuertes brazos que parecían podían hacer cualquier cosa que su amo desease. Ronroneó sintiendo la lengua de él e incluso se giró un tanto para que ambas lenguas se rozasen de manera prohibida y fugaz por tan solo un instante. Se relamió después y sus caderas comenzaron a moverse al ritmo que los dos marcaban. Podía notar la zona más sensible de él contra su trasero, moviéndose de forma tentadora, rozando un lugar en concreto en el que comenzaba a sentirse aquella excitación que le estaba regalando.
Sonrió complacida en cuanto escuchó que la acuchillaría. No había cosa que pudiese desear más en aquellos momentos pero tan solo escuchar como sería lento… gimió suavemente, sonriendo de forma maliciosa después y es que sí, ella misma quería ir despacio, quería hacerlo lento para notar todo lo posible aquellas manos y vivir ese momento en el que los dos podían perderse. Cerró los ojos, apoyando su nuca en el pecho de él y morderse el labio inferior, tocando con el dorso de sus manos uno de los hombros de él y sus pectorales y abdominales, sin dejar de mover sus caderas y muriendo ante aquel tacto que subía por sus costados.
- ¿Quién os ha dicho que yo quiera que me mateis de inmediato? Quiero que seais lento, tanto como yo… quiero tentaros antes de subiros al cielo mi señor… y no me importaría gastar toda la noche para conseguirlo - murmuró mirándole de reojo, dejando totalmente claro lo que iba a pasar y que nada importaría, Por supuesto que no, sería una noche y seguramente después no volviesen a verse o a encontrarse, pero era algo que ambos parecían querer vivir. No quería detenerle en absoluto y sabía cuál era la situación puesto que básicamente, volvía a ser como ejercer su trabajo, solo que esta vez no cobraría del mismo modo que otras veces… - No sé con quién os pensais estáis hablando, monsieur pero… no me importa vuestro pasado ni el futuro, no soy una de esas mujeres que acabarán prendadas de vos. No sé si olvidaré o no esta noche pero sé que daréis lo mejor de vos para que no la olvide y puedo decir lo mismo de mi. Pero no es más que eso. No teneis que dejármelo claro porque desde un principio lo sabía y lo quería así también - Nada más terminar la frase notó el lugar que tocaban ahora aquellas varoniles manos, gimiendo suavemente mientras se perdía en su pecho. Podía incluso afirmar que era la primera vez que le tocaban en aquel lugar y desde luego… sabía cómo hacerlo…
Sonrió en el momento en el que escuchó lo que dijo él y se giró, mirándole fijamente con sus ojos marrones. Ella no iba a pedir nada porque no le hacía falta en absoluto, por supuesto que no. Sabía que ese hombre cumpliría cada uno de sus deseos sin tener que decirle qué era lo que debía hacer en ningún momento.
- Habéis acertado… soy demasiado lanzada y puede que no lo veáis bien pero os aseguro acabaréis agradeciéndolo. No me hace falta pedir nada porque sé que cumpliréis todos mis deseos, incluso los más oscuros… del mismo modo que yo cumpliré los vuestros… - susurró antes de separarse de él, caminando en el agua de nuevo a su alrededor. Se colocó detrás y sonrió, porque era su turno… y si, lo estaba deseando. Él era más alto que ella por lo que ante sus ojos castaños se encontró ni más ni menos que aquella espalda perfecta. La acarició con las yemas de sus dedos con calma, perdiéndose y dibujando cada uno de sus musculos, bajando hasta que sus dedos profundizaron un poco más, hasta recorrer ahora el trasero de él con las palmas de sus manos. Se acercó para que notase como su aliento y sus pechos chocaban contra la espalda de él y que supiese así lo que iba a hacer a continuación. Ni más ni menos que su lengua comenzó a dibujar ahora aquella espalda mientras sus manos se movían por su cintura. Subieron hasta su pecho, recorriéndolo por completo. Sus caderas volvieron a moverse, rozando su zona contra el trasero de él. Su lengua no se había detenido en ningún momento y quizás lo peor fueron sus manos… manos que bajaron haciendo lo mismo que él había hecho anteriormente: estimulando los alrededores de la zona de él, acariciandolo con sus manos pero sin llegar a tocarlo en sí…
Asintió tan solo una vez con su cabeza, llevando después un dedo a los labios de él para que guardase silencio. Se relamió los labios, indicando que lo había entendido todo a la perfección y que no hacía falta que dijese nada más. No hablaría si debía ser así, tan solo sentiría… tan solo se dejaría llevar por esa sensación que le estaba dejando experimentar un hombre cualquiera… un hombre que no había pagado por ella…
-Shh… guardad silencio vos también, mi señor… solo sentidme… - su tono fue igual de tentador que el que él le había regalado y es que si, ella misma deseaba sentirle y que él la sintiese. Sus manos recorrían aún aquellos brazos perfectos, aquellos fuertes brazos que parecían podían hacer cualquier cosa que su amo desease. Ronroneó sintiendo la lengua de él e incluso se giró un tanto para que ambas lenguas se rozasen de manera prohibida y fugaz por tan solo un instante. Se relamió después y sus caderas comenzaron a moverse al ritmo que los dos marcaban. Podía notar la zona más sensible de él contra su trasero, moviéndose de forma tentadora, rozando un lugar en concreto en el que comenzaba a sentirse aquella excitación que le estaba regalando.
Sonrió complacida en cuanto escuchó que la acuchillaría. No había cosa que pudiese desear más en aquellos momentos pero tan solo escuchar como sería lento… gimió suavemente, sonriendo de forma maliciosa después y es que sí, ella misma quería ir despacio, quería hacerlo lento para notar todo lo posible aquellas manos y vivir ese momento en el que los dos podían perderse. Cerró los ojos, apoyando su nuca en el pecho de él y morderse el labio inferior, tocando con el dorso de sus manos uno de los hombros de él y sus pectorales y abdominales, sin dejar de mover sus caderas y muriendo ante aquel tacto que subía por sus costados.
- ¿Quién os ha dicho que yo quiera que me mateis de inmediato? Quiero que seais lento, tanto como yo… quiero tentaros antes de subiros al cielo mi señor… y no me importaría gastar toda la noche para conseguirlo - murmuró mirándole de reojo, dejando totalmente claro lo que iba a pasar y que nada importaría, Por supuesto que no, sería una noche y seguramente después no volviesen a verse o a encontrarse, pero era algo que ambos parecían querer vivir. No quería detenerle en absoluto y sabía cuál era la situación puesto que básicamente, volvía a ser como ejercer su trabajo, solo que esta vez no cobraría del mismo modo que otras veces… - No sé con quién os pensais estáis hablando, monsieur pero… no me importa vuestro pasado ni el futuro, no soy una de esas mujeres que acabarán prendadas de vos. No sé si olvidaré o no esta noche pero sé que daréis lo mejor de vos para que no la olvide y puedo decir lo mismo de mi. Pero no es más que eso. No teneis que dejármelo claro porque desde un principio lo sabía y lo quería así también - Nada más terminar la frase notó el lugar que tocaban ahora aquellas varoniles manos, gimiendo suavemente mientras se perdía en su pecho. Podía incluso afirmar que era la primera vez que le tocaban en aquel lugar y desde luego… sabía cómo hacerlo…
Sonrió en el momento en el que escuchó lo que dijo él y se giró, mirándole fijamente con sus ojos marrones. Ella no iba a pedir nada porque no le hacía falta en absoluto, por supuesto que no. Sabía que ese hombre cumpliría cada uno de sus deseos sin tener que decirle qué era lo que debía hacer en ningún momento.
- Habéis acertado… soy demasiado lanzada y puede que no lo veáis bien pero os aseguro acabaréis agradeciéndolo. No me hace falta pedir nada porque sé que cumpliréis todos mis deseos, incluso los más oscuros… del mismo modo que yo cumpliré los vuestros… - susurró antes de separarse de él, caminando en el agua de nuevo a su alrededor. Se colocó detrás y sonrió, porque era su turno… y si, lo estaba deseando. Él era más alto que ella por lo que ante sus ojos castaños se encontró ni más ni menos que aquella espalda perfecta. La acarició con las yemas de sus dedos con calma, perdiéndose y dibujando cada uno de sus musculos, bajando hasta que sus dedos profundizaron un poco más, hasta recorrer ahora el trasero de él con las palmas de sus manos. Se acercó para que notase como su aliento y sus pechos chocaban contra la espalda de él y que supiese así lo que iba a hacer a continuación. Ni más ni menos que su lengua comenzó a dibujar ahora aquella espalda mientras sus manos se movían por su cintura. Subieron hasta su pecho, recorriéndolo por completo. Sus caderas volvieron a moverse, rozando su zona contra el trasero de él. Su lengua no se había detenido en ningún momento y quizás lo peor fueron sus manos… manos que bajaron haciendo lo mismo que él había hecho anteriormente: estimulando los alrededores de la zona de él, acariciandolo con sus manos pero sin llegar a tocarlo en sí…
Suleima de la Vallière- Mensajes : 22
Fecha de inscripción : 27/03/2011
Re: Un paseo nocturno
Ante aquellas caricias y aquel roce no podía ser menos que se excitase aún más incluso, él no perdió la ocasión y también se movió con suavidad, haciendo más prohibida aquella caricia en cierta parte...y aquella mano no solo recorrió sus costados si no que se desvió hasta el final de su pecho sin tocar ninguno por el momento, bajó la mano, toda la palma hasta tocar su vientre y hacer caricias en redondo de lo más sugerente sin ninguna prisa... un poco más hacia abajo sin tocar cierta parte de la chica, no era el momento quería insinuárselo, nada más y eso era más tentador que otra cosa..mientras, su boca besaba la oreja como la mordisqueaba y sus labios bajaron rozando la piel del cuello de la chica de nuevo que quedaba al descubierto, pasando la lengua por todo este hasta mordisquear un hombro... por el contacto de su boca cálida y el frío del ambiente, sobre todo del agua..hacía que tuviese una sensación de lo más agradable y sobre todo adictiva.
Le gustó aquellas insinuaciones, él podría estar toda la noche si quisiese, no tenía nada que hacer hasta este momento y era matarla de placer, ella se lo había pedido indirectamente y si algo así le pedían no podía hacer otra cosa que cumplirlo, se relamió haciendo que su boca lamiese de nuevo su hombro. Sonrió agradecido por sus palabras, siempre era mejor dejar las cosas claras y en este momento no podían serlo más... sus dos manos viajaron por igual hasta su vientre pero una de ellas bajó del todo, solo un dedo hasta rozar cierta parte, de abajo a arriba unas tantas veces mientras la mujer seguía hablando, de momento, él no decía nada...se seguía deleitando en el dulce contacto de aquella intimidad que aún no había tenido el placer de observar y de saborear pero eso era cuestión de tiempo.
-Todos y cada uno de ellos..pero no jugueis porque el juego se puede volver en contra de vos, puedo hacer lo que querais pero no , no hará falta decírmelo...-
Antes lo decía antes lo hacía...tuvo que dejar de tocarla para sentir como su espalda le estaba dando envidia así mismo, aquellos pechos chocaron contra él como ese aliento cálido, no se quedó quieto, sus dos manos la tomaron de las nalgas y la alzó un tanto, notando como ahora era su sexo el que se frotaba contra su trasero de una manera de lo más placentera tanto para él como para ella, tuvo que volver a soltarla al notar su lengua traviesa dibujándole. Cerró los ojos y no perdió tiempo, una de sus manos se coló bajo el agua, entre ellos para seguir esa caricia en su sexo, dos de sus dedos lo recogían para lentamente frotar, frotar de una manera más rápida... su cabeza se giró para buscarla y volver a besarla como antes pero no tuvo suerte, se prometió ir un tanto más despacio pero no se lo estaba poniendo nada fácil.
En un rápido movimiento se giró para ser él el que ahora la mirase de frente, sus ojos pardos se clavaron en ella como dagas y no hizo falta decir nada... la tomó como antes pero ahora de frente de las nalgas y la alzó lo suficiente como para enredarla en su cintura y así tener vista completa de sus pechos. Sonrió , relamiéndose los labios y sin dejar de mirarla, su lengua empezó a lamer aquella zona más sensible, mordisqueándola después, tomando del todo el pecho succionando, introduciéndose todo lo que podía dentro de su boca y devorarlo prácticamente mientras la dejaba caer un tanto para que ambos sexos se frotasen sin descanso... era todo una delicia hacer eso en aquella agua pero más si tenía como compañera a un cuerpo como aquel, perfecto...sin ninguna imperfección... caminó con ella hasta un lugar más apartado donde parte de ramas y piedras pudiesen resguardarlo... a tientas, buscó una lo suficiente lisa para que ella no pudiese pincharse e hizo lo mismo con el otro pecho, apoyándola allí... devorando y estimulando aquel seno hasta que estuviese lo suficiente duro y le pidiese en silencio más, el agua a ella le llegaba sobre la cintura y sí, aprovecharía aquel soporte para... apoyarla allí y subirla un tanto más, hasta su vientre... aquel cuerpo no se despegaba de ella sin dejar de frotarse y lo mejor era que su lengua empezó a acariciar más allá de sus pechos... lamiéndola por entero, saboreándola...que ella disfrutase de esa sensación...
-Deliciosa, no era para menos...-susurró sin despegar su boca de ella, pero tenía algo guardado... de momento la dejó a su merced, separándose completamente de ella y relamiéndose...quería verla...porque ahora venía lo bueno...se introdujo en el agua para sopresa de la joven, saliendo segundos después pero haciendo una maniobra, dejando las dos piernas a su espalda y así cogerla en brazos con su sexo justo frente a su boca, primero la miró fijamente para que no se cayese y pudiese sostenerse y después a su sexo...el cual no podía estar reclamándole más...el agua se escurría por sus piernas...y emanaba aquel olor a deseo, la punta de su lengua se introdujo dentro, moviendo un tanto, para luego lamer de forma lenta...para que sintiese cada una de sus caricias, sus manos traviesas seguían dibujando su cuerpo... no parecía parpadear siquiera quería ver como disfrutaba, parecía que a él solo le importaba eso.
Le gustó aquellas insinuaciones, él podría estar toda la noche si quisiese, no tenía nada que hacer hasta este momento y era matarla de placer, ella se lo había pedido indirectamente y si algo así le pedían no podía hacer otra cosa que cumplirlo, se relamió haciendo que su boca lamiese de nuevo su hombro. Sonrió agradecido por sus palabras, siempre era mejor dejar las cosas claras y en este momento no podían serlo más... sus dos manos viajaron por igual hasta su vientre pero una de ellas bajó del todo, solo un dedo hasta rozar cierta parte, de abajo a arriba unas tantas veces mientras la mujer seguía hablando, de momento, él no decía nada...se seguía deleitando en el dulce contacto de aquella intimidad que aún no había tenido el placer de observar y de saborear pero eso era cuestión de tiempo.
-Todos y cada uno de ellos..pero no jugueis porque el juego se puede volver en contra de vos, puedo hacer lo que querais pero no , no hará falta decírmelo...-
Antes lo decía antes lo hacía...tuvo que dejar de tocarla para sentir como su espalda le estaba dando envidia así mismo, aquellos pechos chocaron contra él como ese aliento cálido, no se quedó quieto, sus dos manos la tomaron de las nalgas y la alzó un tanto, notando como ahora era su sexo el que se frotaba contra su trasero de una manera de lo más placentera tanto para él como para ella, tuvo que volver a soltarla al notar su lengua traviesa dibujándole. Cerró los ojos y no perdió tiempo, una de sus manos se coló bajo el agua, entre ellos para seguir esa caricia en su sexo, dos de sus dedos lo recogían para lentamente frotar, frotar de una manera más rápida... su cabeza se giró para buscarla y volver a besarla como antes pero no tuvo suerte, se prometió ir un tanto más despacio pero no se lo estaba poniendo nada fácil.
En un rápido movimiento se giró para ser él el que ahora la mirase de frente, sus ojos pardos se clavaron en ella como dagas y no hizo falta decir nada... la tomó como antes pero ahora de frente de las nalgas y la alzó lo suficiente como para enredarla en su cintura y así tener vista completa de sus pechos. Sonrió , relamiéndose los labios y sin dejar de mirarla, su lengua empezó a lamer aquella zona más sensible, mordisqueándola después, tomando del todo el pecho succionando, introduciéndose todo lo que podía dentro de su boca y devorarlo prácticamente mientras la dejaba caer un tanto para que ambos sexos se frotasen sin descanso... era todo una delicia hacer eso en aquella agua pero más si tenía como compañera a un cuerpo como aquel, perfecto...sin ninguna imperfección... caminó con ella hasta un lugar más apartado donde parte de ramas y piedras pudiesen resguardarlo... a tientas, buscó una lo suficiente lisa para que ella no pudiese pincharse e hizo lo mismo con el otro pecho, apoyándola allí... devorando y estimulando aquel seno hasta que estuviese lo suficiente duro y le pidiese en silencio más, el agua a ella le llegaba sobre la cintura y sí, aprovecharía aquel soporte para... apoyarla allí y subirla un tanto más, hasta su vientre... aquel cuerpo no se despegaba de ella sin dejar de frotarse y lo mejor era que su lengua empezó a acariciar más allá de sus pechos... lamiéndola por entero, saboreándola...que ella disfrutase de esa sensación...
-Deliciosa, no era para menos...-susurró sin despegar su boca de ella, pero tenía algo guardado... de momento la dejó a su merced, separándose completamente de ella y relamiéndose...quería verla...porque ahora venía lo bueno...se introdujo en el agua para sopresa de la joven, saliendo segundos después pero haciendo una maniobra, dejando las dos piernas a su espalda y así cogerla en brazos con su sexo justo frente a su boca, primero la miró fijamente para que no se cayese y pudiese sostenerse y después a su sexo...el cual no podía estar reclamándole más...el agua se escurría por sus piernas...y emanaba aquel olor a deseo, la punta de su lengua se introdujo dentro, moviendo un tanto, para luego lamer de forma lenta...para que sintiese cada una de sus caricias, sus manos traviesas seguían dibujando su cuerpo... no parecía parpadear siquiera quería ver como disfrutaba, parecía que a él solo le importaba eso.
Alvaro Santillana- Gitano
- Mensajes : 102
Fecha de inscripción : 30/03/2011
Temas similares
» Un paseo nocturno {Adam}
» Paseo nocturno (Yohann)
» Paseo nocturno [reservado]
» Un paseo nocturno por las aguas (Alizee)
» Paseo nocturno (Janosh)
» Paseo nocturno (Yohann)
» Paseo nocturno [reservado]
» Un paseo nocturno por las aguas (Alizee)
» Paseo nocturno (Janosh)
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour