Black hearts on fire [Ever]

Los diminutos dedos del pie de aquella muchacha se arqueaban en torno al pretil que nos separaba del agua. Muy arriesgada como para decir que apreciaba su vida y, a la vez, muy dubitativa como para creer que en verdad quería acabar con ella.
La observé por un rato. Aparentaba tener unos diecisiete años, no más. Su rostro de rasgos infantiles estaba inundado en lágrimas, y viéndola me preguntaba cuál sería el motivo. ¿Lástima de ella misma? ¿Odio, rencor, un mal de amores? ¿Todo esto junto o quizás.. sólo un capricho?
La verdad era que no me interesaba. Estaba aburrido y quería acción, y aquel proyecto de mujer parecía no estar muy convencida como para dármela, así que tendría que apurar un tanto las cosas.

- Hazlo y acaba con todo lo malo de inmediato - murmuré lo suficientemente alto como para que me oyera al tiempo que me aparecía a su lado, en cuclillas sobre el pretil con una habilidad descomunal. Obviamente la joven se sobresaltó demasiado con mi aparición, por lo que su equilibrio falló y sus pies descalzos se movieron de forma errada hasta acabar cayendo. Pero no. Tomé su mano a tiempo y la sostuve, haciendo que quedara colgada del pequeño pontón que nos mantenía sobre la laguna, del lado externo de la baranda, dejando que entendiera que ahora la continuidad de su vida había dejado de depender de su voluntad y, había pasado a estar plenamente bajo mi control.
Dejé que mis ojos mostraran ese brillo de completa diversión, que la chica pudiera ver que ahora estaba cumpliendo con su cometido más que nunca, su subsistencia jamás había estado bajo tanta amenaza. ¿No era eso lo que ella había venido a buscar?

- Sabes.. con un escote como ese de verdad es un crimen el querer matarse - incliné hacia un lado mi cabeza mostrándole una sonrisa maligna de lado. Realmente no había una mala vista teniéndola suspendida de ese modo. Sus ojos ahora mostraban miedo, ¿miedo de qué? Que chica estúpida, debería estar agradeciéndome por darle ayuda en su cometido. Pero lo que más llamó mi atención fue ese deje de inocencia que la cubría. Me regocijaba, me llenaba de ganas de pervertirlo y arruinarlo. Apostaba lo que fuera a que ella era virgen, se notaba, era como si llevara un letrero en su frente informándolo. Pero no me gustaban las depresivas, las prefería llenas de ganas de vivir, para poder quitarles esa vivacidad, para hacerlas caer, para corromperlas.
Le dediqué una última sonrisa. La alcé un poco como ilusionándola, convenciéndola de que había perdonado su vida y la subiría, pero justo cuando una nota de esperanza se asomó en su rostro la dejé caer.
Las rocas de la laguna pudieron con sus huesos. El quiebre de su cuello fue como melodía para mi, melodía de la que complace oír. Me quedé viendo su cuerpo sin vida comenzando a ser arrastrado por el agua, como sus prendas mojadas se transparentaban dejando ver parte de su piel. Por una décima de segundo me arrepentí de no haber disfrutado de ella un poco más, pero inmediatamente después me aburrí de ella y aparté la vista con desinterés. Di un salto bajando del pretil y volví a caminar con aquel típico aire despreocupado que me caracterizaba.

La hora del crepúsculo,la hora mas segura para salir si eras un no muerto como yo.Me sentia especialmente depresiva,necesitaba algo de diversión y eso solo la encontraria dañando a alguien.Me encantaba oir sus gritos desesperados y como su sangre bajaba por mi garganta hasta que daban su último aliento y su cuerpo dejaba de retorcerse.Era la mejor sensación del mundo en mi opinión.Me hacia sentirme poderosa y para mi el poder junto con el dinero era de las cosas más importantes en mi vida inmortal.

Solo con pensarlo la sensación de placer me invadia completamente por eso caminaba entre el pequeño grupo de personas que habia por las calles buscando a la presa perfecta,pero no la encontraria aquí,seria demasiado arriesgado atacar a algún humano en medio de la ciudad.

Cada vez anochecia más,seguí caminando hasta acabar en la laguna,no sabia ni que hacia allí pues nadie iria a la laguna en plena noche,excepto si le gustaba correr peligro.
Mis agudos sentidos rapidamente detectaron movimiento,no podia decir que tipo de criatura era aquella,estaba claro que no era un vampiro y se parecia mucho a un humano asi que no lo pensé más y en menos de un segundo estaba a su lado arrinconándolo contra una pared.

-Felicidades.Has sido mi elegido esta noche - sonrei cinicamente y enseguida mostré mis colmillos para que pudiese verlos bien,mi intención seria asustarlo primero y después desangrarlo.Lo mejor era cuando gritaban y se desesperaban.

Mientras andaba me preguntaba qué sería de Amelie, mi hermana. ¿Por qué lugar estaría en aquel momento? No la veía desde hacía algo así como un año y medio, lo que no era mucho para nosotros, pero ya era tiempo de un reencuentro, al menos para recordar viejas épocas como cada vez que nos cruzábamos sucedía.
Y me pregunté si acaso un muerto poniendo todos sus esfuerzos en fingir llevar la vida de un vivo, caminando solo en el crepúsculo negándose a aceptar su realidad y deseando a su hermana podía llegar a ser superado en niveles de decadencia. No podía imaginar algo más patético, me sentí asqueado.

Comencé a apresurar el paso queriendo salir de allí y cambiar de aire pero, el destino tenía esa jodida costumbre de no dejarnos concretar las cosas como las planeábamos.
Algo me arrastró contra una pared a un lado de la calle a toda velocidad, haciendo que choque la espalda contra la piedra justo en donde tenía la marca del arpón que me había matado.
- ¡¿Qué demo.. ?! - solté dejándo inconcluso el improperio que iba a lanzar. Cerré y abrí los ojos de forma rápida un par de veces frunciendo el ceño, y vi a la chica. A decir verdad, lo primero que vi fue aquel llamativo color de cabello que contrastaba con su tez pálida, tenía una belleza llamativa.
Ella esbozó una sonrisa con cierto aire de frenesí dejando al descubierto el par de colmillos perfectamente dispuestos a hacer algo que definitivamente ella no disfrutaría. No con un fantasma.

- Odontóloga, ¿cierto? Claro que sí, asustan a cualquiera, pero vaya método de conseguir clientes - me mofé adoptando una expresión de impostada ingenuidad aunque escondiendo la burla en mi mirada. Por supuesto que sabía con seguridad lo que ella era, si de algo debían servir mis interminables años vagando por la tierra sería para reconocer a todas las criaturas, vivas o muertas.
- ¿Elegido? - sonreí clavando mis ojos en los suyos. En algún punto los vampiros y los fantasmas nos parecíamos, ambos renegábamos de nuestra muerte. Corté la conexión teletransportándome para quedar a su espalda y dejando nada más que aire entre sus brazos.
- Entonces dame lo que tengas para mi.. - susurré contra su oído cuando me acerqué a ella dejando que el aire de mi aliento fuera tan frío y falto de energía como nosotros podíamos lograr.

No podia borrar la sonrisa de mi rostro cuando estaba dispuesta a atacar,era lo mejor del dia o en este caso de la noche.Disfrutaba sintiendo como le quitaba la vida poco a poco sin que la persona no pudiese hacer absolutamente nada.

Solté una carcajada cuando se mofó de mi,debia estar asustado,yo tenia el control de la situación y no el y eso le iba a enseñar para que le quedase bien claro.

- No estás en posición de hacerte el gracioso.No crees? - mi tono era amenazante y para nada agradable,no me gustaba que me desafiasen.
Ahora que lo tenia mas cerca podia notar que el no era un humano.Arrugué la frente en señal de confusión,si no era como yo y no era humano...que era entonces? un licántropo? lo dudaba,lo habria detectado de ser asi el parecia como si no tuviese presencia,como si no existiese realmente.

Sonrei,acaso iba a tener que explicarle lo que iba a hacer? me acerqué todavia más a el mostrando mis colmillos dispuesta a morder desapareció de repente.Se habia esfumado igual que el humo cuando soplabas.
Estuve a punto de caer hacia delante pero recuperé el equilibrio,todavia un poco confusa por lo que acababa de pasar.

Di un respingo al notar su aliento contra mi oido,me hizo estremecer.Queria moverme de allí pero no estaba confusa.Que tipo de ser era aquello? estaba claro que no era un simple mortal,nadie puede desaparecer asi como asi de repente.

- Como desees...- dije con un tono de furia,se habia escapado de mi ataque y eso no me enfurecia.Me di la vuelta dispuesta a atacarle de nuevo,lo habia elegido como mi víctima esa noche y no me pararia hasta conseguir lo que yo queria.

No había notado la bondad de sus rasgos hasta prestarle verdadera atención. Me preguntaba cuanto de ello sería heredado de su vida como humana y cuanto debía atribuirse a las maravillas que hacía el vampirismo con el aspecto. La belleza de la muerte, la que no funcionaba igual para nosotros, aunque aún así gozábamos de una buena cantidad de habilidades, entre ellas mi favorita y más destacada.. nadie muere dos veces. Jamás mejor dicho el "no tengo nada que perder" que en un fantasma.
Su sonrisa se transformó en un gesto mucho menos agradable, como de confusión. Me miraba con atención y era como si estuviera intentando descubrir la respuesta a algún tipo de acertijo, formando aquella pequeña arruga en su frente.

Cuando se acercó devolviéndose la luz al rostro con su expresión de deleite, antes de mi aparición a su espalda me permití aquel vistazo a sus labios curvados hacia arriba devolviéndole el gesto esbozando mi propia sonrisa de satisfacción. Aquel anochecer no había resultado completamente frustrado, no todos los días eras acorralado por una pelirroja, dejando a un lado que su intención fuera clavarme los dientes en busca de algo que, de hacerlo, no encontraría agradable.

Se dio la chica la vuelta con un aspecto mucho menos encantador que su anterior mueca y, a juzgar por su mirada, dispuesta a cobrarse mi pequeña broma.
- ¿Cómo desee? - torcí el gesto en una media sonrisa que mostraba sólo una pequeña parte de la perversión que escondía bajo mi aspecto de juventud insolente. Alcé el ceño mirándola divertido - Si estás así de dispuesta a satisfacer mis deseos debería advertirte que nos mantendremos entretenidos por largo rato - murmuré y recorrí su silueta con la vista en una forma muy poco sutil para terminar devolviéndole una mirada que podría darle una buena idea de la carencia de inocencia en mis deseos. No era como si la pelirroja diese poco lugar a la imaginación.

Al notar que en verdad quería cobrarse mi trastada, alcé mi mano derecha hasta el cuello de mi camisa para bajarlo un poco y dejar al descubierto la piel de la garganta.
Extendí mi mano izquierda hacia ella, como invitándola a acercarse - Si esto es lo que quieres.. ven - dije con completa normalidad en mi tono, aunque, si era observadora podría notar lo que mi media sonrisa le advertía. De verdad iba a disfrutar mucho más yo de la situación que lo que ella pudiera.

Lo que habia empezado como algo divertido cada vez me resultaba más molesto,no me gustaba su actitud insolente hacia mi,era demasiado orgullosa como para que alguien creyese que era mejor que yo y que podia negarse a darme lo que yo queria en ese momento,que era justamente su muerte.

Sus palabras cuando tanto como su mirada no dejaban lugar a dudas de cuales eran sus pensamientos hacia mi.No sabia si ofenderme o sentirme halagada,me gustaba llamar la atención pero el no lo habia dicho como un cumplido.

-¿Satisfacer tus deseos? - alcé una ceja de forma irónica - Me parece que tienes un exceso de confianza en ti mismo.Te he elegido para satisfacer los mios - seguia dispuesta a cumplir mi cometido y morderle hasta que no quedase ni una sola gota de sangre en aquel cuerpo,que bien visto seria un desperdicio pero tenia sed.

Lo que me dejó confusa de nuevo fue que el se abriese un poco el cuello de la camisa dandome via libre para moderle,no entendia nada.Este ser que ni siquiera sabia que tipo de ser era me tenia confundida y eso me enfurecia dado que yo creia conocer todas las criaturas que habiataban la tierra.
Me acerqué un poco a el mirándole a los ojos desafiante con mis brazos en jarras.Tenia toda la pinta de ser una trampa,si se ofrecia asi a morir no podia ser bueno,excepto si deseaba la muerte pero no me daba esa impresión.

- ¿Qué tipo de ser eres? - pregunté casi como ordenándole que me lo dijese,el simple hecho de que el supiese algo que yo desconocia ya me hacia enfurecer y sentirme inferior y no me gustaba sentirme inferior ante nadie.